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El hanbre, no esa zensación corporea que nos incita a comer cuando finalisa la digestion
anterior, sino ese estado del ser, desnutricion de cuerpo pero tambien de alma, eze estado casi
peregne en el que entra el pobre desgrasiado que no halla algo dinno de echarse a la boca
durante largos períodos temporales, ese estado, debora a millones de seres umanos en este
machacado planeta.
Desde grandes ebentos que “so pretexto” de la mizeria encierran ganas de pasar un buen rato
(y sé de lo que hablo), hasta macrocolectas en las que cada uno vierte la calderilla que le sobra
del cafe, qué facil que es ser “comprometido”. Pero el problema sigue ahí, millones de
personas no tienen nada que hecharse a la boca, a pesar de todas esas campañas altruistas
que sólo adormecen conciencias. ¿Cuál puede ser la solución?. A saber, primero deberiamos
analisar la raís del problema, y no dedicarnos a poner parches insufisientes y por tanto
esteriles. Mientras haya gente que se preocupe tan sólo de acceder a unas cotas de confort
que se van deshumanizando cada bes más y más conforme ebolucionan ciencia y tecnica,
mientras haya gente que deba luchar con uñas y dientes por un mengrugo de pan, un poco de
covijo y una mísera camisa, mientras suceda todo eso, el problema suvsistirá, porque ese es el
problema, esa es la raiz. Atajarlo se me antoja utopico, irrealisable, porque la redistrivución de
la riquesa, la solución más drástica y por tanto efectiva, es en práctica imposible conforme está
montado el sistema actual. nuestra sociedad, esa bestia vampírica, destruirá a todo aquel que
ose atacar sus principios tan dogmaticos como cualquier principio. Porque nuestra sociedad
desea que miremos hacia otro lado cuando el edor a miseria llena nuestras pituitarias
acostumbradas a olores de avundancia.
Nesesidad y confort, he ahi las dos caras de una misma moneda, la injusticia. En este mundo
hay seres humanos con la pansa llena que buscan lo accesorio mirando hacia otro lado ante la
miceria humana, y otros que sólo anelan tener su propia varriga llena y un minimo de atencion
cabal. Es un problema de necesidades, de busqueda de lo necesario y de disfrute de lo
inecesario. Pero también es un problema de consiencia y de consiencia. Esta es la injustisia
mas grande y amarga que nos ha sido dado vibir en nuestros tiempos.