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Las necesidades educativas especiales: un reto para la escuela de hoy

La integración de niños con necesidades educativas especiales beneficia a toda la


comunidad educativa y eleva la calidad de educación que se imparte en esa escuela.
Marta Elena Ramírez Moguel
Francisco Javier Teutli Guillén

Cada vez son más los niños y las niñas con necesidades educativas especiales que se integran a las aulas en los
diferentes niveles educativos. Este hecho constituye un reto para los maestros y maestras de Preescolar, Educación
básica y Educación secundaria.

¿Cómo pueden los maestros dar respuesta a las necesidades especiales de sus alumnos?

Es una utopía pensar que existen grupos homogéneos en donde todos los alumnos aprenden lo mismo, del mismo
modo y al mismo ritmo. Todos los niños tienen un ritmo y formas diferentes para alcanzar los contenidos y
propósitos del grado escolar que les compete; por lo tanto, en las escuelas se debe considerar la utilización de
estrategias diversificadas de enseñanza que respondan a los intereses, necesidades y características de cada uno
de los alumnos.

El docente, en nuestros días, no puede continuar con prácticas tradicionales de enseñanza; su planeación,
metodología y la manera de evaluar deben estar enriquecidas, sobre todo cuando en su aula se encuentran
alumnos que por diversas circunstancias tienen un ritmo marcadamente diferente para seguir aprendiendo.

Las necesidades educativas especiales van más allá de seguir etiquetando a los niños que tienen problemas de
aprendizaje, de lenguaje o que presentan una discapacidad. Este concepto, que apareció en los años sesenta,
aunque se popularizó a partir de 1978 con la aparición del reporte Warnock, invita al maestro a conocer a sus
alumnos para poder determinar qué necesidades tiene cada uno de ellos y brindar los apoyos necesarios
adecuando algunos materiales o su planeación.

Las necesidades educativas especiales aparecen cuando un alumno presenta un ritmo para aprender muy distinto
del resto de sus compañeros y los recursos disponibles en su escuela son insuficientes para apoyarlo en la
adquisición de los contenidos establecidos en los planes y programas de estudio; por lo tanto, requiere de recursos
mayores, que pueden ser:

 Profesionales: maestro de apoyo, especialistas.


 Materiales: mobiliario específico, prótesis, material didáctico.
 Arquitectónicos: construcción de rampas y adaptación de distintos espacios escolares.
 Curriculares: adecuación de las formas de enseñar del profesor, de los contenidos e incluso de los
propósitos del grado.

En este sentido es importante señalar dos características importantes de las necesidades educativas especiales:

 Las necesidades educativas especiales son relativas, porque surgen de la dinámica que se establece entre
las características personales del alumno y las respuestas que recibe de su entorno educativo. Por esta
razón, cualquier niño puede llegar a tener necesidades educativas especiales, no sólo aquel con
discapacidad. Por ejemplo, un niño puede estar en un aula y recibir todos los apoyos que necesita para
aprender y no presentar ninguna necesidad educativa especial, si este mismo niño asiste a otra aula y no se
le brindan ciertos apoyos, seguramente tendrá necesidades educativas especiales.
 Otra de las características de las necesidades educativas especiales es que pueden ser temporales o
permanentes. Si un alumno tiene dificultades serias para acceder al currículo, puede requerir apoyo durante
un tiempo o durante todo su proceso de escolarización.

Así, al conceptuar a los alumnos con necesidades educativas especiales, estamos diciendo que sus dificultades
para aprender no dependen sólo de ellos mismos sino que tienen un origen interactivo con el medio.

Un niño de diez años con baja visión

La maestra de los niños de diez años de Educación básica, Patricia, estaba muy angustiada porque en su aula se
integró un niño que tiene serios problemas visuales. Si la maestra Patricia no se hubiera interesado en conocer a su
alumno y enriquecer su práctica docente, Pedro, el niño con baja visión, hubiera sido canalizado a una escuela de
educación especial por no haber cumplido el promedio de rendimiento del grupo. Sin embargo, la maestra Patricia
se interesó por conocer un poco más a Pedro: en la evaluación inicial que le hizo a todo el grupo se dio cuenta de
que Pedro tenía que ser evaluado de manera oral y con materiales diferentes, en las primeras semanas de trabajo
con él advirtió que tenía una gran facilidad para relacionarse con sus compañeros y comunicar sus ideas y
sentimientos, también descubrió que aprendía mejor al trabajar en equipo. Además solicitó, por medio de un
reporte, información y sugerencias al oftalmólogo. Con la colaboración de las otras maestras de primer grado y del
director de su escuela planearon juntos algunos apoyos para Pedro:

 Sentarlo en la fila de adelante, cerca del escritorio para que pudiera ver con mayor facilidad el pizarrón y
estuviera cerca de la maestra para, en algunos momentos, darle un apoyo personal.
 Solicitar a sus padres que marcaran las líneas del cuaderno con plumón dejando espacios más grandes y
que compraran a su hijo un lápiz que hiciera trazos más gruesos.
 Utilizar la lupa que propuso el oftalmólogo en los momentos de lectura y escritura.
 Cambiar el pizarrón verde por uno blanco y utilizar en todo momento plumón negro para favorecer el
contraste que Pedro veía mejor.
 Pintar los bordes de los escalones, marco y perilla de la puerta, los interruptores de luzy cambiar el color de
los cestos de basura, de tal forma que los diferentes elementos contrastaran para facilitar a Pedro su
desplazamiento y ubicación.

El ejemplo de la maestra Patricia da cuenta de que el papel docente en la actualidad ha tomado dos dimensiones
importantes, por un lado el interés hacia la superación de su propia práctica docente que se demuestra con la
actualización permanente, la sensibilidad de detectar necesidades muy particulares en sus alumnos y la creatividad
para dar respuesta a ellas. Por otro lado, el desafío de desarrollar habilidades para el trabajo cooperativo con sus
compañeros maestros, especialistas, médicos y principalmente con la familia.

La escuela y los niños con necesidades especiales

El que una escuela decida dar respuesta a las necesidades educativas especiales que presentan ciertos alumnos
no es tarea de uno o dos profesores, es una meta que comparte la comunidad educativa. Si bien es cierto que un
alumno con necesidades educativas especiales pertenece a un grupo, la escuela en su conjunto debe tomar
decisiones importantes para apoyar al maestro que atiende a dicho grupo.

Una escuela de Educación básica, desde hace cinco años, aceptó el reto de ser una escuela integradora; cuenta
con un grupo de profesionales de educación especial[1] que trabajan conjuntamente con los maestros de grupo,
director, alumnos y padres de familia en la realización de diversas acciones que respondan a las necesidades
educativas especiales de algunos alumnos.

Un niño Down en una escuela integradora

Un caso muy particular es el de Diego que tiene seis años y está inscrito en primer grado. Diego presenta síndrome
de Down.

El haber aceptado a Diego en la escuela representó para todos los maestros y especialistas un cambio en el
paradigma de enseñanza y de aprendizaje pues, era difícil entender cómo un alumno con discapacidad intelectual
podía ir promoviéndose en los diferentes grados escolares junto con el resto de sus compañeros.

Desde el inicio del ciclo escolar, el maestro de grupo y algunos de los docentes de Educación especial elaboraron
una propuesta curricular adaptada[2] en donde contemplaban información sobre las fortalezas y debilidades del
alumno en las distintas áreas; las principales necesidades detectadas; los propósitos educativos (sobre todo
aquellos que serían distintos del resto de los compañeros de aula); las adecuaciones que sería necesario realizar en
la metodología, en la evaluación y en los contenidos; el tipo de ayudas personales o técnicas que requeriría el
alumno en su proceso educativo; el apoyo que el alumno recibiría del personal de Educación especial; los
compromisos que asumirían los distintos involucrados (maestros y padres de familia); las fechas en que se
revisarían los avances del alumno y se realizarían los ajustes que fueran necesarios.

Por ejemplo, en este ciclo escolar algunas decisiones que se establecieron en esta propuesta curricular adaptada
fueron las siguientes:

 Se propuso que en algunas juntas de consejo técnico se revisaría bibliografía en relación con las
características del síndrome de Down, principalmente aspectos relacionados con su aprendizaje.
 Todo el personal docente y de apoyo se comprometió a involucrarse en el proceso educativo de Diego.
 El personal de educación especial brindaría apoyo al maestro de grupo en la planeación y en el diseño e
implementación de algunos materiales y estrategias específicas para Diego.
 Se decidió organizar al alumnado en equipos, de esta manera el maestro se apoyaría en el resto de sus
alumnos para ayudar a Diego al momento de dar alguna instrucción.
 Se acordó ofrecerle materiales concretos, sobre todo en la clase de Matemáticas, de Lengua y de
conocimiento del medio.
 Se decidió dar instrucciones sencillas y claras.
 Al momento de evaluar, se acordó tomar en cuenta cada uno de los trabajos que diariamente realiza Diego,
así como sus participaciones en clase y apoyarlo en la evaluación escrita de tal forma que las instrucciones
sean mucho más sencillas y que solamente den cuenta de los contenidos que fueron modificados para él.
 Algunos contenidos de primer grado tuvieron que ser reorganizados para hacerlos más accesibles a Diego,
en función de sus características y de los apoyos y recursos didácticos disponibles. Por ejemplo, en cuanto
a la lectura y la escritura, seguramente Diego no podrá lograrlas totalmente en este ciclo escolar, sin
embargo, se tomarán en cuenta sus avances y se promoverá al siguiente grado para continuar apoyándolo
en este proceso.
 Se introdujeron algunos otros propósitos en concordancia con las capacidades, habilidades, intereses,
requerimientos y posibilidades de Diego; por ejemplo, algunos que tenían que ver con su independencia
personal y hábitos de aseo.

El hecho de que un alumno con necesidades educativas especiales esté integrado en un aula, es una oportunidad
para que el maestro replantee su práctica docente. En este caso, después de que se decidió trabajar en equipos en
el aula de Diego y se empezó a trabajar con materiales más concretos que no utilizaba únicamente Diego sino
también el resto de los alumnos, los niños en general se interesaron mucho más en las actividades académicas. Los
profesores se percataron de que enriquecer las formas de enseñanza beneficia a todos los alumnos y no
únicamente al que presenta una necesidad educativa especial.

El proceso de integración de Diego dentro de la escuela no ha sido nada fácil, ha implicado la resolución de
problemas académicos y técnicos, así como de colaboración, pues el compromiso de toda la comunidad escolar se
ha logrado paulatinamente, gracias a la disposición para entender que las necesidades educativas especiales son
un reto y que la escuela se ve enriquecida al atender a la diversidad de alumnos.

Escuelas autogestoras

Los niños y los jóvenes en nuestros días necesitan escuelas autogestoras, con maestros que les brinden otras
opciones de comunicarse, de relacionarse con los demás, de aprender a aprender; en donde a través del diversas
experiencias les ayuden a descubrir y a entender ese ambiente que, a veces, resulta adverso.

Cuando una escuela respeta el derecho que tienen los niños con necesidades educativas especiales a participar en
todas las actividades escolares, se beneficia toda la comunidad educativa y se eleva la calidad de educación que
allí se imparte.

Marta Elena Ramírez Moguel


Licenciada en Educación especial
Francisco Javier Teutli Guillén
Licenciado en Educación especial

Notas

[1] En México, algunas escuelas públicas cuentan con las Unidades de Servicios de Apoyo a la Educación Regular
(USAER) en primaria y secundaria y con los Centros de Atención Psicopedagógica de Educación Preescolar
(CAPEP). Generalmente cuentan con psicólogo, trabajador social, docente de comunicación y docente de
aprendizaje.
[2] A partir del período escolar 2002-2003 las Normas de inscripción, reinscripción, acreditación y certificación para
escuelas primarias oficiales y particulares incorporadas al Sistema Educativo Nacional hacen referencia a la
evaluación psicopedagógica y a la propuesta curricular adaptada como elementos indispensables para acreditar a
los alumnos con necesidades educativas especiales.

Bibliografía

 GARCÍA CEDILLO I. y otros, La integración educativa en el aula regular. Principios finalidades y estrategias,
SEP, Fondo Mixto de Cooperación Técnica y Científica México-España, México, DF 2000.

 SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA, Programa Nacional de Fortalecimiento de la Educación Especial


y de la Integración Educativa, México DF, 2002.

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