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BLOQUE 4.

ESPAÑA EN LA ÓRBITA FRANCESA: EL REFORMISMO DE LOS PRIMEROS


BORBONES (1700-1788).

Felipe V: Tras la muerte sin descendencia de Carlos II en 1700, Felipe de Anjou -nieto del rey de Francia
Luis XIV- le disputó la sucesión al trono de España al archiduque Carlos de Habsburgo en la Guerra de
Sucesión. Fue reconocido como rey de España por el Tratado de Utrecht (1713), por el que renuncia a
los derechos a la Corona francesa, lo que supuso el inicio de la dinastía borbón en España. A cambio de
su reconocimiento internacional, Felipe V tuvo que ceder los territorios españoles en Europa y hacer
concesiones en el comercio con América.
Su política exterior se propuso recuperar los territorios italianos perdidos por la Paz de Utrecht para sus
herederos, lo que le llevó a firmar dos Pactos de Familia (1733 y 1743) con Francia, por lo que España
quedaba obligada a apoyar a Francia en su política exterior.
A nivel interno, el reinado de Felipe V supuso el intento de consolidación de la monarquía absoluta y del
Estado centralizado, según el modelo francés, a través de los Decretos de Nueva Planta que eliminaban
los privilegios forales de los territorios de la Corona de Aragón.
Felipe V introdujo reformas en la administración para mejorar su eficacia -creación de las Secretarías de
Estado, las capitanías generales y las intendencias-; en el ejército y la armada -sustitución de los tercios
por una nueva organización militar basada en regimientos, implantación de las quintas-, y en el sistema
fiscal. Asimismo, aplicó una política de corte mercantilista, con la intervención del Estado en la
economía-creación de manufacturas reales- y la protección del mercado interior.
Promovió el desarrollo cultural con la fundación de Academias -de la Historia, de la Lengua-, siguiendo el
modelo francés, y de la Biblioteca Nacional, y ordenó la construcción de los Palacios Reales de Madrid y
de la Granja de San Ildefonso, que repiten el diseño de Versalles.

Tratado de Utrecht: Acuerdo firmado en 1713 que puso fin a la Guerra de Sucesión disputada entre
Felipe de Borbón y Carlos de Habsburgo. La Paz de Utrecht reconoció a Felipe V como rey de España,
tras su renuncia a los derechos a la Corona francesa, lo que significaba el cambio dinástico con el
acceso de los Borbones al trono español. También supuso un nuevo orden internacional basado en el
equilibrio entre Francia y Austria bajo el arbitraje de Inglaterra, que se perfilaba como la nueva potencia
marítima mundial, mientras que España quedaba relegada a potencia de segundo orden, como aliada de
Francia y rival de Inglaterra y de Austria. Felipe V fue reconocido como rey de España a cambio de la
cesión de los territorios españoles en Europa: Austria consiguió Flandes, Milán, Nápoles, Cerdeña;
Saboya anexionó Sicilia, que después intercambió por Cerdeña; Gran Bretaña recibió Menorca y Gibraltar
y privilegios en el comercio con América (el navío de permiso y el asiento de negros).

Decretos de Nueva Planta: Disposiciones implantadas por Felipe V entre 1707 y 1716 en los territorios
de la Corona de Aragón (Aragón, Condados Catalanes, Valencia y Baleares), por el apoyo al archiduque
Carlos en la Guerra de Sucesión. Con el propósito de implantar una monarquía absoluta fuertemente
centralizada, según el modelo francés de Luis XIV, los decretos suprimían los fueros o privilegios
militares y fiscales, las instituciones, las leyes, y las aduanas de la antigua Corona de Aragón y, en
su lugar, se impusieron las leyes, cargos e instituciones que la monarquía ya aplicaba en Castilla:
los antiguos virreyes fueron sustituidos por capitanes generales, se establecieron las audiencias, los
intendentes y los corregidores, aunque mantuvieron su singularidad fiscal -catastro en Cataluña,
contribución única en Aragón, equivalente en Valencia y talla en Mallorca-, se anularon los privilegios
militares, fueron abolidas las Cortes propias, la Generalitat y el Consell de Ciento, y se obligó al uso del
castellano como lengua única en los documentos administrativos. Sólo Navarra y los territorios vascos
conservaron sus fueros, instituciones, aduanas como premio a su fidelidad en la Guerra de Sucesión.

Carlos III: hijo de Felipe V, hermanastro de Fernando VI, fue nombrado rey de Nápoles y Sicilia como
consecuencia de la firma de los Pactos de Familia que permitió la recuperación de estos territorios,
perdidos en la Paz de Utrecht para los miembros de la casa real. Al suceder como rey de España a
Fernando VI al morir éste sin descendencia en 1756, tiene que renunciar a la corona de Nápoles. Máximo
exponente del despotismo ilustrado, Carlos III recurrió a un equipo de ministros ilustrados, primero
italianos (Grimaldi y Esquilache) y después españoles (condes de Aranda y Floridablanca), con
quienes colaboraron Jovellanos, Olavide y Campomanes, que pusieron en marcha un ambicioso
programa de reformas. Carlos III fomentó el desarrollo económico a través de la modernización de las
estructuras productivas y comerciales con la repoblación y colonización de Sierra Morena, el incremento
de la superficie destinada al regadío y a los productos americanos, la rebaja de los arrendamientos, el
recorte de los privilegios de la Mesta, la construcción de una red de carreteras de trazado radial, la
consideración de los oficios manuales como honrosos, la liberalización del comercio con América, la
liberalización del comercio y de los precios del trigo, la creación de manufacturas reales… Con el fin de
mejorar el déficit de la Hacienda pública, el Banco de San Carlos, también creado por él, emitió vales
reales y se incrementaron los ingresos a través de la lotería nacional y de los impuestos sobre el
consumo… Por otro lado, el rey acometió la reforma educativa mediante el fomento de la educación
primaria y la formación profesional en escuelas técnicas, nuevos planes de estudio en enseñanzas media
y superior, reorganización de las Universidades y Colegios Mayores controlados por los jesuitas y el apoyo
a las Sociedades Económicas de Amigos del País. Igualmente emprendió reformas en la Administración
de Justicia y en el Ejército. Ejerció una política regalista y decretó la expulsión de la Compañía de
Jesús en todos los territorios de la Corona en 1767, acusada de instigar el motín de Esquilache. También
promovió un programa de reformas urbanísticas y de saneamiento de Madrid -alcantarillado,
alumbrado, adoquinado, recogida de basuras, apertura del Paseo del Prado, construcción de la Puerta de
Alcalá, del actual Museo del Prado, del Observatorio astronómico y del Jardín Botánico-, por el que fue
conocido como "El mejor alcalde de Madrid". En política exterior, Carlos III firmó el Tercer Pacto de
Familia (1761), lo que obligó a España a intervenir en la Guerra de los Siete Años y a entregar a Reino
Unido la Florida. Igualmente, Francia y España apoyaron a las colonias británicas de América del Norte
que se sublevaron contra el Reino Unido en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos, lo que
permitió a España recuperar Menorca y Florida, pero no Gibraltar.

Jovellanos: Uno de los máximos representantes de la Ilustración en España. Hombre culto, de espíritu
crítico y de carácter renovador, desempeñó importantes cargos en la administración pública en los
reinados de Carlos III y de Carlos IV. También fue miembro del Consejo de Órdenes Militares y del
Consejo de Estado. En 1797 fue nombrado secretario de Gracia y Justicia, y cesado por Godoy debido
a su voluntad de reformar la justicia y de recortar la influencia de la Inquisición. Acusado de herejía y de
introducir una copia de "El Contrato Social" de Rousseau fue desterrado a Mallorca. Liberado poco
después del motín de Aranjuez, rechazó la propuesta de José I de formar parte de su gobierno.
Representó a Asturias -su tierra natal- en la Junta Suprema Central. Plenamente integrado en la vida
cultural de Madrid, fue miembro activo de la Real Academia de la Historia, de la de San Fernando y de la
Real Academia de la Lengua Española, así como de la Sociedad Económica Matritense. En Gijón fundó
el Real Instituto Asturiano de Náutica y Mineralogía, primer centro de enseñanzas técnicas y
humanistas en España, a nivel medio, y promovió la construcción de una carretera que uniera Gijón y
Castilla. Su obra literaria es muy amplia e incluye varios géneros literarios, como la poesía, teatro, pero
especialmente el ensayo sobre política, economía, historia…como la "Memoria sobre Educación
Pública" y "El informe sobre la Ley Agraria", en el que apunta la necesidad de desvincular la tierra.

Pactos de Familia: Acuerdos firmados entre Francia y España en el siglo XVIII como una alianza
dinástica que unía a las dos ramas de la casa Borbón -la española y la francesa-, de forma que España
se vio obligada a apoyar a Francia en su política exterior, con la intención de recuperar el prestigio
internacional, los territorios perdidos por la Paz de Utrecht y defender el imperio colonial y las rutas
atlánticas del comercio americano frente al Reino Unido. Los dos primeros pactos fueron firmados
por Felipe V en 1733 y 1743, lo que supuso la intervención de España en las guerras de sucesión de
Polonia y de Austria. Como resultado España recuperó algunos territorios italianos cedidos a los hijos
de Felipe V y su esposa Isabel de Farnesio: el príncipe Carlos fue proclamado rey de Nápoles y Sicilia, y
el infante Felipe recibió los ducados de Parma y Plasencia. Carlos III firmó el Tercer Pacto de Familia en
1761 con Francia contra Inglaterra, lo que obligó a España a intervenir en la Guerra de los Siete Años,
que disputaron Francia e Inglaterra por la hegemonía en Europa. España se enfrentó al Reino Unido y a
Portugal para defender las colonias y el comercio colonial, y recuperar Menorca y Gibraltar. Por la Paz de
París España tuvo que entregar a Gran Bretaña la Florida y, en compensación, recibió de Francia la
Luisiana. También Francia y España apoyaron a las colonias británicas de América del Norte que se
sublevaron contra el Reino Unido en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos, y la Paz de
Versalles, que reconoció la independencia de Estados Unidos, permitió recuperar Menorca y Florida, pero
no Gibraltar.

Canal de Castilla: Ambicioso proyecto de infraestructura promovido por Fernando VI y el marqués de


la Ensenada como vía fluvial que permitiera comunicar la Meseta con el mar Cantábrico y transportar los
excedentes de cereal de Castilla para su exportación a través de los puertos del norte. El proyecto
preveía la construcción de cuatro canales -el ramal del norte, el de Campos, el del Sur y el canal de
Segovia- que recorrerían las tierras de Palencia, Valladolid y Segovia, si bien el de norte no se completó
y el de Segovia ni siquiera se inició. Las obras se prolongaron desde mediados del siglo XVIII -se iniciaron
en 1753 en Calahorra de Ribas (Palencia)- hasta mediados del siglo XIX cuando se concluyó en Medina
de Rioseco (Valladolid) en 1849, ya en el reinado de Isabel II. El Canal de Castilla era una vía de
transporte de bajo coste y de gran capacidad, que ofrecía otras posibilidades para el desarrollo
económico, ya que la energía hidráulica, generada por los saltos de agua en los molinos situados junto a
las esclusas, era aprovechada para la fabricación de harina, o para mover las máquinas de las
fábricas textiles o de papel. También estaba previsto que sirviera para el riego, por lo que se
construyeron arquetas en sus márgenes. Además, se formaron nuevos núcleos de población vinculados
al canal.

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