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Mario Heler Jiirgen Habermas y el proyecto moderno Cuestiones de la perspectiva universalista gy Editorial Ribies Filosofia L002, 6 Mario Heler siderarse a éste como la explicitacién del sentido de la modernidad. En re- Incién con esta euestiGn, el desarrollo del préximo capitulo atenderé a las ‘caracteristicas de la modernizacién social y cultural. Finalmente, Ia tlti- ma observacién sefiala ol paradigma que, incluso hasta nuestro siglo, pro- valecié en el pensamiento moderno: 1a filosofia del sujeto. Para Haber- ‘mas, en nuestra critiea actualidad, la comprensién de la modernidad re- quire 1a sustitucién de ese paradigma por otro ~el de la aceién comuni- cativa- que permita recuperar y completar el proyecto moderno, CaPtruto 2 Modernidad y proceso de modernizacién 1. Modernizacién cultural y social ‘Un modo de especificar las caracteristicas de Ia modernidad es considerar 1a formacién y evolucién de las sociedades modernas. Fsta es la perspecti- va que elige Habermas en Teorfa de la aceién comunicativa.* Bl surgimien. to y desarrollo do Ins sociedades modemas puede eomprenderse como un Proceso de modernizacién 0 racionalizacién. Con esta ‘ltima designacién, ‘Habermas introduce un determinado punto de vista en la interpretacion, La modernidad se caracterizarfa por tender a configurar los distintos aspectos de 1a vida social bajo formas de racionalidad. La cultura, la inte- sracién social y la socializacién adquirirén asi rasgos peculiares en las so. ciedades modernas. Su peculiaridad radicaria en su conexién con la racio. nalidad. Los desarrollos diferenciados dea ciencia, la moral y el arte, por un lado, y por otro, la forma de produccién econdmica y el aparato politi. co-administrativo son las dos vias de manifestacién de ese proceso de mo. domizacién, Puede hablarse entonces de In modernizacién cultural y de Ia modernizacién social para referirso, respectivamente, a estas dos vias, Ambos procesos so interrelacionan, aunque no siempre armonicen, 1. En Teoria de fa accién comunicatioa Habermaa desarrolla un concepto de rac ‘ed comunicativa, un coneapto de eociedad artiulado en doe niveles mundo Aa y sstexan~ y una teorfa de Ia modernidad, que intenta expliear el tipo de patalogias sociales que Ia moderizacién produce. Todo ello guiade por la Snalidad de rewfienae como vélidas “ls formas modernas de vida" (Prefacio, pp. 10-12) Adem, parte de tuak concepeicn de la rolacién entre Mlosofiay eiencia introduccién, pp. 16.17), ates Dleciendo una estrecha vinculacién entre eu diseursoy las teorfa socitdgioas (ate Aluceién, pp. 18-23). (37) Acontinuacién caracterizaré, en una primera aproximacién, Ia mod nizacién en sus dos modalidades tal como es prosentada por Habermas, y como una manera de explicitar el significado de la modernidad. Me refe- riré, luego, a la forma on que la “tragedia del desarrollo” encuentra expl cacién en Habermas como distorsiones o patologias de ese proceso. Final mente, retomaré las observaciones sobre el programa de la ilustracién con las que conclu el capitulo anterior, LL. La modernizacién cultural La modernizacién eultural afecta a la “raz6n sustantiva que se expre- sa en las imégenes religiosas y metafisicas del mundo” (Habermas, 1983: 272.213), Como consecuencia, tales imagenes se fragmentan y se concen- tran en tres probleméticas. Al disolverse su dependencia e integracién con a totalidad religiosa y metafisica, estas probleméticas se desarrollan au- ténomamente, es decir, segiin la légica interna de cada una de ellas, Los tres Ambitos resultantes son los formados por la ciencia y la técnica, el ar- te y la literatura, el derecho y la moral. En terminologia de Weber, se di- ferencian “esferas culturales de valor’.* Con ello se pone en primer plano ~ el discurso argumentativo, porque tales esferas se orientan por pretensio- nes de validez susceptibles de critica, De este modo los problemas legados por la tradicién se descom- pponen de este modo bajo los puntos de vista especificos que repre- sentan la verdad, la reetitud normativa y Ia autenticidad o la belle. 2, pudiendo en adelante sor tratados 0 como cuestiones de conoci ‘iento, 0 como evestiones de justicia, o como euestiones de gusto, lo ‘cual significa que se produce una diferenciacién de las esferas de va. lor “ciencia’, “moral” y “arte”. Fn los correspondientes sistemas cul. ‘turales de accién los discursos cientifieos, las investigaciones de teo- ria moral y teoria del derecho, Ia produecién artistica y Ie ertica de arte quedan institucionalizados eomo asuntos de expertos. La elabo- racién profesional de la tradicién cultural, bajo eada tino de esos as. ectos abstractos de vatidez, hace que resalte la distinta legalidad propia de los complejos de saber cognitivo-instrumental, préctico- ‘moral y estético-expresivo. (Habermas, 1987, i: 462; mi subrayado) El desarrollo auténomo de las esferas de valor rompe la unidad totali- zante de las imagenes del mundo tradicionales, provoca el “desencanta- 2, Bn relacién con el sentido de las “osferas eulturales de valor, véase el andlisis que Habermas (1987, 1: 206 es.) hace de Weber. Medernidad y proceso de modernizacién 39 miento” de esas imagenes y abre ast la posibilidad de la erftiea racional Este proceso de desencantamiento so inicia en el siglo xv1y “llega a su in en el siglo xvm”, Surge “del acervo de las imagenes religiosas y metaiisi. ca del mundo, por la linea de la tradicién griega y, sobre todo, de la tradi cién judeocristiana” (Habermas, 1987, 1: 224), Las imagenes del mundo pierden “su poder de prejuzgar la préetica comunicativa eotidiana a me. dida que los actores deben su entendimiento a sus propios eefuerzos de in. terpretacién” (idem, 1: 190; mi subrayado). ‘De la unidad sustancial de la tradicién permanece s6lo una unidad for- mal de la cultura, dada por la forma del discurso argumentativo.(B] fac- tor negativo de la diferenciacién de esferas de valor radiea en el distan. ciamiento entre la cultura de expertos y el gran publico. Las nuevas posi Dilidades de evolucién cultural no se integran fécilmente ala vida cotidia- na, separndose su saber del saber profesional) Los filésofos del Siglo de Jas Luees percibieron Ta amenaza de empobreciéniento del mundo de la vi- da.en el proceso de racionalizacién. El proyecto de la Tustracién reafirma Ja racionalidad dea diferenciacién de las eaferas de valor y confia en que, como resultado de Ia evolucién de tal diferenciacién, "los potenciales cog, nitivos asi acumulados pudiesen quedar liberados de su forma esotérica y ser utilizados para la praxis”, esto es, para una configuracién racional de las relaciones sociales (Habermas, 1987, n: 463) La racionalizacién de fa esfera de valor de la eiencia y la técnica se ma- nifiesta en la ‘amplincién del saber empirieo, de la eapacidad de predic. cin, y del dominio instrumental y organizativo sobre procesos empiricos” Adems, “con la ciencia moderna los procesos de aprendizaje de este tipo se tornan reflexivos, y pueden quedar institucionalizados en el subsistoma social de la ciencia” (Habermas, 1987, 1: 216). Sogxin Habermas, la pers. peetiva de la ciencia (al transformar la realidad en un mecanismo), la vin ulacién de los desarrollos cientifico-téenicos con la econom{a y con las précticas cotidianas, asf eomo el desencantamicnto del mundo que tam. ign provoca, son los factores que Weber considera para entender “la cien, cia moderna como fatum de la sociedad racionalizada” (217; véase tam. bién Habermas, 1968) Elarte integrado al culto religioso “se independizacn forma de produc- cign artistica capitalista-burguesa”. Despliega asf su propia legalidad. Su racionalizacién se refiere a las técnicas de realizacién, por un lado, y por otro, ala institueionalizacién de un puiblieo gozadordel arte y de la erfth ca de arte, eneargada de la mediacién entro los prodaetores y los recepto. res (Habermas, 1987, 1: 218). La autonomia del arte significa “la autsios toxpretacion metédicamente expresiva de una subpeividad emancipeds ae las convenciones cognoscitivas y pricticas de la vida eotidiana”. Parmi_ te, conforme al subjetivismo que impliea, Ia apariciin de un estilo de vi, a: la bohemia (219), jet ae 40 ‘Mario Heler Habermas, comentando a Weber, sefiala también el “desgajamiento de Jas ideas préctico-morales de las doctrinas éticas y jurfdieas, de los prin- cipios, méximas y reglas de decisién de las imagenes del mundo en que inicialmente estaban insertas’. La racionalizacién de la moral y el dere- cho diferencia la razén prdctica de la teérica. Conduco al derecho formal ¥ a éticas profanas de la intencién y de la responsabilidad. La filosofia. Préctica tematiza esta esfera de valor como derecho natural racional y ¢o- mo ética formal. La ética protestante pone en movimiento, desde el siste- ma de interpretacién religiosa, la tendencia hacia una ética de la inten- cién que culmina en una “ética regida por principios y universalista”. Co- ‘mo consecuencia de esta ética, las normas juridieas, en su establecimien- to tanto como en su aplicacién, pierden validez si apelan a la magia, a las tradiciones sagradas o a la revelacién. Las normas son consideradas con- venciones, pueden ser enjuiciadas en actitud hipotética y se instituyen en forma positiva: (Cuando més marcada se torna la rélacién de complementariedad entre ideas juridicas y ética de la intencién, tanto mas se convierten Jas normas, procedimientos y materias juridieas en objeto de diseu- sidn racional y de decisién profana. (Habermas, 1987, x: 220-221) De esta manera la ¢tica y el derecho adquieren fandamentos universa- istas. Las sistematizaciones del derecho natural racional penetran en la organizacién juridiea de la economia y del Estado. La ética protestante motiva a las eapas portadoras del capitalismo y orienta la accién hacia “el ejercicio ascético de la profesién” (Habermas, 1987, 1: 226). La modernizacién cultural conduce a una comprensién descentrada del mundo, elejada de la subjetividad individual y de la particularidad social. Habermas toma en cuenta la concepeién de aprondizaje de Jean Piaget (1996: passim). Considera la evolucién de las imagenes del mun- do como un proceso de aprendizaje, en el pasaje de la montalidad mitica a la mentalidad religioso-metafisica y de ésta a la moderna, Cada tran- sicién guarda relacién con nuevos niveles de aprendizaje del pensamien. to objetivante, de las ideas préctico-morales y de la capacidad de expre- si6n préctico-estética. Estos nuevos niveles de aprendizaje suponen el deslinde de un mundo subjetivo, un mundo objetivo y un mundo social (en ol apartado 3 del préximo capitulo lo trataré en detalle). Bl desarro- Mo cognitive, en sentido amplio, significa “la descentracién do una com. prensién del mundo de cuito inicialmente egocéntriea". Esto os, se eonfor- ma una perspectiva universalista, desprendida de las particularidades histérieas y, por ende, capaz de reconocimiento intersubjetive (Haber- mas, 1987, 1: 101-103) Modernidad y proceso de modernizacién a Cuanto més avanzado esta el proceso de deseentracién de la imagen del mundo [..] tanto menos ser menester que la necesidad de entendimiento quede cubierta de antemano; y cuanto més haya de ser cubierta esa necesidad por medio de operaciones interpretativas de los participantes mismos, esto es, por medio de un acuerdo qu por haber de ser motivado racionalmente, siempre comportard sea riesgos, con tanta més frecuencia cabe esperar orientacianes raciona. {es de accién. Por ello, la rasionalizacién del mundo de la vida puede caracterizarse ante todo en la dimonsién “acuerdo normativamente adscripto” versus “entendimiento alcanzado comunicativamente™ (Habermas, 1987, 1: 104; mi subrayada) Con rolacién a la evolucién moral y juridica, Habermas toma las eta- as morales establecidas por Lawrence Kohlberg (1981) para definir el ai vel ético de la modernidad como el correspondiente a la etapa postradicio, nal o posconvencional (Habermas, 1987, 1: 226; 1: 249-253). Esta etapa su. Perior de la moral corresponde al momento en que los juicids morales pue. den earactorizarse por la “reversibilidad completa de los puntos de vista” (que implica la posibilidad de colocarse en el lugar de los otros y de rece. nocor valor a cada una de las perspectivas), la “universalidad en el senth, do do una inclusion de todos los afctados” y la “reciprovidad de recone, miento igual de las pretensiones de eada participante por parte do los te, més” (Habermas, 1985: 144). La diferenciacin do osferas culturales de valor con sus légicas oapectfi- 2s; la comprensién descentrada del mundo, asi como las representasioncs juridicas y morales de tipo postradicional, son para Habermas los rasgos estructurales distintives de la modernizacién eultural entendida como ver cionalizacién, esto es, como concrecién de formas racionales en la culture, 1.2. La modernizacién social ‘La modernizacién social se vincula con la racionalizacién de los proble- tas de la reproduecién econémiea y de la lucha por el poder politico, En este proceso emergen la empresa capitalista y el Estado moderno, como sistemas complementarios y mutuamente estabilizantes. La empresa oar pitalista, en tanto mticleo organizativo de la economfa, se separa dle la ha, sienda doméstica. En sus decisiones, se orienta ~con ayuda del edleulo 0 contabilidad racional~ por las oportunidades que ofrece el mercado de bic. nes, de capitales y de trabajo. Desde el punto de vistade su eficiencia, or. ganiza la fuerza do trabajo y hace un uso téenico de los conocimientos ientificos. El Estado moderno establece un sistema de control centralize. do y estable. Crea el derecho y monovoliza el emnlealeritimn da In fen, 2 Mario Heler za, para lo cual dispone de un poder militar, Administra burocrdticamen- te, esto os, mediante una dominacién de funcionarios especializados (Hla. bermas, 1987, 1: 214-915)? Ena ecoomf capitalist le preducin queda a vee que con- telinda,apltiennent ropulad a reve da mercado eto, ae no addin or ou parte aaeividades cone jrdetogs qe para el camplimionto desu fanctoneeordonadara nde os tener au rsuron dels ingrvon privacy, eganie ees tec jaridic ent eontandents zone que a porns dil proceo producivo «alo do persue prvadsn, abeoee 1907 149) La produceién econémica queda entonces organizada en forma capita lista y la administracién priblica, en términos burocrdticos. Los medios materiales de la empresa capitalista y do los institutos estatales so con- centran en manos de propietarios y de Uideres. La pertenencia ala organi- zacién no depende de caracteristicas adscriptas, sino de laa capacidades adquiridas. Las organizaciones econémieas y estatales poscen “un alto grado de floxibilidad en el interior y de autonomfa hacia el exterior”. Se Presentan asf como sistemas autorregulados eficientes. Bn virtud de tal cficiencia, "las formas de organizacién quo representan la econom{a eapi- talista y In administracién estatal moderna se imponen también en otros ‘Ambitos de accién” (Habermas, 1987, u: 443-444) (después veromos lo que cello significa). En tanto que sistemas de accién autorregilados se los puc- Ge eonsiderar como un caso especial de los sistemas vivos. Desde esta perspectiva su organizacién intenta mantener su consistoncia frente a un entorno inestable. Esto se logra mediante los procesos de intercambio del sistema con cl entorno. Su fin, entoness, os la autoconservacién (214). En las sociedados modernas, la economia y la administracién politica se distinguen por generar un proceso de control sistémico independiente de criterios externos a los subsistemas que conforman, Como veremos con més detalle después, con el capitalismo tal control sistémico Hega a un nuevo nivel evolutivo, al institucionalizarse un medio de eambio como el dinero. Sélo con el eapitalismo surgo un sistema econémico que hace dis- currir por canales menctarios, lo miamo el tric interno entre Presas quo el intereambio de éstas con aus entarnos no eeonémicos, 8. Véaso Habermas (1987, tn, 26) en relacién eon Tas earncteristices de ls funciona ros dela buroeraca sogin Reinhardt Rend. ‘Modemidad y proceso de modernizacién 6 cuales son las eafera doméstica y el Estado, {..] La economfa slo puede constituirse como subsislema gobernado monetariamente en Ja medida que regula el intereambio con sus entornes sociales a tra- v¥és del dinero, (Habermas, 1987, u: 242) La administracién estatal, como 1a produccién econémica, se convierte en un “subsistema emancipado del contoxto normative” y pasa a rogular- se por otro medio de control sistémico: el poder. La conatitucién del sub- sistema econGmico requiere de un sistema juridico y de una administra- ign péblica que protoja los mereados de biones, de capital y de trabajo (Habermas, 1987, 1: 288). El derecho se convierte para ello en un medio organizativo utilizable conforme a una racionalidad con arreglo a fines. Desconectado de motivos éticos e impuesto coorcitivamente, permite des lindar los ambitos donde el individuo puede persegruir legitimamente sus fines. Las interacciones en la sociedad se configuran como “transaeciones entre sujetos privados efectuadas con vistas al éxito” (idem, 1: 251). El aparato del Estado so hace dependiente del subsiatema econo- mia regido por tn medio de control sistémico; ello Te obliga a una reorganizacién qua conduc, entre otras cosas, que el poder peliti- ‘coquede asimilado an estructura de un medio de control setémico, el poder queda asimilado al dinero (Habermas, 1987, ts 243; brayado) 1.3. Integracién social e integracién sistémica En las sociedades modernas, el problema del mantenimientoy el desa- rrollo del sustrato material viene asegurado y promovido por la extensién yy consolidacién de la economfa de mereado en todo el territorio del Esta- do, De esta forma, tales sociedades entran en “el estadio de ma reproduc ign autosuficiente, regulada por sus mecanismoa propulsores", El orden juridico y constitucional, en tanto establece una “dominacién legal”, hace factible una relaciGn de complementacién y de reetproca estabilizacin en- tre la economfa eapitalista y ol Bstado (Hinbermas, 1987, 1: 448), ‘La modernizacién social eoncierne, por tanto, alas formas en quela so- ciedad halla colucién al mantenimiento y crecimiento de su sustrato ma: terial. Las sociedades modernas eneventran tal solucién ena produccién capitalista y la dominacién legal burocrdtica. Con ia empresa capitalista y el Bstado burgués so instaura una recionalidad instrumental efieaz pa- +a los objetivos perseguidos, que se reducen a la autoconservacin del sis- tema que constituye la soeiodad. Los dos subsistemas reqieren de cier- tas condiciones para su surgimiento y desarrollo, que son ereados por Ia

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