Está en la página 1de 11
1 ¢QUE HAY TRAS UN SINTOMA? tropologia, se ha desplegado en os tltimosatios porcuestiones como 13 os yas expresiones de: ente poco tiempo, un fenémeno que hak tendido habitualmente como una realidad fisiopat rian en esta apreciacién, desde Byron Good y Mari-Jo DelVecchio Good (1981: 165) hasta Margaret Lock (1991: 87), desde Arthur ‘Kleinman (1988: 10) hasta Scheper-Hughes (1992: 181), desde Ma- n este context se encuentran, la pregunta de Menninger parece habe brado un mayor grado de complejidad. Por toma, una realidad fisiopatolégica o una el ¢Qué hay tras un sintoma, un conflicto intraps estructuras de la economia-polit gc6mo podremos darcuenta de: cAntropologia o psiquiatria? te las dos tltimas décadas, impulsar una orientacion te6rica y etn dad y sus expresiones, De forma casi invariable, este tipo de apor sh nocida en el panorai 1982: 1-34; Chrisman y Johnson, 1990: 111). Como restrado a crticar este exes sde perspectivas logia médica ritica) (Baet Baer y Lazarus, 1990: V; micia ha ofrecido poco juego a la y las narrativas de enfermedad o aflic ‘embargo, en su ejercicio critico -as tedricas, como la J tropologia m 1990: 189) mada Critically Applied (Critica interpretativa) (Lock y Scheper Hughes, 1990: 48-50). A pesar del estallido de tendencias y de ter doenlos podemos hak existencia de una antropologia inte Ia enfermedad que, con mayoro expresione tarea etnografica ha c cultural en que viven los individuos que pre Ios expresan y los interpretan. Esta aproximac opea (Gadiame 1977: 27; Good y Good, 167; Lock, 37), 15 1969) y de algunos antropélogos destacados de la an- cultural de tipo simbs Lerpretativo 0s setenta del siglo XX, como Vietor Tar= conocidos por defender habitual elegancia cuando afirma que los cientificos sociales estén cada ver. menos interesados por la clase de regularidades que conecta planetas y péndulos y mas crisantemos y espadas.” ha producido un entido, en la psiquiatria el “Tras una histérica contro psicol6gicos, fenomenol6- nico-politicos, la psiquiatria se les, Geertz lo expresa c sntado por una orien lad dentro de la biomedicina. Las vida sexual, el Complejo de Edipo, cas), Ja comunica- fenomenologicas y existencialistas 50 a una mayor biclogizacion de los principios. En cor toma ha sido observado como una manifestaci is en un mundo de visceras y mncontexto cultural, Dichoen otras al dominio conceptual de 23. Se trata de Ruth Beriedi enfermedad que es observable por el profesional y por nifestacion derivada de la percepci6n y expresién del pro- ente. Como apunta Stone en su American Psychiatric Glos- Evidencia objetiva de una enfermedad racion espectfi na anormalidad fisica 0 percepcién subjetiva de la enferm Adviértase que «signo» y «si vergentes, denotan drdenes de real tal como es definido por Stone y por iad bien distintos. El signo, a mayoria de tratados de ie asociaci6n con las, ca. De ia de fuego a mos la presenci stra la particularidad de ser una fad que, como la pu se inscribe en el lo cierto es que ci6n que ha elaborado el pacie es corporales, fa que aqui seesta discutiendo, Analicemos lo que Geertz porque él mismo, aungue de form ofre- si tratamos de pro- fundizar en el tema las yan a desvelarse. Una lectura atenta de la cita de Geertz permite rescatar un motivo que en su texto solo tiene un caracter episédico: la idet tificaci6n que establece entre si y significantes. Bsta aso- gui porque de las principa- tario." En cambio, desde la an los sintomas como realidades natura- igicas. Un ejemplo puede ser titi Es sabido que algunos sujetos procedentes de sntan alucinaciones au suele proceder mediante un 90 que permita inscribit ntoma puede serentendido como u ny objetivacién de «algo que se dice»—" curso y evol sintoma ma metodolégicamente similar a com marco cultural determinado, pero con la pect contextualizacion clinica ahora se dota de una mecani lad y de universalidad que convierte esta activida procesos fisiopatolégicos, como la dopaminérgicas cerebrales. El diagndstico, aplicacién de un tratamiento con antipsicétic la supuesta disfunci6n neuroguimica, Fl resultado sera una neralizacion muy distinta a la establecida desde el modelo etno: grafico, pues lo relevante sera vinet procesos psicofisiol6gicos pi 2, Ricoeur puesta queda atrapada en la basqueda de una explicacion (Er entendiendo este término en su sentido de modo de co- los hechos que en las representaciones.”' Aqui, como es evidente, To que esté en juego no es una biisqueda del sentido, sino una inda- rrelacionar los sintomas.con una serie de proce- ‘ss subyacentes a partir de una logica etiologica 0 etiopatogénica. rece evidente que preguntarst \estionarse autor en un alar- nos que el indivicio que estamos indo a otro cuya a ion no intencional y concretamente de un tic;en el segundo de un guifio, Ambas acciones sor des. Esta vez tam! jento del parpado y de un gu ct limo ya no {c6rico: trata de de en oposici6n a una des de complicidad, de ser lo mismo. Lo que inten cetnografia como una descripcién densa nn superficial para la que un tic, un de parodia vend cetnogralia seria ografia o de los mode- dela diferencia entre ‘Una oposici6net | ba y prefiguran tanto sus lin os; y ese tipo de descripeién recibe ag pein densa» en tanto que opuesta ala des al y puramente fenoménica — Porn lado, guifio ica centrarse sucontexto de produccién, con lo cual un guifio se ve sometido a una variedad enorme de sentidos 0 si caciones, Noes lo mismo guifar el ojo con el propésito de conspi- rar con un amigo que con la intencién de imitar de forma desma- fiada a otro toda la discrecion que pues aqui el parpadeo wo lisico (un eczema en la epidermis, por sig. no respon constituidas, imérprete o dest complejo y a fo también centrarsc en cl sigx \cialmente codificado € ‘mos equivocarnos donde solo hay parox 24 / 2s ‘asi mismos y que no responden a una logica lingtistica y cultural En una casi perfecta y no casual ope tuna de las estrategias de la perspectiva antropolégica es mostrar los sintomas como gui- fios que encierran un significado que habla de mundos culturales de afliccién y sufrimiento, Veamoslo en un caso conecreto. @Mal de ollo 0 trastorno paranoide? Durante mi trabajo etnografico en diferentes disposi itrica de Barcelona (Cataluna, Espa ura clinica yl to, Se trata de un caso jogrfica pueden entraren| ie desde el punto de vista psiqu ente manera: jagndsticos como el DSM-IV de la Asociac quiatria yla CIE-10 de la Org me, lo importante es la agru ntomas con objeto de elabo irome paranoide agudo», torno psicético no especificad: ticas mas cercanas a la descripcién lambign signosa par ica psicofisiol6gica que es solo ssbozada en su dimensién aparente. La razén de ello no es un hazo de las posibles relaciones causales entre sintomas y pro: logicos, sino el hecho de que las causas 0 proce ‘onocidos: no existe hoy por hoy una prueba médica que permi- ar un sindrome paranoide agudo o una idea de Después de una lectura m hecho: no sabemos nada del signit lo cierto es que percibimos que ign persigue, con qué obj rma egocéntrica jentos se trata y cual es significados que da sent no de cosificacién al signo y al sintoma: se puede ideas de autorreferencia de «poco estructuradas» de hablar de una perplejidad mo- sas en sangre. El resultado final sma edad que tenfa rmedad. € un paisaje psicopatol6gico con apar peroasu vez, cde su marco biogr’ de sentido. De esta cuando fall cardcter generalizable Como podemos: meja al esti- lo expositivo del ans del caso x biografia y contex- 0s por un momento descentramos de la perspe ion diagnéstica y tratemos de aprehender el mismo caso desde una aproximacién etnogeéfica. Expresado en relevantes que aparec descripcién clinica: las ideas de perjuicio, persecucién y autorreferencia. Desde un punto de vista marecen fuertemente in liagno lados, pero no fos adquieren su as ideas de perse: ‘a mundos locales de signific acabamos de preser ifestaciones cuya logica responda a procesos psicofisiol6 ee tuir el sentido al sentido imbiado: o se le sumaba la con una leucemia. Para nus taba de u nvidia de hermanos y bruja de co para la mejor definicién de estas formas posi- ipeién etnogratica linar con términos del ‘casado en casa, mal propio ambito del deollo,a sombra, 0 enganido y mei te, no es lo mismo hablar de mal de ollo que de sindrome del ene las mis a claboracién descriptiva en tér yrmante; se refiera este a mal dle otras experiencias de malestar llama: ilture-bound syndromes como: chisa sdo y el paciente lan las distancias y nte noon vivencias d ante, sino, cetnografico y hwa-byung, woot-wa-byung, bu. isin dub kedewandewan,dind nal de ollo. Sinembargo, sigue o es objeto de de ojo y la experiencia proxima en si misma, pues, lo que esta denota es el acercamiento que r al observado para una mejor comprensi6n de su vie ie procedimiento, aun cuando pueda parecer limi estos dos conceptos gx el trabaj ser un César para comprender o ajeno es importante para la evidencia de la comprensién, n absoluta para la interpret externa) 0 la aqu lestar) y disease (patologia) en a. Con todo, las diferencias entre la indaga- in antropol6gica redado 108 perciben los sintomas como eps expe iicasy psiui antropologia mi i6n psiquistrica y la comp | a estas alturas claras: donde 31 , aunque este sea somero, como la no pertinencia antro- pologica de! nar entre lo normal yo ps ‘oanalista 0 psicélo- ermenéutica para entender tomas. Si hay algo que separa mas nitida: inte a estos dos modos de pensar es preci iacion de la psiquia- patol6gico. Por otro lado sntido patol6gico, sino un sentido otro tipo de informacién: Ia forma en que una ex malestar ou

También podría gustarte