El aislamiento sísmico es una técnica utilizada en la ingeniería civil para proteger

estructuras contra los efectos destructivos de los terremotos. Consiste en separar

la estructura del suelo que la sostiene mediante dispositivos especiales, tales
como aisladores sísmicos o sistemas de amortiguamiento, que permiten que la
estructura se mueva de manera controlada durante un terremoto.
Estos dispositivos reducen la transmisión de las fuerzas sísmicas a la estructura,
lo que disminuye la probabilidad de que sufra daños significativos. En lugar de
resistir directamente las fuerzas del terremoto, el aislamiento sísmico permite que
la estructura se desplace lateralmente de manera controlada, absorbiendo así la
energía liberada durante el temblor.
El objetivo del aislamiento sísmico es proteger la vida humana y minimizar los
daños a las propiedades durante eventos sísmicos, aumentando la seguridad y la
resiliencia de las estructuras frente a estos fenómenos naturales. Esta técnica se
utiliza en la construcción de edificios, puentes, hospitales y otras infraestructuras
críticas en regiones propensas a terremotos.