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Habitación 228

Linda se hallaba en el centro de la pista de baile junto a


Ross y Janet, eran sus amigas desde primaria, ellas la
habían animado para que fuera a la fiesta, Linda no era
muy fiestera, pero como estaban en último año y tal vez no
las vuelva a ver estaba aprovechando el tiempo que les
quedaba juntas.

El reloj marcó las 12 mientras las chicas bailaban, Linda al


ver la hora decidió retirarse de la pista, se recostó sobre el
mostrador de bebidas y pidió un whiskey, total, estaban a
pocos meses de terminar la escuela y si el director se
enteraba no le pasaría nada, es más, a él le podría pasar
algo peor ya que el siempre coqueteaba con ella y si él
hablaba ella iría a la policía y le pondría una demanda por
acoso y lo arrestarían, así que ella estaba libre de cualquier
cargo.
Le trajeron su whiskey, se lo tomo en cuestión de
segundos — después de la cuarta bebida ya no hace nada
— Se dijo a sí misma.
Ella miro fijamente al bar tender era muy lindo a su
parecer, se le hacia un poco conocido, tal vez un amigo de
la infancia, aun así, coqueteo un poco, pero él no le puso
caso a ella, sino que estaba mirando a Janet que estaba en
el centro de la pista bailando, —- Estoy muy ebria debo
salir de aquí— Pensó.
Se abrió paso entre las personas y vio a sus amigas todavía
bailando, se les acercó — Chicas lo siento tengo que irme —
dijo alzando la voz.
—Tan temprano— Replico Janet
—Son las 2 de la mañana ¿a eso le llamas temprano? —Dijo
Linda.
—Está bien, al menos viniste—Dijo Ross
—Lo siento chicas, la próxima me quedare hasta el final.
Linda se despidió de sus amigas y salió de la discoteca.
Eran las 2 de la mañana y Linda caminaba sola por las
oscuras calles de portland, su cabeza daba vueltas y sus
rodillas estaban casi en el suelo, había bebido demasiado
esta noche y no había encontrado ningún chico con que
ligar y que la llevara a casa. Era muy peligroso para una
chica de 17 andar por las calles a esas horas.
Linda escucho unos pasos detrás de ella, se dio la vuelta y
nada --- Tal vez sean cosas mías, tranquilízate--- Pensó.
Trató de agilizar el paso mientras pensaba --- ¿qué pasaría
si me secues...
Un pequeño respiro en su nuca la saco de sus
pensamientos, seguido de unas manos muy fuertes
apretando su garganta, trato de gritar, pero era demasiado
tarde, sentía que se quedaba sin aire, sintió como caía en el
pavimento mientras sus ojos se nublaban y su mente se
desvanecía.
--- Ya eres mía--- Le susurro al oído, mientras la subía a
su camioneta.
Capítulo 1
La agente especial Melissa Thurmont se dirigía hacia la
oficina del director Buck, Melissa era la mejor de su grupo
así que era muy extraño que el director la llamara hacia su
oficina, ella era alta 1,74 para ser exactos, piel clara y pelo
rojo, cuando era novata sus compañeros masculinos la
acosaban por su belleza, pero al pasar el tiempo
comenzaron a respetarla.
Llego a la puerta de la oficina estaba muy nerviosa era la
segunda vez en sus 10 años de carrera que el director la
llamaba.
Abrió la puerta con sus manos temblando, el director la
estaba esperando a unos centímetros de la puerta.
—Por fin llega agente Thurmont, tome asiento—Dijo el
director señalando una silla enfrente del escritorio.
Ella tomo asiento, sus manos temblaban, el jefe era un
hombre que infundía miedo y se ganaba el respeto, tenía
unos sesenta años, su pelo era gris, era muy alto y el único
que hacía temblar a Melissa.
El jefe cerró la puerta detrás de ella y se sentó en su
escritorio, abrió una carpeta grande color rojo que se
encontraba encima del escritorio.
— Agente, necesito hablar con usted de algo serio, ayer
reportaron la desaparición de Linda Harvey y hoy
encontraron su cuerpo sin vida debajo de un puente con
sus manos y pies atados.
—¿Y para que me solicita?
— La policía de Portland la necesita para este caso.
—¿Enserio?
—¿Alguna vez he bromeado con usted?
—No, no, para nada señor, lo único que es que me tomo
por sorpresa.
— Bueno al parecer hoy es su día de suerte, le asignaremos
un compañero para este caso.
—¿Cuándo empiezo?
— ¿Por qué dejar para mañana lo que puedes hacer hoy?
— Esta bien — Dijo seguido de un largo suspiro.
— Le enviare los informes del caso por correo.
— Los espero — Dijo, se levantó de su asiento y salió de la
oficina.
Cuando iba caminando por el pasillo recibió el correo del
director y pocos minutos después la llamada de su nueva
compañera.
Le dijo que se encontraría en un Starbucks a las 9, Melissa
llego 10 minutos antes, así le daba tiempo para revisar los
informes más detalladamente.
A las 9 en punto llego su nueva compañera, nunca la había
visto era oficial del departamento de policía de portland,
bajita, pelo castaño hasta los hombros, era unos años
menor que Melissa.
— Buenos días agente thurmont, mi nombre es Donna
Riverston.
— Buenos días agente Riverston, encantada de conocerla.
— Me comunicaron que iríamos directo a la escena del
crimen.
— Claro— Respondió Melissa tratando de disimular su
emoción y sus nervios.
Subieron al auto de Donna y se fueron directo a la escena
del crimen.
En el camino comenzaron a repasar los informes.
— ¿Y qué sabes del caso? — Pregunto Donna
— Bueno, Linda Harvey la chica de 17 años que
reportaron como desaparecida ayer, hoy hallaron su
cuerpo sin vida debajo de un puente con sus manos y pies
atados.
— La chica estaba en una fiesta antes de ser secuestrada,
había salido ebria a las 2 de la mañana y nadie se ofreció a
llevarla, sus amigas estaban con ella y no la acompañaron.
Hubo un silencio incomodo todo el camino.
Llegaron a la escena, había patrullas por todos lados había
4 policías custodiando la entrada y los vagabundos habían
sido sacados del lugar.
Donna las presento, las dos sacaron su identificación, el
policía les dio paso a la escena del crimen.
Fueron debajo del puente, allí encontraron al jefe de
policía de Portland, él le explicó a Melissa su trabajo en la
escena.
— Agente Riverston, Agente Thurmont, están a cargo de
la escena, cualquier cosa que necesiten se lo piden a los
policías.
— Entendido— Respondió Donna.
El jefe de policía se retiro y las dejo revisando la escena.
— No hay sangre en la escena— Dijo Donna.
— Es un claro caso de ahorcamiento, tiene hematomas en
el cuello y un golpe notable en la cara.
— ¿El asesino la golpeo?
— Lo dudo, no tiene la forma, ni la profundidad de un
golpe de puño y menos de algún arma.
— ¿Y si la golpeo contra la pared o contra el suelo?
— Tal vez contra el suelo, tiene pequeñas hendiduras de
piedras, superficiales, pero suficientes para ser notables.
— El asesino tiene que ser un hombre, con fuerza
suficiente para ahorcarla sin que nadie se diera cuenta y
que si la tiraba al suelo se le queden las marcas del asfalto.
— Estas en lo cierto, las manos de las marcas son muy
grandes como para las de una mujer.
— ¿Y si ella lo conocía? Tal vez se ofreció a llevarla.
— Y ella acepto, piénsalo, estaba sola a las 2 de la
madrugada cualquier persona que se hubiese ofrecido a
llevarla ella lo aceptaría.
—¿Crees que el asesinato pudo ser pasional? Lo digo por
las ataduras.
— No lo sé, hay que investigar si tuvo novio
recientemente.
Donna tomo su teléfono para hacer algunas llamadas con
respecto a si ha tenido pareja recientemente.
Melissa se aparto del cuerpo y fue a revisar los alrededores
para ver si había huellas de pisadas, automóvil o
motocicleta.
Afuera había un terreno con hierbajos y al final del terreno
era rocoso
—Es muy probable que si vino en camioneta se queden las
huellas de las llantas en el suelo y mas si a llovido en estos
días — Pensó

Reviso un poco más pero no encontró nada, no había


huellas de llantas ni nada por el estilo, ni siquiera de
pisada y eso que era un lugar de vagabundos.

— ¿Y si limpió la escena? ¿O si era uno de los


vagabundos?

Melissa se espantó al oír a Donna llamarla con apuro.


— ¿Qué pasa? — Pregunto Melissa.
— La victima tuvo pareja Michael Kigan, hace 2 meses se
separaron porque el la golpeaba y no la dejaba salir.
— Perfecto ¿Tienes la dirección?
— Claro queda a 15 minutos de aquí, vamos a hacerle una
pequeña visita.
Corrieron al coche tratando de llegar lo más rápido
posible, antes de que se enterara y tratara de escapar.
Capítulo 2
El transito no estaba tan pesado, llegaron super rápido a
casa de Michael, había una línea de autos frente al
edificio, Donna se estaciono en la otra calle.
El estaba sentado en el balcón del tercer piso, llorando,
con una foto en la mano, se veía muy dolido.
Melissa y Donna subieron unas largas escaleras hasta el
tercer piso, tocaron el timbre varias veces hasta que
Michael salió secándose las lágrimas.
—¿Que necesitan? — Pregunto con un tono de voz
decaído.
— Soy la agente especial del FBI Melissa Thurmont y ella
es la oficial de policía Donna Riverston, necesitamos
hacerle unas preguntas con respecto al asesinato de su
expareja Linda Harvey.
— Pasen.
Entraron a la casa, pasaron por una sala decorada
modernamente, siguieron por una puerta que daba directo
al balcón.
— Aquí podemos hablar sin esas viejas chismosas se
enteren.
Donna dejo que Melissa se encargue del interrogatorio.
— Veo que esta muy triste, al parecer le dolió la muerte de
Linda.
— ¿Como no me va a doler?, yo la amaba.
— ¿La amaba tanto que la golpeaba?
— ¿Cómo se entero de eso? ¿La vieja chismosa de al lado
le conto?
— No, Pero responda mi pregunta.
—Está bien, lo hacía porque, no quería saliera y le pasara
algo como esto, pero esas amigas de ella siempre venían a
buscarla y se la llevaban para fiestas y ellas también a
convencieron de que me dejara.
— Usted es mucho mayor que ella, ocho años para ser
precisos, es demasiado.
— Lo sé, pero yo la amaba, quería algo serio con ella.
— Eso es todo por hoy, le dejo mi tarjeta por si recuerda
algo más.
El asintió y tomo la tarjeta en silencio.
Las chicas salieron del departamento, Donna la iba a llevar
a un hotel donde Melissa pasaría la noche y en la mañana
se reunirían de nuevo para ir donde el forense.
Se subieron al coche, estuvieron todo el camino al hotel
hablando del interrogatorio.
Llegaron al hotel, Donna la dejo en la entrada y se
marchó, Melissa se registro y le dieron una habitación
quinto piso la 356.
Melissa se subió al ascensor, llego al quinto piso, camino
por el pasillo buscando la habitación 356, la encontró a
mitad del pasillo, en frente otro elevador.
Melissa entro a la habitación y había una canasta de frutas
en la repisa con una nota al lado del jefe de policía que
decía: {En agradecimiento por aceptar nuestra invitación
en este caso}.
Puso sus llaves y su cartera en la repisa junto a la canasta,
dejo sus zapatos en la entrada y fue directo al baño a
ducharse, después de un largo día de trabajo eso y un buen
te era lo que necesitaba.
Entro a la ducha y puso el agua fría, dejo que cayera sobre
sus hombros y comenzó a pensar en Michael se veía tan
triste y dolido, pareciera como si hubiese perdido algo
muy importante para el y se reflejaba en su mirada y en su
hablar.
Termino de ducharse y fue a vestirse, se puso su pijama
favorito, sus pantuflas y activo el agua caliente para
prepararse un té.
Se tumbo en el sofá y comenzó a leer los informes del
caso otra vez, aunque, no estaba completo, faltaba el
informe forense que mañana le seria agregado.
. — Un hombre— Una palabra que repiqueteaba en su
mente. — Uno con suficiente altura y fuerza como para
ahorcarla sin que nadie supiera, tirarla al suelo y que se
queden las marcas de asfalto en su cara
El agua estaba lo suficientemente caliente, Melissa no
dejaba que se enfriara ni un segundo, en toda su vida
nunca se había bebido un te o un café frio, era algo que le
repugnaba.
Tomo un sobre de té rojo de su maleta, hecho el agua
dentro de una taza transparente y le puso el sobre de té,
veía como el agua se volvía roja como la sangre, —No
había rastros de sangre en el cuerpo de la víctima —
Pensaba.
Eran pasadas la 11:00 pm y Melissa todavía estaba
revisando los informes, después de un par de tazas de té,
se decidió a que tenia que mirar desde los ojos del asesino,
era la mejor forma de saber cómo sucedió todo.
Se puso unos tenis negros, una chaqueta de cuero, tomo su
celular y se marchó a la discoteca donde había estado
Linda Harvey antes de ser asesinada.
Camino por toda la calle hasta llegar a la discoteca, había
una fiesta y mucha música, entro y pidió una cerveza de
raíz, no solía beber a esas horas, pero creía que si lo hacía
podía ver mejor desde los ojos del asesino.
Se tomo la cerveza y salió del lugar, estaba muy solitario y
eso que solo eran las 12, se puso enfrente de la puerta
empezó a caminar como si estuviera ebria.
— Camino todo esto— Pensó. — Tal vez lo conocía él se
ofreció a llevarla y ella acepto, total una chica de 17 sola
en medio de la noche, quizá la tomo desprevenida o la
cedo, la subió a su camioneta o a su motocicleta, si alguien
los vio seguro pensó que eran una pareja.
Siguió haciéndolo hasta llegar al hotel e incluso en el
ascensor, por los pasillos y se detuvo en la puerta.
— Tenemos que interrogar al bar tender, a sus amigas, a
sus compañeros de clase y a sus padres — Dijo en voz
baja.
Llego a su habitación, abrió la puerta, dejo los zapatos en
la entrada, se quito la chaqueta, se tumbó en la cama y
tomo su teléfono para pedir algo de comida ya que no lo
había hecho en todo el día.
Se pidió una ensalada, pan francés, una soda y un yogurt
para cubrir la parte de la merienda, la comida llego en 10
minutos, tiempo que le dio a Melissa devolver un par de
llamadas que no había podido tomar por trabajo.
Entre las llamadas estaban, una del jefe Buck, de su
madre, de su mejor amiga y de su prometido, llevaban 5
años juntos se comprometieron hace 2 años y ya tienen
planes de bodas, un chico de buena familia e increíble con
Melissa.
Todas las llamadas estaban acompañadas de mensajes del
correo de voz.
El mensaje de voz de su jefe decía: Agente Thurmont, el
jefe de policía de Portland me informo que ya empezó sus
labores, felicidades, se ha desarrollado muy rápido.
El mensaje de su madre decía: Cariño felicidades, cuando
fue que creciste, estoy muy orgullosa de ti.
No pudo evitar sonreír con lagrimas en sus ojos, se sentía
muy orgullosa de si misma, hasta logro que el jefe hiciera
algo que muy pocas veces hacía, Felicitar.
Luego escuchó el mensaje de su prometido, decía que la
extrañaba y que era muy difícil vivir si ella, también decía
que se cuidara pues las cosas estaban muy difíciles y que
lo llamara pues ya había encontrado una fecha para su
boda.
Melissa dejo el celular en la cama y se dispuso a comer lo
que había pedido, miraba su anillo y recordaba cuando
James ´Su prometido` le pidió matrimonio en su
cumpleaños.
En ese entonces tenía 27 y su madre le decía que nunca se
casaría, ella pensaba que era una responsabilidad muy
grande y quería el hombre perfecto, uno que la amara y
que se preocupara por ella, pero, que no interfiriera en su
trabajo, tardo mucho, pero la espera no fue en vano,
encontró al mejor hombre del mundo.
Ella se terminó su cena y se tumbó en la cama, tomo su
celular y le escribió a su prometido que lo llamaba en la
mañana.
Llamo a Donna y le conto sobre lo que había hecho antes,
acordaron que Donna la pasaría a buscar para ir a
interrogar al bar tender.
Soltó el teléfono y se fue a dormir, paso una eternidad para
que pudiera conciliar el sueño, pero al final se quedo
dormida como una t

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