Linda se hallaba en el centro de la pista de baile junto a
Ross y Janet, eran sus amigas desde primaria, ellas la habían animado para que fuera a la fiesta, Linda no era muy fiestera, pero como estaban en último año y tal vez no las vuelva a ver estaba aprovechando el tiempo que les quedaba juntas.
El reloj marcó las 12 mientras las chicas bailaban, Linda al
ver la hora decidió retirarse de la pista, se recostó sobre el mostrador de bebidas y pidió un whiskey, total, estaban a pocos meses de terminar la escuela y si el director se enteraba no le pasaría nada, es más, a él le podría pasar algo peor ya que el siempre coqueteaba con ella y si él hablaba ella iría a la policía y le pondría una demanda por acoso y lo arrestarían, así que ella estaba libre de cualquier cargo. Le trajeron su whiskey, se lo tomo en cuestión de segundos — después de la cuarta bebida ya no hace nada — Se dijo a sí misma. Ella miro fijamente al bar tender era muy lindo a su parecer, se le hacia un poco conocido, tal vez un amigo de la infancia, aun así, coqueteo un poco, pero él no le puso caso a ella, sino que estaba mirando a Janet que estaba en el centro de la pista bailando, —- Estoy muy ebria debo salir de aquí— Pensó. Se abrió paso entre las personas y vio a sus amigas todavía bailando, se les acercó — Chicas lo siento tengo que irme — dijo alzando la voz. —Tan temprano— Replico Janet —Son las 2 de la mañana ¿a eso le llamas temprano? —Dijo Linda. —Está bien, al menos viniste—Dijo Ross —Lo siento chicas, la próxima me quedare hasta el final. Linda se despidió de sus amigas y salió de la discoteca. Eran las 2 de la mañana y Linda caminaba sola por las oscuras calles de portland, su cabeza daba vueltas y sus rodillas estaban casi en el suelo, había bebido demasiado esta noche y no había encontrado ningún chico con que ligar y que la llevara a casa. Era muy peligroso para una chica de 17 andar por las calles a esas horas. Linda escucho unos pasos detrás de ella, se dio la vuelta y nada --- Tal vez sean cosas mías, tranquilízate--- Pensó. Trató de agilizar el paso mientras pensaba --- ¿qué pasaría si me secues... Un pequeño respiro en su nuca la saco de sus pensamientos, seguido de unas manos muy fuertes apretando su garganta, trato de gritar, pero era demasiado tarde, sentía que se quedaba sin aire, sintió como caía en el pavimento mientras sus ojos se nublaban y su mente se desvanecía. --- Ya eres mía--- Le susurro al oído, mientras la subía a su camioneta. Capítulo 1 La agente especial Melissa Thurmont se dirigía hacia la oficina del director Buck, Melissa era la mejor de su grupo así que era muy extraño que el director la llamara hacia su oficina, ella era alta 1,74 para ser exactos, piel clara y pelo rojo, cuando era novata sus compañeros masculinos la acosaban por su belleza, pero al pasar el tiempo comenzaron a respetarla. Llego a la puerta de la oficina estaba muy nerviosa era la segunda vez en sus 10 años de carrera que el director la llamaba. Abrió la puerta con sus manos temblando, el director la estaba esperando a unos centímetros de la puerta. —Por fin llega agente Thurmont, tome asiento—Dijo el director señalando una silla enfrente del escritorio. Ella tomo asiento, sus manos temblaban, el jefe era un hombre que infundía miedo y se ganaba el respeto, tenía unos sesenta años, su pelo era gris, era muy alto y el único que hacía temblar a Melissa. El jefe cerró la puerta detrás de ella y se sentó en su escritorio, abrió una carpeta grande color rojo que se encontraba encima del escritorio. — Agente, necesito hablar con usted de algo serio, ayer reportaron la desaparición de Linda Harvey y hoy encontraron su cuerpo sin vida debajo de un puente con sus manos y pies atados. —¿Y para que me solicita? — La policía de Portland la necesita para este caso. —¿Enserio? —¿Alguna vez he bromeado con usted? —No, no, para nada señor, lo único que es que me tomo por sorpresa. — Bueno al parecer hoy es su día de suerte, le asignaremos un compañero para este caso. —¿Cuándo empiezo? — ¿Por qué dejar para mañana lo que puedes hacer hoy? — Esta bien — Dijo seguido de un largo suspiro. — Le enviare los informes del caso por correo. — Los espero — Dijo, se levantó de su asiento y salió de la oficina. Cuando iba caminando por el pasillo recibió el correo del director y pocos minutos después la llamada de su nueva compañera. Le dijo que se encontraría en un Starbucks a las 9, Melissa llego 10 minutos antes, así le daba tiempo para revisar los informes más detalladamente. A las 9 en punto llego su nueva compañera, nunca la había visto era oficial del departamento de policía de portland, bajita, pelo castaño hasta los hombros, era unos años menor que Melissa. — Buenos días agente thurmont, mi nombre es Donna Riverston. — Buenos días agente Riverston, encantada de conocerla. — Me comunicaron que iríamos directo a la escena del crimen. — Claro— Respondió Melissa tratando de disimular su emoción y sus nervios. Subieron al auto de Donna y se fueron directo a la escena del crimen. En el camino comenzaron a repasar los informes. — ¿Y qué sabes del caso? — Pregunto Donna — Bueno, Linda Harvey la chica de 17 años que reportaron como desaparecida ayer, hoy hallaron su cuerpo sin vida debajo de un puente con sus manos y pies atados. — La chica estaba en una fiesta antes de ser secuestrada, había salido ebria a las 2 de la mañana y nadie se ofreció a llevarla, sus amigas estaban con ella y no la acompañaron. Hubo un silencio incomodo todo el camino. Llegaron a la escena, había patrullas por todos lados había 4 policías custodiando la entrada y los vagabundos habían sido sacados del lugar. Donna las presento, las dos sacaron su identificación, el policía les dio paso a la escena del crimen. Fueron debajo del puente, allí encontraron al jefe de policía de Portland, él le explicó a Melissa su trabajo en la escena. — Agente Riverston, Agente Thurmont, están a cargo de la escena, cualquier cosa que necesiten se lo piden a los policías. — Entendido— Respondió Donna. El jefe de policía se retiro y las dejo revisando la escena. — No hay sangre en la escena— Dijo Donna. — Es un claro caso de ahorcamiento, tiene hematomas en el cuello y un golpe notable en la cara. — ¿El asesino la golpeo? — Lo dudo, no tiene la forma, ni la profundidad de un golpe de puño y menos de algún arma. — ¿Y si la golpeo contra la pared o contra el suelo? — Tal vez contra el suelo, tiene pequeñas hendiduras de piedras, superficiales, pero suficientes para ser notables. — El asesino tiene que ser un hombre, con fuerza suficiente para ahorcarla sin que nadie se diera cuenta y que si la tiraba al suelo se le queden las marcas del asfalto. — Estas en lo cierto, las manos de las marcas son muy grandes como para las de una mujer. — ¿Y si ella lo conocía? Tal vez se ofreció a llevarla. — Y ella acepto, piénsalo, estaba sola a las 2 de la madrugada cualquier persona que se hubiese ofrecido a llevarla ella lo aceptaría. —¿Crees que el asesinato pudo ser pasional? Lo digo por las ataduras. — No lo sé, hay que investigar si tuvo novio recientemente. Donna tomo su teléfono para hacer algunas llamadas con respecto a si ha tenido pareja recientemente. Melissa se aparto del cuerpo y fue a revisar los alrededores para ver si había huellas de pisadas, automóvil o motocicleta. Afuera había un terreno con hierbajos y al final del terreno era rocoso —Es muy probable que si vino en camioneta se queden las huellas de las llantas en el suelo y mas si a llovido en estos días — Pensó
Reviso un poco más pero no encontró nada, no había
huellas de llantas ni nada por el estilo, ni siquiera de pisada y eso que era un lugar de vagabundos.
— ¿Y si limpió la escena? ¿O si era uno de los
vagabundos?
Melissa se espantó al oír a Donna llamarla con apuro.
— ¿Qué pasa? — Pregunto Melissa. — La victima tuvo pareja Michael Kigan, hace 2 meses se separaron porque el la golpeaba y no la dejaba salir. — Perfecto ¿Tienes la dirección? — Claro queda a 15 minutos de aquí, vamos a hacerle una pequeña visita. Corrieron al coche tratando de llegar lo más rápido posible, antes de que se enterara y tratara de escapar. Capítulo 2 El transito no estaba tan pesado, llegaron super rápido a casa de Michael, había una línea de autos frente al edificio, Donna se estaciono en la otra calle. El estaba sentado en el balcón del tercer piso, llorando, con una foto en la mano, se veía muy dolido. Melissa y Donna subieron unas largas escaleras hasta el tercer piso, tocaron el timbre varias veces hasta que Michael salió secándose las lágrimas. —¿Que necesitan? — Pregunto con un tono de voz decaído. — Soy la agente especial del FBI Melissa Thurmont y ella es la oficial de policía Donna Riverston, necesitamos hacerle unas preguntas con respecto al asesinato de su expareja Linda Harvey. — Pasen. Entraron a la casa, pasaron por una sala decorada modernamente, siguieron por una puerta que daba directo al balcón. — Aquí podemos hablar sin esas viejas chismosas se enteren. Donna dejo que Melissa se encargue del interrogatorio. — Veo que esta muy triste, al parecer le dolió la muerte de Linda. — ¿Como no me va a doler?, yo la amaba. — ¿La amaba tanto que la golpeaba? — ¿Cómo se entero de eso? ¿La vieja chismosa de al lado le conto? — No, Pero responda mi pregunta. —Está bien, lo hacía porque, no quería saliera y le pasara algo como esto, pero esas amigas de ella siempre venían a buscarla y se la llevaban para fiestas y ellas también a convencieron de que me dejara. — Usted es mucho mayor que ella, ocho años para ser precisos, es demasiado. — Lo sé, pero yo la amaba, quería algo serio con ella. — Eso es todo por hoy, le dejo mi tarjeta por si recuerda algo más. El asintió y tomo la tarjeta en silencio. Las chicas salieron del departamento, Donna la iba a llevar a un hotel donde Melissa pasaría la noche y en la mañana se reunirían de nuevo para ir donde el forense. Se subieron al coche, estuvieron todo el camino al hotel hablando del interrogatorio. Llegaron al hotel, Donna la dejo en la entrada y se marchó, Melissa se registro y le dieron una habitación quinto piso la 356. Melissa se subió al ascensor, llego al quinto piso, camino por el pasillo buscando la habitación 356, la encontró a mitad del pasillo, en frente otro elevador. Melissa entro a la habitación y había una canasta de frutas en la repisa con una nota al lado del jefe de policía que decía: {En agradecimiento por aceptar nuestra invitación en este caso}. Puso sus llaves y su cartera en la repisa junto a la canasta, dejo sus zapatos en la entrada y fue directo al baño a ducharse, después de un largo día de trabajo eso y un buen te era lo que necesitaba. Entro a la ducha y puso el agua fría, dejo que cayera sobre sus hombros y comenzó a pensar en Michael se veía tan triste y dolido, pareciera como si hubiese perdido algo muy importante para el y se reflejaba en su mirada y en su hablar. Termino de ducharse y fue a vestirse, se puso su pijama favorito, sus pantuflas y activo el agua caliente para prepararse un té. Se tumbo en el sofá y comenzó a leer los informes del caso otra vez, aunque, no estaba completo, faltaba el informe forense que mañana le seria agregado. . — Un hombre— Una palabra que repiqueteaba en su mente. — Uno con suficiente altura y fuerza como para ahorcarla sin que nadie supiera, tirarla al suelo y que se queden las marcas de asfalto en su cara El agua estaba lo suficientemente caliente, Melissa no dejaba que se enfriara ni un segundo, en toda su vida nunca se había bebido un te o un café frio, era algo que le repugnaba. Tomo un sobre de té rojo de su maleta, hecho el agua dentro de una taza transparente y le puso el sobre de té, veía como el agua se volvía roja como la sangre, —No había rastros de sangre en el cuerpo de la víctima — Pensaba. Eran pasadas la 11:00 pm y Melissa todavía estaba revisando los informes, después de un par de tazas de té, se decidió a que tenia que mirar desde los ojos del asesino, era la mejor forma de saber cómo sucedió todo. Se puso unos tenis negros, una chaqueta de cuero, tomo su celular y se marchó a la discoteca donde había estado Linda Harvey antes de ser asesinada. Camino por toda la calle hasta llegar a la discoteca, había una fiesta y mucha música, entro y pidió una cerveza de raíz, no solía beber a esas horas, pero creía que si lo hacía podía ver mejor desde los ojos del asesino. Se tomo la cerveza y salió del lugar, estaba muy solitario y eso que solo eran las 12, se puso enfrente de la puerta empezó a caminar como si estuviera ebria. — Camino todo esto— Pensó. — Tal vez lo conocía él se ofreció a llevarla y ella acepto, total una chica de 17 sola en medio de la noche, quizá la tomo desprevenida o la cedo, la subió a su camioneta o a su motocicleta, si alguien los vio seguro pensó que eran una pareja. Siguió haciéndolo hasta llegar al hotel e incluso en el ascensor, por los pasillos y se detuvo en la puerta. — Tenemos que interrogar al bar tender, a sus amigas, a sus compañeros de clase y a sus padres — Dijo en voz baja. Llego a su habitación, abrió la puerta, dejo los zapatos en la entrada, se quito la chaqueta, se tumbó en la cama y tomo su teléfono para pedir algo de comida ya que no lo había hecho en todo el día. Se pidió una ensalada, pan francés, una soda y un yogurt para cubrir la parte de la merienda, la comida llego en 10 minutos, tiempo que le dio a Melissa devolver un par de llamadas que no había podido tomar por trabajo. Entre las llamadas estaban, una del jefe Buck, de su madre, de su mejor amiga y de su prometido, llevaban 5 años juntos se comprometieron hace 2 años y ya tienen planes de bodas, un chico de buena familia e increíble con Melissa. Todas las llamadas estaban acompañadas de mensajes del correo de voz. El mensaje de voz de su jefe decía: Agente Thurmont, el jefe de policía de Portland me informo que ya empezó sus labores, felicidades, se ha desarrollado muy rápido. El mensaje de su madre decía: Cariño felicidades, cuando fue que creciste, estoy muy orgullosa de ti. No pudo evitar sonreír con lagrimas en sus ojos, se sentía muy orgullosa de si misma, hasta logro que el jefe hiciera algo que muy pocas veces hacía, Felicitar. Luego escuchó el mensaje de su prometido, decía que la extrañaba y que era muy difícil vivir si ella, también decía que se cuidara pues las cosas estaban muy difíciles y que lo llamara pues ya había encontrado una fecha para su boda. Melissa dejo el celular en la cama y se dispuso a comer lo que había pedido, miraba su anillo y recordaba cuando James ´Su prometido` le pidió matrimonio en su cumpleaños. En ese entonces tenía 27 y su madre le decía que nunca se casaría, ella pensaba que era una responsabilidad muy grande y quería el hombre perfecto, uno que la amara y que se preocupara por ella, pero, que no interfiriera en su trabajo, tardo mucho, pero la espera no fue en vano, encontró al mejor hombre del mundo. Ella se terminó su cena y se tumbó en la cama, tomo su celular y le escribió a su prometido que lo llamaba en la mañana. Llamo a Donna y le conto sobre lo que había hecho antes, acordaron que Donna la pasaría a buscar para ir a interrogar al bar tender. Soltó el teléfono y se fue a dormir, paso una eternidad para que pudiera conciliar el sueño, pero al final se quedo dormida como una t