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MEMORIA

DEL

MINISTERIO DE GUERRA Y MARINA


PRESENTADA AL

HONORABLE CONGRESO
POR EL

MINISTRO DE GUERRA Y MARINA

Dr. D. BENJAMIN VICTORICA

1881

BUENOS AIRES

Establecimiento tipográfico de «La Pampa», Victoria 97 y 9í

18 81
Honorables Señores Senadores y Diputados:

El tiempo trascurrido desde la instalación de la


nueva Administración ha sido breve pára los Departa­
mentos de Guerra y Marina, que ios sucesos de Junio
conmovieron profundamente.

Mi distinguido antecesor tuvo que contraerse muy


especialmente á las medidas necesarias para que el
Ejército y la Armada respondiesen á las exigencias
de la situación en que aquellos sucesos colocaron á la
República.

El Ejército y la Armada respondieron dignamente


á aquella situación, contribuyendo con su lealtad y su
disciplina á que los Poderes Públicos restableciesen é
hicieran triunfar el imperio de las instituciones enque
reposa el orden actual; debiéndose al mismo Ejército
el engrandecimiento de la Nación, por la supresiondal
salvaje en las vastas rejiones de la Pampa, de Jos
Andes y la Patagonia.

ETtiempo ha sido premioso para la reorganización


de las fuerzas que guarnecían las diversas fronteras
y que abandonaron en la necesidad de acudid á la
defensa del orden ^constitucional amenazado: ha sido
breve paira preparar y llevar á cabo la esp edición que
— IV

debía completar la grandiosa obra de la conquista del


desierto, pensamiento que el Presidente de la Repú­
blica hizo poner en acción desde el primer dia y que
acaba de realizarse con el mayor éxito llevando las
fronteras á los límites australes de la República.

No debo disimular que el cúmulo de trabajos y


exijencías de todo género que se agolpaban desde el
primer momento 'han abrumado mi espíritu y que he
sentido muchas veces la necesidad de declinar una
responsabilidad á que tal vez no alcanzaban mis fuer­
zas: me ha retemplado la confianza en la competencia
del Gefe del Poder Ejecutivo en los ramos militares
que hacen de su Ministro un auxiliar modesto, y mas
que todo en la voluntad decidida de dar cumplimiento
á vuestras resoluciones.

Al rendiros suscinta cuenta del breve período


administrativo, que principió el 12 de Octubre, en los
ramos de Guerra y Marina, tan complicados de suyo,
he de contraerme á los puntos culminantes; las Me­
morias parciales de las diversas reparticiones derra­
marán la suficiente luz sobre los detalles para que
toméis de todo el minucioso y exacto conocimiento que
pueda requerir el estudio de las reformas á empren­
der, de las necesidades á llenar.

La nueva era en que ha 'entrado la República


exije una ímproba labor. Nuestra legislación actual es
deficiente. Todo es preciso hacerlo de nuevo. En el
régimen administrativo militar, debo decirlo con la
austeridad que incumbe al hablar ante V. H , el arbi­
trario y la rutina habían sustituido en parte á leyes
viejas.de España que era ignominia conservar vigen­
tes después de setenta años- de independencia, ó el
olvido, ó el desuso de algunas otras leyes sueltas dic­
tadas bajo la inspiración de circunstancias especiales.
Todo es preciso crearlo ó reformarlo aprovechando la
época de tranquilidad y de un orden regular en que
ha entrado la República.

No puedo por eso presentaros un cuadro lisonjero


de los resultados alcanzados; apenas me es permitido
aspirar á que reconozcáis que ha habido consagración
al trabajo, y sinceridad en los esfuerzos tendentes á
preparar las mejoras y progresos á que aspira la Na­
ción, digna por cierto de que su organización militar
esté á la altura de las fuerzas de que puede disponer,
de las aptitudes, del valor, y de la decisión patriótica
de sus hijos.

I.

GUERRA

Quisiera diseñar, sea agrandes rasgos, los sucesos


ocurridos durante la última rebelión, en cuanto afec­
tan al Ejército, pero debo abstenerme con el temor de
no ser bastante exacto, y cuando habiéndolos vosotros
VI —

presenciado, estáis en posición de reconocer sin que


yo me detenga en demostrarlo, que el Ejército dió un
alto ejemplo de moralidad y disciplina.
Lo improviso del peligro hizo costosísimo el es­
fuerzo en cuanto á los gastos de la guerra, apesar de
su corta duración: el tamaño del ultraje y de la ame­
naza conmovió á la República entera, y con escepcion
de Corrientes que apoyó la rebelión, se movilizaron
de todas las Provincias fuerzas que acudieron en de­
fensa de la autoridad Nacional. La Provincia de En-
tre-Rios amenazada por el Gobierno refractario de
Corrientes desdeñó el peligro inmediato afrontándolo
con decisión y envió en defensa del Gobierno Nacio­
nal el único batallón que tenia organizado y cuatro
cuerpos mas de sus Guardias Nacionales, mientras se
armaba entera contra la invasión de su vecino. Cór­
doba, Tucuman, Santa Fé, Catamarca, San Luis y
Mendoza enviaron numerosos’batallones y sabe V. H.
que á no haberse rendido las fuerzas del gobernante
rebelado que se llamaba «déla resistencia», la Guardia
Nacional de la República entera hubiera acudido en
defensa de las instituciones amenazadas. Pero ese
movimiento de fuerzas ocasionó gastos crecidos que
han pesado y pesan sobre las rentas ordinarias. Lo
digo solamente para esplicar n hecho que prueba en
alto grado la virtud del soldado argentino. El Ejército
de línea y la Armada donde no hubo defecciones y
contra el cual hasta se emplearon tentativas de cohe­
cho, ese Ejército y esa Armada, estaban impagos de
muchos meses: ese Ejército estaba compuesto en una
mitad por lo ménos de soldados cumplidos. Honra esto
mucho á los distinguidos Gefes que conservaron la
--- VIL

disciplina y la moral sus tropas en aquella época


memorable y no he podido prescindir de hacerlo cons­
tar en este documento.

• Tiene razón de oportunidad la mención que acabo:


de hacer.

Era imposible atender al pago de lo atrasado en


el Ejército: no era justo conservar los soldados cum­
plidos de tres, de cuatro y de más años: no era posi­
ble pretender conservar mas tiempo las tropas en ese
estado precario. Li situación normal en que entraba
el país, obligaba á normalizar la Administración: el
Ejército necesitaba muy principalmente la atención
del Gefe del Estado bajo múltiples é importantes
relaciones.

Era necesario devolver los cuerpos del Ejército


á sus acantonamientos de las fronteras, y para ello
equiparlas y pertrecharlas de nuevo: era necesario
dejar una conveniente guarnición en la Capital, era
necesario preparar la división de las tres armas que
verificase antes del invierno la brillante operación
que á las órdenes del General Villegas acaba de confi­
nar á los salvajes de la Patagonia fuera del territorio
de la República.

Todo eso se ha hecho disponiendo el pago pun­


tual de las tropas, procediendo á dar de baja á los cum-
— VIII —

piídos que eran un pesado recargo al Tesoro y una


flagrante injusticia: todo eso se ha hecho con la acti­
vidad posible, y vosotros sabéis que restablecieron el
orden en los confines orientales de la República las
mismas fuerzas que acaban de enarbolar sus pendo­
nes en las faldas de la Cordillera y que acampan hoy
en el Rio Negro y el Nauquen, mientras baten sus
partidas la inmensidad del territorio para siempre
recuperado.

Se organizó la Ia División del Ejército destina­


da á la guarnición de la Capital, que la componen
cuatro batallones de Infantería, un Regimiento de Ar­
tillería y otro de Caballería en que se refundió la
Escolta* del Presidente.

Esta división mientras sirve de reserva se ins­


truye convenientemente. Se ha instituido al efecto un
campo militar de maniobras y tiro, y pronto será com­
pletado con un polígono para el tiro de la artillería.
Todos los cuerpos tienen sus academias de Oficiales
y debo manifestaros que hay estímulo para cultivar,
los diversos ramos de la ciencia militar.

Cómo se han espedido cerca de dos mil bajas,


cómo se ha organizado el segundo Regimiento de Ar­
tillería y ha sido urgente integrar en lo posible los
cuerpos que debían efectuar la espedicion á Nahuel-
Huapí, que se encontraban escasos de personal, se ha
— IX

apurado el enganche agotándose la partida del Pre­


supuesto, motivo por el cual os ha sido pedido un
crédito suplementario, que aún no será bastante, si
solo por este medio hubiera de completarse el perso­
nal del Ejército. Debo deciros sin embargo que el
voluntariado y el enganche han dado buenos resulta­
dos después del establecimiento de las Intendencias
Militares, y cuando las fuerzas se encuentran hoy pa­
gadas, vestidas y aprovisionadas con exacta prolijidad.

En ejecución de la ley que sancionasteis al ter­


minar el anterior período fué licenciado el Batallón
Provincial de Buenos Aires, incorporándose al Ejér­
cito de Línea todos los individuos de tropa que se
encontraban en condiciones ajustadas á la ley vigente
de reclutamiento.

Después de la supresión del Regimiento 8 de Ca­


ballería hecha anteriormente, y que fué refundido en
el Regimiento 2° de Artillería, se han suprimido los
Regimientos 4 y 10, incorporándose este al Regimiento
6 por encontrarse ambos escasos de personal, en vir­
tud del escesivo número de los cumplidos. Esta razón
prevaleció también para suprimir el 4o incorporán­
dose á los cuerpos en campaña los soldados que aún
no habían cumplido su compromiso.
— X

Sin perjuicio de la sanción de los Proyectos de or­


ganización del Ejército, y de acuerdo con su forma,
se proyecta, por el Presupuesto para el año venidero,
la composición del Ejército permanente de la Repú­
blica, en doce Batallones de Infantería, de 325 plazas,
nueve Regimientos de Caballería de 350 plazas, y
tres Regimientos de Artillería.
Los cuadros de los cuerpos tal como se presupo­
nen lo son de manera que el personal de tropa puede
ser duplicado en caso preciso, porque tienen el núme­
ro necesario de Oficiales y clases, podiendo proce­
derse en eso tan brevemente como lo requieran las
circunstancias, y sin que se resienta en lo mas míni­
mo, ni su organización ni su fuerza.

La supresión de los Cuerpos de Caballería, si


bien aconsejada por la necesidad de dar de baja á los
soldados cumplidos y la dificultad de reemplazarlos,
responde también á la conveniencia de aumentar el
Ejército permanente en el arma de Artillería. La Ca­
ballería en nuestro país puede improvisarse en caso
de una guerra: la Artillería necesita formarse bajo
una cuidadosa instrucción. Por eso se ha creado con
vuestra autorización un nuevo cuerpo de Artillería de
campaña y se os propone sea elevada á Batallón, la
compañía de Artillería de Plaza. Sobre esa base pue­
de organizarse fácilmente un Ejército de mas de cin­
cuenta mil hombres, dotado proporcionalmente del
arma mas poderosa.
XI —

En el deseo de fomentar esta arma, se ha creado


una Escuela de Cabos y Sargentos por el voluntaria­
do. De todas las Provincias llegan jóvenes que se ins­
truirán bajo competente dirección. Esta escuela estará
adscripta al primer Regimiento de Artillería de guarni­
ción en la Capital.
No existiendo un -cuartel apropósito con to­
das las condiciones que se requiere para la con­
servación de la artillería, sus atalajes y cabalgaduras,
se ha elejido el edificio de la Maestranza en Palermo,
que aumentándolo sobre la base de sus actuales cons­
trucciones vendrá á ser un cuartel cómodo y suficiente.
Está sobre el campo militar de maniobras cuya obra
está terminándose, así como lo estará pronto el polí­
gono para los ejercicios de tiro de la Artillería. Se
encuentran ya formulados y aprobados los reglamentos
tanto de la escuela de Cabos y Sargentos, así como el
de tiro y polígono
Es indispensable que V. H. autorice el gas­
to para la construcción de cuarteles. Los de la Ar­
tillería son urjentemente reclamados por su misma
especialidad. No es posible aspirar á una convenien­
te organización y disciplina de cuerpos de esta arma,
base principal del Ejército permanente, sin que se le
dote de cuarteles apropiados, en localidades adecua­
das para sus ejercicios y maniobras que deben ser
constantes y para la conservación do su valioso arma­
mento y equipo.

El Gobierno dedica al mejoramiento de la ins­


trucción en esta arma todo el interés que merece. El
colegio militar suministra los oficiales que requiere,
verdaderos oficiales de Estado Mayor hábiles en las
— xn —

tres armas, pues debiendo maniobrar siempre en com­


binación con la infantería y caballería, el buen oficial
de artillería debe conocer perfectamente la táctica en
general y en relación con cada una de las diversas
armas. Una instrucción constante del soldado en las
diversas operaciones á que es destinado, de los cabos y
sargentos acerca de los conocimientos del material de
guerra, su uso y maniobras, obliga á un trabajo asiduo
de la oficialidad competente de un cuerpo de artillería.
Por eso, los cuerpos de esta arma en tiempo de paz, de­
ben ser eximidos de todo servicio y dedicados exclusi­
vamente á su instrucción y disciplina.

Se ha dispuesto se organice en el Parque una com­


pañía de los mismos obreros mecánicos que allí traba­
jan y dentro de su presupuesto. Constará de cien
hombres con la debida organización militar ¡y que tra­
bajando allí en tiempo de paz, esté pronta en todo,
momento para marchar á campaña en tiempo de guerra,
á las órdenes de un ingeniero competente con todos los
útiles é instrumentos para la compostura de armas,
carros, pertrechos y todos los trabajos que puedan ocur­
rir. La importancia de esta creación no necesita reco'
mendarse. La compañía podrá aumentarse en tiempo
de guerra destinando á ella los obreros á quienes quepa
el servicio militar obligatorio.
Seria conveniente también crear un cuerpo de
zapadores y pontoneros, aunque limitado al prin­
cipio como base, puesto que necesita de organización
é instrucción especial. Este cuerpo podría prestar
servicios útiles en tiempo de paz, destinándolo al
XIII

cuidado y conservación del campo militar y á otros


del género y aun también á obras públicas civiles
mientras no ocurre una guerra en que sus servicios
son tan importantes. Me será honroso proponeros
el proyecto de ley que autorice el gasto en la forma
mas económica posible.

Se dispuso un nuevo enrolamiento de la Guardia


Nacional.
El resultado ha vénido á confirmar la necesidad
y conveniencia de la medida.
Ha escedido en cerca de cincuenta mil hombres
al personal anteriormente enrolado.
Se ha hecho en general con bastante escrupulo­
sidad y con prolija clasificación. Aun no se han
recibido los estados de todas las Provincias.
Según los datos comunicados hasta ahora arroja
las siguientes cifras.

Capital................................. 13,857
Provincia de Buenos Aires. 57,795
Santa-Fé. : . 16,090
Entre-Ríos . . 20,217
Corrientes . . . 23,480
Córdoba . . . 40,200
Tucuman . . 22,303
Salta . . . 20,083
Catamarca . . 13,045
Jujuy. . . 7,600
Rioja . .... 10,834
— XIV

San Luis. 9,414


Mendoza. 11,194
San Juan 11,000
Santiago. 20,472

Para tener la cifra del enrolamiento total, es


necesario tener presente que en los datos apunta­
dos no está incluido el enrolamiento de la Guardia
Nacional de Marina practicado por separado, según
se dirá en la parte relativa.

Falta aun practicar el enrolamiento en los


territorios nacionales, sin embargo de que por el
momento dará un resultado de poca consideración.

El nuevo enrolamiento era exijido no solamente


para correjir las imperfecciones del anterior, sino para
dar una base segura, ya á la ley generalde organización
definitiva de la guardia nacional, ya á las de recluta­
miento y organización del Ejército permanente.

Los proyectos de la referencia os serán presenta:


dos en las presentes sesiones.

La vital importancia de esas leyes exije un estudio


muy meditado, mientras por otra parte debe conside­
rarse urgente su sanción.

El sistema actual de reclutamiento es deficiente


y lleva á irregularidades cuya corrección es reclamada
por los principios constitucionales que garanten los de­
rechos del ciudadano.

El voluntariado, el enganche y la destinación


como pena no son suficientes, ni ha sido posible aun com­
binarlos con el sorteo, entrando el servicio obligatorio
solamente en último caso á suplir para el completo de
las fuerzas, cuando aquellos medios no fuesen bastan­
tes. La ley está dada en ese sentido desde el año de
1872, pero aun cuando se ha necesitado apelar al sorteo,
se ha preferido acudir á la destinación arbitraria y á
retener en el servicio los voluntarios, los enganchados
y los destinados, por mas tiempo del que les correspon­
día. Es cierto que entonces se abona doble sueldo; pero
es cierto también que apesar de eso, la mayor parte de
esos individuos son retenidos contra su voluntad, con
violación de sus derechos primordiales, yes cierto tam­
bién que tal sistema es onerosísimo para la nación.
El doble sueldo de los cumplidos consume fuertes su­
mas, que recargan considerablemente el presupuesto
de guerra.

En la República las cargas públicas deben pesar


con igualdad: el pobre como el rico deben pagar el
tributo de patriotismo que exijan de sus personas la
defensa de las instituciones, ó la integridad, ó la inde­
pendencia, ó el honor de la Nación. Es así como la
libertad es un beneficio común, es así también como el
espíritu patriótico de un pueblo lo hace tan poderoso
como puede serlo.

Huir del militarismo que esteriliza las fuerzas


del progreso y amenaza la libertad, pero también
poder contar en un momento con todas las fuerzas
activas del pais; es afianzar la paz, es poder gozar de
sus venturosos alhagos y ponerse .en condiciones
seguras de entregarse tranquilamente á los labores
de la civilización, que engrandece las naciones.
XVI

La ley solamente podrá arrebatar del hogar al


artesano, arrancar al hijo, ó al hermano ó al esposo
de la familia para cumplir un deber sagrado, por
un tiempo cuya determinación arreglada, no lo hace
sensible, ni oneroso. Paga con gusto un tributo que
le conquista su libertad y la seguridad y el bien
estar de los suyos: un tributo á su amor á la patria
con la satisfacción inefable de la gloria nacional.

La cifra de la Guardia Nacional de la Repú­


blica muestra que no exajeró el señor Presidente en
su mensaje cuando dijo que un ejército activo de
mas de cien mil; hombres jóvenes puede ser movili­
zado sin dificultad.

Las leyes en proyecto deben tender á que ese


Ejército instruido, organizado, armado y equipado
pueda estar pronto bajo sus banderas, en el caso ines­
perado de un peligro nacional, mientras sus grandes
reservas cuidan de la seguridad interior.

Estraer de los cuadros de la Guardia Nacional


cada tres ó cuatro años, á los que han de servir en el
ejército permanente, compuesto de seis ú ocho mil
hombres, para el servicio en tiempo de paz y en su
progresiva instrucción militar, bajo el réjimen del
soldado de linea, no será verdaderamente una con­
tribución pesada, siendo equitativa y proporcional.

El Ejército permanente de necesidad en todas


las naciones, lo es en la nuestra además de las
exigencias de nuestras estensas fronteras, de los
desiertos que hay que protejer para garantir la in­
XVII

migración que acude á poblarlos, porque la misma


ausencia de una organización militar conveniente y
adecuada exige dar esa base á la movilización de
la guardia nacional, en caso de una guerra esterior,
que nuestro amor á la paz puede no ser bastante
á evitar.
Se procedió á la organizaciun de la Guardia Nacio­
nal de la Capital dividiéndola en nueve regimientos y
poniendo á su frente ciudadanos distinguidos por su
patriotismo y servicios al pais que han procedido al
enrolamiento con toda puntualidad. La organización
dada es provisoria: cuando esté dictada la ley general
de organización del Ejército, deberá á ella modelarse.

La elaboración de los proyectos de ley para la or­


ganización y administración del Ejército y Guardia
Nacional, así como los códigos penal militar, organi­
zación de los Tribunales y procedimientos, no podían
ser el trabajo del Ministro con la urgencia que reque­
rían, en medio del cúmulo de atenciones tan premiosas
del despacho recargado de los Departamentos de guer­
ra y marina.

Fueron en consecuencia organizadas dos comi­


siones de personas competentes, como lo detalla el
decreto de la referencia registrado en los anexos.

Ya anteriormente el Gobierno se había preocupado


de esta necesidad y organizó una comisión de la cual
XVIII

algunos miembros emprendieron trabajos individuales


muy recomendables por cierto y los cuales han sido
sometidos al estudio de las nuevas comisiones. El co­
ronel D. Lucio V. Mansilla y el ex-teniente coronel D.
José Ignacio Garmendia tienen el honor de haber sido
los primeros en formular importantes proyectos en la
materia que recomiendan su labor, su competencia y
su consagración y estímulos por mejorarlas institucio­
nes militares del país.

Las comisiones nombradas por el decreto de fecha


21 de Enero, han respondido á la confianza depositada
en el patriotismo é ilustración de sus miembros.

La encargada de redactar las Ordenanzas Ge­


nerales ha presentado ya el Proyecto de Ley de
ascensos, y la de reclutamiento, y redacta la de
organización del Ejército y Guardia Nacional que os
será presentada durante el presente periodo legis­
lativo.

Está en prensa el proyecto de Código Penal


militar, trabajo laboriosísimo por haber sido prolija­
mente concordado. Deben terminarse pronto la ley
de organización de los Tribunales, competencia y
procedimientos. No tardaré en tener el honor de
someter todo á vuestro estudio y deliberación.

El progreso del pais, el grado de su civilización y


cultura, los mismos adelantos del Ejército Argentino
que tanto ha ganado en regularidad, en instrucción
y disciplina, requieren una legislación propia en
todos los ramos de la institución. No será esta una
XIX —

(le las menores adquisiciones que señalen la época


actual. Os cabrá la gloria de la codificación militar
completa, desterrando el arbitrario y las ordenanzas
inaplicadas é inaplicables de la época del coloniaje,
de que en España mismo no se' conservan sino los
vestigios.

La institución de las [Intendencias ó Sub-inspec-


ciones militares, establecida por el Decreto adjunto de
10 de Diciembre de 1880, responde á los objetos que
el Gobierno ha tenido en vista y debe prestar todos los
servicios á que están destinadas cuando se ponga en
vigencia la ley de reclutamiento, ó se haga necesario
movilizar la Guardia Nacional.

Para regularizar en cuanto fuera posible el reclu­


tamiento del Ejército según las disposiciones vigentes,
atender á la instrucción de los reclutas, su equipo y
proveimiento, así como á su destinación á los diversos
cuerpos, estas oficinas á cuyo frente hay un Oficial
general, han llenado su deber ventajosamente.

En caso de llevarse á cabo el sorteo, su interven­


ción legal será requerida, así como en la movilización
de la Guardia Nacional y su organización en pié de
guerra, si llegase el caso.

Esta institución cuya conveniencia hace conocer


la práctica y cuyas atribuciones deben ser aumentadas
XX

una vez que sea conveniente cambiar la forma del


proveimiento del Ejército, no cuesta al Erario eroga­
ciones extraordinarias, sirviendo sus Oficinas, Gefes
y Oficiales de la Plana Mayor Activa. Por el contra­
rio el orden que establecen en el servicio de recluta­
miento trae resultados ventajosos en la economía de
los gastos ordinarios, mientras descentralizando las
funciones de la Comandancia general, sirve áesta para
la vigilancia é información conveniente de las diver­
sas atenciones militares en el territorio de las dife­
rentes circunscripciones. La ley de organización del
Ejército, les asignará sus funciones que luego será
completada en sus disposiciones fundamentales por
una reglamentación prolija.

La Memoria de'da Comandancia General é Ins­


pección de Armas á cuyo frente está un Gefe de
probada inteligencia militar y de honradez acrisolada
demuestra que llena sus múltiples funciones con la
mayor consagración.

La ley de organización militar que se proyecta,


vendrá á dar á esta Oficina superior su verdadero
carácter. Es y debe ser el Estado Mayor General del
Ejército.—Ni son otras las funciones que desempeñan
los Estados Mayores Generales permanentes.

Proviene sin duda la denominación actual, de las


Comandancias militares de Provincia ó de plaza.—La
— XXI —

Comandancia determina própiamente un comando


localizado, puesto que el comando general pertenece
constitucionalmente al Presidente de la República —
Fácil es observar que en las incumbencias de la Co­
mandancia é Inspección de Armas están refundidas
todas las funciones propias del Estado Mayor General
permanente.

La denominación Estado Mayor, es de origen mo­


derno: remonta en Francia al reinado de Luis XIV y en
Prusia á Federico el Grande. La organización del
actual en esta Nación data de 1816, época de la refor­
ma general de su Ejército.

El Estado Mayor es la llave, es el gran motor del


Ejército, es el depósito de la guerra, como se dice del
prusiano.—De su laboriosidad, de su exactitud, de su
buena organización depende la del Ejército y el éxito
mismo de las operaciones militares.

De ese gran centro se difunden á todo el Ejército


las reglas de su régimen, de su disciplina, de su orga­
nización, las órdenes para sus operaciones: á ese gran
centro deben converjer todos los conocimientos, todos
los datos, todos los detalles que puedan ser necesarios
al Comandante en Gefe ó al legislador, sea para dirijir
las operaciones militares, sea para establecer todo lo
que importe á su mejoramiento y buena administra­
ción.

El. Estado Mayor General deberá en adelante


componerse fuera de los Gefes que tengan la direc­
ción de los diversos ramos, de los Oficiales mas ins-
— XXH

fruidos que obtengan su ingreso por examen de su


competencia en los estudios teóricos y prácticos en el
servicio. Del Estado Mayor General deben luego for­
marse, en cuanto sea posible, los Estados Mayores
Divisionarios que dependen directamente de aquel
en todo lo que corresponde á la administración del
Ejército.
Los Oficiales de los cuerpos especiales de Estado
Mayor deben ser instruidos en arte y administración
militar, en estudios y planos topográficos sobre el
terreno, en estadística y táctica, en dibujo lineal y de
perspectiva; pero no debe considerarse bástantela teo*
ría, debe ser un requisito esencial la práctica y los Ofi­
ciales de Estado Mayor deben haber hecho cuando
menos seis meseá de servicio en cada una de las tres
armas.
El Estado Mayor determina una carrera especial
para los Oficiales, por mas que de allí sean aptos para
todos los puestos del Ejército y puedan y deban entrar
en los ascensos para el mando de fuerzas.

La creación .de los Inspectores y Directores de


cada arma es una necesidad sentida- en el Ejército,
por mas que su implantación pueda ser resistida por
habitudes contrarias.

Los directores de cada arma que vigilen especial­


mente, sin los inconvenientes del mando directo, que
XXIII —

se cumplan los reglamentos que establecen la disci­


plina y la buena administración de los cuerpos.

Estos Inspectores ó Directores forman parte del


Estado Mayor General y deben proporcionar los ele­
mentos necesarios á correjir los defectos ó fomentar
el mejoramiento de los diversos cuerpos según el
arma, sea en su personal, en la administración de los
cuerpos, en su disciplina, en su instrucción, en su
equipo y armamento, y aún en su proveimiento.

No falta al respecto, personal competente de Ofi­


ciales generales ó Gefes superiores en defecto de los
primeros.

Nuestro Parque de Artillería ha tomado un gran


desenvolvimiento, y al aumento de sus talleres ha
contraido el Gobierno la atención que merecía y que
estaba prevenido por vuestras soberanas resoluciones.

A la memoria de esta repartición debo agregar


algunos datos y consideraciones.

Los depósitos de armamento son considerables, y


a las noventa y tantas máquinas que hoy funcionan
deben agregarse otras tantas que llegan y sé esperan
de Europa.

El edificio que hoy ocupa el establecimiento prin­


cipal no puede ya contenerlas.
— XXIV —

Habíais autorizado á construir depósitos proviso­


rios, pero pienso que para centralizar conveniente­
mente la administración, lo que importa es llevar á
cabo la construcción de un edificio adecuado, en una
localidad mas conveniente y en la estension que es
necesario. A este efecto se os ha propuesto autoricéis
áenagenar el edificio actual. Con su importe bastará
para construir un edificio convenientemente repartido
en que quepan los depósitos de armamento y pertrechos
y los numerosos talleres de construcción.

A los talleres existentes que pueden fabricar


cartuchos Remington, laminando el metal y constru­
yendo el proyectil, y que es conveniente aumentar en
su maquinaria hasta .poder producir cincuenta mil
cartuchos diarios: á los talleres que construyen caño
nes sistema Krup perfeccionado y armas portátiles
de varias clases, habrá que aumentar inmediatamen­
te la fabricación de toda clase de proyectiles para la
artillería de mar y tierra, así como todos los instru­
mentos y artículos de equipo y ambulancia. La ma­
quinaria al efecto empieza á llegar de Europa, y de­
manda con urj encía la comodidad del local conveniente
para su mejor instalación y movimiento.

La fábrica de pólvora en instalación suministrará


pronto la pólvora reglamentaria necesaria para la
diversa clase de proyectiles, y asi se tendrá la com­
pleta seguridad tan indispensable para el éxito de un
combate, de un amunicionamiento seguro é inmejora­
ble. Este es uno de los mas importantes progresos en
la materia.
— XXV —

La falta de un arsenal de Marina ha sido suplida


por el Parque.—Sus talleres de fundición han prestado
importantísimos servicios al respecto.

Debo hacer presente á V. H. que todas las armas


adquiridas que forman los considerables depósitos de
reserva de que he de dar cuenta en un Mensaje espe­
cial, han sido adquiridas inspeccionándolas una por una
al recibirlas, por Gefes y mecánicos nacionales.

El fusil Remington modelo argentino, es un arma


de guerra ventajosísima: las pruebas y ensayos repe­
tidos han dado los mejores resultados.

El. canon que podemos llamar argentino del siste­


ma Krup que se construye en el Parque no tiene
superior; tal es el informe de la comisión de personas
competentes que lo han estudiado en sus pruebas.

El Parque y talleres militares necesitaban una Ad­


ministración Superior. La Dirección general ha sido
confiada al coronel D. Domingo Viejobueno que, comi­
sionado para mandar construir en los Estados-Unidos
los primeros veinticinco mil fusiles Remington, sistema
argentino, ha recorrido la Europa estudiando los esta­
blecimientos militares del género. El Gobierno está
plenamente satisfecho de su competencia y consagra­
ción. La instalación en un establecimiento adecuado
de los depósitos y talleres bajo una dirección inteli­
gente y empeñosa producirá inmensos beneficios á la
Nación.

La escuela de aprendices mecánicos dá resultados


superiores á los recursos con que cuenta una institu-
XXVI —

cion que vale la pena de fomentarse. En el nuevo


edificio se le podrá dar el desarrollo conveniente.

La fábrica de pólvora que se instala en el Rio


Cuarto será un establecimiento de la mayor impor­
tancia. Dentro de pbco tiempo no necesitaremos de
la producción éstrangera. Producirá la pólvora re­
glamentaria suficiente para el servicio del ejército,
pero aun para la‘industria minera y el comercio. Se
calcula que su producción contribuirá ventajosamente
á costear este importante establecimiento.
Se ha preferido instalarla en el Rio Cuarto,
consultando la economía bajo diversos respectos,
además de una colocación estratéjica asi como lamas
conveniente para la espension de sus productos.

El Colegio militar ha mejorado notablemente ba­


jo su actual dirección. El Gobierno ha debido pres­
tarle la mayor atención. ' La guerra moderna exije
lá mayor instrucción de los oficiales: lo exije el
grado de cultura y de progreso del pais.
Podéis recorrer los estensos programas del ins­
tituto de que me ha parecido debíais tomar conoci­
miento para que os persuadieseis deque los costos de
esa institución responden á su auge y á los servicios
que está destinado á prestar.
— XXVII

Los acontecimientos políticos que el año pasado


conmovieron á la República obligaron á alejar del
Colejio á los alumnos, bajo las órdenes del Sub-Director
y oficiales, mientras pasaban las circunstancias
anormales.
Puede calcularse que con ocasión de esta medida
los alumnos del Colegio Militar perdieron tres meses
de tareas escolares; pero también es cierto que ese
tiempo fué recuperado merced á la dedicación con que
el Director y Profesores, se consagraron á reanudar
los trabajos interrumpidos del establecimiento. Asi
fué que, llegada la época de los exámenes anuales,
todos los alumnos se presentaron á rendirlos, con un
éxito completo como puede observarse por el informe
de la Comisión examinadora nombrada por el Gobierno.
De manera que, puede decirse que aquella per­
turbación no ejerció una influencia perjudicial en la
marcha y en los progresos de la Escuela Militar.

Refiriéndome á los anexos relativos á este estable­


cimiento, debo indicaros las reformas que en él se han
introducido, tanto por la anterior administración en
los últimos tiempos de su período, como por la presente.

Por decreto de 24 de Setiembre de 1880 se dió ma­


yor estension á los programas de enseñanza estable­
ciendo las clases de dibujo de perspectiva, derecho inter­
nacional, higiene militar y fortificación. Por el mismo
decreto se suprimieron los cadetes en el ejército nacio­
nal, reservando los puestos de oficiales para los alum­
nos que hayan obtenido su egreso del Colegio Militar
con arreglo á las prescripciones de su reglamento.
— XXVIII

La admisión de alumnos en el establecimiento no


estaba sujeta á prévias formalidades, lo cual ocasiona­
ba necesariamente no pocos inconvenientes en la uni­
formidad y regularidad de la enseñanza. Este defecto
se subsanó estableciéndose que las becas del Colegio Mi­
litar solo podian acordarse por concurso de exámen en
los términos y condiciones fijadas por el decreto de 9
de Octubre de 1880, que al mismo tiempo como una
consecuencia necesaria de la reforma que queda indi­
cada, suprimió también las clases preparatorias.

El número de alumnos estaba fijado en setenta y


cinco: pero considerándose por el Honorable Congre­
so que ese número era demasiado restringido, por
sanción del año 1880 determinó que las becas fue­
ran aumentadas hasta cien.

Existia la facultad de solicitar los alumnos de


tercer año del Colegio el ingreso al Ejército en calidad
de subtenientes de infantería ó alféreces de caballería;
y el Gobierno juzgando que de esa maner¿i se desvir­
túan hasta cierto punto los objetos que han presi­
dido al establecimiento del Colegio Militar, resolvió
por decreto de 20 de Diciembre de 1880 que aquel
egreso con destino al Ejército, solo pueda tener
lugar desde que los alumnos han completado el
cuarto año-,de estudios; teniendo presente que los
que han realizado los cursos de este tiempo de
enseñanza, pueden considerarse en condiciones de
ocupar ventajosamente los puestos de oficiales.

Como una medida tendente á asegurar y á


hacer eficaz la enseñanza que se dá en el Colegio
— XXIX

Militar, por el mismo decreto de 20 de Diciembre


de 1880, se dispuso que cuando un alumno no ob­
tuviese la mediana de ocho puntos de clasificación,
deberá repetir el mismo curso; y si en este no
obtuviese mejor clasificación, siendo el alumno de
primero ó segundo año deberá ser despedido del
establecimiento; siendo de tercero ó cuarto deberá
entrar como sargento al ejército ; y Siendo’del quinto
como subteniente de infantería.

Se ha creado también una banda de música


compuesta de treinta y cinco niños traidos de todas
las provincias, á los que además se les dá ense­
ñanza elemental y se les hace aprender un oficio.

Teniendo presente la conveniencia de unir la


práctica á la adquisición de los conocimientos del
arte militar, se1 ha dispuesto que la compafñia de
cadetes haga periódicamente ejercicios de fuego y
tiro al blanco de artillería, de fusil, carabina y
rewolver; y que á mediados del año escolar rea­
licen un viaje militar de instrucción, que dure
veinte y cinco ó treinta dias con el objeto de dar
aplicación en la práctica á los conocimientos ad­
quiridos y realizar todo el servicio del soldado en
campaña.

Tales son señores Senadores y Diputados las


reformas que se han introducido en el Colegio Mi­
litar de Palermo; y como podéis observar todas
ellas responden á necesidades reclamadas por la
mejor organización y eficacia de la enseñanza en
un establecimiento destinado á llevar al ‘ ejército
XXX —

regular, en las personas de sus alumnos, oficiales


instruidos y en posesión de todos los conocimientos
indispensables al arte militar.

Otras mejoras será necesario realizar en el


mismo sentido, y entre ellas el Gobierno se propone
suprimir el primer año de estudios á contar desde el
año de 1882; debiendo por consiguiente exijir en
el concurso a los que pretendan ingresar al Cole­
gio, los conocimientos correspondientes al progra­
ma del curso de ese año.

Cree también que debe aumentarse en un


año mas los estudios superiores para los oficiales
de artillería é ingenieros militares, teniendo pre­
sente la importancia de aquella arma, y el rol
que desempeña la ingeniería en las operaciones de
los ejércitos.

Aumentado el número de becas, el edificio que


sirve al establecimiento es estrecho, y se hace por
consiguiente necesario aumentarlo y realizar en él
reformas y mejoras reclamadas por la higiene. A
efecto de llevar á cabo»estos trabajos el Gobierno es­
pera que el H. Congreso vote los fondos que tiene
solicitados para aquel objeto y para atender á otras
exigencias que reclaman su atención.

Hay que crear una biblioteca militar, que debe


considerarse indispensable, y es menester tamcien
dotar al establecimiento de un gabinete, completo de
física y laboratorio químico.
— XXXI

Adscripto al colegio militar debiera instalarse


un museo para conservar en él los objetos que re­
cuerdan nuestras glorias militares bajo la custodia de
los jóvenes que deben acostumbrarse á venerarlos, y
á prepararlos á darles lustre en el porvenir.

Allí se coleccionarían las banderas y armas de


nuestros mayores que usaron ó quitaron al enemigo :
allí las banderas de nuestros batallones desechas en
el fuego de los combates, con la memoria respectiva
de los hechos gloriosos que testifiquen el valor y la
lealtad argentina.

Para promover la instrucción general del ejér­


cito se ha dispuesto la publicación de varios manua­
les y reglamentos de cada arma, estimulándose la de
aquellos cuyos autores eran oficiales argentinos, y se
ha dado mayor estension á la Revista militar y na­
val, que confiada á una redacción inteligente es una
publicación periódica que hace honor al pais.

En la Memoria de la Comandancia General


de Armas encontrareis H. S. el parte detallado del
General Villegas dando cuenta de la espedicion á
Nahuel Huapi, la grán espedicion en materia de
fronteras que llena el período administrativo de que
se os dá cuenta: encontrareis también las memo­
rias de los Gefes de otras líneas y me es grato
esperar que os dejarán satisfechos.
XXXII

No necesito agregar al parte una sola palabra, si


no es para recomendar á V. H. la comportacion bri­
llante de la División del Sa l, el mérito adquirido por
el Gefe de la División, los de Brigada, y por todos los
demás que aquel con justa especialidad encarece. Esa
campaña debe ser y será recordada en los fastos glorio­
sos de nuestra historia militar. Bueno es llamar la
atención al punto que indica el parte con satisfacción
que los gastos del Ejército se compensan y se aven­
tajan en ricas conquistas para el tesoro público. Sus
servicios son verdaderamente productivos hoy.

En esta materia de fronteras, el plan iniciado con


tanto éxito y gloria por el Ministro de la Guerra de
1879, actual Presidente de la República, debe llevarse
á cabo por todas partes. No mas fronteras con los
indios; no mas fronteras dentro del territorio argenti­
no: no mas limitación humillante del territorio por las
chuzas y flechas del salvaje. La Nación Argentina
alzará su frente despejada de las sombras de la bar­
barie ante las naciones que la circundan.

La espedicion á Nahuel-Huapí ha coronado la


grande obra de 1879. La fronter<i es al Sud, la Cor­
dillera de los Andes. No habrá mas indios que los que
pasen de Chile, y si el arreglo de límites con esta Na­
ción nos restablece la pié de fraternidad que común y
glorioso origen y los grandes destinos de la América
nos imponen, una operación militar combinada har¿í
desaparecer de esa parte del Continente americano la
oprobiosa servidumbre de la barbarie. Hé ahí un abra­
zo digno de dos grandes pueblos que puede sellar una
paz duradera: podemos trepar unidos los Andes para
— XXXIII —

enarbolar en su cima las dos banderas triunfantes


como en la guerra de la Independencia, señalando un
progreso de la civilización: la estirpacion de la bar­
barie.

La permanencia de los indios al otro lado de los


Andes será siempre un peligro que nos obligará á
mantener una fuerza militar relativamente considera­
ble en la estación en que las nieves abran los pasos de
la Cordillera.

A este efecto se prepara un avance de la línea


militar del Nauquen y Rio Negro.

La Comandancia de la cuarta Brigada avanzará


al Rio Agrio, y desde allí á Nahuel-Huapí se esta­
blecerán los acantonamientos necesarios, fijos unos,
móviles otros, puesto que en la época de los deshielos
nuestras avanzadas deben vigilar los boquetes mismos
de la Cordillera.

Entre tanto, se fundan pueblos de fácil prosperi­


dad en la costa del Rio Negro, se miden los terrenos
del estenso triángulo que encierran los caudalosos rios
el Limay y el Nauquen y el famoso Lago, donde según
una pintoresca espresion del General Villegas, cabe
una Suiza rica y floreciente.

Comisiones de ingenieros trazan sobre el Rio Ne­


gro, el Limay y el Nauquen el asiento de futuras
poblaciones. Sobre el Rio Negro existen ya Pringles,
Conesa, Avellaneda y Roca en la confluencia con el
Nauquen. En el primero de esos pueblos asisten ya
XXXIV ---

cincuenta y siete niños á su Escuela. Las comisiones


de ingenieros levantan los planos topográficos de todo
el territorio con el estadio conveniente á las opera­
ciones militares pero principalmente al desarrollo
industrial, á la opulenta invitación alas inmigraciones
europeas.

El territorio desocupado por el salvaje puede ser


invadido por la civilización inmediatamente.—Pode­
mos garantir á los pobladores con nuestras armas.

La defensa del territorio será eficazmente asegura­


da por la brillante División en operaciones, compuesta
de los Batallones 2, 6 y 12 y los Regimientos 3, 5, 7 y
11 de Caballería y dos secciones del Regimiento pri­
mero de Artillería.

La línea interior de Buenos Aires así como las de


Córdoba y San Luis disminuyen en su importancia.
La estension del desierto intermedio hará sinembargo
por mucho tiempo indispensable un servicio activo de
partidas ligeras como las que hoy la recorren en todas
direcciones persiguiendo pequeños grupos de indios
que pueden haber quedado ocultos en las sinuosidades
de la Pampa ó desertor es de los mismos indios que se
incorporaron á los cuerpos de línea ó simplemente
bandoleros de la hez de las mismas poblaciones que
lindan con el desierto.
— XXXV —

En cuanto á la primera de estas líneas, debe


abandonar sus posiciones actuales, parte ya muy po­
blada de la Provincia de Buenos Aires entregando
su vigilancia á sus policías rurales.
La colocación de esas fuerzas, así como la de
otras de San Luis y Córdoba, debe ser tomando pose­
sión de la Pampa en cuyo centro hay lugares fértilísi­
mos por sus pastos, con aguadas copiosas y frondosos
bosques, antiguos campamentos de los indios, puntos
frecuentados en otro tiempo, indispensables ahora mis­
mo para el tránsito y descanso de las cabalgaduras.
Esos lugares ocupados por nuestras fuerzas, se
harán inmediatamente centro de poblaciones que serán
mas tarde las fundaciones del nuevo ó nuevos Estados
que del estenso territorio de la Pampa han de formar­
se, no en época muy lejana, si la paz interna y esterna
sigue protejiendo el desarrollo de este país exhuve-
rante.
Un Batallón y un cuerpo de Caballería á la iz­
quierda entre el Colorado y Travolauquen y otro
Batallón y otro Regimiento á la derecha ocupando una
línea conveniente, cuyo centro será Poitague, mien­
tras cubre el estenso territorio nacional á retaguardia,
á cuyos campos acuden ya los pobladores ganaderos,
harán con acierto la policía del desierto, hasta encon­
trarse sus avanzadas con las partidas de la línea mili­
tar de los Andes.
Contando con vuestro apoyo, estas importantes
operaciones se llevarán á cabo en la próxima estación.
— XXXVI —

En las líneas militares sobre el Chaco se han ve-


verificado algunas operaciones de relativa importancia.

Nombrado Gobernador del Chaco, con residencia


en Formosa, el Coronel D. Francisco Bosch, Gefe del
Batallón 11, se dispuso la traslación de este cuerpo á
dicho punto. Así se ofrecían completas seguridades á
los pobladores y colonias que se dirijiesen á .esas
comarcas donde el inmigrante puede esplotar con faci­
lidad y provecho riquísimos bosques ó establecer plan­
taciones de producciones tropicales, como la caña
azúcar, el café, el tabaco, etc.

Así se preparaba una operación sobre el estenso


territorio del Chaco que debe efectuarse apenas otras
urgencias del servicio lo permitan. No todo, puede ha­
cerse á la vez, cuando hay que hacer gastos, por mas
que estos puedan prometer pingües é inmediatos resar­
cimientos y provechos.

No es una operación de conquista, sino de civili­


zación. Allí no hay que combatir tribus guerreras:
hay que reducir á reglamentación conveniente, colo­
nias indígenas dispuestas a someterse al régimen
regenerador del trabajo y de la civilización.

El Chaco central es mas ó menos desconocido.


Para preparar las medidas á adoptarse en un plan ge­
neral de ocupación, convenía esplorarlo en todas direc­
ciones.

A este objeto se dictó el decreto de 19 de Noviem­


bre del año pasado, registrado en la página 593 del
segundo tomo de esta memoria.
— XXXVII '—

No fué posible hallar en el momento un buque


á vapor apropiado. Entonces, el Teniente Coronel
Sola emprendió la espedicion desde la frontera de
Salta. El traerá los datos necesarios para que sirvan
de base al plan de operaciones sobre esas regiones
que son de inmenso porvenir para el engrandecimien­
to nacional.

Allí las armas no tienen que operar en primera lí


nea: nó; son lós instrumentos tranquilos de la civiliza­
ción, apoyados- por ellas, á quienes cabrá el honor de
la opulenta conquista. Las numerosas tribus serán
un auxiliar humilde y dócil.

Mientras vagan por los bosques, manteniéndose


de la pesca y de la caza, el hambre las conduce á
veces á agredir en la oscuridad las poblaciones para
sustraer algunos animales que les sirvan de alimento,
con los que huyen á sus guaridas impenetrables de las
selvas vírgenes. Están dispuestas á que se les asig­
nen tierras, se les proporcione por algún tiempo me­
dios de subsistencia, mientras ellas se lo procuran con
su trabajo.

Practicar un caminó desde el mas conveniente


punto del litoral á Rivadavia, mientras no lo cruce el
Ferro-Carril, que haga sobre nuestros ríos el puerto
de Bolivia, navegar con vapores adecuados el Ber
mejo, el Pilcomayo y otros canales intermedios hasta
hoy, inesplorados, llevar con ellos la inmigración á
sus fértiles costas, este es el trabajo, por cierto, no de
un dia, pero que debe preocupar constantemente al
Gobierno.
— • XXXVIII —

Existen allí tres estensas regiones que pueden


desde ya constituirse en tres Gobernaciones de territo­
rios nacionales, fundamento de tres grandes Provin­
cias—El Chaco oriental, el austral y el central—El
primero, entre los rios Bermejo, Pilcomayo y Para­
guay; el segundo, entre el Bermejo hasta el Rey, lími­
tes con Santa-Fé y Santiago; y el central, cuya capi­
tal, sea Rivadavia ú Oran y tome la limitación conve­
niente con los otros territorios, Salta y Bolivia. Esto
no debe dejarse para mas tarde: es una obra del dia:
no hay gran cosa que gastar: hay inmenso provecho
que obtener. De ese modo cada Gobernación, provista
de sus medios propios, operaría en su territorio, con­
curriendo con las demás á verificar esta verdadera
revolución de progreso y civilización, si hubiese ele­
mentos para favorecer una inmigración numerosa,
que dominando la población indígena sometida, apre­
surase el seguro porvenir de esas abandonadas
pero ricas comarcas.
Las colonias hasta hoy establecidas ocupan los
territorios cercanos á las márgenes del Rio Paraná.
Por eso, para mejor resguardarlas de los horro­
res del desierto, la línea militar las ciñe paralela­
mente al interior con sus acantonamientos.
Ningún hecho importante ha tenido lugar: fal­
sas alarmas á que ha respondido inmediatamente la
vigilancia de las fuerzas acudiendo en el acto donde
se anunciaba el peligro.
El Coronel Obligado prepara una batida al cen­
tro, á efecto de alejar las pequeñas tribus nómades ó
reducirlas.
— XXXIX —

El batallón 9 y regimiento 11, cubren desde Re­


conquista á Belgrano. Se envió el regimiento 2 °
de caballería de línea para proteger las poblaciones
de los límites de Santa-Fé. Su gefe debe con una
parte de su regimiento espedicionar sobre los límites
de Santiago, estudiando los puntos mas convenientes
para el establecimiento de ambas líneas, procediendo
á su ocupación militar y vigilancia. El necesario
elemento para esos servicios son las muías. Se pro­
vee de ellas, como lo permiten los recursos votados.
La línea militar de Salta es servida por guar­
dias nacionales que á las órdenes del comandante
Ibaceta la han avanzado colocando los acantona­
mientos en puntos mas convenientes. Es con parte
de ellas que el Teniente Coronel Sola ha empren­
dido la espedicion al Chaco. Será indispensable allí
un cuerpo de línea: es decir, el cuerpo de línea que
se destine para apoyar la gobernación del territorio
del Chaco cuya capital sea Oran ó Rivadavia, la
administración militar, mientras la población no se
hace capaz de la municipal ó del gobierno civil
el aumento de población hasta tanto que no le pone en
condiciones de reclamar su puesto entre las Provin­
cias en igualdad de derechos.

El Gobierno ha contraido y ha debido contraer


una especial atención á todo lo que se refiere á la admi­
nistración civil del ejército.
Es ardua la materia, digna del mas detenido estu­
dio, si se observa que en las naciones mas adelanta­
— XL —

das las cuestiones afectas al mejor sistema al respecto


están siempre á la orden del dia.

Circunstancias especiales de cada país y aun de


cada situación la modifican con harta frecuencia.

El proveimiento, el equipo y la remonta está con­


fiada á una oficina que debe someterse á la ley de con­
tabilidad, á las licitaciones, á las proveedurías, tan há­
biles en todas las artes de sacar el mayor provecho de
las necesidades públicas con mayor sacrificio de sus
conveniencias: prima la codicia del especulador que
se aprovecha y á veces sufre también de las penurias
del erario á que pretende suplir, pero sacrificando las
mas veces el buen servicio en la subsistencia del
Ejército que tantas veces tiene que conquistar sus re­
cursos apelando á medios que desaprueba la regular
organización constitucional del país.

Debo escusar comprobar con el recuerdo de he­


chos que mejor quedan olvidados, cuántas veces hubie­
ra convenido establecer la requision forzosa en vez
de cederla al proveedor que la practicaba osado: cuan­
tas veces la prontitud de una campaña y el éxito se
ha comprometido por la deficiencia y abusos délas pro­
veedurías hasta las últimas operaciones de la espedi-
cion á Nahuel Huapí, en que el Ejército satisfizo las
necesidades del proveimiento que empezaban á afli-
jirlo con el botín que la pericia, el arrojo, la abnegación
del gefey dél soldado argentino arrebataron á los bár­
baros del desierto al ocupar de improviso sus eternos
aduares en las regiones desconocidas de donde nunca
creyeron ser desalojados.
— XLI —

La Comisión instituida para proyectar las leyes


de ordenanzas generales del Ejército, que establezcan
las bases de su reclutamiento, organización, adminis­
tración y disciplina, no descuidará esta materia im­
portantísima, cuyas reglas fundamentales son sin duda
materia legislativa, sin que á la administración que­
pa en su esfera otra cosa que iniciarlas como lo ha
hecho, ó que aplicar sus disposiciones consultando la
mayor conveniencia en su ejecución y cumplimiento.

La administración es el arte de conservar el Ejér­


cito, como decia Federico el grande—su disciplina
depende en primer lugar del conveniente procedimien­
to: cuando este es defectuoso la desmoralización toma
las proporciones de un incendio—La disolución en sí,
la devastación á su alrededor. Sabéis, HH. SS., que
Napoleón I, al entrar en los llanos de Italia, pedia un
Comisario ó un Intendente hábil, distinguido, hombre
de génio, esclamando que no tenia sino pigmeos que
lo hacían morir de hambre en el país mas rico del
mundo.

Uno de los mas célebres autores, en materia de


administración militar, dice qüe las adjudicaciones
por licitación han sido inventadas por la ignorancia
de los adjudicantes por no sé cuál espíritu receloso
nacido del régimen político en que el pueblo ejerce
la policía en materia de responsabilidad. Los admi­
nistradores déla cosa pública, cuando no tienen fuerza
de espíritu para soportar las injusticias del pueblo, ó
cuando carecen de las virtudes que las impiden, pro­
curan cuidadosamente parapetarse detrás de las adj u-
dicaciones por licitación siempre que se trata de em­
— XLII —

plear la renta pública. Ahora bien: no hay amenudo


mas que un solo hombre en condiciones de encargarse
de un suministro en una clase de objetos, u*n hombre ca­
paz de hacerlo bien, ó digno de desempeñarlo: tal
hombre conociendo las condiciones de la carga que vá
á echar sobre sus hombros no encuentra facilidades en
la transacion, querria discutir los artículos del pliego
de condiciones y este es indiscutible; se alejará, pues
y ¿quién le sucederá? Aquellos que se comprometen
sin conocimiento de sus obligaciones, gentes para quie­
nes lo que importa es ganar lo mas posible de una em­
presa. Todo advanedizo, fiado por otro advenedizo va
á presentarse á la puja y esta decide del proveedor,
que en general no es el mejor, sino al mas osado.
Si evitando, agrega, la rutina funesta de las lici­
taciones se ha sabido elejir un proveedor, un hombre
rico, de talento, de probidad, el servicio se hará bien
durante algún tiempo, pero á la espiración del plazo
de la contrata ¿qué quedará? El contratista os habrá
impuesto un tributo enorme, en razón del capital ade­
lantado os habrá servido en cuanto le haya convenido,
y os abandonará cuando su fortuna esté hecha, ó cuandó
cese de acrecentarla. Habiendo sido el agente del ser­
vicio, el gerente de todos vuestros asuntos, se llevará
consigo todos los secretos del oficio, todas las relacio­
nes comerciales, todos los documentos y el método, y os
dejará algunos empleados mas ó menos hábiles, muy
á menudo corrompidos, establecimientos arruinados,
un servicio sin crédito, sin recursos, obligándoos á
recomenzar con nuevos gastos, nuevos aprendizages,
nuevas fortunas. No se rehacen fácilmente estableci­
mientos arruinados, no se hacen rápidamente relacio­
— xi.in

nes comerciales; es mas difícil aún que eso formar


empleados, rodearse de hombres fieles. Sin embargo,
la conservación de las tropas, el éxito de los ejércitos
la economía de la fortuna pública dependen en gran
parte de estos agentes de la administración.

La inseguridad en los pagos, la deficiencia de las


rentas; lo imprevisto, lo irregular de las exij encías ha
hecho en nuestro país lugar al colmo del abuso en la
materia. Las licitaciones de proveeduría han tenido un
resultado desfavorable á la economía y al buen servi­
cio. Las licitaciones cerradas se prestan á habilísimas
combinaciones entre los mas avezados á sacar el mayor
provecho, esplotando las necesidades públicas, sacrifi­
cando las de las fuerzas, y lo que es peor, sembrando
la corrupción por todas partes.

Para evitar en parte algunos inconvenientes que


se habían hecho sensibles se imaginó la licitación ver­
bal prevista para algunos casos por el acuerdo de fecha.
La puja se hace con mas franqueza, y los precios se
aventajan en provecho del erario—pero esto solo ha
tenido lugar respecto á algunos artículos de equipo.

El proveimiento en el país debe hacerse por las


administraciones de los cuerpos, en cuanto sea posible.
Así se practica en general con buenos resultados: ha­
biéndose hecho difícil todavía de implantarse en las
fronteras, como se hace siempre en tiempo de guerra,
ó cuando hubiese que operar fuera del país.

Pero es necesario tender al funcionamiento de las


administraciones militares, comisariados ó intenden­
— XLIV —

cias que puedan bastar al proveimiento regular y res­


ponsable del Ejército, concurriendo al mejor desempeño
los talentos, el patriotismo y la probidad.
Una ley de administración militar suficiente, es
uno de los problemas mas arduos—La Francia alec-
cianada por sus últimos contrastes la discute hace
ocho años.
La mayor de las dificultades consiste sin duda en
disponer oportunamente de los recursos necesarios
para adquirir todos los artículos de abastecimiento. Se­
ria necesario separar de las rentas generales todo el
dinero que se destine al servicio: constituir el tesoro de
guerra que debe ser sagrado porque de él depende la
subsistencia de los mejores servidores del país, y la
seguridad misma de este. Entre tanto, es sabido que
entre nosotros siempre se han pospuesto estos gastos,
abusando del sufrimiento y abnegación de nuestros
soldados.

Para la provisión de artículos de vestuario se ha


restablecido el taller de costuras en la Comisaría, y
para calzado y correajes, se habilitan los del Parque
y.de la Penitenciaria. No habrá sino adquirir las telas
y demás materiales y oficialmente se cuidará de la
mejor confección. Así se ha conseguido mejorar nota­
blemente estos suministros.
Las telas se adquirían en Europa por un contrato
directo llevado á cabo por la administración anterior
—- XLV ---

con una casa respetable. Ha sido suspendido abriendo


de nuevo las licitaciones por términos convenientes
para que las propuestas se presenten por casas de pri’
mer órden’con relaciones en Europa mismo—Se ha
conseguido alguna ventaja en los precios.

La remonta del Ejército preocupa al Gobierno


para encontrar el mejor sistema á adoptarse á efecto
de adquirir buenas cabalgaduras para la Caballería y
Artillería y cuidar de su conservación consiguiendo así
que siempre se hallen con este elemento en suficiente
número y buen estado. Las urgencias del servicio han
obligado á procederse por los medios acostumbrados
hasta hoy, la licitación cerrada ó verbal según los
casos.

De acuerdo con la Contaduría General se ha esta­


blecido en la Comisaria de Guerra la Oficina de Pagos,
cuya reglamentación conveniente ha sido aprobada y
se registra en los Anexos. Administra las partidas
que dá el Presupuesto para los haberes del Ejército,
atiende á los ajustes hasta su chancelación adoptando
una tramitación breve y sencilla. No habrá necesidad
ahora que los individuos del Ejército sigan una trami-,
tacion larga y onerosa que los obligaba tantas veces á
— XLVI —

abandonar sus reclamos á simulados apoderados que


eran tomadores á crecidas usuras del salario mas dig­
namente adquirido.

La Comandancia de la Isla de Martin García, de­


dica al mejoramiento de aquel establecimiento militar
una consagración empeñosa é inteligente. Es necesa­
rio sin embargo, dotar á aquella importante plaza fuerte
de todos los elementos que son necesarios para que
preste en caso de guerra el servicio importante que su
posición determina, si ha de ser como puede y debe
ser una formidable posición fortificada.

Están hechos los estudios hidrográficos de los ca­


nales adyacentes: se han practicado algunos estudios
para su conveniente fortificación. Los adelantos en la
artillería de costa, así como en la marina hacen apenas
útiles las piezas de grueso calibre adquiridas á conse­
cuencia de la ley de 1872.

Se ha restablecido el cable sub-marino que liga


aquella Plaza con esta ciudad.

Se ha creído conveniente entregar á la direc­


ción é inspección del Director General de Telégrafos,
las líneas militares en servicio y en construcción.
— xlvii

Ha sido terminada la línea entre Bahia Blanca y


Patagones que une con la ciudad la ya existente en
servicio entre los acantonamientos militares del Rio
Negro hasta su lejana confluencia con el Limay.
Esta última línea militar ha tenido un costo ínfimo
comparada con las demás.’

Luego ha de continuarse hasta el Rio Agrio


próximo acampamento de la Cuarta Brigada. Están
ya cortados los postes y reunidos los materiales.

Desde ese punto á la mas próxima estación del


telégrafo trasandino habrá apenas veinte leguas. Si
conviniese ligarlos podría procurarse un arreglo con
la empresa.

Trasladadas las fiíerzas de la línea interior,


como se ha indicado en otro lugar, al centro
de la Pampa, será necesario tender el hilo desde
Carhué á sus acampamentos. El telégrafo es hoy un
elemento militar de la mayor importancia.
De Buenos Aires al Azul se une la línea militar
por un hilo alquilado al ferro-carril. Es preciso cor-
rejir esta irregularidad.—La línea militar debe ser
propia en toda su estension. No dudo que autoriza­
reis tan justificado gasto.
Debo agregar que uno de los gefes del telégrafo
militar viaja en Europa estudiando los mejores sis­
temas de servicio telegráfico en tiempo de-guerra, Se
han recibido ya algunos de sus informes.
xlviii

Me restaría hablar del servicio médico del ejér­


cito, si no bastase referirse al informe contenido en la
página 609 del segundo volumen de la Memoria de
Guerra y Marina. *

Los servicios del cuerpo médico militar fueron


de apreciable mérito en el año pasado cuando, los
luctuosos sucesos de Junio.

Se hace con la mayor regularidad en la capital


y en las diversas divisiones del ejercito.

La necesidad de un edificio conveniente es pre­


miosa para el establecimiento de un Hospital con capa­
cidad suficiente. Están levantados los planos por el
Departamento de Ingenieros. Se empezará la obra
apenas lo permitan las exigencias del Erario.

Para terminar pasando en seguida á ocuparme del


Departamento de Marina, creo conveniente daros
cuenta de que algunos gefes y oficiales del ejército
viajan en Europa estudiando los ramos militares, ya
visitando los ejercicios y los parques y talleres ya
siguiendo los cursos en las mejores escuelas. Ha re­
comendado el Ministerio muy especialmente los es­
tudios de estado mayores, los de artillería, admi­
nistración é ingenieros.
— XLIX —

II

MARINA

Como os lo aseveró, HH. Sres. SS. y DD., el Pre­


sidente de la República en su Mensage, se ha prestado
una atención preferente á la reorganización de nuestra
Armada que con los elementos próximos á llegar de
Europa empezará á tener la importancia que reclama
una Nación cuyas estensas costas marítimas, desde el
Plata hasta el Cabo de Hornos, contienen cómodos
puertos de estensos territorios que desocupados ya de
las hordas salvajes, se brindan á la inmigración y
prometen un porvenir cercano de engrandecimiento
nacional.
Fuera, sin duda, osado que me jactase de otra cosa,
al rendiros leal cuenta de los trabajos emprendidos, que
de [una consagración de todos los momentos á este
ramo de la Administración para iniciar reformas, pa­
ra correjir irregularidades, para establecer cierto or­
den en el material y en el personal de la marina como
base de una organización1 conveniente que pudiese res­
ponder á los importantes fines y á los sacrificios que
ha hecho la Nación para levantar nuestra fuerza naval
á la altura que le corresponde.
Vosotros lo sabéis, pero cúmpleme recordarlo,
cualquiera de las secciones Americanas del continente
— L —

ha prestado siempre mayor atención que nosotros á


la necesidad de este elemento de poder de que no pue­
den estar desprovistas las Naciones cuyos territorios
baña el mar en grandes estensiones.
Nosotros los hemos improvisado en el momento
del peligro, pero la misma fortuna del éxito glorioso;
á la vez de lo difícil y costoso del esfuerzo, debió ser­
virnos de enseñanza. Tuvimos que entregar á manos
estrangeras el honor y la fortuna de la patria y felices
de que la gloria naturalizase al heroico marino cuyo
nombre veneramos, pero no nos apercibimos que de­
bíamos desde entonces haber sido constantes para
cimentar nuestra marina sobre bases permanentes.
Bien es verdad que las vicisitudes políticas lo han
impedido: disipando nuestras fuerzas en nuestras
disidencias internas hemos carecido de los recursos
necesarios al efecto. Cualquiera de las ultimas rebe­
liones ha costado mas dinero que el que se necesitaria
para tener la Flota mas poderosa del Continente.
Pero no es que debiéramos improvisarla, porque
á la altura de la ciencia moderna, al respecto, cuyos
grandes inventos se suceden inutilizando las adquisi­
ciones anteriores, lo que mas debía preocuparnos era
formar el personal de nuestra marina nacional. Nin­
guna amenaza de guerra esterior nos precipitaba, si
bien el material apropiado era el principal elemento
para aquello mismo. Por eso, conviene cualquiera que
sea la situación, conservar este en el mejor estado po­
sible aumentándolo prulentemente en la medida de
nuestras necesidades y de nuestros recursos.
— LI —

En 1875 el malogrado Dr. Alsina que desempeña­


ba el Ministerio, y para quien el coraje de la verdad
era una de sus grandes virtudes, os decia en su Memo­
ria:— «A los pocos dias de haber estallado la rebelión
de Setiembre, era verdaderamente desconsolador el
cuadro que presentaba nuestra Escuadra.—La caño­
nera «Paraná» habia sido entregada á los rebeldes por
su Comandante.—En su viaje á Martin García pocos
dias después la «Uruguay» y el «Payon» chocaron,
quedando ambos inutilizados por treinta dias. Casi al
mismo tiempo el «Pampa» se iba sobre el muelle de las
Catalinas y sufría averías de consideración. Seria pa­
ra muchos fabulosa, agregaba, la cuenta que se hiciese
de lo que cuesta la Escuadra, sin que hayan correspon­
dido, esta es la verdad, los servicios hechos; refiéro-
me á todas las Escuadras desde 1852 hasta la fecha,
con ninguna me particularizo. Ha sido entre nosotros
como un sistema de administración y de gobierno,a
abandonar los buques después de pasada la guerra,
después de terminado el conflicto que los hacia nece­
sarios. Hé ahí la razón por qué cada vez que ha sido
preciso hacer uso de los buques de guerra ha sido pre­
ciso también recomenzar la obra, hacerlo todo de
nuevo y reparar con gastos crecidos, los materiales
abandonados. Es mi opinión individual, concluía, que
cuando se encargaron á Europa seis cañoneras y dos
encorazados no se meditó que para tal número de bu­
ques, era preciso crear antes Gefes, Oficiales y mari­
neros en la proporción conveniente».
No juzgareis impertinente el recuerdo de esas pa­
labras testuales, para destacar de sus sombras el es­
tado actual de nuestra Armada, que es escelente, por
LII —

mas que luche su personal con un desprestijio inmere


cido que gastará el tiempo y sus servicios ó el crisol
de un combate, donde no dejará abatir la bandera de
los Pozos, del Juncal .y de Cuevas.
Como el de 1875, el ilustre Ministro de 1879, con-
sideró llamar la atención de V. H. sobre la necesidad
de consagrar al ramo mayor atención y recursos que
los que hasta el presente han podido dedicársele, te­
niendo presente que la República Argentina debia ser
en breve una Nación esencialmente marítima, pues sus
mayores intereses se hallan vinculados en el porvenir
á la población de las costas del Atlántico y á la habili­
tación de sus puertos para el comercio universal; os
encarecía como un premioso deber fomentar con todos
los recursos de que se pudiera disponer, la mejora de
esta rama de la Administración, echando aunque paula­
tina y modestamente las bases de una organización re­
cular que permita al Departamento de Marina desarro­
llar su acción en mas vastas proporciones: os decía
con tal motivo que una Armada no se improvisa, sobre
todo si, como sucede entre nosotros, no existe una Ma­
rina Nacional capaz de suministrar á la Escuadra el
personal competente en un momento dado: todo hay
que crearlo, agregaba, porque nada teníamos previsto
en el pasado, enteramente preocupados de dar solu­
ción mas acertada a nuestras cuestiones de organiza­
ción nacional, y se lamentaba de ¡verse desviado, á su
pesar, del propósito por exigencias de una situación
que reclamaba su atención hácia otras necesidades de
carácter mas urgente, y después por condiciones des­
favorables del Tesoro: los esfuerzos de ese ilustrado
Ministro, que separó la administración de la Marina de
— luí —

las Oficinas del Ejército de tierra, creó laSub-secreta-


ría de Marina, dispuso la Espedicion á Santa-Cruz don­
de nuestros marinos probaron, como él decia, que eran
capaces de conducir nuestros buques á través de los
mares procelosos, y que la bandera de la-patria no
corría peligro en sus manos: esos esfuerzos, y de ellos
solo van|dos años, y los esfuerzos de sus sucesores, fue­
ron de nuevo interrumpidos por otra rebelión, pero
esta vez si ella pudo esterilizarlos ó detenerlos y dis­
persar la Escuela que era el principal elemento del
progreso futuro, no ocasionó defecciones en la Arma­
da que se mantuvo fiel sosteniendo las instituciones y
la Autoridad Nacional.
Pero los buques en s-u mayor parte se encontraban
en un estado verdaderamente deplorable, tanto respec­
to á su material como á sus tripulaciones.
Necesito decirlo sin ambages porque ello tiene que
responder de la consagración emplead^ en correjirlo
todo y de las erogaciones que ha'demandado.
Apenas había buque alguno en perfecta condición
de navegar: no había ninguno que no se encontrase
en la necesidad de entrarlo al dique para sufrir impor:
tantes reparaciones. Puedo hoy anunciaros que á es-
■cepcion del «Plata», cuyos fondos deben también re­
visarse y que se encuentra de estación en Montevideo,
todos están listos para lanzarse á la mar, ó han em­
prendido ya viajes en servicio publico

Las cañoneras «Paraná» y «Uruguay» debían


cambiar.su artillería por las de nuevo sistema Arms-
— LIV —

trong de retrocarga.—La primera había empezado la


obra bajo la dirección de una Comisión nombrada por
la Administración anterior, compuesta del Coronel
Lasserre Gefe del buque, del Inspector de la Armada,
y de los Ingenieros Milles y Bennet.—-Dicha Comisión
resolvió con aprobación superior cambiar la colocación
de las piezas y reformar la arboladura. Las dudas que
surjieron sobre la conveniencia de estas modificacio­
nes aconsejaron á la Administración actual que la
«Uruguay» no alterase en nada el sistema traído de
Inglaterra, y así se hizo en ella el cambio de artillería
y demás reparaciones bajo la dirección también de una
Comisión pericial.
Me es satisfactorio anunciaros con la autoridad de
informes competentes y de la comprobación de los via­
jes de ensayo y de ejercicios de 'fuego que las modifi­
caciones efectuadas en la «Paraná» son ventajosas y
que no ha desmerecido las buenas condiciones de estos
escelentes buques de guerra.

Era importante así mismo cambiar la artillería de


los acorazados por cañones de retrocarga, así como tam­
bién darles estabilidad en el mar modificando sus qui­
llas. El Gobierno no se ha decidido á ello sino después
de repetidas y satisfactorias consultas con los Ingenie­
ros constructores. De esta manera estos buques, aun­
que construidos apropósito para nuestros rios, podrán
operar en la mar sin desventaja y en aquellos con ma­
yor poder.
— LV

La esperiencia adquirida por nuestros Gefes con


motivo de la Espedicion Naval llevada á cabo á fines
del 78 hasta el Rio Santa-Cruz, demostró la necesidad
perentoria de mejorar de algún modo, para la navega­
ción en el mar, el gobierno de los acorazados’ «Los An­
des» y el «Plata» disminuyendo la fuerza de sus va-
lances.
Can motivo de las nuevas construcciones la
Administración anterior encontró por conveniente
mandar áEuropa al punto donde aquellas tenian lugar
algunos Gefes caracterizados de la Armada y entre
ellos fué designado el Coronel Ramírez que al tiempo
de la espedicion á Santa-Cruz mandaba el acorazado
«Los Andes».
Una vez en el estrangero este Gefe, de acuerdo
con el Coronel Urtubey y la casa constructora de
esos dos acorazados, (que, repito, fueron modelados
originariamente para servicios de rios y costas donde
no se hallaren espuestos á mares gruesos, habiéndose
tenido en vista también la naturaleza de las aguas que
debían surcar para su calado)—estudiaron la cuestión
y propusieron al Gobierno la idea de colocar .quillas
laterales, que abarcasen poco mas ó menos la mitad de
los cascos, á fin de disminuir sus fuertes balances y
ayudar en algo á su buen gobierno sin aumentar su
calado.
El Gobierno actual encontró estos\mtecedentes y
reputando autorizada la opinión de los que aconsejaron
la reforma y oyendo otros informes de personas com
tentes, encargó la compra de los materiales necesarios
para la colocación de las quillas laterales, las que fue­
ron enviadas con un pliego de instrucciones redacta-
LVI

do por la misma casa constructora de los acorazados,


instrucciones que debian ser ejecutadas por el Ingenie-
Mr. Wood que la misma casa recomendó como muy
competente.
La reforma se ha efectuado solamente en el acora­
zado «Andes» y se efectuará en seguida en el «Plata».

La «República», la «Constitución», la «Bermejo»


y la «Pilcomayo», la primera que habia sufrido incen­
dio en su máquina mucho tiempo atrás, han sido res­
tauradas completamente, limpiando sus fondos, reha­
ciendo sus cubiertas, recorriendo sus máquinas, en fin,
poniéndolos en su mejor condición.
Igualmente han sido reparados los avisos «Argen­
tino», «Vigilante», «Resguardo» y «Talita»,los cútters
«Santa-Cruz», «Bahia Blanca» y «Patagones».

Para llevar á cabo estas reparaciones, de manera


á evitar los inconvenientes sentidos en las compostu­
ras entregadas á talleres particulares, y teniendo re­
comendado de Inglaterra al Ingeniero Wood que vino
de allí á armar los pequeños vapo: es destinados á la
navegación del Rio Negro, como competente para lle­
var á cabo las importantes modificaciones que debian
efectuarse en los acorazados, se dispuso restablecer
bajo su dirección el Taller de Marina que fué disuelto
Lvn

durante la rebelión. Han estado á su cargo esas obras


en general, con intervención del Comisario General de
Marina y bajo la inspección de los Gefes respectivos ó
Comisiones nombradas al efecto.
El vapor «Villarino» únicamente fué enviado á
Montevideo á revisar y pintar sus fondos y á sufrir
otras reparaciones, lo que efectuó convenientemente
con intervención del mismo Ingeniero Wood.

Las reparaciones en los buques de la Armada se


han hecho con prontitud, con esmero y consultando
la mayor economía. El Ingeniero Wood ha compro­
bado su competencia. Venido, como lo he dicho an­
teriormente para dirijir la operación de armar los
vapores y las chatas destinadas á la navegaciomdel Rio
Negro, fué de nuevo contratado para dirijir el Taller, á
consecuencia de haber sido una de las primeras medi­
das al respecto encargar al Sr. Ministro Argentino en
Londres contratase un ingeniero naval. la contesta­
ción fué que encontrándose aquí el referido ingeniero,
á fin de evitar mayores gastos, el gobierno debia con­
servarlo, pues su competencia era indudable y le habia
sido muy recomendada por una respetable casa cons­
tructora.
Se ha creído inútil por el momento contratar ma­
yor número de ingenieros navales, dados los elementos
con que se cuenta para atender á las reparaciones de
los buques de guerra.
No se concibe la existencia de una flota de guerra
I.VIII

sin que se cuente con diques, arsenales y talleres na­


vales que puedan responder satisfactoriamente á todas
las necesidades.
Pero estos elementos son costosísimos, y antes de
proponeros su adquisición ó disponer la construcción
de un dique, ó diques donde pudieran entrar todos
nuestros buques, se necesita estudiar el punto con de­
tención. Desde el primer dia me ocupo con preferente
atención de este asunto.
Se liga esta importante exijencia con las empre­
sas de puerto á que el Ministerio ha dedicado toda pre­
ferencia, sin haber querido que la que pudiera ser mas
conveniente se esterilizase en la tramitación, sin ser
sometida á vuestro mas alto é ilustrado juicio.

Pero si el Dique y sus Talleres eran de imperiosa


necesidad, no lo es menos el Arsenal, depósitos de ma­
rina y otros talleres que' sirvan para guardar y aten­
der á la mejor conservación déla gran cantidad de ma-
terial de guerra con que cuenta la Nación y que aumen^i
progresivamente.
Cuando todo es embrionario, cuando todo hay que
crear, la atención se divide, y los esfuerzos, queso ha­
cen son difíciles de estimar: al lado de cada necesidad
satisfecha se muestra otra exijencia á llenar: la obra
no es de un dia, ni por el tiempo, ni por el dinero ¿in­
vertir.
La cantidad de dinero empleada en las construc­
ciones de Zárate, á consecuencia de la ley de 5 de
LIX —

Octubre de 1873, las obras allí efectuadas, desiden


por ahora la preferencia á aquel punto, designado en la
Administración del General Sarmiento, en virtud de
estudios é informes de personas competentes. De la
suma entonces votada queda un saldo de 167,415.54.
Urje la construcción de mayores almacenes y depósi­
tos de pertrechos. Están hechos los planos y presupues­
tos de lo mas exijente y muy pronto se dispondrá la
ejecución de las obras.
El Arsenal en Zárate es sin duda exelente para
nuestros buques de los rios, pero es preciso tener pre­
senté que necesitamos de un Arsenal en uno de los
puertos marítimos, Bahia Blanca, por ejemplo, aposta­
dero necesario y puerto militar requerido por el acre-
sentamiento de nuestra flota destinada á operar en el
Atlántico. Apenas desembarazados de otras exijencias
conviene preocuparnos seriamente de estas obras cos­
tosas, pero de imprescindible necesidad.
A este propósito debo agregar que conviene esta­
blecer el personal de dirección competente. Como en
el Ejército de tierra, el Director de Arsenales, Depó­
sitos y Talleres de Marina, debe ser una persona de
toda competencia y'su Oficina una de las mejores or­
ganizadas: el depósito de materiales de guerra es cos­
tosísimo y sobre su ordenada conservación responde
el éxito de la fuerza: todo escollaría en una deficien­
cia al respecto.

Era natural preocuparse en primer lugar del ma-,


terial, pero la misma necesidad de poner en reparación
— LX

sucesivamente á todos los buques de la Armada, ofre­


cía la facilidad de modificar el personal en lo que tam­
bién había mucho que correjir.
Una parte de los buques no estaba confiada á los
Gefes mas instruidos que se encontraban relegados
desde hacia tiempo á comisiones especiales.
Pero lo que en general era mala é insuficiente era
la tripulación subalterna. Reclutada de cualquier ma­
nera, atrazada en los pagos, y defectuosamente apro­
visionada, la disciplina se conservaba en algunos ca­
sos con un rigor escesivo.
Correjida esa situación por el pago puntual, apro­
visionada y vestida con exactitud, fué posible dar de
baja á los cumplidos ó retenidos contra su voluntad.
Ya no existen abordo esos detenidos por crímenes
que son un peligro, mas bien que útiles; ya no existe
abordo el galeote ó el miserable que los vicios arroja­
ban de la taberna, sin asilo. Voluntarios ó engancha­
dos, la marinería puede escojerse éntrela gente verda­
deramente útil. Sabéis, que sesenta marineros argen­
tinos han ido ¿Inglaterra para tripular el «Brown»,
y la disciplina que han conservado en Europa es dig­
na de encomio y acredita á los Gefes del acorazado el
«Plata» á cuya tripulación pertenecían: habéis presen­
ciado también la revista de un batallón de marineros
que con el de nueva creación de infantería de marina,
y presididos por los Aspirantes de la Escuela y los
aprendices de Artillería Naval formaron una Brigada
de cerca de mil hombres que por primera vez en el
país hicieron honores al Presidente de la República en
el aniversario de nuestra Independencia.
— LXI

La necesaria reparación de todo el material y su


aumento para que estuviera pronto ¿ cualquier even­
tualidad, cuando por otra parte no podia pensarse que
una situación de guerra amenazase, aconsejaba apro­
vechar el tiempo respecto de los Oficiales que acababan
de hacer sus estudios teóricos con éxito y el Gobierno se
apresuró ¿ enviarlos ¿Europa ¿ hacer estudios y viajes
prácticos, aun ¿pesar de verse obligado ¿ dejar incom­
pleto el personal de los buques y del Estado Mayor cu­
ya institución se iniciaba.
Esa brillante oficialidad que cuenta con indivi­
duos que se han distinguido ya en las marinas euro­
peas por su comportacion, ha asistido en Fiume ¿ las
esperienciíis de los torpedos y ha lucido su buena dis­
posición y conocimientos. Toda ella viene en los nue­
vos buques que estar¿n en el país ¿ fines de Octu­
bre.
Asimismo, con pequeñas deficiencias de orden se
cundario, el personal actual de los buques de guerra es
el que necesitan, habi¿ndose visto obligado el Poder
Ejecutivo ¿ aumentar el personal subalterno en casi
todos ellos por cuanto el que les asignaba la, ley de
Presupuesto era insuficiente para las necesidades del
servicio.

Una vez reparados los buques han zarpado ¿ dis­


tintas comisiones.
La «Bermejo» est¿ en Bahía Blanca practicando
el balizamiento de aquel importante punto: la «Pilco-
mayo» ha ido al Uruguay con la Comisión encargada
de hacer estudios hidrogr¿ficos en sus rios y ¿ pro­
— lxii —

yectar las obras de mejoras indispensables en aquellos


puertos, donde, es necesario confesarlo el comercio
lucha con las dificultades de la naturaleza primitiva.
La «Paraná» fué encargada de llevar colonos al
Chubut, cambiar la situación de la Sub-delegacion, eli-
jiéndo el puerto mas conveniente y próximo á los esta­
blecimientos de la colonia galense que toma cada dia
mayor incremento, y á estudiar el golfo de San Matías
y Puerto de San Antonio. La Comisión presidida por
el Gefe de la cañonera, Coronel Lasserre, ha cumplido
satisfactoriamente su cometido.
La «Uruguay» ha hecho un viaje á Bahia Blanca
conduciendo una compañía del Batallón Io de línea que
marchó á reforzar las fuerzas que hacen la policía del
desierto. ♦
La corbeta «Cabo de Hornos» donde está nuestra
Escuela de marineros, así como los tres cútters* han
zarpado para las costas del Sud. Mientras se adiestra
su tripulación avezándose eu el servicio de mar, la cor­
beta presta buenos servicios, vigilando las costas y
manteniendo la comunicación con los puertos mas dis­
tantes del Atlántico. También ha trasportado colonos
al Chubut.
El «Villarino» ha sido establecido en calidad de
paquete entre Buenos Aires, Bahia Blanca y Patago­
nes. Mientras ha prestado importantes servicios en la
traslación de tropas y bagages para la División militar
dol Sud en operaciones, no los ha prestado menores al
comercio. El «Villarino» fué mandado construir á Eu­
ropa con el destino que hoy se le ha asignado y res­
ponde con ventaja al importante objeto de establecer
uua comunicación regular entre la Capital y esos prin-
— LXIII

cítales centros comerciales de la costa Sud, fomentan­


do su población y el desarrollo de la industria en esos
ricos territorios que se estienden al desierto de que
han sido arrojados los salvaje» que los esterilizaban.
El «Rossetti» una vez restaurado, según las obras
proyectadas y resueltas por la anterior administración
que, comenzadas hace mas de dos años, se inter­
rumpieron por los sucesos de Febrero y Junio del
año pasado y fueron al fin continuadas y concluidas,
ha hecho también un viaje trayendo del Uruguay
el Batallón de Marina y conduciendo el 5o de in­
fantería. Desempeñada esta Comisión zarpó para
Puerto Deseado llevando todo el personal y material
para establecer en aquel punto importante la Sub-
delegacion Marítima y los depósitos de víveres y car­
bón para auxiliar los buques que navegan al Sud.
Este buque de exelentes condiciones marineras y de
gran comodidad Vnno trasporte, tiene máquinás del
sistema antiguo y consume demasiado combustible. Sin
embargo, puedo decir que las 440 toneladas de carbón
que ha. gastado desde su salida al Uruguay, han sido
bien aprovechadas en los servicios prestados. Es dig­
no de examinarse si convendría reformar su maquina­
ria, dado que es un buque de inmejorable construcción
y que está en el mejor estado. Anda bien, y puede con­
ducir mil soldados y 800 toneladas de carga.
Los vapores avisos han llenado diversas comisio­
nes y prestado importantes servicios á las fuerzas si­
tuadas pn el litoral del Paraná que protejen las nume­
rosas colonias del Chaco.
LXIV —

La escuadrilla del Rio Negro bajo las órdenes del


Coronel Obligado llena la importante misión á que fué
destinada—resolver la navegación del Rio Negro y
del Limay y esplorar «1 gran Lago Nahuel-Huapí—
al mismo tiempo que presta servicios de importancia á
las fuerzas que ocupan las márgenes de los mencionados
rios,concurriendo y auxiliando las especiones militares.
El parte que ha elevado su Gefe, de las primeras espío-
raciones militares y que se publica entre los Anexos
informa convenientemente al respecto.

Antes de pasar á los diversos puntos de adminis­


tración militar y civil de la Armada, creo bien apun­
tar algunos detalles respecto á los juques mandados
construir en Europa en ejecución de las leyes que san­
cionasteis al efecto, y los que están al llegar á las
aguas del Plata. Complementan nuestra, fuerza naval
coii poderosos elementos.
El primero de estos, acorazado «Almirante Brown»,
es fuera de duda el buque de guerra mas poderoso de
cuantos surcan las aguas de Sud-América; y aún cuan­
do no puede reputarse de primera clase, comparado con
los colosos de 14000 y 9000 toneladas que construyen
las grandes potencias europeas, notablemente la In­
glaterra y la Italia, es en su clase un buque de primer
orden que reune en su casco y coraza, en sus máquinas
y armamento ofensivo y defensivo los últimos descu­
brimientos y perfeccionamientos de la ciencia naval
en sus aplicaciones á la guerra.
— LXV —

La historia de la construcción de este buque por


las circustancias especiales que la rodeaban ofrece
puntos de verdadero interés y el éxito que ha coronado
este primer ensayo en la formación de una marina de
guerra propiamente dicho, debe ser materia de justa
satisfacción para todo aquel que animado de un senti­
miento de amor á la patria, sepa apreciar la magnitud
y peligros de la empresa y comprenda cuán fácil es
errar el camino cuando se carece de la esperiencia pro­
pia, adquirida de ordinario solo á costa de grandes
sacrificios.
Y aquí es oportuno recordar los señalados servi­
cios que en esta ocasión nuevamente ha prestado al
país el Sr. Ministro Argentino en la Gran Bretaña,
Dr. D. Manuel R. García, justificando á la vez la con­
fianza con que el P. E. le honró al encomendar á su
acertada dirección la realización de los importantes
contratos por construcciones y armamentos navales.
Aceptados los planos y presupuestos del buque,
prévios los detenidos estudios y deliberaciones que tan
grave asunto exijia, fué contratada su construcción
con la casa de Samuda Hnos. de Poplar, cerca de Lon­
dres, quedando fijado su costo con máquinas y coraza
sistema «compuesto» ó de cara acerada, etc., pero
sin artillería, en la suma de libras esterlinas 192,000.
Este punto relativo al sistema de coraza fué mate­
ria de maduras deliberaciones, pues todavía no se ha­
bía esperimentado este sistema de blindage y cabe al
comisionado del Gobierno el honor de haber acep­
tado resueltamente una innovación cuya trascendencia
solo se puede determinar sometiéndola á la prueba
práctica.
— LXVI

Simultáneamente con la construcción del buque


fué contratada con la afamada casa de Sír W. G. Arms-
trong & Ca., de Elswick, la construcción de la podero­
sa artillería que debia equiparar su poder ofensivo al
de defensa.
La importancia de los contratos celebrados con
este motivo ascendió á libras esterlinas 37,212.5.
La elección del canon Armstrong de retro-carga
para el armamento de nuestro acorazado es una nueva
prueba del buen tino con que se procedió en este asun­
to pues hoy dia es reconocida la superioridad de esta
arma para la marina.
Arreglados todos estos preliminares, los trabajos
de construcción fueron iniciados y continuaron sin tro­
piezo hasta su feliz terminación á mediados del pre­
sente año.
Juzgo conveniente consignar aquí algunos datos
sobre la construcción de este buque que, aún cuando en
rigor no corresponden á la Memoria del presente año,
la circunstancia de haberse publicado en varias oca­
siones tanto por la prensa nacional como por la estran-
gera, permite adelantar algunas noticias que sirvan
para rectificar cualesquiera error ó falsas apreciaciones
que pudieran nacer de esas publicaciones toda vez que
carecían de carácter oficial.

DIMENSIONES PRINCIPALES

Eslora. 240 pies


Manga.......................... 50 «
Puntal......................... : 21 « 11 pulgadas.
Desplazamiento 4250 toneladas.
Poder de la máquina . 4500 caballos.
— lxvii —

(El contrato estipulaba una


fuerza de 4,000 caballos
solamente, resultando un
exceso de 500 caballos.de
vapor).
Velocidad ...... 14 millas
(La velocidad estipulada fué
de 13 3f4 millas pero en
los viages de prueba alcan­
zó el máximum indicado).
Capacidad de carboneras. . 650 toneladas.
(La provisión de combusti­
ble seria suficiente para
18 dias de navegación ■ á
una marcha moderada pu-
diendo recorrer en este
tiempo unas 4300 millas).
Coraza. . . 9 pulgadas en la lí­
nea de flotación y
6 pulgadas debajo
de esta línea.
Máquina.................... Sistema compues­
to á doble hélice.
Armamento.......................... 6 Cañones Arms-
trong retrocarga
de 11 1|2 tonela­
das en la batería
central.
2 Cañones iguales á
los anteriores, uno
á proa y otro á
popa.
— LXVIII —

6 Cañones de 12 cym
sobre la cubierta
superior.
2 Cañones de 9 11b.
para botes ó para
desembarcos.
Precio del buque, casco y máquinas.. Lb. est. 192000
Id de la artillería y municiones. « 37212.5
Fecha en que se firmó el contrato... Julio 5 de 1879.
Plazo estipulado para la construc­
ción ............................... .18 meses, á con­
tar ¿esde la fecha del contrato
Para la mas ámplia información, creo convenien­
te referirme al artículo publicado en el «Colburn’s
United Service Magazine ad Naval and Military Jour­
nal» que hace un estudio concienzudo y comparativo de
nuestro «Almirante Brown» y que hallareis trascripto
al fin de los documentos que figuran como apéndice á
este tomo de la Memoria.

El «Maipú» es un buque á vapor, á ruedas, y cas­


co de acero.
No puede ser considerado como un gran buque de
combate, pues no tiene blindage y su armamento,
prescindiendo del formidable torpedo «Whitehead» de
que últimamente se le ha dotado, es relativamente de
poco poder,
La mente que prevaleció en su construcción, res­
pondía á dos objetos igualmente importantes : tener
un buque que sirviera en tiempo de guerra como en
LXIX —

tiempo de paz En este último estado, será el asiento


del Cuerpo científico de torpedistas, pudiendo adaptar­
se á las necesidades de esta arma, cómo laboratorio y
Escuela práctica, y servirá al propio tiempo, para
practicar estudios hidrográficos en nuestros rios y cos­
tas, á cuyo fin reune condiciones especiales y está pro­
visto de todos los instrumentos que requieren trabajos
de esta naturaleza.
El precio y condiciones estipuladas, con los Sres.
Eider, Sons, sus constructores, fueron las siguientes :

Dimensiones

Eslora. 240 pies


Manga. . . 30 «
Puntal.................................... 11 « 3 pulgadas
Tonelage de construcción. . 1063 toneladas
Velocidad con 325 toneladas
de carga .. .. 15 millas
Calado con dicha carga . . 8 piés 9 pulgadas.
Precio......................... . Lb. est. 38,000
Fecha del contrato Febrero 7 de 1880
Plazo del contrato. ... 9 meses á contar
desde la fecha del primer pago.
Estas condiciones no se llenaron del todo por par­
te de los constructores, pues en el viaje de prueba re­
sultó que el calado era mayor y la velocidad inferior á
lo estipulado.
En tal virtud el comisionado reclamó á la casa y
ésta procedió á efectuar modificaciones importantes en
el buque, pero cuyos detalles no corresponden á la
presente Memoria. Bastará decir que aún cuando no
se alcanzó con toda exactitud la velocidad ni el calado
— LXX —

estipulado, en cambio fueron aumentadas sus dimen­


siones, resultando de ahí, que nos hallamos en
posesión de un buque mas grande y en algunos sen­
tidos mejor que el contratado, y sin que estas modifi­
caciones hayan irrogado desembolso alguno al país.
Debo agregar que el «Maipú» ha llamado la atención
de las principales potencias marítimas de Europa, las
que mandaron á Fiume Comisiones compuestas de ma­
rinos muy competentes y buques especiales, para pre­
senciar sus pruebas antes de emprender viaje para es­
te puerto, las cuales dieron los resultados mas satis­
factorios.

La adquisición del torpedo «Whitehead» esta ter­


rible máquina de guerra, hoy dia reconocido como el
mas poderoso y perfecto de todos cuantos se hayan in­
ventado hasta la fecha, y de que se encuentran dota­
dos nuestros buques el «Almirante Brown» y el «Mai­
pú», no fué resuelta sino después de alguna hesitación,
pues su costo hacia vacilar y únicamente la íntima
convicción de que era el complemento indispensable
del armamento de un buque acorazado, pudo inducir al
P. E. á hacer los sacrificios pecuniarios que su adqui­
sición exijía.
Entre tanto, cabe al P. E. la justa satisfacción de
saber que sus caudales han sido bien invertidos, pues
cada dia se generaliza mas el empleo de esta arma, á
tal punto que la Inglaterra construye un buque acora­
LXXI

zado el «Polifemo» en que fe artillería de gran calibre


está suprimida y reemplazada únicamente por el tor­
pedo ofensivo.
El costo de este aparato cuyo secreto únicamente
pertenece á la casa de Whitehead, era de Ib. est. 30000
ó bien sean Ib. est. 10000 por el secreto de fabricación
y empleo, y Ib. est. 20000 como costo de 40 torpedos á
Ib. est. 500 cada uno, que la casa exige se le compre
para quedar después facultado á fabricarlos el com­
prador.
A más de esto se contrataron las ruedas lanza-tor­
pedos de nueva invención y otros aparatos, que eleva­
ron el importe total del contrato á Ib. est. 37740.
Las condiciones de la compra de este aparato
pueden tal vez parecer muy onerosas, pero así mismo
han sido aceptadas por las principales potencias euro­
peas, y aún por algunas que como la Dinamarca y la
Grecia no pasan de Estados de tercer orden, pero que,
sin embargo, han hecho los sacrificios necesarios para
dotar á sus respectivas fuerzas navales de los elemen­
tos mas poderosos de la guerra marítima.
A fin de completar la División de Torpedos, el
P. E. haciendo uso de las autorizaciones que oportuna­
mente le fueron acordadas por V. H.,ha adquirido cua­
tro lanchas lanza-torpedos de primera clase y dos de
segunda, siendo el material con que estas lanchas se
han construido el acero galvanizado, /fres de ellas
están ya en nuestros Arsenales.
En la Memoria del año próximo, encontrareis deta­
lles mas completos y minuciosos sobre las nuevas cons­
trucciones destinadas á aumentar nuestra fuerza naval.
— l.XXII —

La Memoria de la Comandancia General de Ma­


rina con los informes de las diversas reparticiones
completarán los datos hasta aquí apuntados y los que
seguiré dándoos, tan someramente como me sea posi­
ble, sobre los multiplicados trabajos de este importante
y complicado ramo de la administración pública.
Comprendereis así cuanta labor es necesaria, como
debeis considerar los esfuerzos hechos tratándose ver’
daderamente de una organización que puedo decir en
elaboración desdé su base.
Algunas reglamentaciones prudentemente indi­
cadas por ella no han sido tomadas aún en considera­
ción porque, como para el Ejército de tierra, era nece­
sario un sistema uniforme de legislación ó de ordenan­
zas que reglasen la administración bajo todas sus
ramificaciones,’sustituyéndose á las leyes viejas en de.
suso ó inaplicables,
A este objeto se dictó el decreto que mas adelan­
te se registra creando dos Comisiones de las personas
mas competentes, á juicio del P. E., para llenar la im­
portante tarea de proyectar un Cuerpo de Ordenanzas
de Marina y los Códigos Penal y de Procedimientos
tan urgentemente reclamados.
La tarea era difícil y laboriosa: necesitaba un
maduro y detenido estudio y sensible me será si no me
es posible presentaros durante el presente período le­
gislativo, tan recargado por otr¿i parte de importantí­
sima labor, algunos proyectos de ley, á pesar de la con
sagracion que me consta han dedicado á sus trabajos
los distinguidos ciudadanos que forman esas Comi
siones.
— LXXIII —

Mientras esas Comisiones se espedian, se juzgó


urgente dar otra forma, sea provisoria, á algunas de
las Oficinas existentes.
La Comandancia General, por ejemplo, no res-
pondia al objeto de su institución. Reunidas en una
persona la dirección de la Oficina administrativa y el
comando en Gefe de la Armada toda, sin un personal
suficiente, si pudo ello ser conveniente en circunstan­
cias especiales, no podia responder á las exigencias de
una organización regular.
Créose el Estado Mayor General, que como en el
Ejército de tie^, debia contener en sus elementos la
planteacion de las diversas reparticiones del servicio
tan indispensables para el mejor orden.'Sin personal
competente por la ausencia en Europa de gran núme­
ro de Gefes y Oficiales, esta institución debia adolecer
naturalmente de deficiencias, ya ocasionadas por eso,
ya también .por falva de práctica en su ejercicio. Sin
embargo, debo espresar que mucho se ha adelantado y
que lo demuestra la regularidad y disciplina del servi­
cio en todos los buques de la Armada.
Como para el Ejército, encuentro irregular la de­
nominación de Comandancia General—La Comandan­
cia General ó en Gefe es atributiva por la Constitución
del Presidente de la República. • .
La llamada Comandancia General Marítima abar­
caba en otro tiempo la policía de los Puertos y el co­
mando inmediato ó inspección de los pocos buques que
entonces componían eventualmente la fuerza naval.
Separada la Capitanía Central, que también lleva
un nombre que el uso ha tolerado sin propiedad, quedó
reducida por sus funciones á las que corresponden al
— LXXIV —-

Estado Mayor como se establece por el decréto regla­


mentario de 1879.
La nuevti organización provisoria crea bajo la
presidencia del actual Comandante General que es el
Gefe mas caracterizado de la Armada por su rango, y
también por sus méritos y servicios un Consejo Con­
sultivo, compuesto del Gefe de Estado Mayor, los Ofi­
ciales Superiores de la Armada existentes en el Puer­
to, el Comisario General de Marina, el Inspector de
Máquinas, el Práctico Mayor, habiéndose agregado
luego los Directores de la Escuela Naval y de Artille­
ría naval. Este Consejo debe necesariamente ser con­
sultado siempre que el Ministerio pida informes sobre
cualquier punto de la Administración, ó toda vez que
la Comandancia deba proponer algunas reformas con­
venientes al servicio. El Ministerio puede agregar al
Consejo mayor número de miembros.
■ La organización de esta importante repartición
principal en la administración de la Armada fué así
modelada en la organización de las Prefecturas de
Francia que, por cierto, cualquiera de ellas tiene ma­
yor número de fuerzas á su cargo, arsenales, etc.
El Gefe de Estado Mayor obrando á las órdenes
del Comandante General, cuya autoridad en materia
grave es la del Consejo ¡Consultivo, debe dirijir é ins­
peccionar todos los servicios. La Oficina de Estado
Mayor se organiza de molo que existan en ella todas
las reparticiones necesarias.[Es á ella que corresponde
dar ejecución á todas las leyes, reglamentos, órdenes
é instrucciones: en ella donde deben refundirse todos
los datos y estudios tendentes á regularizar y mejorar
el servicio, ejerciendo un control y vigilancia constan­
— LXXV —

tes en todo él, en’sus diversas y múltiples ramifica­


ciones.
No es esta sin duda una organizaciou que no pue­
da mejorarse, pero era necesario empezar con apoca­
dos elementos á echar las bases de una institución
necesaria qne existe en todas las naciones.
Cuando todas las reparticiones del Estado Mayor,
estén completos y á cargo de Gefes y Oficiales instrui­
dos, y funcionen bajo prolija y estricta reglamentación,
su marcha irá perfeccionándose y dando todos los re­
sultados queres justo esperar de ella.

Debo ya daros cuenta de los esfuerzos hechos pa­


ra reorganizar la Escuela Naval colocándola sobre las
mejores bases, puesto que era tan digna del mayor in­
terés de parte del Gobierno. La primordial exigencia
en el ramo de marina tanto tiempo descuidado, era le­
vantar esta institución para que llenase los trascen­
dentales propósitos que precedieren á su fundación.
Como lo observareis en el informe de la Comisión
examinadora, varias causas habian venido trabajando
su desorganización. Sea que el mal se hubiese radica­
do en bases defectuosas de* su creación, lo que no debe
estrañarse en una institución nueva en el país, sujeta
por lo tanto á todos los inconvenientes del ensayo, es
el caso, HH. SS.-, que la Escuela Naval reclamaba una
reorganización fundamental para la cual este Ministe­
rio cuenta con que V. H. preste su preferente atención
arbitrando los recursos que son indispensables.
LXXVI

Es indudable la deficiencia observada por la Co­


misión examinadora en el sistema adoptado hasta hoy,
según el cual vá unida la enseñanza teórica á la prác­
tica, encontrándose por consiguiente establecida la
Escuela abordo de un buque de la Armada.
No es posible, en efecto, cualquiera que sean los
esfuerzos de los Profesores y alumnos que estos últi­
mos adquieran los conocimientos teóricos de las cien­
cias iudispensablos al arte naval, encontrándose el
Establecimiento en una nave en movimiento, donde su
atención es solicitada por muchas causas,«y el tiempo
absorvido por las mismas maniobras á que concurren;
sin que esto último pueda considerarse por otra parte
como una práctica eficaz y verdadera, fuera de la po­
sesión íntegra de las teorías que deben ser su base.
Todo estudio requiere tranquilidad, divisiones
regulares y periódicas del tiempo, ausencia de todo
accidente que pueda afectar el físico ó distraer el espí­
ritu de sus ocupaciones; y esto no es posible conse
gnirlo dándose la enseñanza abordo, aun cuando el bu­
que se encuentre permanentemente fondeado.
He pensado entonces^ fundado en los resultados
poco lisonjeros que ha dado la Escuela Naval, y á los
cuales ha concurrido indudablemente este sistema,—
que debía modificarse en las condiciones indicadas por
su actual Director en los informes anexos.
La Escuela Naval debe ser colocada en tierra, en
un edificio que re una las condiciones necesarias á la
habitación, clases, ensayos esperimentales, maniobras
que deberán enseñarse á los alumnos en las armas de
infantería y artillería, Observatorio Astronómico, Ofi­
cina de hidrografía, museo naval, etc.
LXXVII

Como esta modificación era fundamental en la orga­


nización déla Escuela Naval, como érala base de sus
principios regulares y debia por consiguiente ponerse
en práctica á la brevedad posible,—el Ministerio dis­
puso la instalación provisoria, entre tanto se encuen­
tra un local adecuado, ó en su defecto un terreno apa­
rente por su ubicación y altura, parala construcción de
un. edificio. En los Anexos hallareis los decretos, espe­
didos por el P. E. relativos á esta modificación.
El P. E. presentará á -V. H. el proyecto de las
leyes que han de llenar esas necesidades primordiales
que considera como la base indispensable de la Escue­
la Naval.
No han concurrido menos como causa de la ine­
ficacia en los resultados obtenidos, los defectos apun­
tados por la Comisión examinadora; en el Reglamento
General de la Escuela, y la falta de un Reglamento en
el orden interno. *
En iguales condiciones se encuentra el plan de
estudios, por la ausencia de un método regular que
ligue lógicamente la adquisición de los conocimientos.
Hay en él además deficiencias en los programas de Fí­
sica y de Química, y vacío' completo en la enseñanza
de la higiene naval y de la instrucción cívica
Si aquellas ciencias son indispensables para la
formación de verdaderos marinos, no lo es ménos la
ciencia Constitucional que forma verdaderos ciudada­
nos ; tanto mas si á estos está encomendada inmediata­
mente la defensa de la Patria.
Las condiciones de ingreso á la Escuela, no han
sido observadas rigorosamente, siendo esto una verda­
dera causa de perturbación Es natural que la admi-
LXXVHI —

sion de alumnos agenos á los conocimientos exijidos


para abordar convenientemente los estadios del arte
naval, haya producido los inconvenientes graves que
apunta en el informe citado la Comisión examinadora.
También se han palpado irregularidades de orga­
nización, en la dirección y personal docente de la Es­
cuela, haciéndose necesaria una reforma radical en el
sistema. Los anexos os impondrán de las medidas
adoptadas por el P. É. sobre este particular. .
Faltan aparatos para la enseñanza de ciencias es-
perimentales, como la Física, Química y Mecánica, en
la posesión de cuyos problemas y principios no puede
entrar el espíritu sin el concurso de la demostración
práctica.
Tales son, HH. SS., las deficiencias y defectos ob­
servados en la Escuela Naval, que han obstado á su
marcha regular y á los resultados que era dado espe­
rar de su institución.
En presencia de este estado de cosas, el P. E. ha
adoptado todas las medidas á su alcance, tendentes .á
preparar la reorganización y mejora de este estableci-
piiento, que lo coloquen en condiciones eficaces de lle­
nar cumplidamente su objeto.
Entre esas medidas entró la realización de un con­
trato iniciado por la Administración anterior, para
dotar la Escuela de un Director competente por sus co­
nocimientos y su práctica en el arte naval.
En tal virtud, Mr. Beuf, ex-Director del Observa­
torio de Astronomía náutica de Tolon, se trasladó á
esta Capital; é inmediatamente de su arribo, se le or­
denó la inspección de la Escuela Naval, á fin de que
con arreglo á sus observaciones, ii^dicára al Gobierno
LXXIX

las mejoras, reformas y necesidades á que fuese nece­


sario subvenir.
El resultado de esa inspección^ lo encontrará V.
H. en los documentos anexos, en que el Director indi­
ca el sistema de. organización que es necesario dar á
aquel Establecimiento.
Este Ministerio se ha ocupado de formular bases
y reglamentos que comprendan aquella organizaciqn
de la manera mas completa utilizando para ello esos
mismo informes del nuevo Director que ha emprendi­
do la tarea con noble empeño y consagración.
Este trabajo colocará á la Escuela Naval en apti­
tud de responder á los grandes fines de su institución.
Su plan de estudios será completado con enseñanzas
indispensables que hasta ahora se han omitido, y la
reglamentación general, como la interna del Estable­
cimiento han recibido y recibirán modificaciones im­
portantes que lo pongan á cubierto de irregularidades
y defectos que han venido trabando su marcha y regu­
lar funcionamiento.
Es de suma importancia que autorizeis la adqui­
sición de un buque adecuado para los estudios prácti­
cos y viages de la Escuela Naval. Este es el intere­
sante complemento del sistema adoptado—El buque
estará surto en el Puerto para los ejercicios constan­
tes, y hará una espedicion marítima todos los años du­
rante tres ó cuatro meses (yn los alumnos y la Direc­
ción á efecto de avezarse al servicio de la mar, aplicar
las teorías aprendidas tanto respecto de la navegación
y de la hidrografía como del servicio de guerra.
Es así, que abrigo la esperanza, HH. SS., que la
inmediata realización de los propósitos que animan al
LXX-X —

Poder Ejecutivo ha de hacer de la Escuela Naval un


Establecimiento de enseñanza militar de primer orden,
en que se formarán marinos que honren ala República
en los buques de su Armada.

Habia una necesidad tanto ó mas imperiosa que


proveer á la mejor organización de la Escuela Naval
para dotar á la Armada de Oficiales instruidos y cien­
tíficos, era la dé procurarse Cabos y Sargentos de arti­
llería naval, Condestables y demás Oficiales de mar.
La institución de una Escuela Naval de segunda
clase para la artillería y sub-Oficiales era urgentemem
te requerida, si se consideraba indispensable poner
nuestra Armada lo mas pronto posible en aptitud de
responder á toda eventualidad, con la mayor dotación
de personal argentino.
A este propósito, el P. E. se creyó autorizado pór
el espíritu de vuestras honorables resoluciones á crear
la-Escuela de Artillería Naval en la forma que lo de­
termina el Acuerdo de 22 de Enero último.
De poco tiempo á esta parte ha empezado á des­
pertarse en el país afición á la carrera de la marina, y
el pedido de jóvenes hecho á las Provincias para apren­
dices’de artillería ha tenido^el mejor éxito.
Poco gasto importa esta institución atendida por
el personal de la Armada en su mayor parte, y que ha
de dar buenos resultados.
Si la aprobáis en el Presupuesto y autorizáis el
aumento de alumnos, la Escuela podrá abrazar las di­
LXXXI —

versas ramas del servicio abordo, .Cabos de cañón,


Contramaestres, Oficiales de mar, etc.
Esta Escuela se estableció interinamente en tier­
ra y hoy está abordo del buque que abandonó por ina­
decuado para ello la Escuela Naval, laque necesita un
buque misto de construcción moderna y de exelentes
condiciones para largas espediciones.

Razones idénticas impulsaron al Gobierno á formar


el Batallón de infanteria de marina sobre el plantel del
Batallón de Entre-Rios que debia disolverse, y que tenia
una exelente organización, de que dió pruebas cuando
acudió en apoyo de la autoridad Nacional, durante los
sucesos de Junio, prestando servicios de mérito para
sus Gefes y Oficiales.
Este Batallón, que se encuentra de guarnición en
la Capital y que se hace notar por su buena disciplina,
puede servir de base á un Regimiento, completado con
Guardia Nacional de marina llegado un caso necesario.
Sus servicios pueden ser reclamados abordo, en las
costas, en los Arsenales apoyando las operaciones na­
vales.

Ha debido preocupar al Gobierno la reorganiza­


ción de los cuerpos de maquinistas y prácticos de la
Armada. A este efecto se han nombrado Comisiones
competentes que revisen los reglamentos en vigencia.
— lxxxh —

Una Comisión especial inspecciona los diplomas de


los maquinistas actuales, sujetándolos á examen, y no
ingresará alguno sin someterse á estricta comprobación
de las mejores aptitudes en su oficio, como corresponde á
las delicadas funciones que ejercen, de que depende la
mejor conservación de las valiosas máquinas, y tantas
veces el éxito de una operación marítima, sea de la na­
turaleza que fuese. Estando hoy bien pagados y atendi­
dos, no hay dificultad alguna para escojer lo verdade­
ramente útil y competente qne viene al país, mientras
no nos sea posible formarlos en nuestras Escuelas y
Talleres.

Omitiendo de propósito para no prolongar esta


Memoria ya bastante demorada, otros puntos que
surjen de las Memorias parciales, paso á ocuparme de
la administración civil de la Armada, á cuyo respecto
he afrontado la reforma con el propósito decidido, sino
de efectuarla por completo., lo que no es fácil de golpe y
en tan breve tiempo, de hacer los estudios prácticos y
de preparar el terreno para que la ley la establezca, lo
que debe esperarse de los proyectos que medita la Co­
misión redactora de las oudenanzas generales y de
vuestra prudencia y elevado criterio.
Cuanto he espresado en la materia, al tratar de
ella respecto al Ejército de tierra debo tenerlo por re­
producido aquí, y con mayor razón. El proveimiento
por asentistas ha sido siempre caro, malo y corruptor.
Prescindo y debo prescindir de enunciar datos al res­
— lxxxiii —

pecto y sea la responsabilidad de los subalternos tanto


del comerciante contratista, como del servicio oficial, *
La organización y régimen de la Intendencia ó
Comisaría General de Marina, y la elección de los me­
jores sistemas de aprovisionamiento y suministros está
á la orden del dia en todas partes.
Nos será difícil por mucho tiempo prescindir del
proveimiento por licitación, pero una buena organiza­
ción del Comisariato podrá disminuir los inconve­
nientes.
El personal del Cuerpo de Comisarios debe ser
muy bien elejido. En las naciones que tienen grandes
marinas es una carrera; en Francia, por ejemplo, los
Comisarios se reclutan por la admisión de alumnos-
comisarios nombrados por el Ministro á virtud de con­
curso celebrado en Paris cada año, á que solo tienen
acceso los licenciados en Derecho y bachilleres en le­
tras con las demás condiciones de edad y aptitud para
el servicio militar: hacen luego su curso administrati­
vo y su práctica etilos empleos subalternos de ayudan­
tes ó adjuntos.
Son tan numerosas y complicadas las funciones
y atribuciones del Comisariato. De su prolijo y exacto
desempeño depende la economía en todos los gastos, á
la vez que el buen servicio general, y la atenciou esme­
rada á que son acreedores los que están en todos los
momentos dispuestos á sacrificarse por el país.
Centralizar y controlar la contabilidad de todo el
material y personal de la Armada, atender á la guar­
da, conservación y entrega de todos los artículos na­
vales depositados en los almacenes, proveer de víveres,
ejerciendo una vijilancia de todos los consumos, revis­
— LXKXIV —

tar el personal para el regular y bien comprobado abo­


nó de los sueldos, de manera que todo gasto se encuen­
tre al punto justificado, es una misión qué para su buen
desempeño necesita de un buen personal y de muy pro­
lijas reglamentaciones.
Preparar la buena organización de estos servicios
ha sido y es una preocupación constante del Ministerio.
En ese propósito se dispuso, renovado en gran par­
te el personal, que la Comisaría se estableciese en una.
casa adecuada con Oficinas y almacenes suficientes.
Se plantearon las Oficinas de entradas, contabilidad,
almacenes, talleres y contratación de marineros y fo.
guistas.
Terminado el contrato de proveeduría existente,
se estableció el proveimiento directo, aunque proviso­
riamente. Dos causas principales decidieron esta me­
dida. Era la primera ensayar este sistema; fué la se­
gunda y mas decisiva, revisar el racionamiento por ver
si era posiblo hacerlo mas económico. Pero, como ape­
sar de los inconvenientes advertidos en el sistema de
proveimiento por contrata, no se quería afrontar refor­
ma tan radical hasta no obtener los elementos indis­
pensables para poder formar un juicio comparativo
entre los precios de los numerosos artículos que consti­
tuyen el racionamiento, propuestos por las empresas
particulares ó por la provisión directa, se llamó á licita­
ción, resultando de ella que la. mas ventajosa de las
propuestas diferia en cuanto á los precios obtenidos
por la Comisaría en una suma de cuatro mil pesos
mensuales.
En presencia de este dato y de los informes del
Estado Mayor General de la Armada y de la Contadu­
LXXXV

ría; se resolvió en acuerdo general autorizar á la Comí,


saría General para hacer el proveimiento directo.
El resultado es- que el marinero recibe hoy toda
la cantidad de los quince artículos íntegra y de buena
calidad, costando cada ración 27 es. y 21 ms. en vez de
•32 es. y 91 ms. que costaba la del proveedor.
Los seis meses que la Comisaría ha provisto han
dado el resultado siguiente :

Número de raciones provistas por Comisaría


de Abril Á Setiembre

De Oficiales. 73319
« Cadetes . 10646
« Marineros 305271 formando

un total de . . .......................... 389539 raciones,


dándose además 119133 raciones de mar, invirtiendo
en todo $ 122687.34.

Estas mismas raciones suministrabas por el pro­


veedor, según los precios del contrato, hubieran im­
portado:
Las 73319 raciones de Oficiales á
^0,4 4-43 ............................... 32575 63
Las de Cadetes 10646 á 0,38-9 . 4055 06
Las 305271 raciones de marineros
á $ 0,30, importan.................... 91581 30-
Las 119133 raciones de mar á
$ 0-14. 16678 62

formando un total de .................... 144890 61


y resultando por consiguiente un ahorro de 22203.27.
— LXXXVI

A lo que puede agregarse $ 1200 que cobraba el pro


veedor por envasen.

El Taller de vestuarios, establecido también du­


rante el año corriente ha producido buen resultado, ya
en la calidad de las telas recibidas de Europa, ya en los
precios.
Las piezas confeccionadas durante el mismo año,
son las siguientes: 4465 camisetas de paño, 5363 pan­
talones de id., 2144 gabanes de id., 2771 gorras con
funda, 365 camisetas 'de franela y 395 calzoncillos, for­
mando un total de 19234 piezas que han importado
^50771.59. Por igual número de piezas licitadas el
año anterior, se pagaron 56687.25, arrojando una di­
ferencia á favor del Taller de 5915.66.

La revista y pagos de la Armada se practicaba


con irregularidad por un Comisario pagador cuando
los haberes salian. Los atrasos que aquellos sufrián
aumentaban la irregularidad y producían graves abu­
sos. El pago mensual era la base indispensable de un
buen orden. Se establecieron los Habilitados con arre­
glo á ordenanza. La mesa de revistas y contratación
de marineros practica la revista del personal todos los
meses del Io al 5 y la intervención en el pago de 8 á
15, concurriendo un Gefe ú Oficial del Estado Mayor.
Cuanto ha ganado la disciplina con la planteacion de
LXXXVII

un buen orden económico, no es necesario qne os lo en­


carezca, porque es un resultado natural y lógico.

En cuanto á los suministros de artículos de má­


quina y navales en general, se hacia por propuestas ó
presupuestos pedidos á varias casas por Comisaría.
Este procedimiento era el ménos correcto y que mas
ha ocasionado perjuicios al Erario. No hacían pro­
puestas sino los acostumbrados á vencer las dificulta­
des de una tramitación larga, y los precios nunca eran
ventajosos.'
La licitación verbal reglada por el decreto de la
referencia, solo era conveniente en algunos casos;
entonces se arbitró sacar á licitación todos los artí­
culos por un período de seis meses. La licitación
corrió todos los trámites legales y por ella se hacen
hoy los suministros.
Los pedidos se hacen al Estado Mayor, la Comi­
saría los controla en vista de los cargos que tenga el
buque y comprobado y justificado el pedido, se manda
proveer.
♦ Se ha nombrado una Comisión compuesta del Co­
misario General de Marina, el Teniente Coronel Blan­
co, el Sargento Mayor Rivadavia, Gefes de la «Uru­
guay», y de la «Constitución», el Teniente Nuñez, Se­
gundo Gefe interino del acorazado «Andes» y los
ingenieros Hunter y Wood, para que formulen regla­
mentos de la provisión de artículos. Cuando estos re­
glamentos estén confeccionados y se tenga el dato
cierto de la cantidad de artículos que se necesitan por
Lxxxvin —

un año, se podrían adquirir con mayor economía en­


cargándolos directamente á Europa y guardándolos
en los almacenes oficiales.
Esto se ha hecho con el carbón con motivo del
mal resultado de las licitaciones, habiendo llegado á
suceder que el precio pedido por lo mas bajo, era dos
pesos fuertes mas alto por tonelada que el corriente en
plaza.

La Comisaría General tomó en las obras de repa­


raciones de los buques de la Armada la intervención
que le correspondía para la contratación de materia­
les y jornaleros, y control é inspección del taller. De­
bo reconocer ante V. H. que he quedado satisfecho de
su celo. Las obras se han ejecutado con actividad y
economía. Apesar de su importancia, su costo total en
todos los buques hasta ahora alcanza á $ 87213. He
creído bien anticipar este dato, aunque la cuenta de­
tallada é informes relativos correspenden á la Memo­
ria que debe seros presentada al abrirse el próximo
período legislativo.

En materia de administración hay mucho que


hacer: apenas se han correjido las irregularidades
mas prominentes. Cuando nuestra Armada toma tan
•gran incremento, es necesario un sistema de disposi­
ciones que no puede ser la obra de un año: no cabe
LXXXIX —

al empeño mas decidido sacar del desquicio y de vi­


cios arraigados á un orden perfectamente regular un
ramo de la administración pública, bien difícil por cier­
to, y en el que las naciones mas adelantadas encuen­
tran todos los dias motivos de serios estudios y re
formas.

El servicio de sanidad marítimo desde tiempos re­


motos estaba á cargo de una Junta que por su escaso
personal médico no era siempre competente para tratar
las graves cuestiones de la higiene internacional.
Esta deficiencia indujo sin duda á la pasada Ad­
ministración, á refundir dicha Junta con la Comisión
de Lazaretos y crear el Departamento Nacional de Hi­
giene, al que el Congreso, al votar la ley de Presupuesto
para el corriente año, le dió existencia legal.
Erijida en Capital de la República la ciudad de
Buenos Aires, que es también nuestro primer puerto,
el servicio que estaba llamado á prestar el Departa­
mento de Higiene, no solamente se regularizaba en lo
que corresponde á la sanidad marítima, por cuanto de­
saparecían los entorpecimientos resultantes de la doble
jurisdicción á que por varios accidentes se encontra­
ban sujetas las personas y las cosas, procedentes de
puertos infestados, sino que, forzosamente, su acción
debía estenderse á la higiene pública interna de la ciu­
dad para tutelar la salud de sus habitantes.
Con este propósito, el P. E. dictó el decreto de 31
de Diciembre del año anterior, organizando el Depar­
tamento de Higiene con arreglo á la Ley del Presu­
puesto y le señaló provisoriamente sus atribuciones
en armonía con las escasas disposiciones vigentes en
esta materia, con la práctica y la índole de la institu­
ción y consultando al propio tiempo, las necesidades
públicas, que tan importante ramo de la Administra­
ción debe "atender, procurando de esta manera, que su
acción benéfica se estendiera á las Provincias por me­
dio de Comisiones higiénicas que, en relación con él, le
informaran acerca de la higiene de los pueblos de la
República.
Con tales bases el Departamento de Higiene empe­
zó á funcionar, y sucesivamente su esfera de acción ha
seguido desenvolviéndose con provecho para el país.
Mas, desde un principio se han tocado dificultades
que el Gobierno, con el concurso de V. H. allanará
para que esta repartición pueda alcanzar los altos fines
á que está destinada. Para ello, ya fué sometido á vues­
tra deliberación un Proyecto de Código Sanitario.
Esa ley, bastante reglamentaria, como deben ser­
lo las de esta naturaleza, requiere, sin embargo, para
su aplicación otros reglamentos que el Ministerio for­
mula y que una vez puestos en práctica como deriva­
dos de la ley, mejorarán considerablemente la sanidad
marítima, poniéndonos ante todo, al abrigo de la inva­
sión de las enfermedades exóticas. Esto es vital para
un país que recibe inmigración, en cuyo itinerario
existen lugares contaminados.
Por lo tanto, desde ya recomiendo á vuestra sabi­
duría que al principio de las sesiones próximas pres­
téis á este asunto la atención que merece.
Entretanto, la esperiencia ha demostrado que la
XCI —

actual organización del Departamento de Higiene, es


un tanto defectuosa y deficiente; porque es contradic­
torio que ciertos funcionarios dependientes de aquel y
encargados de un servicio permanente, sean á la vez
miembros suyos con voto deliberativo; porque existe
incompatibilidad de tiempo y lugar entre unas funcio­
nes y otras, y porque á la vista está la escasez del per­
sonal para el desempeño de los muchos servicios que
en la ciudad demanda la higiene interna.
El Departamento debe tener un personal esclusi-
vamente encargado de la dirección del estudio y del
despacho de los asuntos.
En este concepto he creido que se podia adelantar
la mejora que imperiosamente reclama esta repartición
consignando en el Presupuesto, cómo debe constituir­
se el Departamento y cómo deberá ser distribuido el
personal del servicio de sanidad marítima.
El restablecimiento dé la autoridad sanitaria en
algunos puertos de la República es otra necesidad que
consigno y que debe atenderse.
Como por las múltiples funciones del Departamen­
to de Higiene, muchas se ejercen en la Capital, y otras
deben estenderse á la República, mi colega en el Mi­
nisterio del Interior os ha pedido lo que por su Minis­
terio corresponde proporcionarse á esta repartición
para su mejor funcionamiento.
Escuso entrar en detalles sobre los servicios he­
chos por el Departamento, porque muchos de ellos, los
relacionados con la higiene pública interna, se refieren
á creaciones y reformas recientemente iniciadas en
este año, y en via de desenvolvimiento.
Debo con todo, consignar que su vigilancia en la
XCII —

época de la canícula y de las cuarentenas ha sido eficaz


y discreta en cuanto nos ha precavido de la invasión
de la fiebre amarilla, tanto mas cuanto que en algunos
buques venidos del Janeiro, apareció ella al llegar al
Rio de la Plata; y que ha armonizado el primordial
objeto de salvaguardar la salud pública con las exigen­
cias del comercio.
En el órden de sus trabajos, en el interior, el De­
partamento estableció quince Comisiones de Higiene,
con asiento en las Capitales de Provincia, y en las
ciudades del Rosario y Paraná, ha procurado en cuanto
sus medios le permitían la propagación de la vacuna
en toda la República; ha emprendido con el concurso
de la Sociedad de Farmacia, la redacción de la Farma­
copea Nacional; ha inspeccionado y sigue haciéndolo,
las Farmacias de la Capital y los establecimientos pú­
blicos ó privados que pueden dañar á la salud pública,
y finalmente en la Oficina despacha diariamente los
variados asuntos que se relacionan con la higiene ya
en las instancias de los particulares, ya dictami­
nando en los asuntos que el P. E. y la Municipalidad le
someten á estudio.
La formación de la estadística demográfica de la
República, ha sido una de las preocupaciones cons­
tantes del Departamento; pero sus esfuerzos se han
estrellado ante la ignorancia y las preocupaciones.
Ha recojido datos preciosos, pero que serán hasta cier­
to punto estériles por el momento, hasta que pueda
completarlos.
Este ramo importante de la estadística quedará
por la razón apuntada, en ese forzoso abandono,
XCIII

mientras no sea creado y funcione regularmente el De­


partamento General de Estadística.
En la Memoria que el Departamento de Higiene
pasó al Ministerio el 7 de Mayo de este año y que figu­
ra en el 3er. tomo, encontrareis mayores detalles por
lo que respecta á las importantes funciones de esa re^
partición y la cual prestará á la Nación los mas seña­
lados servicios, dada la dirección tan competente que
hoy tiene á su frente.

La organización del Cuerpo de Sanidad de la Ar­


mada ha mejorado notablemente, debiendo quedar
completada dentro de breve plazo, pues el Reglamento
que establecerá definitivamente los deberes y atribu­
ciones de cada uno de los empleados de ese Cuerpo, ha
sido ya confeccionado, encontrándose en estos momen­
tos en revisión ante la Comisión co-redactora del Có­
digo Naval.
El Ministerio ha tenido siempre el propósito fijo,
de que el personal facultativo del Cuerpo de Sanidad
de la Armada, fuera compuesto y reclutado esclusiva-
mente entre los diplomados de las Facultades de Cien­
cias Médicas, pero la exigüidad de los sueldos asigna­
dos por la Ley de Presupuesto, le ha impedido llenar
ese propósito en algunos casos. Es necesario que en
la Armada, mas aún que en el Ejército de tierra, sean
Médicos-Cirujanos los que llenen esos puestos, y como
son mayores las privaciones y los peligros que sopor­
tan en los buques de guerra y campañas marítimas,
xciv

es práctica en todos los países remunerar sus servicios


con mayor sueldo que á los Cirujanos del Ejército.
Los buques mismos y la vida marítima generan
muchos males y son focos de insalubridades no solo
por el reducido espacio que ofrecen, sino también por
la influencia de los alimentos, los aires y las aguas que
llevan la salud á un estado de inminencia mórbida,
que requiere una inmediata y constante vigilancia.
La dirección actual del Cuerpo Médico de la Es­
cuadra, está confiada á un facultativo distinguido que
ha llenado de una manera conveniente y satisfactoria
las funciones que le están encomendadas.

Para responder mas eficazmente á las necesida­


des primordiales del Ejército de mar, creo oportuno
manifestar á V. H. que es indispensable bajo todo pun­
to de vista dotar á la Armada de un Hospital en tierra
situado en la proximidad de los desembarcaderos, pues
abordo no es posible asistir heridos, enfermos graves
ó de larga duración, por la falta de capacidad ó como­
didades y el Hospital Militar se encuentra á larga dis­
tancia para conducir esos enfermos ó heridos sin
grave peligro y grandes sufrimientos. Por estas cir­
cunstancias el Hospital de Marina debe ser permanen­
te y situarse en el punto mas cercano á los desem­
barcaderos; y así, que parte de los buques de la
Escuadra, se estacionen en algunos de los Puertos de
las costas del Sur, será también necesario establecer
otro en tierra.
xcv —

Por ahora, el P. E. se ha limitado a proponeros


una pequeña partida en el Proyecto de Presupuesto
para 1882, para atender con ella á los gastos de ins­
talación y conservación de aquel Establecimiento,
siempre que reciba vuestra aprobación.
Como complemento á este pensamiento, es igual­
mente indispensable la creación de un Cuerpo de asis­
tentes, enfermeros y camilleros idóneos, para no dis­
minuir el personal efectivo de las dotaciones de los
buques y para que los cuidados á los enfermos, heridos
y su trasporte sea ejecutado con mas inteligencia y
previsión, tratando de evitar por este medio los sufri­
mientos y los peligros á que de otra manera estarian
espuestos. Este Cuerpo existe en el Ejército y en la
Armada de todos los países mas adelantados, y su
creación, entre nosotros, contribuirá poderosamente
á mejorar la suerte del marinero.

Las Capitanías de Puerto requieren especial aten­


ción por parte del Gobierno y del Honorable Congreso;
—el primero las organiza en cuanto se lo permite la ley
de Presupuesto, ya dotándolas de elementos que las
mejoran, ya estableciendo otras nuevas que responden
á los intereses fiscales, á las conveniencias de la nave­
gación y del comercio, y á la fácil administración de la
justicia nacional:—pero toca á V. H. acordar el per­
sonal necesario para todos estos servicios y entrar de
lleno á formar nuestra legislación marítima, tan indis-
XCVI

pensable para el completo desenvolvimiento de la


riqueza Nacional.
La Capitanía General ha desempeñado satisfacto­
riamente sus múltiples y variadas funciones.
Autorizada por este Ministerio, se ocupa en pro­
yectar una reglamentación general para los diversos
servicios á su cargo, y, en vuestras próximas sesiones,
espero'poder presentaros ese trabajo, ó quizá, un Pro­
yecto de Código de Marina Mercante, cuya falta se hace
cada dia mas sensible.
Ha iniciado también la publicación del inventario
de nuestra marina comercial, siguiendo así el ejemplo
de naciones muy adelantadas; y en cuanto á sus pro­
cedimientos en el orden administrativo, nuestras leyes
y los decretos del P. E. son allí bien interpretados.
Actualmente todas las Aduanas y Receptorías de
Rentas, donde no hay Capitanías de Puerto, ejercen al
mismo tiempo estas funciones y muchas de ellas han
sido dotadas por el Ministerio de Marina de embarca­
ciones de que carecían, sin las cuales no era posible la
policía, y por consiguiente, la vigilancia en la percep­
ción de la renta pública. Además se trata de proveer
á todas las Capitanías de embarcaciones á vapor y
botes salva-vidas que sirvan para llenar los fines de su
institución.
Las Capitanías presupuestadas en el Atlántico,
recien se hallan establecidas, puede decirse, por la difi­
cultad que ha existido siempre para comunicarse con
puntos mas allá de Patagones; pero ahora, habiéndo­
se destinado algunos buques de la Armada para regu­
larizar la comunicación, aquellos mares serán mas fre­
cuentados por el navegante, la población irá poco á
xcvn

poco afluyendo á esos territorios de la costa donde


existen autoridades que presten el apoyo y la protec­
ción necesarias.
El puerto de Bahia Blanca, especialmente, ha
preocupado seriamente al Gobierno por el inmenso por­
venir que encierra y que en un plazo mas ó menos
largo, podrá ser llamado con justicia el puerto princi­
pal de la República. El primer paso está dado y he­
mos levantado ya en aquel punto el primer faro, el faro
que servirá de arranque para la iluminación de nues­
tras dilatadas costas y para el establecimiento defini­
tivo de la tan anhelada navegación directa con el viejo
continente.

El P. E. os ha propuesto la creación de nuevas


Sub-delegaciones en los rios Paraná y Uruguay, que
son dos grandes arterias de nuestro comercio interior
y que hoy mas que en cualquiera otra ocasión requie­
ren vuestro poderoso concurso para destruir los estor­
bos naturales que impiden su rápida navegación.
También ha incluido en el Proyecto de Presupues­
to para el año venidero, algunas otras Sub-delegacio­
nes marítimas en las costas bañadas por el Atlántico,
que hace mas de medio siglo se encuentran libradas
al tráfico mas ilícito y desordenado.
Tanto unas como otras de las Sub-delegaciones á
crearse, son de la mas vital importancia y ellas tien­
den á evitar con muy poco gasto los perjuicios enor­
mes que ocasiona á la renta pública la falta de autorí-
xcvm

dad en los diversos puertos que abarca aquel proyecto


de ley.
Hay grandes intereses que resguardar, tanto en
aquellos rios, como en las costas despobladas de la
Patagonia cuyas fuentes productoras han permaneci­
do hasta hoy abandonadas á las esplotaciones desme­
didas de individuos y compañías estrangeras, que han
labrado en distintas épocas, fortunas considerables,
sin provecho alguno para el Tesoro Público
Debemos pensar entonces en poner’ término á he­
chos de esta naturaleza que tanto desfavorecen á la
Administración de un país regularmente ^organizado
y á este fin responden las medidas indicadas por el
Ministerio.

La policía marítima y fluvial debe ser, como lo


mandan nuestras ordenanzas de marina, completada
eficazmente por los prácticos, y de ello se ocupa
preferentemente este Ministerio, á fin de que en breve,
los trescientos prácticos y baqueanos que ha patenta­
do la Nación, formen un cuerpo organizado que preste
verdaderos servicios al país.

La estadística de Marina nos dá una entrada de


120,804 pasajeros, y una salida de 86,589, lo cual deja
— XOIX —

un remanente en favor de la población de 34,215:—


hay una diferencia en menos, con relación al año 1879
de 5656, la cual se esplica por las convulsiones inter­
nas, porque hemos pasado en el año anterior.

Punto interesante también para el comercio y pa­


ra el Fisco es la reglamentación de las Escribanías de
Marina, sobre lo cual V. H. tiene á su estudio un Pro­
yecto de Ley que tuve el honor de presentaros.
No ha existido una'sola Escribanía de Marina que
haya producido renta fiscal, pues respecto de la esta­
blecida en el Puerto de la Capital que es la mas anti­
gua, recien desde 1878 se dispuso que sus derechos fue­
ran fiscales, entregando su dirección á un Escribano á
sueldo, y sin que haya dado hasta hoy resultado satis­
factorio.
Todos los demás Puertos de importancia comer­
cial, son servidos en este ramo por Escribanos Públi­
cos á quienes se ha autorizado á actuar como Escri­
banos de Marina también, pero que no gozan de otra
remuneración que los derechos que perciben.
En general, ninguna de esas Escribanías ha teni­
do una reglamentación apropiada; y es á establecerla
que tiende el Proyecto de Ley de que he hecho mención
anteriormente.
c

La limpieza y balizage de los puertos, rios y ca­


nales, que nunca se ha hecho, ocupa actualmente la
atención del Gobierno, y tiene este Ministerio en su
carpeta varias propuestas mas ó menos ventajosas.

El arreglo de nuestras cuestiones de prácticos y


faros con la República Oriental del Uruguay, es una de
las necesidades mas sentidas de la actualidad, y el Go­
bierno le dedica una atención preferente.

Es igualmente notoria la necesidad de establecer


frente á Martin Garcia, un Estacionario dotado de los
elementos necesarios para una buena policía fluvial
y vigilancia sanitaria.

El Gobierno se ocupa también con interés de or­


ganizar un servicio completo de salvatage en nues­
tras dilatadas costas, como lo tienen las naciones ma­
rítimas mas adelantadas.
CI

La nacionalización del cabotage es también un


punto de primordial importancia, y se ha de resolver
este problema junto con la sanción del Código de la
Marina Mercante, de que me he ocupado mas arriba.

La policía fluvial y marítima de una nación co­


mo la nuestra: estensa, con vastas costas, con nume­
rosos puertos, llena de rios y canales, navegables unos
é inesplorados los otros, con inmensa población flotan­
te y con una gran corriente de inmigración, requieren
especialísimo cuidado, personal inteligente, numeroso
y práctico á la vez, cooperación popular en el interés
común y apoyo decidido del H. Congreso para llenar
cumplidamente los objetos á que están destinadas.

La Guardia Nacional de Marina, que está desti­


nada á prestar en los buques de guerra, puertos y for­
tificaciones marítimas ó fluviales, los mismos servicios
que la Guardia Nacional de tierra presta en los Ejér­
citos, debe tener una organización especial y distinta
de la que se aplica á la otra, para que en su caso se
halle bien dispuesta para los servicios á que se des­
tina.
En 30 de Noviembre del año anterior, el P. E.
dispuso un nuevo Enrolamiento, alcanzando el número
de enrolados á cerca de tres mil en todos los puertos
— cu —

de la República, cifra muy superior á la del último


verificado el año 76.
El resultado de esta medida habria sido mas sa­
tisfactorio, á no ser las dificultades opuestas por algu­
nas autoridades de provincia, principalmente en la
de Buenos Aires.
En consecuencia, el P. E. reputa que hay necesi­
dad urgente de dictar una ley especial sobre la materia
y os pide prestéis una atención preferente á tan im­
portante asunto.

Las múltiples faces, bajo las cuáles es necesario


considerar cuánto se relaciona con el Ministerio á mi
cargo, no me permiten estenderme en grandes de­
talles.
No obstante, ántes de terminar esta breve exposi­
ción, relativa á las Capitanías de la República, debo
cumplir un acto de justicia, llamando la atención de
V. H. sobre el viage que, á través de la Patagonia y
por las faldas orientales de la Cordillera de los Andes,
ha llevado á cabo el Gefe de la Subdelegacion Marítima
de Santa Cruz.
La exploración realizada por el Capitán Moyano,
bien reputado yá por servicios de este género, es tanto
mas digna de la estimación del Gobierno, cuanto que
fué la obra de su propia inspiración, costeada con sus
recursos y sin mas compañeros que dos ó tres vecinos
que espontáneamente quisieron compartir con él las
--- CITÍ —

dificultades y los peligros consiguientes á esa ignorada


travesía.
El éxito mas completo ha coronado los esfuerzos
del explorador, y tenemos como resultados inmediatos
de su viage, una vía espedita y estable, para la coloni­
zación de los territorios de Santa Cruz, y descubierta
á la vez una comunicación fácil y segura, por tierra,
con aquellas apartadas regiones, cuya importancia
resalta mucho mas, si la consideramos bajo el punto de
vista militar
El estenso informe que el Capitán Moyano elevó
á este Ministerio y que figura entre los documentos del
Departamento de Marina, ha sido publicado por el
Instituto Geográfico Argentino, encontrándose actual­
mente su autor en Venecia, como representante de esta
sociedad científica, en la Exposición Geográfica Inter­
nacional .que se celebra en aquella ciudad.
Creo pertinente asegurar anticipadamente á V. H.,
que en el desempeño de esta honrosa misión, el Capitán
Moyano prestará, indudablemente, un nuevo servicio á
su país, haciendo conocer en el estrangero los progre­
sos que hemos alcanzado en aquella ciencia, debido no
solo á su consagración y distinguidas facultades inte­
lectuales, sino también al concurso poderoso de los
otros jóvenes exploradores: Zeballos, Lista y Moreno.

Aun cuando parezca nimiedad creo bien insistir


en lo que he apuntado en otro lugar: la denominación
de Capitanía General de Puertos y Sub delegaciones
CIV

solo ha podido tolerarlo el uso. No debe existir la de­


nominación de Capitán General que solo ha corres­
pondido á la mas alta y escepcional categoría militar.
Considero que debería atribuirse á este cargo el título
de Prefectura Marítima ó de Puertos y Sub prefectura
de Ia y 2a clase, según la mayor ó menor importancia
de los Puertos, y sueldos asignados.

Réstame informar á V. H. de todo lo concerniente


á la importante materia de Puertos.
El P. E. le ha prestado una atención preferente,
mandando realizar los estudios que han de servir de
base á los trabajos que será necesario llevar á cabo,
para que los Puertos fluviales y marítimos déla Repú­
blica queden en condiciones hábiles de prestar, con fa­
cilidad y economía los servicios que demanda nuestro
comercio marítimo interior y exterior, que asume cada
dia mayores proporciones.
En tal propósito envió una Comisión en la caño­
nera «Pilcomayo» al Rio Uruguay, con la misión de
reconocer los inconvenientes que impiden el fácil ac­
ceso á los Puertos de Gualeguaychú, Uruguay y Con­
cordia; y de informar al P. E. sobre la naturaleza de
las obras y trabajos que será necesario realizar y
también sobre el estado de los muelles que actualmen­
te sirven para la carga y la descarga de las merca­
derías.
El Puerto de Gualeguaychú, en la desembocadura
del rio del mismo nombre sobre el Uruguay, tiene su
— cv —

obstáculo consistente en un banco de arenas, que im­


pide la entrada de las embarcociones de un mediano
calado, teniendo entonces que operarse la carga y la
descarga por trasbordos en embarcaciones menores
para las cuales únicamente es accesible el paso, y esto
no durante todas las épocas del año.
FáciJ es comprender las demoras y mayores gas­
tos que aquellas operaciones ocasionan, y los perjui­
cios mismos que las mercaderías tienen que soportar
en los sucesivos trasbordos.
El dragaje en esa parte del Rio Gualeguaychú,
es el medio mas indicado para hacer desaparecer esa
barrera; aun cuando existe la opinión de que un tra­
bajo de esa naturaleza será de resultados transitorios,
teniéndose presente que las corrientes del Rio Guale­
guaychú y las del Rio Uruguay, arrastrando las are­
nas de su fondo, harían en poco tiempo nulo el trabajo
de canalización, ó demandarían la función permanente
de las dragas.
Fué presentado al P. E. un proyecto de construc­
ción de Puerto para la ciudad de Gualeguaychú, por
el cual vendría á situarse sobre la costa misma del Rio
Uruguay en paraje por donde pasa la canal con una
profundidad que permite el fondeadero de los buques
de mayor calado. El complemento de este Puerto es
una via férrea hasta la ciudad de Gualeguaychú, recor
riendo la estension de siete leguas mas ó ménos que la
separa del punto donde debe levantarse el Puerto.
El P. E. mandó esta propuesta á informe de la Co­
misión encargada de practicar los estudios del Rio
Uruguay, con especial recomendación, porque abriga
la creencia de que él entraña mayor importancia que
— cví —

cualquier otro sobre el particular y su realización ven­


dría á resolver de una manera eficaz y permanente el
problema de las dificultades naturales que embargan el
movimiento marítimo del Puerto de Gualeguaychú.
Por otra parte el establecimiento del Puerto en
aquel paraje, echaría desde luego, puede decirse, los
cimientos de una población nueva, que, bajo el rápido
crecimiento que imprimen las operaciones mercantiles.,
no tardaría en convertirse en una ciudad floreciente.
Espera el P. E. el resultado.de los estudios encar­
gados á aquella Comisión y su informe sobre el proyec­
to á que me refiero, para presentarlo ala consideración
de V. H.

No menores inconvenientes que el de Gualeguay­


chú, presenta el Puerto de la Concepción del Uruguay.
Aparte de la dificultad que ofréce su situación so­
bre un brazo del Rio Uruguay, que obliga á los buques
á afrontar el peligroso y no siempre accesible paso del
«Tala»,—hay que tener presente la imposibilidad de
levantar muelles ó malecones que puedan eficazmente
servir para la carga y descarga.
El terreno es allí sumamente bajo, y las • frecuen­
tes crecientes del rio, que muchas obedecen á la acción
de los vientos, producen verdaderas inundaciones que
hacen imposible el tránsito sobre la costa.
El muelle existente, pocos servicios presta, por­
que durante esas inundaciones es inaccesible, y mu-
CVII

chas veces es cubierto por las aguas hasta la altura de


las mismos pescantes.
Cuando el rio se encuentra bajo ó en su cauce, el
muelle queda completamente fuera de sus aguas, y en­
tonces, tampoco puede verificarse por él la carga y
la descarga.
Es menester que el nivel de las aguas alcance
una determinada altura, para que algunas embarca­
ciones de poco calado puedan atracar.
Estas dificultades, solo podrian removerse en mi
opinión,estableciendo el Puerto sobre el mismo Rio Uru­
guay, en paraje á propósito, ligado con la ciudad por
medio de un muelle que atraviese la isla y un puente
sobre el riacho.
No es este un pensamiento nuevo: en épocas an­
teriores se ha traido á tela de estudio; y aun creo que
la propuesta de una empresa fué sometida á la consi­
deración de V. H.
En Junio del presente año se presentó al Ministe­
rio de Marina otro proyecto ó propuesta en el mismo
sentido, y se remitió á estudio é informe de la Comi­
sión.
Una vez que este se verifiqué, el P. E. formulará
y someterá á vuestra deliberación los proyectos del
caso, bajo la base de la opinión que dejo manifestada
acerca de la única manera como es posible dotar de
un Puerto cómodo á la ciudad del Uruguay.

Hay que pensar también en mejorar las condicio­


nes del puerto de la Concordia, tanto mas, si se tiene
— CVTII

presente que él es la puerta indispensable de la entra­


da y salida de mercaderías del Alto Uruguay y del
interior de la Provincia de Corrientes.
Para esto, ha de ser 'necesario^ hacer desaparecer
en la estensio'n que la navegación reclama las grandes
restingas de piedra conocidas con el nombre de los
«Corralitos»,y que son un peligrosísimo escollo, origen
de frecuentes naufragios.
La canal del rio, es allí sumamente estrecha, y se
necesitan prácticos esperimentados y sumo cuidado
para que las embarcaciones puedan salvar el escollo
sin sufrir averías ó estrellarse.
Cuando el rio se encuentra en bajante, el paso es
imposible para las embarcaciones de regular calado;
y los vapores-paquetes de la carrera se detienen en­
tonces, ó bien en el Puerto de Paysandú, ó en el paraje
conocido con el nombre de Saladero de Guaviyá.
De esta manera, la carga y descarga es pesada y
costosa por los sucesivos trasbordos que es necesario
verificar, aparte de los detrimentos que necesariamen­
te tienen que sufrir las mercaderías
Fuera de esto, el Puerto mismo de la Concordia
con su muelle actual, no llena las necesidades del co­
mercio. Está sujeto mas ó menos á los mismos incon­
venientes que quedan apuntados acerca del de la Con­
cepción del Uruguay.
Será menester, entonces,—y el P. E. tiene en ello
decidido empeño,—emprend-er las obras que han de
remover estos obstáculos, libertando á la navegación de
aquellos escollos y levantando muelle ó malecones que
faciliten eficazmente las operaciones del comercio ma­
rítimo.
— C1X

Sobre esto último, se ha presentado últimamente


al Ministerio de Marina una propuesta, qué también ha
sido sometida á un estudio técnico ; y si ella llena ajui­
cio del P. E. las convenieneias que se buscan, será
oportunamente sometida á vuestra consideración, as
como el proyecto sobre las obras que deberán realizar­
se para hacer desaparecer el escollo de «Los Corrai
litos».

De nuestros Puertos sobre el Rio Uruguay, solo el


de la naciente Villa Colon se encuentra en condiciones
de prestar los servicios á que está destinado; pues no
existe obstáculo alguno natural que impida su entrada,
y su fondeadero es escelente, pues la canal del rio corre
muy inmediata á la costa con la profundidad bastante
para permitir el anclaje de las mas grandes embarca­
ciones.
Pero estas escelentes condiciones naturales del
Puerto no bastan por sí solas; y es menester comple­
mentarlas con un muelle que estendiéndose lo necesa
rio en el rio, permita á su frente y sus costados el arri­
mo de las embarcaciones, para poder operar la carga y
la descarga con facilidad y economía, evitándose el
lanchaje.
El muelle que actualmente existe, no solo no es
aparente al lleno de sus objetos, sino que además se
encuentra en estado de destrucción, ocasionada por las
crecientes del rio, como lo atestigua una solicitud del
Centro Comercial de Colon últimamente dirigida al
— ex —

Ministerio, pidiendo que los estudios encomendados á


la Comisión, se hagan estensivos al muelle de dicha
ciudad.
Así se ha ordenado, pasando el Oficio d d caso al
Comandante de la cañonera «Pilcomayo»; y una vez
evacuado el trabajo, sobre los resultados que comuni­
que el informe, el P. E. procederá á formular el pro­
yecto de las obras ó mejoras que deban realizarse, y lo
presentará en oportunidad á vuestra consideración.

Puede decirse, HH. SS., en presencia de lo que


dejo espresado, que sobre el magestuoso Rio Uruguay
que baña una gran estension de nuestro rico territo­
rio, no tenemos propiamente Puertos, desde que estos
no son aptos para la entrada ó permanencia en ellos de
las embarcaciones conductoras de los productos y mer­
caderías.
Y así, son los Puertos de la ribera oriental, como
Paysandú, cómo el Arroyo Negro y como Independen­
cia, los que sirven al fondeadero de los buques de algún
calado que llevan carga ó van destinados á cargar en
nuestros Puertos.
Este hecho notorio, no solo dificulta y hace costo­
sas las operaciones del comercio marítimo, sino que
también viene á privar á la Nación de una parte. de
renta, que utilizan los.puertos estrangeros.
No es aventurado decir que hasta ahora muy po­
co ó nada se ha hecho en el sentido de dotar á nuestros
— CXI —

principales centros de comercio, situados sobre los rios,


de Puertos cómodos y habilitados de todos los elemen­
tos indispensables que el buen servicio reclama..
El Gobierno se ha limitado hasta ahora á la cons­
trucción de muelles, que han resultado en su mayor
parte inservibles, sin preocuparse de resolver el ver­
dadero problema haciendo desaparecer las barreras
naturales que dificultan la navegación ó hacen difícil
ó imposible la entrada de las embarcaciones á los
Puertos.
Siendo tan trascendental el rol que desempeñan
los Puertos en el movimiento económico de una Na­
ción,—tan fecunda su influencia en la prosperidad y
en la riqueza pública,—es un deber primordial de los
Poderes Públicos, no omitir esfuerzo alguno ni sacri­
ficio para mejorar los existentes y abrir otros nuevos
donde las crecientes necesidades d.el comercio los re­
clamen.

En cuanto á nuestros Puertos sobre el estenso


litoral del Rio Paraná, debo espresaros que con escep-
cion del de la ciudad de Santa-Fé, se encuentran en
regulares condiciones.
Esto’, porque su situación en general es aparente
y favorable, quedando poco trabajo al arte para dejar
los en plenas aptitudes de servicio.
Bajo este aspecto, será necesario proveer á la cons­
trucción de muelles en los puertos de Corrientes y La
cxn

Paz en la ribera Oriental del Paraná y de Reconquis­


ta y Formosa sobre el Chaco; y proceder á la mejora de
los existentes en los demás puertos de este vasto litoral,
y entre ellos San Pedro, importante por las ventajas
naturales que .ofrece.
Con tal propósito, el Poder Ejecutivo se dispone á
enviar una comisión al Rio Paraná, con los mismos
objetos de .la que recorre el Río Uruguay; y una vez
que se hayan estudiado las necesidades que reclama
el buen servicio de aquellos puertos, el Poder Ejecutivo
formulará los proyectos de las obras que deban reali­
zarse, ylos someterá en oportunidad á vuestra ilustra­
da deliberación.

Acerca del puerto de la ciudad de Santa Fé, debo


espresaros que el Ministerio á mi cargo proveyó al
alistamiento de una draga, poniéndola á disposición
del de el Interior, á cuyo cargo están las obras de ca­
nalización de la boca del riacho, que es <el pasaje don­
de existe el obstáculo á la libre entrada de las embar­
caciones.

Dos propuestas de los señores Meyer y Compañía,


para abrir un canal que ligue el Paraná de las Palmas
— CXIII

con el Rio Lujan, os fueron presentadas por el Poder


Ejecutivo con el correspondiente mensaje.
Toda obra que tienda á estrechar las distancias que
separan nuestros centros de población haciendo fáci­
les las comunicaciones y trasportes, es de una impor­
tancia capital; y en tal concepto el Poder Ejecutivo
llama vuestra consideración con marcado interés so­
bre las propuestas mencionadas, que proyectan una
indisputable mejora en la navegación interior, tanto
para la marina mercante, cuanto para los buques de
nuestra armada, constituyendo ademas un nuevo me­
dio de acción y de defensa, en los casos en que esto
fuera necesario.

La rada de Buenos Aires no es un puerto natural.


Erizada de todos los inconvenientes y peligros pa­
ra la entrada, permanencia de los buques y carga y
descarga de las mercaderías que conducen,—es una
necesidad vital reclamada por trascendentales intere­
ses económicos, hacer desaparecer por el arte aquellas
trabas ó barreras que la naturaleza ha colocado á los
puertos del territorio, en faz de su centro principal de
población, de comercio y de riqueza.
Este problema, cuya solución importará un im­
pulso poderoso en la vía de todos los progresos, ha
preocupado ya vuestra atención.
Si entonces, cuestiones de organización de la Re­
pública de un interés mas inmediato; si quizá, la falta
de recursos necesarios para acometer una obra de tal
< --- CXIV ---

magnitud, se cruzaron para impedir que aquel fecundo


pensamiento adquiriera forma en el hecho,—hoy H. S.
el Poder Ejecutivo abriga la creencia de que los tiem­
pos son propicios para abordar con éxito completo una
empresa que prometa tan grandiosos resultados.
La paz y el orden están radicados en la República,
sobre bases duraderas; y no parece que este hecho con­
solador fuera también una consecuencia de nuestros
últimos disturbios, que por el doloroso espectáculo de
sus desastres, por la ruda lección, hayan contribuido
á variar los rumbos, para encaminar al país por las
vías naturales de su desenvolvimiento y prosperidad.
El comercio, la industria, todos los intereses tien­
den á ensanchar su esfera: se acometen todas las em­
presas que pueden ofrecer un nuevo campo al capital y
al trabajo creadores.
Se construyen y se proyectan nuevas vías de co­
municación que Van á facilitar los cambios y la salida
de nuestra producción casi estancada, por los inconve­
nientes del desierto abrumador.
Y cuando todo esto tiene lugar dando testimonio
de que la República ha entrado en condiciones norma­
les de vida, el Poder Ejecutivo ha pensado que era la
oportunidad de ocuparse con todo interés de las obras
de puerto en Buenos Aires, tan urgentemente reclama­
das como un complemento necesario del movimiento
progresivo que nos agita.

Bajo tal opinión acogió favorablemente la pro­


puesta de D. Cristóbal Woodgate para construir diques
— cxv —

al Norte del Riachuelo en terrenos'de su propiedad, lá


cual después de sometida á informe de los Departa­
mentos de Hidrografía y de Ingenieros y formulado el
proyecto de contrato con arreglo á las prudentes obser­
vaciones de la oficina técnica, se elevó á la considera­
ción de V. H. Pendiente de ella-, debo limitarme á las
razones y fundamentos expresados en el mensage de
su remisión.
Era la primera vez que se presentaba una empre­
sa ofreciéndose á construir una obra de gran costo y*de
evidente necesidad y conveniencia pública sin exigir
garantías ni privilegios, ni recompensa de ningún gé­
nero. El Poder Ejecutivo no debia vacilar en presen­
taros la ocasión de ejercer la alta y benéfica facultad
que os acuerda el inciso 16 del artículo 47 de la Cons­
titución.
Ofrecer ampliamente á la industria y capitales
extranjeros las obras exijidas en todo nuestro extenso
litoral era, ajuicio del Poder Ejecutivo, acelerar su
ejecución con grandes ventajas para el país, cuyo cré­
dito no debia apurarse á la vez mas allá de lo que la
prudencia aconseja.

Se encuentra también á vuestro estudio la pro­


puesta hecha por la Empresa del ferro-carril de Buenos
Aires á la Ensenada, sobre la habilitación del puerto
de esta última localidad para las operaciones del co­
mercio marítimo.
El Poder Ejecutivo, como loespresó en su mensa-
— CXVI —

ge, considera de importancia esa propuesta de la men­


cionada empresa que ha sometido á V. H., luego de ser
también convenientemente estudiada é instruida por
el Departamento de Ingenieros.
La vía férrea seguramente tomará entonces pro­
longaciones convenientes, ligando otros centros de po­
blación que hallarán facilidad y economía para el tras­
porte de sus producciones hasta ese nuevo y cómodo
puerto de salida, que desde la época del ilustre Riva-
davia ha sido estudiado y pregonado por sus excelen­
tes condiciones.
Realizadas las obras que la empresa propone, el
puerto de la Ensenada será un apostadero marítimo
de primer orden para nuestra Armada de guerra. En
ninguna parte estarían mejor sus astilleros y arse­
nales.

Pero aunque estas obras bastarían por algún


tiempo á las necesidades del comercio y del país en
general al respecto, no ha creído que debia dejar de
considerar el pensamiento del puerto general sobre la
rada misma de la capital, el gran pensamiento que
nuestra vida azarosa nos ha hecho tantas veces acari­
ciar y abandonar, pero cuya realización práctica la
han recomendado tantos hombres competentes.
Bajo tal concepto, el Sr. Presidente ordenó al De­
partamento de Ingenieros de la Nación que procediera
á los estudios necesarios de las obras y de la manera
que encontrara mas fácil de llevarlas á cabo, en cuya
CXVII —

virtud esta oficina, cuya laboriosidad y competencia no


necesito encarecer, ha formulado el trabajo que se le
encomendó y que os será presentado oportunamente.
La obra se ha calculado en 19.000,000, pero, se­
gún el plan propuesto por el Departamento de Ingenie­
ros, vendría á arrebatarse á las aguas una gran esten­
sion de terreno, calculándose que el valor de su ena-
genacion puede llegar á ser suficiente para cubrir los
gastos.
Los inconvenientes del puerto de la capital se do­
minarían por completo y harían desaparecer á sus pro­
pias espensas, preparando este hecho la creación rápi­
da de una nueva ciudad puedo decirse, sobre el lecho
que ho‘y es del dominio de las olas turbulentas del
Plata.
El proyecto es bastísimo. Aprovechándose el ca­
nal que actualmente y con tan buen éxito se trabaja
para el Riachuelo, por él se establecería al Sud una
entrada á los diques que se estenderán al Norte hasta
frente mismo de la Usina del Gas, donde tendrán otra
entrada, sirviendo al efecto el canal de las Catalinas
con las modificaciones y trabajos que lo apropian al
objeto.
Se construirán allí los diques destinados al co­
mercio y exclusivos para la Armada, así como los se­
cos de carenaje etc.
Este proyecto no es excluyente délos anteriores.
Por él contrario: los diques en el Riachuelo y en la
Ensenada bastarán á las necesidades de la marina mer­
cante durante algún tiempo, pero no debemos preocu­
parnos solamente de las exigencias del presente, sino
que' teniendo en cuenta nuestro rápido movimiento
cxvm —

progresivo, estamos en el caso de abordar las obras


que han de responder en un dia no lejana, á las múlti­
ples necesidades que tiene que engendrar el desenvol­
vimiento de nuestro comercio interior y exterior.
Bajo tal punto de vista, si considero conveniente
asegurar la inmediata realización del dique propuesto
por Mr. Woodgate, no por esto pienso que no deba preo­
cuparnos la construcción del gran Puerto en la rada
de Buenos Aires. La realización de una obra de tal'
magnitud demandará mucho tiempo: entre tanto se
habrán operado los progresos que presentimos, y que
se promueven así, y entonces las nuevas exigencias
vendrán á ser justamente satisfechas, con todas las
ventajas, comodidades, seguridad y estension.de un
grandioso Puerto, cuya iniciativa demanda al pre­
sente nuestro esperado porvenir.
He debido adelantaros la idea de este proyecto
porque él preocupa sériamente al Presidente de la Re­
pública.

Se han llevado ya á cabo mejoras importantes que


reclamaba el buen servicio de nuestros Puertos, sobre
el Atlántico.
Como lo dejo indicado en otro lugar, se confió al
Sarjento Mayor D. Enrique Howard, Comandante de la
«Bermejo», que con la Comisión nombrada bajo sus
Órdenes, de Oficiales de nuestra marina, hiciese los es­
tudios necesarios sobre los peligrosos inconvenientes
que ofrecia á la navegación la incierta entrada al esca-
— cxix —

lente Puerto Belgrano en Bahia Blanca. Acaba de rea­


lizar con éxito los trabajos que se ordenaron en conse­
cuencia de aquellos estudios, estableciendo un ponton
boya con su faro correspondiente, cuya luz será visible
á distancia de diez á doce millas.
La situación de este ponton y las boyas que se han
colocado de milla én milla permiten á los buques to­
men fácilmente una canal de seis á siete brazas en ma­
rea baja, y sin peligro ni inconveniente alguno hagan
su entrada ó verifiquen su salida, de aquel magnífico
puerto donde pueden abrigarse millares de embarca­
ciones.
Puede decirse que el Puerto de Bahia Blanca es
ya abordable para toda clase de embarcaciones, cual­
quiera que sea su calado, y V H. sabe que es Belgrano
nuestro primer Puerto en el Atlántico, de gran porve­
nir comercial, y de necesaria ocupación militar.
Algunas propuestas que han sido presentadas al
Ministerio sobre obras en aquel Puerto como muelles,
etc., están á exámen é informe de la Comisión presidi­
da por el Comandante Howard.

Los estudios hidrográficos que el P. E. encomendó


al Coronel D. Augusto Lasserre, Comandante de la
cañonera «Paraná», sobre el Puerto de San Antonio
eñ la Bahia San Matías, dieron un resultado satisfac­
torio : el Puerto es *escelente, reune todas las condicio­
nes que pueden buscarse en cuanto á abrigo, sondaje y
segura entrada Se podrá fácilmente establecer un
— cxx —

muelle en cualquier punto de la península Santa Ana,


según se indica en los estudios y planos levantados por
el Coronel Lasserre.
Se ha tocado con la dificultad de la falta de agua
potable. El Coronel Lasserre ha hecho practicar perfo­
raciones en diversos puntos que han alcanzado hasta
treinta y cuatro metros, pero sin resultado. Se cree que
adelantando las perforaciones se encuentre agua. Diri-
jiendo este trabajo se encuentra ahora el Gobernador
déla Patagonia, en cumplimiento de órdenes del Minis­
terio del Interior. La corbeta «Cabo de Hornos» esta­
ciona allí auxiliando á los trabajadores.
El Coronel Lasserré fué también encargado de
cambiarla situación de la Sub-delegacion del Chubut,
buscando un buen Puerto y el mas próximo á la Colo­
nia galense que toma tanto incremento. Así lo ha ve­
rificado, determinando el Puerto Roca en Golfo Nuevo,
cuyo estudio ha hecho y cuyos planos hidrográficos ha
levantado. Es una ensenada que re une las mejores
condiciones.
Escuso recomendar á V. H. estos servicios pres­
tados por los Gefes de la «Bermejo» y la «Paraná».

He terminado el bosquejo de la administración en


los ramos de Guerra y Marina, durante el año trascur­
rido. Escuso la demora en lo extraordinario mismo de
las circunstancias. Aun llega á tiempo, desde que estas
mismas han influido en las tareas del Congreso, para
aplazar la discusión del Presupuesto y proyectos de la
CXXI —

referencia. La Memoria que os debe ser presentada en


Mayo próximo con arreglo á la prescripción constitu­
cional no será ya sino una ampliación y complemento
de la presente.
Meditad luego en la tranquilidad del hogar, los im­
portantes asuntos librados á vuestro estudio en esa
inmensa labor de reformas radicales que ya no es po­
sible aplazar, sin hacernos indignos de los beneficios
de la paz y de un progreso moral y material que nos
estimula.
No somos, ni podemos, ni debemos ser un pueblo
belicoso ó aventurero. Satisfechos del inmenso terri-
toTio, nos faltan tiempo y brazos para explotar sus ri­
quezas. No somos, ni podemos, ni debemos ser un
pueblo militarizado sino por el amor de la libertad; pe­
ro guardadores de gloriosas tradiciones, celosos de
nuestros derechos y de la honra nacional, no debemos
descuidar nuestras armas. Los conocimientos militares
forman hoy un arte y una ciencia que deben cultivarse
en la paz. El pueblo Argentino organizado, educado y
pronto para acudir bajo sus banderas, alejará todo
peligro de ambición ó de zana injusta; podrá tener en el
continente la influencia que merece, y custodiará su en­
grandecimiento con la tranquilidad, con la serena pru­
dencia del fuerte, estrechando con sinceridad la mano
amistosa á las naciones vecinas, y propendiendo así
sin recelo y con el concurso de todas al porvenir del
derecho y de la grandeza del Continente Americano.
— ozxn

Entre tanto, nuestro Ejército y nuestra Armada


fuera de su primordial misión de garantir las institu-
ciones y el orden interno, no serán tampoco en la paz
un gasto estéril. Sus servicios concurrirán al engran­
decimiento nacional. Asegurarán á la inmigración los
estensos territorios, relevarán los puertos del estenso
litoral, servirán á la ciencia misma contribuyendo á re­
solver los problemas del comercio y de la industria
ávidamente despertados respecto de las espléndidas
regiones que bañan el Atlántico, el Plata, el Paraná, el
Paraguay, el Pilcomayo y el Uruguay ó que se recues­
tan sobre las cimas de los Andes.

Buenos Aires, 12 de Octubre de 1881.

Benjamín Victorica.
CXXI —

referencia. La Memoria que os debe ser presentada en


Mayo próximo con arreglo á la prescripción constitu­
cional no será ya sino una ampliación y complemento
de la presente.
Meditad luego en la tranquilidad del hogar, los im­
portantes asuntos librados á vuestro estudio en esa
inmensa labor de reformas radicales que ya no es po­
sible aplazar, sin hacernos indignos de los beneficios
de la paz y de un progreso moral y material que nos
estimula.
No somos, ni podemos, ni debemos ser un pueblo
belicoso ó aventurero. Satisfechos del inmenso terri­
torio, nos faltan tiempo y brazos para explotar sus ri­
quezas. No somos, ni podemos, ni debemos ser un
pueblo militarizado sino por el amor de la libertad; pe­
ro guardadores de gloriosas tradiciones, celosos de
nuestros derechos y de la honra nacional, no debemos
descuidar nuestras armas. Los conocimientos militares,
forman hoy un arte y una ciencia que deben cultivarse
en la paz. El pueblo Argentino organizado, educado y
pronto para acudir bajo sus banderas, alejará todo
peligro de ambición ó de zana injusta; podrá tener en el
continente la influencia que merece, y custodiará su en­
grandecimiento con la tranquilidad, con la serena pru­
dencia del fuerte, estrechando con sinceridad la mano
amistosa á las naciones vecinas, y propendiendo así
sin recelo y con el concurso de todas al porvenir del
derecho y de la grandeza del Continente Americano.
CXXII —

Entre.tanto, nuestro Ejército y nuestra Armada


fuera de su primordial misión de garantir las institu­
ciones y el orden interno, no serán tampoco en la paz
un gasto estéril. Sus servicios concurrirán al engran­
decimiento nacional. Asegurarán á la inmigración los
estensos territorios, relevarán los puertos del estenso
litoral, servirán á la ciencia misma contribuyendo á re­
solver los problemas del comercio y de la industria
ávidamente despertados respecto de las espléndidas
regiones que bañan el Atlántico, el Plata, el Paraná, el
Paraguay, el Pilcomayo y el Uruguay ó que se recues­
tan sobre las cimas de los Andes.

Buenos Aires, 12 de Octubre de 1881.

Benjamín Victorica.
SECRETARÍA
SECRETARÍA DE GUERRA
Estado demostrativo del movimiento de espedientes desde el
Io de Octubre de 1880 hasta el 30 de Abril de 1881.
MESA DE EJERCITO

Iniciados Resueltos Decretos

Octubre de 362
1880............................
334 450

Noviembre 420 584 470

Diciembre « « ........................... 313 344 469

Enero 1881............................ 398 527 666

Febrero < « ............................ 341 183 291

Marzo « .......... ......... ........ 406 339 477

Abril « « ............................ 363 260 426

J 2575
Suma......... ................................... 2599 4249
4 MEMORIA DEL DEPARTAMENTO

PROVISIONES EN GENERÁL

Iniciados Resueltos Decretos

Octubre de 1880......................... . 262 152 49?

Noviembre « « ............................... 197 176 729

Diciembre « « ............................. 192 175 495


Enero « 1881............................ 233 276 703
F ebrero « « ............................ 190 294 394
Marzo « « ............................ 183 176 470
Abril (C « ............................ 177 183 465

Suma................. •_______ 1432 3748

MESA DE PARTICULARES

Iniciados Resueltos Decretos

Octubre de 1880............................ 315 281 434

Noviembre « « ............................ 306 277 496

Diciembre » « ............................. 322 177 460

Enero « 1881............................ 336 314 598

Febrero « ............................. 227 187 474

Marzo « « ............................ 236 201 363

Abril « « ............................ 255 168 293

Suma............................................. 1997 1605 3118


DE GUERRA 5

NOTAS PASADAS

Octubre de 1880....................... 1320


Noviembre « ....................... 1256
Diciembre « ....................... 1724
Enero 1831....................... 1651
Febrero « ...................... 1223
Marzo « ....................... 1454
Abril « ....................... 1321

Total............................. 9949

RESÚMEN

Iniciados Resueltos liecretos

Mesa de Ejército................................. 2575 2599 3249


« Provisiones en general............. 1434 1432 3748
« Particulares................................. 1997 1605 3118

Total.............................................. 6006 5636 10115

En tramitación el Io de Octubre................ 2500


Iniciados « « « ................ 6006

Suma. 8506
6 MEMORIA DEL DEPARTAMENTO DE GUERRA

Resueltos........................... 5636
En trámite......................... 2870

Suma............................................. 8506

Buenos Aires, Mayo 1 ° de 1881.

O. M\ Massini^
Sub-Seoretario.
CODIGO MILITAR
MEMORIA DEL DEPARTAMENTO DE GUERRA 9

DECRETO

Buenos Aires, Enero 21 de 1880.

En vista de que existen elevados á este Ministerio desde


1876, el Proyecto de Ordenanzas Generales del Ejército re­
dactado por el Coronel D. Lúcio V. Mansilla, y algunas partes
seccionarías proyectadas 'como trabajo preparatorio por el
ex-Teniente Coronel D. José Ignacio Garmendia, visto el
informe del Auditor de Guerra á cuyo dictámen fueron some­
tidos los mencionados Proyectos con anterioridad: y conside­
rando que urge la sanción definitiva de las leyes de organiza­
ción y disciplina del Ejército, régimen de los Tribunales Mili­
tares, y leyes penales.
Atendiendo á que leyes de tal importancia y magnitud
importa no sean confiadas al estudio de una sola persona, ni
cabe al Ministerio dadas sus múltiples atenciones, contraerse
suficientemente á su revisión, siendo de gran conveniencia
que al ser pasadas al Congreso para facilitar su exámen y
sanción vayan los proyectos ilustrados por el estudio del
mayor número posible de personas competentes.
. Considerando que el estudio y redacción de leyes de esta
naturaleza, puede subdividirse convenientemente consultando
la de las diversas secciones que componen las Ordenanzas
Generales, á la vez que la necesidad de la mas pronta sanción,
para reemplazar las anticuadas leyes vigentes en la materia.
Considerando, así mismo, que las partes que se refieren
á la organización y disciplina del Ejército de Línea y Guardia
Nacional, instrucciones para el servicio en campaña, adminis­
tración civil, leyes de ascenso, retiros y pensiones, etc., pue­
den ser objeto de leyes y reglamentos separados entre sí, y
10 MEMORIA. DEL DEPARTAMENTO

del Código que comprenda la organización y competencia de


los Tribunales y las leyes penales.
El Presidente de la República ha acordado y—

decreta:

Artículo Io Nómbrase una Comisión compuesta délos


señores Doctor D. Manuel Obarrio, Doctor D. Estanislao Ze-
ballos, y General D. Octavio Olascoaga, teniendo por Secreta­
rio al ciudadano D. Ernesto Quesada, á la cual se encarga de
la revisión de los Proyectos elevados sobre organización y
competencia de los Tribunales Militares, leyes de procedi­
miento y de fondo en materia penal que formarán el Código
Penal Militar.
Art. 2° Dicha Comisión despachará su estudio en el
término de seis meses gozando de la compensación que le
acuerde el Soberano Congreso, y el Secretario del sueldo de
Oficial Mayor de Ministerio que se imputara á eventuales.
Art. 3o Nómbrase igualmente otra Comisión compues­
ta del Doctor D. Carlos Pellegrini, Doctor D. Rafael Ruiz de
los Llanos, y del Sargento Mayor de Artillería D. Cesáreo
Domínguez, teniendo por Secretario á D. Augusto Beiin Sar­
miento, á quienes se encarga de la revisión y estudio de las
otras partes de las Ordenanzas en las mismas condiciones de
la establecida en el artículo anterior.
Art. 4o Esta Comisión sin plazo perentorio, pero bajo
la recomendación de la prontitud posible, de manera que pue­
dan sus trabajos, ser elevados en el todo ó en parte al Con­
greso en las próximas sesiones, puede proceder subdividiendo
las materias principales, en otros tantos tratados seccionales
ú ordenanzas, adoptando las divisiones proyectadas por el
Coronel Mansilla y completándolas, ú otras que creyese mas
convenientes, y pasando al Ministerio el resultado de sus tra­
bajos en el todo ó en parte, según que las ordenanzas tuvieren
por objeto disposiciones de mayor urgencia, y cuya adopción
DE GUERRA 11

no obstase al sistema general que adopte, como la ordenanza


sobre ascensos, retiros y pensiones y otras de análoga natu­
raleza.
Art. 5o Habiéndose nombrado por Decreto separado
iguales Comisiones para el estudio de las Ordenanzas Genera­
les de la Armada y Código Penal de Marina, las Comisiones
respectivas pueden convocarse para reuniones generales de
ambas Comisiones, á efecto de ponerse de acuerdo sobre
puntos fundamentales, muy especialmente ambas Comisiones
encargadas de la redacción 'de los Códigos Penales.
Art. 6o Las Comisiones nombradas al empezar sus
trabajos ó cuando concurran reunidas eligirán el miembro de
ellas que ha de presidir las sesiones.
Art. 7o Comuniqúese á quienes corresponda, publí-
quese é insértese en el Registro Nacional.

ROCA.
BENJAMIN VICTORICA.

DECRETO

Buenos Aires, Febrero 17 de 1881.

El Presidente de la República—

decreta: '

Artículo Io Nómbrase al Coronel D. Simón de Santa


Cruz, para integrar la Comisión Revisora del Proyecto de Có­
digo Penal Militar, nombrada por Decreto de 21 de Enero
próximo pasado.
12 MEMORIA DEL DEPARTAMENTO DE GUERRA

Art. 2° Comuniqúese, publíquese é insértese en el Re­


gistro Nacional.

ROCA.
BENJAMIN VICTORIOA.
GUARDIA NACIONAL
MEMORIA DEL DEPARTAMENTO DE GUERRA 15

ENROLAMIENTO Y ORGANIZACION

Buenos Aires, Diciembre 10 de 1880.

Siendo necesario proceder á la completa organización de


la Guardia Nacional de la República para levantar la institu­
ción de manera que responda á los tiñes de la Constitución
Nacional y como base para la remonta del Ejército de línea,
según la ley 30 de Setiembre de 1872, y, considerando, que
el enrolamiento ordenado por el decreto de Diciembre de 1877
no lo fué eficazmente y después del tiempo trascurrido y de
los disturbios causados por la última rebelión, no puede ser­
vir á determinar aquella organización.
Que debe procederse á la remonta del Ejército de línea
dentro de los términos de la Ley, no habiendo sido suficien­
tes los medios del alistamiento voluntario, y el enganche de
que hasta ahora se ha hecho uso; por estas consideraciones,

El Presidente de la República ha acordado y—

decreta:

Art. 1 ° Procédase en todo el territorio de la República


á un nuevo enrolamiento de la Guardia Nacional, que empe­
zará el 15 de Enero y deberá quedar cerrado el 31 de Marzo.
Art. 2 ° Los ciudadanos avecindados en las ciudades y
pueblos, formarán Batallones de Infantería y los de la
Campaña, Rejimientos de Caballería, divididos según los va­
rios departamentos ó distritos.
16 MEMORIA DEL DEPARTAMENTO

Art. 3 ° Quedan encargados los Gobernadores de Pro­


vincia de la ejecución de este Decreto, pasándose al efecto la
nota acordada.
Art. 4 o Terminado el enrolamiento, los Gobiernos de
Provincia remitirán á la Comandancia General de Armas los
registros y listas respectivas, y al Ministerio, un conocimien­
to del resúmen general del enrolamiento en cada Provincia,
acompañado de una memoria en que conste el procedimiento
seguido y las dificultades ocurridas, á efecto de informar al
Congreso respecto al cumplimiento de la Ley vigente de la
materia y oportunidad ó conveniencia de su reforma.
Art. 5 ° Comuniqúese, publiquese y dése al Registro
Nacional.

ROCA.
Benjamín Victorica.

DECRETO

Bueno» Aires, Enero 8 de 1881.

Atento lo dispuesto por el Decreto de 10 de Diciembre


ppdo :

El Presidente de la República ha acordado y—

decreta:

Art. 1 ° Procédase al enrolamiento de la Guardia Na­


cional de la ciudad de Buenos Aires, Capital de la República,
con arreglo á la ley de 5 de Junio de 1865.
Art. 2 ° La Guardia Nacional de la Capital por ahora y
hasta tanto se le dé una organización definitiva, se dividirá
DE GUERRA 17

en ocho Regimientos de Infantería compuestos de dos Bata­


llones.
Art. 3 o Los Regimientos se compondrán del modo
siguiente:
ler. Regimiento—Todos los ciudadanos á quienes corres­
ponda el &eber de enrolarse y tienen su domicilio en las par­
roquias de Catedral al Norte y San Nicolás de Bari.
El 2 ° Regimiento de los domiciliados en las parroquias
de Catedral al Sud y San Telmo.
El 3er. Regimiento de los domiciliados en las parroquias
de Monserrat y San Miguel.
El 4 ° de los domiciliados en la parro }uia de la Concep­
ción.
El 5 ° de los domiciliados en las parroquias del Socor­
ro y Pilar.
El 6 o de los domiciliados en las parroquias de Balva-
nerá y Piedad.
El 7 ° de los domiciliados en las parroquias de Barracas
al Norte y San Juan Evangelista.
El 8 ° de los domiciliados en la parroquia de San Cris­
tóbal.
Art. 4 o Los Gefes encargados de practicar el enrola­
miento deberán tener presente las siguientes prevenciones:
Solo podrán enrolarse en cada Regimiento los vecinos de las
Parroquias designadas según lo establece el artículo anterior.
Cuando el Gefe no conozca por ciencia propia la, calidad
de vecino en el que pretenda enrolarse, exijirá la justificación
por medio de un certificado del Juez de Paz respectivo.
Art. 5 o El Registro de Enrolamiento, que se llevará
numerado según los modelos impresos suministrados por la
Comandancia'General se hará por duplicado y uno de los
ejemplares firmado se remitirá por el Gefe del Regimiento
dentro de los ocho dias de concluido el enrolamiento á la Co­
mandancia General.
Art. 6 ° Los Gefes de Regimiento anotarán por sepa­
rado en un registro especial, también por duplicado, los nom­
18 MEMORIA DEL DEPARTAMENTO

bres de los Guardias Nacionales esceptuados del servicio


activo.
Art. 5 ° Las boletas de escepcion deberán ser espedi­
das por la Comandancia General en virtud de las pruebas
rendidas, certificación ó reconocimiento que esta exigirá se­
gún los casos.
Siendo admitida la escepcion le será otorgada la boleta,
que deberá anotarse en el Regimiento que le corresponda por
su domicilio.
Art. 8 ° Los ciudadanos á quienes corresponda el de­
ber de enrolarse deberán presentarse personalmente ante los
Gefes encargados de efectuarlo.
Art. 9 ° El enrolamiento de los Guardias Nacionales de
la Capital empezará el 20 del corriente debiendo quedar ter­
minado el 20 de Marzo próximo.
Art. 10. La Comandancia General de Armas queda en­
da encargada del cumplimiento de este Decret), que se comu­
nicará á quienes corresponda y se dará al Registro Nacional.

ROCA
Benjamín Victorica

DECRETO

Buenos Aires, Enero 10 de 1881.

Siendo necesario proceder al nombramiento de los Gefes


de la Guardia Nacional de la Capital, en virtud de la organi­
zación dada por Decreto de fecha 8
El Presidente de la República acuerda y—

decreta:

Art. 1 ° Nómbrase Gefe del 1er. Regimiento de Guar­


dias Nacionales de la Capital al Dr. D. Cárlos Pellegrini.
2 o Gefe al Teniente Coronel D. Segundo Arce.
DE GUERRA 19

Gefe del 1er. Batallón á D. Bernabé Artayeta Catex.


Gefe del 2 ° Batallón á D. Agustín Pinedo.
Art. 2 ° Nómbrase Gefe del 2 ° Regimiento al Doctor
D. Miguel Goyena, y 2° Gefe al Teniente Coronel D. Gui­
llermo Buteler.
Gefe del 1er. Batallón al ciudadano D. Luis Eizaguirre.
Gefe del 2o Batallón al Dr. D. Estanislao Zeballos,
Art, 3 ° Nómbrase Gefe del 3er. Regimiento á D. An-
tonino Cambaceres, 2 ° Gefe al Teniente Coronel D. Alejan •
dro Etchichury.
Gefe del 1er. Batallón al Dr. D. Guillermo Torres.
Gefe del 2 ° á D. Mateo Victorica.
Art. 4 o Se nombra Gefe del 4 ° Regimiento al ciuda­
dano D. Jacinto Araoz, 2 ° Gefe al Teniente Coronel Doctor
D. Roque Saenz Peña.
.Gefe del 1er. Batallón á D. Manuel Dantas.
Gefe del 2 Q Batallón á D. Manuel Rodríguez.
Art. 5 o Queda nombrado Gefe del 5 ° Regimiento el
Dr. D. José Juan Araujo, 2 o Gefe Teniente Coronel Don
Juan Giles.
Gefe del 2 ° Batallón á D. Pedro Latorre.
Art. 6 ° Nómbrase Gefe del 6 ° Regimiento al ciudada-
D. Eduardo Amadeo, 2 ° Gefe el Teniente Coronel D. Do­
mingo Zagastizabal.
Gefe del 1er. Batallón al Dr. D. Gabriel Lársen.
Gefe del 2 ° Batallón, D. Manuel Romero.
Art.' 7 ° Nómbrase Gefe del 7 ° Regimiento al ciuda­
dano D. José Fernandez.
2 ° Gefe Teniente Coronel D. Melchor Zuasnabar.
Gefe del 1er. Batallón D. Natalio G. Silva.
Gefe del 2 ° Batallón D. Celedonio Castañeda.
Art. 8 ° Nómbrase Gefe del 8 ° Regimiento al ciuda­
dano D. Miguel Mendez. 2 ° Gefe al Sargento Mayor Don
José Poviñas.
Gefe del 1er. Batallón D. Amadeo Muñoz.
Gefe del 2 ° Batallón Dr. D. Daniel Donovan.
20 MEMORIA DEL DEPARTAMENTO DE GUERRA

Comuniqúese á quienes corresponda, publíquese é insér­


tese en el Registro Nacional.

ROCA
Benjamín Victorica

DECRETO

Buenos Aires, Marso 14 de 1881.

Habiendo solicitado los Gobiernos de las Provincias de


Buenos Aires, Córdoba y Tucuman, se prorogue el término
para el enrolamiento, á causa de que no podrá terminarse en
esas Provincias en el Plazo fijado.
El Presidente de la República ha acordado y—

decreta:

Art. 1 ° Prorógase hasta el 30 del próximo Abril el


plazo designado para el enrolamiento de la Guardia Nacional
de la República.
Art. 2 ° Comuniqúese, publíquese é insértese en el Re­
gistro Nacional.

ROCA
Benjamín Victorica
SUB-INSPECCIONES MILITARES
MEMORIA DEL DEPARTAMENTO DE GUERRA 23

DECRETO

Buenos Aires, Diciembre 10 de 1880.

En virtud de procederse á dar de baja á todos los solda­


dos cumplidos del Ejército y conviniendo á la debida ejecución
de la Ley de Reclutamiento para su remonta, regularizar bajo
la dirección militar de Gefes superiores del Ejército el servicio
de las diversas operaciones que demanda, tales como el en­
ganche, depósito é instrucción de reclutas, asi como la forma­
ción por sorteo, de los contingentes con que deben contribuir
las Provincias al Ejército de línea en estricto cumplimiento de
la ley de la materia;
Teniendo en consideración, por otrá parte, la imprtancia
de someter, desde el primer momento la Guardia Nacional,
una vez que fuese movilizada en servicio de la Nación, al
mando militar, para su mejor disciplina, aprovisionamiento,
armamento y equipo.

El Presidente de la República ha acordado y—

decreta:

Art. Io Establécense seis Sub-Inspecciones é Intenden­


cias Generales del Ejército, que se dividirán, por ahora, del
modo siguiente:
ld En las Provincias de Salta y Jujuy.
2 a3 En las de Tucuman y Santiago.
En las de Rioja y Catamarca.
4 a3 En las de San Luis Mendoza y San Juan.
5 a3 En las de Córdoba y Santa-Fé.
6 rt En las de Entre-Rios y Corrientes.
24 MEMORIA DEL DEPARTAMENTO

Art. 2o Los deberes y atribuciones de los Sub-inspec-


tores é Intendentes militares, en sus respectivas circunscrip­
ciones, serán los siguientes:
Io El comando en Gefe de la Guardia Nacional que
llegase á ser movilizada y de las fuerzas militares que se
sitúen en su circunscripción, con escepcion de las que guar­
necen las líneas de frontera.
2o Tener á su dirección las Oficinas de Enganche y
Depósitos de reclutas para remontar los cuerpos de línea y
correr con su disciplina y dirección según las órdenes que se
reciban del Ministerio de la Guerra.
3o Tener á su cargo los fondos que se destinen para
estos gastos y cuyo pago proveerá dando cuenta documen­
tada á la Contaduría como corresponde.
4o Administrar los depósitos de vestuario y equipo
que se remitan pa a los reclutas ó fuerzas militares.
5° La inspección de los establecimientos militares
establecidos ó que se establezcan, de su circunscripción.
6o Vigilar y exijir el cumplimiento del Desreto que
se dictará oportunamente designando los contingentes y forma
del sorteo.
Art. 3o Cada Sub-inspector organizará el personal de
su respectiva oficina, que constará de un Ayudante General
y dos Ayudantes subalternos cuyo nombramiento propondrá
á este Ministerio, además de los Gefes encargados de la
Oficina de Enganche en cada Provincia.
Art. 4o Las Intendencias Nacionales tendrán los re­
gistros y listas de enrolamiento de la Guardia Nacional
correspondientes á su circunscripción y verificarán por ellas
la exactitud del sorteo que se haga en cada Provincia, luego
que se ordene se verifique, designindose los contingentes,
según el resultado del nuevo enrolamiento que se dispone
por Decreto de esta fecha.
Art. 5o Por la Comandancia General se proveerá á
cada Sub-Inspeccion de un piquete de fuerza de línea para
custodia de los depósitos, donde no la hubiere estacionada.
MEMORIA. DEL DEPARTAMENTO DE GUERRA 25

Art. 6o Nómbrase Sub-Inspector é Intendente de


Ejército:
Io En las Provincias de Salta y Jujuy, al General
D. Teodoro Garcia.
2o En las de Tucuman y Santiago, al Coronel don
Napoleón Uriburu.
3o En las de Catamarca y la Rioj a, al General don
Octavio Navarro.
4° En las de San Luis, Mendoza y S in Juan, al Ge­
neral D. Leopoldo Nelson.
5o En las de Córdoba y Santa Fé, al General don
Eduardo Racedo.
6o En las de Entre-Rios y Corrientes, al General
D. Juan Ayala.
Art. 7° La Comandancia General de Armas será la
que llenará directamente en la Provincia de Buenos Aires,
las funciones atribuidas á las Intendencias.
Art. 8° Las disposiciones de este Decreto no obstan
á cualquiera otraque el Gobierno adopte respecto al comando
en Gefe de las fuerzas según los casos y necesidades del
servicio.
Art. 9o Comuniqúese, publíquese é insértese en el
Registro Nacional.

ROCA.
BENJAMIN V1CT0RICA.
CAMPO DE INSTRUCCION
MEMORIA DEL DEPARTAMENTO DE GUERRA 29

Inspección y Comandancia General de Armas.

Buenos Aires, Febrero 11 de 1881.

A 8. E. el Sr. Ministro de Guerra y Marina, Dr. D. Benjamín


Víctor ica.

En virtud de la orden verbal de V. E. me trasladé en el


djade la fecha acompañado de los Sres., General D. Nicolás
Levalle y Coronel D. Simón de Santa-Cruz al terreno que se
encuentra situado del otro lado de Maldonado, cuya área es de
24 manzanas próximamente, lindando por el Norte con el
Hipódromo, por el Sudcon el citado arroyo, por el Oeste con
la «Pólvora de Maldonado» y camino de «Las Cañitas,» el cual
pertenece al «Parque 3 de Febrero» habiendo reconocido dete­
nidamente dicho terreno, satisfizo desde luego á la Comisión,
pues reune las condiciones deseadas para campo de instruc­
ción presentando además una fácil nivelación y arreglo, cuyo
trabajo puede encomendarse al Teniente Coronel Wysoski,
disponiendo de la misma tropa á fin de que se coloque alrededor
una arboleda que sirva de abrigo al soldado en los dias de
verano que concurran á la instrucción.
Dios guarde á V. E.
Joaquín Viejobueno.

Febrero 14 de 1881.

Pase á la Oficina Topográfica Militar á sus efectos.

VICTORICA.
TIRO AL BLANCO
MEMORIA DEL DEPARTAMENTO DE GUERRA 33

DECRETO

Buenos Aires, Enero 20 de 1881.

Debiendb establecerse el ejercicio de tiro al blanco, para


los cuerpos de la Guarnición, en el terreno arrendado á ese
objeto, por la Comandancia General de Armas, y—
Siendo conveniente estimular al soldado á fin de que de­
dique á ese ejercicio toda la atención que se requiere pañi
conocer las propiedades del arma usada á larga distancia—

se resuelve:

Se fija un premio de un peso fuerte, que se entregará á


cada soldado que de tres tiros consecutivos, dé dos en el
blanco.
La Comandancia General de Armas queda encargada de
la reglamentación y ejecución de este Decreto, que se dará á
conocer por la Orden General, comunicándose ademas á quie­
nes corresponda.

ROCA.
BENJAMIN VICTORICA
ESCUELA DE CABOS Y SARGENTOS
MEMORIA DEL DEPARTAMENTO DE GUERRA 37

luspeccion y Comandancia General de Armas.

Buenos Aires, Marzo 11 de 1881.

A 8. E. el Sr. Ministro de Guerra, y Marina de la Nación.

Para X)1 mejor resultado de las disposiciones referentes á


ia provisión de cabos y sargentos de los Regimientos de Ar­
tillería de la República y planteacion de una escuela, tengo el
honor de someter á V. E. el pensamiento de formarlo por alis­
tamiento voluntario de aspirantes á esas clases.
No creo conveniente distraer fuerzas de los cuerpos en
actual servicio y en constante instrucción tomando de ellas el
personal de la escuela; siempre se produciría algún trastorno
en los ejercicios diarios.
Ademas me asiste la convicción de que por el medio indi­
cado, el personal de la escuela será mejor en su origen por
cuanto su condición de voluntarios, abrirá mejores horizontes
á las legítimas aspiraciones de los que á ella ingresen, pudien-
do en la Ley de ascensos que se dicte, renoval les el derecho
después de un número de años de servicio de optar por con­
curso á la clase de oficial.
Los voluntarios cuyo número no debe pasar de cien,ingre­
saran á la Escuela gozando del rancho y pret de la clase di'
tropa á cuyo efecto revistarán como agregados á los Regimien­
tos del arma sometiéndose á todas las pruebas que se requie­
ren para optar la clase de cabos ó sargentos á loque no podrán
ser promovidos sino después de rendido el exámen que corres­
ponde y cuyas materias de estudio y tiempo de servicio esten
determinadas en el Reglamento.
La Escuela debe situarse en el mismo polígono elegido,
nombrándose un Gefe ú Oficial que á mas de su dirección
tenga ásu cargo el arreglo y conservación del polígono.
38 MEMORIA DEL DEPARTAMENTO DE GUERRA

Es de todo punto necesario que en el mismo parage se


mande construir un edificio don le resida la Escuela, con la
capacidad suficiente para la conservación de elementos y ma­
teriales indispensables para el estudio científico de las armas.
Creo, señor Ministro, que los gastos relativamente insig­
nificantes que esta reforma origine á la Nación serán amplia­
mente compensados por el resultado y con este convenci­
miento espero que V. E. se sirva prestarle su aprobación.
Dios guarde á V. E.
Joaquín Viejobueno.

Marzo 26 de 1881.

Aprobado—Vuelva á la Comandancia General de Armas


para que proceda de conformidad y publíquese.

ROCA.
BENJAMIN VICTORICA
BATALLON PROVINCIAL
MEMORIA DEL DEPARTAMENTO DE GUERRA 41

DECRETO

Buenos Aires, Noviembre 5 do 1880.

En virtud de lo dispuesto por la Ley de 20 de Octubre


último.

El Presidente de la República lia acordado y—

decreta:

Art. Io Procédase al licénciamiento del Batallón Guar­


dia Provincial de Buenos Aires, podiendo incorporar á los
cuerpos del Ejército aquellos individuos de tropa que se en­
cuentren en los términos de la Ley de Reclutamiento, y los
que voluntariamente quieran ingresar.
Art. 2 ° Queda encargada la Comandancia General de
Armas de la ejecución de este decreto.
Art. 3 ° Comuniqúese é insértese en el Registro Na­
cional.

ROCA
Benjamín Victorica
PERJUICIOS DE GUERRA
MEMORIA DEL DEPARTAMENTO DE GUERRA 45

ACUERDO

Buenos Aires, Noviembre 8 de 1880.

En atención á haberse entablado ante el Ministerio de la


Guerra, numerosos reclamos de indemnización de daños y
perjuicios, que se dicen ocasionados por las fuerzas militares
con motivo de los movimientos y acciones de guerra provo­
cados por la última rebelión, y considerando: 1 ° que si es de
justicia reparar los daños ocasionados á la propiedad particu­
lar, siempre que conste se ocasionaron en virtud de órdenes ó
disposiciones de autoridades competentes, debidamente justifi-
das, no lo es reconocer obligación por parte de la Nación de
indemnizar daños causados por accidentes inevitables en los
combates, pues por deplorables que ellos sean no es posible
al Gobierno acudir al remedio de todos los daños causados
por la guerra—2 ° Que durante el tiempo trascurrido desde
la terminación de la guerra, han tenido tiempo los interesados
para producirlas reclamaciones deque se trata, siendo indis­
pensable fijar un plazo parala presentación de las instancias
dirijidas á tal objeto.
Considerando, en tercer lugar, que no es posible proce­
derse al pago de las cantidades que resulten de justificado
abono, sin conocer el monto total de lo que el Erario pudiera
estar obligado á resarcir, y si estará habilitado á hacerlo con
los fondos ordinarios del Tesoro ó tendria necesidad de recur­
rir á alguna medida legislativa.

El Presidente de la República en Consejo de Ministros

acuerda:

Art. 1 ° Señálase el plazo improrogable de dos meses


de la fecha para la presentación ante el Ministerio de la Guer­
ra de toda solicitud por reclamo.
46 MEMORIA DEL DEPARTAMENTO

Art. 2 ° Las solicitudes pasarán á informe de la Ins­


pección y Comandancia General, para que disponga se pro­
duzcan los justificativos que se refieran á las órdenes directas
de los Gefes ó autoridades de que pudieran provenir los per­
juicios reclamados.
Art. 3 ° No se dará curso á solicitud alguna, que á jui­
cio de la Inspección General, se considere inadmisible por
referirse á daños ó perjuicios indirectamente ocasionados por
la guerra, ó lo hayan sido por la acción de las fuerzas re­
beldes.
Art. 4 o En caso de duda consultará al Ministerio,
quien resolverá con audiencia del Procurador del Tesoro y del
Auditor de Guerra, si lo juzgase procedente.
Art. 5 ° Oportunamente se elevarán al Ministerio todas
las reclamaciones con un informe general sobre su monto y
condiciones, á efecto de dictar la resolución que corresponda
parala completa comprobación, justipreciación y forma de
abono, ó recabar del Congreso la medida legislativa que sea
requerida,
Art. 6 ° Queda autorizada la Inspección y Comandan­
cia General para instituir una mesa en sus oficinas, sin alte­
rar el presupuesto del ramo, para la tramitación indicada, de
los espedientes de esta clase y oportuno informe.
Art. 7 ° Comuniqúese, publiquese y dése al Registro
Nacional.

ROCA
Benjamín Victorica
A. del Viso
Santiago Cortinez
M. D. Pizarro
Bernardo de Irigoyen
MEMORIA DEL DEPARTAMENTO DE GUERRA 47

DECRETO

Reglamentando las licitaciones verbales

Buenos Aires, Octubre 22 de 1880.

El Presidente de la República ha acordado y—

decreta:

Artículo 1° Las provisiones de artículos reclamados


con urgencia para el buen servicio en los casos en que sea
imprescindible hacer uso de la facultad*que acuerda el artícu­
lo 33, incisos 3 y 4 de la Ley de Contabilidad, se sacará á lici­
tación pública verbal, dando un término que no podrá ser
menor de ocho dias.
Art. 2° La licitación tendrá lugar en el Ministerio de
la Guerra, ó en el local que se designe, ante una Comisión
compuesta del Inspector y Comandante General de Armas,
del sub-Secretario de este Ministerio y del Comisario de
Guerra, actuando el Escribano Mayor de Gobierno, cuando la
provisión sea de artículos para el Ejército,—y cuando las
provisiones sean para la Armada, la Comisión la compondrá
los funcionarios respectivos del Departamento de Marina.
Art. 3o El aviso con las bases del remate será inserta­
do en tres periódicos cuando menos, dos de la mañana y uno
de la tarde, durante el plazo designado.
Art. 4° La licitación durará una hora, durante cuyo
tiempo se oirán publicamente las propuestas y concluidas
éstas se llamarán en el mismo acto á mejorarlas, asentándose
por el Escribano Mayor en una acta de que se dará lectura
48 MEMORIA. DEL DEPARTAMENTO

concluido el acto, firmándose por todos los proponentes y la


Comisión y dando fé el Escribano Mayor.
Art. 5° La Comisión elevará en seguida el acta al
Ministerio de la Guerra, con informe fundado, designando la
propuesta que á *su juicio sea mas ventajosa.—Si hubiese
disidencia, seespresará dando cada vocal su opinión.
Art. 6° La Comisión antes de espedirse podrá ordenar
los exámenes periciales que juzgue convenientes para infor­
mar al Gobierno con pleno conocimiento.
Art. 7° Comuniqúese, publíquese é insértese en el
Registro Nacional.

ROCA.
BENJAMIN VICTORICA.
DE GrERRA 49

DECRETO

Buenos Aires, Octubre 20 de 1880.

El Presidente de la República ha acordado y—

decreta:

Art. Io Los Cuerpos que guarnecen esta Capital y los


existentes en la Chacarita, formarán la primera División del
Ejército.
Art. 2° Nómbrase Gefe de esta División al Genera}
D. Nicolás Levalle.
Art. 3o El General nombrado propondrá ios Ayudan­
tes y demás Oficiales que deben formar el personal de la Co­
mandancia de la Ia3 División.
Art. 4o Comuniqúese, publíquese é insértese en el
Registro Nacional.

ROCA.
BENJAMIN VICTORICA.
50 MEMORIA DEL DEPARTAMENTO

DECRETO

Buenos Airea, Marzo 2 de 1881.

El Presidente de la República ha acordado y—

decreta:

Art. Io Nómbrase Gefe del Regimiento 3 de Caballería


de Línea al Gefe de la Escolta, Teniente Coronel D. Pablo
Belisle.
Art. 2° El Escuadrón Escolta de Gobierno queda re­
fundido en el Regimiento Io de Caballería de Línea, cuyo
cuerpo dará el servicio que hacía aquel Escuadrón.
Art. 3o Comuniqúese á la Comandancia General de
Armas para su ejecución, avísese á Contaduría, publíquese é
insértese en el Registro Nacional.

ROCA.
BENJAMIN VICTORICA.
DE GUERRA 51

DECRETO

Bueno* Aire*, Febrero 17 de 1881.

El Presidente de la República—

DECRETA.

Art. Io Nómbrase Gefe de la Frontera de Santiago al


Coronel D. Enrique Godoy.
Art. 2o Comuniqúese á la Comandancia General de
Armas para su ejecución, y demás que corresponda, publí-
queseé insértese en el Registro Nacional.

ROCA.
BENJAMIN VICTORICA.
PRESUPUESTO
C u e n ta d e in v e rs ió n d e l P re s u p u e s to d e G u e rra d e l a ñ o 1 8 8 0
MEMORIA DEL DEPARTAMENTO DE GUERRA
55
56 MEMORIA DEL DEPARTAMENTO
( C on tin u ación )
C ontinuación )
DE GUERRA
57
58 MEMORIA DEL DEPARTAMENTO
( C ontinuación J
DE GUERRA 59
60 MEMORIA. DEL DEPARTAMENTO
( Continuación )
DE GUERRA
61
62 MEMORIA DEL DEPARTAMENTO DE QUERRA

( Conclusión)
SECRETARIA DE MARINA
DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO DE MARINA 65

Escuela Naval—Comandante-Director.
Buenos Aires, 29 de Julio de 1881.
Exmo. Sr. Ministro de Guerra y Marina, Dr. D. Benjamín Victorica
Adjunto tengo el honor de elevar á manos de V. E.
el Reglamento orgánico de la Escuela Naval.
Reciba V. E. la espresion de mi mas distinguida
consideración.
Francisco Beuf.

Ministerio de Guerra y Marina.


Buenos Aires, Agosto 30 de 1881.

El Presidente de la República—
decreta:
Art. 1° Apruébase el Reglamento para la Escue­
la Naval, presentado por el actual Director de ese
Establecimiento, D. Francisco Beuf.
Art. 2o La Sub-Secretaría de Marina queda en­
cargada de dirigir la impresión de este Reglamento.
Art. 3o Comuniqúese, publíquese y dése al Re­
gistro Nacional.
ROCA.
BENJAMIN VICTORICA.

REGLAMENTO ORGÁNICO DE LA ESCUELA NAVAL


TITULO I
DEL INGRESO

Art. Io Para ingresar en la Escuela Normal, se


requiere:
Io Ser argentino de nacimiento.
2o Tener desde catorce hasta diez y siete años
de edad.
3o Haber sido aprobado en el examen de ingreso.
65 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

Art. 2o El exámen á que se refiere el inciso 3o


del artículo anterior, será oral y escrito, tendrá lugar
al abrirse cada año escolar y ante el Jury que nom­
brará el Ministerio de Guerra y Marina. El oral com­
prenderá las materias siguientes: Aritmética, Geome­
tría Plana y del Espacio, Geometría Descriptiva,
Algebra Elemental y Trigonometría Rectilínea: el
escrito se compondrá de un tema literario, de una
traducción al francés ó inglés, de la resolución de un
problema de trigonometría rectilínea, de un plano de
geometría descriptiva y de un trabajo de dibujo na­
tural.
Art. 3° Con anterioridad de tres meses á la épo­
ca fijada para el exámen de ingreso, se anunciará
oficialmente en toda la República, la apertura de la
matrícula y las condiciones requeridas para la ins­
cripción. Los domiciliados en las provincias deberán
presentarse por intermedio de los gobiernos respec­
tivos. La solicitud será acompañada de la fé de bau­
tismo, del consentimiento de los padres ó tutores, del
testimonio de vacuna y de un certificado médico, sobre
la aptitud física para la carrera de la Marina.
Art. 4o Los padres ó tutores que residieren en
las provincias, deberán nombrar, á los alumnos, un
apoderado domiciliado en la Capital de la República,
para que los represente ante la Escuela Naval y los
vigile mientras estén con licencia. Esta represen­
tación recaerá en persona honorable y se acompañará
por escrito á la solicitud de ingreso.
Art. 5o Los domiciliados en las Provincias solo
tienen un mes para solicitar la inscripción y los Go­
biernos respectivos deberán remitir al Ministerio de
DE MARINA 67

Guerra y Marina, las solicitudes acompañadas de sus


requisitos. Este plazo improrogable regirá desde la
fecha de la publicación del aviso que determina el
artículo 3o
Art. 6o El Ministerio de Guerra y Marina comu­
nicará oportunamente á los Gobiernos de Provincia
las solicitudes aceptadas, y los interesados deberán
estar en la Capital de la República al tiempo del exá-
men de ingreso, salvo los casos de fuerza mayor plena­
mente justificados.
Art. 7o El exámen oral tendrá lugar ante el
Jury que prescribe el artículo 2o y será presidido por
un Oficial General de la Armada nombrado especial­
mente por el Ministerio de Guerra y Marina.—El Di­
rector Comandante de la Escuela Naval estará obli­
gado á presenciar el acto y en caso de impedimiento
deberá reemplazarlo el 2o Comandante ó uno de los
Profesores de la Escuela.
Art. 8o Una lista con los nombres de los candi­
datos se entregará á los examinadores y cada uno de
estos anotará en frente del nombre del candidato que
acaba de ser examinado, un número comprendida en­
tre cero (malo) y veinte (muy bien), los que indicarán
el modo como aquel haya respondido á las preguntas
que se le hayan dirijido.—Al fin del exámen el Presi­
dente inscribirá en una lista cada uno de los nú­
meros dados como clasificación de exámen por los
examinadores á cada uno de los candidatos y tomará
de ellos el término medio, lo que constituirá la
cifra definitiva que espresará el mérito de cada exa­
minado.
Art. 9o El exámen oral será público para cada
68 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

candidato, no podrá exceder de una hora y será exa­


minado sucesivamente de cada una de las partes en
que está dividido el programa por un solo y mismo
examinador. El orden según el cual los candidatos
deberán ser examinados y en el cual los examinadores
deberán tomar asiento para proceder .sucesivamente á
su.exámen, serán indicados tirando á la suerte, lo que
se efectuará al abrirse el exámen.
Art. 10 Una vez terminado el exámen oral se
procederá á las pruebas escritas: Para cada una de
ellas se reunirá álos candidatos.en una misma pieza
fuera de la presencia del público, y aquellas tendrán
lugar bajo la vijilancia de un Oficial de Marina acom­
pañado de un número suficiente de celadores para im­
pedir á los jóvenes el comunicarse entre sí.—Las
pruebas escritas durarán una hora, salvo para el plano
de geometría descriptiva, para cuya ejecución se acuer­
dan dos horas.
Art. 11 A los candidatos que se les encuentre
comunicando entre sí, por cualquier medio que sea,
se les excluirá definitivamente del concurso.
Art. 12 A la expiración del plazo acordado para
la ejecución de cada una de las pruebas escritas, los
trabajos de los candidatos serán recogidos por el Ofi­
cial designado para su vigilancia, y entregadas sucesi­
vamente al Presidente de la Comisión de exámen oral
quien cunvocará .inmediatamente para examinarlas á
un nuevo Jury, compuesto del Profesor de Matemáticas
Superiores, del Profesor de Literatura y del Profesor
de Dibujo de la Escuela Naval.
Art. 13 Esta Comisión se reunirá a puertas cer­
DE MARINA 69

radas y dará á cada composición la clasificación numé­


rica de cero á veinte, según su mérito.
Art. 14 Cada uno de los examinadores anotará
la clasificación en las composiciones y trabajos que
son de su competencia, y el Presidente completará su
lista inscribiendo en ella para cada candidato, al lado
de la nota de exámen oral, las notas que éste haya me­
recido por sus pruebas escritas.
Art. 15 Una vez terminada esta lista se juntará
con las listas particulares de los examinadores y todas
juntas con los trabajos y composiciones délos candi­
datos serán enviadas inmediatamente al Ministerio
bajo sobre firmado, lacrado y sellado.
Art. 16 La clasificación de los candidatos por
orden de mérito se efectuará en las Oficinas del Mi­
nisterio de conformidad con las reglas siguientes:
Art. 17 Se atribuye á cada una de las notas ins­
criptas en la lista del Presidente de la Comisión de
exámen un coeficiente particular determinado como
sigue:
Examen oral coeficiente 15
Calculo de Trigonometría id 10
T ema Literario id 6
Dibujo id 5
Traducción id 3
Plano id 2
Art. 18 Se multiplicará cada nota del candidato
por el coeficiente correspondiente a esta nota y la suma
de los seis productos darael número de puntos que ser­
virá para clasificar el candidato.
< Art. 19 El número de alumnos que se admitirán
cada año en la escuela Naval sera variable según las
70 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

necesidades del servicio y de acuerdo con lo que deter­


mine la ley de Presupuesto.
Art. 20 De los candidatos que hayan resultado
aprobados se formará, por orden de clasificación, la
lista de admisibilidad. Los primeros que figuren en
ella, hasta completar el número que indica el artículo
anterior, serán nombranos Alumnos de la Escuela Na­
val, quedando obligados á presentarse en ella en la
fecha que determine el Ministerio, al camunicarles
el nombramients por intermedio de sus padres ó tu*
tores.
Art. 21 Si uno ó varios de los alumnos nombra­
dos no se presentaren en la escuela en la fecha desig­
nada, se proveerá tomando ne la lista de admisibilidad
á aquellos que se encuentren inmediatamente después
de los últimos recibidos.
Art. 22 Son Alumnos de la Escuela Naval los
que han cursado sus estudios en ella según el antiguo
plan y han sido aprobados en los últimos exámenes

TITULO II

DEL COMANDANTE DIRECTOR

Art. 23 Las atribuciones del Comandante de la


Escuela en tierra y á bordo son las mismas que las de
un Comandante á bordo de un buque de guerra. Tiene
además el derecho y el deber de vigilar cuanto se re­
fiere á la enseñanza, y el adelanto de los alumnos, como
asi mismo á la Administración. Deberá promover la
DE MARINA 71

separación de cualquier Oficial ó profesor que se mos­


trare incapaz ó negligente bajo cualquier punto de
vista.
Art. 24 El Comandante Director dependerá úni­
camente del Ministerio de Guerra y Marina y estará
autorizado para tratar directa y personalmente con el
Ministro, sobre todo lo que concierna á la Escuela bajo
el punto de vista de lo que á la misma corresponde en
cuanto á su enseñanza, personal y material.
Art. 25 Será Presidente del Consejo de Adminis­
tración de la Escuela Naval.
Art, 26 Estará encargado de la estricta ejecución
del presente Reglamento en todas sus partes, y en caso
necesario, propondrá al Ministro las modificaciones
que su experiencia pudiera sugerirle.
Art. 27 Se hará dar cuenta por el Segundo Co­
mandante, de los castigos impuestos, reservándose el
derecho de modificarlos, agravarlos ó perdonarlos, se­
gún las circunstancias que los hayan provocado.
Art. 28 Designará á cada profesor las materias
de enseñanza de que tendrá que hacerse cargo, y fi­
jará el reglamento de las horas de los cursos y de los
estudios, de modo que el tiempo sea utilizado de la ma­
nera mas provechosa.
Art. 29 Cada cuatro meses pasará al Ministro un
resúmen conteniendo la clasificación de los alumnos y
un parte detallado tanto sobre el grado de instrucción
obtenido, como sobre la disciplina, y esponiendo todo
lo que merezca llamar especialmente la atención de la
superioridad.
72 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

Art. 30 Estará encargado de la redacción dei


Reglamento interior de la escuela, que tendrá que so
meter á la aprobación del Ministerio.
Art. 31 Hará las propuestas para reemplazar los
empleos que queden vacantes en la escuela ó para
proveer los nuevos, cuya creación se considere nece­
saria.
Art. 32 A la conclusión de cada añó de estudios
elevará al Ministerio un parte confidencial sobre el
valimiento personal y aptitudes del personal militar y
civil de la escuela.
Art. 33 Estará encargado de dar Conferencias á
los Oficiales de Marina, que deseáran instruirse ó po­
nerse al corriente de los progresos de las ciencias náu­
ticas.

TITULO III

DEL SEGUNDO COMANDANTE

Art. 34 El segundo Comandante desempeñará en


la escuela, en tierra como á bordo, las funciones análo­
gas á las de segundo Comandante de un buque de
guerra, á cuyo título estará encargado de la vigilancia
inmediata de todas las partes del servicio bajo la auto­
ridad del Comandante.
Art. 35 Formará parte del Consejo de Adminis­
tración de la escuela
DI MARINA 73

Art. 36 Toda propuesta de castigo, tanto para


los alumnos de la Escuela como para el personal mi­
litar y administrativo de esta, tendrá que ser someti­
da al segundo Comandante y este determinará en su
consecuencia la clase de castigo que tendrá que apli­
carse. ,
Art. 37 Llevará un registro de los castigos im­
puestos, que hará apuntar por el orden de su aplicación,
cuyo registro tendrá que someter diariamente al Visto
Bueno del Comandante.
Art. 38 Dará cuenta inmediata al Comandante
de todo hecho que por su naturaleza requiera, según su
parecer, una severa represión.
Art. 39 Asumirá todas las atribuciones del Co­
mandante en caso de ausencia ó de enfermedad del
mismo ó cuando se hallare vacante este puesto.
Art. 40 Le incumbirá la mas activa vigilancia en
todo lo que concierne al bienestar de los alumnos y á
la conservación de sus prendas de vestuario, libros y
demás objetos, que se les confien por qj Consejo de
Administración de la Escuela.
Art. 41 Llevará el registro de órdenes que ema­
nen del Comandante y cuidará de su completa ejecu­
ción y observancia.
Art. 42 Inspeccionará todos los dias minuciosa­
mente todas las partes de la Escuela y dará cuenta al
Comandante del resultado de su inspección.
Art. 43 Reunirá una vez por dia á los Oficiales
y Contramaestres, que tendrán que remitirle los par
tes diarios correspondientes.
74 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

Art. 44 Tendrá que poner el Visto Bueno á todo


suministro de materiales, hecho por el Almacén de la
Escuela de á bordo y de tierra, que se necesite para el
servicio.
Art. 45 Podrá estar encargado provisional ó de­
finitivamente de una clase particular, si el Comandante
lo juzgára conveniente.
Art. 46 Se cerciorará personalmente de la pun­
tual asistencia á las horas de clase de los Profesores,
militares y civiles y en general de la puntualidad en
el servicio de todo el personal, dando parte inmediata­
mente de cualquier negligencia ó falta de asistencia.

TITULO IV

DE LOS OFICIALES-PROFESORES

Art. 47 Los Oficiales agregados á la Escuela en


calidad de Profesores, desempeñarán al propio tiempo
las funciones de Oficiales de guardia á bordo del buque
de aplicación.
Art. 48 Deberán estar siempre al corriente de
los progresos de la asignatura que espliquen, áfin de
mantener constantemente la Escuela á la mayor altura
de perfección de su enseñanza
Art. 49 Los Oficiales-Profesores harán por turno
el servicio de guardia en la Escuela. La duración de
este servicio será de una semana entera, durante la
DE MARINA 75

cual el Oficial de guardia no podrá ausentarse bajo


pretesto alguno.
Art. 50 Dos Oficiales-Profesores, designados por
el Comandante, serán designados especialmente para
el mando de cada una de las dos divisiones.
Art. 51 Los Oficiales citados en el artículo prece­
dente, deberán ocuparse de un modo particular de los
alumnos confiados á sus órdenes, tanto bajo el punto
de vista de la conducta en general y de la disciplina
que han de observar, como respecto al aseo, buen com­
portamiento, etc., de los mismos. Dichos Oficiales esta­
rán, además, encargados del reparto de las prendas de
vestir, libros, enseres de escritorio y demás efectos
que necesitaren los alumnos que tengan á su cuidado,
y formularán los pedidos al efecto, remitiéndolos al
segundo Comandante.
Art. 52 Los suministros de que se trata en el
artículo precedente, serán registrados en un libro de
cuentas corrientes, especial para cada División, con el
nombre de los alumnos, la designación y el valor de los
objetos que les sean entregados. Estos libros serán
llevados por los Oficiales encargados de las respecti­
vas divisiones y sometidos cada primero del mes al
Visto Bueno del Comandante-Director.
Art. 53 Todos los objetos, como efectos, prendas
de vestir, libros, etc., que fuesen inutilizados ó perdi­
dos [por negligencia ó mala intención de parte del
alumno á quien pertenecieran, les serán cargados en
cuenta por todo su valor, y su importe será deducido
por el Oficial respectivo, para ser retenido sobre el
76 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

sueldo del alumno, correspondiente al mas próximo


haber que perciba, abonando la cantidad que corres­
ponda á la Caja del Consejo de Administración.
Art. 54 Cada Oficial-Profesor tendrá bajo sus in­
mediatas órdenes á un Contramaestre celador é ins­
tructor, que lo asistirá en la instrucción práctica y que
esté encargado de mantener la disciplina durante las
clases, los estudios y recreos.
• Art. 55 Cada Oficial-Profesor llevará un registro
destinado á contener las notas de los progresos y de la
conducta en general de los alumnos. Este registro ten­
drá que ser sometido por lo ménos una vez por semana
al Comándente-Director, y servirá también para apun­
tar los castigos de los alumnos.

TITULO V

DE. LOS PROFESORES CIVILES

Art. 56 Los Profesores civiles formarán un cuerpo


especial y distinto del personal militar de la Escuela.
Sus funciones serán de orden puramente instructivo y
las obligaciones relativas á la enseñanza de los alum­
nos son de igual naturaleza que las de los Oficiales
Profesores, según los artículos 52 y 58 de este Regla­
mento.
Ar.t. 57 Estarán bajo las órdenes inmediatas y
esclusivas del Comandante-Director en todo lo que se
DE MARINA 77

relacione al ejercicio de'sus correspondientes cátedras


y al programa de las materias que han de esplicar.
Art 58 Cuidarán de mantener la disciplina du­
rante las clases, sin que esta obligación les otorgue el
derebho de aplicar por ellos mismos castigos á los
alumnos que se hayan hecho acreedores á ello. Los
castigos serán aplicados á los delincuentes, á petición
de los Profesores, por el Comandante-Director ó por el
segundo Comandante.
Art. 59 Deberán asistir á todos los estudios que
se relacionen con las materias que forman el objeto de
su enseñanza, con el objeto de poder dar á los alumnos
todas las esplicaciones que estos les pidan.
Art. 60 Una ó mas veces por semana, según el
orden que será establecido para el servicio interior de
la Escuela, examinarán á los alumnos, ’á fin de averi­
guar sus capacidades y sus adelantos.
Art. 61 Se reunirán en conferencia con el Co­
mandante-Director todas las veces que este lo juzgue
necesario.
Art. 62 Deberán adherirse en un todo á las ob­
servaciones que les hiciere el Comandante, bajo cual­
quier punto de vista, y especialmente en cuanto se
relacione con el método de enseñanza y con los deta­
lles del programa de las materias que espliquen.
78 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

TITULO VI

DE LOS ALUMNOS DE LA ESCELA NAVAL Y DE LOS EXAM*ENES

Art. 63 La duración de los estudios en la Escuela


Naval es de dos años, denominados Io y 2° de estu­
dios: en los ocho primeros meses de cada uno de ellos
permanecerán los alumnos en tierra, dedicados á la
instrucción teórica y ejercicios, y en los últimos cuatro
meses de cada año se instruirán en la práctica de la
navegación á bordo del buque de Aplicación. Así, pues,
la instrucción completa se subdivide en diez y seis me­
ses de estudios teóricos y prácticos y ocho meses de
navegación.
Art. 64 La mas antigua de las dos promociones
establecidas por el artículo anterior tomará el nombre
de Primera División, y la otra el de Segunda División.
Art. 65 La víspera del dia señalado para el ingre­
so, los alumnos recientemente admitidos deberán pre­
senta: se en la Escuela, acompañados de algun’pariente
ó apoderado acreditado cerca del Comandante, y serán
sometidos á una inspección facultativa practicada por
el Cirujano Mayor de la Armada, ó el que este nombre
en su representación y el Cirujano de la Escuela,
quienes reconocerán su aptitud física para la carrera.
Art. 66 Todo alumno que resulte no tener las
condiciones físicas necesarias para el servicio, ya sea
en esta inspección ó mas tarde, será dado de baja.
DE MARINA 79

Art. 67 Los alumnos durante todo el tiempo de


su permanencia en la Escuela, quedan sometidos á la
disciplina militar. Todas las infracciones serán casti­
gadas con penas más ó menos severas en relación con
la importancia de la falta.
Art. 68 Los castigos, cualesquiera que ellos sean,
serán impuestos por el segundo Comandante en vista
del informe de la persona que haya constatado la falta,
y sometidos á la aprobación del Comandante. Los cas­
tigos se dispondrán de tal manera que en ningún caso
puedan afectar la dignidad que es necesario formar y
desarrollar en jóvenes que se destinan á la carrera.
Art. 69 La espulsion de un alumno, solo podrá
tener lugar por resolución del Ministerio, á propuesta
del Director de la Escuela y en vista del sumario en
que se compruebe la gravedad de la falta cometida, ó
la mala conducta incorrejible del alumno.
Art. 70 Los Oficiales de mar celadores están
repartidos en número igual entre las dos divisiones
para asegurar el buen orden durante los estudios, etc.
Art. 71 Cada año, al terminarlos ocho meses de
estudios teóricos y antes del embarque abordo del bu­
que de aplicación, los alumnos de cada División serán
examinados por una Comisión que nombrará el Minis­
terio de Guerra y Marina.
El Secretario del Comandante desempeñará las
funciones de Secretario de la Comisión.
Los Profesores militares y civiles de la Escuela
asistirán á los exámenes que se relacionen con sus res­
pectivas asignaturas, pero no tendrán voto.
80 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

Las notas dadas á los alumnos en seguida de cada


pregunta, serán aplicadas en la forma indicada en el
art. 9 relativa á los exámenes de ingreso y los térmi­
nos medios obtenidos por las notas de cada exámina-
dor relativas á una misma categoría de materias, serán
multiplicadas por los coeficientes siguientes:
Análisis y navegación ....... 5
Mecánica, teórica y práctica y construc­
ción naval ... . 4
Física y Química.......................... 4
Artillería, Torpedos é Infantería 4
Observaciones y cálculos . 5
Maniobras . . 4
Dibujo natural.............................................. 2
Literatura, Historia, Geografía é Idiomas
estrangeros. . . 3
El numero de puntos obtenidos por el alumno, que
servirá para clasificarlo por orden de mérito, será cal­
culado conforme se esplica en el art. 23, haciendo uso
de los coeficientes precedentes.

Todo alumno que hubiere obtenido de este modo


un número de puntos inferior á 250, será definitiva­
mente separado de la Escuela.
Art. 72 Independientemente de estos exámenes,
los alumnos serán sometidos, durante el curs i de sus
estudios, á interrogaciones periódicas sobre todas las
partes de la enseñanza. Estos exámenes serán hechos
por los Profesores del ramo, y el conjunto de las not.is
recojidas de cuatro en cuatro meses, servirá para cla­
sificar los alumnos entre sí por orden de mérito. Las
DE MARINA 81

clasificaciones resultantes del conjunto de estas notas


se obtendrán haciendo uso de los coeficientes determi­
nados en el art. 71.
Art. 73 Los dos alumnos de cada División que
obtengan los primeros números en la clasificación,
tendrán el título honorífico de Brigadier. Se distingui­
rán por un galón de oro colocado diagonal mente en la
manga, y podrá el Director en el régimen interno con­
cederles autoridad sobre sus compañerosx
Art. 74 Al regreso de viaje del buque de aplica­
ción, la División que haya terminado los dos años de
estudios, será definitivamente examinada sobre todos
los ramos de la navegación práctica, por una Comisión
técnica nombrada por el Ministerio de Guerra y Mari­
na, que propondrá la incorporación á la Armada de
aquellos que resulten aprobados en este últim'o exa­
men, y, al propio tiempo, la separación definitiva de
los que no sean aptos para la carrera.
Art. 75 Los alumnos de la Escuela que, según
lo dispuesto en el artículo anterior, deban incorporar­
se á la Armada, serán dados de alta en el empleo de
Sub-tenientes de Marina.

TITULO VII

DEL PLAN DE ENSEÑANZA

Art. 76 Las esplicaciones de los estudios teóri­


cos, durante la época fijada en el art. 66, tendrán lugar
82 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

los Lúnes, Mártes, Miércoles, Viérnes y Sábados de


cada semana.
Los. Domingos y Juéves quedarán reservados á
los ejercicios de Infantería y á los ejercicios prácticos
de maniobras de navegación y de Artillería, que se
efectuarán á bordo del buque de Aplicación.
Art. 77 Los estudios teóricos y prácticos durante
los ocho primeros meses de cada año, comprenden las
materias siguientes:

PRIMER CURSO (SEGUNDA DIVISION)

Análisis (Algebra superior), Cálculo diferencial é inte-


’ gral, Geometría analítica.
Mecánica (estática y dinámica).
Física.
Historia y Literatura. Idiomas: francés é in­
glés. /
Dibujo natural.
Artillería práctica; Torpedos; ejercicios de
infantería.
Uso de los instrumentos de reflexión.
Cálculo práctico de navegación por estima.
Maniobras de las embarcaciones, buques de
vela, aparejos y maniobras de buques.
Estudio práctico de las máquinas de vapor y
construcción naval.
Navegación práctica durante los cuatro últi­
mos meses, abordo del buque de aplicación.
DE MARINA 83

'SEGUNDO CURSO (PRIMERA DIVISION),

Astronomía, Navegación, Hidrografía y Geodesia.


Mecánica racional y aplicada.
Química.
Historia y Literatura. Idiomas: francés é inglés.
Derecho internacional.
Dibujo natural.
Artillería, teórica y práctica.
Torpedos; ejercicios de Infantería y Artillería;
tiro al blanco.
Uso de los instrumentos de Astronomía y de Geo­
desia; cálculos prácticos de navegación.
Maniobra de las embarcaciones; maniobra de las
velas; aparejos y maniobras de los buques y
táctica naval; estudio teórico y práctico de las
máquinas á vapor; arquitectura naval.
Navegación práctica durante los cuatro últimos
meses abordo del buque de aplicación.

Art. 78 Durante la campaña anual de navegación


abordo del buque de Aplicación, los alumnos de la pri­
mera División serán llamados por turno á mandar to­
dos los ejercicios y maniobras de mar bajo la vigilancia
del Oficial de guardia.
Art, 79 El plan de esta campaña será arreglado
cada año por el Ministerio de Marina á propuesta del
Comandante de la Escuela. -Su objeto principal será
la instrucción práctica de los alumnos, en todo lo con­
84 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

cerniente á su profesión, con la posibilidad de comple­


tarla por medio de visitas practicadas con el buque á
los principales puertos militares.,

TITULO VIII

DEL CONSEJO DE ADMINISTRACION


Art. 80 El régimen interior de la Escuela será


dirijido por un Consejo de Administración compuesto
de tres miembros que serán:

El Comandante-Director.
El segundo Comandante.
El Oficial Contador.

El Comandante-Director será Presidente del Con­


sejo y el Oficial Contador llenará las funciones de
Secretario.

Art. 81 El objeto del Consejo de Administración


será el de proveer por medio de compra directa ó lici­
tación el aprovisionamiento de víveres y de todos los
objetos en general, que sean indispensables tanto pa­
ra los alumnos, c'omo para la Escuela.

Art. 82 Las compra§ de que trata el artículo pre­


cedente, deberán ser sometidas á la aprobación del
Ministerio de Guerra y Marina antes de realizarlas.
Art. 83 Las prendas de vestir, de equipo ú otros
DE MARINA 85

objetos de abastecimiento que no estén en servicio, se


guardarán en un almacén que quedará bajo la respon­
sabilidad del Oficial Contador.
Art. 84 Las entradas y salidas de los objetos en
este almacén serán verificadas y apuntadas, en el acto
mismo de su entrada ó salida, en un registro ad-hoc,
que será cerrado mensualmente y sometido el primero
de cada mes á la firma de los miembros del Consejo de
Administración.
Art. 85 El mismo registro contendrá en una co­
lumna especial, las entradas y salidas de los valores
en metálico qué pudieran tener lugar.
Art. 86 Todos los objetos recibidos en el almacén
serán inscriptos en el registro con su valor real, y no
podrán salir mas que para ser entregados, prévia orden
del Comandante-Director, á los Oficiales Profesores
encargados de las Divisiones de la Escuela, acusando
recibo, con sus firmas en el mismo registro.

TITULO IX

DISPOSICIONES RELATIVAS AL ALOJAMIENTO Y Á LA COMIDA

Art. 87 El Comandante-Director y el segundo


Comandante tendrán alojamiento y comida en la mis­
ma Escuela.
Art. 88 Los Oficiales Profesores, el Secretario del
Comandante, el Oficial Contador, el Escribiente del
86 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

Oficial Contador, el Médico-cirujano y el Farmacéutico


disfrutarán igualmente de la comida en la Escuela en
una mesa común, pero no tendrán alojamiento.
Art. 89 La tripulación afecta á la Escuela para
el servicio interior, será alojada y mantenida en la
misma.
Art. 90 Los Profesores civiles no serán alojados
ni tendrán comida en la Escuela.

' TITULO X

DISPOSICIONES TRANSITORIAS

Art, 91 los alumnos procedentes de la antigua or­


ganización, que por no tener aún los conocimientos
suficientes para el ingreso no han podido ser admitidos
en la Escuela Naval, continuarán agregados á ella, for­
mando una Sección, llamada Escuela Preparatoria.
Art. 92 Los Profesores de la Escuela Preparato­
ria estarán igualmente sujetos á las disposiciones que
determina el Título V de este Reglamento.
Art. 93 Los alumnos de la Escuela Preparatoria
recibirán solo la [instrucción teórica á fin de que pue­
dan ponerse al corriente para presentarse al concurso
de que hace mención el art. 2° tit. 1° . Por lo tanto,
la asistencia á esta Escuela no les concederá otro de­
recho que el de presentarse al exámen de entrada en
concurrencia con los solicitantes estraiios á la Escuela.
DE MARINA 87

Art. 94 Los alumnos de la Escuela Preparatoria


que pasen de 18 años, en la fecha de la promulgación
del presente Reglamento, serán separados de la Es­
cuela al fin del primer curso completo de estudios, si
no pueden ser declarados aptos para su admisión en la
Escuela Naval, por el resultado del exámen que pres­
ten en el más inmediato concurso.
Art. 95 Los alumnos de la Escuela Preparatoria
que no sean admitidos al próximo concurso y que no
se hallen en las condiciones de edad que establece el
artículo precedente, podrán permanecer aún un año
más en la Escuela Preparatoria para presentarse á un
nuevo concurso.
Art. 96 La Escuela Preparatoria estará bajo la
autoridad inmediata del Comandante-Director y bajo
vijilancia del segundo Comandante. Uno de los Oficia­
les Profesores será especialmente designado para ejer­
cer, respecto á los alumnos que forman parte de esta
Escuela, las atribuciones enteramente análogas á las
de los Oficiales Profesores encargados de las dos Divi­
siones de la Escuela Naval.
Art. 97 Los alumnos de la Escuela Preparatoria
no tomarán parte en los ejercicios técnicos de la Es­
cuela Naval ni en la navegación anual sino únicamen­
te en los ejercicios de fusil.

TITULO. XI

DEL BUQUE DE APLICACION

Art. 98 Un buque de guerra convenientemente


dispuesto quedará afectado de un modo permanente á
88 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

la Escuela Naval para la navegación y los estudios


prácticos;, estará en tiempo ordinario fondeado en
Buenos Aires á proximidad de la Escuela, de modo que
los alumnos puedan ir abordo con cualquier tiempo.
Art. 99 Tendrá en servicio permanente la tripu­
lación que le asigne la ley de presupuesto, como bu­
que de guerra.
Art. 100 El Estado Mayor del buque de Aplica­
ción es exactamente el mismo que el de la Escuela en
tierra.
Art. 101 Además del Estado Mayor del buque el
Comandante-Director tendrá la facultad de hacer em­
barcar en el buque de Aplicación para la navegación
anual, todas las personas agregadas á la Escuela en
tierra, cuya presencia abordo pudiera ser útil para la
instrucción de los alumnos.
Art. 102 El buque de Aplicación será adminis­
trado por el Consejo de Administración déla Escuela,
exactamente como la Escuela de tierra.

TITULO XII

DE LA OFICINA CENTRAL DE HIDROGRAFIA Y DEL


OBSERVATORIO DE MARINA .

Art. 103 La Oficina Central de Hidrografía, como


el Observatorio de Marina quedan anexados á la Es­
cuela Naval, y colocados bajo la inmediata dirección
del Comandante de dicha Escuela.
DE MARINA 89

Art. 104 El personal de este establecimiento se­


rá el que fije la ley.de Presupuesto.
Art, 105 El Sub-director de la Oficina de Hidro­
grafía esplicará á requisición del Comandante-Direc­
tor, el curso de hidrografía práctica, á los alumnos de
la Escuela.
Art. 106 La Oficina de Hidrografía servirá de
almacén para la entrega á los buques de la Armada,
de planos, cronómetros, instrumentos, libros, etc.; se
deberá entonces remitirle todos los objetos de esos ra­
mos que pertenecen á la Marina y que se hallan sin
empleo.
Art. 107 El Director de la Oficina hará al Minis­
terio las propuestas para la compra en Buenos Aires ó
en el estrangero de los objetos y material necesarios
al servicio hidrográfico.
Art 108 Los Oficiales de Marina, así como los
ingenieros hidrógrafos que hayan efectuado opera­
ciones hidrográficas, podrán ser agregados á la Oficina
Hidrográfica durante el’tiempo necesario para la re­
dacción de los planos de las costas, que hubieren levan­
tado.
Art. 109 El Director de la Oficina Hidrográfica
podrá ser consultado cada vez que se trate de confiar
misiones hidrográficas á ciertos Oficiales, ya bajo el
punto de vista de la misión, ya en resguardo del núme­
ro y categoría de los instrumentos que hubiera de con­
fiársele. Deberá también llamar la atención del Minis­
terio sobre los sitios de las costas de la República cuya
hidrografía pareciese ser defectuosa á fin de que si es
90 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

posible, se pongan los medios conducentes á su recti­


ficación.
Art. 110 El Director del Observatorio de Marina
hará ó mandará hacer, bajo su dirección, observacio­
nes astronómicas regulares, así como también las que
tienen por objeto el hallar la hora.
Art. 111 El tiempo medio astronómico de Buenos
Aires será señalado todos los dias á hora fija á los bu­
ques fondeados en la rada; de modo que estos podrán
arreglar sus cronómetros sin moverlos.
Art. 112 Los cronómetros depositados en el Obser­
vatorio ó en el gabinete de hidrografía, así como los
péndulos astronómicos, serán estudiados diariamente
con la ayuda de las observaciones hechas con el anteo­
jo meridiano á fin de determinar la marcha diurna de
ellos con toda la precisión deseable.
Art. 113 Los alumnos de la Escuela Naval serán
regularmente ejercitados en el manejo de los instru­
mentos de astronomía y de hidrografía; y el Ministro
tomará las disposiciones que juzgare mas eficaces para
estimular á los Oficiales presentes en el puerto, á que
frecuenten el Observatorio.

TITULO XIII

DISPOSICIONES GENERALES

Art. 114 Además de los cursos y estudios de los


alumnos hechos en la Escuela Naval en tierra, el Co­
DE MARINA 91

mandante-Director dará una vez por semana conferen­


cias especialmente'dedicadas á los Oficiales de Mari­
na, sobre las maniobras y táctica de los buques,
cálculos y observaciones astronómicas y náuticas.
Art. 115 Todo lo que concierne en general y en
particular á la Escuela Naval, como al servicio hidro­
gráfico y al Observatorio, respecto al personal ó al
material, dependerá directa é inmediatamente del Mi­
nisterio de Marina.
Art. 116 El personal militar de la Escuela estará
considerado como embarcado en el buque de Aplicación
durante su permanencia en el Establecimiento situado
en tierra, y gozará de todas las ventajas correspon­
dientes á los Oficiales embarcados.
Art. 117 La época en que se practicarán los con­
cursos para la entrada en la Escuela Naval y la de los
exámenes de salida será fijada ulteriormente.
Art. 118 El presente Reglamento anula todos los
precedentes en esta materia.

Francisco Beuf.

Departamento de Marina.

Es copia del original.

Mariano Marcó,
Subsecretario.
DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO DE MAPINA 93

ACUERDO

Buenos Aires, Enero 15 de 1881

Considerando que es de urgente necesidad proceder á eje­


cutar los trabajos que son indispensables para verificar el
cambio de la artillería en la cañonera de guerra «Uruguay» y
hacer las composturas de este buque á fin de dar cumplimien­
to á la ley dictada por el Honorable Congreso en 9 de Octubre
de 1880, (pie manda ejercer una vigilancia permanente en las
costas del Atlántico por medio de los buques de la Escuadra
que por su construcción y condiciones marineras sean aptos
para la navegación de los mares del Sud.

El Presidente de la República en Consejo General de


Ministros—

resuelve :

Nombrar una comisión compuesta del Teniente Coronel


de la Armada D. Rafael Blanco, del Comisario General de
Marina, del Inspector de máquinas y calderas D. David
Hunter y del primer maquinista D. Guillermo Hodge, la cual
queda competentemente autorizada para proceder sin pérdida
de tiempo á hacer ejecutar en la Cañonera de Guerra «Uru­
guay» todos aquellos trabajos de carpintería que son necesa­
rios para la compostura de ese buque y cambio de artillería
en el mismo, debiendo proceder á hacer los gastos que re­
quiere el cumplimiento de esta autorización.
94 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

Se autoriza igualmente al Comandante del Parque de


Artillería, para que, á la mayor brevedad, proceda á hacer
ejecutar en los talleres de ese establecimiento todos los tra­
bajos y composturas necesarias en la máquina de la preci­
tada cañonera librándose orden de pago á favor del Cajero
del Parque por los ochocientos pesos fuertes que asigna la
ley de Presupuesto en el inciso 7 ° ítem 19
Uña vez terminados los trabajos que motivan este
acuerdo el Comisario General de Marina procederá á contra­
tar con la empresa de San Fernando, la entrada al dique de
la Cañonera «Uruguay» quedando al efecto autorizado tam­
bién para hacer los gastos que requiera la limpieza de los
fondos de ese buque; pero tanto los trabajos anteriormente
autorizados, como los comprendidos en la última parte de
este acuerdo, deberán ejecutarse bajo la inmediata inspección
de todos los miembros de la comisión nombrada.
Avísese en respuesta, comuniqúese á quienes correspon­
da é insértese por Secretaria en el libro de Acuerdos y De­
cretos.

Firmado— ROCA
« Benjamín Victorica
< A. del Viso
< S. Cortinez
« M. D. Pízarro
< Bernardo de Irigoyen
DI MARINA 95

DECRETO

Buenos Aires, Enero 18 de 1881.

CONSIDERANDO :

1 ° Que la organización y personal de la actual Coman­


dancia de Marina no responde suficientemente á los objetos
de su institución, determinados por el Decreto de 31 de Enero
de 1876.
2J-L Que la ausencia de muchos gefes y oficiales de Ma
riña en viaje de instrucción ó comisiones en Europa, asi como
el próximo aumento de buques de la armada, obsta á la de­
finitiva organización tanto de esta como de la Comandancia
General y de las diversas reparticiones que pueden mejorar
su administración y
3 ° Que entre tanto es necesario adoptar algunas medi­
das tendentes á correjir en lo posible las deficiencias que la
esperiencia ha demostrado.

Por estas consideraciones:

. El Presidente de la República—

DECRETA :

Art. Io Créase el empleo de Gefe de Estado Mayor de


la Armada, adscrito á la Comandancia General en sustitución
96 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

de los de Gefe del Detall, Secretario é Inspector General de


Marina.
Art. 2o Cesan todos los empleados sin carácter militar
que desempeñen empleos subalternos en la Comandancia Ge­
neral.
Art. 3° Todos los Gefes y Oficiales de la Armada en
actividad que no tengan empleo en los buques de guerra, que­
dan adscritos al servicio de la Comandancia General de Ma­
rina, debiendo el Comandante General proponerlos para el
servicio permanente de las diversas reparticiones.
Art. 4o El Gefe de Estado Mayor de la Armada funcio­
nará bajo las órdenes del Comandante General y tendrá á su
cargo la vigilancia del servicio en todos los buques armados,
en desarme ó en reparación, la inspección de los buques á su
arribo y partida ejerciendo las atribuciones determinadas en
los Incisos 6 y 7 del Decreto de 31 de Enero de 1876 y las de­
más funciones que están señaladas á su empleo por las orde­
nanzas generales.
Art. 5o Mensualmente deberá efectuarse por el Gefe de
Estado Mayor, una revista General á los buques de la Arma­
da surtos en el puerto de la Cipital, además de la revista de
su personal que incumbe al Comisario General de Marina, te­
niendo aquella por objeto la inspección de su estado, arma­
mento y disciplina de las tripulaciones, de cuyas revistas
pasará un informe detallado al Ministerio de Marina. Así
mismo deberá, si los juzgare conveniente para el mejor ser-
dicio, practicar por sí ó por delegados especialmente nombra­
dos al efecto, igual inspección en los buques desprendidos en
desempeño de comisiones ó surtos en otros puertos naciona­
les ó en los estrangeros.
Art. 6o Queda constituido un Consejo consultivo de ad­
ministración que bajo la presidencia del Comandante General
de Marina, lo formarán el Gefe del Estado Mayor, los Oficia­
les generales de la Armada existentes en el Puerto, el Comi­
sario General de Marina, el Inspector de máquinas y el Prác­
tico Mayor de la Armada, debiendo funcionar como Secretario
un de los Ayudantes de ¡a Comandancia. Este Consejo será
DE MARINA 97

consultado siempre que el Ministerio pida informes sobre


cualquier punto de administración ó toda vez que la Coman­
dancia deba proponer algunas reformas concernientes al ser­
vicio.
Las resoluciones deben tomarse por mayoría, teniendo el
Comandante General voto decisivo en caso de empate y pu-
diendo sus miembros salvar sus votos disidentes en el Acta
que deberá labrarse de cada sesión.
El Ministerio de Marina podrá agregar eventualmente
según la naturaleza de los casos, mas miembros al Consejo
consultivo. •
Art. 7o El Consejo Consultivo se reunirá dos veces por
semana en el local de la Comandancia General, ó cada vez que
algún asunto urgente lo requiera á juicio del Comandante
General, ó de tres de ios miembros de aquel cuerpo.
Art. 8o La inspección General que corresponde al Gefe
de Estado Mayor, es sin perjuicio de las comisiones de ins­
pección ya generales, ya especiales que puedan conferirse
directamente por el Ministerio siempre que lo juzgue nece­
sario.
Art. 9o Asígnase al Gefe de Estado Mayor el sobresuel­
do de (pft. 100) cien pesos fuertes mensuales y cincuenta
(pft. 50) para gastos.
Art. 10 Comuniqúese á quienes corresponda, publíquese
y dése al Registro Nacional, debiendo asentarse por Secreta­
ría en el Libro de Acuerdos y Decretos.

Firmado— ROCA
« Benjamín Victorica
98 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

DECRETO

Buenos Aires, Enero 20 de 1881.

Teniendo enlista que la Comisión instituida por Decreto


de 28 de Diciembre de 1878, ha elevado á este Ministerio sus
trabajos sobre el Proyecto de Ordenanzas Generales de la
Armada, el cual no se encuentra terminado, si bien está ela-
vorado en su mayor parte. Atendiendo á que leyes de tal im­
portancia y magnitud no pueden ser confiadas al estudio de
una sola persona, ni cabe al Ministerio, dadas [sus múltiples
atenciones, consagrarse suficientemente al exámen y redac­
ción de ellas.
Siendo conveniente por otra parte, que al someterlas al
Honorable Congreso vayan ¡lustradas por el estudio del mayor
número posible de personas competentes, á fin de facilitar su
sanción defininitiva, y—

CONSIDERANDO í

1° Que el estudio y redacción de leyes de esta natura­


leza puede subdividirse convenientemente, consultando el de
las diversas secciones que forman las Ordenanzas Generales
á la vez que la necesidad de su mas pronta sanción para reem­
plazar las anticuadas leyes vigentes en la materia.
2o Que las partes que se re leren á la organización y
disciplina de la Armada y Guardia Nacional de la misma,
instrucciones para sus distintos servicios, administración ci­
DE MARINA 99

vil, leyes de ascensos, retiros y pensiones, etc., pueden ser


objeto de leyes y reglamentos separados, y muy principal­
mente el Código que Comprenda las leyes de la organización
y competencia de los tribunales, y
3o Que el desenvolvimiento y la importancia que ha ad­
quirido nuestra Marina de guerra, hace mas premiosa la nece­
sidad de leyes que reglamenten todos sus servicios y se ar­
monicen con las nuevas instituciones del país.

El Presidente de la República—

decreta:

Art, Io Nómbrase una Comisión compuesta de los Doc­


tores D. Aristóbulo del Valle y D. Amancio Alcorta y del Gefe
del Estado Mayor de la Armada, Coronel D. Daniel Solier,
debiendo actuar como Secretario el Sr. D. Alberto V. López,
Director de la Revista Militar y Naval, á la cual se encarga la
revisión y complemento de los proyectos elavorados sobre
organización y competencia de los Tribunales de Marina, leyes
de procedimiento y de fondo en materia penal que formarán
el Código penal de la misma.
Art. 2o La Comisión nombrada deberá espedirse den­
tro del término de seis meses y tendrá como compensación
de sus trabajo^, lo que acuerde el Honorable Congreso; con
escepcion del Secretario que gozará el sueldo de Oficial Ma­
yor de Ministerio.
Art. 3° Nómbrase igualmente otra Comisión compues­
ta de los Doctores D. José C. Paz y D. Angel J. Carranza y
del Teniente Coronel de la Armada, D. Rafael Blanco, debien­
do funcionar como Secretario de ella el ex-Sub-Director déla
Escuela Naval D. Rafael León, á la que se encarga la revisión
y estudio de las otras partes de las ordenanzas, en las mis­
100 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

mas condicionas, en cuanto á la compensación de sus tareas,


que las establecidas en el artículo anterior.
Art. 4o Esta Comisión sin plazo perentorio, pero bajo
la recomendación de la prontitnd posible, de manera que pue­
dan la mayor parte, sino todos sus trabajos, ser sometidos al
Honorable Congreso en sus próximas sesiones legislativas,
puede proceder subdiviendo las materias principales en otros
tantos tratados seccionales ú ordenanzas, ‘ adoptando la forma
que juzgue mas conveniente y elevar al Ministerio de .Marina
el resultado de sus trabajos en el todo ó en parte, según las
ordenanzas tuviesen por objeto disposiciones de mayor ur­
gencia y cuya adopción no obste al sistema general que adop­
te, como por ejemplo, la Ordenanza sobre ascensos, Orden y
gerarquía de los grados y otras de semejante ó igual natu­
raleza.
Art, 5o Habiéndose nombrado por el Departamento do
Guerra otras Comisiones para] el estudio y complemento de
las Ordenanzas Generales del Ejército y Código Penal Militar,
quedan facultadas unas y otras para convocar á reuniones
generales á efecto de ponerse de acuerdo sobre puntos funda­
mentales y muy especialmente las dos Comisiones encarga­
das de la redacción de los Códigos Penales.
Art. 6o Las precitadas Comisiones al empezar sus tra­
bajos ó cuando concurrran^reunidas, deberán elejirel miembro
de ellas que ha de presidir sus sesiones.
Art. 7o Comuniqúese, publíquese y dése al Registro
Nacional, debiendo asentarse por Secretaría en el Libro de
Acuerdos y Decretos.

Firmado— ROCA
« Benjamín Victorica
DE MARINA 101

DECRETO

Buenos Aires, Enero 22 de 1881

CONSIDERANDO :

Que es de urgente necesidad dotar á los buques de la


Armada del número de condestables y cabos de cañón que
reunan la competencia é instrucción requerida por los adelan­
tos de la artillería moderna;

El Presidente de la República—

decreta :

Art. Io Quedi establecida una Escuela de Aprendices


Artilleros’que funcionará permanentemente abordo de uno de
los buques de la Armada, bajo la denominación de «Buque-
Escuela de Artillería» y la cual deberá sujetarse al Regla­
mento que se aprueba en esta misma fecha.
Art. 2o El personal del «Buque-Escuela de Artillería»
será el siguiente;
Un Comandante-Director.
Un 2° Comandante Gefe del Detall.
Cuatro Oficiales de la clase de Tenientes o Sub-tenientes
que tendrán á su cargo la enseñanza de las materias compren­
102 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

didas en el plan de estudios«que fija el Reglamento citado, á


mas del mando de las Brigadas en que estará dividida la Es­
cuela.
Cuatro Guardias Marinas.
Un Profesor para la enseñanza de las materias primarias.
Un Comisario Contador.
Un Farmacéutico y el personal necesario de tripulación,
que tendrá por base los marineros distinguidos que actual­
mente prestan servicios en los diversos buques de la Armada.
Art. 3° Fíjase por ahora en ochenta el número de
alumnos que formarán la «Escuela de Aprendices de Arti­
lleros».
Art. 4o El nombramiento del personal subalterno del
Buque-Escuela de Artillería será hecho por el Ministerio de
Marina á propuesta del Comandante-Director.
Art, 5o Queda autorizada la Comandancia General de
Marina para proponer al Ministerio el buque que considere en
mejores condiciones para el establecimiento de esta Escuela.
Art. 6o Comuniqúese, publíquese y dése al Registro
Nacional, debiendo darse cuenta oportunamente al Honorable
Congreso y asentándose por Secretaría en el Libro de Acuer­
dos y Decretos.

Firmado— ROCA
« Benjamín Victorica
DE MARINA 103

DECRETO

Buenos Aires, Febrero 7 de 1881

Usando de la autorización conferida al Poder Ejecutivo


por la ley de 13 de Junio de 1877 y no habiendo podido llenar
su cometido por causas notorias y del dominio público, la Co­
misión nombrada con fecha 22 de Agosto de 1868, para el
levantamiento de planos y estudios necesarios al estableci­
miento de un sistema de faros y balizas en las costas del Sud
de la República, en la Sección comprendida entre los 34 °
45’y 38° 27’ de latitud meridional, considerando por otra
parte que es de evidente necesidad, no solo el balizamiento
de algunos puertos, sino también su mejora y construcción de
muelles, principalmente en los de los rios del interior y te­
niendo en cuenta que estos estudios ejecutados parcialmente
son de resultados mas inmediatos.

El Presidente de la República—

decreta:

Art. Io Nómbrase una Comisión compuesta del Sargen­


to Mayor de la Armada, D. Enrique Howard, del Ingeniero
hidráulico D. Guillermo Home Lizar, de los ex-alumnosde la
Escuela Naval, Subtenientes D. Félix Dufourg, D. Manuel
Donell Garcia y D, José Durandy del Práctico de las costas
del Sur que indicará la Comandancia General de Marina; la
104 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

que procederá á practicar los estudios necesarios para el ba­


lizamiento del Puerto de Bahia Blanca y para todos aquellos
trabajos tendentes á su mejora, así como también para el es­
tablecimiento de faros y cualquiera otra obra que considere
conveniente, á fin de facilitar el acceso en esa parte de la costa
ú las embarcaciones de Ultramar y Cabotaje.
Art. 2o Esta Comisión funcionará bajo la dirección del
Sargénto Mayor D. Enrique Howard abordo de la Cañonera
«Bermejo», la que queda á las inmediatas órdenes del precita­
do Gefe.
Art. 3o Nómbrase igualmente otra Comisión compuesta
del Director de la Oficina Central de Hidrografía D. Rafael
Lobo, del Ingeniero D. Luis Dell’Isola, de los ex-alumnos de
la Escuela Naval, Subtenientes D. Gregorio Agu^rriberri yD.
Eugenio Leroux y del práctico de los-rios que señalará la Co­
mandancia General de Marina, á la cual se encarga el estudio
y levantamiento de planos de los puertos de Gualeguaychú,
Concepción del Uruguay y Concordia, proyectos para la cons­
trucción de muelles en dichos puertos y todos aquellos traba­
jos hidrográficos que como complemento de los anteriores y
dada su reconocida utilidad, sean necesarios para la mas fácil
navegación del Rio Uruguay.
Art. 4o La Comisión nombrada por el artículo preceden­
te, funcionará bajo la dirección del Gefe de la Oficina Central
de Hidrografía D. Rafael Lobo, abordo del vapor «Argentino»,
el cual queda bajo sus inmediatas órdenes.
Art. 5o Las dos Comisiones nombradas por los artícu­
los anteriores, agregarán á los estudios, proyectos y planos yá
los demás datos correspondientes, presupuestó del costo de
las obras, que sea necesario construir, espresando aproxima­
damente el tiempo en que estas puedan quedar terminadas y
los procedimientos que deban emplearse para su ejecución y
conservación.
Art. 6o Las Comisiones nombradas elevarán al Minis­
terio de Marina, el pedido de embarcaciones menores, instru­
mentos y demás útiles que al efecto juzgaren indispensables
para los trabajos que le están encomendados.
DE MARINA 105

Art 7o Tanto la« Comandancia General de Marina, como


la Capitanía General de Puertos y demás reparticiones de su
dependencia, prestarán á dichas Comisiones, dentro de la es­
fera de sus atribuciones, eí apoyo que necesiten para el mejor
desempeño de su cometido.
Art. 8o Los planos y cartas que se levanten se referirán
al meridiano nacional de Córdoba y cualquiera que ¿ea la es­
cala en que convenga construirlos, según las condiciones topo­
gráficas del terreno ó su estension, ambas Comisiones quedan
obligadas á acompañar una reducción de ellos según la escala
de 1.200,000 á fin de armonizar por este medio la formación
de la Carta General Hidrográfica de la República en virtud de
lo dispuesto en el artículo 13 del decreto que establece las
atribuciones y deberes de la Oficina Central de Hidrografía.
Art. 9o Comuniqúese, publíquese y dése al Registro
Nacional, debiendo asentarse. previamente por Secretaria en
el Libro de Acuerdos y Decretos.

Firmado— ROCA
Benjamín Victorica
106 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

ACUERDO

Buenol Aires, Febrero 9 de 1881

CONSIDERANDO :

• Io Que la esperiencia de largos años ha demostrado que


la compra de carbón para ol consumo de los buques de la Ar­
mada, realizada en el Puerto de la Capital con empresas par­
ticulares, que naturalmente'tienen que hacer la operación de
compra-venta obteniendo un provecho considerable, es evi­
dentemente onerosa para el Tesoro público.
2o Que la falta absoluta de depósitos para ese combus­
tible, ha hecho imposible su compra en grandes cantidades en
la época en que el costo habia sido menos dispendioso por la
abundancia de buques introductores de ese artículo.
3o Que para dar cumplimiento á la ley de 7 Octubre de
1880 que manda, ejercer una vigilancia permanente en las cos­
cas Sur del Atlántico, por medio de los buques de la Armada,
es indispensable establecer un depósito fijo y seguro en alguno
do los puertos de esa costa para proveer á las necesidades de
esos buques, cuya falta, en muchos casos ha malogrado es-
pediciones importantes, y,
4o Que conviene ensayar un nuevo sistema, comprando
directamente en los centros de producción, con el propó­
sito de obtener mayores garantías en este servicio, consultan­
do, al propio tiempo la economía en los gastos;
Por estas consideraciones:

El Presidente de la República, en Consejo GraL de Ministros —


resuelve :

Nombrar Agente del Ministerio de Marina en el Estran-


gero al Cónsul General en Francia, D. Alejandro Paz, para
DE MARINA 107

que proceda á la compra y remisión de (3000) tres mil tonela­


das de carbón de piedra de Cardiff de superior calidad, cuyo
envío se hará en la forma siguiente:
Io Remitirá directamente (1000) mil toneladas al Puerto
de Buenos Aires.
2° Otras (1000) mil toneladas al Puerto de Patagones,
las cuales deberán venir en un buque que comprará al efecto,
teniendo en cuenta que ese buque será destinado para depósi­
to de esa cantidad de carbón y para el servicio de Ponton .en
lo sucesivo en uno de los Puertos del Sur, que se determihará
por intermedio de la autoridad respectiva á la llegada del bu­
que á dicho Puerto de Patagones - y
3o Las (1000) mil toneladas restantes deberá enviarlas
el precitado Agente, en la época y al puerto que oportunamen­
te se le determine por el Ministerio de Marina.
' Asígnase al Agente nombrado D. Alejandro Paz, una co*
misión de (2 o{o) dos por ciento sobre el precio de factura, en
compensación de los servicios que se le encomiendan por este
Acuerdo.
El Agente nombrado tratará de obtener en favor del Go­
bierno, en la compra de este combustible, todos los descuen­
tos que sean de práctica y dispondrá lo necesario para el em­
barque, pago de flete y seguro, quedando competentemente
autorizado para jirar por el importe de la factura del buque,
flete, seguro y comisión, á (90) noventa dias, contra la casa que
provee de fondos al Gobierno en el Estrangero y que le será
indicada p'or el Ministerio de Hacienda, remitiendo oportuna­
mente al Ministerio de Marina los conocimientos y facturas
correspondientes á cada embarque.
A sus efectos avísese al Ministerio de Hacienda, comuni­
qúese á quienes corresponda y asiéntese por Secretaria en el
Libro de Acuerdos y Decretos.
Firmado— ROCA
Benjamín Victorica—Bernardo de
IrIGOYEN—M. D. PlZARRO—A. DEL
Viso—S. Cortinez.
108 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

DECRETO

Buenos Aires, Mayo 15 de 1881

Atentos los fundamentos espuestos por el Comisario Ge­


neral de Marina en su precedente nota

SE RESUELVE :

Nombrar una Comisión compuesta del Comisario Gene­


ral de Marina, de los Sres. Teniente Coronel D. Rafael Blan­
co, Sargento Mayor D. Martin Rivadavia, Teniente D. Guiller­
mo Nuñez, Director del Taller Mecánico D. Tomás Wood y del
Inspector de máquinas y calderas D. Guillermo Hunter, para
la confección de un Reglamento que establezca reglas-fijas
sobre el consumo de los artículos de que se proveen á los
buques de la Armada.
Avísese en respuesta y comuniqúese á quienes corres­
ponda.

Firmado— ROCA
Benjamín Victorica
DE MARINA 109

M ENSAJE

P. E. de la Nación.

Buenos Aires, Setiembre 16 de 1881.

Al Honorable Congreso de la Nación.

El Poder Ejecutivo tiene el honor de someter á la consi­


deración de V. H. el adjunto Proyecto de Ley, autorizándole
para invertir de rentas generales hasta la cantidad de ciento
veinte mil pesos fuertes, en la construcción de un buque des­
tinado á la Escuela Naval de aplicación.
Las reformas iniciadas por el nuevo plan de estudios, son
de evidente trascendencia, pues ellas tienden á mejorar, en un
plazo no muy lejano, el personal de nuestra Escuadra, dotán­
dola de una oficialidad competente que esté á la altura de la
ciencia y responda á las exigencias de los adelantos moder­
nos. Los alumnos de la Escuela, deberán en adelante hacer
los estudios teóricos en tierra y practicarlos en viajes espe­
ciales de larga navegación. *
• Las naciones que mas se han preocupado de esta institu-
dion, han reconocido la necesidad de emplear en esos viajes
de práctica, buques de una construcción tal, que reunan á la
vez, por su armadura, los elementos de estudio y de esperien-
cia, y por su disposición interior, las comodidades necesarias
para que los alumnos puedan entregarse con éxito á las tareas
propias de la carrera.
Es notorio que ninguno de los buques con que cuenta
110 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

actualmente la Armada, .tiene las condiciones indispensables


para desempeñar con resultado; aquel servicio, y puede ase­
gurarse de antemano que seria imposible conseguirlo ya cons­
truido en el país ni en las naciones de Europa.
Por lo demás, el gasto que se propone par el proyecto
adjunto, es bien insignificante con relación á los importantes
objetos que determinarían una mejora de esta naturaleza, en el
material de nuestra marina de guerra.
Cree escusado el P. E. recomendar con mayores consi­
deraciones, el pronto y favorable despacho de este asunto,
puesto que son del dominio de V. H., las razones de urgencia
que reclaman su sanción.
Dios guarde á V. H.

JULIO A. ROCA
Benjamín Victorica

PROYECTO DE LEY

El Senado y Cámara de DD., etc.

Art. 1°‘ Autorízase al P. E. para invertir de rentas ge­


nerales, hasta la cantidad de ciento veinte mil pesos fuertes
(120,000 pft.) en la construcción de. un buque destinado á la
Escuela Naval de Aplicación.
Art, 2o Comuniqúese, etc.

Firmado— Viotoríca.
DE MARINA 111

DECRETO

Departamento de Marina

Buenos Aires, Agosto 16 de 1881.

Por cuanto la esperiencia ha demostrado la urgente nece­


sidad de modificar la organización actual de la Escuela Nayal,
—y considerando que, por otra parte, es de manifiesta conve­
niencia anexar á aquel Establecimiento la Oficina Central de
Hidrografía( creando al propio tiempo, un Observatorio de
Marina, á fin de completar en mejores condiciones la instruc
cion teórica y práctica de los alumnos de la Escuela,

El Presidente de la Republica—

decreta:

Art. Io La Escuela Naval constará en adelante do un


Establecimiento para los estudios teóricos, situado en tierra
en la Capital de la República y de un Buque-Escuela de Apli­
cación.
Art. 2o El personal directivo de la Escuela Naval será
escojido esclusivamente entre los Oficiales de la Armada y
organizado del modo siguiente:
Un Comandante-Director.
Un segundo Comandante, Sargento Mayor ó Capitán.
’ Cuatro Oficiales subalternos Profesores..
112 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

En cnanto al número de Profesores civiles como al de


Oficiales Auxiliares y tripulación necesaria será el que fije la
ley de Presupuesto.
Art. 3o El Estado Mayor del buqué destinado á Escuela
de Aplicación se compondrá del mismo personal de la Escue’
la, tal como se establece por el artículo anterior.
Art. 4o El Ministerio de Marina determinare! oportuna­
mente para el servic'o de la Escuela de Aplicación el buque
que considere mas propio á este objeto. Este buque será es-
cluido de todo otro servicio que sea estraño al de la Escuela.
Art. 5o La Oficina Central de Hidrografía, cuyas atri­
buciones y deberes serán los que determina el decreto de 7 de
Junio de 1879, estará anexada á la Escuela Naval en tierra y
bajo la dirección inmediata del Comandante de la misma que
queda facultado, al mismo tiempo, paralas medidas que juz­
gue necesarias á fin de establecer un Observatorio de Marina
en el local asignado á la Escuela.
Art. 6o Comuniqúese, publíquese y dése al Registo Na­
cional.

Firmado— ROCA
« Benjamín Victorica
DE MARINA 113

DEC RETO

Departamento de Marina

Buenos Aires, Agosto 16 de 1881.

En^virtud de lo dispuesto en el Decreto espedido en esta


fecha, modificando la organización actual de la Escuela Naval,

El Presidente de la Republica,

DECRETA I

Art. 1° Nómbrase Comandante-Director de la Escuela


Naval, Director de la Oficina Central de Hidrografía y del Ob­
servatorio de Marina, al ex-Oficial de la marina francesa, D.
Francisco Beuf.
Art. 2o El Comandante-Director nombrado por el artí­
culo anterior, deberá presentar á la mayor brevedad, al Minis­
terio de Marina, los Reglamentos necesarios para el mejor
funcionamiento de los varios servicios confiados á su direc­
ción.
Art. 3o Comuniqúese, publíquese y dése al Registro Na­
cional.

Firmado— ROCA
« Benjamín Victorica
114 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

MEN SAJÉ

P. E. do la Nación.

Buenos Aires, Junio 3 de 1881.

Al Honorable Congreso de la Nación.

El P. E. tiene el honir de someter á la consideración de


V. H. el adjunto Proyecto de Ley autorizándole para contra­
tar con don Cristóbal Federico Woodgate la construcción
de diques en el terreno de su propiedad, situado en la ribera
norte del Riachuelo.
Nuestro comercio viene soportando desde su origen todas
las dificultades y los inconvenientes que sufre de la falta de
un buen puérto y de muelles de carga y descarga que faciliten
y hagan menos lentas y onerosas sus valiosas operaciones.
No se oculta á V. H. que desde hace mas de medio siglo,
las Administraciones del pais se han encontrado frente á fren­
te con un problema que mas de una vez llegó á aparecer in­
soluble. La construcción de un puerto cómodo y seguro en
Buenos Aires, fué una solución anhelada por todos, habién­
dose invertido en diversas ocasiones sumas cuantiosas. en
los estudios científicos que tendían á prepararlo.
Después de repetidas tentativas, sin resultado, se empren­
dió la canalización del Riachuelo, y en la esperanza de encon­
trar por este medio la solución que se buscaba, el P. E. ob­
tuvo de V. H. la autorización necesaria para vencer las difi­
cultades que se oponían á la realización de la obra y ayudarla
poderosamente con los recursos del Tesoro Público.
DE MARINA 115

Estos trabajos que continúan sin interrupción, dan cada


dia mayor fundamento á la esperanza que el pais tiene de ver
definitivamente resuelto el problema secular de la construc­
ción de un puerto.
Pero la obra importante en sí mismí*, exige imperiosamen­
te ser completada con otras que son correlativas, llamadas á
imprimir mayor actividad á nuestro movimiento comercial;
proporcionándole seguridad y comodidad, de que carece com­
pletamente hasta ahora: y son estos principalmente los obje­
tos del proyecto de ley que el P. E. somete á vuestra consi­
deración.
Deben construirse diques en una estension mínima de 1500
metros, con una profundidad mínima de 2 pies, que permita
la entrada de los buques de mayor calado que vienen á nues­
tro puerto, y cuyos muelles, en la misma estension, esten
provistos de sus correspondientes pescantes, galpones, rieles
y demás requisitos de un buen muelle.
La empresa concesionaria necesita emplear en la obra un
capital que no bajará de 8.000,000 pfs. próximamente, y es tal
la confianza que la paz y la situación general del pais inspira
á los capitales europeos, que no solicita ninguna garantía por
las sumas que va á invertir en la ejecución de estos tra­
bajos.
La República ha de responder debidamente á esa legítima
confianza justificando con su rápido progreso las previsiones
de los que buscan en nuestro país un empleo conveniente
para sus capitales.
Las obras que por este proyecto de ley se autorizan, com­
pletan las de un buen puerto, y á la vez que protejen y res­
guardan los intereses fiscales, ofreciendo facilidades para vi­
gilar las operaciones aduaneras, favorecen de una manera
positiva el desenvolvimiento siempre creciente de nuestro
comercio.
El de importación verá reducidos considerablemente los
gastos que hoy lo recargan y la producción nacional recibi­
rán así mismo un vigoroso impulso por las facilidades que
van á ofrecerse para la esportacion que se encuentra actual­
116 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

mente limitada á los productos de mayor valor, siendo casi


imposible por los crecidos gastos que ocasiona su embarque
la de los artículos de orden secundario que se producen con
pequeños capitales.
La prosperidad de la*República, se encuentra 'por lo tanto
interesada en dar facilidades é la exportación á fin de que los
que buscan su bienestar en la fertilidad de nuestro suelo, ten­
gan siempre un mercado para espender sus productos, ó. me­
dios igualmente fáciles para espertarlos.
Nuevos horizontes se abren así alas producciones actuales
álas que han de agregarse otras á medida que se complete
nuestro sistema de vias férreas y que el rail, el muelle y el
vapor esportador se hallen ligados sin interrupción alguna
entre sí. .
Por el proyecto de ley adjunto no se otorga á la empresa
concesionaria garantía ni privilegio alguno, ni se impone tam­
poco obligación de ningún género á los buques del comercio
que vengan á nuestro puerto.’
Con respecto á los buques de la armada, se ha obtenido el
libre uso de los diques, pero V. H. comprenderá que realiza­
dos los que se proyectan, será fácil la construcción de un di­
que, destinado eschisivamente á ese servicio.
Penetrado el P. E. de la conveniencia de estas obras que
van á modificar ventajosamente las condiciones de nuestro
comercio marítimo y de la urgencia de llevarlas á cábo, no
habría vacilado en proponer á V. H. se emprendiesen con los
recursos de la Nación, pero comprometida como se halla ésta
en otras varias obras de gran importancia que absorben su­
mas considerables y siguiendo el ejemplo de otras Naciones,
que entregan á los capitales particulares la realización de em­
presas de esta naturaleza, ha creído conveniente someter á
vuestra aprobación el adjunto proyecto de ley.
De esta manera, á la vez que se atraen capitales de consi­
deración que vienen á radicarse en el país y á cooperar á su
progreso, cree el P. E. que se observa prudentemente lo dis­
puesto en nuestro Código fundamental, al consignar el prin­
cipio de la libertad de industria.
DE MARINA 117

Uno de los artículos del. Proyecto de Ley que se acompa­


ña, deja al P. 'E. la facultad de disponer de la suma de 300,000
lib. est. si le fuere necesario, entregando en pago títulos del
Riachuelo , al tipo del 85 o¡o, con el 6 ojo de interés y 1 ojo
de amortización.
Esta cláusula, puramente preventiva, no importa sino una
obligación para la empresa. Al aceptarla, es en previsión de
que el P. E. ha de proponerse la inmediata espropiacion de las
obras de canalización, que h^in sido confiadas al Gobierno de
la Provincia de Buenos Aires, pues han cesado las causas que
obligaron al Gobierno de la República á dejarlas bajo la direc­
ción inmediata del de aquella Provincia, y la Nación cuenta
hoy con los medios necesarios para imprimirle un vigoroso
impulso, hasta completar su terminación definitiva.
El P. E. espera que en vista de las consideraciones es-
puestas, y de otras de alto interés público que no se ocultarán
á V. H., se ha de servir prestar su sanción, al adjunto pro­
yecto de ley.
Dios guarde á V. H.

JULIO A. ROCA.
Benjamín Victorica.

PROYECTO DE LEY

Buenos Aires, Junio 3 de 1881.

El Senado y Cámara de Diputados, etc.

Art. Io Autorízase al P. E, para contratar con D. Cris­


tóbal T, Woodgate la construcción de diques en el terreno de
118 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

su propiedad, situado en la ribera Norte del Puerto del Ria­


chuelo, bajo las bases espresadas en los artículos siguientes:
Art. 2o Los diques tendrán una longitud mínima de mil
quinientos metros lineales de muelles, una profundidad míni­
ma de 21 piés y serán provistos de sus correspondientes pes­
cantes, galpones, rieles y demás requisitos de un buen dique,
siendo entendido que cualquiera que fuere la estension máxi­
ma que seles dé no podrán salir del perímetro que limita el
muro de avance sobre el rio de la Plata, que se concede por
el art. 4 °.
Art. 3 Para facilitar el trasporte de pasagerós y mer­
cancías el concesionario queda obligado á hacer los empalmes
convenientes entre los rieles al lado de los diques y los del
ferro-carril de la Boca y tramway, verificando al efecto los
arreglos necesarios con las respectivas empresas.
Art. 4 ° El concesionario se obliga igualmente á cons­
truir á su costa el muro de dos mil metros mas ó menos in­
dicado en el plano* presentado y entregarlo al Gobierno con las
40 varas (34 metros 74 centímetros) que le corresponden de­
bidamente terraplenados.
Podrá internar el muro cincuenta varas (43 metros 30 cen­
tímetros) hacia el rio y en tal caso dejará una ribera de noventa
varas (77 metros 94 centímetros) de ancho por dos mil mas ó
ménos de largo. En uno y otro caso se le concede le propie­
dad del resto del terreno ganado al rio.
Art. 5 ° Serán libres á sú introducción el cimento, má­
quinas y demás artículos necesarios para la construcción del
muro y de los diques. La cantidad, clase, pesos, etc. de los
materiales cuya libre introducción se autoriza, deberá especi­
ficarse en los planos y presupuestos de las obras.
Art. 6o El Gobierno terminará y conservará el canal de
entrada con un ancho de cien metros en el fondo, con esclu-
sion de los taludes correspondientes y una profundidad de 20
piés ingleses en aguas bajas ordinarias hasta la entrada de
los diques.
Art. 7o Si por alguna causa el Gobierno no terminára ó
conservase el canal en las condiciones del art. 6o, autorizará
DE MARINA 119

¿i la empresa para hacerlo y para reembolsarse de los gastos


con los derechos del canal que los buques que entren á los di­
ques deben pagar al Gobierno ó abonará al concecionario el
7 op sobre el capital que invierta en la terminación ó conser­
vación del canal mientras no se le reembolse de la suma in­
venida. Es entendido que esta autorización solo será obliga­
toria para el Gobierno una vez conclu idas las obras de los
diques.
Art. 8o El Gobierno conservará una tarifa uniforme pa­
ra el canal de entrada.
Art. 9° El concesionario podrá organizar una Sociedad
Anónima dentro ó fuera del país, pero su domicilio estará en
Buenos Aires. Los libros deberán ser llevados en idioma es­
pañol, así como todos sus reglamentos, estados, cuentas, etc.
etc. Las medidas que se usen serán del sistema métrico y las
tarifas que se establezcan en moneda de curso legal.
Art. 10 La Empresa no pagará Contribución Directa ni
impuestos municipales, mientras el producido de las obras no
esceda del 12 ojo.
Art. 11 Si ocurriese alguna duda sobre la interpretación
ó ejecución del contrato autorizado por la presente ley, será
resuelta por una Comisión de tres árbitros nombrado uno por
cada una de las partes contratantes, y el tercero por los mis­
mos, quienes resolverán por mayoría de votos.
Art. 12 La Empresa dará principio á las obras dentro de
un año de sancionada esta ley, y las terminará en cuatro años,
siendo entendido que el canal estará también concluido dentro
de este plazo.
Art. 13 La Empresa se obliga además:
Io A dar estricto cumplimiento á lo que disponen
las leyes de reglamento vigente de policía marítima y las que
en adelante se dicten, como así mismo á las leyes y ordenan­
zas vigentes de Aduana ó que en adelante se dictaren.
2o A que los bu pes de guerra y de propiedad del
Estado, puedan entrar á los diques y atracar á los muelles
siempre que fuere necesario para objetos de servicio público
120 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

por tiempo limitado y sin materiales esplosivos, debiendo te­


ner preferencia para efectuarlo, sin abonar retribución alguna.
Art. 14 El Gobierno tendrá derecho á intervenir en las
tarifas cuando el.producto de la Empresa exceda del 12 o¡o.
Art. 15 El Gobierno tendrá derecho de expropiar las
obras después de cuarenta años y el monto á pagar, ó sea el
capital que se reconozca para la expropiación, se determina­
rá tomando una suma que importe el 7 O[O de una renta igual
al producto lí [indo, medio anual de la explotación de los últi­
mos cinco años, agregando un 20 ojo.
La expropiación podrá hacerse también inmediatamente
después de concluidas las obras por el capital empleado y un
2 op mas de beneficio.
Art. 16 Dentro de un mes de sancionada esta ley, el Go­
bierno podrá exijir que la Empresa entregue á sus agentes en
Londres dentro del plazo de cuatro meses, la cantidad de
trescientas mil libras, recibiendo en cambio al precio de 85 O{O
obligaciones del Puerto del Riachuelo, que gozarán de un in­
terés anual de 6 op y de una amortización acumulativa de
1 op, servida á fines de Junio y Diciembre en Londres, efec­
tuándose la amortización por sorteo y á la par.
Art 17 Comuniqúese, etc.

Benjamín Victorica.
DE MARINA 121

M EN SAGE

Poder Ejecutivo de la Nación.

Buenos Aires, Octubre 16 de 1881.

Al Honorable Congreso de la Nación.

La compañía del forro-carril de Buenos Aires y la Ensena­


da, se ha presentado al Poder Ejecutivo proponiendo habilitar
el puerto de la Ensenada para las operaciones del comercio
marítimo, tomando á su cargo la construcción de las obras
necesarias, que avalúa en 100,000 libras esterlinas, con tal que
el Gobierno contribuya por su parte con la apertura y conser­
vación de un canal de comunicicion con el canal exterior de
nuestra rada.
Los peticionarios asociaban á sus estudios y cálculos los
nombres de personas tenidas pór competentes, dan lo la se­
guridad de tener reunido éntrelos accionistas el capital nece­
sario para realizar esas obras, y acompañaban las bases de
un proyecto de contrato para su ejecución.
Considerando el Poder Ejecutivo de verdadero interés la
habilitación de aquel puerto, sometió esas proposiciones al
Departamento de Ingenieros Civiles de la Nación.
El Departamento propuso algunas modificaciones, formu­
lando un nuevo proyecto de contrato que, propuesto á los in­
teresados, fué aceptado por ellos, según comunicación reci­
bida de Londres.
122 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

No estando autorizado el Poder Ejecutivo pira resolver


en este asunto, ha creído deberlo someter á la deliberación
del Honorable Congreso.
Es en esta virtud que tiene el honor de dirigirse á V. H.
remitiéndole el espediente formado por las propuestas é in­
formes producidos, constando en él todo lo que queda expues­
to y el cálculo hecho por el Departamento del costo de las
obras que serían ¿i cargo del Gobierno en este caso.
V. H., en presencia de esos documentos y de la importan­
cia de la obra propuesta, se servirá resolver según lo consi­
dere conveniente.
Dios guarde, etc.

JULIO A. ROCA.
Benjamín Victorica.
DE MARINA 123

M E N SAGE

Poder Ejecutivo de la Nación.

Buenos Aires, Setiembre 16 de 1881.

Al Honorable Congreso de la Nación,

El Poder Ejecutivo tiene el honor de someter á la conside­


ración de V. H. las dos propuestas que le han sido presenta­
das, con sus planos respectivos, por los señores Isidoro Ne-
yer y Ca., con el objeto de abrir un cmal que una el brazo
del Paraná, denominado de «Las Palmas», con el Rio Lujan
y que, aproximando en lo posible la derrota entre los puertos
de la capital y los de las provincias, acorte las distancias y
suprima los inconvenientes que presenta la irregularidad del
curso de nuestro gran rio.
Sin exagerar la importancia de la obra que se proyecta, ni
abrir juicio tampoco sobre el mérito de cada una de las pro­
puestas presentadas, el Poder Ejecutivo cree, sin embargo,
que debe llamarla atención de V. H. sobre las conveniencias
que ofrece su realización; tanto para la facilidad de la nave­
gación interior de la República y desenvolvimiento de su co -
mercio, cuanto para la comodidad de los buques de nuestra
marina de guerra y consiguiente aumento de los medios de
acción defensiva de la Nación.
Dios guarde á V. H.
JULIO A. ROCA.
Benjamín Victorica,
124 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

M E N SAGE

Poder Ejecutivo de la Nación.

Buenos Aires, Ago sto 9 de 1881.

Al Honorable Congreso de la Nación.

El Poder Ejecutivo tiene el honor de someter á la conside­


ración de V. H. el adjunto proyecto de Código Sanitario para
la República, cuya sanción os recomienda.
El considerable desenvolvimiento de las relaciones comer­
ciales entre las Naciones, debido á la rapidez de los medios do
comunicación, si bien acrecienta la riqueza de los países, á la
vez que les proporciona otras ventajas, ha hecho también mas
frecuentes las invasiones de epidemias, verdaderos flajelos
que, al diezmar las poblaciones ocasionando perturbaciones
de todo género, arruinan las fuentes productoras de la rique­
za y al mismo comercio.
De ahí el mayor interés con que de algunos anos acá los
Gobiernos se ocupan de las cuestiones sanitarias; no sola­
mente de las que se relacionan con h higiene internacional,
sino también con las que se refieren á la higiene pública inter­
na, tan íntimamente en conexión con aquella.
Los Estados Unidos, que no habían prestado atención á
estas cuestiones, de poco tiempo á esta parte les han dedicado
una tan especial, que como todo lo que ejecuta ese gran pue­
blo, sus medidas sanitarias son en el dia la admiración de la
Europa científica, desde que el Congreso dictó las leyes de 3
de Marzo y 3 de Junio de 1879, y en virtud de las que, la Ofi-
DE MARINA 125

ciña de Sanidad de los Estados-Unidos (National Board of


Health) creada por la primera, adoptó una série de disposi­
ciones que han cambiado completamente la legislación y la
jurisprudencia sobre la materia en los Estados de la Union.
Nosotros carecemos de todo á este respecto, pues aún la
higiene internacional depende de reglamentos deficientes é
instables. Con la federalizacion de Buenos Aires, que estaba
rejida por algunas leyes sanitarias deficientes también, se
hace sentir mas inmediata la necesidad de que el Honorable
Congreso se ocupe de dictar las qu$ le son indispensables, y
que se hallan condensadas en el proyecto de Código.
El Poder Ejecutivo, aprovechando esta ocasión, cree llega­
do el caso y que es de la mas alta conveniencia dictar una ley
general para la República, cuyas disposiciones protectoras
abrazen la higiene internacional y la interna. Esta ley esta­
blecerá los principios dejando su aplicación en la Capital al
Poder Federal y en las Provincias á ellas mismas.
La facultad del Congreso para legislar en la materia en los
puertos y territorios federalizados, es incuestionable. En con­
cepto del Poder Ejecutivo la tiene así mismo para dictar la
ley, con las limitaciones que el proyecto establece, estensiva á
toda la Nación.
Si bien la Constitución no dá facultades esplícitas al Con­
greso para establecer reglamentos sanitarios, le atribuye, ade­
más de otras facultades que se relacionan con la higiene en
general, la de reglamentar el comercio extranjero así como
el del interior de la República. Estas facultades implican la
de hacer todo aquello que se relaciona materialmente con el
comercio exterior é interior.
Las epidemias destruyen el comercio y es lójico entonces
que su prevención se confie al brazo fuerte da la Nación, que
tiene los medios de hacerse obedecer y bastantes recursos
para conjurarlas. Las epidemias pueden venir del exterior
como desarrollarse dentro de nuestras fronteras. En tales ca­
sos se conciben los trastornos que traería á la vida política,
administrativa, comercial y hasta social, si caprichosamente
pudieran decretarse cuarentenas ó interdicciones en cada ciu­
126 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

dad ó en cada encrucijada, por las autoridades locales. El


ejercicio de los po lores concedidos por la Constitución al Go­
bierno Nacional, y el que hs constituciones de provincias con­
ceden a sus gobiernos, se harían imposibles ó cuando ménos
se dificultarían mucho en esos casos. Entonces el Congreso
puede oponerse á que tal estremidal llegue, estableciendo
ciertas disposiciones sanitarias que eviten aquello. (Art. 67
inc. 28 de la Constitución.)
Estos principios, como se ha dicho, constituyen al presen­
te la jurisprudencia de los Estados-Unidos y es en virtud de
ellos que el Depar .'amento de Sanidad de Washington ha cen­
tralizado los servicios sanitarios de los Estados-Unidos y
ejerce la vigilancia de las juntas de Sanidad de los Estados,
alcanzando sus facultades hasta las de anular con la aproba­
ción del Presidente de los Estados-Unidos las medidas inade­
cuadas que se tomen por los Estados, al propio tiempo que
tiene también el poder de promulgar sus reglamentos, los que
deben ser ejecutados por los poderes locales.
Este alcance se hadado en lagran República álas facultades
del Congreso, emanadas simplemente de la que tiene p^ra re­
glamentar el comercio con las naciones extranjeras.
¿Porqué no lo tendrá entre nosotros, cuando en la Consti­
tución encontramos que le defiere otras en conexión con la
materia de que se trata?
Ya el Gobierno de la Nación por el órgano del Ministerio del
Interior había, en 1874, espuesto al Congreso ideas semejan­
tes, con motivo de medidas adoptadas por las provincias en
ocasión de la aparición del cólera.
«La nueva aparición de aquella epidemia, aunque tan
benigna esta vez,—decía en su Memoria el Ministro del Inte-
terior—ha venido á manifestar nuevamente la necesidad de
una ley nacional, que evite las medidas que abusivamente se
creen facultadas para adoptar en tales casos algunas autori­
dades de Provincia, como cerrar las puertas al comercio, de­
cretar la incomunicación entre diversas Provincias y otras se­
mejantes.
«El Gobierno cree que es indudable Ja facultad de la auto­
DE MARINA 127

ridad nacional para dictar una disposición como aquella en


todo cuanto concierna á los objetos de que está encargada.
Una epidemia es un accidente como cualquier otro, que no
puede producir el efecto de paralizar el servicio público de la
Nación, á voluntad, no solo de las Provincias, sino de sus au­
toridades por subalternas que sean, y derogar la Constitu­
ción transfiriendo á las autoridades provinciales los poderes
conferidos á las nacionales; y esto sin tener en cuenta los de-
beres que la Reí ijion y la Patria imponen á los miembros de
una misma familia en las calamidades públicas.
«Además, aun para impedir la estension ó progreso del
mal y/obtener que sean eficaces las medidas sanitarias, es
menester que ellas sean uniformes y se empleen cuantiosos
recursos en su conservación, no pudiendo conseguirse lo pri­
mero sino en virtud de disposiciones nacionales y lo segundo
solamente por muy pocas provincias, atento el estado de las
rentas de la mayor parte de ellas.»
Precaverse de tales males por el sistema cuarentenario,
no es todo lo que conviene y debe hacerse, ni tampoco lo me­
jor para salvaguardar la salud. Es menester antes de eso
evitar, por una serie de medidas, que aquellas calamidades y
aún las afecciones que no revistan ese carácter, se desarro­
llen en nuestras poblaciones y que después de dañarnos es-
tiendan su influencia álos otros p’ueblos. Para obtener estos
resultados, es indispensable que la ley se ocupe de todas las
causas susceptibles de engendrar y favorecer el desarrollo de
las enfermedades. Por un encadenamiento lógico, estas cau­
sas se generan unas á otras, son solidarias, y no es posible
tratar la cuestión de unas con prescindencia de las otras.
La ley que las estudie con los fines indicados, basada en
la higiene general, debe ocuparse de todo lo que rodea al
hombre y que puede por sus relaciones con él afectar á la sa­
lud. Y como no bastaría colocarlo en un medio favorable
con el propósito de mantenerlo sano, sino que también es ne­
cesario considerarlo en el estado enfermo, se deduce así mis­
mo la necesidad de acordarle ciertas garantías que lo protejan
contra la ignorancia y la esplotacion, tales como la reglamen-
128 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

tacion délas profesiones que tienen por objeto la curación da


las enfermedades, la preparación y\enta de los agentes em.-
pleados con ese objeto.
El proyecto de ley, por otra parte, en este punto, no sale
de los límites constitucionales y el Congreso puele sancio­
narlo en uso de otras facultades que también esplícitamente
tiene y que concordadas se relacionan con la primera de las
necesidades de los inlividuos, cuya colectividad constituye la
Nación: la de vivir sanos.
Al establecer la Constitución que todos los habitantes de
la Nación pueden ejercer libremente su profesión con arreglo
á las leyes reglamentarias que dicte el Congreso, que este
mismo deba proveer lo conducente ¿i la prosperidad del país,
al adelanto y bienestar de todas las provincias...... por leyes
protectoras de estos fines, le ha conferido facultad para salva­
guardar al pueblo de la Rep iblicx de los males que trae una
mala higiene y del abuso de los preten lidos sacerdotes de la
salud. El tutelaje necesario que el mismo pueblo ha confia­
do á los g )biernos no pueden dispensarse estos de acordár­
selo amplio en lo que respecta á la salud.
Un ckligo Sanitario es la ley de las leyes protectoras que
según la Constitución puede dictar el Congreso. Además, es
una ley que lleva el sello de la virtud-mas esclarecida, la cari­
dad. Los pueblos la recibirán con favor.
Somos un pueblo destinado á vivir por los siglos de los
siglos, y es menester que consideremos también las ventajas
que bajo este aspecto ofrece el proyecto. Una Nación que se
educa y vive al amparo de condiciones di una buena higiene,
no solamente alcanzará en el presente su bienestar, desenvol­
viendo con el vigor que le dá la salud sus fuentes de riqueza,
sino que, afianzando los risgosde fortaleza de su raza, abre
mas grandiosos horizontes á sus destinos.
La historia y la geografía nos ensenan que la grandeza de
los pueblos depende del vigor de la raza.
Allí donde ésta ha degenerado, aquellos decayeron, por­
que el nivel moral é inteleetu il del hombre est i en razón di­
recta de su buena organización física.
DE MARINA 129

La ley cuya sanción se solicita está destinada á consoli­


dar el vigor físico del pueblo argentino, por la remoción de
las causas que debilitan y enervan todo organismo.
En cuanto al mérito del proyecto el Poder Ejecutivo pien­
sa que no contiene sino los principios que la ciencia reconoce
y que han adoptado los países mas adelantados de Europa y
América, coleccionados en la forma presentada por personas
competentes.
El Poder Ejecutivo se ha estendido mas de lo común en
este Mensaje, por la importancia y novedad del asunto. Ter­
minará repitiendo que, si bien por esta ley la Nación establece
los principios en la materia, lo hace sin alterar en nada las ju­
risdicciones locales, pues por el mismo proyecto se dispone
que la aplicación corresponde á la autoridad de las Provin­
cias.
Como para la sanción de una ley de esta naturaleza y es­
tension, á la que han precedido los estudios científicos que
ella requiere, podría V. H. ere jr innecesaria su discucion en
detalle, el Poder Ejecutivo os propone su aprobación en la
forma del Proyecto de Ley que acompaña.
Dios guarde á V. H.
JULIO A. ROCA.
Benjamín victorica.

El Senado y Cámara de Diputados.

Art. Io Desde el Io de Enero de 1882, se observará


como ley de la República Argentina, el siguiente Código Sa­
nitario.
Art 2o Comuniqúese, etc.
Benjamín Victorica.
130 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

DECRETO

Departamento de Marina.

Buenos Aires, Octubre 14 de 1880.

Hallándose vacante la Sub-Secretaría de Marina, por ha­


ber pasado el doctor don Olegario Ojeda, que la desempeña­
ba,- á ocupar la Dirección General de Correos ’y Telégrafos—

El Presidente de la Republica,

decreta:

Art. 1 ° Promuévese al puesto de Sub-Secretario del


Ministerio de Marina, al actual Oficial Mayor del mismo, doc­
tor don Mariano Marcó.
Art. 2 o Comuníquese/publíquese é insértese en el Re­
gistro Nacional.

ROCA
Benjamín Victorica.
DE MARINA. , 131

DECRETO

Departamento de Marina

Buenos Aires, Octubre 14 de 1880.

Hallándose vacante expuesto de'Oficial Mayor del Ministe­


rio de Marina, por haber sido promovido al de Sub-Secretario,
el doctor don Mariano Marcó, que lo desempeñaba—

El Presidente de la Republica,

decreta:

Art. 1 ° Nómbrase Oficial Mayor del Ministerio de Ma­


rina, al actual Oficial 1 ° del mismo, doctor don Enrique Sán­
chez.
Art. 2 ° Nómbrase Oficial 1 °, al Oficial 2 °, don Benito
Goyena.
Art. 3o Nómbrase Oficial-2o, al Escribiente 1 °, don
Eugenio Duchesnois.
Art. 4o Nómbrase Escribiente 1 ° , al Escribiente 2°,
don Amadeo Acevedo, y para reemplazar á este último á don
Pedro Larrosa.
Art. 5 o Comuniqúese, publíquese é insértese en el Re-
gistro^Nacional.

ROCA
Benjamín Victorica.
132 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

DECRETO

Departamento de Marina.

Buenos Aires, Noviembre 5 de 1880

Usando de la autorización conferida al Poder Ejecutivo


por la ley de Presupuesto vigente, y siendo necesario organi­
zar el Taller de confección de vestuarios para las tripulacio­
nes de los buques de la Armada, en razón de haberse recibido
en Comisaría las telas encargadas á Europa, á este objeto —

El Presidente de la República,

decreta:

Art. 1 ° Nómbrase Gefe del Taller de vestuario, á don


Juan B. Gazzolo, con ochenta y cinco pesos fuertes mensua­
les.
Ayudante Io, á don Juan A. Corrales, con sesenta y
cinco pesos fuertes mensuales.
Ayudante 2o, á don Antonio Lancino, con cincuenta pe­
sos fuertes mensuales.
Escribiente, á don Ramón Bares, con cuarenta pesos
fuertes mensuales.
Escribiente, á don Cárlos Fruller, con cuarenta pesos
fuertes y un Ordenanza con veinte y cinco pesos fuertes
mensuales.
DE MARINA 133

Art. 2 o El Comí ario General de Marina, observará el


mismo procedimiento en la distribución y pago de las cos­
turas que la Comisaría General de Guerra.
Art. 3 ° Comuniqúese, publíquese á insértese en el Re­
gistro Nacional.

ROCA
Benjamín Victorica.
134 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

DECRETO

Departamento de Marina.

Buenos Aires, Noviembre 5 de 1880.

Usando de la autorización conferida al Poder Ejecutivo


por la ley del Presupuesto vigente, y siendo necesario crear
una base parala organización de las fuerzas marítimas de la
Nación;'

El Presidente de la Republica,

DECRETA:

Art. 1 ° Por el procedimiento establecido en la ley de


reclutamiento, se formará en la Concepciondel Uruguay (Pro­
vincia de Entre-Rios,) un Batallón de Infantería de Marina,
compuesto de trescientas treinta plazas.
Art. 2 ° Como base del nuevo Cuerpo, se tomarán aque­
llos soldados dél Batallón Guardia Provincial de Entre-Rios,
que se encuentren en las condiciones prescriptas por la ley de
la materia*
Art. 3 o Encárgase déla ejecución de este decreto, al
Coronel don Cárlos Blanco.
Art- 4 o Comuniqúese á quienes corresponda, publíque-
se y dése al Registro Nacional.

ROCA
Benjamín Víctorioa.
DE MARINA 135

DECRETO

Departamento de Marina.

Buenos Aires, Diciembre 29 de 1880.

Art 1 ° El pago de haberes á las tripulaciones de los bu­


ques de la Escuadra, se hará por medio de Oficiales Habilita­
dos elejidos en cada buque, conforme á lo proscripto en el
tratado 6 ° título IV de la Ordenanzas Generales de la Ar­
mada.
Art. 2 o Los Oficiales Habilitados así elejidos y autori­
zados, recibirán de Contaduría General Iqs ajustes correspon­
diente al buque, y de la Tesorería General el importe de ellos
para efectuar su pago, tomando razón de cada entrega el Co­
misario General de Marina.
Art. 3o El pago se hará en tabla y mano propia, confor­
me á las prescripciones vigentes, certificándose en la forma
que está establecida, rindiéndose cuenta inmediatamente á la
Contaduría según corresponde, y devolviendo simultáneamen­
te en Tesorería los sobrantes que resulten en cada pago.
Art. 4o Terminado un pago, el Oficial Habilitado, al
mismo tiempo que rinda cuenta de él, deberá entregar en la
Comisaría General de Marina un resúmen de la operación,
con una relación nominal de los Oficiales é individuos de la tri­
pulación no abonados por ausencia, deserción ó muerte y cu­
yos haberes devuelva, espresando en esa relación la cantidad
devuelta por cada uno, y el mes y ano á que corresponda.
Art. 5o El Habilitado se ceñirá estrictamente en el pa­
go de su buque, á los ajustes de la Contaduría y planillas de
136 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

cargo que reciba sin poder hacer alteración alguna, debiendo


hacer tomar razón previamente délos cargos en el Detall del
buque y dejar luego copia allí de la relación de devolución.
Art. 6° Si ocurriese alguna reclaftiacion por error en
los ajustes, los interesados deberán iniciarla en el Detall del
buque, y con los informes y antecedentes del caso, el Gefe la
elevará á la Comisaría General de Marina en la forma que se
determina en el artículo 11.
Art. 7o El Oficial Habilitado deberá llevar un libro en
que se asienten las cantidades que reciba, las fechas, las su­
mas que invierta en el pago y los sobrantes que resulten y de ■
vuelva.
Este libro deberá ser balanceado en cada pago con la
intervención del 2 ° Comandante y del Gefe del buque.
El Oficial Habilitado, al regresar abordo, deberá entregar
en el Detall el recibo de la Contaduría, comprobando la entre­
ga en Tesorería de los sobrantes del pago, cuyo recibo se ar­
chivará en el Detall, dándose de ello una constancia al Habili­
tado con el visto bueno del Comandante del buque.
Art. 8° El ajuste y abono de las tripulaciones de los
buques de la Armada se hará cada mes, y el habilitado no po­
drá diferir su pago una vez recibidas las cantidades para ello,
de lo cual dará inmediatamente cuenta al Gefe del buque, quien
fijará dia y dictará las disposiciones del caso, haciendo aquel
el pago en la forma establecida y entregando al segundo lo que
corresponde al buque, por asignación de banda, gastos meno­
res y do etiqueta,
Art. 9° El Oficial Habilitado, así como el Gefe y Oficia­
les del buque, estarán sujetos á las responsabilidades que
establece el Art. 62 del título y tratado citados de las Ordenan­
zas Generales de la Armada.
Art. 10 En el caso de que el buque que hubiere de ser
pagado, estuviese fuera del puerto, en los rios interiores, en
los mares del Sud ó en puertos estrangeros, el Oficial tendrá
que efectuar su abono en numerario, según se le entregue por
Tesorería, ó en la moneda del Banco Nacional de curso legal
en toda la República, siéndole absolutamente prohibido cam­
DE MARINA 137

biar el oro ó pagar en ninguna otra moneda de las^ que quedan


espuestas.
Art. 11 El pago 3e haberes se hará únicamente en la for­
ma que por este Decreto se establece, y solo en el caso de omi­
sión ó error en los ajustes ó ausencia del buque al tiempo del
pago, los interesados podrán interponer recurso para su cobro.
Estos recursos se iniciarán en el Detall de los buques, y el
Gefe, con los antecedentes respectivos, los elevará á la Co­
mandancia General de Marina.
La Contaduría, certificando sobre los servicios del recla­
mante, los pasará de Oficio á la Comisaría General de Marina,
quien verificará esos antecedentes con presencia de la planilla
de devoluciones y los remitirá á l a Contaduría General.
La Contaduría, sin mas trámites, practicará la liquidación
respectiva, si no hubiere que observar, agregando su importe
al ajuste del mes siguiente, siempre que el reclamante perma­
neciera en servicio en el mi&mo buque, y, en caso contrario,
elevará la liquidación al Ministerio de Marina para decretar su
pago por separado.
Art. 12 Los Oficiales Habilitados de la Armada, gozarán
el sueldo de su clase militar y un sobresueldo de cincuenta pe­
sos fuertes (50 pft.) durante el ejercicio de su comisión.
Art. 13 Comuniqúese, publíquese y dése al Registro Na­
cional.

ROCA
Benjamín Victorica.
138 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

DECRETO

Departamento de Marina.

Buenos Aires, Diciembre 30 de 1880.

Estando refundida por decreto de 27 de Febrero de este


ano, la Junta de Sanidad en la Provisoria de Higiene, estable­
cida en 7 do Noviembre de 1879 y habiendo creado el Hono­
rable Congreso en el inciso 13 del Presupuesto de Marina,ba­
jo la base de aquella, un Departamento Nacional de Higiene,
cuya organización y atribuciones es necesario determinar;
debiendo por otra parte el Gobierno de ’a Nación proveer á
necesidades de la Administración que se derivan de haberse
designado á la Ciudad de Buenos Aires como Capital de la
República y no ejerciendo jurisdicción sobre el Consejo de
Higiene de la Provincia, que desempeñaba funciones impor­
tantes en el Municipio—

El Presidente de la Republica; en Consejo General de Mi­


nistros,

decreta:

Art. Io El Departamento Nacional de Higiene queda


compuesto de un Presidente, y como Vocales titulares ó acti­
vos de cuatro profesores en Medicina encargados del servicio
sanitario d^l Puerto.
DE MARINA 139

Art. 2 ° Son miembros honorarios del Departamento de


Higiene Nacional, con voz y voto en sus deliberaciones: el
Inspector y Comandante General de Armas, el Comandante
General de Marina, el Decano de la Facultad de Medicina, los
Presidentes del Departamento de Ingeniería y de las Aguas
Corrientes, el Capitán de Puertos, los Cirujanos Mayores del
Ejército y de la Armada, los Profesores de Higiene y de Quí­
mica del Colegio Nacional de Buenos Aires, el Inspector de
drogas de la Aduana de la Capital, el Administrador General
de Vacuna y uno de los Médicos de Policía, nombrado á pro­
puesta del Departamento.
Art. 3 o El Departamento Nacional de Higiene tendrá
además un Secretario, cuatro Guardias Sanitarios, un Escri­
bana Auxiliar y un Ordenanza, de acuerdo á lo que establece
la ley General de Presupuesto.
Art. 4° El Departamento Nacional de Higiene ten’drá
á su cargo todo cuanto se relacione con la salud en las diver­
sas reparticiones de la Administración Nacional; por consi­
guiente sus atribuciones y deberes son:—Io Proponer la
organización y reglamentación del Cuerpo Médico del Ejérci­
to y de la Armada, ó las reformas que crea necesarias en las
disposiciones vigentes—2° Proyectar las medidas sanitarias,
para los puertos, ó las modificaciones Que sea necesario intro­
ducir en las existentes—3 ° Someter á la aprobación del Go­
bierno medidas de carácter permanente ó transitorias que
tengan relación con el mantenimiento de la Higiene en el Ejér­
cito, la Armada, las reparticiones todas de la Administración
y en los edificios Nacionales—4 ^Tener bajo su dirección y
superintendencia, todos los servicios de carácter médico ó
sanitario de la Administración y proveer á su mantenimiento
ó reforma—5 o Informar á las Autoridades Nacionales en ca­
sos de consulta, y en carácter de perito obligado á los jueces
en los médico-legales—6 ° Vigilar el ejercicio legal de la me­
dicina, de la farmacia y demás ramos del arte de curar, on
arreglo á las disposiciones vigentes de la Provincia de Buenos
Aires, hasta que el Congreso dicte la ley que rige esta materia
para la Capital—7 o Inspeccionar la Vacuna y fomentar su
140 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

propagación en toda la República, en el Ejército y la Arma­


da—8 o Avaluar honorarios en los ramos del Arte de curar,
en los casos de disconformidad ó de consulta—9 ° Inspec­
cionar las droguerías y farmacias—10 ° Hacer indicaciones
á la Municipalidad sobre las faltas á la Higiene Pública que
se observa en la Ciudad ó en los establecimientos de su de­
pendencia—11 ° Inspeccionar cuando sea solicitado, lo crea
conveniente ó haya denuncia, á aquellos establecimientos de
la industria que puedan dañar la salud pública—12° Aconse­
jar á la autoridad los medios de mejorar la Higiene Pública
de la Capital y las medidas profilácticas contra las enferme­
dades exóticas, endémicas, epidémicas, ó trasmisibles—
13° Hacer cumplir todas las disposiciones sanit arias en las
diversas reparticiones de Administración—14 ° Finalmente,
ejercer todas las atribuciones conferidas por disposiciones
anteriores á la estinguida Junta de Sanidad.
Art. 5° El Departamento se dará su Reglamento inter­
no, sometiéndolo antes á la aprobación del Gobierno.
Art. 6° El Departamento podrá establecer Sub-Comi-
siones de Higiene en las ciudades del Rosario y Paraná y en
las Capitales de Provincia, debiendo formar parte de estas los
Profesores de Higiene y Química de los Colegios Nacionales.
Art. 7o Podrá así mismo, establecer relaciones con los
funcionarios nacionales ó de Provincia, á objeto de recojer
elementos para la estadística higiénica y sanitaria de la Re­
pública ú otros objetos relacionados con sus atribuciones y
deberes.
Art. 8o Para el servicio de Visita de Sanidad, como Po­
licía del Puerto, etc., los Vocales activos á cuyo cargo están
aquellos, recibirán directamente órdenes de la Capitanía del
Puerto, y el servicio ser¿i distribuido entre los cuatro, de ma-
ner¿i que uno lo verifique permanente en la Capitanía.
Art. 9° El Presidente del Departamento Nacional de
Higiene, es el Gefe Superior responsable de la repartición;
nombra las Comisiones, distribuye el trabajo y resuelve por
sí todo lo concerniente al régimen y administración de la
Oficina, y en caso de urgencia, aún en aquellos asuntos que
DE MARINA 141

requieran la deliberación del Departamento, debiendo enton­


ces dar cuenta inmediatamente al Gobierno.
Art. 10 El Departamento Nacional de Higiene estará res­
pectivamente bajo la inmediata dependencia de los Ministros
de Guerra y Marina ó del Interior, según que los asuntos de
su competencia se refieran á la Higiene Sanitaria del Puerto,
del Ejército ó de la del Territorio Federalizado.
Art. 11 Dése cuenta oportunamente de este Decreto al
Honorable Congreso, comuniqúese, publíquese é insértese en
el Registro Nacional.

Firmado— ROCA
« Benjamín Victorica
« Bernardo de Irigoyen
« A. del Viso
« S. CoRTINEZ
« M. D. PlZARRO
142 DOCÚMDNT.OS DEL DEPARTAMENTO

DECRETO

Departamento de Marina.

Buenos Aires, Diciembre 30 de 1880.

Considerando; que el trasporte «Villarino» fue construi­


do expresamente para mantener la comunicación regular en­
tre la Capital y los centros comerciales de la costa Sud,
fomentando así el desarrollo de nuestra gran industria pas­
toril, fuente principal de la riqueza de este país y que el Go­
bierno tiene el propósito decidido de dedicar todo su empeño
á su acrescentamiento, ofreciendo medios fáciles y rápidos
para el envío de los productos de esos lejanos estableci­
mientos;
Que es llegado el momento de corresponder al comercio,
la confianza con que suscribió al empréstito para llevar á ca­
bo la Espedicion al desierto, comprando una gran parte de la
zona de tierra ofrecida en venta, y con especialidad, la com­
prendida entre Bahía Blanca y Patagones. Y siendo necesário
reglamentar la forma y carácter en que el buque ha de veri­
ficar. el nuevo servicio á que se le destina;

El Presidente de la Republica,

decreta:

Art. Io El trasporte «Villarino» queda establecido co­


mo paquete en la carrera de Buenos Aires á Bahía Blanca y
Patagones.
DE MARINA 143

Art. 2° Destínase al servicio público para pasageros,


carga, encomiendas, etc., debiendo practicar cada treinta dias
un viage redondo entre los puertos indicados.
Art. 3o Nómbrase Agente General del Paquete «Villa-
riño» á D. Agustín Marsans, quien someterá á la aprobación
del Gobierno las bases complementarias que crea mas conve­
niente á la Administración y á objeto de ofrecer al comercio
todas las facilidades y garantías necesarias.
Art. 4o Queda á cargo del Agente nombrado el aprovi­
sionamiento, tanto de la tripulación militar como del servicio
de pasageros, debiendo en la primera, intervenir el Comisario
General de Marina.
Art. 5° El buque conservará su tripulación militar,
agregándose un segundo Comisario que entienda en todo lo
relativo á pasages, fletes y encomiendas.
Art. 6o Oportunamente se publicará por la Agencia
Central el dia fijo en que efectuará su primer viage en la
carrera que se designa, dándose al propio tiempo al público
las tarifas de pasages, carga, encomiendas, etc.
Art. 7° El Agente elevará en cada viage, un estado de­
tallado de los ingresos y gastos ocurridos, con sus debidos
comprobantes.
Art. 8o Por otro Decreto se fijará la retribución que de­
berá gozar el Agente.
Art. 9o Comuniqúese, publíquese é insértese en el Re­
gistro Nacional.

ROCA
Benjamín Victoeica.
144 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

DECRETO

Departamento de Marina.

Buenos Aires, Diciembre 31 de 1880

De conformidad con lo establecido por el Honorable Con­


greso, en el Presupuesto para el año 1881, y lo indicado por
el Cirujano Mayor de la Armada—

El Presidente de la Republica,

decreta:

Art. Io El Cirujano Mayor de la Armada, como Gefe y


Director del Cuerpo de Sanidad de ella, tendrá las atribucio­
nes y deberes que se le señalaron por el Decreto de 21 de
Abril de 1879, como Cirujano Principal.
Art. 2o Los Cirujanos Principales de la Armada esta­
rán abordo de las Capitanas de División y tendrán bajo sus
inmediatas órdenes el personal facultativo de los buques que
compongan cada División.
Art. 3o Quedan divididos los Cirujanos y Farmacéuti­
cos de la Armada en dos clases: 103 clase y 203 clase, se­
gún sus méritos, aptitudes y servicios.
Para ser Cirujano ó Farmacéutico de 1clase, se requie­
re sea diplomado en el país y para los que en la actualidad se
DE MARINA 145

encuentran en servicio, con derecho para dicho puesto, se les


acuerda un ano de plazo para que presenten sus diplomas, á
cuya vista se les otorgaran los despachos correspondientes á
su rango.
Para ser Cirujano ó Farmacéutico de 2d clase, se requie­
re: para ser Cirujano, haber cursado quinto año de Medicina
ó entrar con diploma para seguir la carrera; para ser Farma­
céutico entrar con diploma ó presentar certificados de prácti­
ca, idoneidad, y buena conducta.
Los Cirujanos y Farmacéuticos que no se encontraren
en estas condiciones, seguirán revistando por ahora, los pri­
meros como Practicantes Mayores, y los segundos como
Ayudantes de Farmacia, con los sueldos respectivos de cien
fuertes los primeros y sesenta fuertes ¡os segundos.
Art. 4o Los Cirujanos de 103 clase se embarcarán en
los buques mayores de la Armada, con escepcion de los que
tengan Cirujano Principal á su bordo, á los que correspon­
derá tan solo un Cirujano de 2 clase ó Practicante Mayor
que le sirva de Ayudante.
Art. 5o Los Farmacéuticos de 1 clase se embarcarán
en las Capitanas de División y en aquellos otros buques que
lo requieran por su dotación, ó por los servicios que presten,
como hospital, etc.
Art. 6o Los Cirujanos y Farmacéuticos de 2d clase,
Practicantes Mayores y Ayudantes de Farmacia, serán distri­
buidos por el Cirujano Mayor, conforme á las necesidades.
Art. 7o No se admitirá en adelante en la Armada, Ci­
rujanos ó Farmacéuticos por ménos de tres años.
Art. 8o De conformidad con estas disposiciones, el Ci­
rujano Mayor de la Armada, hará la distribución del personal
á sus órdenes; quedando sin efecto las disposiciones que
obsten á su ejecución.
Art. 9o Los Cirujanos, Farmacéuticos, Practicantes y
Ayudantes de los buques, se entenderán directamente con el
respectivo Cirujano Principal en todo lo relativo al servicio
profesional y los embarcados en buques que no se hallan ads­
critos á las divisiones navales ó que se encontraren separa­
146 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

dos de su División, se dirijirán al Cirujano Mayor en los mis­


mos casos.
Art. 10 Los Cirujanos, Practicantes y Farmacéuticos, no
podrán bajar á tierra sin permiso de la Comandancia Gene­
ral, prévio informe del Comandante del buque y Cirujano
Mayor de la Armada.
Art. 11 En tanto se aprueba el Reglamento Orgánico del
Cuerpo de Sanidad de la Armada, ténganse estos poi* base y
comuniqúese al Departamento Nacional de Higiene, Coman­
dancia General de Marina, publíquese y dése al Registro Na­
cional.

ROCA
Benjamín Victorics
DE MARINA 147

INFORME

Buenos Aires, Febrero 1 ° de 1881.

A S. E. el Sr. Ministro de Guerra y Marina, Dr. Don


.Benjamín Victorica.

Tengo el honor de dar cuenta á V. E. del viage que aca­


bo de efectuar á través de la Patagonia, en busca de un cami­
no. para el trasporte de ganados hasta los últimos confines de
aquel territorio.
Por causas que mas adelante espondré, solo me ha sido
dado trazarlo hasta el Chubut y no hasta el Rio. Negro, como
fuera mi propósito; pero á pesar de esto debo considerarme
satisfecho del éxito de mi viage, porque creo definitivamente
resuelta esta cuestión, por ser esta parte precisamente aque­
lla de que no temamos, hasta hoy, datos de ninguna clase, que
en cuanto al trayecto del Chubut á Patagones es recorrido con
frecuencia por vecinos de aquel punto, lo mismo que el de
Santa Cruz al Estrecho de Magallanes transitado todo el año
por infinidad de personas, y que ha sido ya descrito por via-
geros como Musters, Lista Moreno, que han pasado también
por allí.
El encuentro, pues, de esta vía y los varios datos geo­
gráficos que he podido obtener en el viage, son sus resultados,
que me permito ofrecer al superior Gobierno, como también
el croquis que acompaño, en el cual he reunido á los estudios
de hoy los que he venido haciendo desde cuatro años atrás
que he permanecido en las tieraas australes, desempeñando
148 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

las varias comisiones con que el superior Gobierno se sirvió


honrarme. <
Desde el Rio Santa Cruz al Chubut, las posisiones prin­
cipales están deducidas por observaciones astronómicas que
lie hecho personalmente, y para el resto me he servido de nu­
merosos datos comparados de los indios, que me merecen
confianza hoy dia que he podido comprobar la exactitud de
los que me dieron sobre el territorio que acabo de atravesar.
El relieve de las costas, lo he tomado de las cartas ma­
rítimas; y la región del Rio Negro que he tenido que agregar
para el trazo de la vía está tomada de la carta que acompaña
la obra de Napp.
Al pedir á V. E. que acepte este trabajo, no puedo menos
de manifestarle la satisfacción que me causa de haber contri­
buido como Oficial de la Armada, á cambiar totalmente el as­
pecto de las cartas de la Patagonia desde cuatro anos que
hace que emprendí mis primeros estudios en el viage que hi­
cimos ccn el Sr. D. Francisco P. Moreno.
Antes de entrar en detalles sobre el viage de que doy
cuenta, creo conveniente espi esar las causas que me indujeron
á efectuarlo.
Deseoso el superior Gobierno de emprender la coloniza­
ción en grande escala de los territorios del Sur, trató de
plantear algunos establecimientos pastoriles como base de la
única industria en perspectiva por el momento en la Patago­
nia, y al efecto, comenzó á hacer por vía de pru ;ba, algunas
remesas de ganado en los buques de la carrera á Santa Cruz.
Los pocos animales que llegaron vivos después de tan
largos viages, hechos por regla general en malísimas condi­
ciones, comenzaron desde luego á prosperar; poro su tras­
porte tan deficiente y tan caro contrarió desde el primer mo­
mento la acción del Gobierno hasta el punto de suspender
momentáneamente los envíos, por considerar que ni aún para
planteles con venia pagar los precios que pretendían los con­
tratistas, por cuanto dicha carga caería no solo sobre el país,
sino también sobro los colonos que se enviasen.
Como encargado en ese punto de lo relativo á la coloni-
DE MARINA. 149

zacion, sentí doblemente este contratiempo, porque las espe-


riencias hedías con los ganados llegados me afirmaban cada
vez mas en la convicción que tenia de que aquellos territorios
se prestaban para esa industria y veia aplazarse por mucho
tiempo quizá su utilización.
La llegada de indios con caballadas en muy buen estado
salidas del Rio Negro donde recibían raciones ó comerciaban
sus pieles, me sugirió la idea de conocer los caminos por
donde venían y aprovecharlo para el trasporte de haciendas.
Conozco el modo de ser de los tehuelches, y sabia muy
bien que ellos no van ni pasan casi nunca sino por parajes
donde pueden irse deteniendo varios dias para hacer las cace­
rías de que esclusivamente viven, trazando sus sendas donde
no hay piedras que destruyan sus caballos sin herraduras en
las marchas y en las boleadas; y además, como tienen pocos
caballos, su toldo y su ajuar lo trasportan en solo dos ó tres
cargas muy pesadas, con las cuales solo pueden andar cinco
ó seis leguas por día, teniendo por consiguiente que detenerse
al cabo de ellas en sitios con suficiente agua y pasto para las
yeguadas de toda la tribu.
Las primeras tentativas que hice cerca de ellos para ob­
tener noticias de estos caminos, fueron infructuosas, porque
el indio es siempre reservado cuando se toca un asunto como
este, al que dá, y con razón, la mayor importancia para su
seguridad presente y del futuro.
Contestaciones evasivas, contradictorias entre ellas v
con los hechos á la vista, fueron el resultado de mis primeras
investigaciones convenciéndome al fin que el único medio que
me quedaba era captarme su confianza de una manera abso­
luta.
Principié por atraerlos, haciéndoles poco á poco nume­
rosos regalos de ropas y prendas de plata que hacia llevar de
Buenos Aires, y al cabo de algún tiempo sucedió Jo que había
esperado, es decir, que las anteriores noticias de campos sin
agua, llenos de piedras, fueron sustituidos por otros díame-
tralmente opuestos cuya exactitud he venido comprobando
diariamente.
150 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

Conseguí además que, dado el caso, me acompañarían


hasta el Rio Negro dos indios en calidad de baqueanos, por
un número de yeguas ó vacas que fijamos de antemano.
Con esta seguridad no me faltaba otra cosa que reunir
los elementos necesarios para efectuar en las mejores condi­
ciones un viage de reconocimiento.
Tropecé al principio con muchas dificultades, de las que
la mayor ora la escasez de caballos en Santa Cruz que hacia
muy difícil reunir el número necesario, pero haciéndolos com­
prar uno á uno hasta de Punta Arenas reuní los que me eran
indispensables.
Escribí al Sr. Coronel Barros pidiéndole su cooperación
moral y su auxilio material para que se me ayudase única­
mente para el pego de los baqueanos, pero no obteniendo ni
el honor de una repuesta, solicité directamente el permiso ne­
cesario.
Habría pedido también el apoyo pecuniario del superior
Gobierno, pero temí que cualquier contratiempo hiciese fra­
casar mi empresa y por este motivo todos los gastos hasta el
último momento los he hecho con recursos propios.
Faltábame antes de salir, una cuestión bien importante
que resolver, porque se me ofrecían dos caminos para ir al
Chubut: uno cerca de la costa del mar, y otro por la falda de
la Cordillera.—¿Cuál debia seguir?
Después de reflexionarlo con la detención que el caso re­
quería, opté por el de los Andes, porque según lo que habia
calculado, lastres cuartas partes del trayecto debia hacerlas
orillando rios cuyas nacientes acercaba un feliz capricho de la
naturaleza, y la otra cuarta parte por el pié mismo de la pre­
cordillera, donde tenia la seguridad de que en ningún caso me
faltarían el agua y el pasto.
El camino de la costa que teóricamente aparecía mas cor­
to era en la práctica mas larg/con sus fatigosos zig-zagpara
buscar el agua, y me parecía mas dificil trazarlo de manera que
pudiera ir cualquiera por simple croquis sin errar las aguadas
en terrenos de una semejanza tan uniforme como son estos en
que los cerros, las mesetas y las cañadas tienen casi el mis-
DE MARINA 151

moaspecto yes fácil equivocadas unas con otras, aún para el


mismo que ha pasado antes por allí. Podría sucederme, ade­
más, que la mayor parte de las aguadas que encontrase no
fuesen permanentes y que .dependiesen solo del año lluvioso
que habíamos pasado y en este caso habra considerado per­
dido el éxito de tan largo viage.
Estas y otras consideraciones serias que omito por no
estenderme demasiado, me hicieron preferir el camino del in-
teriü.', mas corto en la práctica, y en el cual los mismos acci­
dentes naturales tan remarcables de la Cordillera guiarían al
viagero con sencillas indicaciones.
Tracé por tanto mi itinerario del modo siguiente —Segui­
ría el rio Chico hasta los primeros cerros de la pre-cordillera
y después faldeando por éstos iría á encontrar la gran vuelta
del rio Senger que corriendo al N. E. me llevaría al Chubut.
El 1 ° deCctubre ppdo. me encontraba listo para salir.
Me acompañarían D. Cipriano García, escelente compatriota
que como hombre de campo y avezado á sus trabajos, debía
encargarse de ciertos detalles del viage; además, D. Agustín
Guillaume y D. Francisco Poivre, franceses, vecinos de Santa
Cruz, que deseaban conocer el camino; los marineros Juan
Pintos y Luis González, y los dos indios vaqueanos Lara y
Cachihuano, hijo este último del cacique Casimiro.
La práctica adquirida en viages anteriores me permitió
organizar la espedicion de manera á quedaren lo posible á
cubierto de los casos fortuitos que pudieran hacerla fracasar.
Cualquier emergencia que pudiera sobrevenir nos 'encon­
traría con elementos dobles, en que unos compensarían la fal­
ta de los otros.
Con muchos sacrificios habíamos reunido entre todos
cincuenta y cinco caballos y quince perros de caza, elemento
indispensable para viajar en Patagonia. donde se puede andar
cuatrocientas leguas sin encontrar un solo ser viviente á quien
poderle comprar una libra de carne, y en nueve cargas llevá­
bamos las armas, municiones, carpas, víveres y los instru­
mentos necesarios para el levantamiento del eró pis.
Sensible me fué no poder traer &un cronómetro, porque
152 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

este instrumento tan delicado sufriría con la marcha á caballo


y seria un manantial de errores al fijar las longitudes.
Para remediar en lo posible este inconveniente, resolví
traer desde la boca del Santa Cruz una triangulación que rec­
tificándose con los paralelos de latitud que pudiera fijar, me
daría una aproximación no despreciable.
El 2 de Octubre nos separamos de las costas del rio San­
ta Cruz, y haciendo rumbo al N., 60 ° O. magnético seguimos
así hasta encontrar el rio Chico cuyo curso debíamos seguir.
Estractaria de mi diario algunos detalles que se refieren á
este rio, pero no lo hago por estar ya descrito por el Señor
D. Ramón Lista y por mí mismo, al dar cuenta del viage que
hicimos hasta sus nacientes en 1878; pero para no truncar
esta relación haré á grandes rasgos una descripción general.
El rio Chico, afluente del Santa Cruz, es formado por va­
rios manantiales y por el derrite de las nieves de las cordille­
ras, que le producen rápidas alternativas de nivel. Su región
hidrográfica está comprendida entre los 48 ° 15’ y 49 ° de la­
titud; corre de O. N. O. á E. S. E. y su estension no es mayor
de 180 millas.
La última vez que lo pasé, calculé en 176,000 metros cú­
bicos el agua que arroja p)r hora al mar, teniendo un declive
poco mayor de 4 piés por milla á contarse desde el momento
en que se entra á su cauce regular. Sus aguas son súcias por
el limo que arrastran, y se crim en ellas con alguna abundan­
cia escelentes pese idos.
El valle tiene un ancho que varía de 1 á 3 millas, y nacen
en él algunos pastos tiernos como cebadilla, cola de zorro y
otros cuyos nombres no conozco, abundando también algunos
arbustos que proporcionan buena leña.
La mayor parte de las tierras del valle son de aluvión
moderno, y las considero buenas paca sembrados, siempre
que sean hechos con relación á la poca humedad del aire y á
la frialdad del clima.
S )bre las primeras y segundas mesetas terciarias que
corren á ambos costados del valle abunda el pasto fuerte, aun­
DE MARINA 153

que se ven trechos muy estériles como el da las cercanías del


cerro Mawaish.
En la margen izquierda principia desde el meridiano 69 °
40’ O. de Greenwich á manifestarse una alta meseta de ba^
salto que bordea el valle, y en la derecha principia ¿í verse re­
cien desde mas allá del cerro de Mawaish, que es su primera
manifestación; y de ella se desprenden algunos manantiales
que riegan vallecitos pastosos que corren por la falda, siendo
en las cumbres estéril y pedregoso.
El curso del rio es muy tortuoso, y se divide en brazos
formando islotes é islas de las cuales una tiene una estension
de 35 millas de largo.
A partir del meridiano 70 ° 45’el rio corre casi al O.
mag. y sigue así hasta encontrar el 48 paralelo. La situación
del cerro Mawaish (cueva ó abertura en tehuelche), punto el
mas culminante de sus orillas, és 49° 02’ 40” lat. S. 70°
39’ long. O de Greenwich, y la del último vivac á que llegué
sobre el rio y desde el cual me dirijí definitivamente al N., es
48° 15” lat. y 71° 39’ long.
La variación media de la aguja, deducida de varias obser­
vaciones, es 20 ° 30’ N, E„ y la altura del rio aquí sobre el
nivel del mar, es aproximadamente de 800 piés, deducido por
la ebullición del agua.
Creo que las embarcaciones menores podrian subir á la
silga hasta la confluencia del arroyo Chalía.
Me parece escusado, señor Ministro, agregar que duran­
te el trayecto por )a costa del rio no me ha faltado nada de lo
que pudiera desearse para el trasporte de ganado, con la ven­
taja de poderse hacer las jornadas de la estension que se quie­
ra. porque en todas partes hay pasto suficiente y las orillas
del rio son accesibles á los animales para beber.
Descrito tan ligeramente este retazo del trayecto, creo que
debe ser mas detallada la parte comprendida hasta encontrar
el rio Sengar, y para ello me permitirá V. E. que copie algu­
nas páginas de mi diario donde van las impresiones de ca­
da dia.
«Dia 14 de Octubre -La meseta de lava que bordea el rio
154 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

por el N. se corta en el punto donde estamos y dá entrada á


un terreno bajo que parece como encerrado á distancia por
ramificaciones de la misma meseta, que se van estendiendo
en una línea curva hasta darle el aspecto de un semi-círculo
sin salida.
Al dejar el rio en el meridiano 71 ° 39’ hicimos rumbo al
N. 23° O. magn., buscando la falda de otra meseta de piedra
que naciendo al S. O., y encentrando la otra por el N. E.,
forma con ella la figura indicada y parecen atravesarse en el
camino que llevamos.
Al pié de ella hay una laguna permanente de mas de una
milla de diámetro, que la forman el deriáte de las nieves y al­
gunos manantiales que nacen en la falda de la meseta baja
que la limita por el E.
Alojamos en estos manantiales donde el pasto y la leña
son poco abundantes, aunque suficientes, y según me dice el
baqueano, será lo único que encontraremos en estas malas
condiciones.
Este alojamiento es llamado por los indios Ahonic-aiken
ó Paradero de los Fueguinos, y por mas que he hecho no he
podido averiguar la etimología de este nombre, porque la lle­
gada de fueguinos alli no podia efectuarse sino por algún Pa­
so de la cordillera próxima, comunicando con los archipiéla­
gos del Pacifico.
La distancia efectiva del rio Chico hasta este alojamiento
es de 12 millas; y el terreno que hemos atravesado es muy po­
bre de pasto, aunque abundan en él varias lagunas pequeñas
que han formado las lluvias.
De la falda del O. de la laguna se desprenden algunos
manantiales donde verdean manchones de pasto que también
pueden utilizarse en caso necesario.
Dia 15—Tomo la altura meridiana del Sol y me dá48°
7’10” lai. S. para este alojamiento. La variación del compás
observada es 20° 15’ N.E.
La temperatura es muy agradable, dando hoy 17 °c. el
promedio de las observaciones tecmométricas. La tempera­
tura de ebullición alcanza á 98 ° 7.
DE MARINA 155

Durante el dia me ocupo de hacer marcaciones parael


cróquis y con Poivre tomamos algunas malas vistas, entre
ellas la de la laguna encerrada en un semicírculo de piedras.
Dia 16—Salimos de Ahonic para el otro alojamiento lla­
mado Peigete y el camino lo hacemos por la falda de la me­
seta, siguiendo sus sinuosidades.
El terreno que recorremos es casi igual al anterior, es de­
cir, pobre de pastos, pero el agua es abundante, contenida en
lagunitas que las lluvias y pequeños manantiales entretienen
al pié de la ladera.
El alojamiento de Peigete queda en un cañadon que divi­
de longitudinalmente la meseta. Abunda allí el pasto fuerte,
y el agua se puede tomar en cualquiera de las lagunitas que hay
allí, que el indio asegura son permanentes en su mayor par­
te, aunque el acceso de la mayor presenta algún inconvenien­
te por el barro de sus orillas.
Sobre el horizonte de esta laguna, muy deficiente por cier­
to, por la pequeña distancici que abarcaba, tomé la altura me­
diana del Soldándome para Peigete 47 ° 53’28” de lat, aunque
esta situación no me merece confianza por la circunstancia
enunciada y prefiero la que me dá la triangulación que difiere
un poco de aquella.
La distancia recorrida entre estos dos puntos son 14 mi­
llas.
Como hemos llegado muy temprano á este alojamiento y
está cerca el arroyo Olnie, resolvimos seguir viaje y alojar en
su ribera.
Siguiendo por el cañadon en que está Peigete, á la milla y
media de camino desembocamos á una llanura donde corre el
arroyo, y con sorpresa vimos que la meseta de piedra que tan
imponente aspecto presentaba por el E. pareciendo estenderse
muchas leguas hácia el O. no es mas que una larga y delgada
faja aislada que surje en la llanura como una muralla artifi­
cial.
La regular altura en que nos encontrábamos ántes de ba­
jar al llano, nos hizo gozar un espléndido panorama: á nuestro
frente, hácia el N., sé estendia una llanura.sin accidentes; al
156 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

E. y N. E. se divisaban las cumbres del macizo de montañas


que cortando la Patagonia de E. á O. llegan hasta el mar dis­
minuyendo lentamente en su altura; al O. los primeros contra­
fuertes de la Cordillera nos muestran sus cumbres y sus flancos
cubiertos aun de nieve; alN. 13° O. aparece un cerro bajo
con la forma de un cono truncado destacándose en la planicie,
que por su situación debía ser una guía muy cómoda cuando
bajásemos al llano, por último al N. 25 ° O. un cerro nevado
que apenas se divisaba era la guía segura que desde un poco
mas allá debíamos tener para llegar al rio Deseado que corre
cercano á él.
Una vez descendidos á la .planicie el indio nos indicó el
rumbo que debíamos hacer, agregando que aunque nos des­
viásemos un poco de él debíamos siempre encontrar el arroyo
que corría de O. E. Con asombro vi el maravilloso instinto de
estos hombres, pues su mano indicaba justamente el N. 20 °
O. magn., ó sea el N. verdadero de la aguja en aquel punto.
Tres horas después de salir de Peigete llegábamos á las
orillas del arroyo Olnie,. recorriendo con mucha lentitud las
diez millas que hay entre ambos lugares.
El terreno que atravesamos me recuerda por su vegetación
y aspecto la costa Sur del rio Santa Cruz á inmediaciones del
mar.
Abandonamos el arroyo por un cañadon ancho y largo
cubierto de pastos tiernos y fuertes, que apenas dejan ver la
senda de los indios.
Día 17.— El día muy lluvioso nos detiene, y esta misma
causa me impide hacer ninguna observación astronómica pa­
ra situar el punto.
El arroyo Olnie corre por un valle que varia de 3(4 á 1
1 ¡2 millas y que creo trae su origen de algunos manantiales
que nacen en las montañas que se ven al S. O. Viene primero
de ese rumbo, forma una líneaxiurva y después parece correr
definitivamente al E.
Actualmente forma bañados y el agua pasa con mucha
fuerza por diferentes^canales pequeños. Es indudable que en
este momento las nieves aumentan mucho su caudal, aunque
DE MARINA 157

no se les vé en los cerros donde parece que nace. Aunque es


difíc;l, por lo que he dicho, calcular su masa de agua en este
momento, la fijo sin embargo sn 45,000 metros por hora, aten­
dida la gran fuerza de la corriente, pero al fin del otoño, según
datos del indio, no pasará de 2000 metros.
Imagino que este arroyo llega cerca del mar con muy po­
ca agua, disminuido por la absorsion y la evaporación, y que
corresponda á un arroyo seco que desemboca en el mar al
Sur del cerro de Monte-Video que queda al S. O. de Spring-
Bay. A juzgar por lo que puedo ver con los anteojos'se estien-
de muchas leguas aun hacia el E.y no creo aventurada, por
tanto, esta opinión, aunque en las costas del mar no se vea con
frecuencia el agua que es probable llegue solo en cierta época
del año cuando las lluvias ó derrites lo permitan, dando lugar
por esta circunstancia á ser marcados en las cartas antiguas de
la costa.
La vegetación en el vallecito se asemeja á la del rio Chi­
co: arbustos que dán buena leña y pastos tiernos, especial­
mente la cebadilla que alcanza bastante altura. Está limitado
al N. y S. por altas mesetas, de las cuales la del Norte es muy
accidentada.
La temperatura media del aire es 15 ° c. siendo tan re­
pentinos los cambios que á 8 h. a. m. el termómetro marcaba
6 ° sobre cero y á 12 h. alcanzó á 26 °.
Llama mi atención un elevado cerro de .la pre-Cordillera
cuya forma es bastante curiosa: su demora desde aquí es al
N. 58° O. magn. y mas adelante trataré de fijar su posición
para darle su nombre.
Dia 18—Llueve todo el dia con viento variable del S. al
S. O.—Temperatura media hoy 9 ° c.
Dia 19—la jornada será hoy hasta otro arroyo que los in­
dios llaman Gio, y que con poca diferencia parece que corre
paralelo á este.
Después de pasar el Olnie y su valle, se estiende háciael
N. un terreno muy elevado y tan accidentado que nuestra mar­
cha se habria hecho muy difícil si no la hubiésemos efectuado
158 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

por un larguísimo cañadon que lo atraviesa de N. á S. y por


donde va el camino de los indios.
El pasto es abundante en el terreno que cruzamos, y nu­
merosas lagunitas y charcos de agua indican la mucha nieve
que ha caido por allí.
El rumbo medio que seguimos es al N. 25° E., llevando
como guía el cerro nevado tan notable de las costas del De­
seado, dejando un poco al E. el cono truncado visto desde
Peigete y cerca del cual corre este arroyo.
El cañadon por donde vamos desemboca en un gran bajo
por cuyo centro corre el Gio.
El nivel del terreno va decendiendo rápidamente, pero
antes de bajar, la vístase detiene ante un panorama magnífico
de N. á S. corre un altísimo macizo de basalto que se des­
prende de las cordilleras y forma un ángulo recto, cuyo lado
E. nos indica el camino que en adelante seguiremos hasta el
rio Deseado, y el lado S. limita y encajona el bajo; al O. se al­
zan de la Cordillera numerosos picos cuyas formas capricho­
sas y elegantes contribuyen á realzar las manchas blancas de
la nieve alternadas con el negro de la piedra azulada por la
distancia. Por el lado S. el bajo está limitado por una cadena
de columnas muy elevadas, que después de una lijera infla-
xion al N. E. se estienden al lado del mar hasta perderse de
vista.
Cuando decendimosal bajo nos encontramos como per­
didos en su laberinto de mamelones sembrados sin orden ni
concierto, cuyo aspecío y las grandes piedras erráticas que
los cubrían daban claros indicios de su formación glacial.
Pasando este corto y molesto retazo del camino, llega­
mos á un pequeño vallecito que viene del S. O. en el centro
del cual una verde faja de verdura indica el curso del pequeño
arroyo que apenas tiene dos metros ancho por 50 centímetros
de profundidad.
Hemos recorrido hoy millas para llegar aquí. El pasto
fuerte abunda en el trayecto y el tierno no escasea en el valle-
cito que se estiende al O. hasta perderse de vista.
Dia 20—Trato de aprovechar el dia para hacer algunas
DE MARINA 159

observaciones y algunas marcaciones para el trazado del cro­


quis.
La temperatura de ebullición es aquí de 99 ° c. lo que no
me estrana en atención al inmenso desnivel en que nos encon­
tramos y que la simple vista p rmite apreciar. Al tomar la
altura meridiana algunos nublados me han impedido hacer es­
ta operación con la exactitud debida, aunque no creo muy erró­
neo el resultado obtenido de 47° 23’ 30” lat. S. para el punto
donde estamos. La temperatura media del dia no ha pasado
de 10 ° c.
El cono truncado visto desde Peigete, aislado en la plani­
cie, dista apenas 4 millas de nuestro alojamiento y cerca de
él aparecen otros de forma semejante, que hacen parte tam­
bién de la cadena del S.
Averiguando del indio la procedencia del arroyo, me dice
que nace de un lago que hay á poca distancia al S. O.
Dia 21—Con mis buenos compañeros García y Poivre
salimos para visitar el lago mencionado, cuya existencia ha
sido el tema de conversación en la velada.
Uespues de 10 á 12 millas de camino por entre las colinas,
pero sin separarnos mucho del arroyo, llegamos ¿i un paraje
desde el cual divisamos el lago y el terreno que lo avecina. Es
este un depósito de agua de poca estension aunque con el
carácter que distingue los lagos andinos; su forma es muy
regular y su acceso difícil por lo escabroso del suelo que lo
rodea. Forma el remate del bajo del Gio, encerrándolo como
un semi-círculo los primeros cerros déla Cordillera.
Ocupa el estrefno O. de esta gran depresión del suelo,
asiento quizá del antiguo glacier que arrastró las inmensas
piedras erráticas que se ven en todas partes sobre el bajo del
Gio. La naturaleza presenta en sus inmediaciones el desorden
mas estraño vista á vuelo de pájaro, como tenemos ocasión de
hacerlo : cerros de piedras de diferentes colores, con ve­
getación en la base algunos, desnudos totalmente otros; coli­
nas de tierra en las que el lavado de las aguas ha formado
innumerables pliegues en sus laderas formadas de capas de
dif erentescolores; profundas hendiduras y escarpamientos de
160 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

todas clases, dan á este lugar un aspecto imposible de descri­


bir y solo comparable á esos paisages de la luna que la foto­
grafía astronómica nos hace conocer.
El arroyo Gio nace en el estremo E. del lago y corre há-
cia el N. caracoleando entre elevadas barrancas de tierras ro­
jas hasta desembocar en su llano vallecito. Las aguas al salir
son súcias y parece’que se'pierden entre el terreno para reapa­
recer como coladas á pocas millas de su curso, porque mas
adelante son muy claras y en menor cantidad.
Llega así hasta cuatro, anillas mas al E. de nuestro alo­
jamiento donde encuentra una depresión del terreno y forma
una laguna, y vuelve á salir por un cauce amurallado que
internándose por el corazón del gran macizo de piedra de que
he hablado ántes como llegando hasta el mar, forma un pro­
fundo abismo infranqueable, cuya estension al E. no me es
dado calcular.
Cinco ó seis millas mas adelante de la laguna y precisa­
mente en el punto donde deja su dirección S. O. á N. E para
seguir al E. recibe la confluencia del otro arroyo á que llega­
remos mañana.
Creo que este arroyo sea el origen del Rio Seco que las
cartas marinas señalan con el nombre de Rio, Bajo algunas
millas mas al N. del arroyo de que he hecho mención anterior­
mente como correspondiente al Olnie.
El trazo de ambos aparece en el croquis marcado con pun­
tos desde mas allá del último indicio de su presencia que al­
canzaba mi vista.
Dia 22—Dejamos el Gio y nos dirijimos al N. hasta acam­
par sobre el arroyo Eke, que se encuentra á quince millas de
distancia.
El camino lo hacemos faldeando la gran meseta por el
pié de la cual debemos seguir hasta el Rio Deseado, como he
dicho ántes.
El terreno que atravesamos es muy ondulado, formado
de mesetas bajas terciarias que se van escalonando á corta
distancia hasta unirse á la grande, encontrándose también al­
gunas colinas de regular elevación; el pasto fuerte no escasea
DE MABTNA 161

y antes de llegar á Eke cruzamos varios manantiales que son


otros tantos afluentes pequeños del Gio.
El arroyo Eke es el mas importante de los que he atra­
vesado hasta ahora; tiene‘6 metros de ancho, Om. 80c. de pro­
fundidad. Sus aguas cristalinas corren con la fuerza de un
torrente.
Se desprende de la gran meseta y corre algún trecho pa­
ralelo á la falda por un vallecito con mucho pasto, cuyas mu­
rallas de piedra se van estrechando hasta formar el abismo
por entre el cual se precipita el arroyo hasta ir á juntar sus
aguas con las del Gio.
Siendo amurallado é infranqueable, con escepcion de un
solo punto, desde que nace hasta un número de leguas hácia
el interior que no puedo calcular, este arroyo tiene mucha im­
portancia como punto estratégico.
La única bajada posible al arroyo que conocen los indios,
que es por la que acabamos de pasar nosotros, se efectúa por
una estrecha cañada abierta entre la piedra viva que forma
sus murallas, y es ün verdadero desfiladero que tiene al O. la
inaccesible meseta que se une con ios Andes, y por el E. el in­
salvable abismo por donde corre Eke, primero solo, y des­
pués unido al Gio.
. Dia 23—Dejando la pedregosa ribera del Eke hacemos
rumbo al N. 10 ° E.
• Hasta 10 ó 12 millas mas adelante no es posible separar­
se un punto de la senda que ha trazado el paso constante de
los indios, porque á un lado tenemos la gran meseta y al otro
la naturaleza del suelo es tal que presenta obstáculos imposi­
bles de salvar caminando á caballo La indicación mas segura
para evitarse rodeos inútiles al cabo de los cuales hay que
volver siempre al punto de partida, es recostarse sobre las
pendientes del O. teniendo especial cuidado de dejar siempre
al E. las manchas de tierra de coloies de que está sembrado
el suelo y las mil colinas desnudas de toda vegetación que
dán un aspecto característico á esos alrededores.
Después de atravesar por entre una serie de colinas muy
altas que corriendo de O. á E. parecían á la distancia cerrar­
162 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

nos el paso, caminamos aún como cinco millas acampando en


unos preciosos manantiales que concurren con sus aguas á
aumentar el caudal de un arroyo que pasa á cinco ó seis cua­
dras de nuestro vivac y al cual los indios dan el nombre de
Charcamac.
La distancia recorrida hoy son 14 millas, y el trayecto
está cruzado por manantiales y arroyitos que creo no sean to­
dos permanentes; el pasto fuerte es abundante en el terreno
en general y el tierno sobre los manantiales y vallecitos. He­
mos tenido que cruzar un retazo de piedra incómodo para los
caballos pero cuya estension no es mayor de 3[4 de legua.
Dia 24—Me ocupo en determinar la posición del aloja­
miento sobre el arroyo dándome por la altura meridiana del
sol 46° 52’ 10” lat. S. La temperatura de ebullición alcanza
aquí á 98 ° 5 c. lo que denota que recien nos volvemos á en­
contrar otra vez á la misma altura sobre el nivel del mar que
la del arroyo Olnie. La temperatura media de hoy es 15 ° c.
La variación del compás, decreciendo siempre, es aquí
9 ° N. E.
El arroyo Charcamac nace de la meseta vecina, corre un
trecho por un cañadon que se estiende á la falda y al caer al
llano recibe varios manantiales: así engrosado entra en un
cauce de piedra semejante al del Eke y como este se abre pa­
so hácia el E. corriendo paralelo á él por entre el macizo tras­
versal que he mencionado.
Los arbustos son escasos desapareciendo casi por com­
pleto el incienso y calafate (berberis) para ser sustituidos por
otros.
Dia 25—Salimos con rumbo al N. 22 ° O. hasta encontrar
el rio Deseado que queda á corta distancia.
Caminamos 12 millas por un terreno ondulado con mu­
chísimo pasto y alojamos en unos manantiales que hay sobre
la costa del arroyo, paradero indio que recibe el nombre de
Pagie.
Este arroyo es uno de los dos brazos que forman el rio
Deseado.
DE MARINA 163

Sobre el 0. me dice el baqueano que hay un gran lago al


pié de las montañas y el cual visitaré oportunamente.
Permaneceré aquí varios dias visitando los alrededores y
trataré sobre todo de investigar el origen de este rio, cuyo en­
cuentro resuelve el problema de la existencia dél Deseado,
negada por unos y sostenida por otros, aunque sin mas base
que los datos recogidos al recorrer unas cuantas millas de su
ribera partiendo del puerto de este nombre.
El capitán Musters, único viajero que pasó por aquí, no
pudo hacerse cargo de la unión de los dos brazos que cruzó
aisladamente, y que reunidos un poco mas al E. forman un solo
cuerpo de bastante importancia. Vistos así los consideró en la
misma categoría de los muchos arroyos que acababa de pasar
y colocó los nacientes del Deseado mas al Norte aun, tomando
por tal el arroyo Aayon ó Tappel, el mas meridional de los
afluentes del Senger.
Dia 29.— He empleado los dias anteriores en recorrer los
alrededores, visitar el lago y tomar los apuntes necesarios de
observaciones para el trazado ligero del croquis. Ensayaré dar
una idea general del todo, aunque imperfecta y deficiente.
La meseta andina, al pie de la cual hemos venido hasta
aquí y cuya altura estimo en 3550 piés sobre el nivel del mar,
se corta en línea casi recta en este paralelo.
Al desprenderse de los Andes forma un estenso paraleló-
gramo, limitado al S. por el arroyo Gio y al N. por la gran
cuenca del Deseado; se corta de pronto en una verdadera mu­
ralla, interrumpiendo la pendiente dulce que traía del O. para
dar lugar á la depresión por donde corre el camino de los in­
dios que hemos traído desde aquel arroyo hasta este punto; la
lava negra es sostituida después por cerros de rocas colora­
das, también volcánicas, que van elevándose poco á poco y
condensándose hasta formar una cadena cuyo eje mayor se
confunde con el de esta meseta, y llega, como creo haber di­
cho ántes, hasta la misma costa del mar, aunque disminuido
su nivel hasta quedar mas bajo quizá que el de las mesetas
terciarias que se ven allí. Esta curiosa cadena parece atrave­
sar la Patagonia de O. á E. como una barrera franqueable solo
164 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

por donde hemos venido y en el punto no muy lejano del mar


donde la piedra desnuda se cubre de vegetación: no es muy
ancha, pasando su eje menor de 50 millas de estension.
Mi compañero de viage D. Agustín Guillaume, me ha da­
do importantes datos sobre esta cadena. En 1875—76 hizo él
un viage hasta mas al N. del puerto Deseado en compañía de
un sendo-químico francés que buscaba nitratos, y entonces
tuvo ocasión de cruzarla á una distancia que él calcula no ma­
yor de 20 leguas del mar. Desde un poco al S. del cerro de
Montevideo, principiaron á encontrar un terreno muy acciden­
tado y pedregoso que hacia casi imposible la mancha de los
caballos, tanto mas cuanto que de trecho en trecho era corta­
do por profundas cañadas de piedra que les obligaban á dar
grandes rodeos para'cruzarlo. Este mal camino seguía en las
mismas condiciones hasta un poco mas allá del Deseado.
Por mi parte he creído ver en el relato de Guillaume, que
se trata de los últimos escarpamientos de este macizo por el
lado del E.
Coincidiendo el eje mayor de esta cadena con el de lagran
meseta andina y siendo paralelos (y casi de la misma esten­
sion) los ejes menores, no tituveo en creer que la una no es
mas que la continuación de la otra y que sin inconveniente
pueden llevar ambas un solo nombre, como por ejemplo, el
de Cadena Central, con que la distinguiré en adelante.
Respecto de los arroyos Gio, Eke y Charcamac, que se
abren pasbenlre esta cadena, me dice Guillaume que no ha
encontrado de ellos ningún vestigio sobre la costa, á no ser
algunos cauces secos, con agua estancada en las hendiduras
de la piedra, pero cree que no sea estraño'alguno de ellos á la
formación de unas grandes lagunas que encontraron en su ca­
mino, llegando después al mar sus derrames por el rio bajo
ya citado.
Hecha esta ligera digresión, vuelvo nuevamente al De­
seado.
Al N. de la Cadena Central que acabo de mencionar y co­
mo á 20 millas de distancia, nace otra cadena un poco mas
elevada que corre paralela á esta del mismo pié de la Cordil|e­
DE MARINA 165

ra, pero no se acompañan así mucho trecho, porque esta nue­


va cadena va disminuyendo.de altura, hasta ser sustituida por
unas mesetas de basalto semejantes á las que bordean el rio
Chico.
• El gran estuario que contiene el estrecho álveo del De­
seado ocupa el espacio comprendido entre estas cadenas que
lo encierran por el S. y por el N. y toma su arranque en el
mismo pié de la Cordillera donde alcanza su máxima depre­
sión, que es hoy la hoya de uno de los lagos mas bellos de la
región andina.
No sé hasta que punto sea exacta la apreciación que hago
de esta lonja de terreno, relativamente bajo, el considerarla
como el gran estuario del Deseado; y para que personas com­
petentes pued.n juzgar, me estenderé un poco mas sobre el
asunto. La formación del terreno, en primer lugar, difiere bas­
tante del territorio vecino: de E. á O. y de N. á S. se encuen­
tra cruzada por innumerables colinas y^namelones, aislados
unos, y en pequeñas cadenas otros, pero encontrándose sin
orden ni concierto en todas direcciones; y esto, con las enor­
mes piedras erráticas que se encuentran con frecuencia, indica
á las claras la formación glacial, que aparece aislada en esta
zona sin estenderse á los costados; por otra parte, el lago
actual y el cauce del rio abierto hondamente en la piedra viva
en casi toda su estencion, contribuyen á hacer creer que esto
fué el asiento de algún glacier ó el lecho de alguna poderosa
corriente que pudiese cambiar la faz del suelo con su acción.
Actualmente, aparte de algunos cerrillos donde se mani­
fiesta la piedra volcánica, el suelo está cubierto por una capa
superficial de tierra arenosa con manchones aislados donde
predominan los guijarros, y en general el pasto fuerte, la ce­
badilla y algunos arbustos se crian abundantemente en ella.
Antes de describir el rio, creo conveniente dar una ligera
idea del lago de que he hablado.
Los visitamos con el señor Poivre y el baqueano Lara.
Es un poco mas estenso que el San Martin y encuentro en
ambos mucha analogía. En su forma, su posición al pié de
166 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

las montañas, semi-circulado por ellas, y aún el aspecto de


estas mismas contribuyen á acentuar la semejanza.
Ocupa el centro de una hoya profunda, á la que se des­
ciende por un terreno quebrado, montuoso y escalonado; y el
desnivel entre las aguas del lago y las del rio no deja de ser
notable, apreciándolo en 700 á 800 piés, aunque no pueda ba­
sar este cálculo en una operación directa.
El panorama que presenta mirado á vuelo de pájaro, es
precioso y solo la fotografía podría dar una pálida idea de él.
Le calculo un largo de 20 millas por 14 de ancho, siendo su
forma casi ovalada. Sus aguas cristalinas tienen en conjunto
el mismo color azul-oscuro indefinible que solo puede encon­
trarse en la escala del colorido que va tomando el mar á me­
dida que se aleja de la costa; y esto, unido á los demás deta­
lles que se armonizan entre sí contribuyen á dar un aspecto
pintoresco aún hasta las dunas de arena cubiertas de arbustos
donde se rompen sus olas eternamente agitadas por el viento.
Las montañas del fondo son relativamente bajas, y de
muy lejos llama la atención ver en ellas dos grandes deprecio-
nes tras las cuales no hay ningún cerro, dando lugar á creer
que sigahácia el O. y N. O. tin encadenamiento de lagos se­
mejantes á los que forman la región hidrográfica del Santa
Cruz. Entre estas montañas se destacan dos picos, uno al N.
y otro al S., que parecen centinelas encargados de la guarda
de los misteriosos lagos.
El pico del S. tiene una altura de 4028 piés sobre el nivel
del lago ó sea 4650 piés sobre el del mar, y el del Norte un
poco mas bajo, alcanza á 3821, lo que dá para él la altura to­
tal de 4443 piés. La situación geográfica de ambos es respec­
tivamente 46 ° lat. y 72° long. O. para el primero y 18° 20’
lat. y 72 ° 3’ long. para el segundo.
Todas estas montañas tienen sus faldas cubiertas de
bosques, y por los restos de madera que veo sobre la playa
ellos son de la misma naturaleza de los que hay al S , á es-
cepcion de las cañas tacuaras ó coligúes que no hay en aque­
llas latitudes.
DE MARINA 167

Las aguas del lago provienen de innumerables manantia­


les y del derrite de las nieves.
Por el punto donde nosotros lo visitamos, hacia el E., le
cae por una cascada un arroyo de aguas sucias y coloradas de
6 metros de ancho y 1 m. 50 cents, de profundidad.
Otra de las analogías de este lago con el San Martin, es
que sus aguas no tienen salida por el E., pudiéndosele aplicar
las mismas teorías para esplicar este fenómeno.
La impresión agradable que me causa este lago y sus al­
rededores, lindo marco de tan precioso cuadro, será el re­
cuerdo mas grato que. conservaré de mi viage, y en uso del
derecho que tengo como primer descubridor, le doy el nom­
bre de «Lago Buenos Aires■>.
Antes de terminar sobre este punto, no debo dejar de
hacer notar una circunstancia que quizá envuelve el proble­
ma de una comunicación al Pacifico en esta altura. Los dos
indios baqueanos me contaron que cinco años ántes, se encon­
traban ellos con su tribu alojados en Pagie, donde mismo
estamos hoy, y que vieron desde allí sobre la costa S. del
lago, una gran humareda. El humo es el telégrafo de la pam­
pa y el indio rara vez lo confunde con otro fenómeno meteo­
rológico; así es que sin poderse esplicar la presencia de
ningún ser humano que lo hubiera producido en aquellos
parajes donde razonablemente no podia encontrarse nadie,
fueron al lugar del incendio y encontraron los restos carboni­
zados de un retazo de bosque, pero ni un indicio siquiera del
que lo habria quemado.
Uno de los indios me señalaba á la distancia el punto pre­
ciso donde esta había sucedido, diciéndome que el tiempo era
claro y despejado y que por consiguiente el fuego no venia de
las nubes.
Estos indios me han dicho siempre la verdad, y aunque
este relato se preste á algunas dudas, lo consigno sin embar­
go para el caso que pudiera tener su esplicacion en algún nau­
fragio en las costas del Pacífico ó en otras causas que no me
es dado imaginar.
El rio Deseado lo forman dos brazos que se unen á poca
168 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

distancia de aquí: el del S. es mas considerable y cae por una


cascada desde la gran meseta, y aunque no dudo que corra
sobre ella un largo trecho desde el S. O. no puedo sin embar­
go asegurar en qué punto preciso toma su origen. El otro bra­
zo lo forman muchos arroyuelos y manantiales que nacen en
el gran estuario en el espacio comprendido entre Pagie y el
lago, los cuales corriendo en todas direcciones entre verdes
vallecillos cubiertos de pasto, convergen á una laguna de
aguas claras encerrada entre altos murallones de la piedra
que forma el subsuelo del terreno. Esta laguna tiene una for­
ma curiosa: con un largo .de 5 á 6 millas apenas alcanza á 1[2
de ancho, y creo que es la misma que Musters señala en su
carta un poco mas redondeada aunque dándole un tamaño
efectivo aproximado.
Esta laguna no dá al arroyo una salida franca sino que es­
ta proviene de las filtraciones de ella que al principio forman
un bañado.
Después de juntárselos dos brazos á corta distancia, se
dirigen al E. y luego una curva hacia el N., y su cauce, que
desde el primer momento está encerrado entre dos altos mu-
rallones de basalto, no dá paso por esta causa por ninguna
parte hasta mas de 30 millas de allí; y es tal la configuración
de estas barrancas que ni aún permite' el acceso de los caba­
llos á beber en sus orillas, cuyo inconveniente bastante sério
remedian los indios buscando manantiales en las inmediacio­
nes cuando bajan al mar por su ribera.
Los indios y Guillaume me dicen que el valle del rio se
ensancha desde el momento que concluye el basalto, pero co­
mo son muy pocas y contradictorias las noticias que he podi­
do recoger sobre su estension y calidad de sus tierras y la
condición de los territorios vecinos, prefiero no avanzar nin­
guna hipótesis hasta esperar visitarlas personalmente, ó á lo
menos que alguno otro lo haga de una manera mas prolija.
Como se vé, este rio no nace como podría creerse del la^
go, que está á 600 ó 700 pies bajo su nivel, y al emitir la id^ea
de que sea el Deseado, ha sido porque me dan la convicción
de ello los datos de los indios que han seguido su curso hasta
DE MARINA 169

el mar y los de D. Agustín Guillaume que lo atravesó á 25 le­


guas de aquel en 1876. Su situación geográfica y la circuns­
tancia de no haber al N. ni al S. otro rio que corresponda al
curso de agua que desemboca en el puerto de ese nombre, ni
conocerse sobre el mar vestigios de algún arroyo que pudiera
creerse sea el que trato, son también un argumento que cor­
robora mi creencia. Verdad es que según Guillaume y otros
viageros, el arroyo que cae en el puerto Deseado es muy pe­
queño, sin alcanzar á una quinta parte del caudal de agua que
este arrastra, pero hay que tener en cuenta lo que en tan larga
distancia puede disminuir debido á la evaporación y á la ab­
sorción. que debe depender de la clase de los terrenos que
atraviesa; y además, comparar las épocas en que se ha atra­
vesado, porque la mayor parte de estos rios son alimentados
en su mitad ó dos terceras partes por el derrite de las nieves,
y su mayor ó menor volumen está sujeto por consiguiente á
la influencia de las estaciones.
Los manantiales de Pagie en el brazo Sur están situados
en lat. 46 42’ 50” S. deducida de la altura meridiana del
Sol.
Los datos que acabo de dar sobre el Deseado y sus nacien­
tes, son indudablemente deficientes, porque el poco tiempo
que le pude dedicar solo me permitió apreciar los rasgos mas
notables, omitiendo los detalles que serán el objeto de un
reconocimiento mas prolijo.
Antes de concluir sobre esta parte, no debo olvidar de con­
signar un detalle topográfico importante. Sobre la gran mese­
ta se levantan algunos cerrillos aislados cuya mayor altura
sobre el nivel de éste es de 480 piés. Estos cerrillos, cubier­
tos hoy dia de nieve, fueron los que vimos desde Péijete pa-
reciéndonos un cerro solo, por el efecto que producía su agru­
pación mirados desde léjos. Por el S. se ven desde 70 mi­
llas de distancia y por el N. serian también visibles desde muy
lejos si las ondulaciones del.terreno que disminuye paulatina­
mente de nivel lo permitiesen hasta mas allá de 45 millas, úl­
timo límite á que se puede divisar. Esta circunstancia hace
que sean una buena guia no solo para buscar el camino hasta
170 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

Deseado, sino para encontrar el de la falda de la meseta. Otra


guia muy notable también es un monte de la pre-cordiílera que
desde eí arroyo Olnie demoraba al N. 58 ? O. magn: Su si­
tuación geográfica deducida por marcaciones es de 47 ® 3’
lat. y 72 ? 4’ long. O. Le ha dado el nombre de Monte Zeba-
llos, en obsequio al Presidente y fundador del Instituto Geo­
gráfico, cuyos trabajos en todo lo que se relaciona con estos
estudios son tan conocidos y apreciados por sus conciuda­
danos.
• Desde que salí de las costas del Santa Cruz hasta el primer
brazo del Deseado, he seguido el camino que trajo -el Capitán
Musters, y he podido convencerme que este ilustre viagero,
que nos ha dejado tan interesantes noticias sobre las costum­
bres délos indios, descuidó algún tanto la topografía de la
estensa zoi.a que recorrió, loque se comprende debido á la
falta absoluta de instrumentos en que se encontraba, viajando
con una tribu supersticiosa que veria en ellos las peligrosas
armas de un brujo. Como se verá por la carta que acompaña
á su importante obra, faltan en ellas muchos detalles topográ­
ficos; y en general la situación geográfica de los lugares mas
notables difieren mucho de lo que he podido apreciar perso­
nalmente.
Desde Pagie adelante su rumbo fué siempre al Norte, y
desde mañana el nuestro se desviará un poco al NE. para
buscar el gran recodo que forma hacia el S. el rio Senger y
que tanta importancia tiene para el objeto de este viage por el
camino que nos acorta.
Dia 30.—Salimos de Pagie siguiendo las ondulaciones del
arroyo y caminamos 6 millas por la senda trazada por los
indios que debía indicarnos el paso alcanzado hasta un valle-
cito con mucho pasto que se 'estiende próximo al punto de
función de los dos brazos. El terreno recorrido hoy es muy
quebrado y abundante de pasto fuerte. Se notan indicios de
haber caído bastante nieve en el inyierno.
Dia 31.— Hacemos rumbo al.N. mgn. buscando un pequeño
arroyo que cae al Deseado y que se encuentra al otro lado de
la cadena de colinas altas de que he hablado antes.
DE MARINA 171

El terreno que recorremos tiene mucho pasto y dos ó tres


manantiales, pero es tan ondulado que sino fuese por la sen­
da de los indios ó el compás, á cada momento nos estravia-
ríamos separando mucho nuestro camino de la línea recta que
queremos seguir, pues los mamelones por cuyas faldas cara­
coleamos nos ocultan á cada momento la cima del cordon de
colinas que vamos á trasmontar á la segura, guia de los cer­
ros nevados de la meseta que tenemos que dejar á la es­
palda.
Muchos rodeos tuvimos que dar para llegar á la cumbre
de la cadena y desde allí divisamos á dos millas el cañadon
ancho y profundo por donde corre el arroyo que viene del
O. N O.
Desde esta gran altura divisamos con la mayor satisfac­
ción al N. 44 p E. y á 50 millas más ó menos de distancia, el
recodo donde el Senger dobla al N.E. señalado por un agru-
pamiento de cerros al pié de los cuales corre el rio cuyas ori­
llas tanto anhelamos alcanzar, y el estenso panorama que
nuestra posición nos dejaba contemplar nos hacia ver de an­
temano no solo los detalles del camino á recorrer, sino tam­
bién los menores accidentes de lo que ya conocíamos. Pudi­
mos también seguir hasta muy lejos el curso del Deseado
marcando al N. 78 © E. una alta punta de meseta al N. de él, y
que es lo último que se vé; y al N. 68 © E. un cerrito aislado
situado casi ála mitad déla distancia.
El monte Zeballos demora al S. 28. ° O. y el alojamiento
de Pagie, con el cerro volcánico^edondo qúe lo hace visible
desde lejos, queda al S. 2. ° O.
Al N. se estiende un terreno llano cortado ú veces por tro­
zos de mesetas que surjen aisladas con las líneas paralelas
perfectamente regulares.
Llegamos por fin al arroyo que los indios dan el nombre
de Aurqueguel ó sea Fuente de la Pluma, nombre curioso cu-
.ya etimología no he podido encontrar.
Es un arroyito insignificante de 1 m. 50 de ancho*por 0 m.
50 c. de profundidad. El ancho cañadon por donde corre hasta
172 DOCUMENTOS DEE DEPARTAMENTO

caer al Deseado está cubierto de pasto como en general todo


el terreno recorrido hasta aquí.
Dial? de Noviembre.—El punto que ocupjmos sobré el
arroyo, está situado en 46 ? 17‘ 30“ lat. según la altura meri­
diana del sol. La variación del compás alcanza á 18? 15’
N. E. y la temperatura de ebullición acusa un altura de 2132
piés sobre el nivel del mar. La temperatura media de hoy
es de 10 ? 50 centg. habiendo sufrido desde ayer á la tarde
un violento temporal del S. O.
Dia 2.—Salimos de Aurqueguel dirigiéndonos al N. 8 ?
E., rumbo á que queda la punta O. de la meseta mas próxima
que tenemos á la vista, al pié de la cual existen varios ma­
nantiales y unas lagunitas de agua potable.
Caminamos 13 millas por un terreno llano donde él pasto
es muy alto y abundante.
Esta circunstancia y el mayor desarrollo y vigor que se
nota en la vegetación, nos demuestra que nos acercamos ya á
la rica región que abraza las nacientes del Senger y del Chu-
but.
Los manantiales á que liemos llegado están rodeados de
abundantes pastos tiernos, y nacen de la falda de la meseta
que aquí acaba llenando después unas lagunas de agua sali­
trosa que ocupan una depresión del terreno. Los indios dan á
éste lugar el nombre de Kinsh y el vaqueano me refiere que
unos indios viejos le contaron que hace muchos años llegaron
desde el puerto Deseado hastg este lugar muchos cristianos,
y entre ellos una señora, que venían á pié: permanecieron
muy pocos dias y luego volvieron, por donde habían venido.
Me ha sido imposible precisar que viajeros sean estos ni la
fecha aproximada de donde parte esa tradición.
Desde la cumbre mas altase divisan al.N. 58? E. los
cerros de la costa N. del Senger que desde allí parecen diri­
girse al N. E. hasta perderse de vista, y el cerrito aislado que
he mencionado entre lós]dos rios demora al N. 89? E. Alcal-
zo también á distinguir al S. del Deseado á 25 ó 30 millas de
distancia, una punta muy alta que se destaca cortada en án-
DE MARINA 173

guio recto y que por su aspecto parece ser de basalto lo mis­


mo que la que corre al N. Su demora es al S. 68 ? E.
Dia 3.—El baqueano 'no conoce el camino que tenemos
que recorrer hasta llegara! Senger, cuya distancia no creo ma­
yor de 45 millas.
Si al salir del Deseado hubiese conocido mejor la topogra­
fía del terreno y la facilidad que hay de encontrar agua en la­
gunas ó manantiales, la distancia que nos separa seria mucho
menor porque cortando directamente al Senger, guiados por
los altos cerros que tenemos á la vista, habría seguido la cuer­
da del arco que vamos describiendo en nuestra marcha.
Al cabo de algunas horas de camino, durante las cuales
vamos adelante con el indio buscando las. aguadas, llegamos
áun manantial permanente que corre en cierto trecho y que
cae á una lagunita donde sus aguas adquieren un gusto salo­
bre no impotable.
Hemos visto en el camino otras aguadas, pero he prefe­
rido buscar las permanentes, que por lo regular se encuentran
á las faldas de las mesetas ó al estremo de los cañadones.
El nivel del terreno va descendiendo lentamente, ocultán­
dose por'esta circunstancia los cerros del S. O.
El pasto fuerte y una especie de cebadilla de tallo duro,
abundan hasta donde alcanza nuestra vista; y nos incomoda
mucho el humo de un incendio producido hace dos dias por
haberse arrojado imprevisorainente un fósforo, y que aún con­
tinúa, abrazando en este momento una zona que calculo ma­
yor de 10 leguas cuadradas.
La distancia recorrida hoy es de 12 millas. El manantial
donde estamos alojados demora al N. 51 ? E. del alojamien­
to de Kinsh y al S. 62? O. del último cerro de la punta del
Senger.
Dia 4.—Dejamos el manantial y nos dirijimos directa­
mente á la costa del Senger llevando como guia los altos cer­
ros que acabo de mencionar.
El descenso del terreno se acentúa cada vez más; las on­
dulaciones llegan á hacer un poco incómoda la marcha y el
pasto y las aguadas no escasean, especialmente en el'naci-
174 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

miento de los últimos cauadones que desembocan sobre


el rio.
La marcha que liemos hecho ha sido un poco larga con
relación á las anteriores, pero quedamos compensados por­
que alojamos al finen la ribera de este rio tan poco conocido
y que tanto me interesaba alcanzar.
Permaneceremos aquí algunos días más para recorrer las
'inmediaciones y poder dar algunos detalles mejor funda­
dos.
Dia 5.—La observación de hoy me dá para el punto mas
meridional del rio, que es el vértice del ángulo que forma vi­
niendo del N. O. y doblando después rápidamente al N. E.,
45® 58’ 36” lat. y por marcación 69 ® 46’long. O.
Con la llegada á este punto considero zanjadas las mayo-
res dificultades que pudieron haber hecho fracasar mi viage:
en adelante el rio Senger nos llevará al Chubut con solo se­
guir simplemente sus orillas y mas que ingrato tendrá que ser
el terreno que atravesamos para no proporcionarnos el poco
pasto que necesitan nuestras cabalgaduras.
Debido á la circunstancia de correr el rio Chico de N. O.
á S. E. y el Seoger de S. O. á N. E. la distancia entre ambos,
solo es de 55 leguas en línea recta, aunque prácticamente
haya que agregarlo algunas más por las vueltas del camino y
las ondulaciones del terreno.
Consultando mi diario y croquis que dia á dia vengo
construyendo, veo que en todo el corto trayecto hecho entre
uno y otro rio el agua y el pasto son tan abundantes, que las
jornadas, con escepcion de dos ó tres, pueden hacerse sin su­
jetarse á la necesidad de tener que ir á aguadas prefijadas, y
aún esta restricción de dos ó tres jornadas desaparecería con
un reconocimiento prolijo, porque el agua y el pasto abundan
donde quiera en esta zona tan próxima á los Andes.
El resúmen de las indicaciones para ir desde esta punta
á encontrar el rio Chico por el camino que hemos venido, es
muy sencillo; el alojamiento de Pagie sobre las costas del rio
Deseado demora de aquí al S. 30 ® O. cuyo rumbo hay que
seguir hasta que el terreno, que se va elevando insensiblemen­
DE MARINA 175

te, permita distinguir los cerros tan característicos que hay


sobre la gran meseta inmediatos á él; y el arroyo Aurqueguel
que necesariamente hay que encontrar por correr al E. S. E. y
algunos otros manantiales proveerán el agua suficiente para
hacer las jornadas cortas hasta llegar al brazo N. del Desea­
do. Como este no tiene por el E. otro paso que aquel por don­
de hemos venido, cualquiera desviación en el rumbo no tendrá
consecuencias, porque siguiendo la linea del rio, aguas arri­
ba, permitirá necesariamente encontrar la huella délos indios
que se sigue hasta cruzarlo.
Una vez llegado á Paige, la senda sigue á poca distancia
de la gran meseta, y aunque el viagero trate de desviarse in-
tencionalmente,la misma naturaleza le opondrá obstáculos in­
superables y le irá trazando el camino por aquella falda hasta
llegar al arroyo‘Gio después de haber atravesado el Eke y los
manantiales que corren paralelos á él.
Desde Gio hasta el arroyo Olmie la línea N. á S. hará
encontrar el gran cañadon que corta la cadena de cerros com­
prendida entre estos dos arroyos; y si esta indicación no fuese
basta’nte, la señal mas segura es dejar siempre al N. 25 $. O
el agrupamiento de los cerros de la gran meseta cerca de De­
seado que aparecen á lo lejos como uno solo.
Desde Olmie hasta el rio Chico la distancia es insignifi­
cante, y se preocupará solamente buscar un buen paraje para
cruzar la meseta de basalto angosta que parece atravesada en
el camino, y una vez hecho esto seguirla faldeando hasta lle­
gar al rio, en cuyo trayecto se encontrarán numerosas laguni­
tas y algunos manantiales con pasto.
El paso de toáoslos arroyos que hay que cruzar debe
procurarse buscarlo siempre aguas arriba y nunca aguas aba­
jo desde el momento en que comiencen á correr amuralla­
dos.»
Hasta aquí mi diario.
He creido señor Ministro que en obsequio á la concisión
que debe tener un informe de esta naturaleza, de suprimir por
insignificantes los detalles que se relacionan con nuestra mar­
cha hasta el Chubut, siguiendo constantemente la orilla dere.
176 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

cha del Senger, marcha monótona sin accidentes de ninguna


clase.
Como este rio es casi desconocido, trataré de hacer de él
una descripción general á grandes rasgos porque no tengo
mas datos que los de los indios (que me merecen entera fé) y el
reconocimiento personal que acabo de efectuar, tan rápido, y
en cierto modo deficiente debido á que mi tránsito por sus
orillas respondía á estudios de otra naturaleza.
El Senger, principal afluente del Chubut, es formado por
diferentes brazos que nacen en las primeras vertientes de las
cordilleras; su región hidrográfica este! comprendida entre los
43 $ 20’ y 46" lat., desprendiéndose su brazo mas septentrio­
nal de las proximidades del Corcovado, casi á la altura del
paso de Wekel. Este brazo llamado Jenuepor los tehuelches
corre de N. E. á S. O. y va recibiendo sucesivamente las
aguas de los arroyos Tejer, Senger, Senguel y Ayon que vi­
niendo del O. N. O. lo encuentran en su curso. Reunidos así
en un solo cuerpo llegan á los 69 ® 45’ de long. donde dá una
violenta vuelta al N. E. y corre con este rumbo hasta caer en
el Chubut en 43 ® 37’ 30" lat. y 62 ? 42’ long. O, situación
aproximada porque diferentes causas me impidieron deter­
minarla con exactitud, El brazo mas meridional, el Ayon, le
cae á 7 ú 8 millas antes de la gran vuelta y desemboca á él
por una angosta cañada que tuve ocasión de ver.
La rara desviación del curso del Senger, como se verá en
el croquis, es debida á que sigue las ondulaciones de una alta
cadena de cerros que nacen próximos á la Cordillera y que vi­
niendo del N. E/forma en el centro de lo Patagonia un ángulo
casi rectángulo cuyos lados sigue ebrio hasta el 45° 39’ lat.
próximamente; el terreno que se es tiende al S. aunque ondu­
lado es bajo, y el aspecto de este agrupamiento de los cerros
de la costa N. mirados desde lejos, es el mismo que de un bos­
que surgiendo derrepente en la llanura.
Al llegar á los 45° 44" lat. el rio se divide nuevamente
en dos brazos y cala uno de ellos se precipita en un bajo pa­
ra formar dos grandes lagunas de aguas coloradas y sucias
poco distantes una de otra, que aparecen aisladas aunque se
DE MARINA 177

unen al estremo N. por un canal, segun los informes de los


baqueanos lo cual no pude corroborar por no permitirme el
rio paso al otro lado.
Estas grandes lagunas, que los indios llaman Colhue, y
cuyo relieve solo toméá ojo, están muy lejos de tener el ca­
rácter y la belleza de los lagos andinos. Sobre su profundidad
nada puedo decir aunque creo que no es mucha. Por las seña­
les que he visto en sus orillas deben sufrir grandes variacio­
nes de nivel debido á las crecientes del rio que dan lugar á la
formación délos pantanos que he encontrado en sus inmedia­
ciones y que han sido una de las causas de no poderlas visi­
tar con detención.
Antes de caer á las lagunas el Senger tiene un ancho me­
dio de 20 metros de ancho por 1 m. 40 cts. de profundidad
con una corriente media de 5 millas, y al salir se encuentran
sus aguas disminuidas en mas de un tercio, cuyo fenómeno
solo me esplico por la inmensa evaporación que debe produ­
cirse en esta sábana de agua estensa y poco profunda espuesta
á los secos y casi constantes vientos andinos.
El desagüe para formar el nuevo rio, verdadero fénix que
renace de sus cenizas, es un detalle digno de llamar la
atención. La gran laguna se encuentra dividida de otra mas
pequeña, que dá salida al rio, por un angosto contrafuerte que
no tiene ninguna abertura visible por donde pueda pasar el
agua, y dá lugar á creer que la comunicación entre ambas se
hace por infiltraciones.
Después de su salida, el rio casi sin corriente se interna
por un cauce amurallado de piedras basálticas formando un
estenso bañado donde apenas se distingue entre los juncos la
línea ondulada del canal principal. Después adquiere poco’á
poco mas corriente; el bañado desaparece, y donde las me­
setas terciarias suceden á la de la lava el rio corre ya entre
dos pequeñas barrancas de 1 metro 80 centímetros de altura
sobre su nivel.
Se nota sobre las orillas rastros de inundaciones que de­
ben cubrir el terreno con mas de 1 m. de agua.
Desde los lagos adelante puede decirse que el Senger no
178 D.OCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

tiene valle porque no merece este nombre el angosto bajo de


pocas cuadras de ancho, reseco, grietado y con poca vegeta­
ción donde el rio serpentea de una á otra barranca; algunas
leguas antes de caer al Chubut vuelve nuevamente á caer en­
tre barrancones ó lame la falda de numerosos cerros de gres
hasta hacer imposible seguir por allí su curso, siendo necesa­
rio desviarse algún tanto de sus orillas para buscarlas des­
pués; y como es natural, poco útil puede esperarse de para­
jes en estas condiciones.
En cuanto al territorio que se estiende á ambas márgenes
en todo este trayecto que abraza mas de la mitad de su esten-
sion efectiva, es muy quebrado y su vegetación, aparte de
algunas variedades de arbustos, es lo mas [pobre que he visto
desde mi salida de Santa Cruz, todo lo cual me autoriza á creer
que esta parte del Senger no tiene valor ninguno bajo el pun­
to de vista económico.
Sin embargo de esto, sus orillas ofrecen los recursos su- .
ficientes para el trasporte de ganados en la mayor escala
que pueda reclamar el comercio.
Los dignos y progresistas vecinos del Chubut, señores
D. Juan Thomasy D. Luis Joñas fueron los que por primera
vez visitaron este rio, hace pocos años, hasta algunas millas
mas allá de los lagos y levantaron algunos croquis. El del
señor Thomas lo creo mas exacto; y en cuanto al del señor
Joñas le he encontrado una diferencia de 35 leguas en la si­
tuación geográfica del gran recodo del Sur que él coloca en
los 47 ° 301 de lat. y que según mis observaciones llega ape­
nas al 46 °
’ Lo demás que podría estractar de mis observaciones so­
bre este rio, no creo que tenga la importancia necesaria para
merecer la atención de V. E.
Después de esto diré algo sobre el rio Chubut.
Desde mas al Oeste de su confluencia con el Senger mis
noticias no tienen otra base que las relaciones de los indios
tanto sobre su curso como de las condiciones del suelo.
Parece que su región hidrográfica principia no lejos del
DE MARINA 179

la Nahuel-Huapí y viene á encontrarse con la del Senger á in­


mediaciones del Corcovado.
Esta estensa zona esté actualmente ocupada por indios
Tehuelches, Pampas y algunas tribus Araucanas; y aquellos
con quienes he hablado no se cansan de ponderarme la ri­
queza de sus pastos, la abundancia de aguadas, la fertilidad
de los valles y la de las faldas de las montañas cubiertas de
bosques, todo lo cual pone á esta región y la del Senger en
las mismas condiciones que las que riegan los afluentes del
Rio Negro.
Este verdadero oasis de la Patagonia setentrional, aisla­
do al pié de los Andes, está separado del mar por un estenso
territorio sumamente quebrado, con malísimos caminos cor­
tados á veces por retazos pedregosos que hacen difícil é in­
cómoda la marcha.
La parte que he recorrido del Chubut, que es la compren­
dida entre su confluencia con el Senger y el mar, ofrece poco
porvenir para el futuro porque el rio corre constantemente por
entre un hacinamiento de cerros de piedra desnudos de toda
vegetación donde no es posible el planteamiento de ninguna
industria, y solo deja libre el valle que actualmente ocupa la
colonia Galense que no se estiende á mas de 35 millas al in­
terior, lo que es muy poca cosa atendido á que, aunque apto
para la agricultura, necesita el riego artificial para dar algún
producto.
Personas mas competentes que yo han informado ya so­
bre este retazo del rio y por esta causa evito entrar en mas
detalles en que no haria sino repetir lo que ellos han dicho.
El 28 de Noviembre, después de dos meses de viaje, lle­
gué por fin á la Colonia Chubut. -
En este largo trayecto desde la salida de Santa Cruz no
me ha faltado un solo dia el agua ni el pasto para la caballa­
da apesar de haber hecho siempre jornadas muy cortas. La
caza mayor y tnenor ha sido abundantísima en todas partes; y
seguramente llamará la atención de V. E. el hecho digno de
notarse de que en todo el camino casi todos los' dias figuraba
180 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

en nuestra mesa el pescado que nos proporcionaban los ríos,


arroyos y arroyuelos que hemos encontrado.
Cada cinco ó diez leguas he sembrado árboles frutales
que traje esprofeso, y algunos años después quizá cause sor­
presa el encuentro de estas plantas verdaderamente exóticas
en aquellas regiones.
Las tres cuartas partes del trayecto lo hemos hecho por
la ribera de rios y la otra cuarta por entre las vertientes mas
ó menos considerables que nacen en los primeros cerros de la
Cordillera.
Siguiendo casi constantemente la senda trazada por el
tránsito délos indios que prefieren dar algunas vueltas antes
que pasar donde haya piedra, nuestros caballos han llegado
con los cascos perfectamente sanos, apesar de haber salido sin
herraduras, y en tal estado de gordura como no habia ningu­
nos en el Chubut.
Durante este largo viage, atenidos siempre á los recursos
y elementos que sacamos de Santa Cruz, no hemos tenido el
menor tropiezo, no hemos perdido un solo caballo, y en las pá­
ginas de mi cartera no está registrada ni la mas insignificante
aventura de viage de aquellas que hacen el encanto de los tu­
ristas.
Creo que es este el mejor elogio que puedo hacer de la
via de comunicación tan fácilmente encontrada desde el Chu­
but á Santa Cruz, la cual, puedo asegurarlo al señor Ministro,
será utilizada para el trasporte de ganado antes de concluir
el presente año. Me atrevo á afirmar esto porque ha quedado
listo en el Chubut un arreo de trescientas ornas vacas que so­
lo esperan la entrada de la primavera para ponerse en marcha
hasta Santa Cruz ó Rio Gallegos; y su llegada, que espero en
buenas condiciones, probará mejor que ningún otro argumen­
to la practicabilidad de la nueva via.
Volviendo al Chubut, poco podría decir á V. E. sobre esta
colonia, primer ensayo de la colonización oficial en Patago-
nia, que no esté ya consígna lo en la Memoria Anual de In­
migración en aquello que se refiere á su población, produc­
DE MARINA 181

ciones, comercio y situación topográfica; únicamente espon-


dré algunas reflexiones que me he hecho sobre su porvenir.
Examinadas con detención las condiciones de esta Colo­
nia se vé que ella no llegará nunca sino á un cierto grado de
desarrollo y quedará luego estacionaria sin tener donde es-
tenderse mas allá de las únicas 35 millas utilizables que tiene
el valle donde está situada, porque á todos lados y por mu­
chas leguas la circunda un desierto árido, estéril y sin agua;
verdadero círculo de hierro que la contendrá en su reducido
límite, esponiéndolaá disminuir de la importancia que haya
alcanzado el dia en que las continuas siembras debiliten este
rico trozo de tierra que no tendrán después como abonar sin
que los gastos superen á las entradas.
Los alrededores del Chubut al S. y al N. son lo mas po­
bre que es dable concebir. Es un retazo de la Tierra Maldita
que imaginó Darwin; helada en invierno abrazadora en vera­
no, y no es imposible que su recuerdo contribuyese no poco á
que el sábio viagero hiciese estensivo á toda la Patagonia este
nombre que le aplicó con tan poca justicia.
Si á lo menos la Colonicé contase con un puerto seguro
en vez de la playa brava deque actualmente se sirve, podria
esperarse que fuera el punto de escala por donde se comuni­
casen con el mar las futuras poblaciones que tarde ó tem­
prano prosperan á la falda de los Andes, cuyo comercio
tendrá que hacerse por la larga y difícil via del rio Negro ó
por la aun incierta que le ofrecerán el Puerto Nuevo ó el Gol­
fo de San José.
Esto en cuanto al futuro, porque actualmente todos los
colonos gozan de una posición desahogada é independiente
que han sabido formarse á fuerza de trabajo y esa rara cons­
tancia que solo se encuentra en la raza anglo-sajona. Han lu­
chado con la miseria, con la falta de comunicaciones, con las
dificultades casi insuperables que al principio les ofrecía el
riego artificial de las sementeras; y al fin, triunfando, están
con razón orgullosos de que su colonia tiene actualmente vida
propia y echa también en las arcas de la Nación su pobre gra­
182 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

no de arena para ayudar como todos al sosten de la comu­


nidad.
Aislados, entregados á ellos mismos y sin conocer casi
el color de nuestra bandera durante muchos anos, no me es-
trañaquelos primeros tiempos se hiciesen acreedores al cargo
que se les hizo de que reinaba entre ellos cierto egoísmo so­
cial ó de raza que los hacia escluir indirectamente de su co­
munidad á los miembros de cualquier otra nacionalidad; pero
hoy no merecen tal concepto, y á medida que la comunica­
ción se ha hecho mas fácil su roce con el resto de la Repúbli­
ca no solo les hace amar^nuestra bandera sino que sus cos­
tumbres se van amoldando poco apoco á las nuestras y no
está lejano el dia en que los habitantes del Chubut solo se di­
ferencien por el tipo de raza de los paisanos y trabajadores de
nuestras provincias.
La inmoralidad intachable de esta población está gráfica­
mente demostrada en este solo hecho; pocas son las casas que
permanecen cerradas durante la noche, y varias veces al re­
correr la población durante aquellas horas he tropezado con la
ropa recien lavada que las lavanderas dejan á sec r en la calle
aprovechando los arbustos que el tránsito no ha conseguido
aún destruir y muebles ó cualquier objeto de uso quedan así
en los fondos sin cercado de las casas sin otro guardián que
la honradez de los vecinos. No hay tampoco en el Chubut nin­
gún soldado de policía y cuando se produce por escepcion al­
gún desorden el vecino que se encuentra mas á la mano es el
primer agente de la autoridad.
El estado sanitario de la población debido á la bondad del
clima, que es general en toda la Patagonia, queda también re­
tratado en el hecho increíble de que no haya ningún médico ni
curandero para atender aquel agrupamiento que pasa de mil
almas; y el cuadro de las defunciones de cada ano no registra
en proporción mayor número que el del país mas sano del
mundo.
Mucho mas podría agregar sobre esta colonia estractan-
do de mis apuntes pero como solo trataría de asuntos que son
DE MARINA 183

del dominio de todos, prefiero suprimirlos para no dar mayor


estension á esta.
Al dia siguiente de mi llegada al Chubut, comencé á hacer
los preparativos para dirigirme al rio Negro.
Sabia de antemano por mi compañero, de viage D. Cipria­
no García y por los indios vaqueanos, que el camino de las
costas era impracticable en esta estación por la falta absoluta
da agua en todo el trayecto, que solo se encuentran en invier­
no hasta veinte dias ó un mes después de cada lluvia; pero
me quedaba abierto otro camino posible en el verano, que
partiendo desde cinco leguas al O. de Gaiman, toma al N.
hasta caer á Choele-Choel sin mas travesía que una de 20 á
25 leguas entre el arroyo Corral Chico y rio Negro. Este ca­
mino es muy conocido de los indios del cacique Chiqui-
chano del Chubut: tiene aguadas permanentes pero la travesía
que he mencionado es inevitable en invierno y en verano por­
que el terreno allí es arenoso y el agua de las lluvias es ab-
sorvida en el acto de caer.
El camino de la costa es recorrido todos los años por
varios vecinos de Patagones establecidos en el Chubut. y por
tanto cualquiera de ellos es vaqueano de él; pero el de la Sier­
ra de Valcheta solo es conocido de los indios porque por él
se comunican con el rio Negro las tribus establecidas en las
nacientes del Senger y del Chubut. Mi vaqueano, el indio La-
ra, lo había recorrido varias veces y me repetía con frecuen­
cia que no encontraríamos en él dificultades mayores que las
que habíamos zanjado al venir de Santa Cruz. Y debe ser así
cuando los indios van y vienen hasta con sus toldos, por cu­
yo motivo resolví aprovecharlo contando llegar á Choele-
Choel antes de quince dias después de mi salida.
Al saber mi resolución, los vecinos mas caracterizados
de la Colonia trataron de disuadirme de ese propósito espo-
niéndome la seguridad absoluta que tenían de que en la cru­
zada no dejaría de caer en manos de los indios Pampas ó
Araucanos. Efectivamente, corrían en la población las no­
ticias. mas exajeradas, sobre invasiones que efectuaban con
frecuencia en Rio Negro; y agregaban además que á mi lie-
184 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

gada á Choele-Choel no encontraría allí las fuerzas naciona­


les que aún no habrían regresado de Buenos Aires.
En vista de este contratiempo me encontré sin saber que
partido tomar, porque los últimos diarios y cartas de Buenos
Aires quehabia en el Chubut no hablaban nada sobre el re­
greso de las fuerzas ala frontera sin. cuya presencia era
imprudente emprender viage, y resolví pedir datos oficiales
al rio Negro aprovechando la salida de una balandra.
Esperé dichas noticias, casi dos meses y dudando que lle­
gasen pronto creí conveniente suspender el viage hasta mejor
oportunidad.
Concluyendo aquí la relación de este viaje, creo que son
de este lugar algunas consideraciones que me sugiere el con­
junto del vasto territorio que acabo de atravesar.
Al recorrerlo varias veces de E. O. hasta los confines
inaccesibles de la cordillera de N. á S., desde Santa Cruz al
Chubut por la falda de los Andes, y luego una regular por­
ción de la costa hasta algunas leguas al Norte de San Ju­
lián, he podido formarme una idea casi correcta de la cons­
titución geognóstica y aspecto topográfico de este país, fun­
dado en-las observaciones que he hecho en el terreno que
vienen á completar ó rectificir los datos que se tenia de él,
los que con raras escepciones solo se basaban en escursiones
hechas en las costas marítimas ó de una parte de las ribe­
ras de los rios que descienden al E.
La Patagonia, según la impresión que deja enla mente su
recuerdo, no es una llanura cubierta de ondulaciones suaví­
simas y prolongadas como las que vemos en las Pampas que
rodean á. Buenos Aires ó las que seestienden al O. hasta Cór­
doba.
No es tampoco una Suiza como su región andina ó como
las comarcas que binan el Neuquen.
Es un país violentamente ondulado compuesto de una su­
cesión de hondos bajos ó de proporcionadas colinas que cons­
tituyen un verdadero laberinto de desnivel, de suerte que es
imposible ó difícil determinar en general la dirección unifor­
me de sus ejes mayores, pero se observa que la sucesión de
DE MARINA 185

mesetas sigue elevándose gradualmente á medida que se


acercan los Andes.
La vista del viagero busca en vano en la mayor parte del
territorio la capa gris, rica de vidi, que constituye la tierra
vegetal del terreno de la Pampa ó de la región boscosa de En-
tre-Rios y de los mismos valles andinos; y en su lugar encuen­
tra un denso manto de formaciones detríticas constituido por
todos los materiales que la desagregación de las rocas primi­
tivas arrojaba sucesivamente al E. dando origen á la gran capa
de guijarro que todos los viageros han observado en la Amé­
rica del Sur descTe los Andes Bolivianos hasta estas regiones,
con un espesor variable desde 200 á9 pies que es el que he
visto durante este viage.
Tendida sobre la formación terciaria ó patagónica que
caracteriza la geología de este país, según lo revelan los cor­
tes hechos en el terreno por los ríos ó torrentes, dicho manto
pedregoso forma la superficie del suelo que se contempla y
presenta en informe y monótona mezcla desde la tierra vege­
tal en formación hasta la lava de los volcanes, y desde el gra­
no de la mas fina arena hasta las piedras erráticas de enor­
mes dimensiones.
El sistema hidrográfico de la comarca se halla reducido al
lecho amurallado de los rios, que casi todos se precipitan al
Atlántico con velocidad de torrentes, y á una serie de lagos,
sin desagite los unos, con salida á los rios los otros donde se
reunen las aguas de las regiones elevadas.
Sobre este territorio silísico y basáltico, seco por lo ge­
neral, no es posible la vida vegetal exhuberante y hermosa
como la que encanta al viagero al entrar á la región andina
que la limita por el CL
La vegetación en su conjunto general se compone de ar­
bustos raquíticos y espinosos, algunas yerbas aromáticas y
un pasto duro, fuerte, poco elevado, que lo comen bien las
vacas y los caballos, y cuya abundancia depende del terreno y
de las condiciones climáticas de la zona en que nace. Así ve­
mos que cerca de las cordilleras y en la Patagonia Austral es
este mas abundante y espeso, debido á la mayor cantidad de
18:5 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

agua ó nieve que allí cae. Los valles de los ríos, las cañadas
y las depresiones de la gran meseta de la lava presentan con
frecuencia oasis de pastos tiernos á propósito para engorde.
Como los pastos en mayor ó menor abundancia, según
donde nacen, son el producto de la humedad de las nieves in­
variables del invierno no están casi sugetos en su desarrollo
á la ateruativa de lluvias que pudieran caer en el resto del
.año; y esta ventaja inapreciable hará que las haciendas que
en ellas se crien estén á cubierto de las grandes secas, azote
de nuestra rica campaña.
Con motivo del plantel establecido en Santa Cruz, me
convencí prácticamente que la crianza de ganados es posible
en un país en estas condiciones.
En 1877 se mandaron allí unas ovejas en pleno invierno
y las que no murieronen los cuatro primeros dias por el esta­
do de flacura en que se encontraron al llegar, han vivido y
progresado satisfactoriamante hasta la fecha. En 1878 llega­
ron cien vacas y después de los primeros dias que emplearon
en reponerse del viage y quedar en su estado normal las sa ¡ué
de un pequeño valle en que estaban y las hice pastorear en un
retazo de terreno que elegí espresamente corno tipo del ter­
ritorio en general, con la misma calidad y cantidad de pastos
que pudiera encontrar en cualquier otro retazo tomado al azar.
Las vacas han pasado allí dos años y no solo no han sufrido
por el clima ni Igs pastos, sino que á la salida de un invierno
riguroso se mitó una que tenia mas de dos arrobas de gordu­
ra. No se ha muerto ninguno de los muchos terneros nacidos
entre la nieve que tenia hasta 2 decímetros de espesor; igual
cosa sucede con el ganado caballar aunque no respecto de las
ovejas porque la parición de invierno solo se salva un 25 ó
un 30 O[O.
Cuan lo hice el esperimento de que hablo, calculé que si
las vacas se morían en esas condiciones habríamos ganado
mucho mas con su pérdida sabiendo que aquellos terrenos no
se prestaban á las crianzas, y no debíamos por tanto esperar
nada de ellos en ese sentido.
El buen resultado obtenido no podía estragarme porque
DE MARINA 187

en Punta Aranas situado 2 ° mas al S. es notorio que prospe­


ra la raza vacuna adquiriendo un tamaño superior á nuestros
ganados: y sabia además que en el paralelo de Gallegos, sobre
la Cordillera, existia una gran cantidad de caballos y vacas
salvajes que en el invierno se guarecen en los bosques.
Las aguadas de la Patagonia rara vez se encuentran so­
bre la costa y es este el motivo porque no han podido ser
bien conocidas de los marinos por las dificultades que presen­
tan aquellas tierras quebradas para recorrerlas á pié hasta las
pocas millas al interior donde aquellas se encuentran, por lo
regular en el nacimiento de las grandes cañadas que desem­
bocan en el mar. El almirante Fitz-Roy en San Julián estuvo
muy apurado por la falta’de agua habiéndola sino embargo, cer­
ca de donde él estuvo como he tenido ocasión de comprobar­
lo personalmente.
La parte comprendida al N. del 47 ° hasta el Rio Negro
puede dividirse de N. á S. en dos zonas que presentan el con­
traste mas resaltante: la de la costa sin valor ninguno escep-
tuando la península de Valdez, la pequeña faja del Chubut y
uno que otro puerto como el de Santa Elena y la Bahía del
Horno, sin rival en'el Atlántico como puerto militar; y aque­
lla otra que baña las nacientes del Chubut y del Senger que
todas las noticias que tengo de ella concurren á igualarla con
las comarcas del Neuquen y de las nacientes del Limay, y
que como ellas está llamada á un gran porvenir el dia en que
la Nación concluya definitivamente la campaña decisiva que ha
iniciado contra los indios.
Desde el 47 ° para el S. son ya las costas las que se pre­
sentan en mejor condición para poblarse que ¡as tierras del
interior. Esta zona de 12000 leguas cuadradas presenta cinco
puertos, Deseado, San Julián, Santa Cruz, Gallegos y San
Gregorio para el asiento dé las primeras poblaciones; pero el
principal de ellos, por su. situación en el Estrecho al alcance
de los paquetes interoceánicos, será el de San Gregorio desde
el cual podría en todo caso atenderse con embarcaciones pe­
queñas el comercio y la comunicación con las otras colonias
188 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

que quedarían de ese modo en mejores condiciones que con la


comunicación directa de Buenos Aires.
La parte comprendida entre Santa Cruz y el Estrecho
presenta á mi modo de ver mejor porvenir que la que se es-
tiende al N. Casi aislada del Continente por un rio torréntoso
y sin vado ha sido esplorado desde hace muchos años por
agentes del Gobierno Chileno, y ha sido y es aún el sueño do­
rado de los colonos de Punta Arenas que esa Colonia sea la
cabeza de un país pastoril cuyos ganados nos harían mas tar­
de competencia en el comercio del Pacífico.
Desde el rio Deseado hacia el S. las vertientes de los An­
des gozan de un clima tan áspero ó ingrato que toda tentativa
de población allí sería infructuosa y los valles que la atravie­
san solo servirían para invernar en la buena estación las ha­
ciendas creadas en el litoral.
Esta misma ingratitud del clima en esa parte presenta Sin
embargo una ventaja momentánea que voy á tratar de espli-
car: al N. del Deseado los indios pueden vivir en invierno cer­
ca de las Cordilleras, y cuando sean perseguidos,- buscarán
allí refugio que les servirá de guarida hasta su completa
reducccion; pero al Sur., donde el terreno principia á elevar­
se con la Cadena Central aumentando la influencia de latitud
sobre el clima, la vida no es posible para los pocos recursos
delindio sino hasta cierta distancia del mar. Así vemos que
los Tehuelches que actualmente la habitan procuran siempre
conservar las mejores relaciones de la costa á fin de no ser
hostilizados cuando el invierno les obligue á bajar á ella. Es
por esta razón que creo que las futuras poblaciones estarán
siempre á cubierto de cualquier clase de indio que las viscisi-
tudes de la guerra arrojen hácia el S. sin tener en cuenta la
barrera inespugnable que por otra parte les presentaría el
Santa Cruz para llegar al estremo del Continente.
No me formo señor Ministro grandes ilusiones sobre las
ventajas que podríamos reportar en los primeros años de ¡a
colonización de estos territorios, pero creo cínceramente que
cualquier esfuerzo que haga la Nación en este sentido no le
traería ninguna pérdida material sino la ventaja de principiar
DE MARINA 189

desde ahora á hacer productivo un país tan estenso que en to­


do caso representa un gran capital que no solo ¡no dá ningún
interés sino que su conservación nos ocasiona constantemente
ingentes-gastos. Esto, encarando la cuestión bajo'el punto de
vista económico que es el único en que puedo’entrar.
Es indudable que los primeros ensayos de población en
una región tan apartada, presentan algunas dificultades qué
solo se al lanar ian dotando álos primeros colonos de una ma­
nera tal que les indemnizase el aislamiento y las miserias que
necesariamente tienen que pasar los primeros años donde na­
da hay y donde es preciso llevar todo de otra parte.
Estando tan lejanos de las fuentes de producción y de
consumo no podemos colocarlos en el mismo nivel protector
que aquellos otros colocados cerca de las ciudades y al alcan­
ce de los ferro-carriles y que pueden por tanto gozar las ven­
tajas morales y materiales que proporciona la proximidad de
los grandes centros de población.
Concluyo, señor Ministro, esta ya muy larga comunica­
ción, y.si la misión de que doy cuenta no ha sido llenada de la
manera satisfactoria que habría podido esperarse, pido'á V.
E’. me quiera disculpar aunque no fuese masque en mérito de
haber puesto en su cumplimiento toda la buena voluntad que
me animaba.
Tengo el honor de saludar á V. E. con mi mayor consi­
deración y respeto.

Cárlos M. Moyano.
DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO DE MARINA 191

ESPEDICION DE “LA PARANÁ”

Rada de Buenos Aíres, Setiembre 13 de 1881.

Al Exmo. Señor Ministro de Guerra y Marina, Dr. D.


Benjamín Victorica.

Exmo. Señor:

Recibido el pliego de instrucciones que V. E. se dignó


entregarme personalmente en la farde del dia 3 do Julio, zar­
pé de este puerto en la mañana del 4, con dirección al Golfo
Nuevo, en cuya costa debia desembarcar los galenses, á quie­
nes el Superior Gobierno había acordado pasage abordo de
este buque.
Ya he tenido el honor de comunicar á V; E. en parte an­
terior, fechado en el mismo «Golfo Nuevo» el resultado de mi
viage hasta ese punto, así como el desembarque feliz de los
pasageros y de su llegada á la colonia, como consta de la nota
de recibo que me pasó el Comisario Nacional, Sr. Jones, nota
que original tuve el honor de enviar á V. E. en aquella fecha.
Cumplido así el primer punto de las instrucciones, pasé
á dar ejecución al segundo, que dice así:
«Procederá V. S. á hacer un reconocimiento del «Golfo
Nuevo», para designar el lugar que resulte mas conveniente á
fin de trasladar á él, la Sub-delegacion marítima que existe
en el «Chubut», ó fundar otra nueva si las necesidades del ser­
vicio así lo requiriesen».
192 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

Reconocido y prolijamente estudiado el «Golfo Nuevo»,


debí forzosamente fijar mi atención en las condiciones de la
pedúltimo ensenada de su parte Sud.
Además de ser esa-ensenada el punto mas cercano de la
colonia, ofrece á la navegación tolas las ventajas que el ma­
rino mas exijente pudiera desear; es un escelente puerto de
abrigo, al que se puede llegar con todos tiempos y á todas ho­
ras, así á vapor como á velas; su fondo es consistente, for­
mado de una mezcla de tierra-greda y arena fina; los buques
de mayor calado podrán acercarse á efectuar sus operaciones
de carga ó de descarga á seis ó setecientos metros del punto
que la naturaleza misma parece hubiera formado en la falda
Nord-oeste de la punta designada en el plano y con el nombre
de «Punta del Este», para asiento y partida de un muelle cuyo
costo seria relativamente insignificante, por la pequenez de sus
proporciones y por los elementos, por la casualidad allí reuni­
dos para su construcción.
Reconocidas que fueron por nosotros todas las ventajas
que dejo mas arriba enumeradas, ordené se diera principio á
los minuciosos estudios, cuyo, resultado hallará V. E. en el
Plano que con el nombre de «Puerto Roca» tengo el honor de
adjuntar.
Juzgando, Señor Ministro, haber dado cumplimiento con
lo hecho, á lo ordenado por V. E. respecto de «GolfoNuevo,»
pasé á ejecutar otra parte de las mismas intrucciones en que
V, E “dice..... emprenderá viaje V. S. á «Puerto San Antonio»,
en el «Golfo de San Matías»,á objeto de practicar los estudios
hidrográficos que se encomiendan en ese punto, debiendo eje­
cutar el mayor número de sondajes y levantar un plano de los
parajes explorados-»
«La exploración de ese puerto será completada con los
trabajos que deberá hacer V. S. por tierra, empleando la má­
quina perforadora de que se halla provisto, á fin de dejar cons­
tatado si existe agua cerca de aquella costa y cuáles sean sus
condiciones14
“El estudio del puerto de Sui Antonió»,comprenderá
DE MARINA. 193

igualmente un proyecto de muelle en el punto mas conve­


niente».
En consecuencia de lo ordenado, zarpé, señor Ministro,
de «Puerto Roca» con dirección á «Puerto San Antonio», á
donde después de una muy feliz ratvesía llegué el 30 de Julio.
Simultáneamente se dió principio al doble trabajo enco­
mendado, es decir: en el puerto, á la triangulación, mensuras,
sondajes y dibujos necesarios, á la terminación del estudio or­
denado; y en tierra, á la muy dificultosa conducción de la má­
quina perforadora, después de las exploraciones hechas con
el objeto de elegir el punto que ofreciera mayores probabili­
dades de buen éxito, en los sondajes que se iban á efectuar.
Respecto de la primera parte del trabajo que dejo indi­
cado mas arriba, creo Exmo. Señor, haber alcanzado un éxito
completo, como lo podrá juzgar V. JL, con la inspección del
plano que adjunto, tengo el honor de elevarlo.
En cuanto á las perforaciones hechas en tierra, desgra­
ciadamente, Señor Ministro, el resultado* no ha sido favora­
ble; sin embargo, Señor, quédanos la creencia que, con una
máquina de mayor poder y con mayor número de metros de
caño, ayudada la espedicion con gente de tierra, con elemen­
tos necesarios para trasportar con frecuencia y facilidad la
máquina de un punto á otro, y hacer exploraciones á mayor
distancia de la costa, que las que pude yo efectuar, por la ca­
rencia absoluta de recursos, llegaría á obtenerse seguramente
el éxito deseado que vendría á completar las condiciones in­
mejorables del «Puerto de San Antonio».
Las perforaciones hechas por nosotros han alcanzado en
su máximum á 34 metros, y por las muestras que acompañan
al anexo núm. 1, de las diferentes capas de tierrra, pedregu­
llo, tosca y piedras calcáreas, cristalizada en partes, podrá fá­
cilmente juzgar V. E. de las dificultades que solo en parte pu­
do vencer la máquina que empleo.
Respecto del muelle, señor Ministro, toda la parte norte
de la península «Santa Ana» ofrece facilidad para establecerlo,
y solo podría designarse el punto preciso de su asiento según
la clase de servicio que tuviera que prestar, pues la diferencia
194 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO DE MARINA

que existe entre la marea llena y marea baja variando entre


10 ó 12 metros, permitirá darle las proporciones que ese mis­
mo servicio requiera.
Lo ordenado por V. E. en el articulo 5 o de las instruc­
ciones con tan especial recomendación sobre la policía de las
costas patagónicas, ha sido completamente cumplido, sin de­
jar de tener en vista las instrucciones verbales, que además
de las escritas, tuve el honor de recibir de V. E.
El viaje todo señor Ministro, se ha efectuado con la ma­
yor felicidad: en dos ó tres distintos casos el buque ha venido
nuevamente á comprobar la escelencia de condiciones en que
actualmente se halla, y es opinión general á bordo, entre supe­
riores y subalternos, que los trabajos hechos en él han mejo­
rado su ser en todo sentido.
La lancha á vapor de que V. E. dotó á este buque ha
prestado los mas importantes servicios en esta Comisión, fa­
cilitando los trabajos y contribuyendo en mucha parte á su
exactitud.
Creo, Señor Ministro, deber dar á V. E. el siguiente dato:
con ciento cuatro toneladas de carbón, sacadas de Buenos
Aires, ha efectuado la «Paraná» su viage todo, abasteciendo
de esa cantidad el consumo de la lanchita, y destilando trein­
ta y siete mil seiscientos y tantos galones de agua para el con­
sumo de la tripulación y la alimentación de la caldera de la
lancha á vapor, que por sí sola consumía algo mas de tres­
cientos cincuenta galones diarios.
No concluiré, Señor Ministro, este parte, sin tener la sa­
tisfacción de comunicará V. E. que abordo, todo el mundo ha
cumplido con su deber.
Dios guarde á V. E.

Augusto Lasserre.
DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO DE MARINA 195

JUICIO
DEL

“Colburn’s United Service Magazine and Naval


and Military Journal”

SOBRE EL ACORAZADO

“ALMIRANTE BROWN”
Hasta hace poco tiempo, la República Argentina se con­
tentaba con tener muy poca fuerza naval, la que consistía casi
en su mayor parte en buques para la defensa de sus costas.
Dos de estos son encorazados, tipo de monitor, construidos en
1875 por los señores Laird, y llamados «El Plata» y «Los An­
des». Son de pequeñas dimensiones (cerca de 1,500 toneladas
de desplazamiento), de poca marcha y defendido su casco por
una coraza de seis pulgadas ó menos; pero cada uno de ellos
lleva un armamento relativamente poderoso de dos cañones
Armstrong de nueve pulgadas de calibre, en una sola torre
protegida por una coraza de hierro de ocho ó nueve pulgadas.
Son buques esencialmente guarda-castas, propios para comba­
tir en agua, smansas. Así también son las cuatro cañoneras sin
coraza déla clase de la cañonera «República» que se parecen,
en su tipo, á la «Cometa» de la armada Real, aunque llevan un
armamento mas pesado. Los demas son vapores ¿ihélice y á
rueda que no pueden considerarse útiles parala guerra.
Con esta fuerza como núcleo, el Gobierno Argentino pa­
rece ahora dispuesto á emprender la construcción de una flota
capaz de rivalizar con los armamentos navales de los demás
Estados Sud americanos. Aunque no se han declarado los mo­
tivos que lo mueven á esta reforma, es casi inposible dudar de
que la causa principal es la antigua controversia que existe
196 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

con Chile respecto á la Patagonia y el Estrecho de Magallanes.


Cualesquieraque sean las motivos,el primer paso dado ha sido
ordenar la construcción en Inglaterra, de un buque encoraza­
do que se encuentre en mas que iguales condiciones con cual­
quier blindado de los que poséen Chile ó los 'demas Estados de
Sud America.
Desde la captura del «Huáscar» y de la destrucción de la
escuadra Peruana por los Chilenos, durante la guerra no ter­
minada aún, los últimos han adquirido una supremacia naval
que no puede ponerse en duda . Esta les corresponderá en
adelante, por la fuerza del número aún cuando se haya hecho
construir el nuevo buque Argentino, pero ningún blindado
Chileno que lo ataque solo, podria esperar triunfaría sobre el
«Almirante Brown».
Tal es el nombre que han dado los argentinos al buque bo­
tado al agua el 6 de Octubre, del astillero de los señores Samu-
da, enPoplar. Es quizá necesario esplicar que este nombre, tan
agradable al oido de los ingleses, se ha elegido en agradeci­
miento á los servicios prestados á la joven República por un
valiente Irlandés. Se recordará que los Chilenos hicieron una
cosa semejante, llamando á uno de sus blindados el «Almi­
rante Cochrane» en honor de aquel famoso marino Británico.
Bajo cualquier nombre que se le designe, el «Almirante
Brown» merece atención especial, como el mas nuevo y el
mas poderoso de los encorazados de tipo mediano. La Tur­
quía tiene el «Fethi-Bulens» el «Aoni Illah» y varios’otros que
pueden ponerse en esta categoría: Chile tiene el «Almirante
Cochrane»,el «Blanco Encalada» y el «Huáscar»; el Japón tie­
ne el «Foo-Soo,» la Grecia el «Rey Jorge;» y Portugal, el
«Vasco de Gama» y hay muchos otros que no se menciopan.
En los últimos años con escepcion del «Shánnon» no hemos
agregado otros buques semejantes á la armada Inglesa;
pero Sir Eduardo Reed, que proyectó el «Research,» el «Pa­
llas y el «Favorite,» en su último período de servicio en el
almirantazgo, no ha abandonado sus ideas sobre la utilidad
de los pequeños buques encorazados, y no pocas de las crea­
ciones mas recientes son proyectadas por él, Hay mucho
DE MARINA 197

que decir á favor y en contra de los pequeños blindados;


pero poseen una cualidad de indisputable valor—son relati­
vamente baratos.
Los gobiernos estrangeros no están acostumbrados á des­
plegar la misma deferencia á la curiosidad pública, que se
ejercita en nuestras discusiones parlamentarias sobre el cos­
to de los buques—pero es indudable que un buque como el
«Almirante Cochrane» podrá construirse por menos déla ter­
cera parte de la suma necesaria para construir un buque como
el «Alexandra» ó el «Temeraire.» Seria, sin duda, una po­
lítica cuestionable, el prestar nuestra confianza esclusiva-
mente á esos pequeños encorazados, pero cuando vemos que
forman parte de otras escuadras y que hay que encontrarse
con ellos, es á la verdad un punto digno de consideración el
averiguar ¿si convendría ó no que la marina Real fuese re­
forzada por algunos buques deesa construcción? Ningún bu­
que sin coraza puede aventurarse razonablemente al riesgo
de empeñar combate él solo con un encorazado, aunque sea
de pequeñas dimensiones; y en prueba de ello basta referir­
nos al combate entre el «Shah» y el «Huáscar.»
Ni parece tampoco que sea una medida económica el dar lu­
gar á que se batan buques como el «Foo-Soo» ó el «Blanco
Encalada» con otros que cuesten dos ó tres veces mas.
No es á la verdad inconcebible en esta época de tan rápido
desarrollo del sistema de guerra por medio de torpedos, el
que los buques mas grandes sean destruidos por los mas pe­
queños, antes que su marcha superior, su coraza mas espesa
ó su artillería de mayor calibre pudieran pesar sobre su ad­
versario. Por otra parte, no debe olvidarse que el aumento
de calibre que cada dia sufre la artillería, y el espesor de las
corazas, bajan continuamente á una categoría inferior á aque­
llos buques que cuando fueron construidos, fueron armados
para entrar en línea de batalla.
Los buques encorazados no se destruyen ni se gastan tan
pronto y nosotros estamos acumulando constantemente bu­
ques de la clase del «Warrior» del «Defense» ó del «Mino-
tauro> cuya utilidad como buques de guerra, hay que conve­
198 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

nir en que es cuestionable, aunque esté probado que sean ex­


cesivamente útiles para otros objetos. Esta breve esposi-
cion demostrará, que aun en la Armada Real es posible que
los pequeños buques blindados de un tipo perfeccionado pue­
dan suplir esa falta; y así, un miembro de la Comisión ac­
tual del Almirantazgo antes de ocupar su puesto, reiteró su
opinión sobre la necesidad de agregar buques de esa clase á
nuestra armada.
Repetimos pues, que el «Almirante Brown» merece ser con­
siderado como la última edición de los buques blindados de
todo el mundOj de segunda clase.
Cuando fué botado al agua, Mr. Samuda, hizo una intere­
sante descripción de las principales líneas y detalles de su
plano. Con mucha oportunidad reclamó para ese buque, el
hecho de que se había puesto en la construcción de ese buque
mas atención á sus dimensiones, que á lo que se había .hecho
antes con otras construcciones: y espuso que el éxito se de­
bía en gran parte á la incorporación hecha en su plano de
todos los últimos adelantos realizados en el ramo de artille­
ría, abordaje y construcción del casco. Ese buque tiene 240
piés de largo, 50 de manga y 30 de puntal; su capacidad, su
peso total cuando esté completamente lastrado, se calcula en
4200 toneladas.
Tiene doble hélice movido por máquinas de 4500 caballos,
y está construido como para hacer casi 14 nudos en aguas
mansas. Su casco encorazado, es del material mas perfec­
cionado—de hierro ligado con acero, de la fábrica de las dos
firmas de Sheffiel, cuyo éxito en la aplicación de esta nueva
reforma es digno de la fama que acaba de adquirir. El
espesor máximun del blindaje es de nueve pulgadas, y el
mínimun de seis pulgadas. Está arreglado según un siste­
ma nuevo para los buques de esta clase. Casi una mitad del
largo del casco 3stá protegido por una faja de coraza sobre
la línea de agua. A proa y á popa de esta faja hay una fuer­
te cubierta de coraza colocada algunos piés bajo el agua-con
la que también está defendida la armadura de los costados.
DE MARINA 199

Una batería central blindada, defendida por planchas de


ocho á seis pulgadas de espesor, contiene seis cañones de
nueva invención de 11 1|2 toneladas y de cargar por la culata
fundidos en Elswick: y el asiento de la batería, así como las
bordas del buque, están construidos de maner¿i que los caño­
nes pueden hacer fuego dominando todos los puntos del hori­
zonte. A este respecto, el «Almirante Brown» se asemeja
mucho á los encorazados Turcos y á los Chilenos. Dos de sus
cañones hacen fuego en dirección á proa, otros pueden hacer
fuego casi paralelo ála línea de la quilla y hacia á proa, como
también por el través, mientras que los dos restantes corren
desde por la proa del través, derecho á popa. Además de
estas piezas protejidas, hay otra de igual peso, la que hace
fuego hácia adelante sobre la roda de proa y otra más que
hace fuego como pieza guardatimones. Seis piezas lijeras de
cuatro y tres cuartas pulgadas de calibre serán montadas en
la cubierta alta, probablemente como defensa de las lanchas
torpedos.
Va á dársele al buque un aparejo ligero y según Mr. Sa-
muda, este poder de velámen ayudará considerablemente á'
sus condiciones marineras, pero su fuerza á vapor, será sin
duda su gran recurso. • Para un buque de su tamaño, la velo­
cidad calculada es demasiada y no es mucho menor que la
que se dá á muchos buques encorazados de primera clase;
está calculado también como para llevar una provisión de car­
bón relativamente abundante, y como para navegar, marchan­
do á regular vapor y por largos períodos, sin tener que vol­
ver á llenar sus carboneras. Todos estos puntos están toda­
vía en condiciones de proyecto y de cálculo pero, atendien­
do al resultado que han dado las máquinas de los en­
corazados Chilenos y del «Foo-Soo», parece indudable y pro­
bado ya, que si los señores Maudslay cumplen su compromiso
respecto del poder de las calderas, se obtendrá la velocidad
calculada. Los señores Maudslay exeden generalmente sus ga­
rantías sobre el poder de sus máquinas, de manera que el
Gobierno Argentino puede contar de cierto r.on una fuerza al­
go mayor que la necesaria para la marcha de los 13 y 3(4 nu­
200 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

dos calculados. Las máquinas son del sistema «mixto > y por
consiguiente consumirán muy poco carbón.
Una ó dos palabras respecto de la construcción del casco
no están fuera de lugar. Cualquiera que haya visitado al «Al­
mirante Brown” desde que fué botado al agua, no puede haber
dejado de notar no solo la perfección de la construcción, sino
también la proligidad de la atención observadas en todos sus
detalles. A este respecto, el buque puede compararse favo­
rablemente con sus predecesores de la misma clase y tam­
bién con los encorazados mas nuevos de la Armada Real y
de las escuadras es ranjeras. Tiene cuatro compartimentos
separados y dos distintos departamentos para las máquinas:
esta prolija sub-división y el hecho de tener sus hélices do­
bles hacen menos probable que el buque pueda perder vapor
si fuese dañado en un combate. * Las máquinas y las calderas
están, por supuesto, detrás de la coraza y protegidas además
por las carboneras que las rodean. El buqpe tiene el doble
fondo reforzado, como está hoy universalmente adoptado en
los buques blindados, útil como un medio adicional de segu­
ridad, al mismo tiempo que como espacio para el lastre de
agua. Las planchas del fondo están forradas con tablas de
teak, sobre las que hay planchas de zinc clavadas, y á este
respecto se asemeja álos buques chilenos. El forro de zinc
de la misma clase ha sido empleado en algunos buques de
nuestra armada como el “Audacious”, el “Temeraire” y el
‘•Rover”. El objeto de esto es para mantener limpio el fon­
do del buque y evitar lo que sucede con los buques de hierro,
cuando han navegado ó estado largo tiempo á flote. La falta
de limpieza importa una mayor ó ménor pérdida de velocidad;
y allí donde hay pocas facilidades para entrar buques á los
docks, es necesario ponerles alguna clase de forro.
Comparando el buque argentino con los chilenos, se com­
prende fácilmente cuanto ha ganado sobre estos, en parte por
su mayor tamaño, pero ante to lo y principalmente podo mo­
derno de su construcción
El «Almirante Cochrane» es 30 pies mas corto y tiene ca­
si G00 tonehdas menos de desplazamiento que el- «Almirante
DE MARINA 201

Brown.» El buque chileno marcha un nudo menQs que lo que


se espera que marchará el buque argentino. Sus máquinas
son de dos tercios de fuerza que aquel, pero - de un tipo que
es mucho menos económico de carbón que las que se han
adoptado para el buque argentino. El «Almirante Brown»
igualará en condiciones de economía de carbón consumido por
sus máquinas, á cualquier otro buque que consuma menos y
que no marche mas de diez nudos ó sea de una fuerza algo
menor: sin embargo del mayor tamaño y del máximun de ve­
locidad del “Brown.” En cuanto al blindage de los costados
en el buque argentino, su máximun es de 9 pulgadas contra 9
pulgadas en el buque chileno; pero el blindage de este es de
hierro, mientras que el del “Brown” es de hierro ligado con
acero, cuya resistencia probablemente equivale á 11 ó 12 pul­
gadas de hierro, espuesto al fuego “directo” y á un espesor
mucho mayor, si solo tiene que resistir al fuego oblicuo.
En cuanto á lá defensa de la cubierta, el buque argentino
es superior al chileno, punto este de mucha importancia res­
pecto, de buques pequeños y bajos, tratándose de la defensa
de sus puentes contra el fuego hecho de arriba. Respecto del
armamento, ambos buques tienen igual número de piezas en
la batería central y el peso de ellas es casi el mismo: pero el
buque argentino tiene dos cañones de mira del mismo peso»
aunque no estén cubiertos; sin embargo debido al notable ade­
lanto que ha realizado la construcción de la artillería y la fa­
bricación de la pólvora de cañón desde que se construyeron
los buques chilenos, el “Almirante Brown” montará piezas de
retrocarga, en vez de cañones de cargar por la boca y con el
mismo peso de los cañones de mayor poder ofensivo. Por
ejemplo, un cañón de cargar por adelante, de 12 toneladas, en
el “Almirante Cochrane,” podría horadar una plancha de hierro
de once ó doce pulgadas de espesor á corta distancia, mien­
tras que los cañones de 11 1|2 toneladas de retrocarga del
‘ Almirante Brown,” acaban de penetrar en el ensayo hecho,
una coraza de 15 pulgadas.
El cañón moderno es también superior en puntería y en
exactitud. Hay pocos de los encorazados construidos hasta
202 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

hoy cuya coraza ó blindage no pueda ser atravezado á corta


distancia por los cañones del buque argentino: y con una línea
de tiro mayor, estas piezas ofenderían el blindage de la mayor
parte de los buques que están en servicio. Por ejemplo, el
“Alexandra,” con su coraza de doce pulgadas, seria tan fácil
de ser horadado por los cañones del “Almirante Brown,” co­
mo el blindage de este podría serlo por la artillería de 18 to­
neladas de los buques mayores, Hechos como estos hacen
presentir que no está lejana la necesidad de reformar el arma­
mento de nuestra escuadra. Comparado con los antiguos mo­
delos, el “Almirante Brown” debe ser considerado igual en
armamento á lo que seria si montase cañones de 18 toneladas,
pero de cargar por la boca.
Un contraste mas hiriente se produce, poniendo los de­
talles del “Almirante Brown” al lado de los del “Bellerophon”
cuyo plano se trazó en 1863 y era entonces tenido por un bu­
que notablemente completo.

Bellerophon Almirante Broten

Largo........................................ 300 piés 240


Manga...................................... 56 « 50
Desplazamiento....................... 7540 tons. 4250
Poder de la máquina................ 6500 cab. 4500
Marcha..................................... 14 nudos 13 3¡4
Espesor de la coraza................ 6 pulg.(de 9 pulg. (hierro
hierro ) lig’o con acero)
Armamento............................... 10 piezas de 8 piezas de 111¡2
12 toneladas tons. de retro-
de cargar carga,
por la boca,
5 de 6 1[2
toneladas.

TIPOS DE LA MÁQUINA

S. S. Condensador Compuesto

Carbón por I. H. P. por hora......... 3 1[4 lib. 21¡4 lib.


Material del casco......................... Hierro Acero
Impulsor........................................ Un hélice Hélice doble
DE MARINA 203

Este cuadro comparativo no es una indicación completa


de todas las diferencias entre ambos buques, ni tratamos
tampoco de esponerlas todas. Debe solo notarse, que aunque
el número de cañones cubiertos es mayor en el “Bellerophon’,
son sin embargo ménos poderosos contra la coraza del
“Brown'1 en una línea de tiro en que los cañones del “Brown”
puedan perforar la coraza del “Bellerophon” con la mayor fa­
cilidad
Comparado el ‘‘Brown” conlos blindados franceses de se­
gunda clase, se sostiene la competencia. Tomamos por ejem­
plo, el“Triumphant”, uno délos últimamente'concluidos, cuyo
largo y desplazamiento son casi iguales. El buque francés
solo tiene 6 pulgadas de espesor en la coraza de la línea de
carga y su marcha es de un nudo ménos que el argentino.
Su armamento consiste en seis cañones de 9 1 [2 pulgadas,
(cubiertos completamente ó solo en parte) y tres de 7 1 ¡2 pul­
gadas, como también seis de 5 1(2 pulgadas no cubiertos; de
manera que no puede ser tenido como superior y sí como in­
ferior, en este sentido, al “Almirante Brown”. Solo tiene un
hélice y está aparejado con velámen completo.
El “Dugesclin” es otro tipo francés de buques blindados
de segunda clase, construido en 1876. Tiene 25 piés mas de
largo y 30 p.g mas de peso que el argentino. Su máximun de
espesor de la coraza es de 10 pulgadas, su marcha (calculada)
catorce nudos, y su armamento es de cañones de 9 1[2 pul­
gadas, montados en barllétte, en torres.blindadas, con seis ó
siete cañones livianos no cubiertos. Aventaja en poco al “Al­
mirante Brown’1 en blindaje y tiene sus cañones de mas ca­
libre colocados mucho mas arriba de flor de agua, aunque es­
tán muy descubiertos. Está también completamente aparejado
para crucero.
Tomando en consideración su mayor tamaño, el buque
francés no aventaja notablemente al argentino.
Seria interesante el comparar el “Shannon” de la Arma­
da Real con el “Almirante Brown”. El “Shannon” tiene 20
piés mas de largo y 28 por ciento mas de peso, pero su mar­
cha es de mas de un nudo ménos que el buque argentino.
204 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

Su máximun de espesor de la coraza, es de 9 pulgadas


(de hierro) y su distribución hace que solo esté protejido has­
ta la línea de flotación, á los cánones de mira, y contra los
proyectiles que se les disparen por la proa.
Los demás cañones no están protejidos contra el fuego
de los costados y todos están montados en la cubierta supe­
rior y á una altura considerable de flor de agua.
El armamento consiste en piezas de cargar por la boca,
de 18 toneladas, y siete mas de 12 toneladas,Ide manera que
no puede ser considerado mas poderoso que el buque argen­
tino.
Los cañones no están bien protejidos.en el “ Shannon”
como lo están en el otro buque, y su ventaja principal es su
estensa distribución y su mayor altura sobre el agua.
Como crucero, el “Shannon” es muy superior, con buena
fuerza de vela; pero levantando un solo hélice, como máquina
de guerra, seria dudoso si podrá batirse con el “Almirante
Brown” cuerpo á cuerpo yen iguales condiciones.
El argentino hará un nudo mas de marcha que el “Shan-
non,” de manera que podrá elegir su línea de tiro.
Si se pregunta ¿por que razón en el buque argentino, se
ha hecho tanto en tan cortas dimensiones? la contestación
es muy sencilla. Se ha usado el acero en vez del hierro y de esta
manera, se ha disminuido el peso. Se ha empleado el blinda-
ge de hierro forrado en acero en vez del hierro solo, con gran
ventaja en la relación del poder defensivo con el peso. Se ha
empleado tipos de máquinas y de calderas perfeccionadas cal­
culando la economía de carbón y aumentando el camino que
puede hacer á vapor, con un peso dado de carbón. Se ha sus­
tituido con cañones modernos de tipo nuevo, las piezas de
cargar por la boca, y con un peso dado en la artillería, mayor
largo, poder de carga mayor y combustión mas rápida de la
pólvora, se ha obtenido mayor alcance, mayor puntería y ma­
yor poder de perforación.
Estas son las principales causas de las ventajas obteni­
das, pero hay otras aún.
DE MARINA 205

Por ejemplo, la distribución del blindaje es diferente, la


cubierta es liviana y la altura de las piezas sobre el aguá es
moderada, aunque igual á la altura correspondiente en otras
blindados de« segundo orden, y solo unas pocas pulgadas mé-
nos que la altura aceptada en muchos buques grandes de ma­
yores baos.
El largo y desplazamiento moderados del “Almirante
Brown” y hélices dobles, lo harán obediente al timón. Está
construido con espolón de gran fuerza. Se dice también que
será provisto de armamento de torpedos y si esto se realiza,
su poder ofensivo será inmensamente aumentado.
El gobierno del buque está escesivamente protejido, es­
tando colocado bajo del agua y defendido por la cubierta
blindada.
Se ha-hecho un progreso remarcable con la construcción
de este buque y parece que los constructores apuran su ter­
minación con la mayor prisa.
Se ha oido decir á Mr. Samuda, que ha sido botado al
agua solo quince ó diez y seis meses después de firmado el
contrato, y si es así, parece que en dos años ó ménos, desde
que se empezó la construcción, estará en servicio este buque
poderoso.
Llama la atención, además de este progreso tan rápido,
suprecio comparativamente tan bajo con lo que cuesta la
construcción de los monstruosos encorazados para la armada
Real.
Pero la razón para estas diferencias es bastante clara,
para aquellos que se cuidan de averiguar la causa.
El tamaño mediano del buque es una; el arreglo comple­
to de la artillería desde el principio de su construcción, la
otra: y además, hay la diferencia radical entre las condicio­
nes con que se construye en los astilleros particulares, desti­
nados solo á las construcciones navales y las de su construc­
ción en los astilleros Reales, á lo que está anexo el arsenal na­
val. Al mismo tiempo, puede alegarse que solo resultan ven­
tajas del hecho de llevar adelante la construcción de los bu­
206 DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO

ques de guerra, con toda la rapidez posible una vez empe­


zados.
.. Es de esperarse que el deseo espresado, cuando el
buque fué botado al agua, será realizado, de que el “Almiran­
te Brown” no se encontrará jamás del lado de los enemigos
de la Inglaterra
En cualquier caso, su construcción y sus posteriores en­
sayos, tienen que dar preciosos antecedentes para el gobierno
de los ingenieros navales, mientras que la Escuadra Argen­
tina adquirirá un formidable contingente agrandando inmen­
samente el campo de su empleo posible.
INDICE

TOMO I
i

GUERRA

SECRETARIA
—Movimiento de la Secretaría.

EJERCITO
—Formación de la 1 ? División.
—Refundición en el Regimiento 1 ® de Caballería de la
Escolta de Gobierno.
—Licénciamiento del Batallón Guardia Provincial de
Buenos Aires.

CODIGO MILITAR
—Decreto nombrando las Comisiones encargadas de es­
tudiar los Proyectos existentes.

GUARDIA NACIONAL
—Decretos ordenando su enrolamiento.
—Decreto organizando la de la Capital.
II

SUB-INSPECTORES MILITARES
—Decreto estableciendo seis sub-Inspecciones é Inten­
dencias Generales del Ejército.

CAMPO DE INSTRUCCION
—Formación de un campo de maniobras y tiro al blanco
sobre el arroyo Maldonado.

ESCUELA DE CABOS Y SARGENTOS


—Formación de una Escuela para la instrucción de cabos
y sargentos.

PERJUICIOS DE GUERRA
—Decreto reglando la forma de justificarlos.

LICITACION VERBALES
—Decreto reglamentario.

PRESUPUESTO
—Inversión del Presupuesto del ano 1880.
—Estado comparativo*entre el Proyecto para 1832 y el
vigente en 1881.
— III —

IX
MARINA

ESCUELA NAVAL
—Reglamento orgánico.

ACUERDO
—Nombrando una comisión para que haga ejecutar tra­
bajos de carpinteria y cambio de artillería en la “Uruguay”.

DECRETOS
— Creando el Estado Mayor de la Aimada.
—Nombrando una comisión encargada de la revisión y
complemento de los proyectos de organización y competen­
cia de los Tribunales de Marina.
—Estableciendo una Escuela de aprendices artilleros.
—Nombrado las comisiones encargadas del estudio de los
puertos de Bahía Blanca, Gualeguaychú, Concepción del Uru­
guay y Concordia.

ACUERDO
—Nombrando agente en el Extranjero para la compra y
remisión del carbón.

DECRETO
—Nombrando una comisión que fije el consumo de los ar­
tículos que se proveen á los buques.

MENSAGE
—Sometido á la consideración del H. Congreso el Pro­
yecto de Ley sobre construcción de un buque destinado á Es­
cuela Naval de Aplicación.
— IV —

DECRETOS
—Modificando la organización de la Escuela Naval.
—Nombrando Director de la Escuela Naval, de la Oficina
Central de Hidrografía y del Observatorio ’de Marina.

MENSAGE
—Elevando el Proyecto de Ley para contratar la cons
truccion de diques.
—Remitiendo el espediente relativo á la habilitación de­
puerto de la Ensenada.
—Sometiendo á la consideración del H. Congreso las
propuestas para abrir un canal que una Las Palmas con el Rio
Lujan.
—Elevando el Proyecto de Código Sanitario.

DECRETOS
—Nombrando Sub-Secretario.
. —Organizando el Taller de confección de vestuarios.
—Creando el Batallón de Infantería de Marina.
— Reglamentando el pago de haberes á las tripulaciones
de los buques.
— Organizando el Departamento Nacional de Higiene.
—Referente al trasporte “Villarino”.
—Determinando las atribuciones del Cuerpo de Sanidad.

IMFORMES
—Del Capitán D. Cárlos M. Moyano.
—Del Jefe de la “Paraná.’'

APUNTES
—Sobre el acorazado “Almirante Brown.”

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