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PEDAGÓGICO PRIVADO
“CAJAMARCA”
Educación Inicial
V Ciclo
MIS CUENTOS
PRIMERA INFANCIA
Cajamarca – Perú
2023
LA LLUVIA TIENE LA CULPA
Jamás imaginó don Manuel lo que le iba a suceder aquel día miércoles cuando
don Manuel.
viendo que otra alma salía del cajón. Pálidos, sombrero en mano y con los
Nos gustaba la casa porque además de espaciosa y antigua (hoy que las
hermana mayor, cuidaba con esmero nuestra orfandad de niños y las pocas
cosas heredadas. Era dulce y abnegada, sustituta de mamá, más que afecto
fraternal nos brindaba cariño maternal. Nunca supimos que había vivido
- ¡Cuántas veces les he dicho que no deben acercarse a ese armario! – nos
Francisco era un niño de ocho años, que tenía como sueño ser un aviador muy
famoso. Vivía en una modesta granja llamada Porción y era muy feliz junto a
decidido se dijo así́ mismo: “Haré un avión junto con mi hermano Rafael y
Rafael le contestó:
– No sé, tal vez algún día te dé la respuesta, se hace necesario tantos
Pasaron algunos meses y Francisco seguía con la idea fija en la cabeza. Una
mañana radiante de sol, su rostro se iluminó con una sonrisa; parece que
piedras molidas de colores sacadas del río, pinceles de cola de vaca y hasta
fue a probarlo en el jardín. Volaba muy bien y por largo rato. Francisco
emocionado y contento.
Dejó el invento encima de su mesa de trabajo, abri ó́ las ventanas de su
cuarto y se puso a ordenar sus cosas; para luego, ir a ordenar las vacas de
Esa noche el cielo empezó́ a amenazar con su manto oscuro y daba señales
que iba a ocurrir una catástrofe. Una fuerte tormenta empez ó́ a azotar los
como si fueran a caer, el viento silbaba como queriendo arrastrar los techos
de las casas.
cuarto para cerrar las ventanas miró hacia la cómoda y el avioncito de papel
ya no estaba. Lo buscó durante mucho tiempo. Sin duda, que fue arrastrado
Día tras día, hacia muchos aviones, pero ninguno igualaba al primero. Sus
volar por los cielos de varios países, las noticias comentaban este
acontecimiento. Hasta que un día llegó a un lugar donde la temperatura
Pasó mucho tiempo para que el avioncito volviera a volar alto, ya que el niño
lo cuidaba con mucho esmero y lo trataba con cariño. Una tarde cuando el
para hacerlo volar y sucedió́ algo increíble, el avioncito escapó de las manos
maestra, la cogió́ con ternura y leyó́ el nombre que tenía en una de las alas.
papel; sino de madera, con la misma estructura y peso para que pudiera
elevarse y por fin con un nuevo método y mecanismo de vuelo, fueron los
juguetes más vendidos de la región, instalando con las ganancias una fábrica
encargaban. Con una sonrisa amplia siempre aceptaba. Su nombre era Mario
y había traspasado las fronteras del barrio, vivía entrenando con una vieja
Allí golpeaba con su muñón derecho, amarrado con una venda gruesa de
costal de yute, que había hecho para su práctica contínua, que era casi
Cierta tarde, les di un trabajo para elaborar unas mesitas de sala, el salió
cuenta que la tabla estaba mal labrada y por querer enderezar un retazo de
desesperantes; pero él, muy valiente envolvió su brazo con su chompa, cogió
su mano del suelo y la metió a una bolsa y sin decir palabra salió a la calle,
mano, pero les fue imposible por la rotura del hueso, pero a pesar de haber
depósito con brasas de carbón y arena caliente ¡y vaya, que logró tener un
entrenamiento eficaz!, porque con el brazo con el muñón, tiene una fuerza
Así fue como Mario perdió su mano derecha, finalizó su profesor, por eso le
los labios... Todos los allí presentes empezaron a aplaudir y a mirarlo con
respeto y admiración.
pulgar. Tenía una cabeza color negra naranja y trepaba a velocidad. Mi dedo
Cogí mi zapato negro y con el taco empecé a golpear la pared, con fuerza,
había muchas huellas del taco del zapato. De pronto un golpe de suerte, se
El día anterior, la había visto, era de color naranja negruzca, con rayitas
red blanca con difíciles laberintos. La curiosidad hizo que pusiera mi dedo
para tocar el grosor y la fibra de hilo, pero saltando como una guerrera al
La voz chillona iba y venía con desesperanza, tratando de que alguien tal vez
hubo una moneda que sirvió para comprar un diario. Maldecía la triste
miseria con que uno vive con estos sueldos de hambre; si yo pudiera ayudarle
- Desde hace cuatro años –me dijo a secas, para aclarar luego– yo
- Somos ocho.
- ¿Y tu padre?
mañanas me levantaba y oraba para que niños como Carlo tuvieran que
sistema donde vivían. Pasaron unas semanas y me consternó saber que uno
de estos jóvenes murió por tuberculosis; una mente lúcida que tenía que
desperdicio carajo! Como mueren los que más saben, en un sistema tan
Pasaron ocho años y una mañana fría, nublada, ora grisácea, ora burlona,
tropecé con un joven que andaba con muletas, de terno y con una muy buena
- Vaya, vaya... ¿Cómo has cambiado Carlo? ¿en qué trabajas ahora? ¿qué
eres?
- ¡Sí!, soy el presidente nacional de los minusválidos y en cada lugar que llego
trato de formar una asociación, para que muchos de los niños que tienen
- ¡Que hermosa es tu labor, Carlo! ¡te felicito! Y, ojalá cumplas con las metas
- Es fácil lograrlo señor –los ojos de Carlo se iluminaron y habló con mucho
diariamente– han ocurrido muchos accidentes en su zona y hoy él las evita;
hacer algo por los demás, este niño se educa en el colegio más antiguo del
reconozcan, muchas veces no nos valoran, no nos hacen caso, nos desprecian
hemos aprendido a superar estas barreras. Quisiera que el mundo sea una
mente y corazón sanos ¿Cuántos pensamos como Carlo? ¿por qué el egoísmo
crece en las personas? ¿por qué algunos llevan veneno en el alma? ¿por qué
de frutos, de tanta pureza, como poca hay en esta parte del planeta. Me
pero sí estoy convencido que la labor que hace cada día es un hermoso
milagro para la humanidad. Amigo si alguna vez lees este relato recuerda
que tú eres Carlo y que cojeas con tu conciencia o no miras con ojos del alma
escuelita de Villa María, en donde vivía con la alegría de todo niño. Eran
siete hermanos y él era el mayor, tenía once años y todos los días hacía el
recorrido hasta la plaza San Martín, en donde con una enorme sonrisa pedía
Era muy hábil, con ojos vivaces, rostro bronceado por el sol costeño y tenía
las manos manchadas por los diferentes colores de las tintas que utilizaba,
aunque muchas veces fue corrido por los policías municipales que las
cuidaban.
encargado en la casa de los petisos; pero, como ahí no le daban propina para
llevar a sus hermanos un poco de pan, tenía que trabajar y muchas veces se
orientaban acerca de la defensa del derecho y del aspecto laboral para que
no se dejaran explotar.
Pero él tenía que trabajar porque de grande quería ser un gran doctor, así
les decía a sus amigos de las calles ¡nunca me quedaré de lustrador!, solía
decir con mucha convicción. Los domingos, Pedrito miraba con tristeza a
muchos niños que paseaban con sus padres, lamiendo sus helados de colores,
tal vez era el arco iris de su vida, porque al llevarse los dedos manchados de
Él siempre quiso ser famoso y su deseo se cumplió cuándo murió, porque la
albergues para cobijar a tantos niños de la calle que sufrían como Pedrito.
temblar, sudaba frío y empecé a caminar más ligero, quise gritar, pero un
de guerra...
las manos como un tren sin frenos... eran las doce de la noche y tenía que
caminar por la avenida Reyna Farje, del barrio Aranjuez, todo el ambiente
que se me acercaba, pero como arte de magia cruzaron dos vehículos con
Al fin respiré con alivio y cuando me estaba recuperando del susto observé
con violencia y ¡Uf! No había nadie, mi cuerpo sudaba con un frío intenso, me
di cuenta de la luz muy tenue y de los múltiples postes de metal que hacían
de mi cuerpo y se colocó delante mío. Ahora la luz era más clara, los postes
eran de cemento y más altos y la sombra estaba frente a mí, más negra que
antes, más oscura que nunca; tenía la misma forma que mi cuerpo.
reír, ja, ja, ja, ja, ja, ja, já... era mi propia sombra.
Francisco era un niño de ocho años, que tenía como sueño ser un aviador muy
famoso. Vivía en una modesta granja llamada Porcón y era muy feliz junto a
decidido se dijo así mismo: “Haré un avión junto con mi hermano Rafael y
Rafael le contestó:
– No sé, tal vez algún día te dé la respuesta, se hace necesario tantos
Pasaron algunos meses y Francisco seguía con la idea fija en la cabeza. Una
mañana radiante de sol, su rostro se iluminó con una sonrisa; parece que
piedras molidas de colores sacadas del río, pinceles de cola de vaca y hasta
fue a probarlo en el jardín. Volaba muy bien y por largo rato. Francisco
emocionado y contento.
Día tras día, hacía muchos aviones, pero ninguno igualaba al primero. Sus
volar por los cielos de varios países, las noticias comentaban este
Pasó mucho tiempo para que el avioncito volviera a volar alto, ya que el niño
lo cuidaba con mucho esmero y lo trataba con cariño. Una tarde cuando el
para hacerlo volar y sucedió algo increíble, el avioncito escapó de las manos
maestra, la cogió con ternura y leyó el nombre que tenía en una de las alas.
papel; sino de madera, con la misma estructura y peso para que pudiera
elevarse y por fin con un nuevo método y mecanismo de vuelo, fueron los
juguetes más vendidos de la región, instalando con las ganancias una fábrica
MI LORITO PARLANCHIN
despedía.
los juegos con los compañeros y también sus bromas, las clases de su
a real.
lana en las mazorcas de maíz y cuando los loros van a comer choclos,
guaus, fue a la chacra, los loros alzaron vuelo, pero ocho quedaron
donde iba.
El niño estaba orgulloso con su loro. ¡Loro, lorito, lorito mucho floro!,
le gritaban los niños, tantas veces que un día al ver pasar a los niños,
MI GATITO
Sube arañando las paredes, corre en los tejados persiguiendo a los ratones.