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La Salud y la Seguridad en el Trabajo

EL CUERPO Y EL TRABAJO
La finalidad del módulo
En este módulo se facilita a los alumnos información fáctica acerca de cómo la exposición
a los riesgos del lugar de trabajo puede influir en el organismo de un trabajador y por
consiguiente en su salud. En él se analizan los temas siguientes: cómo pueden penetrar en el
organismo los agentes peligrosos; sus efectos locales, sistémicos, agudos y crónicos; y la
función del delegado de salud y seguridad tocante a crear un lugar de trabajo seguro y
saludable.

I. Introducción
¿Cómo combate los peligros el organismo?

El cuerpo humano posee sistemas naturales de defensa que le ayudan a


protegerse contra muchos riesgos (peligros). Estos sistemas de defensa también
ayudan al cuerpo a curarse cuando se lesiona o cae enfermo. Ahora bien, hay
riesgos - procedentes de bacterias, virus, productos químicos, polvos, vapores,
ruidos, temperaturas extremadas, procedimientos de trabajo, etc. - a los que una
persona puede estar expuesta (o que están en torno suyo) en el trabajo o en el
entorno general, que pueden provocar una ruptura (debilitar) de los sistemas de
defensa del cuerpo.

¿Qué tipos de riesgos existen en el lugar de trabajo?

Entre los riesgos que puede haber habitualmente en su lugar de trabajo están los
siguientes:

 riesgos químicos, debidos a líquidos, sólidos, polvos, humos, vapores, gases;


 riesgos físicos, como el ruido, las vibraciones, las máquinas no protegidas, una
iluminación deficiente, las radiaciones, las temperaturas extremadas (calor o frío);
 riesgos biológicos, ocasionados por bacterias, virus, infestaciones, desechos
infecciosos;
 riesgos psicológicos, debidos a la tensión y la presión;
 la no aplicación de los principios de la ergonomía, que da lugar a la existencia de
máquinas y herramientas mal diseñadas o a prácticas de trabajo incorrectas.

Como los sistemas de defensa de un organismo no siempre pueden vencer en la


lucha contra estos riesgos, es importante que conozca usted los riesgos que
existen en su lugar de trabajo y qué controles es necesario aplicar para
evitarverse expuesto a ellos. La conciencia de los riesgos le ayudará cuando
colabore con su sindicato y su empleador a suprimir los riesgos.

Puntos que hay que recordar


1. La exposición laboral a riesgos puede debilitar los sistemas de defensa de su
organismo.
2. Es necesario controlar los riesgos laborales para que un lugar de trabajo sea seguro y
saludable.
3. Algunos riesgos habituales de los lugares de trabajo son:

 los riesgos químicos


 los riesgos físicos
 los riesgos biológicos
 los riesgos psicológicos
 la no aplicación de los principios de la ergonomía.

4. Es importante conocer los riesgos laborales, aprendiendo entre otras cosas cómo la
exposición a ellos puede influir en la salud y cómo protegerse de la exposición a
esos peligros en el lugar de trabajo.

II. Las vías de entrada


¿Cómo penetran los agentes peligrosos en el organismo?

Si contempla usted un diagrama del organismo humano verá que está expuesto al mundo
exterior a través de distintas superficies: la piel, los pulmones, la nariz, la boca y los tractos
digestivo, urinario y genital. Los agentes peligrosos (p. ej., los productos químicos y
microorganismos, las bacterias y los virus) pueden penetrar en el organismo a través de
cualquiera de esas superficies. Las vías de entrada más habituales son:

a) los pulmones (inhalación)

b) la piel (absorción)

c) la boca (ingestión)
A. La inhalación

En su
organismo
entran por
inhalación (al
ser respirados)
más agentes
peligrosos que
por cualquier
otra vía.

Su sistema respiratorio filtra el aire que usted respira

El sistema respiratorio de su organismo dispone de mecanismos muy eficaces


para filtrar los contaminantes normales que hay en el aire que usted respira. Los
sistemas de filtrado de la nariz y la boca (por ejemplo, los pelos de la nariz, el
mucus de la boca y los pulmones) impiden que grandes partículas ajenas al
cuerpo (como el polvo común) penetren en sus pulmones, donde pueden
ocasionar efectos perniciosos. Los pelos de la nariz impiden pasar a las grandes
partículas de polvo. Es fácil comprobar la eficacia de este filtro natural
sonándose la nariz después de haber trabajado en un sitio polvoriento o lleno de
humo.

¿Pueden las partículas pasar por encima de estos mecanismos de filtrado?

Por lo general, el sistema respiratorio filtra las partículas de polvo grandes


(comprendidas las fibras). Ahora bien, es difícil eliminar las partículas de polvo
pequeñas, que pueden llegar a las partes más profundas de los pulmones y
ocasionar graves problemas respiratorios locales.

Cuando los pulmones están expuestos a concentraciones elevadas de polvo,


vapores tóxicos, humo de cigarrillos, etc. (cantidades elevadas de contaminante
en la atmósfera), los mecanismos de filtrado pueden resultar sobrecargados y
dañarse. Una vez que han sido dañados, es más probable que se desarrollen en los
pulmones las distintas bacterias, virus, etc., ocasionando infecciones como
neumonías. Por eso los trabajadores que desempeñan sus tareas en lugares llenos
de polvo (los mineros de bauxita y carbón, los trabajadores de ingenios
azucareros y del amianto, los trabajadores de las harineras, los carpinteros, etc.)
son más susceptibles (tienen más posibilidades de contraer) a la tuberculosis, la
bronquitis y otras enfermedades respiratorias, que los trabajadores que ocupan
ocupaciones en las que no se produce polvo.

¿Se pueden inhalar también otras formas de productos químicos?

Otras formas de productos químicos también pueden penetrar en el organismo a


través del sistema respiratorio. Los productos químicos adoptan múltiples
formas: vapores, sólidos, líquidos, polvos, gases (véase el módulo Los productos
químicos en el lugar de trabajo para una explicación de cada una de estas formas
químicas) y casi todos ellos se pueden inhalar. Algunos productos químicos
tienen efectos locales perniciosos en los pulmones, en tanto que otros serán
absorbidos en la corriente sanguínea y pueden tener efectos dañinos en
distintos órganos diana.

Los órganos diana son las partes del organismo a los que siempre afectan
determinados productos químicos. Así, por ejemplo, el plomo ataca al sistema
nervioso central (el cerebro y la médula espinal), pero se almacena en los huesos
cuando se acumula (aumenta) con más exposiciones. Así pues, los órganos diana
del plomo son el sistema nervioso central y los huesos. Otros órganos diana de
los diferentes productos químicos son el corazón, los pulmones, los riñones y el
hígado.
¿Cómo saber si se está expuesto a riesgos respiratorios en el trabajo?

Su cuerpo dispone de varios mecanismos que pueden emitir señales de alarma


cuando existen riesgos:

 olores
 estornudos
 toses
 nariz que
moquea

Estas respuestas físicas, o señales o advertencias, le dirán a veces si está presente


un posible riesgo. En algunos, casos también le ayudarán a eliminar un agente
peligroso de su sistema respiratorio. Ahora bien, en ocasiones esas señales no
advierten acerca de riesgos, pues, por ejemplo, algunos productos químicos no
tienen olor o no se puede olerlos. Otros productos químicos sólo se pueden oler
cuando están concentrados muy por encima de los denominados "niveles de
seguridad" y ya están produciendo daño a su salud, y hay algunos productos
químicos que no se pueden oler al cabo de cierto tiempo de estar cerca de ellos,
pues la nariz se habitúa a su olor. Así pues, el olfato no es siempre una señal de
alarma fiable.

Los nuevos trabajadores y los visitantes son otra posible señal de los riesgos del
lugar de trabajo. Están "expuestos de nuevas" y pueden decirle a usted si tienen
problemas de salud únicamente cuando acuden al lugar de trabajo.

Puntos que hay que recordar acerca de la


inhalación
1. En el organismo entran por inhalación más agentes peligrosos que por cualquier otra
vía de penetración.
2. Aunque el cuerpo filtra muchos de los contaminantes normales del aire que usted
respira, no puede eliminar todos los contaminantes.
3. Al organismo le es difícil eliminar las partículas pequeñas, que pueden penetrar
profundamente en los pulmones y ocasionar problemas respiratorios.
4. Los trabajadores que realizan ocupaciones que desprenden polvo son más
susceptibles a las afecciones respiratorias que los trabajadores que desempeñan
ocupaciones que no desprenden polvo.
5. Los productos químicos y sus distintas formas, pueden ser inhalados y dañar
distintos órganos diana además de los pulmones.
6. Es importante advertir las señales de alarma, como el olor que desprenden los
productos químicos. También es importante advertir si uno deja de notar un olor
químico que está acostumbrado a oler, pues puede ser que se haya "habituado" al
olor y no sepa que está siendo expuesto al producto químico.
B. La absorción

La piel es
también una vía
principal de
penetración de
agentes
peligrosos en el
lugar de
trabajo. Se
pueden contraer
enfermedades
cuando los
productos
químicos y otros
materiales
utilizados en el
trabajo entran
en contacto con
la piel.

¿Protege la piel contra los peligros laborales?

La piel es un importante cubierta protectora del organismo, pero no siempre


protege contra los peligros en el lugar de trabajo, porque los productos químicos
pueden serabsorbidos (ingeridos) directamente en el organismo a través de una
piel sana. Una vez que están dentro del cuerpo, los productos químicos pueden
ser absorbidos en la corriente sanguínea y transportados a los órganos diana en
los que pueden provocar efectos dañinos.

¿Qué tipos de riesgos del lugar de trabajo pueden producir enfermedades y


lesiones laborales de la piel?

Hay muchos materiales o situaciones en el lugar de trabajo que pueden ocasionar


enfermedades y lesiones de la piel profesionales.

1. El trabajo mecánico en el que hay que efectuar fricciones, presiones y


otras formas de fuerza (p. ej., los trabajadores que utilizan remachadoras,
astilladoras, barrenas y martillos neumáticos) puede provocar callos,
ampollas, lesiones en los nervios, cortes, etc.
2. Los productos químicos son una fuente importante de enfermedades
laborales de la piel. Cada año aparecen centenares de nuevos productos
químicos en los lugares de trabajo, y algunos de ellos pueden ocasionar
irritación de la piel y reacciones dérmicas alérgicas. Algunos productos
químicos, como ácidos y álcalis fuertes, ocasionarán lesiones en la piel
casi de inmediato. Otros como ácidos y álcalis diluidos, distintos
disolventes y fluidos solubles para pulimento, tendrán efectos sólo después
de haber estado expuesto al producto químico varios días.

Algunos productos químicos pueden dañar la piel, haciendo que enrojezca,


salgan ampollas, o se produzcan escamas. Es decir, que provocan dermatitis.

Algunos de los muchos productos químicos que ocasionan dermatitis son los
siguientes:

 ácidos fuertes (como el ácido sulfúrico);


 álcalis fuertes (como la sosa cáustica);
 todas las formas de petróleo, entre ellas el diésel, los petróleos para lubricado y
combustible, los solventes, los diluyentes y desgrasadores, como la parafina, el
tricloroetileno, la trementina y los productos derivados del petróleo;
 los alquitranes, la pez y otros productos de alquitrán de hulla, comprendidos los
fenoles y los cresoles.

La dermatitis puede afectar a trabajadores expuestos a la sustancia. Normalmente


los síntomas sólo aparecen cuando el producto químico entra en contacto con la
piel y desaparecen cuando el trabajador deja de estar en contacto con el producto
químico.
Lesión irritante
(ampollas con
quemazón
ocasionadas por
contacto con
productos
químicos
tóxicos).

Otra enfermedad profesional común de la piel es la dermatitis por contacto - un


tipo de reacción alérgica, similar al asma o la fiebre de heno. Un trabajador puede
ser alérgico a un determinado producto químico y, cuando ha quedado
sensibilizado a él, cada vez que entra en contacto con él se produce dermatitis. La
dermatitis por contacto no sucede sólo forzosamente en el lugar en que el
producto entra en contacto con la piel, sino que a menudo se extiende a otras
partes del organismo. La dermatitis por contacto nunca se produce con la primera
exposición a un nuevo producto químico, pues le lleva tiempo desarrollarse.
Ahora bien, una vez que se ha contraído, incluso una exposición a una pequeña
cantidad del producto químico puede dar lugar a una grave reacción dérmica.

Algunos de los productos químicos que causan dermatitis por contacto son los
siguientes:

 formaldehído;
 los compuestos de níquel;
 las rexinas de epoxy y los catalizadores utilizados en la fabricación de
productos plásticos;
 los agentes germicidas que llevan el jabón y otros productos de limpieza, en
particular el hexaclorofeno, el bitionol y las salicilanilidas halogenadas;
 los cromatos.
3. Las lesiones de la piel también son resultado habitual de riesgos físicos como los
siguientes:

 el calor, por ejemplo, quemaduras que padecen a menudo obreros


encargados de hornos eléctricos, soldadores de plomo, soldadores,
trabajadores de oleoductos, trabajadores que reparan carreteras, techadores y
trabajadores de fábricas de alquitrán que trabajan con alquitrán líquido;
 el frío, por ejemplo, la congelación, que a menudo padecen trabajadores al
aire libre;
 la electricidad, por ejemplo, quemaduras por contacto con cortocircuitos o
cables pelados;
 la luz del sol, los rayos ultravioletas, los rayos láser, los rayos X, etc.;
 las temperaturas elevadas y los niveles elevados de humedad, por
ejemplo en un medio laboral tropical.

4. Riesgos biológicos, como bacterias, hongos, virus o parásitos, que pueden


provocar infecciones de la piel. Los trabajadores que es probable que estén
expuestos a riesgos biológicos con:

 quienes se ocupan de animales y los crían


 los que elaboran alimentos
 los pescadores
 los campesinos
 los que manipulan pieles de animales
 los panaderos
 los camareros
 el personal de cocina
 el personal médico y de odontología
 los jornaleros agrícolas y los que trabajan con ganado
 quienes manipulan granos
 los estibadores
 los trabajadores de silos
 los trabajadores de la industria láctea

Puntos que hay que recordar

1. La piel es una vía principal de penetración de sustancias peligrosas existentes en el


lugar de trabajo.
2. Los productos químicos se pueden absorber a través de una piel sana y penetrar en el
torrente sanguíneo y ser transportados a órganos diana en los que pueden provocar
daños.
3. La exposición a productos químicos, riesgos físicos y riesgos biológicos en el lugar
de trabajo puede dar lugar a enfermedades laborales y reacciones alérgicas.
C. La ingestión

Los agentes
peligrosos
también pueden
penetrar en el
organismo por
ingestión

¿Cómo se ingieren los agentes peligrosos?

La ingestión tiene lugar cuando se traga un agente peligroso. Algunos agentes


ingeridos penetran en el sistema digestivo, donde pueden ser destruidos o
neutralizados por los ácidos que hay en el estómago. Ahora bien, algunos pueden
ser absorbidos muy rápidamente en el torrente sanguíneo a través de las paredes
del estómago y el intestino delgado. Una vez que se encuentran en la sangre,
pueden viajar hasta distintos órganos diana (como los riñones y el hígado) donde
pueden producir efectos nocivos.

Los trabajadores pueden tragar agentes peligrosos por accidente si no se limpian


las manos antes de comer, beber o fumar en el trabajo, o si conservan sus
alimentos, bebidas y cigarrillos en una zona contaminada. Eliminar los agentes
químicos y biológicos peligrosos es la mejor manera de evitar su ingestión. Otros
métodos importantes de prevención son la higiene personal (limpieza) y velar por
que los trabajadores tengan acceso a lavabos y zonas de conservación de
alimentos y donde comer que estén separadas del lugar en que trabajan. También
es importante que los trabajadores conozcan la importancia de la higiene personal
y de guardar los alimentos y comerlos fuera de sus lugares de trabajo.
¿Puede eliminar el organismo los agentes peligrosos ingeridos?

Con vómitos y diarreas el organismo trata de eliminar determinadas sustancias


tóxicas del sistema digestivo. Ahora bien, estos mecanismos de respuesta no
pueden eliminar del organismo todos los agentes peligrosos ingeridos. Los
vómitos y la diarrea pueden ser señal de que se han ingerido agentes químicos y
biológicos y se deben investigar.

Puntos que hay que


recordar acerca de la ingestión
1. Los agentes peligrosos pueden penetrar en el organismo al ser ingeridos (tragados).
2. Algunos agentes peligrosos ingeridos son neutralizados en el estómago y otros son
absorbidos en el torrente sanguíneo y transportados hasta los órganos diana.
3. La eliminación de los agentes peligrosos es la mejor manera de evitar su ingestión.
Otros métodos importantes de prevención son la higiene personal y velar por que los
trabajadores tengan acceso a lavabos y zonas de conservación de comidas y que para
comer que estén separadas de sus lugares de trabajo.
4. Con vómitos y diarreas el organismo trata de eliminar del sistema digestivo algunas
sustancias tóxicas.
5. Los materiales tóxicos pueden penetrar en el organismo por más de una vía, de
manera que hay que conocer todas las vías de entrada para evitar las exposiciones.

III. Los efectos de las sustancias tóxicas


Aunque quizá desconozca usted algunos de los términos médicos que vamos a
emplear, es importante comprender la reacción que el organismo tiene ante los
materiales tóxicos. Saber qué hay que detectar puede alertarle ante los signos y
los síntomas que produce una enfermedad profesional determinada. Las
sustancias tóxicas pueden provocar cuatro tipos de efectos en el organismo:
locales, sistémicos, agudos y crónicos.

A. Los efectos locales

Algunas sustancias sólo tienen un efecto localizado en una parte del organismo, donde el
agente peligroso entra en contacto con el cuerpo o penetra en él. Así, por ejemplo, el efecto
local se puede producir en la piel, como una quemadura de ácido, o en el tracto digestivo
cuando se ingiere un agente peligroso. Algunas sustancias como el amoníaco, el cloro, los
humos de soldaduras y los humos de evacuación pueden irritar los pulmones cuando se
inhalan.
B. Los efectos sistémicos

Los efectos sistémicos son problemas ocasionados dentro del organismo cuando ha
penetrado en él un agente peligroso. Pueden suceder en la sangre cuando se absorbe la
sustancia en el torrente sanguíneo, y en los órganos si éstos almacenan el material tóxico
(por ejemplo, los huesos y el cerebro), lo neutralizan (como el hígado) o bien
lo eliminan del cuerpo (como el riñón y la vesícula).

Un efecto sistémico típico en la sangre es la anemia (carencia de glóbulos rojos


en la sangre) que pueden causar distintos productos químicos, entre otros: el
plomo, el berilio, el cadmio, los compuestos de mercurio y el benzeno. El
benzeno puede dañar las células que forman la sangre, produciendo
una leucemia.

El hígado puede resultar dañado por sustancias tóxicas porque su misión consiste
en debilitar muchas de ellas una vez que han penetrado en el organismo. Algunos
de los productos químicos que se sabe que dañan el hígado son: el benzeno, el
DDT, el dioxano, el fenol y el tricloroetileno. Del cloruro de vinilo monómero,
que se utiliza en la industria de los plásticos, se sabe que ocasiona una forma rara
de cáncer hepático.

Los riñones y la vesícula también pueden verse afectados por muchas sustancias
tóxicas porque son vías principales de expulsión fuera del organismo.

.
Algunas
sustancias
peligrosas
que causan
efectos
locales y
sistémicos

C. Los efectos agudos

La exposición a muchos riesgos laborales hace que el organismo produzca una respuesta
patente inmediata, denominada efecto agudo. Los efectos agudos desaparecen a menudo tan
pronto como cesa la exposición y con frecuencia son reversibles. Un ejemplo de efecto
agudo es la náusea, el dolor de cabeza o el vómito que un trabajador puede sufrir tras haber
utilizado un disolvente para limpiar piezas de un automóvil. Los efectos agudos se pueden
localizar en una parte del cuerpo (por ejemplo, una reacción de la piel ante un producto
químico), pero también pueden ser sistémicos (si, por ejemplo, ese producto químico es
absorbido además en el torrente sanguíneo, se pueden producir efectos en los órganos
diana).
D. los efectos crónicos

Algunas sustancias peligrosas provocan efectos crónicos, que normalmente


aparecen mucho tiempo después de que haya tenido lugar la exposición y que
persisten durante mucho tiempo. Una enfermedad crónica normalmente sólo se
produce al cabo de mucho tiempo a causa de su período de latencia (el período
de tiempo que transcurre entre la exposición y las primeras señales de la
enfermedad). Las enfermedades crónicas, como muchos cánceres laborales,
pueden tardar de 20 a 30 años en desarrollarse.

Algunas enfermedades crónicas se contraen inmediatamente después de una


breve exposición, mientras que otras sólo aparecen tras un contacto repetido con
una sustancia o un procedimiento de trabajo.

Al igual que los efectos agudos, los crónicos se pueden localizar en una parte del
organismo (por ejemplo, una enfermedad pulmonar crónica que se desarrolla a lo
largo de los años), pero también pueden ser sistémicos.

Respecto de todas las enfermedades, es mejor prevenir que tratar la enfermedad


una vez que se ha desarrollado, pero por lo que se refiere a enfermedades
crónicas como el cáncer, la prevención es la única cura. En las enfermedades
crónicas es difícil determinar la causa de ellas y aún más difícil obtener una
indemnización; así pues, es importante documentar todas las exposiciones a que
hayan estado sometidos los trabajadores y mantener registros minuciosos durante
por lo menos 30 años.

¿Puede causar la exposición a algunos peligros efectos agudos y crónicos al


mismo tiempo?

Aunque la exposición a algunos peligros únicamente causa una respuesta aguda o


bien crónica, la exposición a otros (como el formaldehído y el ruido) puede
provocar ambos tipos de efectos. La exposición breve al formaldehído puede
causar dolor de cabeza o irritación ocular (efectos agudos) mientras que la
exposición durante mucho tiempo puede ocasionar reacciones dérmicas alérgicas
recurrentes o cáncer (efectos crónicos). La exposición breve a un ruido muy
fuerte puede provocar zumbidos en los oídos, y la exposición prolongada puede
causar una pérdida auditiva permanente. Los disolventes también pueden
producir efectos agudos y crónicos en el sistema nervioso.

La exposición a una sustancia puede producir al mismo tiempo efectos locales,


sistémicos, agudos y clínicos en la salud. Por ejemplo, si un trabajador bebe en
demasía bebidas alcohólicas, puede padecer los siguientes efectos:
 Efectos locales - irritación del estómago y descomposición.
 Efectos sistémicos - un aumento del nivel de alcohol en la sangre, que puede dañar
las células del cerebro.
 Efectos agudos - borrachera, dolor de cabeza y resaca.
 Efectos crónicos - daños permanentes al hígado, que pueden tener un período de
latencia de muchos años.

Puntos que hay que recordar sobre los efectos


locales, sistémicos, agudos y crónicos
1. Las sustancias tóxicas pueden tener distintos tipos de efectos en el organismo.
2. Los efectos locales se producen en el lugar en que el agente peligroso entra en
contacto con el organismo o penetra en él.
3. Los efectos sistémicos se producen dentro del organismo cuando un agente peligroso
ha penetrado en él.
4. Los efectos agudos son normalmente inmediatos, patentes, en respuesta rápida a la
exposición a un peligro. Se pueden localizar en una parte del organismo o bien ser
sistémicos.
5. Los efectos crónicos se producen a lo largo del tiempo. Es posible no advertir ningún
síntoma hasta transcurridos muchos años después de la exposición a causa de los
largos períodos de latencia. Las enfermedades crónicas pueden deberse a una
exposición breve o a un contacto repetido con una sustancia o un procedimiento de
trabajo. Los efectos crónicos se pueden localizar en una parte del organismo o bien
ser sistémicos.
6. La prevención es la única cura de las enfermedades crónicas.
7. La exposición a algunos peligros puede provocar al mismo tiempo efectos agudos y
crónicos en la salud.
IV. La función del delegado de salud y seguridad

Una delegada
de salud y
seguridad

Su función consiste en actuar dinámicamente (es decir, intervenir antes de que


surja un problema) para suprimir los problemas del lugar de trabajo en la medida
de lo posible, cuidar de que los trabajadores estén protegidos e informarles acerca
de los peligros laborales.

Eliminar los peligros del entorno laboral es siempre lo primero que hay que
hacer para evitar las enfermedades.

Si no se pueden eliminar los peligros, es preciso controlarlos. Los trabajadores


deben hacer presión sobre la dirección para que implante controles eficaces en el
lugar de trabajo, como controles mecánicos (por ejemplo, un instrumento
mecánico de manipulación para que los trabajadores no tengan que entrar en
contacto con productos químicos); controles administrativos (como disminuir el
número de horas que los trabajadores realizan determinadas tareas
peligrosas); sustituir productos químicos o procedimientos de trabajo
particularmente peligrosos por otros más seguros; y facilitar al personal equipo
de protección, como guantes, aunque éste es el método de control menos
conveniente (para más información, léase el módulo La lucha contra los riesgos).

Medidas que ayudan a alcanzar la meta de suprimir los peligros para el aparato
respiratorio en el lugar de trabajo:
1. Colabore con su sindicato y el empleador para que se controle
periódicamente la atmósfera del lugar de trabajo a fin de detectar posibles
riesgos. El control del aire es una manera eficaz de determinar los niveles
precisos de contaminantes que hay en él. (Lamentablemente, puede ser
difícil obtener el equipo y el personal necesario para hacerlo.)
2. Entérese de las conclusiones del examen del aire y compárelas con las
normas nacionales o internacionales aplicables a los materiales que se
utilicen en su lugar de trabajo.

1. Colabore con su sindicato y el empleador para que se efectúen pruebas


médicas periódicas a todos los trabajadores que puedan estar expuestos a
productos químicos u otros procedimientos de trabajo peligrosos. Pida los
resultados de esas pruebas.
2. Los sindicatos deben organizar prohibiciones que restrinjan gravemente o
prohíban totalmente la utilización de sustancias particularmente peligrosas
como el asbesto o amianto. Algunos sindicatos ya las han organizado y
otros deberían hacer lo mismo. (Muchos de los Secretariados Profesionales
Internacionales disponen de información sobre las sustancias peligrosas.)
3. Colabore con su sindicato y el empleador para implantar controles que
impidan que los trabajadores se vean expuestos a peligros para el aparato
respiratorio.
4. Controle las etiquetas de los recipientes de productos químicos y solicite
ver las fichas técnicas de riesgo (a veces denominadas fichas toxicológicas
de sustancias químicas, MSDS) de todos los materiales peligrosos
utilizados en el lugar de trabajo para enterarse de lo que se dice en ellas y
qué protecciones se recomiendan. Si no puede obtener las fichas de su
empleador, usted o su sindicato pueden solicitarlas directamente al
fabricante de los productos químicos.
5. Compruebe si en las superficies de trabajo o en la piel, el pelo y el vestido
hay polvo o humedad. Si se ve polvo o humedad sobre las cosas, es
probable que haya inhalado usted parte del producto químico cuando se
encontraba en la atmósfera.
6. Cuide de que se controlen periódicamente los sistemas de ventilación para
comprobar si funcionan.
7. Elabore y distribuya un cuestionario a sus colegas de trabajo acerca de sus
preocupaciones en materia de salud y seguridad. Recoger información, por
ejemplo, sobre síntomas inmediatos, como una sensación de quemazón en
la piel, la nariz o la garganta, mareos, dolores de cabeza, toses, bronquitis,
resfríos o gripe que no se van o que aparecen una y otra vez, puede ayudar
a identificar zonas del lugar de trabajo en que haya problemas. Una vez
que tenga la información, colabore con su sindicato y el empleador para
tratar a los trabajadores con problemas de salud y limpiar de inmediato las
zonas que sean más peligrosas.
8. Preste atención a los nuevos trabajadores y a los visitantes. Son personas
"recién expuestas" al lugar de trabajo y pueden decir si tienen problemas
de salud sólo cuando acuden a él. De esa manera, pueden ayudarle a
identificar zonas en las que haya problemas.

A continuación se exponen algunas medidas que le ayudarán a alcanzar el


objetivo de evitar la absorción e ingestión de sustancias peligrosas:

1. Lo primero que hay que hacer en materia de protección es eliminar el


peligro completamente.
2. Los trabajadores deben ejercer presión sobre la dirección para implantar
controles del lugar de trabajo a fin de evitar que los trabajadores estén
expuestos a peligros químicos, físicos y biológicos.
3. La higiene personal (limpieza) es un factor importante de prevención de
las enfermedades dérmicas y de la ingestión de agentes químicos y
biológicos peligrosos. Así pues, procure que los trabajadores no coman,
beban ni fumen en el lugar mismo en que trabajan.
4. Los trabajadores deben disponer de lavabos. Colabore con el sindicato y el
empleador para facilitar a los trabajadores lugares en los que lavarse y
mudarse de ropa. Los trabajadores deben ser informados además de la
importancia de mantener limpia la ropa de trabajo, la piel y las máquinas
en las que trabajan.
5. Los trabajadores deben disponer de zonas limpias en las que conservar la
comida, para que no lo hagan en el lugar mismo en que trabajan.
6. Colabore con su sindicato y el empleador para facilitar a los trabajadores
un local o lugar limpio en el que puedan comer fuera del lugar en que
trabajan.
7. Si se facilita a los trabajadores equipo de protección personal (por
ejemplo, guantes), el equipo debe adecuarse a los peligros que presenten
sus trabajos. Así, por ejemplo, algunos tipos de guantes sólo protegen
frente a algunos productos químicos. Además, hay que informar a los
trabajadores de la importancia de utilizar el equipo de protección.
8. Pregunte a los trabajadores si han tenido vómitos o diarrea y, en caso
afirmativo, trate de determinar si la causa ha sido la ingestión de agentes
químicos o biológicos. Colabore con el sindicato y el empleador para que
se preste atención médica a esos trabajadores.
V. Resumen
Es importante entender que en la mayoría de los lugares de trabajo hay muy
distintos peligros que pueden influir en la salud y la seguridad de usted y de
sus colegas de trabajo. Es asimismo importante saber qué agentes y
procedimientos de trabajo peligrosos se emplean en su lugar de trabajo. Los
agentes peligrosos pueden penetrar en el organismo por distintas vías y
pueden tener efectos locales, sistémicos, agudos y crónicos en la salud. Tanto
usted como su sindicato deben adoptar distintas medidas para eliminar y
controlar los peligros a fin de que el lugar de trabajo sea seguro y sano.

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