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PRÓLOGO

En la tranquila noche de Navidad, esta Mansión se establece como un imponente testigo de


elegancia y misterio. Los susurros de los árboles acarician sus muros, mientras la luz tenue de
las estrellas ilumina sus rincones oscuros. Esta noche, sin embargo, la mansión alberga más que
celebración y festividad.

En esta noche, los invitados deberán desentrañar enigmas, forjar alianzas y, a su vez,
romperlas. ¡Ha pasado una desgracia! y las respuestas se esconden entre los pliegues de la
mansión. La verdad y la traición se entrelazan en una danza mortal, donde cada movimiento
puede ser un paso hacia la resolución o hacia el oscuro abismo del engaño.

CAPITULO I – BIENVENIDA ENTRE LUCES Y SOMBRAS

La elaborada cena de Navidad en la mansión de Mr. G y Miss N había sido planeada


meticulosamente. La pareja de anfitriones, consciente de la importancia de la ocasión y de la
necesidad de mantener una atmósfera de elegancia y misterio, decidió enviar una invitación
junto con un acertijo para cada invitado. Cada uno de los selectos asistentes recibió un sobre
sellado que contenía un papel con un mensaje intrigante: "Descifra el camino hacia la
celebración de la Noche de Navidad en la Mansión G". (Acertijo resuelto = +1 ayuda)

La mansión, majestuosa y cubierta por la fría noche de Navidad, albergaba secretos más
oscuros que las sombras proyectadas por las luces festivas. Mr. G y Miss N, los dueños de la
residencia, caminaban por los pasillos, ocultando detrás de sus elegantes fachadas los
turbulentos secretos que amenazaban con emerger. Los sirvientes, el mayordomo Cromo y la
chef Ambar, iban y venían, cumpliendo sus deberes con la meticulosidad propia de quienes
viven entre los secretos de una mansión grandiosa. Todos se preparaban para recibir a un
grupo importante de invitados para la cena.

La noche empezaba en el elegante comedor, decorado con destellos dorados y verdes. La


interacción entre los empleados y los dueños de la mansión era un equilibrio delicado entre el
respeto profesional y las intrigas personales. Miss N, la respetada dueña de la mansión,
observaba con ojos brillantes, mientras el mayordomo Cromo ajustaba con precisión cada uno
de los detalles de la vajilla que colocaba en la mesa.

—¿Cromo, aseguraste de que todo esté perfecto esta noche? No podemos permitir ningún
contratiempo en la fiesta — dijo Miss N con un tono que oscilaba entre la cortesía y la
exigencia.
El mayordomo asintió con cuidado, ocultando su propia agitación tras una máscara
imperturbable. Sin embargo, sus ojos revelaban una tensión palpable, como si llevara consigo
el peso de secretos inconfesables.

—Por supuesto, Miss N. Todo estará listo para la fiesta de esta noche —respondió Cromo con
una sonrisa educada.

Mientras tanto, en la bulliciosa cocina, la chef Ambar supervisaba los preparativos con
maestría, aunque su mirada de vez en cuando se desviaba hacia la sala principal. La tensión en
el aire era palpable, y Ambar se preguntaba si alguien más percibía lo sombrío de la mansión.

—Los ingredientes de mi vida culinaria y personal se mezclarán armoniosamente? ¿o este


oscuro secreto echará a perder mi receta perfecta?

A medida que avanzaba la noche, los primeros invitados comenzaron a llegar, cada uno
trayendo consigo sus propios motivos y secretos. La Profesora Esmeralda, con su mirada
penetrante y su aire de misterio, se encontró con Mr. G en el estudio, donde se exhibían raros
libros y antigüedades.

—Mr. G, siempre es un placer estar en su magnífica mansión. ¿Hay alguna joya nueva que
pueda admirar esta noche? —preguntó la profesora con una sonrisa intrigante.

Mr. G, consciente de que sus negocios turbios podrían ser descubiertos por la aguda mente de
la profesora, respondió con un tono educado, pero cauteloso:

—Por supuesto, profesora. Hay algunas adquisiciones recientes que podría encontrar
fascinantes. Permítame mostrarle. —

Mientras tanto, el coronel Gunner, con su postura rígida y su mirada intensa, se encontraba en
el pasillo, donde Miss N lo recibió con gracia.

—Coronel Gunner, qué honor tenerlo en nuestra fiesta de Navidad. ¿Le gustaría disfrutar de
una bebida antes de que comience la verdadera celebración? —preguntó Miss N, con su
encanto característico.

El coronel aceptó con un corto y seco —¡Salud! — a la misma vez que sus ojos examinaban la
habitación y evaluaban a cada persona presente. Su venganza personal contra el esposo de la
viuda negra ardía en su interior, y la mansión se volvía el terreno de juego para su búsqueda de
justicia.

El inspector Marino, con su aire de autoridad y astucia, llegó poco después, anunciando su
presencia de manera decidida.

—Buenas noches a todos. Estoy aquí para garantizar la seguridad de todos los presentes y para
disfrutar de una agradable velada. —El inspector Marino exploró el conservatorio con ojos
perspicaces antes de dirigirse hacia la viuda negra que se dejaba ver tomando aire en la
terraza.
Ella, elegantemente vestida, pero con un aura de misterio que la rodeaba, saludó a los
invitados con una sonrisa encantadora. A su lado, su nuevo esposo, ajeno a las sombras que se
cernían sobre él. Ella sonreía y decía con confianza: —La cuarta es la vencida, no?
Acompañada de una risa perspicaz, la cual fue opacada de una risa aún más fuerte de la Dra.
Blanca, que se incorporaba al grupo.

—Pues con el tercero también dijiste que sería el ultimo, después del segundo que ya no
querías más hombres y con el primero … ¿Recuérdame que fue lo que pasó con él?

Tras un largo e incómodo silencio saltó la voz del Mayordomo Cromo anunciando:

—La cena estará servida a las 10pm por favor terminen de acomodarse. Tienen toda la casa a
su disposición exceptuando algunas zonas clausuradas.

A medida que los invitados se mezclaban, las primeras chispas de intriga y desconfianza se
encendían. Mr G. observaba desde la distancia, su corazón latiendo con ansiedad, consciente
de que la noche de Navidad se convertiría en un escenario para revelaciones impactantes y
oscuros giros en la trama. Los secretos de la mansión, ocultos tras las paredes decoradas y las
sonrisas educadas, estaban a punto de salir a la luz. La fiesta estaba en pleno apogeo, pero las
sombras del pasado se cernían sobre cada rincón de la majestuosa mansión, tejiendo un tapiz
de misterio y suspenso.

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