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Ailyn Lisseth Barrera Betancourth

Gerencia Estratégica
Comprobación de lectura 7

EL USO DEL CONOCIMIENTO EN LA SOCIEDAD

En esta lectura el autor describe su percepción acerca de las dinámicas que configuran el sistema
de precios. Se opone a la creencia de que este sistema ha sido creado por la mente humana,
desde el argumento de que es un sistema donde participan demasiados actores y variantes muy
particulares y cambios pequeños que no deben ser ignorados, de los cuales es imposible que una
sola persona que funja como coordinadora, tenga conocimiento y por consiguiente, tenga poder
de decisión sobre ellos.

Explica que la información se encuentra descentralizada, dispersa en muchos individuos, y que


cada individuo conoce algo que el otro no, incluso, pueden llegar a ser contradictorios; pero estos
conocimientos individuales llegan a traslaparse e interactuar lo suficiente como para que el
sistema funcione y se reajuste cuando es necesario. Si el hombre lo hubiese diseñado, no fuese tan
eficiente. Es algo que se da de manera natural. El sistema global y su funcionamiento, es el
resultado de una multiplicidad de pequeñas interacciones que se suman, y que responden
oportunamente a cambios. Existen pequeños cambios que son importantes y que no deben ser
ignorados.

Es tan importante conocer y entender las diversas formas en que las personas adquieren el
conocimiento en el cual basan sus decisiones (planifican), tanto como lo es el hecho de poder
determinar cuál es el mejor uso que se le puede dar a todo ese conocimiento descentralizado.

También están los casos de otros tipos de sistemas u organizaciones en que las decisiones deben
ser tomadas por una autoridad central. En ese sentido, lo importante es aprender a determinar
qué tipo de información necesita que se le provea, porque en realidad, no toda la información es
necesaria; o bien, en saber comunicar a las personas el conocimiento adicional que necesiten para
tomar decisiones que sean armoniosas con los planes de los demás individuos.

Es importante identificar cuándo conviene abandonar la idea de un control consciente y sustituirlo


por los incentivos adecuados que guíen a los individuos a actuar como es conveniente para todo el
sistema.

Toda esta teoría, aterriza en que los conocimientos que conducen a la solución de un problema no
están dadas, a alguien en particular, sino que el mismo se encuentra disperso, y el reto está en
lograr interacciones acertadas entre individuos que solo poseen una parte de conocimiento, pero
que probablemente tampoco necesitarán saber más, solo lo suficiente para reaccionar al cambio.

Aplicado a la búsqueda de solución del problema planteado, de abusos en citaciones a


funcionarios públicos, hablamos de un sistema mucho más reducido y con menor cantidad de
actores, y que por esa misma razón, podría estar mejor coordinado. En ese caso, tengo la
percepción de que hace falta una figura o autoridad centralizadora de la información, que funja
como coordinador y filtro cuando sea necesario, pero también como vehículo de intercambio de
conocimientos para no caer en duplicidad de esfuerzos fiscalizadores que muy bien se podrían
unificar.

No existe un mecanismo que centralice las citaciones. Los órganos facultados para citar, actúan
bajo su propio conocimiento y creen que no necesitan saber cómo están funcionando sus
similares. Por ejemplo, una comisión de trabajo no necesita informarse si otra comisión o bloque
ya ha citado al mismo funcionario por el mismo tema. No están obligados a interactuar de manera
coordinada y el sistema tampoco brinda incentivos que los motiven a hacerlo de manera
voluntaria. Todo lo contrario, favorece el criterio individual para tomar la decisión, ignorando el
hecho de que el funcionario también forma parte del sistema llamado gobierno al que todos
pertenecen, y que deberían hacer funcionar.

En este caso, será interesante reflexionar a profundidad, si se dan las condiciones para solucionar
el problema a través de incentivos básicamente, dejando a un lado la intervención racional. En
primera instancia, por supuesto que no; el problema pide que se razone y se decida con base en
conocimiento suficiente para quienes toman la decisión de autorregularse: Los legisladores.

El problema es, precisamente, que conocen muy bien el problema y lo que conlleva su solución: un
menor acceso al funcionario público para fines particulares.

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