Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
F: (09) 22 22 451
Correo Electrónico: alejandrocelis@terra.cl
Página Web: www.transformacion.cl
Alejandro Celis H.
Hace unos años fui a ver a los Rolling Stones cuando vinieron a Chile. Un
verdadero disfrute. Aclaro que hallo que gran parte de su música es realmente
difícil de asimilar, pero lo que más disfruté fue el desate que tuvieron en el
escenario. Totalmente cómodos, a sus anchas, expresándose a sí mismos,
descarados, irreverentes… es tanto lo que se dice de Mick Jagger que uno
prácticamente esperaría verlo como un sujeto a quien las drogas le han borrado
toda la materia gris, totalmente idiotizado y babeante. Vi una entrevista suya en la
TV y, ¿con qué me encuentro? Con una persona liviana, inteligente, de un humor
exquisito, bromeando con el entrevistador…
es cierto que hasta pueden lograr hablar ruso en minutos, como promete el vodka
Eristoff…
¿A qué le tememos?
En esta sociedad, que está totalmente patas arriba, en que todo el mundo miente,
en que los valores están totalmente trastocados, en que muchas veces son los
mismos representantes de la autoridad los más grandes delincuentes… Pero en fin,
insertarse en esa sociedad es la idea. Y entonces, tiene que haber un “control” para
no soltar nuestro animal interno, nuestros bajos instintos, nuestras facetas ocultas y
todo eso.
Tal como saben los buenos meditantes, hay que atravesar lo que vemos como
“negro y oscuro” antes de encontrar la luz en nosotros. Hay que sumergirse en la
negatividad para contactar con algo realmente positivo, pues si no lo positivo es
3
A fines de los años 70, y como extensión natural de todo lo que se había generado
en el Instituto Esalen de California en los 60, hubo en la India un experimento que
se prolongó quizás por unos 6 o 7 años, pero que desde mi perspectiva cambió al
mundo. En el ashram del maestro indio Bhagwan Shree Rajneesh (ahora conocido
como Osho) se trabajó en directo con todo aquello que es tabú en nuestra sociedad:
ira, agresión, sexo y toda la gama de vivencias que solemos disimular u ocultar.
Rajneesh creó una técnica que ha trascendido a muchos que jamás tuvieron
contacto con él: la meditación dinámica, donde el participante se hiperventila y desde
ahí se lanza en una catarsis sin límites de todo aquello en que se encuentra trabado.
La tónica general era: todo en directo, nada de eufemismos, nada de pizarrón para
explicar y comprender las cosas. ¿Tienes rabia? Exprésala, descárgate. ¿Te gusta
esa rubia en el grupo? Díselo, acércate y sé honesto y directo, di lo que quieres, no
andes con cuentos. En buenas cuentas: sé honesto y responsable, hazte cargo de lo
que sientes y no manipules ni seas indirecto. Y observa cómo tus patrones
aprendidos son todo menos eso. ¿Dónde ocurría todo esto? En los grupos
terapéuticos del ashram, donde terapeutas occidentales llegados de todas partes del
mundo catalizaban un proceso inspirado por el mismo Rajneesh, en sus discursos
diarios y encuentros directos con terapeutas y visitantes.
Y ahora, ¿qué?
Rajneesh dejó su cuerpo hace ya unos quince años. Yo fui su discípulo durante
siete, en la forma más comprometida y total que pude y mientras él estaba vivo.
Obviamente, él no ha sido el único dueño de la verdad y hay muchas otras luces
para la humanidad; pero la mejor forma de honrar sus aportes es encarnarlos,
traducirlos a la vida diaria desde la propia perspectiva, y no como loros
repetitivos, pues cada realidad es diferente. Él mismo señaló que las enseñanzas de
4
los maestros del pasado no podían llevarse a la práctica hoy tal cual, pues la
realidad, las épocas, las sociedades y los individuos cambian.
Tomemos el ejemplo de ese fenómeno tan poco grato: las barras bravas del fútbol.
Un acercamiento superficial los llevaría a todos a la cárcel. Sin descartar esa
posibilidad, la idea sería ofrecer a esas personas oportunidades de hacerse cargo de
su violencia y frustración de un modo que quizás nunca imaginaron: en una forma
responsable, con guía profesional y acogedora, sin descargar su ira y frustración en
absolutamente ninguna otra persona. No estoy diciendo que eso sea fácil y
personalmente yo no me haría cargo de eso, pero veo perfectamente posible que
todo esto sea aplicable a cualquier individuo, independientemente de su edad,
sexo o estrato socioeconómico. Con una importante condición: que ellos
estuviesen dispuestos. Esta condición no es menor, y es donde han fracasado
montones de proyectos de “ayuda” a los demás. Y quienes deben guiar proyectos
como ése son quienes sientan la vocación, el llamado. Pastelero a tus pasteles.
Hay otros elementos, por supuesto, y que guardan relación con que lo importante
es lograr que la persona se haga responsable de su proceso: no basta descargar y
descargar emociones, hay que hacerse responsables de la forma en que queremos
vivir. Y es por eso que es importante que quienes guíen algo así sean quienes de
veras entienden lo que están haciendo, por haberlo vivido en sí mismos. Mi
percepción es que, independientemente de cualquier factor social, educacional o
económico, es mínima la proporción de humanos que está realmente dispuesto a
enfrentar un proceso así. Lamentablemente, ésos son los tiempos en que estamos
viviendo: profunda crisis y falta de disposición por enfrentar los problemas e
insatisfacciones actuales con soluciones de fondo, no parches. Pero así son las
cosas, y algo que es enteramente claro para mí es que cada individuo puede
transformar su vida si realmente desea hacerlo y hace lo necesario para lograrlo.
soltar la cabeza, soltar los planes, soltar nuestra rigidez mental y abrirnos a confiar
en nuestra propia sabiduría interna, que nos da señales muy claras de lo que es o
no apropiado para nosotros, a cada instante.
Y para finalizar, una buena pregunta: ¿qué ganamos con todo esto? Piense usted en
dos o tres personas que conozca que vivan en la honestidad, en la transparencia,
que vivan en forma lo más total posible su vitalidad y su verdad. Y no me refiero a
esos personajes encocados de la TV: no me refiero a la agitación banal, hueca y
vacía, sino a la verdadera vitalidad. Si encuentra algún ejemplo, observe qué
emana esa persona. Yo asumiría que emana las siguientes características:
entusiasmo por la vida y por lo que hace, aceptación de sí mismo(a), vitalidad y
flexibilidad -en oposición a algo rutinario y predecible-, es original y espontáneo(a)
y no una copia en serie, estará presente y no “en piloto automático” la mayor parte
del tiempo y expresará sus afectos en forma sincera y genuina, libre de todas las
frases hechas y falsedades que dominan el ámbito de la expresión emocional. En
resumen, una persona atractiva.
¿Le gusta esa descripción? Eso es lo que podría ganar: esta descripción podría ser
la suya… si se atreve a comenzar a honrar quien de verdad es, en lo más íntimo de
su ser. Si se atreve a abrazar esa persona única y original que es… y que quizás aún
no ha tenido espacio.