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El Imperio Bizantino en El Viaje de Benjamín de Tudela Por José A Ochoa Viaggiatori Ebrei. Atti Del Congresso Europeo Dell'AISG 1992
El Imperio Bizantino en El Viaje de Benjamín de Tudela Por José A Ochoa Viaggiatori Ebrei. Atti Del Congresso Europeo Dell'AISG 1992
VIAGGIATORI EBREI
Βerichte jiidischer Reisender vom MittelaÜer bis in die Gegenwart
ATTI
del Congresso europeo delPAISG
San Miniato, 4-5 novembre 1991
a cura di
GIULIOBUSI
JOSÉ A. OCHOA
EL IMPERIO BIZANTINO
EN EL VIAJE DE BENJAMÍN DE TUDELA
«estratto»
AISG
1992
JOSÉ A. OCHOA
EL IMPERIO BIZANTINO
EN EL VIAJE DE BENJAMÍN DE TUDELA
El Libro de viajes
1
Cito siempre por la traducción de J.R. Magdalena Nom De Deu, Libro de viajes de
Benjamín de Tudela, Barcelona 1982, p. 62-69. He consultado también la traducción
italiana de G. Busi, Rimini 1988, p. 23-31, y la inglesa que acompaña la edición de Μ. N.
Adler, New York 1907, p. 10-16.
2
J.P.A. Van Der Vin, Travellers to Greece andConstantinople. AncientMonuments
and Oíd Traditions in Medieval Traveller's Tales, Leiden 1980, p. 24.
3
Les récits de voy ages et de pélerinages, Turnhout 1981.
El viaje de Beniamín de lúdela 83
Historia bizantina
Fronteras
4
Byzantine JewryfromJustinian to the Fourth Crusade, London 1971, p. 132-162.
5
Sobre la evolución de las fronteras en época comnena, véase J. Koder, DerLebensraum der
Byzantiner, Graz, Wien, Koln 1984, p. 94-97.
6
Volvería a ser normanda en 1185, cuando la tomó la flota de Roberto Guiscardo,
que se dirigía a sitiar Salónica.
88 JA.Ochoa
19
J. Darrouzes, Recherches sur les OFFIK1A de ΓÉglise Byzantine, París 1970, p.
98-107.
20
Como las suscripciones de los participantes a los concilios celebrados en las
Blaquernas uno en 1157 y dos en 1166 (cf. Nicetas Coniata, Tesoro de la fe ortodoxa, en
Patrología Graeca 140). En el caso de las coll. 177-180, se menciona, tras la familia
directa del emperador, en primer lugar al Protovestiario (cargo omitido por Benjamín) y
en octavo lugar el Eparco. Entre estos cargos hay otros nombres para los que se menciona
el tratamiento {pansebastou sebastou, por ejemplo) pero no el cargo.
21
Que quiere decir «grande», como apostilla Benjamín cuando habla de uno de los
dirigentes judíos de Gallípoli, que lo tiene como apellido.
El viaje de Beniamín de Tudela 85
Prosopografía
10
Es mi intención abordar en otro trabajo los problemas de la identificación del
recorrido y de la toponimia griega en el Itinerario.
11
La preocupación del emperador por la medicida y sus conocimientos al respecto los
testimonia Juan Cinamo, 4.21.
86 JA.Ochoa
12
A su muerte pronunció un discurso fúnebre de Basilio de Ochrida, editado por V.
Vasiljevskij, «Vizantiskii Vremenik» 1 (1892), p. 55-132.
13
Editado por K. Horna, Das Hodoiporikon des Konstantin Manasses, «Byzantinische
Zeitschrift» 13 (1904), p. 313-355.
14
Quien a su vez contrajo matrimonio con Teodora Comnenoen 1175. Cf. K. Barzos,
Hé Genealogía ton Komnénón, I, Salónica 1984, p. 454-460.
15
El realto lo tenemos en el libro segundo de Juan Cinamo.
16
Este dato, si admitamos un error en el nombre del sultán, provoca un cierto conflicto
con la cronología del viaje, porque la campaña de Manuel contra Iconio (1176) no se
producirá hasta nueve o diez años después de la fecha en la que parece que se produjo la
visita de Benjamín.
El viaje de Beniamín de lúdela 87
Títulos de jerarquía
17
Ver en general: W. Ensslin, The Government and Administration of the Byzantine
Empire, en J.M. Hussey [ed.], Cambridge Medieval History IV.2,p. 23; y L. Brehier,Les
institutions de V Empire Byzantin, París 1949.
" E n t r e 1167 y 1169 fue sustituido por su hijo Andrónico.
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Economía
Más interés suelen tener para Benjamín de Tudela los datos de tipo
económico y, especialmente, comercial. Aunque respecto a Bizancio sus
expresiones son bastante genéricas. Alaba la riqueza general de
Constantinopla y su posición preeminente en el comercio de todo el
Oriente, sólo comparable con Bagdad. El único dato concreto que da es el
impuesto de la capital que, según él, asciende a 20.000 piezas de oro
diarias 22 . No tenemos fuentes para contrastar este dato, pero a juicio de
Hendy sería hiperbólico. Tan sólo si tomáramos el dato como anual y no
como diario nos aproximaríamos a los 230.000 hypérpyra que asigna
Nicéforo Gregorás (18.1) para mediados del siglo XIV, quedando entonces
corto el cálculo de Benjamín.
Pienso que aquí nuestro viajero da una cifra fabulosa, inducida por el
tono general de admiración por la riqueza de Bizancio, y cuya fuente de
información no era excesivamente fiable, dado que debía proceder de
algún judío que le hospedaba y le guiaba, persona que no tenía por qué estar
al corriente de las finanzas del Estado.
No abordaré el tema de la presencia de judíos en la actividad económica
y comercial de Bizancio, dado que es lo que más desarrollaba Sharf en su
estudio 23 .
Etnografía
22
M. Hendy, Sttidies ¡n the Byzantine Monetary Economy c. 300-1450, Cambridge
1985, p. 173-174.
23
Aportaciones bibliográficas reciente son: A. Gieystor, Les Juifs et leurs activités
économiques enEurope Oriéntale, en Gli ebrei nell' alto medioevo, Spoleto 1980, p. 489-
522. E. Ashtor, Gli ebrei nel commercio mediterráneo nell'alto medioevo (sec. X-XI),
ibidem,p. 401-464.
90 JA.Ochoa
24
A. Kazhdan, A.W. Epstein, Change in Byzantine Culture in the eleventh and
twelfth Centuries, Berkeley 1985, p. 110-116.
" K a z h d a n - Epstein, Change cit., p. 172-174.
" T a m b i é n Guillermo de Tiro y Odo de Deuil hacen referencia a este particular.
27
R. Janin, Constantino pie Byzantine, Paris 1964 2 , p. 259-260. Janin apoya esta
suposición en el hecho de que en el s. XVII fueron desposeídos de los terrenos que habrían
de alojar a la mezquita Yeni Valide Camii (cf. p. 292).
El viaje de Beniamín de Tudela 91
brazo de mar para desde el lugar donde habitan para poder comerciar con
el resto de los habitantes de la capital. Esta situación sólo se comprende si
los judíos estaban asentados en Pera.
Esta situación de marginación cambiaría un siglo después de la visita
de Benjamín, pues tenemos atestiguada presencia judía en el barrio de
Vlanga, donde tenían incluso una sinagoga 28 .
Constantinopla
Situación de la ciudad
28
Como lo testimonia una carta de Planudes (ed. Treu, Breslau 1890, p. 52).
29
1 legua = 5.572 m. 1 milla = 1.393 m. Por tanto, 18 millas equivaldrían a unos
veinticinco kilómetros.
30
Van der Vin, Travellers cit., p. 249-250.
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Santa Sofía
31
E. Hermán, The Secular Church, en J.M. Hussey [ed.], Cambridge Medieval
History, IV.2, Cambridge 1967, p. 121-125.
32
Cf. M. Hendy, Studies cit., p. 197-198.
33
Cf. M. Hendy, Studies cit., p. 33.
34
R. Janin, La géographie ecclésiastique de l'Empire Byzantin. I Le siége de
Constantinople et le Patriarcat Oecuménique. Tome III, Les églises et les monastéres,
París 1969, p. 455-470.
35
B. de Khitrowo [ed.], ¡tinéraires russes en Orient, Genéve 1889, p. 118.
El viaje de Beniamín de Tudela 93
Por último se dice que existen tantos altares como días tiene el año36,
comentario que encontramos también en Antonio de Novgorod (1200)37, y
que debía ser un dato habitual en la guia dentro de Santa Sofía a fines del
siglo XII, aunque hoy nos resulte difícil identificar esa cantidad de
espacios de culto o lugares para la veneración.
El hipódromo
36
Algunos autores interpretan «iglesias» en lugar de «altares», pero la posición del
comentario en el relato, por ejemplo, nos puede inducir a recharzar esta hipótesis.
37
Β. de Khitrowo [ed.], Itineraries cit., p. 92-94.
38
R, Janin, Constantinople Byzantine cit., p. 183-197. R. Guilland, Eludes sur
ΓHippodrome de Byzance, «Byzantinoslavica» 27 (1966), p. 26-36, y Id., Études sur
l'Hippodrome de Constantinople, X. La déchéance et la ruine de l'Hippodrome,
«Byzantinoslavica» 30 (1969), p. 209-219. Cf. W. Müller-Wiener, Bildlexikon zur
Topographie lstanbuls, Tübingen 1977, p. 232.
39
Constantino Porfirogénito, De Ceremoniis, 1.37 y Append. ad 1.1.
40
J. Ebersolt, Le Grand Palais de Constantinople et le Livre des cérémonies, París
1910, p. 37. R. Guilland, Études sur le Grand Palais de Constantinople. L'Hippodrome
couvert, «Byzantinoslavica» 19 (1958) 24-72. R. Janin, Constantinople Byzantine cit.,
p. 119 y A. Piganiol, La loge imperial, «Byzantion» 11 (1936), p. 383-390.
41
G. Dagron, Constantinople Imaginaire, Paris 1984, p. 161-190.
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El Palacio de Blaquernas
48
Cf. W. Müller-Wiener, Bildlexicon cit., p. 223-224.
49
R. Janin, Constantinople Byiantine cit., p. 123-128.
50
Esta frase la encontramos también en Juan Cinamo, 4.14.
51
Van Dieten [ed.], Berlín 1975, p. 380,9: «homechri ton en Blachernais anaktorón
syromenos thalattios holkos kai hosa pros anemon borran epinenykasi mere tés poleos».
" N i c e t a s Coniata, p. 206, 46: «peri ten akropolin mere tés poleos».
96 JA.Ochoa
53
DeprofectioneLiidovici VII in orientem, ed. y trad. ingl. de V.G. Berry, New York
1948, p. 65.
54
Cf. Nic. Coniata, p. 206, 48-56.
55
A. Grabar, L'empereur dans l'art byzantin, París 1936, p. 40-42, 84 (reimpr.
London 1971).
56
No hay ninguna referencia en el detallado estudio de Grabar.
El viaje de Beniamín de Tíldela 97
oro57. Más antigua es la descripción que hace Flavio Cresconio Coripo (s.
V), en su obra In laudem Iustini5*, según la cual sobre el trono dorado de
Justino II había una Victoria con las alas desplegadas que sujetaba una
corona de laurel. En la iconografía de la coronación, cuando la religión
cristiana penetre toda la vida bizantina, esas victorias serán ángeles, o bien
será la mano divina la que deposita la corona sobre la cabeza de los
monarcas59.
Como en otros muchos aspectos de la imagen e ideología del Imperio,
estamos ante un paralelo entre el plano divino y el humano, en el marco de
la llamada teocracia bizantina, con un poder que emana del cielo. De este
modo, el trono recuerda permanentemente la imagen de la coronación y por
tanto el origen divino del poder del emperador.
Aunque Benjamín no lo mencione, Manuel no sólo se ocupó del
aspecto ornamental y del aparato simbólico, sino también de las defensas
del palacio, haciendo construir una muralla en torno a él60.
Conclusión
57
B. de Khitrowo [ed.], Itinéraires rttsses en Orient, Genéve 1889, p. 92-94.
58
Cf. 3. 194-203 (A. Remirezde Verger [ed.], Sevilla 1985): «...per laevamdextramque
tenes Victoria partem I altitts erectis pendebat in aera pennis, I laitrigeram gestans
dextrafulgente coronam».
59
Son ángeles en la miniatura del f. 5r del Vaticanas Barberinianus gr. 372, o en el
Sinaiticus 354, mientras que, en un relicario del Tesoro del Patriarcado de Moscú, es
Cristo quien la sostine (cf. Grabar, L'empereur cit., p. 117-118). En el París, gr. 922 es
la Virgen la que sostiene la corona sobre Constantino X Ducas y Eudoxia.
60
Nic. Con. p. 384, 36-38 y p. 543, 4-6.
61
Deprofectione Ludovici VII in orienten!, ed. y trad. ingl. de V.G. Berry, New York
1948, p. 65.
98 JA.Ochoa
!
Ver Van der Vin, Travellers cit., p. 250.