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Se a) Ve DIRECTOR: Miguel A. Almeyra rm a4 ARCE BELOFF LA ROSA CARBALLIDO CALATAYUD PENNA THOMSON REUTERS DIBLASIO REYES. HARFUCH SANTAMARIA GUGLIELMETTI LA LEY I KIERSZENBAUM TERRAGNI ISSN: 2250-432x NPI: 5075988 Todos los derechos reservados ©La Ley S.A. Editora e Impresora Direccién, administracién y redacciéon Tucuman 1471 (C1O50AAC) laley,redaccionjuridica@trcom Ventas CASA CENTRAL Tucuman 1471 (C1O50AAC) Tel: OB10-256-4444 LOCAL | FACULTAD DE DERECHO - UBA, Figueroa Alcorta 2263 (C1425CKB) Tel. / Fax: 4806-5106 ‘Atencién al dente: OB10-266-4444 Buenos Aires - Argentina Hecho el depésito que establece fa ley 11.723 "Nota le a Direcion Las opincres vera an os comantarc mace sn pvativasde quienes ac emit éEs legal, posible y conveniente la aplicacion del juicio por jurados en el derecho penal juvenil? fo 2 is Mary Beloff Sumaric Mariano Kierszenbaum“) Martiniano Terragni‘“* 1. Introduceién.— II. La naturaleza juridica del juicio por jurados.— IIL, La recepcidn del juicio por jurados en el derecho ar- gentino ylas particularidades de la justicia juvenil— IV. Criminologfa critica y derecho penal Juventl: los estereotipos.— V. El Juicio por ju- rados en la legislacién provincial argentina.— VI. El proceso penal ju- venil yel corpus turis del derecho intemacional.— VII. El principio de especialidad y el juicio por jurados.— VIII. El juicio abreviado como la contracara del juicio por jurados.— IX. Hechos y derecho: jurados y jueces protestonales.— X. La aplicacién de la teoria del delito y las instrucciones al jurado.— X1. Justicia fuvenil y participacién comu- nitaria: Ia via restaurativa— XII. La justicia juvenil y el juicio entre pares.— XIII Los decisi6n de los jurados y el eje socioeducativo de la Justicia juvenll.— XIV. El julcto por jurados y la insercién comuntta- tla.— XV. El uicto por jurados ya garantia de la doble instancla: guuna ventaja?— XVI. A modo de conclusion (preliminar). L Introduccién El proceso penal en la Reptiblica Argentina, cuya tradicién juridica se enmarca dentio de los modelos inquisitoriales y mixtos del derecho continental, transita desde hace dos décadas un. camino de constante y sostenido acercamiento hacia el sistema adversarial, caracteristico del derecho anglosajén, Este acercamiento encuen- (©) Mary Beloffestudié en el Colegio Nacional de Bue- ‘os Aires (UBA] ingresé luego ala Facultad de Dereeho de la misma Universidad, donde obtuvo los ttulos de abogada con Diploma de Fronory de Dactoraen Derecho Penal surmma cum laude, Es, ademas, Magister in Legl- bus (LL.M,) por la Escuela de Leyes de la Universidad de Harvard (EEUU). Es Profesora titular de Derecho Penaly Procesal Penal de la Facultad de Derecho de la UBA. En sea, en diversas Universdades Nacionales y del extran- Jero, cursos sobre derecho penal, derecho procesal pena derechos humnanos, gener, derechos dl nin y justila juvenll. Asesoraen procesos de relormas dea justica pe- na Ia lista juveniles sitemas de protecin de derechos humana en Ansan hake coma pera ‘onauismns internaconals y ha brndado sonterencts fcrelstemisdestpecaidd en deren see (C*) Mariano Kierszenbaum se desempena actualmen: te como secretaroletrado (int) dela Asesoria Tuer en Jo Penal, Contravencional y de Fats N* 4 del Ministerio Pablo Tutelar de a Cludad de Buenos Aires Es profesor aajunto (in) de Elementos de derecho penal y proces penal enla cited dela Prof. Dra. Maryeloft. a esrito diversosarticulosy libros sobre derecho penal, derecho procesal penal y derechos del nino. Sela desempenado «mo empleado yfuncionario del Ministerio Palco Fis caldela Naciin en la Facaia General de Politica C hal, Derechos Hummanosy Servicios Comunitazos, Direecion General de Capacstacion, Se ba desempeniado ‘Suplemento ConstitucionalN."1* Es legal, posible y conveniente la aplicacién del juicio por jurados en el derecho penal juvenil? ta antecedentes signiticattvos en la introduccién. de instituciones tales como la suspensi6n del jui- cio a prueba (1) (que tiene su origen en ta diver- sion, aunque en nuestro medto se la asocia con la probation) o el juicto abreviado (2) (que tiene su. origen en el plea bargaining), Por su parte, también el derecho pitblico pro- vincial, que regula los alcances de la justicia penal juvenil, ha avanzado en los tiltimosveinti- Cinco afios en una senda de gradual y continuo acercamtento al derecho penal de adultos, por Jo menos en su aspecto procesal (3). Este doble acercamiento —primero del pro- ceso penal general al modelo adversarial y, se- gundo, del derecho penal juventl al modelo de adultos— presenta algunas particularida- des que merecen ser consideradas con deteni- miento. Por un lado —tal como lo han restelto la Corte Suprema de los Estados Unidos de Norteamérica en el precedente “Gault”(4) (1967) yel Pleno del Tribunal Constitucional de como funcionario en la Asesorfa General Tutelar del Mi nisterioPublico Tutelar de la Cludad de Buenos Aires. Se ha desempertado como Director Nacional para Adoles- cents Infractores ala ley Penal en la Secretaria Nacional de Niner, Adolescencia y Familia; y como Ditector Gene- ral de Responsabilidad Penal Javenl en el Consejo de los Derechos de Nifas, Nifos y Adolescentes dela Ciudad de Buenos Aires. (0) Martiniano Terragni es Magister en Derecho Pe- nal (UBA), Profesor Adjunto Regular del Departamento de Prictlca Profesional de la Facultad de Derecho de ka Un ‘versidad de Buenos Aires. Docente de grado y de posgra. do en las Universidades Nacionales de Buenos Aires, del Centro, de Cérdoba, de San Martin, del Sur y de Palermo. Esaulory conutorde libros articilos de dactrina y comen: tarlosafallo sobre justiciajwvenily derechoshumanos. (2) Incorporada al Gd. Penal mediante la ley 24316, publicada en el BO et 19/05/1984, (2) Incorporado al Céd. Proc. Penal mediante la ley 24825, publicada en ol BO el 18/06/1997, (3) Veralrespecto las conclusiones del Proyecto den vestigacién UBACYT 2017/2020, drigido por la Prof. Dra Mary Beloff, ";Mas Derecho o ms derechos? la primacia, de a reforma institucional y delorden publico peovinetal en lagarantia delos derechos de los adolescentes infrac ‘ores delaley penal?’ (4) 387 US 11967), {8 +JUICIO POR JURAD( Espana en la sentencia 36/1991 (5)—, la justi- cia juvenil debe incorporar (cuando atin no lo ha hecho) al menos las mismas garantias reque- ridas por el derecho procesal penal de adultos para cumplir con los requerimientos de un Jul- cio Justa. Esta incomporactén ha tenido lugar, en America Latina en generaly en la Repttblica Ar- gentina en particular, en el tiltimo cuarto de si- glo, como consecuencia de la aplicacién directa de normas constitucionales y convencionales y de reformas legales tanto en el ambito procesal penal como en el ambito de los derechos de los. ninos y la justicia juvenil Sin embargo, ya sea que se la evaltie desde el, punto de vista conceptual o desde la perspecti- ‘va empfrica, la aparente ventaja que este acer- camiento ha ofrecido a Ja justicla juvenil en tanto implicaria una aplicacién mas amplia de estas reglas de garantia se ve perturbada por el. alto costo que ha trafdo aparejado, expresado en la pérdida de una respuesta penal diferen- ciada —principio de especialidad (6)—. Uno de los ejemplos mas paradigméticos de tal situaci6n se verifica con el “juicio abreviados el que luego de haber sido incorporado en las. legislaciones para adultos no tardé en ser utili zado en a justicia juvenil como una forma de re- solucién cuasi administrativa del proceso penal En otra ocasién hemos anticipado las dificulta- des que planteaba la utilizacidn de este meca- nismo respecto de adolescentes (7), por lo que no nos referiremos en extenso al tema esta vez. Sobre la base de esta plataforma de partida, otro instituto respecto del cual también se ad- virtiera sobre las reformas legislativas en dife- rentes furisdicctones es el “jicto por jurados” y st eventual aplicacién en la justicia juvenil Un anilisis histérico podria poner en parale- lo al futcto abreviado con el jicto por jurados. (5) ECL: ES:TC:1991:36, del 14/02/1991. (6) TERRAGNI, Martniano, “Elprincipio de especial dad en la justicia de menores a través de la jurispruden. cia Ed. Ad-Hoc, Buenos Aires, 2015. @ © BELOFR, Mary - FREEDMAN, Diego ~ KI ERSZENBAUM, Mariano ~ TERRAGNI, Martiniano, "La justicia juvenil y el juicio abreviada! en RELOFE, Mary (diz), Nuevos problemas de a justiciajuventl, Ed. Ad-Hoe, Buenos Altes, 2017, ps. 139-185. Mary Bellof - Mariano Klerszembaum - Martiniano Terragni como expresiones emblematicas (y, en otro sen- ido, antinémicas) del sistema acusatorio adver- sarlal que se pretende implementar a lo largo y aloancho del pais como cumplimiento del pro- gama criminal de la Constitucién, Con ese entendimiento, el paso siguiente a la generalizada (y cast acritica) aplicactén del fut- cio abreviado en la justicia penal de adolescen- tes serfa la utilizacién de jurados en la decisién de casos criminales seguidos contra personas menores de edad penalmente responsables —16.a 18aios de edad no cumplidos (8)—. Ello explicarfa parcialmente los movimientos a los que aludiéramos mas arriba, ‘Sin embargo, las dificultades en su aplicacién respecto de los adolescentes parecen atin mas evidentes que respecto del fuicio abreviado. En. ese sentido, podriamos preguntarnos: - ge6mo se garantizaria la regla de la espectalt- dad si el juzgador ni siquiera es jurista?s - ;podria el adolescente optar por ser juzgado por jurados?; y - jxegirfan las mismas reglas de mayoria para la volaetén?, entre muchas otras. Previo a adentramos en la biisqueda de res- puestas a estas preguntas espeeificas, es conve- niente delimitar primero la naturaleza juridica del juicio por jurados, que en ocasiones ha sido planteada como una regia de garantia, como asi también los antecedentes de su recepcién por parte del derecho argentino. 11, La naturaleza juridica del juicio por ju- rados Las “reglas de garantia” son mecantsmos para asegurar derechos, mientras que los “derechos” son facultades que permiten exigir de otto un determinado comportamiento (sea activo, sea omisivo). A estos dos conceptos la Constitu- cin Nacional agrega, en su parte dogmética, el de “declaraciones" Estas tiltimas constituyen la toma de postura respecto de una cuestiin po- (8) Ley 22.278, art. 2, segin la modifieacion {ntroducida por la ley 2.803 (BO 08/05/1983). litica fundamental (9), como, por ejemplo, la organizacién federal del Estado. Las declaracio- nes no tienen base en el derecho natural ni se plensan para garantizar derechos. Son, simple- ‘mente, decistones que se adoptan por un varia- do arco de razones, asi como podrian haberse adoptado otras. EI problema que plantea el juicio por jura- dos en nuestro medio es que puede ser analiza- do tanto desde la perspectiva de las “garantias” © de los “derechos’ como de una “declaractén’, entanto la férmula constitucional —a diferencia de su equivalente norteamericana— encomien- a al Congreso, sin plazo perentorio, su imple- ‘mentacién. Al observarse al juicio por jurados como un “derecho” 0 una “garantia cabe preguntarse respecto del derecho de quién o para el asegura- milento de quéderecho (yde quién) se establece. Si se piensa en los derechos de los ciudadanos en general, el juicto por jurados podria consti- tuir un derecho activo de participacién en las decisiones de la administracién de justicia (10). Claro que, desde esta perspectiva, es dificil pen- sarlo desde el punto devista del imputado. Podria, en todo caso, observarse como un de- recho activo delos citidadanos en general que, a Ja vez, funciona como garantia para el imputa- do (11); peto todavia quedaria la pregunta res- pecto de qué derecho garantiza, (9) Ver, portodos, EKMEKDJIAN, Miguel Angel, “Man- val dela Constitucién Argentina’ Buenos Aires, 1991, p 63; y BIDART CAMPOS, German, "Tratado elemental de. derecho constitucional argentino, Bd. Ediar, Buenos At es, 2002, nueva edicién ampliada y aetuallzada a 2002. 2003, LILA, p. 1. (10) En este sentido, a ley 10.746 de Juieio por Jura dos de Entre Rios dice: "Ar. ez Partiipacion eludadana en la administractén de justicla penal. La presente ley ‘dene por objeto garantizar la pardelpacidn cludadana en Ja administracién de la justicia penal de la provincia de Entre Ris, satisfaciendo la manda de los arts. 5,118, 121, 122, 128y 126 delaCN, y cumplimienta dela dispuesto porart, 122inc.23de la Const. provincial, enel marco del Derecho Convencional vigente que obliga ala Replica Argentina» (12) Bn tos fundamentas de la ley 14.543, mediante 1a exal se aprobs el juicia por juradas en la provincia de Buenos Alves, se allema: "El establecimlento del julcio por jurados es entendido en el presente proyecto como Florencia Soledad Ratti Mendafia +9 Es legal, posible y conveniente la aplicacién del juicio por jurados en el derecho penal juvenil? ‘También seria posible considerar que se trata de una garantia orgénica derivada de la impar- cialidad det juzgador; sin embargo, admitir que la imparctalidad del juzgador se asegura sola- ‘mente mediante el juicio por jurados implicari afirmar, al mismo tiempo, que todo proceso que no se realice mediante este mecanismo que- branta la garantia, Por otra parte, el sentido de la garantia, como se dijo, esta asociado necesariamente con el de- recho que se busca asegurar. Sobre ello, como indicamos, no es posible conclu, ni por raz0- nes teéricas nia partir de la evidencia empirica, que un jurado serd imparcial y que un juez.o tri- bunal profesional no lo sera. Lo cierto es que dentro de los sistemas de jus- ticla existen diversos modelos histéricos para el, juzgamtento, dentro de los cuales uno de ellos @s el del Juicio por jurados. Desde este punto de vista, parecerfa que los constituyentes origi- narios decidieron adoptar este sistema por ra- zones histéricas y de importacién de modelos constitucionales, mas alld de que este sea efecti- vamente una regla de garantia (0 no), Ocurre que, en todo caso, a partir de su es- tablecimiento nacen derechos y garantias: que exista el juicio por jurados genera a la ver el derecho (y la obligacién) de los ciudadanos de participar en la administracién de justicia. En- tonces surge la pregunta respecto de st st reali- zacién integra de manera general, respecto del imputado, aquella reglamentacién que confor- ‘ma la garantia genérica del debido proceso (res- pondida negativamente por la Corte Suprema de los Estados Unidos). De responderse afirma- tivamente este punto, surge el interrogante res- pecto de sttna persona menor de edad es titular de esa prerrogativa. Respecto delos adultos, la cuestién —en todas, sus variantes— ha sido profusamente estudiada en nuestro medio por la literatura especializada, ‘motivo por el cual remitimos a ella (12). tun derecho del imputado, que como tal resulta enters ‘mente renunciable’ (22) Entrelos procesalistas, como exigencia constitu onal, por todos, CLARIA OLMEDO, Jorge A, “Derecho procesal penal; Ed. Marcos Lerner, Cordoba, 1904.1, p. 10+JUICIO POR JURADOS. Solo nos interesa en esta ocasién analizar una consecuencia de la consideracién del juicio por jurados como derecho o garantia, referida a si es posible que una persona menor de edad (esto es, con responsabilidad penal disminulda) pueda renunciar a ser juzgada mediante este sistema, La respuesta a esta pregunta (como sucede con tantas otras en la justicia juvenil) se rela- ciona directamente —punto que seftalamos en una ocasién anterior respecto del juicio abre- 70; y quien més ha desazrolado contempordneamente el tema como derecho/garantia: Edmundo Hendlez. De 4 pueden consultarse, ene muchos, “El juicio por ju radios como garantia de la Constitucion’ en "Dossier en hhomensje af sesquicentenaria de In Comstitucién Na ional (1853-2008); Lecfones y Ensayos, vol 80, ps 23 49“ Julco por Jurados, derecho w obligactin, ED, Universidad Calica Argentina, Buenos Aires, vol 167, ps 1185-1136; Jule por jurados:Sgniicados, gene™ alogias,indgnitas; Ed Del Puerto, Buenos Aires, 2006 '¥"F significado garantizador del juicio por Jurados’ en BAIGUN, David (etal) Estudios sobre jutcia penal hnomenaje al profesor lio B. J. Mater, Hd. Del Puerto Buenos Aires, 2005, ps. 329-894. Una posicidn contraia seeneuentza en BIDART CAMPOS, Germn , "ratado emental de derecho constiucional argendino. La re- forma constticional de 19947 Ed. Edi, Buenos Ate, 1994, ps. 630-639. All arma el destacado maesto del derecho constiucional argentino que “la formula que twa el art 102 (.) contiene un ‘deber’ para el leisa dor, pero un deber que no es de curmpimtento lnm to (porque se dice que los juicios penales terminarén Por jurados, "luego que se extablenca esta intitucin lo que rewela que el constituyente ha Librada claramente al criteria del congreso la oportunidad en que este le parezea menester cumple con su deber de implantar el Jurado). La nomaa comentada podria entenderse como Si dijera aproximadamente lo siguiente «no hay derecho a julelo por jurados mientas esa Insttueion no sea tstablecida por ley"; que sdeparada al legslador esa holgura de tiempo, cabe decir —con la jursprudencia de Ta Corte que nadie tiene derecho a que se dicte tina legisacién determinadar; y que sla inexistencia el jurado no viola ningana garantia impuesta por la onstitueln al proceso penal. En sum, Ia omision legislava de inclu el jado dentro del proceso penal no puede ser alegada ni como lala de acatamiento a un deber nexorablemente impuesto por a constiucisn al Congreso (sin posiblidad de plazo dilaorio), ni como agravioal derecho del enjuciado en orden a as garantias aque cubren el proceso penal. En sentido equivalente «A ruestro entender, las normas constitucionales relativas A juicio por jurados son tipicamente programsticay, en SAGOES, Nestor P, «El julio penal oral yl julio por jarados en ia Constitucién Nacional, ED, Universidad Catclca Argentina, Buenos Ares, 1981, 92, ps. 905-914, en. 909 Mary Bellof - Mariano Klerszembaum - Martiniano Terragni viado (13)— con las tenslones que observamos entre un modelo que desde la filosofia moral podria Ilamarse liberacionista de la infancia, el cual considera a los niftos como agentes compe- tentes, y, por lo tanto, equiparados en derechos alos adultos, lo que justificaria el acercamiento a la justicia penal general mediante la pérdida de la especialidad; y otro modelo estructurado sobre la teoria del paternalismo justificado, el cual parte del reconocimiento de una compe- tencia limitada de los adolescentes, que es la {que justifica una respuesta penal diferenciada. En consecuencia, en funcién de qué modelo te6rico se asuma, las consecuencias politico- criminalesy de diseno instituctonal van a ser di- ferentes; y también lo sera la manera en la que van a resolverse las tensiones entre los derechos que estén en juego. En particular, la postbilidad de solicitar o re- nunclar al juicio por jurados se nutre, por un. lado, de la base de la filosofia moral del libera- cfonismo y merece algunas consideraciones con relacién a la naturaleza juridica del instituto: la pregunta solo tlene sentido st se asume previa- ‘mente que el fulcto por jurados es un derecho (0 una garantia) del imputado, La dificultad surge debido a que no esta del todo claro que la determinacién de la respon- sabilidad penal mediante un Juicto por jurados sea un derecho o garantia y, menos atin, que sea actualmente exigible por una persona con res- ponsabilidad penal disminuida como conse- ‘cuencia de su menor de edad (a Io que podrian. agrogarse las complejidades derivadas de la in- tervencién de los representantes legales y de la asistencia técnica especializada). IIL La recepcién del juicio por jurados en el, derecho argentino yas particularidades de la justicia juvenil ‘Como indicamos, el fulcio por jurados es una institucién caracteristica de los modelos acusa- torlos adversariales (anglosajones) de adminis- tracién de justicia. (13) RELOFE Mary - FREEDMAN, Diego - KIERSZEN- BAUM, Mariano - TERRAGNI, Martiniano, “La justia Juvenil yeljulcio abreviado’ ob. eit. En la Reptiblica Argentina, la institucién fue incorporada a la Constitucién Nacional de 1853 (14), pero el derecho interno no lo regu- 16 a nivel nacional y en las provincias las expe- riencias de su Incorporacién son relativamente recientes (15). Este divorcio entre el derecho comtin y la Constitucién Nacional se explica en. Ja medida que el modelo constitucional fue im- portado de la tradicién de los Estados Unidos de Norteamérica (de hecho, el preémbulo de la Constitucién Nacional es una traduccién préc- ticamente literal del de la de los Estados Unidos. de Norteamérica) (16), mientras que los mo- delos procesales (infraconstitucionales) fueron. importados del modelo legislativo espanol y del derecho continental en general, centralmen- te inquisitivos, que regian en nuestro territorio. desde la época de la colonizacién (17). (14) "EI Congreso promoverd la reforma de la actual legisla en todos sus ramos, el estableeimiento del Juleio por jurados” (art. 24). "Corresponde al Congreso: (.) dictar (.) leyes generales para toda la Nacion (.) las que requiera el establecimiento del juclo por ju Tados" (art. 75, inc. 12). “Todos los jucios criminales ordinarios, que no se deriven del derecho de acusacién concedido ala Camara de Diputados se terminarin por jurados, luego que se establezcaen la Republica esta in stuck” (art. 118), (15) tas rvircin uc han gad wm Cédaha (con el modelo escabinado), Buenos Aires, Neugy Rio Nogio (entrain vigencia a partir del 01/01/2018) Chaco y Chubut. (16) Como sefala Sarmiento, “El preémbulo de la Constituei6n argentina en particular enclerra una doc- ‘wina que debemos seftalas, Haclendo a un lado indica clones novedosas, rentmnciande la Comision de Const. ‘ucién a toda vana pretensin de originalidad, adopt6 la letra del predmbulo de la Constivucion federal de los E tados Unidos” (SARMIENTO, Domingo F, “Comentarios de la Constitucién dela Confederacién Argentina (1852); Ed. América Unida, Buenos Aires, 1929, p. 5). Luego, en |i p. 55, Sarmiento transcribe ambos preimbulos, sefa Jando su indudable equivalencia, (17) Este dlvoreio entre la legislacign de derecho comin y las normas consttucionales, asf como tam- bign las difleultades que ello acarrea en la aplicacin del derecho, aparece muy bien caracterizado por la Corte Su prema de Justicia de la Nacin en el precediente "Casal" del 20/09/2005 (Fallos 328:3399), Explica la Corte: "La Constituein Nacional establecid como objetivo Tegal lun proceso penal acusaterio y con participacién papi la. La legslacion nacional no se adecus a este objetivo, pero laperspectiva historica muestra una progresién ha la Ja meta sefalada, postblltada por el subjuntivo em- pleado en el origlnario art 102 y actual 118 constitucio- mento Penal N11) Es legal, posible y conveniente la aplicacién del juicio por jurados en el derecho penal juvenil? Lo curloso en cuanto a la recepcién de las instituciones es que en materia penal juvenil el ‘modelo que se incorpors a nuestro derecho in- terno fue el de la corte juvenil creada en los Es- tados Unidos de Norteamérica (precisamente en Illinois, en el afto 1893) y que fuera recono- cido como un camino a seguir por el legislador al momento de la aprobacién de la ley 10.903, conocida como “Ley Agote’ (18). Con esos modelos constitucionales y legislat!- vos como antecedentes, alguien podria pregun- tarse por qué entonces en materia penal juventl no se incorporé el juicio por jurados, sila insti- tucidn fue importada de los Estados Unidos de Norteamérica (19). La respuesta es sencilla: el Juicio por jurados regia para el modelo de adul- tos, pero no para la justicia juventl dado que el modelo del tribunal de menores se cre6 con la {dea de sacar alos menores de edad del sistema penal general. En otras palabras, desde finales del siglo pasado, los modelos de justicia que se regularon en los Estados Unidos de Norteamé- rica fueron distintos para adolescentes y para nal, La jurisprudencia constitucional fue acompanando este progreso histérico, sin apresurarlo. Fs decir que en ringiin momento declaré Ia inconstitucionalidad de las leyes que establecieron procedimientos que no se com: paginaban con la meta constitucional, Io que pone de ‘manifiesto [a voluntad judicial de dejar al legisladar la valoractén de la oportunidad y delas circunstanelas para cumplirconlos pasos progresivos” (consid. del voto de los Dres, Petracchi, Maqueda, Zalfaronly Lorenzet). (28) La ley 10.903 ene como objetivo “preparar la sancién de la legislacién penal de menores, y a inst tucién de los Tribunales de Menores, a semejanza de lo que ocurre en naciones mucho més adelantadas que las, ruestras, y si lla no ha sido incorporada a esta ley, ha sido por temor de dar un salto demasiado brusco, pre firiéndose en consecuencia,Iegar a la reforma, por los rmedios de transicién que comporta lo sancionade parla, Camara’ (palabras del senador Roca, "Diario de Sesiones. del Congreso Nacional Cmara de Senadores, reunion, 485, del 27/09/1919, p.907). (49) Por muchos: "Es menester muldplicar y esparde enla Republica institutos reformadorese implantar para los impiiberes que hayan delinguido, procedimientos, correcciones jeces peculiares, Los Estados Unidos of recen un ejemplo eficaz aprovechado en Europa, y que nosotros debemos incorporar a nuestras instituciones! los tibunales para menores, en ORIONE, Francisco, “Tribunales especiales para menores, Necesidad y forma, posible en que deberfan ser organizados; Revista Argen tina de Ctenclas Poltcas, La Plata, 1914, t 8 p. 268. eu IO PORJURADOS adultos. Por esa raz6n, la justicta fuventl no fue pensada para funcionar con jurados, caracteris- ticos de la resolucién de casos penales de adul- tos enel mundo norteamericano. En algiin momento también el pais del nor- te transité un camino de acercamiento de los modelos (de adolescentes hacia el de adultos) cuyo hito fundamental fue el menctonado fallo “Gault” (1967), a partir del cual se reconocieron. expresamente las reglas de garantia para el pro- cceso penal juvenil. Desde entonces la Corte Su- prema de los Estados Unidos de Norteamérica continué el camino de reconocimiento de diver- sas garantias para el proceso con menores, pero nunca considerd que el instituto del juicio por jurados fuera una de ellas. En otras palabras, ja- més afirmé que la exigencia de un juicio justo para un adolescente imputado de un delito re- quiriera la decisién del caso mediante un jura- do popular Esta decisién fue adoptada en el caso “Me- Keiver vs. Pensilvania’ (20). El tribunal conside- 16 que quedaba librado a los Estados establecer 1juicio por jurados si asi lo consideraban, pero precisé que ello no formaba parte de la garantia del debido proceso consagrada constitucional- ‘mente, Las razones que esgrimis la Corte fueron. tanto empiricas como normativas. Entre ellas, pueden mencionarse los costos y Tas dificulta- des del establecimiento del jurado, el hecho de que no necesariamente mejorarfa el método de determinacién de la verdad respecto del juicio. a cargo de un juez espectalizado, la imposibilt- dad de satisfacer una respuesta especializada ‘mediante este mecanismo, las formalidades yla publicidad requeridas por este modelo de pro- cedimiento adversarial, y la necestdad de des- alentar el plea bargaining en los procesos de ‘menores, mecanismo que deviene esencial en. los procesos que prevén jurados. Sobre este punto, es importante seftalar que la Corte Suprema de los Estados Unidos dejé en claro que nunca consider6 que lajusticia juvenil debja ser igual a la de adultos y tampoco des- cart6 nunca el ideal rehabilitador (o educador), sino que simplemente consider que st el trato que se les brindaba (empiricamente) los nitios. yadolescentes resultaba igual al de los adultos, (20) "MeKeivery. Pennsylvania; 403 US 528 (1971). Mary Bellof - Mariano Klerszembaum - Martiniano Terragni debia entonces otorgérseles garantias equiva- lentes. Esta evolucién jurisprudencial deberfa Ila- ‘mamnos la atencién, en tanto el pafs del cual he- ‘mos tomado el modelo constituctonal (21) (y que al propio tiempo inspira el desarrollo local de la institucién del juicio por jurados) y la idea originaria del tribunal de menores como res- puesta diferenciada no ha incorporado como exigencta constituctonal ese Instituto a la justi- cia juvenil, Debe, no obstante, tenerse presente que de- cisiones judictales mas recientes de tribunales estaduales han puesto en crisis algunas de las. razones sostenidas por la Corte Suprema para rechazar el juicio por jurados respecto de me- nores (22) al punto de que la Corte Suprema de Kansas lo ha admitido como garantia cons- titucional (23). Estos cambios relativamente re- cientes han conducido a que algunos Estados habiliten que adolescentes sean juzgados por jurados, con diferentes alcances (24) (por ejem- plo, cuando la condena eventual puede ser muy grave debido a la seriedad del hecho). De todos. modos, no debe confundirse esta tendencia con dos parecidas: nl, por tn lado, con la renuncta ala jurisdiccién de menores (waiver) permitida historicamente, dado que, en este caso, el me- nor es transferido a la jurisdiceién de adultos; (21). Sarmiento consideraba fundamental tener en consideracién los precedentes de la Corte Suprema de Jos Estados Unidos en materia de interpretacion const tucional, Decia Sarmiento a respecto: “si nuestro pais se constiuye bajo el sistema federal, y si adopta en su carta, ‘onstitucional hasta la letra de aquella otra Constitucion, ya discullda, ya Mjada, ya probada, resulta necesarl- amente que toda la labor de aquella sociedad, que toda si clenciay experiencia viene, alapar de la Constitucién, aa servir de apoyo a la nuestra" (SARMIENTO, Domingo Fob. cit, p.29), (22) "People. Smith? 110 Cal. App. ath 1072 (2008). (23) “L. Mz 186 P. 3d Kan, 164, 166 (2008); “Un ar- gumento a favor del juicio por jurados después de esta sentencia’, en RIXEY, Car, "the Ulimate Disillusion ‘ment: The Need for Jury Trials in Juvenile Adjudications; Catholic University Law Review, vol. 58, 3, speing 2009, disponible en hitp://scholarskip.lauvedw/lawreview/ 058 /is89/9, (24) En Kansas, por ejemplo, la Corte Suprema del Estado lo considerd obligatorto por aplicacion de las en smlendas 6+y 14. er*L.M: el nl, por el otro, con as teens courts previstas por algunas legislaciones para que pares menores de edad adjudiquen casos de infracciones leves como contravenciones o faltas imputadas tam- bién a adolescentes (25). IV. Criminologia critica y derecho penal ju- venil: los esteret La relacién entre derecho y criminologfa es fluida y estas disciplinas se nutren la una de la ofra. Durante el esplendor del positivismo cri- ‘minolégico proliferaron en el derecho sustanti- vo las medidas de seguridad, vigentes hasta el dia de hoy; y los aportes de la criminologia crf- tica nos han ensefiado que el sistema penal es selectivo y que, para arribar a soluciones justas, se deben considerar estos factores a la hora de juzgar a una persona. Categorias como la cul- pabilidad por vulnerabilidad de Zaffaroni (26) tienen una enorme capacidad de rendimiento, invirtiendo el cardcter negativo y criminalizante de los factores de vulnerabilidad frente al siste- ‘ma penal que presentan muchos adolescentes, para ofrecer limites a la posibilidad de saneién: a mayor vulnerabilidad frente al sistema penal, ‘menor sancién, Estos aportes deberian permi- tir al juez valorar los hechos a la luz de las cit- cunstancias de la persona que los comete, y no solo considerar estos factores al momento de la determinactén de la pena, sino también en la valoracién total del hecho. Sin embargo, un en- foque no profesional podria estar tenido de es- (23) Las llamadas youth courts no son, estrletamen- te, ribunales ni jurados; son instancias de diversion, de derivacién de los casos hacia émbitos comunitarios, en general bajo formatos restaurativos. (26) “Laculpabilidad penal del estado de derecho no puede ser la simple culpabilidad por el act, sino que debe surgirde la sintesis desta (como limite maximo del reproche) y otro concepto de eulpabildad que incorpore el dato real dela selectividad. Solo de este modo resulta, Gtico y racional el reparto. del poder juridlco para fontener el poder punlivo (pars recoger ndulragos). Para elaborar este principio que contrastara con la culpabilidad por el acto y que en defintiva se sintetizaré, en Ia culpabilidad penal, deben tomarse en cuenta los, datos reales de la selectividads (ZAFFARONI, Fugenio R. - SLOKAR, Alejandro ~ ALAGIA, Alejandro, «Manual de derecho penal, Parte general, Ed. Ediar, Buenos Aires, 2007, 2 ed, L* emp, p. 515; para un desarrollo mis amplio de la categoria, puede verse: i, «Derecho penal Parte generals, Hd Balas, Buenos Aires, 2" ed, 2002, $43, p.650 en adelante), smento Penal N."1+13 Es legal, posible y conveniente la aplicacién del juicio por jurados en el derecho penal juvenil? tereotipos negativos que influyan también en la valoracidn de los hechos, de forma tal que €ljuicio de culpabilidad, al contrario de lo que proponen los avances de la criminologfa erftica, se vea en mayor medida influido por las consi- deraciones y los lugares comunes que los me- dios de comunicacién transmiten respecto de Jos j6venes infractores. Con ello queremos afit- mar que el camino de desarrollo y sofisticacién. de la intervencién penal juvenil demanda unos conocimientos que solo se adquieren a través del estudio y la prictica, y que, en muchas oca- siones, demandan soluciones que pueden ser percibidas como contrarias a la valoracién de lo que es “justo” desde el punto de vista de la co- munidad. Ideas retributivas, por ejemplo, que suelen ser comunes en la generalidad de la s0- cledad (no solo para determinar el castigo y st. medida, sino también para determinar la culpa- bilidad por el hecho), son ajenas al sistema pe- nal juvenil. V. Eljuicio por jurados en la legislacién pro- vincial argentina Los motivos por los cuales en la Reptiblica Avgentina el fuicio por jurados no ha sido re- ceptado en general —nt tampoco por la justi- cia juvenil— son variados y merecen diferente consideracién. Luego de resefiar la situacin en Jas distintas provincias que lo han legislado, nos adentraremos en cada tno de ellos. En Ja Argentina, el juicio por jurados ha sido legislado en la Cludad Auténoma de Buenos ‘Aires y en las provincias de Buenos Aires, Cata- marca, Cérdoba, Chubut, Mendoza, Entre Rios, Neuquén, Chaco, Rio Negro y San Juan, Estas leyes no hacen referencia a su aplica- ci6n en el sistema penal juventl y, en particular, Jas leyes de la Ciudad de Buenos Aires y Cérdo- ba lo prohiben expresamente (27), (27) La ley 6451 de Julcio por Jurados en la Ciudad Auténoma de Buenos Aires dispone en su art. 2° que souQuedan excepttados del juzgamiento por jurados las personas menores de dieciocho ahos de edad no cumplidos al momento de ocurrido elo los hechos»; por st parte, laley 9914 de Promocisn y Proteccién Integral de los Derechos de las Ninas, Nios y Adolescentes. fn la Provincia de Cérdoba extablece en stu art, 103, expresamente que «Hl Tribunal, en ningiin caso, se Integrard con jurado». 14+ JUICIO POR JURADOS Vi. La Ciudad Autonoma de Buenos Atres El jufcto por jurados en la Ciudad Auténoma de Buenos Aires se encuentra regulado en la ley 6451 (28). La legislaci6n establece: “Obligatoriedad del Juicio por Jurados para delitos con pena maxima en abstracto igual 0 superior a veinte [20] 0 mas afos. Competencia. Se deben juzgar obligatoriamente por Juicio por Jurados todos los delitos que tengan una pena ‘maxima en abstracto igual 0 superior a veinte [20] afios de pena privativa de libertad, avin en su forma tentada, junto con los delitos conexos que con ellos concurran..”(29). En To que respecta a este trabajo, la misma norma veda Ia aplicaci6n del jurado a los delitos atribuidos a personas menores de edad: “Quedan exceptuados del juzgamiento por jurados las personas menores de dieciocho [18] aos de eciad no cumplidos al momento de ocu- trido el o los hechos’ (30). V2. Buenos Atres En la provincia de Buenos Aires, la Supre- ma Corte de Justicia resolvi6 (res. 818/2015 del 03/05/2015) la exclustén del fulclo por jurados en el proceso penal juventl, en funcién de que no se establecié esa competencia mediante la sancién de la ley 14.543 (que modifies el Cod. Proc, Penal Prov. Buenos Aires). En este senti- do, entendié que “deben tenerse en cuenta las particularidades del fuero, dadas por la espe- fal normativa nacional y supranacional que lo regula. Que de lo expuesto se desprende que el. procedimfento de juicio por jurados no se en- cuentra contemplado en la legislacién vigente para el ambito de la responsabilidad penal ju- venil, definicién legislativa que no puede ser st- plida por este tribunal por exceder su potestad. reglamentaria’ Sin embargo, reciente jurisprudencia enten- 6 que un juicio con la intervencién de jurados (28) Sane, 30/09/2021; BO del29/10/2021, (29) Ley 6451 de Juco por Jurados, art 2° (60) Biidem, Mary Bellof - Mariano Klerszembaum - Martiniano Terragni populares podfa llevarse a cabo respecto de una persona adolescente (31). Paraesta decisién los principales argumentos fueron: “. La simple lectura ¢ interpretacion del tex- to de la ley 14.543 que implement6 el modelo de jurados populares en nuestra provincia, nin- giin distingo hace respecto de si se debe enjul- Giar personas mayores 0 menores de edad.’- Se demuestra que los aspectos esenciales del régi- ‘men especial de minoridad ¥ que lo distingue del proceso de los adultos se centra —mas all de otros institutos que no son propios de la ins- tancla de juicto— en la posibilidad que tiene el juez. de imponer 0 no pena, Iuego de haberse comprobado la existencia de un delito yla res- ponsabilidad penal del oven respecto del mis- mo" (...) "= No resulta distinto de la construccién que se hace en el caso del juzgamiento de mayores, desde que se establece la Corroboracién del he- cho delictuoso y el grado de responsabilidad del individuo respecto del mismo. "tanto la defensa recurrente como la fiscal] seftalaron el parangén que puede trazarse con Ja situacidn del juicio abreviado, que no esta re- ceptado dentro del ordenamiento especial del fuero de la responsabilidad juvenil y, sin embar- g0, es aplicado sin ambages por los operadores del sistema penal de minoridad’ (32). Empero, es una técnica legislativa muy usual en la provincia de Buenos Aires la que indica que cuando se produce una modificacién pro- cedimental relevante que busca ser aplicada también al proceso seguido contra las y los ado- lescentes, los legisladores modifican, al mismo tiempo, la ley que regula el procedimiento pe- nal juvenil (83). Sin embargo, ninguna ley penal (31)_ Trib. Cas. Penal Prow Buenos Altes, sala V, 18/11/2021, «G. N.E. recurso de queja (art. 133 CPP)», «causa 108.431, voro de los res, Mancini, Kohan yBudino. (32) tiem, 3) _Véase al respecto las disposiciones de Ia ley 9.232 de Vietimas, en donde se regulan en un apartado especial “De los derechos de la vietima en el ero de re sponsabilidad penal juvenil? Se disponen dos reformas ala ley de procedimiento penal especializado: “Art. 43 Incorporase como art. 6 bisa la ley 13,634 el siguiente esto: At, 6 is: La vietima tended derecho ser ofda ya juventl local (nt Los respectivos capitulos de los. cédigos que regulan la materia penal juvenil)ha sido modificada para la incorporacién del juicio por jurados. En este sentido, deberiamos suponer que una ‘modificacién tan relevante en los procedimien- tos, a la huz del principio de especiatidad, ha- bria merecido, cuando menos, un ajuste en las normas especiales, pues no es un elemento se- cundario que pueda quedar abarcado por las re- misiones generales, V3. Catamarca En la ley 5719 (BO del 03/12/2021) se regula el juicio por furados. En cuanto a las condicio- nes para ser jurado, se establece que se debe ser mayorde edad (art. 12) (34); pero no hay ningu- na referencia a su aplicacién (0 no) respecto de juzgamiento de personas adolescents, VA. Cérdoba Los antecedentes de esta legislactén son ilus- trativos en cuanto al abordaje de la temética y conviene repasarlos, pues el caso de Cérdoba es acaso el primero que adelanté los escena- rios de debate sobre la tematica al permit, en un primer momento, la declaracién de respon- sabilidad penal respecto de una persona menor de edad dictada por un tribunal mixto, propio del sistema de los escabinos (jueces técnicos y legos), tal como fuera inicialmente regulado el juticto por jurados en dicha provincta. De este modo se intenté deslindar la decla- racién de responsabilidad penal de la persona menor de edad tanto del aspecto tuitiva como de la decisién de aplicar 0 no una pena: partlepar delas audiencias que determinen lo siguiente: a. La prisién preventiva b, Lalbertad o morigeracion de la coercién personal dei/Ia menor punible, , Las salidas alternativasal proceso como juicio abreviado, directisimo o.sispensién de uicioa prueba»; y«Art. 46. Incorporese ‘como art. 5# bisa la ley 13.644 el siguiente texte: Art. 58 bis: F/lajuez/a deberd escuchar aa victim en la misma audiencia del juicio, previo al dictad de la sentencia 0 antes del dictada de ln misma sino hubiese debate oral», G44) “At, 12%- Requisitos, Para ser jurado se requlere: a) ser argentino/ a, eon cinco [5] anos de ejercicio dela ‘ludadania en el caso de los naturalzades, y mayor de edad.» femento Penal N."1 +15 Es legal, posible y conveniente la aplicacién del juicio por jurados en el derecho penal juvenil? [Cluando existe participacién o conexién entre menores y mayores de 18 afios, su inter- vencién [la del juez de menores} se circunseri- bird a fa aplicaci6n de las medidas tutetares que estime convenientes y a la imposicién de pena —si correspondiere—, previa declaracién de responsabilidad por parte del tribunal de jui- Gio (..). Por otra parte, el art. 2° de la ley 9182 establece que las Camaras con competencia en Jo Criminal deberdn integrarse obligatoriamen- te con jurados populares, cuando se encuentren abocadas al juzgamiento de —entre otros— de Jos delitos de homiciao agravado (criminis cau- sae art, 80 inc. 7° del CP), que en concurso real con el de robo calificado por uso de arma im- propia (art. 166 inc. 2° primer supuesto del CP) Jes reprocha la pieza acusatoria a los encartados en grado de coautores"(35), Alentender a su tumo en esta cuestién, el Su- perior Tribunal de Justicia de Cérdoba rechazi las objecionesa la violacién del principio de jus- ticia especializada en el juzgamiento de perso- nas menores de edad, al sostener que “los legos votan sobre las cuestiones relativas a la existen- cia del hecho delictuoso —con discriminacién de las circunstancias juridicamente relevan- tes—, la participacién del imputado y sobre la culpabilidad 0 inocencia del acusado, mas no sobre la sancién aplicable. Con ello es claro que los menores de dieciocho afios sometidos al proceso de mayores mantienen inedlume los principtos constitucionales que les asisten, en particular, el interés superior del nino y la espe- Clalidad del fiero, puesto que la intervencién de Jos jurados populares solo se limita a la decision. sobre la determinacién de los hechos y la parti- cipacién de los imputados en los mismos, y se deja librado tanto las medidas tutelares, como en sti caso la ponderacién de la necesidad de pena y su monto ala competencia del Juez de Menores’(36). (35) Céimara de Fuero Miikiple de la 9 Cire, Cérdobs, 21/11/2008, «M, V. AN. G. Re p.ssaa de robo calficado, por uso de arma impropia y homicidio calificado criminis causaes,integrada por jurados populares, exple 1110/2007, SecretaxfaNe 1. (36) St] Cérdoba, 06/10/2009, «xt, VA. y otro pss aa, robo calificado por el uso de arma improplo, etc. recurso de casacién», expte-M 3/2009, sent. 262. IO POR JURADOS Para agregar la méxima instancla de justicla provincial que “la especialidad del fuero no se centra en el establecimiento de los hechos y la partic pacién responsable atribuida al nifio 0 ado- lescente Imputado, sino que lo relevante es el tratamiento tutelar que se le asigne al menor a Jo largo del proceso y en la absolucién o saneién que le correspondiere en caso de que se deter- minare la existencia de los extremos fécticos mencionados"(37). Para esta postura, el alcance del principio de especlalidad quedaba reducido a las facultades tuitivas que se adoptaran respecto dela persona menor de edad. A posteriori, la normativa local de proteccién de derechos de la infancta clatsuré tal postbili- ad al marcar un limite en el sistema de enjui ciamiento penal que deberia ser considerado en. eventuales reformas sobre la cuestiOn: “Juiclo, Reglas aplicables. En el juzgamtento la Camara de Ninez, Juventud y Violencta Fami- liar procederd con arreglo alo dispuesto para el. juicio comiin por la ley 8123 —Céd. Proc. Penal de la Provincia de Cérdoba—, salvo las normas especificas establecidas en el presente Capitu- Jo, EI Tribunal, en ningtin caso, se integrard con. jurados” (38). La formaenta quese desarrollé la cuestién en Ja provincia mediterranea actualiza el problema de si una respuesta penal diferenciada al delito de los menores de edad (como indicaremosmds adelante, exigida por el derecho internacional delosderechos humanos de la infancia) incluye ‘ono el momento de determinacién de los he- cchos, ejercicio que, en principio, podria realizar cualquier persona, més alld de que, posterior ‘mente, las consecutencias de esa determinacién se ajusten ala menor edad. La provincia de Cérdoba sostuvo la posicién contrarta lego de transitar inicialmente ese ca- (32) thier. (28) Ley 9944 de Promocion y Proteecién Integral de los Derechos de las Ninas, Ninos y Adolescentes fen la proviada de Cénloba (sane, 04/05/201; promul, 20/05/2011), art. 108. Mary Bellof - Mariano Klerszembaum - Martiniano Terragni ‘mino, para prohibir de plano la decisién de ca- sos de personas menores de edad penalmente responsables mediante jurados; pero subsiste el interrogante repetido en miltiples debates pe- nales: ;Cémo se traza —si fuera posible— una linea infranqueable entre la determinacién de los hechos y las determinaciones legales referl- das aellos? En esta materia, uno podria agregar: emo deberia instruirse alos jurados para apli- car principios rectores de la justicia juvenil a la hora de determinar los hechos?; deberia habi- litarse el furado en la fusticta juventl solo para Ja determinacién de los hechos en lo que atane. al injusto, pero delegar la determinacién de la culpabilidad (en este caso atenuada) en un jucz, técnico2, entre otras (sobre este aspecto volve- remos en el punto VIII). V5. Chaco En la provincia de Chaco, la Ley de Jura- dos (39) no hace referencia a la posibilidad (0 prohibicién) de ser aplicada en el fulcio a per- sonas menores de edad; mientras que el Céd. Proc. Penal (que es la actual ley consolidada 965-N, antes ley 4538) (40) establece que “El jez de menores yel jez de ejecticién penal ten- Gran la competencia asignada por las normas especificas"(41) Respecto del_procedimiento penal para Imputados menores de edad, pres- ctibe: “El procedimiento en la etapa de juicio se regird por las normas de esta ley y las del God. Proc. Penal” (42) Por su parte, la norma especi- fica en materia de infancia [el Estatuto juridico del menor de edad y la familia(43)), que no fue modiificada ni derogada, establece: “EL fuez de Menores de Edad y Familia con competencia penal intervendré para enten- der en las infracciones a la ley penal y de fal- tas cometidas por las personas menores de 18 aos al momento del hecho y, sin perjulcio de ‘mantener su competencia penal, remitiré copia (39) Ley 766, sane. 02/09/2015; BO del 16/09/2015. (40) Ley consolldada 965.N, fecha de verifleaclén 24/07/2017. (41) idem, act. 46. (42) Ibidor, act. 29. (43) Ley 4969, sane. 12/12/1996, BO del 24/01/1997, fe de ertatas del 20/08/1997. de las actuaciones a la Subsecretaria de Nunez, Adolescencia y Familia 0 Delegacién Regio- nal, a los fines de que asuma la intervencién. correspondiente’ (44). Como se aprecta, las sucesivas reformas le- gislativas en esta provincia no ofrecen wna sis- temitica que incluya una perspectiva integral respecto de los diversos cuerpos normativos, ra- z6n por la cual cabe al intérprete dar sentido a este conjunto de leyes. De su lectura conjunta, es menester concluir en que en materia penal juvenil es el juez de menores el que mantiene ‘competencia para el juzgamiento. V6. Chubut Fl Céd. Proc. Penal de Chubut contempla el, juicto por jurados, pero la instituctén no ha sido ain reglamentada. Dicha norma no contiene referencias a su aplicacién (o prohibicién) para los procedimientos seguidos contra adolescen- tes penalmente responsables. En este sentido, el art, 409 (reglas para el juicio con adolescentes) establece: “Cuando el acusado sea un adolescente me- nor de dieciocho afios el debate tramitaré con- forme a las reglas generales y las especiales siguientes: 1) El debate sera publico o a puer- tas cerradas conforme ala voluntad del acusado menor de edad, que procurari el juez.que presi- a la audiencia preliminar y hard constar en la decision de apertura del debate; la regla rige in- cluso para los casos en los cuales el adolescente sea enjuiciado en conjunto con otros acusados. mayores de aquella edad, siempre que el tribu- nal no decida la separacién de los debates (art. 304)" Como se aprecia, el Cédigo ofrece la posi- bilidad de que el adolescente elija que el pro- cedimiento sea pliblico o a puertas cerradas; apodrfa también elegir la aplicacién (0 no) del juuicio por jurados? El art. 72 del mismo cuerpo legal, no obstante, al refertrse a la competencia de los jueces, sentala: “Praténdose de la aplica- cidn de las normas del Libro V [arts. 402 a 413], se procuraré que los jueces penales que entien- dan cuenten con espectalizacién en materia de ninos y adolescentes (art. 171, C.Ch. Este re- (44) Ley 4369, art 173. Suplemento Penal N°1+17 Es legal, posible y conveniente la aplicacién del juicio por jurados en el derecho penal juvenil? quistto de la especialidad podria resultar incom- patible con la presencia de jurados, que al ser ciudadanos comunes no son especialistas en la ‘materia. En detinttiva, lainterpretacién sistema- tica de las distintas disposiciones pareceria no admitir el juicio por jurados para la justicia ju- venil; no obstante, quedaria ablerta la cuestién para ser dirimida por la norma reglamentarta, por la jurisprudencia o bien por una reforma le- gislativa posterior V7, Entre Rios La provincia de Entre Rios también establece en su ley 10.746 el Juicto por jurados. Tampoco realiza ninguna re- ‘Jerencta al proceso penal juventl, Solo se reflere a Jas edades en cuanto a las condiciones para ser Jurados (ser mayor de 18 afios, art. 13.a). Es in- teresante la legislacidn de esta provincia porque ha sido pionera en establecer un procedimiento para adolescentes no punibles. De manera que parece dificil considerar que este procedimien- to por jurados podria aplicarse, sin mas ni més, al proceso penal juvenil, pues ello supondria que, entonces, también deberia (0 podria) apli- carse alos casos de adolescentes no puntbles, lo cual resultaria incompatible con los propios f- nes de ese proceso, que no tiene por objeto de- Clarar la culpabilidad del imputado. V8 Neuquén En la provincia de Neuquén, la Ley Orginica de Ta Justicia Penal (45) establece respecto de los drganos jurisdiccionales que * [Ila actividad jurisdiccional en materia penal, es desempefiada por los magistrados del Tribu- nal Superior de Justicta, el tribunal de impugna- ci6n, los jueces penales organizados en colegios. de jueces, los tribunales de jurados y los jueces. de ejecucién penal. Los delitos imputados ame- nores punibles quedan sujetos ala competencia de Los jueces penales, conforme las disposicio- nes vigentes” (46). V9. Rio Negro En la provincia de Rio Negro, la ley proce- sal (47) dispone que “(dentro de los seis 6] me- (45) Ley2001 (sane. 12/12/20) (46) Ley 2801, an.29 (47) Ley 5020, sane. 10/12/2014, promul 22/12/2014 publ. 01/01/2015; con entrada en vigencia el 01/08/2017, BO del03/01/2014). 18+ JUIGO POR JUR DOS ses de aprobado el cédigo, la legislatura dictaré las leyes orgénicas y de implementacién nece- sarias para el adecuado funcionamiento del sistema adversarial. Como asf también el Cod. Proc. Penal Juventt’ Este nuevo Céd, Proc. Penal no establece, to- avla, una diferencia respecto de los imputados. menores de edad, con lo cual, a partir del préxi- ‘mo mes de marzo, de continuar este escenario legislativo, podria darse un retroceso significati- vo enel principio de especialidad, respecto dela organizacién judicial, las normas aplicables yla aplicacién para clertos supuestos del juicio por juurados. Peto la legislaci6n especifica en mate- la de infancia no fue modificada nt derogada y prescribe: “Toda nina, nino yadolescente tiene derecho a ser tratado con humanidad y respeto, conforme alas necesidades inherentes a su edad ya gozar de todos los derechos y garantias previstos en la Constitucién Nacional, Provincial y en las nor- ‘mas contenidas en la presente Ley. En especial y entre otros, en caso de imputacidn de delito, tendra los siguientes derechos y garantias: (..) b) A ser investigado por un fiscal independien- te y juzgado por un drgano judicial con compe- tencia especifica, formacién especializada en la ‘materia, independiente e imparcial” (48). Como se aprecia, la ley demanda jueces es- pecializados, con lo cual pareciera rechazar la posbilidad de que el adolescente sea sometido a juicio por jurados (en la medida en que no se trataria de jueces espectalizados). V0. San Juan La competencia del juez penal de la ninez y adolescencia esta prevista en el Cod. Proc. Penal: “AL Juez penal de la Ninez y Adolescencia le corresponde, de modo exclusivoy excluyente,la investigacidn y juzgamiento de los hechos delic- tivos en los que aparezca involucrado un menor de edad al momento de sui comistén, sea 0 no. salvo el juicio por jurados, pospuesto para el 01/03/2019, cont ley 5192, publ. 01/05/2017. (48) Ley D4 109 de Proteccién Integral delos Derechos de las Nias, Ninos y los Adolescentes (sane. 08/08/2006; BO del 17/08/2008), art 68, Mary Bellof - Mariano Klerszembaum - Martiniano Terragni punible de acuerdo laley de fondo. Elejercicio dela competencia de investigaci6n excluye lade jticio”(49) En cuanto al juicio por jurados, solo se esta- blece que para ser jurado se debe ser mayor de 18 afios (50), pero no se aclara si se aplica 0 no al juzgamiento de personas adolescentes, VI. El proceso penal juvenil yel corpus turts del derecho internacional El amplio corpus {urls del derecho interna- clonal de la niitez contiene directrices, reglas y principios que permiten conocer como debe ser la respuesta estatal al delito del adolescente pe- nalmente responsable (51). Estos lineamientos constituyen una base sélida para construir siste- ‘mas de responsabilidad penal diferenciada, Las garantfas y derechos de los adolescentes en el Ambito de ia justicia juvenil estén extensa- ‘mente desarrollados en este amplio corpus iris; sin embargo, este no incorpora ninguna referen- cia al julcio por jurados (62). De ahi que pueda inferirse que si el juicio por jurados fuera una garantia del adolescente en el ‘marco del proceso penal especializado (en otras palabras, fuera un derecho humano del nto), deberia existir alguna referencia en el corpus iu ris, Al no existir tal referencia, no es posible afir- ‘mar que forme parte de la garantia genérica del (49) Ley754-0 (sane. 19/11/2014; BO del 16/03/2015), art 7 bis (60) “Art. 462.- Requisitos para ser miembro deljurado popular: Para ser miembro de un jurado popular se de- ben reunir las siguientes condiciones: (..) Tener entre iectocho [18] y setenta [70] aftos de edad. (61) Tal expresién sera utilizada con los alcances da dos porel Sistema Interamericano de Derechos Huma nos: "Tanto la Convencién Americana como la Conven én sobre los Derechos del Nito forman paste de un ‘muy comprensivo corpus juris intemacional de protec- cidn de los ntnas que debe servira esta Corte para fijar el contenido ylosaleances de la dispasicién general deinida fen el art. 19 de la Convencién Americana” (Corte DH, 19/11/1099, “Villagrin Morales y otros vs. Guatemala (caso de los Nios dela Calle)’ serie C,nra. 63, pare. 194, entre 0110). (52) 0621, pire 96: “en eleasa dels ninos, quienes sempre deben set juzgudos en sistemas espectalizados de justietajuvenil. debido proceso legal requerldo para determinar la responsabilidad penal de los adolescentes. En lapréxima seccién se analiza la regia de re- las de la justicia juventl, dentro del menciona- do corpus juris: la espectalidad. VIL. El principio de especialidad y el juicio por jurados EI nuevo debate planteado en los tiltimos afios, a partir de la regulacién local de la justi- cia penal por jurados, perfila una discusién mas profunda: el acercamiento de Ia justicia juve- nil al sistema penal general, pero no bajo argu- ‘mentos de mayor severidad, sino a partir de una equiparacién juridica entre los nifnos y los adul- tos en el proceso penal La Corte IDH y el Comité de Derechos del Nifio han clausurado esa posibilidad. Asi, la primera ha sostenido que “es evidente que las. condiciones en las que participa un nino en un. proceso no son las mismas en que lo hace un adulto (...) es indispensable reconocer y respe- tar las diferencias de trato que corresponden a diferencias de situactén, entre quienes partict- pan en un procedimiento” (53). Y que “si bien los derechos procesales y sus correlativas garantias son aplicables a todas las. personas, en el caso de los nifios el ejercicio de aquellos supone, por las condiciones especta- Jes en que se encuentran los menores, la adop- cidn de medidas especiticas con el propdsito de que gocen efectivamente de dichos derechos y garantias’ (54), EI Comité de Derechos del Nino, a su vez, ha determinado (0G 242) que “[I]os ninos se dife- rencian de los adultos por su desarrollo tanto fisico como psicoldgico. En virtud de esas di ferencias, se les reconoce una menor culpabi- lidad y se les aplica un sistema distinto con un enfoque diferenciado e individualizado. Se ha demostrado que el contacto con el sistema de justicla penal perjudica a los nifios, al limitar (63) Corte IDH, opiniéa consuluva 17, “Condiciéa juridica y derechos humanos del nif’ 28/08/2002, parr 9% 64) Conte IDH, opinion eonsuluva 7, at, pare 97 Penal "119 Es legal, posible y conveniente la aplicacién del juicio por jurados en el derecho penal juvenil? sus postbilidades de convertirse en adultos res- ponsables. Esa diferencia fenomenologica se expresa, tal como lo reconoce el Comité en el parrafo trans- cripto, mediante el llamado “principio de espe- Gialidad” (expresién de la proteccién especial que la comunidad internacional acordé otorgar a la infancia) que, en la organizacién judicial, constituye una regia de garantia para el tmpu- tado menor de edad penalmente responsable requerido por el corpus juris de proteccién de derechos humanos de los niftos, Por ello, el Es- tado debe buscar el modo de organizacion judi- ial que mejor responda a esa regla. El primer instrumento internacional (55) que planteé los derechos que de manera especifica se reconocen a los nifios imputados 0 sanciona- dos por la comisién de delitos fue el Pacto In- ternacional de Derechos Giviles ¥ Politicos al contener la prohibicién de la condena a muer- te alas personas menores de dieciocho afios de edad (56). Asimismo, dispuso que “los meno- res procesados estardn separados de los adul- tos ydeberin ser llevados ante los tribunales de justicia con la mayor celeridad posible para su. enjuticiamiento"(57). E] mandato relative a la instauracion de una justicia penal especializada surgié en el ambito regional del texto de la Convencién Americana de Derechos Humanos al estatuir que “cuando los menores puedan ser procesados, deben ser separados de los adultos y llevados ante tribu- nales espectalizados, con la mayor celerldad po- sible, para su tratamiento” (58). La Convencién sobre los Derechos del Nino ¢€s otro instrumento internacional de derechos humanos que goza de Jerarquia constitucional en nuestro pafs, conforme lo establece el art.75, (55), Sobre este proceso histirico, BELOFE, Mary, “Derecho delos ninos. Su proteccidn especial en el iste sma interamericano’ Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 2019, ded, cap.l. (66) pipeyP, at. 6. (57) PuDcy?, art. 102.b, Ademis, exige a los Estados parte que al enjulclar alos Imputados menores de edad fengan en cuenta su edad y estimulen su rehabilitacion social (art 102). (58) CADH, art. 5.5. 20 *JUICIO POR JURADOS, inc. 22 de la CN, que recoge también el llama- do principio de especialidad de la justicia penal juvenil. En esa linea dispuso que “a todo nito respecto del cual se alegue que ha infringido las. leyes penales debera garantizarsele que la cau- sa sera dirimida sin demora por una autoridad u 6rgano judicial competente, independiente e imparcial en tna audiencia equitativa contorme alaley" (59). Al complementar lo sefalado, el mismo ins- trumento internacional avanz6 con otras cues- tiones: “[LJos Estados Parte tomarén todas las me- didas apropiadas para promover el estable- cimiento de leyes, procedimtentos, autoridades € instituciones especificos para los ninos de quienes se alegue que han infringido las leyes penales 0 a quienes se acuse o deciare culpable de haber infringido esas leyes”(60). Estas normas han sido interpretadas sistemé- ticamente por la Corte IDH, la cual ha sosteni- do reiteradamente que “los menores de 18 anos a quienes se atribuya la comisién de conductas previstas como delictuosas por la ley penal, de- berdn quedar sujetos, para los fines del cono- cimiento respectivoyla adopeién de las medidas pertinentes, solo a érganos jurisdiccionales es- pecificos distintos de los correspondientes a los mayores de edad” (61); “una consecuencia evi- dente de la pertinencia de atender en forma di- ferenciada y especifica las cuestiones referentes a los niftos, y particularmente, las relacionadas con la conducta ilicita, es el establecimiento de tganos furisdicctonales espectalizados para el conocimiento de conductas penalmente tipicas atribuidas a aquellos y un procedimiento espe- cial por el cual se conozcan estas infracciones a la ley penal"(62); y que “la Corte estima que la privacién de libertad en el Ambito de la justicta penal fuvenil solo podré excepcionalmente jus- tificarse en los casos previstos en la ley, la cual deberd establecer con claridad sus causas y con- Giciones, asi como de la competencia ¢ instan- 69) CDN, ant 40.20, (60) CDN, ant. 40.3, (61) Corte IDH, opinién eonsuitiva 17, Gt, pare 109. (62) Corte1DH, 02/09/2004, “Institutode Reeducaciéa del Menor ws. Paraguay’ serle C, nro. 112, pit 210. Mary Bellof - Mariano Klerszembaum - Martiniano Terragni clas estatales espectalizadas en la materia, tanto anivel policial como judicial y de las institucio- nes encargadas de hacer cumplir las medidas privativas de libertad, con el objetivo de arti- cular una 4usticta separada para adolescentes, que sea claramente diferenciada del sistema de Justicia penal de los adultos, tanto a nivel nor- ‘mativo como institucional” (63) Por su parte, el Comité de Derechos del Nino ha sefalado en la observaciGn general 24: 105. Atin de garantizar a plena aplicacién de los principios y derechos descritos en los parra- fos anteriores, es necesario establecer una or ganizacion eficaz para la administracién de la justicia juvent!Tambtén: "106. Un sistema integral de justicia juventl requiere el establecimiento de unidades espe- cializadas en la policia, la judicatura, el sistema juudictal y la fiscalia, y la disponibilidad de defen- sores especializados u otros representantes en- cargados de prestar al nifio asistencia letrada u otto tipo de asistencia adectiada’ La resefta normativa y jurisprudencial enun- ciada es ilustrativa en cuanto a la inexorabilidad de que exista una respuesta estatal diferencta- da (en lo material, en lo procesal y en lo organt- zacional) al delito de las personas menores de edad penalmente responsables, El uiclo por jurados presenta un fuerte déticit en este aspecto, pues al tratarse de ciudadanos legos, la decisi6n respecto de la culpabilidad del adolescente no es tomada por profestonales con. un entrenamiento especializado en la materia. Surge asi un obstéculo insalvable que conduce ala necesidad de, si se quiere mantener la idea de decidir los casos de adolescentes penalmen- te responsables mediante un juicto por jurados, renunciara una cuota importante de la especia- lidad organica. Por otro lado, si, a la vez, se tiene en cuenta que existe un prolifico desarrollo normativo res- pecto del principio de especialidad en el dere- cho internactonal de los derechos humanos de (63) Corte 1H, 27/08/2014, “Hermanos Landaeta Mejias y ous vs. Venezuela excepeiones preliminares, fondo, reparaciones y costas serie C nro. 281, part 163. nifios y ninas, pero ninguna referencia al juicio por jurados, la decisién de optar por este tilti- ‘mo en lugar de por tribunales especializados no ‘cuenta con apoyo normativo ctert. ‘VIII. Fl juicio abreviado como la contracara del juicio por jurados Un punto sumamente relevante, que surge también de la comparativa de nuestros proce- dimientos con los del sistema acusatorio de los Estados Unidos, es el de la imposibilidad de es- indir el fulcio por jurados del juicio abreviado. Ello —como ya lo mencionamos— fue resalta- do por la Corte Suprema de los Estados Unidos enel caso “McKeiver vs. Pensiivania’ Es decir: st se quicre tmplementar el juicio por jurados, se debe necesariamente maximizar la posibilidad de arribar a mecanismos abreviados, Sia lavez se iene en cuenta que laslegislacio- nes tlenden a ampliar las fronteras en las cua- les el julclo abreviado puede aplicarse (tanto en cuanto alos montos de las penas, 0 en cuanto alas voluntades requeridas —si las de todos los imputados 0 solo la de quien quiera acceder al juicio abreviado—), el panorama conduce a suponer que el julcto por jurados puede erigir- se como un supuesto de juzgamiento que, en. realidad, aporte un grano de arena mas para la eliminacién por completo del juicio, y su com- pleta sustitucién por mecanismos de acuerdo. En efecto, si ya el fulcio abreviado se impone ante la diticuitad (0 falta de conventencla ope- rativa) de realizar audiencias de juicio, el juicio por Jurados viene a complicar atin mds la situa- ci6n, conductendo, précticamente (debidoa sus, dificultades operativas) a la imposibilidad del juicio. Resulta en este punto quizés un contra- sentido que en un sistema que estd tendiendo, por razones operativas, a la eliminacién de los juiclos mediante tribunal, supliéndolos por jue- ces untpersonales, se busque, al propio tiempo, ‘materializar sistemas de enjuiciamiento muchi imo mas complejos. Lo que queremos advertir es que sumado a Jos argumentos sustanciales por los cuales pue- de ser desaconsejable el juicio por jurados res- pecto de adolescentes, se suma uno practico: el juicio por jurados implica necesariamente (por razones operativas, no juridicas) maximizar los ‘mecanismos de acuerdos abreviados. femento Penal "1+ 21 Es legal, posible y conveniente la aplicacién del juicio por jurados en el derecho penal juvenil? IX. Hechos y derecho: jurados y jueces pro- fesionales La funelén de los jurados, podrfa decirse, ra- dica en la determinacién de los hechos, y no en la interpretacién del derecho. En este sentido, el veredicto del jurado en el cual decide sobre Ja culpabilidad del imputado es solo un pro- nunciamiento respecto de que los hechos han ocurrido de la forma en la cual, segtin las ins- trucciones recibidas, corresponderia esa decla- racion de culpabilidad. En definitiva, el jurado no discutiria, por ejemplo, respecto de cual esta definicién de dolo eventual, sino solo respect desi, sein su aprectactén, se dan en el caso los elementos que, de verificarse, se subsumirfan en esa figura. Siesta premisa fuera clerta, el modo en el que se construirfa el veredicto en el juicio por ju- rados dejaria integramente en cabeza del jucz, profesional las consideraciones sobre el dere- cho, e integramente en manos det jurado la de- terminacidn de los hechos, Por lo tanto, cualquier critica al fulcto por ju- rados basada en la especialidad normativa que- daria saldada siempre que el Juez. profesional que dirija el debate sea un juez espectalizado. Sin embargo, esta afirmacién tiene al menos dos problemas. El primero es su excesiva confianza en la po- sibilidad de separar de manera tajante y nitida hechos y derecho. Se ha discutido mucho al res- pecto en cuanto a la aplicacién del asi llamado principio de congruencia y el principio tura no- vit curia (gpuede el juez modificar la calificacién juridica siempre que no altere la base factica?), ylas soluciones no son tan sencillas como lo pa- rece. El segundo radica en que tampoco es claro que la especialidad normativa deba limitarse alla interpretacion del derecho desapegada del hecho, sino que, antes bien, podriamos decir que el propio derecho demanda un modo de tn- terpretar y valorar los hechos. En este sentido, por ejemplo, desde el punto de vista de la justi- ia juvenil la valoracién de la prueba en interés del nino puede demandar que ante posibilida- des contrapuestas de entender cémo sucedié un hecho, deba estarse a la que mejor asegure 22+ JUICIOPOR JURADOS el interés del niito, Este trabajo hermenéutico de reconstruccién de la base factica no esta des- apegado —o al menos no deberia estarlo— de contenido normativo: en materia penal juventl no puede ser valldo cualquier modo de aftrma- cidn de la verdad, sino aquel que guarde rela- ci6n con los derechos del nif. X. La aplicacién de la teoria del delito y las instrucciones al jurado Un aspecto que deberia al menos ser tenido en consideracién para realizar ajustes es el de Ja interpretacién de las normas con enfoque en derechos del nino y cémo ello puede materiali- zarse en las instrucciones al jurado. Elderecho penal sustantivo se aplica, con una aceptacién universal en el derecho continental, mediante el método de la teorfa del delito. Ana- lizamos los comportamientos de manera gene- ral a la luz de las categorias de la tiptcidad, la antijuridicidad, la culpabilidad y la punibilidad, e interpretamos los términos particulares de los tipos penales segtin el desarrollo de la asi llama- da parte especial En materta penal juventl, se ha planteado —y atin quedan pendientes desarrollos que pueden tener mucha capacidad de rendimtento— realt- zat ajustes en el contenido de anélisis de la teo- ria del delito que reflejen las particularidades de los adolescentes. En este sentido, tanto la impu- tacién objetiva como los supuestos de error de prohibicién, por poner algunos ejemplos, po- rian encontrar variaciones cuando los imputa- dos son adolescentes: aquello que respecto de un adulto constituiria un error de prohibicién. evitable, podria ser considerado inevitable res- pecto de un adolescente. Estos desarrollos, que como derivacién nor mativa del principio de especialidad merece- rian ser tenidos en cuenta, se verian dificultados (sino impedidos) con el desarrollo del juicio por jurados. XL. Justicia juvenil y participacién comuni- ET hecho de que Ia justicia penal juvenil de- ‘mande especializacién en todas sus drbitas (in- cluida la valoracién de los hechos) no quiere Mary Bellof - Mariano Klerszembaum - Martiniano Terragni decir que la comunidad, la sociedad en general, no pueda o no deba jugar ningiin papel. Existe un ambito que ofrece una gran posibilidad para laparticipactén ciudadana, y ese ambito es el de Ja fusticla restaurativa, Resulta al menos curioso que en una sociedad en la cual los programas de Justicia restaurativa estan mayormente en cabe- za de agentes estatales, con gran formacién es- pecializada, algunos sectores aboguen con mas energia por la instauracién del juicio por jura- dos en materia penal juventl que por el involt- cramfento comunttarlo en materia de justicta restaurativa: gno es acaso mejor —y mas com. patible con el corpus juris del derecho interna- ional delos derechos del nino— involucrar a la sociedad en salidas restaurativas que en conde- nar adolescentes? Creemos que esta conexién entre jueces pro- fesionales, comunidad y justicia restaurativa deberia arrojamos como resultado Ia siguien- te premisa: solo esté habilitada para condenar aun adolescente una persona con versada for- macién y experiencia en materia penal juventl, ydebe estar habilitada (y obligada) aasistire in- ‘luir al adolescente infractor (o presunto infrac- tor) toda la comunidad, XII. La justicia juvenil y el juicio entre pares Dos son al menos los elementos esenciales que fundan el juicio por jurados. Por un lado, que el poder de juzgar proviene yes ejercido por el pueblo, y, por el otro, que el imputado es juz- gado por sus pares. Las legislactones que han regulado el juicio por jurados han excluido la participacion de adolescentes, a modo de ejemplo: - Elart, 338 bis, 2b) del Céd. Proc. Penal Prov. Buenos Aires establece como requisito para ser jurado “tener entre 21 75 anos de edad"; - El Céd. Proc. Penal Cérdoba reza en su art. 558: “1) Para ser jurado se requiere mayorfa de edad; - E1C6d. Proc. Penal Neuquén establece en st art. 43: “Requisitos. Para ser jurado se requiere: (..) 2) Tener veintiin [21] aftos de edad” - El Céd. Proc. Penal Rio Negro exige “(sler mayor de dieciocho (18) anos de edad” (art. 34.2). La ley 7661 de Chaco exige “tener entre 25 y65 afios de edad” (art. 11.a), - Ia ley 5719 Catamarca dice: “Requisitos Para ser jurado se requiere: a) ser argentino/a, con cinco [5] anos de ejercicio de la ciudada- nia en el caso de los naturalizados, y mayor de edad.” (art. 12) - F1.Céd. Proc. Penal San Juan dice: “Requist- tos para ser miembro del jurado popular: Para ser miembro de un jurado popular se deben re- unit las siguientes condiciones: (..) Tener en- tre dieciocho [18] y setenta [70] afios de edad...” (art. 462). - La ley 6451 de la Ciudad de Buenos Aires dice: "Para er integrante del Jurado se requiere: a) Ser argentino/a, con dos [2] anos de ejercicio de la ciudadania en el caso de los naturalizados. ytenerentre dieciocho [18] ysetenta y cinco [75] afios de edad... (art. 9). - Por st parte, la ley 10.746 de Juicio por Iu- rados de Entre Rios dice en su art, 13: “Para ser integrante del jurado se requiere:(..) b) Ser ma- yor de dieciocho [18] afios yhasta setenta y cin- La imposibilidad de ser juzgado por pares di- ficulta la visi6n del juicio por jurados como un. derecho o garantia del adolescente; parece, an- tes blen, que subsiste en todo caso la idea de juiclo por jurados como derecho de participa- cién de la poblacién en la administracién de Justicia. En ese sentido, deberia ponderarse si Ja habilitacién politica otorgada por la legisla- cién nacional (64) infraconstitucional tiene La fuerza normativa suticiente como para prevale- cer sobre las miiltiples reglas constitucionales y convencionales que afirman la diferencia entre niios y adultos a partir de los dlectocho attos. La respuesta debe ser negativa por motivos obvios de prevalencia normativa; pero, ademas, (64) De acuerdo con el art. 18 cel Codigo Electoral Nacional «son electores los argentinosnativos y pot opeidn, desde los diecisés (16) altos de edad, Y os afgentos naturalizados desde los diecodh [18] 505, de edad, que no tengan ninguna de las inhabiltaciones revista em esta ley texto cont ley 2674. ‘Suolemento Penal N."+ 23 Gs legal, posible y conveniente la aplicacién del por razones de derecho doméstico: como in- icamos, varias legislaciones exigen una edad atin mayor que Ia que habilita el sufragio para integrar Jurados populares y, por otra parte, la habilitacién para el sulragio no habilita, ya en el mismo Cédigo Flectoral Nacional, a set, por ejemplo, autoridad de mesa (65). De modo que el derecho de participacion de los adolescentes no es de ningtin modo equiparable al de las per- sonas adultas XIIL La decisién de los jurados y el ee so- cioeducativo de la justicia juvenil EI llamado “eje socioeducativo”, “principio educativo" 0 “ideal de la educacién” earacteriza el derecho penal juvenil en todas sus fases: tanto el desarrollo del proceso como las medidas y las. sanciones que se adopten deben servir a la edu- cacién del adolescente para la vida en sociedad. a finalidad pedagogica de todas las intervencio- nes demanda un esfuerzo particular en cuanto a ladelimitacién de los objetivos que con cada una deellasse han de aleanzar, asf como también res- pecto del modo en el que se llevan a cabo y el es- cenario en el que tienen liga. En particular, el juicio constituye una instan- cia que podria acarrear consecuencias positivas desde el punto de vista pedagdgico cuando se utiliza adecuadamente, pero que podria con- llevar consecuencias nocivas cuando no se tle- ne en cuenta la particular condicién existencial del adolescente por su condicién etaria, La ins- tancia de Juicio como momento de reproche y de generacin de la responsabilizaeién subjeti- vajunto con la conciencia del dano comunitario. que fue ocasionado de manera culpable, pue- den contribuir ala finalidad socio-educativa de ‘manera fundamental. De un lado, puede, ya de por si, generar reflexién y cimentar el camino hacla la autonomia, y, por oto, faclitar el traba- jo posterior de los equipos técnicos que sortean con mayores herramientas las posibles defensas (65) “Art, 73.- Requisitos. Los presidentes y suplentes ddeberan reunir las calidades siguientes: 1. Ser elector hail. 2. Tener entre dieciocho [18) y setenta [70 anos de edad, 3. Residir en la seccién electoral donde deba esempenarse, 4, Saber leer y escribir. los efectos de verlicar la concurrenela de estos requisita, las Juntas Hectorales estin facultadas para solicitar de las autor dades pertinentes los datos y antecedentes que estimmen, ne cesarios' 28+ IC]OPOR JURADOS juicio por jurados en el derecho penal juvenil? de negacién que puede oponer el adolescente para no asumir las consecuencias de sus accio- nes. Sin embargo, la exposicién a un escenario demasiado severo 0 a un reproche desmedido puiede ocasionar dafios en cuanto a su subjeti- vidad que deben ser tenidos en cuenta y ponde- rados a fin de no frustrar el propésito educativo. Por esas razones, el mecanismo del jurado, no conformado por especialistas, y con un elevado ntimero de personas que formulan el reproche (en general, doce), no aparece como la respues- ta mas adecuada para el adolescente desde el punto de vista del eje socioeducativo. XIV. El juicio por jurados y la insercién co- munitaria A esta altura del trabajo podra advertirse que resulta equivoca la confrontacién entre los principtos rectores del proceso penal juventl, juicio por jurados y los aspectos pricticos rela- cionados con su implementacién, La insercién comunitaria de un adolescen- te no se logta por la via del proceso penal, con independencia del formato mediante el cual se decida el caso. El proceso penal llega a su vida cuando multiples instancias materiales y sim- bélicas anteriores fracasaron en diverso grado (la familia, la escuela, el centro de salud, la co- munidad, etc). Lo que queremos afirmar respecto de los ar- gumentos que le dan centralidad al aspecto de Ja participacién comunitaria en el juicio por ju- rados (y, de ahi, en un salto légico inmediato, a afirmar su mayor calidad democratica), es que utilizarlo como un mecanismo eficaz. para lo- grar la insercién comunttarta de un adolescente soslaya que la de privacién de derechos bas cos de ese nifio ha sido tan evidente durante sus afios de vida fuera del sistema penal, que mal podria una “puesta en escena” de pocas horas subsanar deficiencias estructurales de las politi cas pliblicas de infancia, Asimtsmo, la participactén de otros cludada- nos en tun acto penal no logrard restaurar todo aquello que el adolescente no ha recibido y, por Jo contrario, puede reactivar su percepcidn con- flictiva y antagonista respecto de la comunidad debido al fenémeno de la sobreexposicién (pro- blema que, vale seftalar, también podria plan- Mary Bellof - Mariano Klerszembaum - Martiniano Terragni tearse respecto de tn juicto con jueces técnicos, pero en una dimensién mucho menor en razén. de la significativa reduccién del nimero de par- ticipantes). Por otra parte, la necesidad de ser juzgado por miembros de la comunidad no necesariamente conduciria al establecimiento de juicios por ju- rados, pues los jueces también son parte de una comunidad y con mas razén en comunidades pequefias, XV. El juicio por jurados y la garantia de doble instancia: guna ventaja? Un aspecto que debe ser considerado en el juicio por jurados es el de la imposibilidad de recutir la sentencia absolutoria. La institucién. del juicio por jurados supone, de manera gene- ral —y aslo suelen regular las legislaciones que Jo incluyen (66)—, que la sentencla solo puede ser recurrida por el imputado cuando se lo con- dena 0 se le impone una medida de seguridad, pero no podria recurrirse, por parte del fiscal 0 de la victima, la sentencia absolutoria, Mas alld de que esta es una regla que podria ser distinta en cada una de las legislaciones, es cierto que, comparativamente, podria decirse que quien afronte un juicio por jurados, en funcién de esta regla, tendrd, en caso de ser absuelto, una ven- taja respecto de quien sea condenado por un tribunal profesional, pues en el primer caso no existiria postbilidad de recurso contra la absolu- ci6n, yen el segundo, si Esta ventaja comparativa desde un sentido eminentemente coyuntural podria inclinar la balanza hacia la conventencia, segtin la legisla- ci6n provincial de que se trate, de optar por ser juzgado mediante jurados, y, en ese caso, negar Ja postbilidad al adolescente de elegir ese modo de juzgamiento podria implicar ponerlo en si- tuacién de desventaja en comparacién a la per- sona adulta. Sin embargo, en otra mirada, esta “ventaja” debe matizarse. Por un lado, porque si se con- sidera que el problema es comparativo y que el (66) Por ejemplo, el Cod. Proc. Penal Prow, Buenos Aires, en st art. 371 quater, inc. 7, rex"... sentencia absolutoria derivada del veredieto de no culpabllidad del Jurado es irecurrible adolescente no podria estar en peor situacién que el adulto, un planteo defensista podria ser cl siguiente: siel juicio por jurados es un modo de juzgamiento para personas adultas que no admite recurso contra la absolucién, y la perso- na adolescente no puede estar en peor situacién que el adulto, entonces, en el juzgamiento de un. adolescente (sea cual sea el sistema o el juzga- dor) no deberia admitirse nunca la revision de la sentencia absolutorta, Por otto lado, el problemaes atin més comple- Joy excede el objeto de este trabajo, pero existe actualmente también, en funcién del recono- cimiento de los derechos de las victimas (67) y en la garantia del acceso a la fusticla, un cues- tionamiento a la falta de recurso ante senten- cias absolutorias. Y este problema se profundiza cuando las victimas son, a la vez, ntfs, nttios y adolescentes (68). XVI. A modo de conclu: mn (prel La justicia juvenil en la Reptiblica Argentina se encuentra atravesando en los tiltimos attos un momento particular. Si bien se reconocen Ja necesidad y la obligacién de contar con una respuesta penal diferenciada al delito de los inar) (67) Lacs, en 2018, en la causa “Weyenbergh Carlos B,y otros/asociaci6nlicita’ destacélos derechos delas victim y, en particulay el derecho a impugnar las reso lclones que sobresean al imputado, En el mencionado precedente, los ueces Rosenlants, Highton de Nolasco, ‘Maqueda y Lorenzet hicieron suyos los fundamentos conclusiones del dictamen del procurador general. Ea Su dictamen, el procuradar retoma los argumentos del falo “Otto Wald” (allo 268260, de 1967), al senalar que “debe recalcarse, sein fo apreci, el carter federal del derecho, que la apelante postula vulnerado, a ser oda en tempo y form, ya obtener una decisién juris Clonal valida relativa ala pretension juridica que ella ha tsgrimido?y que" fla ewtela que ese derecho fundamen: tal merece obligaba a los jucces de la causa a encontrar luna soluelén oportunay siguiicaiva a quien eedamaba que, a raves de una interpretacion contzata alas lees locales, eera indebidamente cercenadala posbilidad de intervenir en el procedimiento iniciado por la denancia de delitos de los que serin victim, ser escuchada ante tuna eventual decsin de lausura y conocer e impugnar In cesolucion de sobreseimienta (68) 1a ley 26061 de Proteceién integral de los Derechos de las Nias, Nios y Adolescentes reconace entre Ins garantias procesales de nifas, ninos y adoles- centesel derecho a "recurrie ante el superior frente a cu- alguler decision que lo afecte” —art. 27, ine.e)— uplemento Penal N° +25 Es legal, posible y conveniente la aplicacién del juicio por jurados en el derecho penal juvenil? adolescentes penalmente responsables, esas diferencias muchas veces se diluyen en las re- formas leglslativas y en la jurisprudencia que tiende a acercar a la justicia juvenil a la justicia penal general Una preliminar evaluacién de los procesos de reforma legislativa podria llevar a la conclusién. que la reformulacion de los sistemas tutelares- inquisitivos clisicos produjo un efecto rebote, al equiparar el sistema penal juventl al sistema de adultos para asegurar a nifios y adolescentes Jas reglas de garantia clasicas del derecho penal Yy procesal penal, sin haber sido fructifero en la Consolidacién de una respuesta penal especia- lizada. En este sentido, el endurecimiento de la respuesta estatal al delito de los adolescen- tes expresada en variados (y hasta ahora frus- trados) procesos de reformas legislativas en la region vendria dada por el sefalado gradual acercamiento de la justicia juvenil a la justicia penal de adultos, evidenciado, por ejemplo, en el paulatino y notable incremento del monto de condenas privativas de la libertad en varias ju- risdicciones provinctales para delitos graves; el traslado de los adolescentes de instituciones de- pendientes de los organismos de proteccién de derechos de la ninez, a los servicios penitencia- rios al cumplir los 18 afios de edad; la supresién. 6 eliminacién de la figura procesal del asesor 0 defensor piiblico de menores; la introduccién de procedimientos simplificados para casos de flagrancia y de juicio directistmos; la admisién. de la participacién activa de la figura del que- rellante o del particular damnificado en la justi- cia juvenil; el juzgamiento de adultos por parte de la justicia de menores en caso de imputacién. conjunta; la aplicacién de normas de ejecucién penal legisladas para personas condenadas por delitos cometidos durante su adultez; 1a ausen- cia (en muchos institutos procesales) de requi- 26+ JUICIO POR JUR, sitos y plazos diferentes a los aplicables a los. acusados adultos, etcétera, Por otro lado, curiosamente, la amplia utili zacién de criterios administrativos de eficacia propos de la justicta penal de adultos (las ya ‘mencionadas investigacién preliminar simpltfi- cada a partir dela aplicacién de procedimientos de flagrancia, juicios directisimoso institutos si- milares —todas ellas instituciones ajustadas a los tiempos procesales propios de los adultos, peto no de los vitales de los adolescentes— y un. uso generalizado del fuicio abreviado —ya sea por la via del monto de pena permitido para el acuerdo entre la acusacién y la defensa o por la posibilidad de modificar la base féetica y la ca- lificactén legal—) podrian conducir finalmente @ consumar una fusticia juvent! sin jutcto, pero por las peores razones, no por la prevalencia de Ja justicia restaurativa y las variadas formas de diversion no judiciales exigidas por el derecho internacional y de marcada eficacia para lograr lareintegracién soctal. En este proceso, Ia tinica institucién que res- taba “importar” era el juicto por jurados, Por ello, introducir la necesidad de su imple- ‘mentacién en la fusticla juventl sin advertir to- dos los escollos legales y empiricos seftalados, pero sobre todo, sin reconocer las singularida- des existenciales entre ninos y adultos desde siempre sefialadas por la Corte IDH, por el Co- mité de Derechos del Nitto y por todos los orga- nismos relacionados que nunca reclamaron su. existencia como un derecho o garantia para los ninios, es el triste final para una teorfa que, aun con sus errores, se arriesgé a imaginar que po- dia existir algo mejor que el derecho penal para abordar la contilctiva delictual de las personas menores de edad.

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