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LA LUCHA SE oe “La antesala de la justicia: la violacion en los Lic. Gerardo Gonziilez Ascencio Profr. Investigador del Depto. de Derecho de la UAM-AZC. na de mis viejas inquietudes en Ia lucha contra la violencia ha- cia las mujeres ha estado constituida por la duda sobre la existencia de ‘criterios objetivos, por parte del “agente del Ministerio Pablico, para poder determinar cuindo procede inigiar una averiguaci6n previa fren- ‘te a las denuncias de hechos tipifi- -cados como delitos en general y, de ‘manera particular, para los casos de violacion. E En el trabajo de varios aitos co- ‘mo integrante de una asociacion ‘civil contra la violencia sexual, me ‘di cuenta que abundan las sobre- vivientes que tuvieron dificultades para lograr levantar una denuncia ©, que de plano, fracasaron en su ‘intento. Por mucho tiempo legué a pen- sar que tales obstaculos tenian su origen en la existencia de una con- cepcion particular sobre estos deli- tos y sus victimas; o bien, en la falta de cultura juridica de los agen- tes responsables de investigarlos. Sin embargo, era una idea que no habia corroborado hasta diciembre de 1989, En ese mes, disené una encuesta con el objeto de indagar si realmente existian en la prictica forense dichos impedimentos. Que- ria saber si formaban parte de un “inconsciente colectivo”” o pertene- cfan, mas bien, a laesfera individual, al criterio discresional del investiga- dor de delitos. Comparto con el profesor Larra- figga! las dudas sobre la naturaleza juridica de ta institucion del Minis- terio Pablico como un organo ex- clusivamente administrativo, dest= nado al ejercicio de la accion penal Dado que en la Constitucion Gene- ral de la Repablica se establece que: “La imposicion de las penas es pro- pia y exclusiva de la autoridad judi- cial” y que “la persecucin de los delitos incumbe al Ministerio Pabli- co y a la policia Judicial” (art. 21), no es posible concebir al Ministerio P&blico como un organo jurisdiccio- nal. Ello porque, hipotéticamente, no esta facultado para aplicar la ley; siendo ésta una atribucion exclusiva del juez. Me parece que una de las funcio- nes latentes de dicha institucion es marcadamente jurisdiccional, cuan- do menos en su fase inicial como autoridad investigadora. Hago mia la siguiente afirmacion de Eduar do Larrafiaga; “desafortunadamen- te, en la barandilla de las agencias dominios del ministerio publico”’ se abre o se cierra el ejercicio de la accion penal. La barandilla simboli- za una frontera: el limite operativo de la justicia criminal. Es un objeto semiético con notables poderes pricticos, De él depende que la vic- tima y el victimario cobren cuerpo historico, realidad juridica y tras cendencia social. Alli se mueven iertos actores nada secundarios (el agente policiaco, el fiscal, el perito), de cuyos caprichos técnicos © juridicos pende el procedimiento punitivo ulterior. . . Por lo tanto, buena parte de la certidumbre judi- cial esté a expensas de esa primera instancia formalmente administra- tiva, pero materialmente jurisdiccio- nal”.* Sin embargo, yo exploro la parte relativa a las victimas que fue- ron frenadas en esa fase y no alo 23 ‘que podriamos denominar los “vic- timarios inocentes”. La via idénea para confrontar mi hip6tesis original la constituy una encuesta de 22 preguntas dirigidas a los agentes del Ministerio Pablico del fuero comin en el Distrito Fe- deral. Con el propésito de aplicarla en la mayor cantidad posible de agencias, se constituyé un grupo voluntario de 90 alumnos de la Universidad Auténoma Metropoli- tana, Después de capacitarlos para a tarea, se formaron varios grupos y se repartieron las agencias (43 del fuero comin, 3 especializadas en delitos sexuales), con los resultados siguientes: Del total de agencias, se logré Jevantar la encuesta en el 93.33 por ciento de ellas; en el resto se fallo por la negativa rotunda de los agentes del Ministerio Pablico en Jos 3 turnos. En relacion al sexo de los encuestados, result6 que el 71.42 por ciento eran hombres y el 28.57 por ciento mujeres. El promedio de edad fue de 34 aftos y el promedio de experiencia como agente del Ministerio Pablico fue de 6 afios con 6 meses. EL EXAMEN MEDICO Uno de los reportes més frecuentes de los sobrevivientes del delito de violacion, lo constituye la practica anticonstitucional de la realizacion del examen médico legista antes de que a la ofendida le tomen su decla- racion. Creo que esta rutina tiene su base en la inexistencia de una regla especifica para la comprobacion del cuerpo del delito en el caso de la violacién. Las disposiciones genera- les seflalan que el cuerpo del delito se tendra por comprobado “cuando se acredita la existencia de los ele- mentos que integran la descripcion de la conducta o hecho delictuoso” (art. 122 del Cédigo de Procedi- mientos Penales). Segin la descrip- cin del tipo penal de violacion (art. 265 del Cédigo Penal), sus ele- mentos materiales son: la violencia fisica 0 moral y la existencia de la copula. Estos pueden demostrarse 24 ror cualquier medio de prueba de los seftalados en el cédigo adjetivo; sin embargo, por la naturaleza del delito (de realizacion oculta), el agente investigador se apoya casi exclusivamente en el examen médi- co, en virtud de que existe una gran desconfianza —“por subjetiva’— en la declaracion de la victima. En la practica, esta rutina forense refuerza la inseguridad de las ofen- didas. Las hace desconfiar de ellas mismas, puesto que se buscan las causas de la agresion en su propia conducta, debilitando atin mas la certeza interna de que fueron victi- mas de un delito. Pareciera que la funcién investigadora del agente del Ministerio Pablico necesita de una constatacion externa, dada por un “técnico del saber”, como si no fuese suficiente la declaracion de la victima para iniciar la averiguacion, independientemente de la determé- nacion posterior sobre el ejercicio de la accion penal. Es como si en ese tipo de delitos todo mundo fuere un_mentiroso —por principio— has- ta que otro (no, yo, agente investi gador; no, tt, ofendida) demuestre 10 contrario. Precisamente por Jo anterior, una de las preguntas claves de la encues- ta fue saber por qué se pide que antes de levantar una denuncia por violacion se realice el examen médi- co legista. EI 85.35 por ciento de las res puestas de los agentes del Ministerio Piblico considerd que habia de practicarse el examen médico antes de levantar la denuncia, entre otras. apreciaciones —también subjetivas—, por las siguientes: — Porque no basta con el dicho de la victima. — Porque es un elemento deter minante; sirve para estar comple- tamente seguros de que fueron violadas. — Porque es necesario para com probar si realmente se dio el hecho delictivo. — Porque el médico confirma si hay desfloramiento 0 no. Solo el 14.63 por ciento de los agentes tenia claro que la averiagua- cion comienza a partir de Ia de- nuncia. {Qué resultados “objetivos” arro- ja el examen médico legista? Yo me atreveria a sefialar que pocos y, sin embargo, el ¢jercicio de la accion penal va a depender, como se obser- va por las respuestas, de esta prueba tan deficiente. A juicio del Ministe- rio Public. ,Cudntas ofendidas “mienten” porque frente a su dicho tenfan un examen médico sin evi dencia de lesiones, rastros de semen © himen desgarrado? Otra de las preguntas vinculada con lo anterior pretendio indagar sobre los elementos que les propor cionaba el examen médico legista. El 60.97 por ciento consideraron que este tipo de prueba arroja ind cios que facilitan la comprobacion del cuerpo del delito —cosa que es correcta—. Sin embargo, si recorda- mos que el 85.36 por ciento de los. Ministerios Publicos encuestados opinaron que el examen debe aplt- carse antes de levantar la denuncia, ‘comprenderemos por qué muchas denuncias no prosperan, al operar el examen como verdadero filtro para la constatacion de la existencia de un delito. A pesar de lo anterior, el 36.58 por ciento insistio en una so- brevaloracion de esta prictica med ca, a grado tal de que para la com probacin del cuerpo del delito se basan Gnica o principalmente en él Recordemos la pregunta y vea- ‘mos algunas respuestas en este sent= do: qué elementos proporciona el examen médico legista? — Todos los necesarios para ejer- cer la acci6n penal. — Es determinante para saber si la ofendida realmente fue violada. —Demuestra la ruptura del hi- men. — Del dictimen médico depende la integracion del delito y la presun- ta responsabilidad del inculpado. LA CONVICCION EN EL SINDROME DE LA MUJER VIOLADA Una creencia generalizada sobre las victimas del delito de violacion es que les destruye la vida; las coloca al borde de la muerte. Esto es cier- to en algunos casos, pero no todas las mujeres tienen la misma respues- ta aunque, indudablemente, para todas signica un hecho traumético. Una consecuencia de la afirmacion de que existe un “‘sindrome de la mujer violada” —que seftala fases, etapas, sintomatologia, patologias, disfunciones, determinacion sobre su vida futura, etc., es que, para el Ministerio Pablico, la sobreviviente de estos delitos tiene que llegar con alguna caracteristica propia del cua dro anterior. Se trata nuevamente de que la constatacion de la existencia del de- lito provenga del exterior, no del dicho de la mujer, sino de su sinto- matologia médica o psiquica. Por eso preguntamos si el estado emo- cional o la actitud de-las ofendidas podia servir como indicio de que realmente sufrieron una violacion. EI 63.41 por ciento contest que en la actitud de la denunciante en- contraba elementos _indubitables para establecer si fueron 0 no vio- ladas: — Cuando se presenta la victima con la ropa desgarrada y_fuertes. Iesiones emocionales 0 contusiones fisicas, se le da credibilidad y ésta sirve como indicio de la violacion; si no llega en estado alterado, tam- bién se le da credibilidad después del cuestionamiento _psicolbgico. — El estado emocional de Ja de- nuncia es determinante: porque simplemente viendo su aspecto fi- sico 0 sus alteraciones, se detecta si fue violada o si miente. — Su actitud al conducirse (llan- to, tristeza, depresion, etc.), es una base para saber si realmente sufrie- ron una violacion. Si su estado emocional es tranquilo, la empiezo a interrogar e interrogar hasta hacer- la caer en una contradiccion. En general, el estado emocio- nal es importante, ya que la victima se presenta histérica por el suceso aunque, por oposicion, otras narran los hechos de una manera tranquila; esto permite una leve sospecha y creer que el incidente fue premedi- tado; por ejemplo, para ocultar un embarazo. 25 El 34.14 por ciento considerd que la actitud de la ofendida no es determinante para la porcedencia de la denuncia aceptando, incluso, iniciarla, confiando en que el resuk tado de la Averiguacion Previa va a determinar el ejercicio o no de la accién penal, ENTRE MAS PRONTO DENUNCIES, MAS TE CREO Existe la idea de que la violacion es un hecho tan grave que debe alterar de manera notable la vida y conduc- ta de la sobreviviente; por lo tanto, si no lo denuncia pronto, se duda nuevamente de su dicho. Si te ocu- rrid algo tan desastrozo no tienes por qué ocultarlo, a menos de que realmente no haya sucedido y pre- tendas, con tu denuncia, otra cosa. El supuesto anterior hace tabla raza del acondicionamiento social que para la pasividad reciben las mujeres. Ademés, se olvida como se les ha introyectado la idea de que si les ocurrié es porque lo provoca- ton, lo desearon, lo fantasearon, 0 Io originaron, puesto que el hombre conne xioC? 26 llega hasta donde la mujer quiere, Tal situacion impide en muchas sobrevivientes una respuesta inme- diata, No es posible exigirles una conducta activa en relacion a la denuncia, cuando las hemos ensei do a aguantar y a sentirse responsa- bles de sus “deseracias”. i; Dos preguntas estuvieron relacio- nadas con la apreciacion anterior. La primera indag6 sobre la actitud del agente investigador del Ministe- tio Piblico cuando una ofendida se presenta a levantar una denuuncia, después de un mes o mas de haber ocurrido los hechos. Solamente el 26.82 por ciento considerd que la anterior actitud era un indicio que convertia a la ofendida en sospechosa y, por lo tanto, acreedora de interrogatorio especial; o de mandar su denuncia a reserva. En esta aparente com- prensién por la victima, hay que to- mar en cuenta que para el 85.36 por ciento de los agentes del Minis- terio Pablico los datos necesarios para determinar si levanta 0 no el acta provienen del resultado del examen médico por lo que, si para ese alto namero de agentes tal pric- tica arroja resultados “positivos”, Pprocede la denuncia; si no, no im Porta que la ofendida se presente a denunciar después de 2 horas 0 30 dias. Algunas respuestas en este senti- do lo confirman: — Se pasa el médico legista y se inicia la averjguacién correspon- diente y se le hacen preguntas especiales. Este delito debe ser denunciado al momento. — Se procede de igual forma (0 sea, primero el examen y luego la declaracion?), aunque en estos ca- ‘sos es dudosa la denuncia. El 73.17 por ciento considerd que el no haber denunciado inme- diatamente, aun cuando dificulta la Averiguacién Previa, no impide pro- ceder de manera normal. Valdria la pena volver a reflexionar sobre el procedimiento “normal”, sobre to- do si recordamos las respuestas a la primera pregunta. Lo que ocurrira “normalmente” es que de nuevo el examen del médico legista se va a constituir en la via idénea para la comprobaci6n del cuerpo del delito, no obstante que en estos casos, por el transcurso del tiempo, pocos ele- mentos objetivos podria’ arrojar di- cha prictica. La segunda pregunta indag6 so- bre lo que indica el que una persona se presente a denunciar los hechos después de un mes o mas de haber ocurrido. El 60.97 por ciento consi- deré que existen muchos factores que dificultan la denuncia inmedia- ta; algunos atribuibles a la ofendida, otros a la presion social o a la des- confianza en el aparato judicial El 29.26 por ciento consider dudoso el hecho de que una perso- fa no se presente a denunciar los hechos inmediatamente, A pesar de que, de acuerdo a la pregunta anterior, el 73.17 por cien- to considera que se procedera como se hace “normalmente”, observa- mos que el porcentaje de agentes del Ministerio Pablico que compren- de las causas por el que no se de- nuncia inmediatamente disminuy6 al 60.97 por ciento, Jo cual revela que las victimas se pueden presen- tar a denunciar después de ese lap- $0, pero indudablemente existe menor credibilidad en su dicho. LA VIDA INTIMA Existe la creencia de que a las muje- res buenas y recatadas no les ocurre tan facilmente un delito como la violacion. La idea de que las muje- res “‘victimas” acusan falsamente a otros de ese delito —‘culpables ino- centes”— esta relacionada con tal apreciacion. Las “‘verdaderas victi- mas”, o sea, las mujeres intachables, no pueden ser sujetas de desconfian- za en ningin sentido. Esto atafe no slo a los hechos por denunciar, si- no ala vida intima de las ofendidas, a su historia de mujeres siempre buenas, a las que deveras no lo de- sean ni lo provocan. Preguntamos qué elementos rele- vantes para su investigacién les aportaba el hacer indagaciones so- bre la vida intima y sexual de la ofendida y el 47.61 por ciento de Jos agentes considerd que estos aspectos, sin _relevancia_particular para la denuncia del delito, son de~ terminantes. Veamos algunas res- puestas: Es importante saber si era vir- gen o no al momento de Ia viola- ion. — Es importante para saber qué clase de persona es. — Es importante para saber si ha tenido relaciones sexuales, porque eso determina su buena o mala repu- tacion sexual — Mediante el cuestionamiento de la vida intima se puede detectarsi la mujer es responsable del ataque sufrido, porque la mayoria de las veces es ésta la que provoca la agre- sion. Solo. el 52.38 por ciento conside- 10 irrelevante este tipo de interroga- torios 0, de plano, no los incluye como parte de su rutina de investi- gacion, sujetindose al procedimien- to “normal” para integrar la Avert guacion Previa. NINOS MENTIROSOS Si el dicho de la mujer esta desacre- ditado, el del menor, también. Su palabra depende de la validacién, en el mundo de los adultos, de otro adulto. La desconfianza en su testi- monio se origina en la creencia de que el nifio fantasea o que ha sido aleccionado por un adulto para per- judicar a otro. Seguramente hay niflos que mienten —y también mu- jeres y hombres—, pero nuevamente se parte de la invalidez, de su palabra. Preguntamos a los agentes del Mi- nisterio Piblico sobre estos casos y inicamente el 69.04 por ciento consideré que con el examen médr co legista y el dicho del ofendido bastaba para iniciar la averiguacion; 21.42 por ciento contest6 de mane- ra ambigua, y el 9.52 por ciento tom6 como insuficiente la declara- cin del menor y creyé conveniente someterlo a interrogatorio especial. Veamos algunas respuestas en el tl- timo sentido: Al nifio se le pasa con el psic6- Jogo para que diga la verdad;en caso de estar mintiendo, se le dice que corre el peligro de ir al Consejo Tu- telar para menores infractores. — Si, porque los nifios mienten, como el caso de una nifia que acus6 a sy padre porque no le dio dinero para sus titiles. En otra pregunta relacionada con los menoes, pretendimos indagar como tipificaban los casos en donde el sujeto activo del delito fuere el padre del infante, pues en muchas ocasiones, a pesar de tener menos de 12 afios, las relaciones entre as- cendientes y descendientes se clasi- fican como incesto, siendo violacion equiparada, al igual que casos de mayores de 12 alos en donde se comprueba el elemento “violencia fisica 0 moral”. EI 14.28 por ciento hablo de ten- tativa de violacién, incesto 0 estu- pro; el 19.04 por ciento no contest6 0 Io hizo de manera ambigua, mien- tras que solo el 66.66 por ciento tipificé esas conductas como viola- cion, VIS COMPULSIVA Hemos comentado que Ia carga de la prueba para acreditar el cuerpo 27 del delito depende en un 85.36 por ciento del examen médico. Este ele- mento seria més confiable, en su aso y con las reservas ya expresa- das, para demostrar la existencia de la cOpula o de violencia fisica. ;C6- mo piensan entonces los agentes del Ministerio Pablico que se acredita la existencia de violencia moral, si no creen en el dicho de los ofendidos? EI 30.95 por ciento considera que se requiere en esos casos de la confesion o de un testigo (otra vez el elemento externo, pues el dicho de la ofendida es insuficiente); pien- san que si s6lo hubo violencia moral no procede la denuncia o procede por atentados al pudor, estupro o violacion en grado de tentativa. ‘Veamos algunas respuestas significa- tivas: — En estos casos su denuncia no procede ya que puede darse el caso de que la ofendida esté mintiendo © quiera involucrar a otra persona, perjudicdndola de este modo. —No se puede comprobar por que solo se tiene la declaracion de Ta agredida. = Se tipifica como tentativa de violacion, 28 — Con la confesién del presunto responsable 0 con testigos. El 57.14 por ciento de los agen- tes entrevistados considerd suficien- te para iniciar la averiguacién previa el dicho de la ofendida o cualquier otro elemento probatorio. El 11.90 por ciento no entendié la pregunta. NADA MAS LA PUNTITA Considerar como una agresion ate- nuada los casos en donde el sujeto activo del delito eyacula en lo que en la jerga forense se lama “vias no idéneas”, me parece una aberra- cion, al igual que en los casos en donde no se practica la penetracion total. Al preguntar sobre lo anterior, el 21.42 por ciento de los encues- tados respondi6 que no constituian casos de violacion; hablaron de atentados al pudor y de violacion en grado de tentativa. Otros modif- caron el tipo penal de violacion es- tablecido en el articulo 265 del Codigo Penal construyendo su Propia redaccién. Veamos sus res- puestas: Se necesitan estos elementos, asi lo dice el eédigo. Cuando no se cumple todo esto, solo se levanta un acta por atentado al pudor. — Es necesario que se haya dado la relacidn sexual (sic) con eyacula- cin interna. ~ Se requiere lo que en términos médicos se conoce como copula y que es la eyaculaci6n interna. El 73.80 por ciento de las res- puestas tomé en cuenta los elemen- tos sefialados como suficientes para iniciar una averiguacion previa por violacion, y el 4.76 por ciento no contest6 la pregunta. LA FELLACION NO ES VIOLACION Muchas mujeres han sido agredidas por via oral y, al presentarse a de- nunciar, la facultad jurisdiccional del agente del Ministerio Pablico las ha regresado a sus casas, o bien, les han iniciado una Averiguacién Pre- via por atentados al pudor. En el fondo, se cree que la cépula por esa via es menos grave que hacerlo por las vias “idéneas”. ,Cudles son las vias idéneas? Seguramente la consideracion an- terior se desprende de una concep- | 3 a 3 § § s cion de la sexualidad indisoluble- mente ligada a la reproduccion de la especie y reducida al coito como ‘inica expresion; sin embargo, se de- be tomar en cuenta que la naturale- za de la agresion no depende de la clasificacion, ahora si subjetiva, de las vias utilizadas. Quise indagar si estos casos eran singulares, es decir, saber si s6lo algunas de las mujeres que vivian es- ta experiencia tenian la amarga Aificultad para levantar un acta 1 violacion, Me encontré con la sorpresa de que solo el 45.23 por ciento consideraba la conducta se- falada como un elemento suficiente para iniciar una Averiguacion Previa. EI 28.57 por ciento no sabia qué era la fellacion o no contest6, y el 26.19 por ciento se inclind por tipi ficar atentado al pudor. Veamos las respuestas mas significativas: — Se persigue como delito, pero no de violacién, sino por atentado al pudor, pues es una introduccién contra natura, —No ¢s suficiente, puesto que no introdujo el pene (sic), solo es atentado al pudor. — El cédigo penal s6lo estipula que la violacion es por via vaginal ic). EL PENE, LA VARITA MAGICA Es sabido que en este tipo de deli- tos, en ocasiones se utilizan objetos distintos al pene, pero con idénticos propésitos de agredir a la Hasta febrero de 1989 eran conside- rados como atentados al pudor. A pesar de que el tipo penal sefialado en el artfculo 265 fue modificado para equiparar las anteriores con- ductas a la violacion —con una pena disminuida, desafortunadamente—, muchos agentes del Ministerio Pu- blico no han conocido de las dispo- cisiones recientes. Supongo, ademés, que el investi gador parte de la creencia de que la agresion sexual es mas grave si parti- cipa de manera protagonica “EL PENE”; no siendo asi cuando (aun con la misma intencién y cuando menos el mismo dano), el sujeto activo se vale de medios ajenos a él (el pene), formen o no parte de su cuerpo. Al preguntar sobre si esas conduc- tas constitufan el delito de viola- cion, el 19.04 por ciento consider6 que no; sefialaron que se trataba de atentados al pudor o de lesiones. Observemos algunas respuestas: Se puede tipificar como aten- tados al pudor, pues el pene no fue usado para llevar a cabo el ilicito. - Considero que se trata del deli- to de lesiones calificadas. EI 73.80 por ciento respondio de manera correcta, iniciando una Ave- riguacion Previa por el delito de vio- lacion, y el 7.14 por ciento no contests 0 lo hizo de una forma confusa. EL DEBITO CONYUGAL Algunos tratadistas atin debaten so- bre las obligaciones que para los cOnyuges se derivan del contrato matrimonial. Hay quienes aceptan que la cohabitacion carnal no es un deber de la pareja y seftalan que la relacion marital no anula la capact dad de libre eleccion de los cnyu- ges, Otros afirman categoricamente que no se puede tipificar el delito de violacién en la relacion matrimo- nial, puesto que el acto sexual for- ma parte de los deberes inherentes ala misma. ‘Afortunadamente el tipo penal de violacién, de la manera en que se encuentra redactado, brinda la posi- bilidad de iniciar una Averiguacion Previa, teniendo como sujeto pasivo a ta mujer y como activo a su com yuge. En ja prictica forense, sin embargo, he pasado en alguna oca- sién 48 horas en la agencia investi- gadora, convenciendo a su titular de que procede levantar un acta por violacion en tales circunstancias. ‘Nuevamente me interes6 saber si se trata de un obstéculo real y, al hacer la pregunta, el 28.57 por cien- to consideré dudoso el dicho de la esposa, supuso intenciones revan- chistas 0, de plano, contesto que ese tipo de denuncias no procedfan. Veamos sus respuestas: — En la mayoria de los casos no se ejerce accion penal, porque las mujeres son responsables, por tener la obligacion de ceder cuando su marido desea tener relaciones con ella y no acepta. — En el caso de esposos es dificil comprobar un acto de violacion, por la vida sexual intensa que prac- tican (sic). — Normalmente se trata de ma- trimonios que sufren conflictos y la investigacion arroja los elementos necesarios para no consignar al es oso. En el 54,76 por ciehto de las res- puestas se acept6 la posibilidad de iniciar una Averiguacion Previa por ese delito, sin importar el estado ck vil de los sujetos del delito; el 16.66 por ciento no contest 0 lo hizo de manera confusa. LAURA LEON Y LA VIOLACION Uno de los argumentos mas socorr+ dos para desconfiar de los sobrevi- vientes de la violacion, es el reclamo de que muchas mujeres se presentan a denunciarla con el verdadero pro- posito de interrumpir un embarazo 29 no deseado, producto de una rela- cidn voluntaria. Es muy posible que existan, efectivamente, este tipo de casos, pero no creo que constituyan le mayoria, ni siquiera que sean tan significativos como para adoptar, de rutina, la reserva sobre el dicho dela ofendida, sobre todo si es joven, Me parece que el proceso es demasiado desgastante, fisica, econdmica y emocionalmente, como para que alguien lo utilice de manera facil como coartada No todas las j6venes que denun- cian una violacién quieren ocultarle a sus padres 0 a su pareja la existen- ia de alguna relacion voluntaria, de donde hubiere resultado un embara- Z0; supongo que es mas sencillo re- currir @ la practica del aborto clan- destino. Al preguntar sobre estos casos, me Ilevé una desagradable sorpresa el 64.28 por ciento de los agentes encuestados consideran que existen casos en donde la ofendida acusa a quien resulta responsable para ocul- tar un embarazo no deseado pro- ducto de una relacion que no cons- tituye violacion. Las siguientes son muestras de su pesar: — Si, sobre todo en menores de edad que resultan embarazadas. Se manifiestan cuando se dan cuenta que estin embarazadas, como si fuesen realmente objeto de viola- cién. En un 90 por ciento es falso. Si, las esposas que por ocultar una relacion, se golpean y desgarran la ropa para ocultar problemas con su marido. — Si, las sirvientas que vienen del pueblo, el novio que le promete to- do y para ocultar su estado, denun- cia violacion tumultuaria, , frecuentemente se me pre- sentan estos casos; Ilegan asesoradas por los padres y un abogado con objeto de que se le autorice el abor- to. Si se descubre la mentira se les puede consignar por falsedad de de- claracion. Solo el 28.57 por ciento de los entrevistados no reporté este tipo de desconfianza, ya sea porque no se le han presentado casos similares, © bien, porque declard que inici6 30 la Averiguacién Previa de manera normal y el resultado de sus indaga- ciones fue lo que lo llevo 0 no a ejercitar accion penal, El 7.14 por cientos de agentes del Ministe Pablico no contest, o bien, no entendio la pregunta, “ACUSADOS” Conocer al agresor en un lugar pi- blico, en un bar o discoteca, en alguna fiesta 0 reunion, es mal prin- cipio para una mujer que haya sido atacada en estas circunstancias, Las mujeres pablicas son putas; los hombres piblicos, politicos. El mensaje es claro: el lugar que te co- rresponde esté en tu hogar, al lado de un hombre (papa, hermano, ma- rido, hijo); si lo traspasas, te arries- gas, si te arreisgas lo deseas, si lo deseas, al final de cuentas, ti lo provocas, {Qué tanto les importa los agen- tes del Ministerio Pablico los casos en los que la victima declara haber conocido al presunto responsable en los lugares seftalados? En esos casos ;qué importancia tiene la vida intima y sexual de la ofendida? Al preguntar sobre esto, el 35.71 por ciento consider fundamental inte- rrogarla sobre su. vida privada; el 64.28 por ciento respondié que no es determinante el lugar en donde se conocieron —en la mayoria de os casos~ e incluso seftalan que es durante el ejercicio de la accion pe- nal en donde se resuelven las dudas sobre la presunta responsabilidad de véetima y victimario, En relacion a las prostitutas, sola- mente un agente del Ministerio Pi- blico consideré que no podian ser sujeto pasivo del delito de violacién, La siguiente fue su respuesta — No, a la prostituta no se le hace caso, ya que su denuncia resulta muy dudosa. '” Larrafiaga Salazar, Eduardo, CRIMEN Y CERTIDUMBRE JUDICIAL. México: mimeo, 1990, 2 id. p.7 > Lo sefialado entre paréntesis es opinion de autor,

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