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La Filosofia Del Barroco
La Filosofia Del Barroco
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98 primera parte: periodos
ta diferenciarlo más del Renacimiento. Si bien el caso español, si bien se mantienen los temas
hay ciertas continuidades estilísticas en cuan- del cristianismo, sin embargo la forma y los co
to a la pintura, la música y la literatura, la ar- lores coinciden plenamente con los nuevos
quitectura, etcétera, sin embargo existen tam- valores del barroco (entre esos valores se pue-
bién diferencias filosóficas sustanciales. Estas de mencionar la búsqueda de otra realidad. En
diferencias se deben ante todo a que el barro- los pintores españoles del siglo xvii nos encon-
co, más allá de sus aspectos formales, es una tramos por primera vez con la representación
nueva situación histórica que surge como la de la carne, sin velo). Esta búsqueda sin duda
reacción frente a los ideales humanísticos del es parte del movimiento de renovación filosófi-
Renacimiento. Esta reacción se caracteriza por ca de alcanzar de manera directa la verdad. No
un notable desencanto, desilusión y escepticis- se trata de formular conceptos o ideas sino
mo. El barroco, entendido entonces no sólo más bien de conocer a través de la representa-
como un nuevo estilo artístico sino como el ción de la carne otra realidad.
comportamiento social y cultural en una época Es importante conocer estas característi-
determinada, representa sin duda un nuevo es cas del arte barroco europeo, ya que de mu-
píritu de negación de los valores de la primera chas maneras su influencia llegó a América
modernidad renacentista. Esta negación im- Latina. Además de la pintura, hay que estu-
plica dudar de la fe en la razón y en la creen- diar y comprender la literatura para apreciar
cia en las posibilidades ilimitadas del ser hu- por ejemplo en toda su riqueza, las aportacio-
mano. Así, el barroco ha sido definido como nes de sor Juana. No sólo necesitamos enten-
una voluntad de forma que reacciona frente der el trasfondo filosófico de las obras de Cal-
al espíritu renacentista. Esta reacción se da derón de la Barca, Gracián, Quevedo, Mateo
como representación crítica, irónica, paródi- Alemán, Lope de Vega y Góngora (la inversión
ca, descentrada de lo humano. Ya no se trata de la vida y el sueño, la concepción de la muer-
de la apología del hombre sino de mostrar te y la fugacidad del tiempo, la realidad como
otras realidades menos significativas pero qui- ilusión, la realidad como espejo de un espejo,
zás importantes. Es el caso de Caravaggio, que etcétera), además de todo el trasfondo cientí-
ofrece una representación de cosas mundanas fico y cultural de la época (me refiero a la tra-
en vez de cosas sagradas. La pintura de santos dición del hermetismo, al neoplatonismo y a
o vírgenes son simples pretextos para una re- la ideología de la Contrarreforma). Con base
creación pictórica. A Caravaggio no le preocu- en este estudio podemos considerar que una
paba la verdad trascendental renacentista. Su gran parte del pensamiento latinoamericano
única verdad parece ser el color o la luz. Evi- (el pensamiento barroco) es un intento de rea-
dentemente hay un uso diferente del espacio y lizar una lectura crítica, es decir, de desarro-
de los colores (el claroscuro característico de llar un material analógico a la ciencia (ciencia
su visión tenebrista). La misma visión de Ca convertida en analogías), metáfora totalizante
ravaggio se encuentra en muchos pintores co de la cultura, y una conversión de todo el léxi-
mo Rubens y Rembrant. Aquí también hay un co del saber en discurso estético. Tal es el sen-
concepto desacralizado de la realidad. Las tido no sólo de la obra de sor Juana, sino tam-
cosas más domésticas aparecen dibujadas o bién la interpretación de autores como Severo
pintadas con el único propósito de exaltar lo Sarduy y Lezama Lima. No es que fueran im-
insignificante. Frente a una iconografía rena- portantes las ideas científicas como tales, sino
centista ya totalmente desgastada por el culto que ahora importa la forma poética y meta
a lo humano y la exagerada obsesión religiosa fórica que se les da con base en una personal
ahora se trata de negar todo tipo de trascen- manera de mezclar diferentes tradiciones cul-
dentalismo. Mientras el estilo renacentista bus turales de Oriente y Occidente y de las cultu-
caba el sosiego, la tranquilidad, la perfección ras prehispánicas.
de la forma, por el contrario, el barroco es algo
inquietante y perturbador. No busca la armo-
nía o la quietud espiritual sino que deliberada- las interpretaciones actuales del barroco
mente provoca la ansiedad y la disarmonía.
¿Se puede decir que lo que motiva esa inquie- Desde hace muchos años, en diversos países
tud es el espíritu de la época? ¿Qué es lo que de América Latina han surgido diferentes ver-
provoca tal sensación contraria al éxtasis? En siones del barroco. Me referiré a algunas de