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Las grietas del orden neoliberal: conflictos politicos y sociales post 2001 MUCHOS», MUNDOS>” ediciones, llustracion de portada: lgnacio Andrés Pardo Vasquez. lNustracion de interior: Maria Paula Avila Castro. Correccién: Agustin Artese. Diagramacién: Esteban Sambucetti. ‘Muchos Mundos Ediciones Instagram. @Muchosmundos_eiciones FB: Muchos Munds Edcones "Mai: muchosmundesedclonas@gmallcom Web: ntps/imuchosmundeseicones wordpress cond LAN LAM. EL L EN =; CEPSAL a ein sore balaiceria de uso compara, es pomiica i copa detibucon exon Y Wt acon dala hata ssiguentceconsiones eczaneccae™ Geese O===0~ [Cas grictas del orden neoliberal: conflctos poliicosy sostales pos 20017 Gerardo ‘valle... [etal ].~ Iaed,- Ciudad AutSnoma de Buenos Aires Muchos Mundos Ediciones; Cérdoba: Fundacién El llano Centro de Estudios Politics y Sociales de América Latina - CEPSAL; Colectivo de Investigacién Elllano en llamas, 2022. 156 p.:22 x 15 em, ISBN 978-987-88-7369-5 1, Revoluciones, 2, Neoliberalismo. 3. Lucha de Clases. DD 303.6 “El neoliberalismo no es solo un slogan, nos llevé la vida”, Tres capturas de la explotacién y de la expropiaci6n en el capitalismo neoliberal de la Argentina post 2001 Gerardo Avalle y Candela de la Vega Hablar de neoliberalismo en Argentina no es simplemente un eslo- gan, un concepto. A nosotros nos levé vida, nos llevo generaciones, nos llevé suefios, nos llevé personas. Impidié que muchos y muchas, no pudieron accéder a un trabajo formal, que no pudieron acceder a la educacién, que no pudieron acceder a la salud. Y esa debe ser la preccupacién. UTEP - Barrios de Pie, entrevista radial, mayo de 2022 Introduccién Los conflictos que protagonizan la paleta de contestacién al capita: lismo neoliberal en América Latina han sido particularmente intensos y variopintos en los tltimos veinte afios. En este marco, partimos desde lo que consideramos un campo complejo, no lineal y diverso de experien- cias de resistencias en Argentina que, como Colectivo, hemos abordado durante los dltimos dieciocho afios: movimientos piqueteros, tomas de tierra, sindicatos, trabajadoras sexuales, carreros, movimientos antiex- tractivistas y ambientalistas, campesinos y feminismos™. A este campo de resistencias le preguntamos: ECémo emerge, se tematiza y expresa la critica a los mecanismos de acumulacién y valorizacién capitalista en las luchas que emergieron des- pués de 2001 hasta el presente? Para quienes miramos las luchas politicas desde la éptica de la eman: cipacién, atender estos relieves de Ia conflictividad nos importa por, al menos, dos razones. En primer lugar, porque la diversidad de sujetos, cescenarios y formas de lucha es el hilo que permite reconocer la multipli- ceacién y combinacién de las contradicciones del capitalismo, sus puntos ciiegos y las maneras en que estos procesos de resistencia lidian con las condiciones que el capitalismo neoliberal logra imponer. Exactamente, os actores fueron abordads en siferantes proyectos inv ‘ads por organismas acaddmcos y de clone, provinsaasy naconaes, desde ol aa 2004 on Suolante.Consttuyen un ample abanice de luehas y mouimantos socal ave conforman un mi ‘moreso corpus de informacion qusha nutrde los rabaos de iwestgaciénpublcacionesy sido Colactvo da nvatigacion "Elana an lamas Las grietas del orden neoliberal en los discursos impugnatorios podemos identificar los efectos de des- igualdad que tiene el modo histérico en que se intogran las formas de ox- propiacién y de explotacién de la acumulacién capitalista. Pero también ‘son esos discursos los que desafian aquellas lecturas del neoliberalismo que lo comprenden como un tiempo de derrota definitiva para el campo subalterno, En segundo lugar, entender al capitalism contemporaneo desde las luchas que se le presentan nos da pistas para identificar y explicar posi bles vias de crisis a una hegemonia neoliberal que, sin duda, debe abar- care intograr heterogéneos paisajes sociales, antagonismos y formacio- nes politicas, En su conjunto, todos estos procesos de resistencia son un punto de referencia crucial para cualquier intento de imaginar futuros alternativos y formas de vida mas equitativas y ecolégicamente soste~ nibles. En este capitulo presentamos un resultado que, anclado en el anali- sis empirico de nuestro corpus de datos, puede ser enunciado de la si- guiente forma: las luchas del escenario politico argentino denuncian que la acumulacién capitalista opera de manera intensa y extensa por fuera de su espacio tradicional de produccién de valor, la relacién salarial. ¥ muestran, ademés, cémo es que, mediante formas expropiatorias, la valorizacidn y acumuulacién capitalista se despliega de manera mas feroz y desigual en los espacios de vida, en los territories y en los cuerpos. En otras palabras, el gran espectro de luchas de los tltimos veinte aos evi- dencia la reconfiguracién del proceso de valorizacién del capital sobre y més alld del trabajo, y en una operatoria hibrida, fragmentada y ubicua entre formas de expropiacién y explotacién. El primer apartado de este capitulo identifica las claves conceptua- les que nos permiten hablar de la acumulacién capitalista a través de las imbricadas dindmicas de explotacién y expropiacién. En el segun- do apartado, avanzamos en el anilisis de estas dos dimensiones que nos permiticron concluir en los resultados que enunciamos arriba: las re-configuraciones de las formas de explotacién y de expropiacién en el pais desde 2001 aesta parte, Presentamos este analisis en tres momen- tos o fotografias, que se corresponden con tres grandes sub-apartados. 1. La acumulaci6n en el capitalismo neoliberal El capitalismo se distingue de otras formas de organizacién socie- tal por su direccionalidad sistémica: la acumuulacién de capital. Bajo ese mandato, no expandirse es morir: “los esfuerzos de todos por satisfa~ cer sus necesidades son indirectos, sometidos a algo distinto que tiene prioridad: el imperative primordial esculpide en un sistema impersonal, la propia tendencia del capital a una expansién sin fin” (Fraser y Jaeggi, 2019:20). Con este motor, y tal como Marx lo ha explicado, el capitalis~ ‘mo no es un sistema que ha operado siempre bajo las mismas relaciones y los mismos espacios, pues, por su misma naturaleza, necesita de una reproduccién ampliada, Se desarrolla como un sistema orgénico toman: 122 “El neoliberalismo no es solo un slogan, nos llevé Ia vida” do las promisas histéricas que hereda y subordina todos los elementos do la sociedad, crea aquellos elementos que aiin le hacen falta a partir de aquella. De esta manera, en el impulso desenfrenado de pasar por en- cima de sus propias barreras llega a tener, historicamente, una proyec- cién de totalidad que no sélo radica en su escala global, sino, como aclara Meiksins Wood, en el sentido de que su I6gica —Ia Idgica de la acumulacién, la mereantili- 2zacién, la maximizacién de las ganancias, la competencia— ha penetrado virtualmente en todos los aspectos de la vida humana y de la naturaleza ‘misma, en formas que no eran ni siquiera ciertas en los denominados paises capitalistas avanzados hasta hace apenas unas dos o tres décadas atrés (2020221), Especialmente desde la década del setenta, y como parte de una es- trategia politica global de clase que dio nacimiento a la hegemonia neo- liberal, las formas de poder capitalista se dispusieron a romper sus propias y previas barreras para reorganizar tanto la produccién de valor, como las formas de vida. Fraser (2020) dice que esta reconfiguracién del proceso de valorizacién del capital lo llevé a posarse con renova- do énfasis y ferocidad justo alli donde tiene lugar Ia reproduccién de la vida y la subsistencia de una masa creciente de la poblacién. En cl mismo sentido, Fisher sentencia que, para el capital, la vida y el trabajo “se volvieron inseparables”, arrojando un cuadro en el que “el capital per: sigue al sujeto hasta cuando esta durmiendo” (2009:43). Lo anterior exige roubicar la acumulacién capitalista no sélo remitién- dose al modelo salarial relativamente predominante en el siglo XX, sino también al mundo de relaciones sociales que, para extensos territorios ¥y sectores sociales, se presentan como esenciales para la subsistencia y la reproduecién de sus condiciones de vida, Para explicar esta visién ampliada de la acumulacién capitalista, Fraser (2020) distingue dos ca- tegorias claves: G2 Mansine Wood (2020) dee que la unverslind del caitaiomo ha sido la promisa depart 4a do ns ardnoas conlusionespoltieas del -postmarism™ io! capitals estan total, no hay ‘lugar para una alternative Al contri, paral poltea smancipatoria la conlusién a exrasr do [a unveraaiéa del catalismo dabe ser le cortrar: la unverealzacion dal captal os también a Unwerslzacién de sus eontradicclonesiherants, que deben sere puna de apoya para cuslque poltearvoluclonaia 103. Enost sentido resulta ntorosante como Harvey reconace que al eaibralamo no const tuys solamontela apleacsn do una sve deconceptos odes, nimuchamenos una ecats aeons 0s ‘también resultado de una atratoga politica dspuosta en unesconare ds entontaionts. "Som pra ratado ol neoliberal como un proyecto polticollavado cabo por lactase captalta ca portiva que sosontiaprafundamente amonazada tanta plea como econdmicaranto hacia fnaas ‘ota leads do 1960 yonloestonta Geran mplantar dosesparacarenta un proyecto poitice que sir rae al poder el trabaja [.] As qu la stuacién gra, n facto, una amenaza lobalalpodsr (ela clae capitalists corporat, por ant, a cusetiSn era ‘aque hacer, La clase comnnant no ‘ra omnsclnte, pore reconocia que habla un nmr de rents an los quotonia que dria bata: ‘ront oll, ! ante poo y, por encima de todo tna que pone rao al poder dl ra0| or todos los mediasa sualeanco. De aqu margiéun proyecto peltco que yo lamar neoliberal mo" Harvey, 2018). 123 Las grietas del orden neoliberal explotacién, os decir, Ia acumulacién y la dominacién capitalista mediada poor una relacién salarial; y ‘expropiacién, la forma de acumulacién que opera de manera constrictiva confiscando capacidades, naturaleza, cuerpos y tiempos, que luego intro duce ineluctablemente en os circuitos de expansién del capital La autora advierte que lejos de representar procesos separados y paralelos, "son aspectos histérica y sistémicamente imbricados y pro: fundamente entrelazados de un tinico sistema-mundo capitalista” (2020:101). En un libro que Fraser publica con Jaeggi (2020), precisan esta imbricacién y explican, tal como lo habia indicado ya Marx, que la, expropiacién fue y sigue siendo la condicién de posibilidad de la explo tacién. Son muchas las voces que —antes de hablar de un desplazamionto del trabajo como lugar privilegiado de la explotacién— aportan a resal- tar la diversificacién y ampliacién de los espacios, objetos y relaciones sociales mercantiles y no mercantiles que son blanco de la acumulacién capitalista (Caffentzis, 2018). Muy citados, Harvey (2007) y O'Con- nor (2001) han contribuido a exponer la manera en que el capitalism para mantener su rentabilidad, recurre a “ajustes témporo-espaciales” en vistas a prorrogar las tendencias a las crisis y la interrupcién del pro- eso de acumulacién. A su vez, los debates latinoamericanos también han aportado a describir la multiplicidad de mecanismos de explotacién capitalistas™, no solo del mundo del trabajo asalariado. Gutiérrez Agui lar (2013) y Gago (2014), por ejemplo, han resaltado que los procesos ‘expropiatorios de la acumulacién capitalista se asocian histéricamento con la practica de la violencia y con guerras abiertamente declaradas ha- cia cuerpos y territorios, y las més de las veces, bajo la garantia —0 en nombre— de instituciones y agentes estatales. En el marco de estas discusiones, y como sugerimos en un trabajo previo (Ciuffolini y de la Vega, 2022), lo que en el presente se nos revela ‘como una nota singular de la operatoria capitalista para producir valor es el entrelazamiento entre expropiacién y explotacién, de manera tal que ambas adquieren formas mas bien hibridas. Esto constituye el principal supuesto tedrico de este trabajo, es decir, que los mecanismos capita- listas de produccién de valor operan a partir de haber disuelto la rigidez ‘oimpermeabilidad de las fronteras entre explotacién y expropiacién y, en consecuencia, ellas se combinan de formas que tienden a ser mas ubicuas y difusas. Es que, en algin momento —por ejemplo, en el mode- 104 Gaferais (2020) rscata ol eoncepto de “multocida del trabsio” pare poder dar events dels malls formas laborales que excede al mundo fabri que de hacho eveeden en espaclas ‘donde sigur sla noma como tal como ol tabs necesata par in eproduccn de los tabs Jadores, el rabale copra, do lo cuidados,l trabao sexual, emocional, de cranza te, 10S _La categoria do “lase-qve-vive-do-trabso del socislogobrasilo Antunes (200), intent6 combat el "aids al proletarado”y dar cuerta da oxstncia ona rogion de una heterogsnes te sujetos, setare (praduclén y creuacin)y formas de trabajo subsumidas y exlatadas por fo eapital a través do restructuracones que combinan vj y nuevas estategas de dominaeén ideal tea “El neoliberalismo no es solo un slogan, nos llevé Ia vida” lo bienestarista—, estos dos mecanismos de acumulacién se pensaron cn disyuncién: situados en diferentes regiones geograficas 0 actuando sobre distintos sectores sociales, o asumiendo que la explotacién la su- fren s6lo sectores trabajadores y la expropiacién recae sobre no trabaja~ dores o pobres. Por el contrario, hoy podemos encontrar poblaciones que son expropiadas y explotadas “en un vaivén sin fin” (Fraser, 2020:111), 0 la explotacién adquiere notas, coberturas o dindmicas tipicamente ox- propiatorias y viceversa. De este modo, el capitalismo neoliberal “explota y expropia en un mismo movimiento a casi todos los individuos” (Fraser, 2020:111-112)"6, Con la guia de lo expuesto hasta aqui, organizamos el an: tando las formas en que las luchas hicieron visibles los desplazamien- tos de la explotacién y la expropiacién de la acumulacién capitalista, en Argentina. Entendemos, en este sentido, que el relate de las expe- riencias de quienes integran las organizaciones en lucha constituye una narrativa que va entramando momentos histéricos, experiencias vitales y aspectos coyunturales que permiten dar cuenta del acoplamiento y desacoplamiento entre los vectores de la accién y las relaciones socia~ les estructurantes de esa accién, Nuestro analisis incorpora como datos secundarios algunos indicadores econémicos que nos hablan de esas condiciones de explotacién (nivel de desempleo/empleo, salario real, costo laboral, actividad econémica, entre otros) y expropiacién (tasa de pobreza, trabajo no registrado, privatizacién/extensién de servicios pu- blicos, politicas sociales de transferencias monetarias). Al combinar la interpretacién de esos indicadores y ponerlos en tensién con las viven- clas y experiencias relatadas en las entrevistas, podemos observar los (des)acoplamientos de esos datos con su presente y, especialmente, con los conflictos que se desatan en el campo subalterno, Ese cuerpo de textos que se ponen a disposicién constituye un archi- vo de mas de ochocientas entravistas realizadas a distintas organizacio~ nes sociales desde el afios 2002 hasta el presente. Algunos fragmentos de ellas se incorporan en este texto, con un cédigo al final que identi fica a la organizacién 0 movimiento social y el afio de su testimonio. El abordaje de las mismas no responde a un andlisis cldsico de un estudio de caso, ni una mirada etnografica sobre cada experiencia. Al contrario, fungen como el conjunto de juegos de lenguaje que permiten reconstruir miiltiples horizontes de sentidos y escenarios posibles del devenir de las luchas y los conflictos. TO5 Una dos emia busca ress Lorey (2016) al describ stuscén no tan féimente distin {ble en os precarosasalariads ot exclidos. Lo hace Harvey (2016) también al rte alos Sospesoidesy nanciarzados oles endoudados quo analiza Lazarat (2013 2015) 107_ Esto os unandlsis similar al que Frasor hace on la escala global Y sofa que al principio fue ‘scumulacin erginaria por axpropiacié,expotacién canal onl sg XIX mibridez an la stana de beneatar ocaptalsme administrado por el estado y nueva hide anf rapa neoliberal, casi un continuo en arte énfasisexpropiatoiobasado nel endoudamonto internacional dls estados, Yl ondeuderionts usurario do ls cudadanos anol marco del captalsmo financiers. 125 Las grietas del orden neoliberal 2. Las reconfiguraciones de la explotacién/ expropiacién Qué movimientos tuvo cada uno de los polos del par explotacién/ expropiacién en el proceso de acumulacién en Argentina en los dltimos veinte afios? éSe extendieron, se contrajeron, se intensificaron 0 suavi- zaron? éCémo esas combinaciones y modulaciones son recogidas en las criticas e impugnaciones de las luchas que estudiamos? A continuacién, mostramos el detalle de estos movimientos en tres. “fotografias’, que pueden corresponderse, no sin relativos solapamien- tos, con tres periodos temporales. Dentro de cada seccién, explicamos las principales formas de la explotacién, de la expropiacién y de los dis~ cursos y eriticas impugnatorias. 21 rafoto Para ol escenario argentino, el momento abierto en diciembre de 2001 se presenta como una crisis politica, institucional y econémica local y regional que afecté a todos los estamentos del poder, asi como expresa un reacomodamiento entre las fracciones dominantes del capital a nivel regional. Como afirmamos en un estudio provio (Avalle, 2009), la matriz financiera y especulativa del modo de produccién de los afios noventa, ‘comenzaria a desplazarse hacia un mayor énfasis en la industria local, la, extraccién de recursos naturales, la renta agricola y los beneficios fisca- les de un tipo de cambio clevado. A partir de los ecos de esta crisis en ol discurso de los sectores on lucha, nos fue posible trazar tanto las formas que adquirieron la explo~ tacién y la expropiacién capitalista durante el decenio previo, como sus modulaciones durante el cimbronazo de 2001-2002. En las préximas dos secciones describimos los movimientos del binomio explotacién/ex- propiacién que se hicieron visible durante la explosién de la crisis. “A gatas terminamos los ‘80, toca remontar de nuevo”. La prime ‘Se contrajo al mostrarse una vertiginosa redue- cign de la extensién de las elaciones salaviales. Se profundizé al interior de las relaciones sala EXPLOTAGION | riales al reducirse los costos del trabajo para el capital, al incrementarse la inestabilidad de los puestos de trabajo y al disminuirla capacidad ad- uisitiva del salaro. ‘Se expandié eobre las formas de eupervivencia de los sectores populares, a través de la subordina- EXPROPIACION | cidn de la capacidad de trabajo reproductive en territorios sociales urbanos. Sa intensificé por ia privatizacién de servicios piblicos 126 “El neoliberalismo no es solo un slogan, nos llevé Ia vida” 2.14. La explotacién: la destruccién y la pérdida del trabajo El aumento del desempleo durante la crisis de 2001-2002 (18,3% en 2001; 21,5% en 2002; 18,5% en 2003, INDEC, CEPAL) delimita una contraccién de la extensién de las relaciones salariales y, en conse- cuencia, una retraccién relativa del mecanismo de explotacién. El relato de dos trabajadores desocupados que figuran abajo expresa cémo se ex- perimentaron los efectos provocados por el desmantelamiento de la es tructura productiva y las reformas laborales implementadas durante los afios noventa en Argentina: vivir en un modelo del cual se tiene la certeza de que ya no hay mas “trabajo” En esas historias personales podemos ver que no solo hablan de si mismos, sino de, al menos, tres generaciones que ya no tienen la expe. riencia del trabajo asalariado: “yo lo he notado, te digo yo tengo una fa~ milia que hay unos que tienen como 30 afios y no han trabajado nunca con eso te lo estoy diciendo todo" (Unién por los Derechos Humanos, N°02, 2005), Tal es la magnitud de esta pérdida, que se registra como una “utopia” el insistir en la bisqueda. Es un problema ya estructural el problema de la desocupacién, es un pro blema que nosotros inclusive vamos a morir todos y va a seguir, va seguir esta gravedad, esta situacién, es un problema ya... que ha calade hondo en la sociedad, y que bueno, quedamos como utépicas éno? Porque nosotros reclamamos trabajo on un modelo que no da trabajo (Goordinadora de Tra- bajadores Desocupados Anibal Verén N°07, 2005). Poro las pocas relaciones salariales que quedaron sufrieron una in- tensificacién de! mecanismo de explotacién (el indice de Empleo se re- dujo entre 2001 y 2002 de 35,8% a 32,8%, INDEC). Con ello, justo en el momento de la crisis de 2001-2002, la explotacién sobre el salario, ‘se contrajo en extensién, pero se intensificé en extraccién de valor. Esto narra un trabajador sindicalizado viendo cémo se dinamitaron aquellas previas y valoradas conquistas obreras. La “politica de destruccién’, tal ‘como lo enuncia el entrevistado, comenzé con el resquebrajamiento de las estructuras de contencién bienestaristas que rodeaban a las rela~ clones salariales pero que, para el capital, las hacian mas costosas. El relato expresa con precisién el funcionamiento de toda la estrategia de asalto a ese mundo del trabajo asalariado en la década anterior: las re~ formas laborales para floxibilizar el tipo de contrataciones y reducir los, costos laborales. La estrategia de reduccién de los costos laborales es- tuvo acompajiada de la desregulacién de las obras sociales, la deslegiti~ macién de las centrales sindicales y la degradacién de la estabilidad del salario —mediante sumas no remunerativas, eliminacién de beneficios, descuento por presentismo, entre otros. Enlos afios noventa, se derogan 32 leyes que protegian derechos y que ha: ban consagrado durante décadas atrés, derechos del trabajador. Y ellos 127 Las grietas del orden neoliberal fueron eémplices de estas derogaciones, y muchos de ellos, de esta central, de esta CGT, tuvieron leg'sladores y EJECUTARON esas leyes. Aparte, fue: ron parte todos dol proceso privatizador, ols avalaron las privatizaciones, fueron en muchos casos duefios de empresas privatizadas, accionistas de las ompresas privatizadas. El toma de las obras sociales cuando se libora- ron, ellos se quedaron con las obras sociales y el gobierno en ese momento 0 la dio a cambio de que sean parte de ese negocio y avalan toda esa poll- tica de destruccién de los derechos laborales (Asaciacién de Trabajadores del Estado, N°01, 2006). Tal como han mastrado sistematicamente los estudios de corte so- ciolégico, la expulsién de la poblacién del mundo asalariado diezmé la capacidad de esa categoria de funcionar como principio organizador de la sociedad (Avalle, 2010; Svampa, 2000). Pero, ademas de ello, ese de- rrumbamiento volvié evidente el propia limite de la raproduccién de la acumulacién capitalista sostenida por la explotacién del trabajo asala- riado. En este sentido, el colapso y la pérdida del “mundo del trabaj fue ei registro de la imposibilidad que enfrenté el capital de seguir re- produciendo las condiciones de empleo que ofrecian ya parcialmente los modelos bienestaristas en el pais'™, La contracara de esta retraccién de las relaciones salariales y de los mecanismos de explotacién debe conducirnos a mirar, como lo indica Fraser (2020), cémo el capital echa mano de renovadas estrategias de expropiacién para gestionar y no detener la acumulacién. En este sen tido, la autora dice que, si las formas de expropiacién son beneficiosas para el capital on tiempos “normales”, lo son atin mas en épocas de cri- sis, Es quo la expropiacién reduce los costos de la produccién y permite explotar de modo atin mds rentable a los “trabajadores libres” (a quienes atin pudieron mantenerse en “ese mundo") porque suministra insumos (a, materias primas) baratos o directamente sin costo. extensién sobre Ia fuerza de reproduccién La légica de expropiacién mostré en los primeros afios del nuevo si- glo una extensién importante sobre las capacidades de supervivencia y reproduccién de los sectores populares. Lo que las investigaciones pre: vias rotularon como un desplazamiento “de la fabrica al barrio"®®, aqui lo concebimos como un movimiento voraz de expropiacién sobre las fuerzas y relaciones que estos sectores habian construido o tuvieron que construir para sobrevivir. Asi es que podemos entender que se traté de una operatoria del capital para descargar los costos y asegurar la repro- {T08_Gome emer severe en un trabajo previo (Calon y dels Vous, 2022), a cliferencia de las conomias dl Nerte Global en Latineaméricacbservamos un earictorrostringdo de las formas fordistas da trabajo y unos process incompletos de salanzacisn que dejaron en es margenes amu Jere comunidades cighaviae, ormales rules yubanos, 109 La fase"éelafébrieaal bara" fuelaexpresin canla que se popuav2den Argentina el proceso de pra cle contaldad da alichaindealy 6 simultanessurgimiont del movimento de desee- patos eno aes noventa (Varela, 2012). 128 “El neoliberalismo no es solo un slogan, nos llevé la vide duccién social sin necesidad de pagar salarios. Recuperamos algunos indicadores para sustentar esta afirmacién. En primer lugar, ol trabajo no registrado, mal remunerado e inestable se torné el principal mecanismo para la subsistencia familiar, asf como la, via disponible para extraer fuerza de trabajo y de supervivencia por fuera, de la relacién salarial (en ascenso desde 1996 con 34,6% hasta 43,8% en 2002, EPH INDEC). En la experiencia de trabajadores desocupados, se trata de un “mundo del trabajo, pero sin trabajo” que ya se venia per. filando asi desde mediados de la década de 1990. La “clase trabajadora” comenzaba a definirse a partir de su condicién de “no trabajo”, con el condimento de que el territorio comenzaba a cobrar fuerza como ele- mento constitutivo (no el salario, no la fabrica). ‘Acé an este barrio en particular que tiene una identidad propia, que todo el mundo se siente de la Villay te dicen “yo soy de a Villa’, que desde afuera se lo ve como “Zona Roja o Peligrosa’, pero acd la gente se siente segura acd nosotros siempre le ponemos por delante la condicién de clase, 2no? Eso sinos une, con la diversidad que hay [.] desde el punto de vista de clase, ja gran mayoria son desocupados, y gente que trabaja en la construccién ose- Fioras que trabajan en casa de familias, digamos. Esencialmente ‘ecupados somos muy pacos (Movimiento Territorial de Liberacié 2008). Hay una neclén de que la gente de todo este barrio no trabala y en realidad, cualquier familia de acd se hace su casa, o sea tiene la experiencia ye saber para hacerse su casa... si tiene que hacerse changuitas de cualquier otra ‘cosa, mecénica, arreglar, pintar, y bueno y las mujeres de lavar, la mayo ria son familias numerosas, no sélo para su casa sino para otras. Un poco les una contradiccién de eso que se dice “Ia cultura del trabajo", qué sé yo, trabajo hay mucho, lo que no hay es trabajo bien pago o trabajo constante (Coordinadora de Trabajadores Oesocupados Anibal Verén, N°OS, 2008), En segundo lugar, la privatizacién de servicios piiblicos durante la d cada previa y a restriccién en el acceso a la tierra y la vivienda (Azpiazu, 2002) constituyé una estrategia que intensified la légica de expropia- ign al forzar la resolucién de esas necesidades en los contextos barria les y comunitarios. En este campo, los relatos de aquella época nos per- miten reconstruir un modo de gestién de la pobreza y de las necesidades de vida de los sectores populares. En el relato de protagonistas de movi mientos de desocupados, la gestién barrial de la supervivencia familiar no fue en primera instancia una eleccién, ni mucho menos un camino revolucionario. Fue la forma de llenar “lo que falta’, “parar la olla”, eso que ni el capital asume, ni el Estado absorbe a través de sus estructuras y servicios piiblicos. En la persistencia temporal a través de los afios, la, gestidn de esa “falta” se volvié parte de la experiencia cotidiana de los sectores populares y no una actividad excepcional. Las copas de leche, 129 Las grietas del orden neoliberal comedores y roperos comunitarios, las huertas urbanas son todas estra- tegias para recroar la supervivencia. Hay pibes que a la mafiana van y toman el desayuno en la escuela, comen en el comedor de la escuela, ala tarde van aa copa de leche, yalanoche pasan poor ol comedor de alguna organizacién para retirar la comida (Movimiento Taresa Rodriguez, N°02, 2005). Nosotros estamos cobrando un plan y tenemos gente a cargo; ahora traba: Jando somos 31 personas que estamos divididas en copa de leche, comador, hhuertas comunitarias todos trabajando y con el movimiento que a nosotros nos parace bien porque nos entimos identificados y trabajamos para no sotros, no trabajamos para un patron més allé de que uno quisiera tener un trabajo mejor y no lo consigue. Ast que bueno estamos trabajando con eso y bueno trabajando con mucha gente viendo qué cosas faltan, haciendo (.-] todas esas cosas que ala gente les hace falta (Barrios de Pie, N°O®, 2008). En tercer lugar, esta extensién de las formas de expropiacién sobre el mundo de la vida y la reproduccién entre los sectores populares no suce- did sin la mediacién estatal. Tal como lo expone uno de los fragmentos de arriba, un indicador de esta mediacién fue la centralidad que adauirieron las politicas asistenciales focalizadas. Por eso nuestro trabajo principal tenia que ver con [..]ineorporar alos compa fieros a alain tipo de trabajo, estamos hablando del momento més duro dela crisis, 2no? en el 2002, donde la nica posibilidad de subsistencia e ingresos ue tenian las familias en el teritorio tenia que ver con los planes sociales y ! tema dol armado y la organizacién de comederos y copas de leche (Barrios de Pie, NO}, 2008) Para el afio 1997, el niimero de programas de desempleo era cercano a los doscientos mil, y habia caido drasticamente durante el gobierno radical de la Alianza, no asi el desempleo, Pero, entre los afios 2002 y 2003, se convirtié en una politica de mayor alcance y cobertura territorial, ascen- diendo a casi dos millones de beneficiarios"®. Aun con este incremento, la falta de eficacia para hacer frente a una pobreza que se acercaba al 40% de la poblacién nos obliga a trascender las tesis que denuncian en esta masificacién un instrumento de reproduccién de una cultura politica clion- telar, de pasivizacién politica y “en contra de una politica del trabajo”. En la légica que proponemos, la masificacién de los planes sociales constituye una compuerta para el avance de la ldgica expropiatoria sobre la fuerza de trabajo desempleada y las capacidades de reproduccién social. Con el correr de la década y en una mirada retrospectiva, podemos ob- servar més claramente cémo este tipo de mediacién del Estado fue central para habilitar, financiar y organizar nuevos sectores y territorios de la acu- ‘TO Decree 165/02: decaracién de a emergoncinIboral y eroacén dl Programa Jef y Jafas i Hogar. 120 “El neoliberalismo no es solo un slogan, nos llevé Ia vida” mulacién: esos nticleos de trabajo barrial fueron presionados permanente- mente para la re-conduecién burocratica de sus demandas en el aparato administrativo, haciendo del Estado un nuevo gran “patrén’, y del capital, un gran usuario subsidiado, Lo que nosotros vemos es que de parte del Estado siempre esté el intento de Institucionalizarnos... Come, por ejemplo... Ells te dan este subsidio para la copa de leche... partir de ahora se llama “Centro infantil” y “Centro de c dado infantil" ..Y te pasan cuando ellos quieren, y te dicen qué tipo de niios tenés que tener y con qué (..) tenés que trabajar...Sos una especie de gestor dol Estado... (risas) Cuando ellos no ponen el lugar, no ponen el esfuerzo, no organizan la gente... Ponen la plata, que ademss no es Ia cantidad de plata que tienen que poner... Pero vos trabajas de acuerdo alos criterios de ellos... Tanta gente... Tantos chicos acé..Tantos chicos acd (Movimiento Teresa Rodriguez, N®01, 2008), Los promramas jefes de hogar, actualmente hay un milldn y medio de bene: ficiarios de los cuales 75 mil aproximadamente estan dentro de lo que son las organizaciones. Estamos hablando del 5%. El otro 95% esta en manos de todos los municipios y los punteros politicos. 0 sea, el Estado es el que més Iaburo en negro genera y después nos acusa a nosotros de que usamos a la gente (Movimiento Teresa Rodriguez, N°02, 2008). Las formas de gestién de la vida que los sectores populares se vieron forzados a inventar tras la implosién de 2001-2002 nos mostré la emer- gencia de una urdimbre de relaciones que el capital no tardé en intentar ccaptar bajo su érbita, arrojando una multiplicidad heterogénea de formas fen que la fuerza de trabajo fue subordinada, Pero, como emerge de las ex- periencias de lucha, son esas fuerzas de trabajo las que, ala vez, se organi- zan,resisten, se desplazan y movilizan. 2.2, “El salario destruido y las rentas extraordinarias, se llevan todo”: disputa por la acumulacién y la redistribucién durante (2003-2015). La se- ‘gunda foto A finales de 2003, la economia argentina comenzé a mostrar indices de recuperacién que se sostuvieron al menos hasta 2008, Esta interrupcién esti en linea con la desaceleracién del crecimiento de la economia mundial y coincidon diversos andlisis (Marquez Covarrubias, 2010; Piketti, 2014; Gallo, 2017) que el afio 2008 representa un quiebre en la dindmica global de acumulacién capitalista™ que, en sus efectos, mostré las claves de la matriz de acumulacién hasta ese momento: la deuda externa como princi- pal dispositive de (des)regulacién de los mercados, la financiarizacién del sistema mundial, el agotamiento dela matriz energética clasica y ladepen- Tit SepGn os dates que presenta Gallo (2017), antre 2010 y 2015 el praductebruto mundial se Ineremanté aun promo anual dl 3.9%. Para América ating yelCavibe'acifaes de 3% Sega ‘CEPAL (2022), a region Iatinoamericana pass de toner tas de erecimanto del PBI que pssaron Se '5,9% anual en 2004 y 56% on 2007, para aor al 18% on 2008, 131 Las grietas del orden neoliberal dencia de los recursos naturales de los paises del Sur. En el escenario nacional hay cierto consenso sobre la dindmica econé- mica y politica que inicia en la salida de la crisis de 2001 —que podemos ubicar entre 2003-2004— y que se extiende hasta finales de 2015, cua do no solo cambia la direccién politica del gobierno nacional, sino también se reconfigura el modo de acumulacién local, En este periode podemos hablar de dos fases macroeconémicas: una de crecimiento y otra de es- tancamiento, Pero, ademés, también existe consenso respecto del signo extractivo del crecimiento econémico, periodo que permite hablar de una nuevo ciclo extractivo-exportador basado en 8) Ia conversién de bienes comunes en mercaneias;b) la explatacién inten- siva de grandes volimenes de recursos naturales a un ritmo acelerada in- compatible con los tiempos de reposicidn de a naturaleza;c) el escaso 0 nulo arado de procesamients local, regional y/o nacional de dichos bienes; y d) la ‘exportacién de materias primas para abastecor la industria y/o el consumo de los paises centrales, generando en el proceso rentas extraordinarias mayori~ tariamente captadas por agentes externos (émez-Lende, 2016:85). En este contexto, lo que mostramos a continuacién son nuevos reaco: modamientos del par expropiacién/explotacién: ‘Se expandlé temporalmante enive 2003 y 2008, al volvo f encontrar en las relaciones salavales y en la recuparacié {el empico formal un terreno férti Pero, con posteririéad £2008, ol crecimiento de relaciones asslariadse se detiene EXPLOTACIGN | los ivele alcanzados se mantienen con importantes media ciones estatale, Pero ademas, ee vueiven visible das mo! dulaciones singular al period ia fragmentaciin sectoral y territorial de as condiciones de! trabajo acalariado y su hi bridacién hacia rlaciones salarales desprovistas de cert proteccionss y derechos. ‘Se extandié sobre la tierra y la naturaleza, acompafiado po 19s altos precios internacionales de Ins commoditios. EXPROPIACION | S# estabilizé y adquiré notas hibrides al give cobre Ia {uorzas y rlaciones do supervivencia de las poblacionos po fularee, como una experianca confisestors amplificada o i9¢ modios do vida 2.2.1.La explotacién: fragmentacién y desigualdad salarial y territorial Desde la segunda mitad del 2002, la recuperacién de la actividad ‘econémica se extendié con marcada intensidad al menos hasta 2008: Ia economia tuvo siete afios de crecimiento sostenido del PBI a tasas promedio del 8-9% anual, con un rol protagénico de las actividades in- dustriales (Groisman, 2010). Pero, desde 2008 hasta 2016, ol PBI cre- cié a un ritmo significativamente inferior: entre 2010 y 2018, lo hizo en promedio un 2,9% anual, con un pico del 10,4% en 2010 y un minimo del 132 “El neoliberalismo no es solo un slogan, nos llevé Ia vida” -2,6% en 2014, para experimentar un leve crecimiento de un 2,4% en 2015 Gallo, 2017). Durante la primera fase, existieron variaciones muy favorables en las tasas de desempleo y empleo. Siguiendo a Weisbrot y Sandoval (2007), el desempleo cayé desde un 21,5% durante el primer semestre de 2002 hasta el 9,6% en el primer semestre de 2007, La tasa de empleo (la re- lacién entre ocupades y la poblacién total) aumenté de 32,8% a 43,4% durante el mismo periodo. La cantidad de aportantes al sistema integra do de seguridad social del pais pasé de poco menos de cinco millones. de aportantes en 2002 a acho millones en 2008 (Mendizabal, 2011)". ‘Ademés, el salario real promedio se incrementé 17% entre 2003 y 2008 (Wainer, 2018). Esto nos permite hablar de un movimiento de amplia- cién de las relaciones salariales y consecuentemente de la dindmica de coxplotacién. Siguiendo a Wainer (2018), los principales ganadores de esta exten- sién de la acumulacién via la explotacién fueron el capital productivo y comercial orientado al mercado interno. La recuperacién del uso de la capacidad instalada de la industria (lo que evitaba inversiones de capital fijo adicional) motorizaron este impulso de extensién de la explotacién del salario. Por el contrario, “entre las fracciones capitalistas mas perju dicadas en esta etapa se encontraban el capital financiero y las empre~ sas de servicios publicos privatizadas” (Wainer, 2018:228). El principal sector “empleador” de esta ctapa fue la burguesia industrial, pero ad- vierte el mismo autor que si bien contaba con la presencia de algunos destacados miembros de los grupos econémicos locales, se encontraba mucho mas extranjerizada que en la década anterior. Con posterioridad a 2008, este impulso amplificador de las relacio- nes salariales se ralentiz6. Por un lado, la desocupacién apenas descen- dig de 7,3% en 2008 a 6,6% en 2015 (Wainer, 2018). En la mirada de Neffa (2018), las politicas activas de empleo —especialmente imple- mentadas a nivel nacional entre 2011 y 2015— dirigidas a los sectores ms vulnerables, especialmente los jévenes, contribuyeron a frenar las subas del desempleo, pero no a disminuirlo. ‘Ante la ralentizacién de la generacién de nuevos empleos, la disputa por la distribucién de la renta estuvo asociada alos incrementos salaria~ les promovidos fuertemente por las organizaciones sindicales mediante la negociacién de los convenios colectivos de trabajo. Y, si miramos la intensidad de los mecanismos de explotacién cn los indicadores del sa~ lario real, los movimientos tampoco son unidireccionales. Con posteriori- dad a la crisis de 2001, la devaluacién dejé muy deprimidos a los salarios medidos en délares. Si bien el salario real recupera en 2006 los niveles de 2001 (Neffa, 2012), y alcanza una mejora del 17% durante el periodo 2003-2008 en relacién a 2001, a partir de entonces y hasta 2015 el TI2_ Nosrefernesal Sstoma intorado do Juilacionesy Paneione (SILP) institu en 19% nella un égimen preisional pbc yun regimen previiona privade based sobralacaptalz inaidua y quo exists hasta 2008, cuando ge dspusolaunifieasén en un dno régimnprevssonl ible inanciado por un régimen slidaio de repart (SIPA), 133 Las grietas del orden neoliberal incremento es menor, solo de 4,4% (Wainer, 2018). El indicador que si mostré erecimientos sustantivos fue el Salario Minimo Vital y Mévil"?, que se encontraba inalterado por ley desde 1993: con posterioridad a 2001 tuvo varios aumentos por decreto hasta que se convocs el Consejo Nacional del Salario, registrando un incremento estimado en délares del 89% hasta fines de 2009 (Neffa, 2012) Si la generacién de empleo ha sido positiva en términos agregados en el perfodo 2003-2015 ~en el pais hay mas de tres millones de nue vos ocupados y casi un millén menos de desempleados—, la extensién dol empleo no fue homogénea para todos los sectores sociales ni para todos los territorios del pafs™. Entonces, en el escenario de salida de la, crisis del 2001-2002, una de las modulaciones mas evidentes de la ex: plotacién es la fragmentacién dela poblacién asalariada. Algunos indi- ‘adores pueden enumerarse: la brecha salarial entre hombres y mujeres se sostuvo™; las distancias relativamente mas favorables para aquellos trabajadores asalariados con convenio colectivo y cldusulas de aumen- tos por inflacién; el acceso a las nuevas relaciones salariales estuvo mas restringido para familias con menores ingrasos o con menor calificacién y educacién"; y, finalmente, la extensién del empleo se concentré terri- torialmente en el pais en la region pampeana y el Gran Buenos Aires, co rrespondiéndose con la histérica concentracion de la poblacién en estas Ahora bien, paralelamente a esta fragmentacién de las relaciones sa- lariales, se produce una intensificacién particular de la explotacién del salario, a partir de la introduccién de una forma de hibridacién: una for- ma de pago a la fuerza de trabajo desprovista de las protecciones cla sicas —“derechos"—, tal como es denunciado por las luchas. El tipo de ‘empleo que comienza a convivir con el empleo registrado es aquel que, sibien contempla un ingreso, no contiene aportes previsionales © cober- tura médica, es por tiempo indeterminado y las condiciones de contra- {Tote macanisms astablace al minimo que se debe abonar por un trabajo regltrado de ocho horas. Elvalr fit beneiciaprinciplmonte aos sectores ques encuentran por fra de os eon ‘voros colectwos acordados por os singicatos yempleadores, que suolenubearse on las oscalas més bias de ramunerain, 114 EINOA ylaropién Metropolitana tuviaron manor crecimiento que CuyeyNEA, la Patagonia fue lque mestrSlos mayresreistts (Neff 2072). 15 Ls argos mejor remuneragos sguero sendo ocupadosprincoalmete or vara, l gual ‘qe empleosinduatals mientras que el rubrofereine Iderabalosemlos de sericiny asi toncia (Crue y Gaspari 2008) 16 Groieman (2010) demuestra qua, para el peiedo 2004-2007, los hogares con menares ro- curses no lograren mejorar su partepacién olatva on ol acceso alos bonafcos do la expansion ‘scondmicayquelainastablidedaborl las fuctuscones de ingrsos fueron mas slevadasoncsoe hhgares Ee dec ate sector no scoedi al mercado formal de trabajo, Asu ve, el etude de Maro (2018) advierte que no seinromentaron as oportundadeslaboraesdelas sector sociales menos calfendos TIT "Laregién pampeanay ol Gran Buenos Aires isrutan de las menor asa de dasomolcedes- a qu los dato fueron dosagragados sop egén por primera vera modi de os noventa Por Supuesto, amb regones cantiniansoportand tae de desemplee mucho mae sla que resto elas Mario, 2058:29), 134 “El neoliberalismo no es solo un slogan, nos llevé Ia vida” tacién distan de aquellas que conforman un puesto estable. A diferencia de los afios noventa, ahora se generan empleos, incluso se alcanzan los niveles hist6ricos de empleo privado registrado, pero las condiciones de los mismos no vuelven a tener la misma calidad de aquellos que ofrecia el modelo de bienestar. Fn los noventa, el mundo del trabajo fue expulsi- vo; en esta etapa, por el contrario, vuelve a incluir, pero lo hace de formas fragmentadas y multiples. Por ello, los indices de subempleo, trabajo precario (monotributistas y auténomos) encontraron un piso alrededor del 34% a mediados del ciclo econémico, que tuvo una fuerte resistencia, ala baja! En los extractos de entrevistas que siguen, correspondientes a los, afios 2006, 2007 y 2010, trabajadores/as sindicalizados/as narran c6mo experimentan este nuevo matiz de la explotacién. De este lado, de los ampleados, se ve la parte més fea de la Administracién, ro te respetan tus derechos, te avasallan tanto funcionarios como compa: fieros y en lo que pueden negarte o impedirte para que cumplas con tu de- recho, lo hacen. Eramos muchos contratados (en 1999-2001), a muchos de ‘mis compafieros los echaron sin causa algunos y estén en juicio con la Mu ricipalidad (Sindicato Unién Obreros Empleados Municipales, N°O1, 2007), ‘Todas las formas de trabajo en negro que se te pusdan ocurrir: los contra 105, os tutores, ol pian “Fines”, que es el plan de finalizacién del secundatio.. el otro, que es el "Fines 2" es el Proyecto 1417, que es un plan de estudiar como un bachillerato a distancia en donde la precarizacién laboral es impre~ sionante, No hay una sola de las cuestiones que e2 planteen en donde haya otra.cosa que no sea trabajo lteralmente en negro (Unién de Educadores de la Provincia de Cérdoba, N°14, 2010) Sogiin los relatos, la “destruccién” que se dispuso sobre el mundo del trabajo asalariado habia sido tan sistemtica y perdurable durante la dé- cada previa que, aun cuando ahora se registren nuevas vias de acceso, es tan presentes aires de continuidad, Las demandas por la “recomposicién salarial" la “recuperacién del poder adquisitivo" o la denuncia de las con- diciones “basura” de las relaciones laborales son indicadores de algo atin irrecuperable y, por lo tanto, de que el mecanismo de explotacién salarial alcanzé cualitativamente una nueva modulacién que vino a quedarse. TTB” clamps prado to regia desslende ys stalin ahededer del 39% dead fa 2013, ago de lean 88,2 en 2002 en 2008 lala dfs 200 y estaba on real menoshasta 200 (GerninderyGorzslez 2020), Nef sala quel merce able delos wabalaores cantatas ura ‘2elpaiogrchrentasocaractaznpor"wabaacores con contatos de uacin pr tempo nderarnnado (CO); pr tempo detained oa la fo (C20); wabjadores conratados madiant gencia d secs ‘ntl y tabiadres no ogra” (201218). eleln al empleo pbc, teuendo a Fernder Goraiee (2017 desde 2001 cmviven on la Adrinsacin PibleaNacieal We ‘ratacn, con mal aracorte de pracariedad al contato de lant paranent lta trantora (ambséncanaca camo ley mare’) los larades"cortatado” usa Seunlo que facturan sus sons como rabadoes independents, ya sen on forma dest see oe rite pla, 0mestant agin ergaisme interraionaloalgba niversidad nacional 135 Las grietas del orden neoliberal Mird, hoy el pais esta enmarcado en toda una serie de luchas por el tema salarial, como tema central y el pase a planta de todos los contratados y terminar con todos los contratos basura, digamos.[.] El salario nuestro es consecuencia de todas las medidas de ajuste que se aplicaron on la dltima ddécada, donde obviamente nos redujeron nuestro poder adquisitivo y otros sectores han hecho tremendas y hacen gananeias, Por dar un ejemplo, en el ato 1974 0 1975, los trabajadores participabamos en la MITAD, en ei 50% de la ronta que producia el pats. Hoy participamos on el 23%, 0 sea hemos perdido mas de la mitad, a consecuencia de todos estos alustes. [.] cree: ‘mas que lo central hoy es recuperar todo ese poder adquisitive perdido, que hay recursos. Hoy la Argentina tiene los mismos recursos econémicos que hace 30 afios atrde, produce las mismas riquezas y hay sectores que estén haciendo plata de forma realmente escandalosa. Por ponerte un ejemplo, ‘acd en Cérdoba una hectirea en la zona sur de la provincia en el afio 2001, valia 1000 pesos lahectarea o 1000 délares, hay sale 4000 délaresu 11000 pesos... sea que se multiplicé por dos el valor, pero paga el mismo impuos- to que aquelia época. Y son los que se quejan de las retenciones, porque les retionon el 10% (Asociacién de Trabajadores del Estado, N°O1, 2006), Los coletazos que la crisis internacional de 2008-2009 tuvo en el pais —en la reduccidn de exportaciones y la merma de los niveles de produccién— obligaron a que los niveles de empleo aleanzados debieran ahora ser sostenidos a partir de la intervencién publica. Aqui, la asisten- cia estatal" fue necesaria para pagar salarios privados ante jos intentos preventivos de empresas de suspender, licenciar 0 despedir personal. En ose marco so reactiva el programa REPRO ( “reconversién producti- va"), a partir del cual el Estado se hizo cargo de una parte del salario del ‘empleado a cambio de que la empresa garantice el puesto™®. Lo mismo ‘ocurrié con nuevas estrategias de promocién del empleo que reducian las contribuciones patronales en caso de que las empresas contratasen nuevos empleados sin reducir la planta. ‘A fines de 2008 y en consonancia con el comienzo de lacrisis internacional, comenzé a incrementarse el nlimero de adnesiones (22.000 trabajadores y 448 establecimientos) y, en 2009, superada la peor etapa de la crisis, 6 programa alcanzé a 140.000 trabajadores pertenecientes a2.700 estabie- cimientos, cambio que llustra la decisién del Estado de intervenir con firme: zaatravés de este instrument (Neffa, 2012:13) {79 Moratara provisional, programa de recupeacién productive (Repro) (Cal y Cima, 2015) recuperacin dels fondos ubatros, estatizacién de VEF (Wainer, 2018), A finales del 2008, a ‘sconomia argentina quad on el quintopuosto dentro do los paises ave integran ol G20, sondo una Galas pocasquologra un crecimiento delP8l racial gastopublcoymantenimionte dlos supers ‘ita faa! y comercial (ArbitoFnancera Enel af dela crisis. 22-03-2070), Hacaal nda ciclo rehnorit, en un contexte debs de os preio internacionales de oshirorarburos, ote aspecto relovanto fe el sbsio estat a las compafias petolras, an de mantaner sl empleo en ol sector. 120_ElPlande Recuperacién producti (Repro) consist on unaporte de hasta ol 50% dl slario al wabsjador siempre quoro super al Salar Minimo, Vitaly Maul da apreximadente 6 moss, ‘condllén da que ia empresa mantonga | puesto de taba ypague s rests hata cuban su {otaidad ol salaracorespondienteal puesta del convenio colectve de rabso, 1368 “El neoliberalismo no es solo un slogan, nos llevé Ia vida” Al mismo tiempo y can el mismo objetivo, se fortalecié la actuacién dol Programa de Trabajo Autogestionado (PTA) que asistia a los trabaja- dores de empresas recuperadas, que, para el aio 2013, contaba con una cobertura del 98% del sector, segtin el Ministerio de Trabajo (Nogueira, 2020). La intermediacién estatal, por un lado, sostuvo el empleo privado con el REPRO, y por el otro, sostuvo, a través del PTA, el cuentapropismo, cooperativas y empresas recuperadas. Entre 2008 y 2016, finalmente, al frenar la generacién de empleo privado, seria el empleo puiblico el que traccione el crecimiento econémico. Como sefialan Fernandez y Gonz lez, en 2008-2015, con un crecimiento econémico menor y més oscilante, las tasas de crecimiento del emplec disminuyeron y se invirtieran: mientras el ‘empleo privade se expandié al1,5% anual, la planta de empleados del sector pUblico crecié al 4,5% anual como resultado de la incorporacién de nuevos agentes estatales y dela regularizacién de empleados que estaban contra tados sin relacién de dependencia (2017:53). 2.2.2. La expropiacién: hibridacién y estabilizacin sobre la reproduccién social, y avance voraz sobre los territorios Entre 2003 y 2015, la ldgica expropiatoria exhibe dos caracteristi- ‘eas 0 movimientos: por un lado, se consolidan formas hibridas de expro- piacién sobre la fuerza de trabajo no asalariada de sectores populares y sobre sus redes de organizaciones bartiales urbanas, lo que obliga a ‘empezar a pensarlas mas alld del horizonte de la excepcionalidad 0 de la crisis. Por otro lado, se instauran nuevos impulsos de expropiacién de territorios urbanos y no urbanos que son tan intensos, que las poblacio- nes los viven desde la experiencia de un despojo amplificado, “se llevan todo”. Explicamos a continuacién ambas modulaciones. Si, en el periode de mayor crecimiento econémico, 2003-2008, la masa de asalariados no crecié significativamente entre los hogares de las clases populares, resulta esperable que sea este el terreno donde se asenté la dinémica de expropiacién sobre aquella forma de trabajo no sujeto a relaciones mercantiles, pero si generadora de valor. En la medi- da en que el trabajo entre estos sectores tiene un fuerte componente de trabajo de reproduccién social, lo anterior resulta en que estas tareas no son asumidas como costo por el capital, pero si sostenida parcialmente por el Estado, Ya desde mediados de la década de 2010, la gestién de las necesidades de reproduccién social (obtencién de ingresos, asisten- cia alimentaria, de salud y educacién) se caracterizaban por expandirse desde estructuras y redes de actores y organizaciones territoriales con mayor grado de desarrollo y consolidacién que en 2001. Hacia alli se di- rigié una bateria de politicas piblicas que puso el ojo en esas tareas de reproduccién social, que se desarrollaban en un horizonte relativamente més estable que en 2001 Dos intervenciones de politica publica, on forma de transferoncia do ingresos monetarios, fueron los principales vectores que produjeron una hibridizacién de estas formas de trabajo no salarial de los sectores po. 137 Las grietas del orden neoliberal pulares urbanos. En primer lugar, una serie de programas se anuncia~ ron como vias de “promocién de empleo" la creacién de cooperativas y trabajos comunitarios de mantenimiento y la incorporacién intensiva, de mano de obra no calificada para la ejecucién de proyectos de obra publica, especialmente la destinada a infraestructura social’. Ninguno de las y los trabajadores ineorporados en estos programas gozaba de los derechos y coberturas sociales asociadas al salario. La famosa distincién entre “empleo” y “trabajo” se produce aqui como forma de ordenar el modo en que se enmarcaron estas realidades. En segundo lugar, una serie do politicas sociales también fueron vec- tores de hibridacién de la expropiacién. Nos referimos a la creacién de la, Asignacién Universal por Hijo (AUH), en 2009, que dispuso la extensién y universalizacién del pago de una asignacién familiar por hijo a secto- res que no se encontraban ocupados en el mercado formal. Siguiendo a Mario, Rosa y Garcia (2013) la AUH profundizé el cambio de paradigma en términos de politicas sociales inaugurado por las moratorias jubila~ torias y el Plan de Inclusién Previsional en 2004 —iniciativas que per- mitieron acceder a una jubilacién a aquellas personas que no contaban con los aportes suficientes para poder hacerlo. Si bien la AUH buscaba equilibrar el derecho de recibir una suma de dinero que tenian los hijos « hijas de trabajadores formales con los hijos e hijas de trabajadores no formales, en las condiciones universales de su implementacién —y en los requisitos de continuidad para los beneficiarios (escolarizacién y control médico de nitios y nifias)— se advierte mas bien un funcionamiento des: anclado del mundo contractual salarial Considerando que en este period la tasa de pobreza'** seredujo con- siderablemente en poco tiempo —del 41,4% durante ol primer semestre de 2002 al16,3% en el primer semestre de 2007, lejos de estar ligadas alos periodos de crisis 0 ala salida a esos momentos, la ldgica de expro- piacién comenzé a funcionar de manera muy efectiva en un periodo de estabilizacién. En este marco, el territorio barrial se constituye ya no solo ‘como un espacio de contencién o de refugio, sino como un lugar desde el cual se organiza un modo mas o menos estable de expropiacién del tra~ bajo de los sectores populares, orientado principalmente a la reproduc cién colectiva. Ante estos sentidos de estabilizacién y “seguridad”, nos preguntamos éson formas de trabajo los planes y programas de empleo? "Si", asegura el testimonio de abajo, aunque sea un trabajo “sin sueldo”. £0 lo son porque estabilizan y fijan en los imaginarios una “promesa de un futuro trabajo"? Esto es lo que recuperamos de algunos testimonios, ER2: 0 sea, lo que vos haces acé en esta organizacién, 2para vos es un trabajo? TAY Nosrolormon al Plan Progresa apn Argontina Teta Ells Hacen, ol Plan Farias ool plan venes pr Mis y Mejor Tabao 122. Los proyectos do ora pi rastruct ter tones con altos indices de NB y dacempen que roquiere Intensive de mane de obra na calficada 123. Larelacién entre al nimere de hogarespobrs yl total hogar. 138, toenolieay un uso “El neoliberalismo no es solo un slogan, nos llevé Ia vida” £0: seguro, si ER2: Aunque ne cobres un sueldo. EO: ¥ no, mird, ye hace dos afios que estoy cobrando un subside y hace cua tro aos que tengo la copa de leche. Y marchaba...F iba a hacer los cortes, ¢ iba aed, ba alléy nada... Y eso le hacfa ver ala gente, yo ne estaba cobrando nada yluchaba por todos, por TODO. Por el aumento, por..Qué sé yo, ponele por.. TODO, Hasta que la gente decia “no, tiene razén MTLO4, luchemos y uchemos”. Yo hace dos afios que estoy cobrando el plan y hace cuatro que tengo la copa de leche. As{ que yo antes tenfala copa de leche y no cobraba nada. ¥ nunca me interesé cobrar nada, nada mas que yo me anoté porque ‘me dice mi maride “anétate, porque esto os seguro’. Y buono, ya que es so- uro, Bienvenido sea. (Movimiento Territorial de Liberacién, N°04, 2008). Las chicas me dijeron “esto no es un plan, es un programa”. Es como que a vos te dan algo para que VOS puedas capacitarte y erecer come persona, {8 lo que me explicaban acé, Porque, por ejemplo, un pian social te da plata, pero no... Para hacer nada, digamos. En cambio, acd te dan plata para que puedas seguir tus estudios, para que puedas seguir capaciténdote, para que puedas adquirir un trabajo y, bueno, después corre por cuenta tuya, eéme vas a seguir ono. Es el nico programa que conozco asi, porque los otros son planes, digamos... Pero me parocié bastante buono, interesante, digamos. Y que est bueno que te incentiven para seguir estudiando y puedas seguir avanzando y que te den algo, para que HAGAS algo, no para que vayas a cobrar como son los planes sociales (Joven programa Mas y Mejor Trabajo Cérdoba, N°04, 2012). La légica expropiatoria también avanzé on la confiscacién de territo- rios, urbanos y no urbanos. En el period 2002-2015, el agronegocio en general (con énfasis en la soja), la pesca maritima y la mineriametalifera, forman parte del nucleo duro de la matriz primario extractiva-exporta~ dora argentina, que explica casi el 60% de la insercién del pais en el mer- cado mundial (Gémez-Lende, 2019). Las bases juridicas e instituciona- les de esta matriz que fueron implementadas durante la década previa permanecieron intactas y rompieron casi medio siglo de tradicién mer- cado-internista, traccionado por ol abandono del sistema de la paridad nominal monetaria entre el délar estadounidense y el peso argentino, por la creciente demanda de la economia china y por el alza de los precios de las commodities. El sector agropecuario argentino, que en la década de 1990 se habia convertido en uno de los mas desregulados del mundo (Teubal y Rodri- ‘guez, 2002), presenté una nota escandalosa en este periodo: la frontera agricola se expandié aceleradamente. La superficie cultivada de soja cre- ‘clé de manera exponencial impulsada por la incorporacién de tecnologia yllaintroduccién de variedades transgénicas de semillas que permitieron larealizacién de hasta dos cosechas anuales (Villegas Guzman, 2013) ‘2E_En Argortna a producin do sola transgnica pasé do 15 milloas do toneladas on 1998 a ‘mis 6050 miler iadas on 2008 (Wahrony Barr 2010). Esta procoso se ntanifid on los ‘Sgulncas ais maciante una vloz expansin de os cutive transgéncospara 20 la superficie 139 Las grietas del orden neoliberal Ello ocurrié a expensas de la ganaderia (masiva liquidacién de vientres, retraccién del 4rea pecuaria, reduecién del hato ganadero y el nimero de tambos) y de los cultivos tradicionales pampeanos (avena, cebada, alpiste, mijo, lino, trigo, girasol) y extrapampeanos (catia de azticar, al- godén), cuya superficie retrocedié significativamente (Gémez-Lende, 2019; Fernandez, Krysa y Ortega, 2016). La “sojizacién” del centro y norte del pais modificé la geografia del territorio® y expuso una de las notas mas evidentes de la expropiacién: la amplificacién de vulnerabilidades a partir del despojo de los medios de vida. Gomez-Lende enuncia algunas de estas vulnerabilidades, endeudamiento financiero de pequefios y medianos productores; masivos remates e hipotecas bancarias; avasallamiento de derechos politicos y so ciales debido a la usurpacién violenta de tierras; arrinconamiento, expulsién yasesinato de pequefios agricultores capitalistas, campesinos y aborigenes: doforestacién de bosques nativos, con tasas anuales de desmonte muy su periores a a media mundial; erecientes niveles de erosién, emisién de gases Invernadero, pérdida de biodiversidad y expoliacién de nutrientes edéficos y recursos hidricos; aumento de la frecuencia y gravedad de inundaciones, aludes y destizamientos; proliferacién de nacimientos con malformaciones y patologias respiratorias, digestivas, endocrinas, neurolégicas, reproducti- vas y oncol6gicas asociadas a las furnigaciones con agrotéxicos (2018:S)). En el caso de la poblacién campesina, el avance sobre las superficies cultivables ubicé a los pequefios productores ante la dificil situacién de tener que abandonar los campos que habitaban desde hacia décadas al no poder hacer frente a las nuevas condiciones en que se desarrollaba la produccién, profundizande un proceso de despoblamiento de la rura~ lidad que ya habia comenzado en los afios sesenta (Strata Fernéndez y Rios Carmendado, 2010; Sili, 2019). Por ejemplo, para un campesino de la provincia de Cérdoba —donde, como presenta el capitulo de Sac- cucci y Reinoso, el proceso de produccién sojera en la provincia pasé de una superficie sembrada de 1.901.300 hectéreas en 1996 a 5.579.530 hectdreas en el 2016—, lo que aparece marcadamente enunciado en su relato os el “engafo”, la irrupcién inesperada, el saqueo o la quita, y de iobal leanzd 160 rllonos doo sient {Seoane, 2012). 125. Fominder, krysa y Ortega lo oxplican con carded “La evlucin de es precios internacona- las en la primera cada del ilo XXI ~en ausencla da pollen estetalestendentess modifica ‘sta road ha poteneado an mis ast proces, queen est ase des dasarali incorpo rusva cimensi:e corrimionto de sus limites hacia fuera de laregién pampoana;coneretame hacia el norte del pas. Praviamerta, el naramento an la produccion sojara se habia exrasado en letraces de dreaganadera (en especial en la "2ora mixta” deia region pampeana), asf coma de ‘tos eultvesextonsvos de menor rentabided relativa, El avance sobre tettores no pampeancs aparece come partcularmonts disrupt, dado que produce medifcaciones anol mado ambiente Sobre lac quo vitualmnte no se eaizaninginestusio previo; ademas da que, sando que la pobla- ‘hn eampesna de esta eas cuenta con pacos recurs y pee la terra en condiciones de mayor precarieded uri toma de eras por part de os concentadores tne expresionas de arena Woloncia” (2016748), roa con un crocion Ge BE respecte do 2010 140 “El neoliberalismo no es solo un slogan, nos llevé Ia vida” manera més fuerte, la “muerte”. ¥ en el extremo de esta amplificacién, el registro de la expropiacién se consuma como una expropiacién total, que “compromete todo y a todos’, “los gringos mataron todo”. En la misma Ii- nea, dice un luchador en contra de la instalacién de la empresa Monsanto en la localidad de Malvinas Argentinas: “Monsanto cruza todo” 'No, nadie sabia lo que eta la soja. Soja ni trigo. Y después ya empezaron a venirse, venirse y probaron unos campos de acé vecinos con soja y dio buen resultado y as ge vino uno, se viniaron dos, empezaron a venir, empezaron a arrendar, meterse a campos. Y acd la gente, a algunos nos engafiaban, otros les alquilaban, otros les compraban. [..] Empezaron a valer y valer, y este hombre vino [J y las engaié alas vijitas esas porque no es otra cosa. [.] quorfan vender, hicioron una declaratoria, no sabiamos de la doclaratoria de herederos que tienen ellas, siendo que nosotros estabamos adentro, todo. Y venden [..] y les habian dojado unas moneditas no més, monaditas. Que fue a Elcano y compré unas pastillas y ya se queds seca [.] Después se vino cl problema con nosotros, esta gente ya se vino con topadoras usurpando, voleando alambre, pero yo sé que el campo lo pagaron engaftando a esa po: bre gente también inocente con monedas, MONEDAS. Cuando vinieron los srringos mataron todo (Movimiento Campesino de Cérdoba, N°03, 2010). Hay compafieros que creen que la lucha contra Monsanto termina en Mal vinas y hay otro grupo de vecinos que no lo entiende asi. Yo porque vivo ahi si quiaro que se vaya de ahi, paro, mi raciocinio me esté diciendo que si se va de ahi, épor qué tengo que dejar que se vaya a otro lado? va a molestar 2 otros vecinos. Que se vaya de Malvinas y que se vaya de Cérdoba y que con a fuerza de todas que se pueda ir de la Argentina, y del mundo. Porque estamos todos comprometides, porque Monsanto cruza todo: espiritual, a bora, judicial hasta biolégicamente (Asambiea Malvinas Lucha por la Vida, 1°01, 2015). La presién sobre la tierra también tuvo su expresién urbana (Avila Castro y Reinoso, 2079). En las grandes ciudades argentinas, la apro- placién de la tierra urbana por parte de los grandes desarrollistas inmo- biliarios provocé una revalorizacién significativa de esos espacios e in- crementé la rentabilidad del capital (Ferrero, 2018). El crecimiento del sector constructor/inmobiliario y de la agroindustria en el pafs debe ser entendide como un proceso de dependencia, mas que una mera coinci- dencia, Se trata de una estrategia de “refugiar en ladrillos” las ganancias obtenidas del sector agrario, por lo cual, el desarrollo del sector esté di- rectamente atado alos rindes de las cosechas. En su contraparte, los sectores populares vieron profundizar su si- tuacién vulnerable al observar el constante incremento dal valor de los inmuebles y los alquileres. Las tomas de tierra, en este marco, se mues: tran como el proceso sintomatico de esta dindmica expropiatoria sobre cl territorio. Y decimos sintomatico porque la expresién de la toma y las condiciones de vida que suponen sostener un proceso de esa magnitud 141 Las grietas del orden neoliberal denuncia una situacién limite, la posibilidad de una vida sin techo o un lugar donde vivir. Nuovamente, la experiencia de la expropiacién es tan angustiante y totalizadora que, dice el primer fragmento de abajo “no so lo deseo a nadie’ Porque vos sabés que vivir en aqui, en casa de madera es feo vivir ast. ¥ a veces se te meten las viboras, sete meten un bicho y no podés vivir. eso yo no se la deseo a nadie (Toma Cabildo, N°O1, 2012). Habia un campo de setenta hectéreas, o sea, atrés de ese centro comunita- rio hay setenta hectéreas. O sea, se vefa todo un campo asi que un tiempo atrés se plantaba soja, después se dejé de plantar, y habfa partes en que parecfa un basural, otra que en otra parte estaba a cancha comunitaria. En- tonces, Bueno, come que todo el crecimiento natural del barrio topaba con fese campo que, bueno, ahi, no, no se sabia de quién era digamos. Entonces sedecidié, Bueno, ampezar a ver cémo se podia solucionar la situacién dela vivienda y se decid la toma de esas tierras un da. [... As{pasaron muchos. meses, con mucha, eh, digamos muchas presiones, sabre todo de la policia, y de una corporacién inmobiliaria que ha hecho los primeros countries de (Cérdoba, que tiene digamas muchos negociados inmobiliarios (Toma Cabil- do, N°04, 2012), Elavance de la expropiacién sobre el territario tuvo otro capitulo en la actividad minera metalifera. Con escaso desarrollo en décadas previas, la exploracién minera en Argentina se incrementé casi un 300% entre 2003 y 2008 (Secretaria de Mineria, 2009). En el mismo sentido, “las exportaciones provenientes de mineras y canteras de los paises del MER- COSUR ampliado (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay) pasaron del orden de los 20.000 millones de dlares en 2004, aun pico de mas de 58.000 millones en 2008” (Gudynas, 2011:78). En todas las provincias donde la actividad se desarrollé con mayor nivel (San Juan, Jujuy, Catamarca y Santa Cruz), el saldo socioecondmico y ambiental del boom minero ha sido devastador. Y ello se recoge en el repudio que las asambleas ambientales que activaron incesantemente el pulso de la, conflictividad social. El sistema capitalista en el que estamos inmersos se sustenta en una con: copcién de ‘naturaloza inagotablo’ on la cual los biones naturales se con- vierten en mercancia. Expropian y usurpan nuestras tierras, contaminan nuestros ros, fuentes de vida, arrasan con nuestros bosques y nuestra po- sibilidad de vivir de manera autosuficiente. Alambran nuestro futuro, el del pueblo; nos afslan de nuestro contexte natural haciéndonos perder la capa Cidad de sentiry valorar la naturaleza por s{ misma (Asambleas Ciudadanas: Riojanas, 2008), La vida de nuestras comunidades esté en manos de las luchas por los to- rritorios. La crisis mundial se llama capitalism. [..] Asi nacio la Union de ae “El neoliberalismo no es solo un slogan, nos llevé Ia vida” ‘Asambloas Cludadanas (UAC) on el aie 2006, on clara oposicién al madelo textractivo y defendiendo el terrtorio de la avanzada de la megamineria | fracking, los agrot6xicos, la energia nuclear, las pasteras, los desmontes, ol acaparamiento de acuiferos y humedales, la contaminacién urbana, el des control inmobiliario y una larga lista de tantas otras formas de violencia so- bre el ser humano y a naturaleza (Asambleas Ciudadanas Riojanas, 2016). Las caracteristicas confiscatorias dirigidas hacia los territorios se ex: tendieron hacia todo el proceso de vida social: se extrae valor y se canaliza la riqueza hacia los circuitos de acumulacién del capital, pero los impulsos més violentos de este proceso —que nunca dejaron de recurrir de manera variopinta al uso de la fuerza— se desprenden de esa tendencia totalizante. Mediante la expropiacién, el capital tiende no solo a llevarse la tierra, “se lleva todo", se lleva expectativas, desees, espacios y redes de colaboracién ysupervivencia, 2.3. En las dos pandemias, la acumulacién no para. Latercera foto A finales de 2015 se produjo una recomposicién del bloque de poder en Argentina, accediendo la alianza electoral de Cambiemos al gobierno, una coalicién de partidos de centro y de derecha que promovieron significativas modificaciones en la dinémica de acumulacién y transferencia de recursos hacia los sectores mas concentrados del capital. Palmisano, Wahren y Ha~ dad resumen un panorama general de este periodo. Laliberacién del mercado cambiario supuso una devaluacién continua del peso argontine y un severe proceso inflacionario que sumé casi 280 puntos entre diciembre de 2018 y diciembre de 2019. En paraleo, se produjo un aumento considerable del endeudamiento pablice pasando de representar el 52,6% do! Producto Interno Bruto (PIB) en 2015 al 90,2% en 2015. Estos procesos coin cidieron con una retraccién del PIB del 4,07% entre 2015 y 2019, y un incre ‘mento considerable de la poblaciSn debajo de la linea de la pobreza que pasé do! 30% en 2016 al 40,8% on 2019 (2021-2). Sobre este escenario desolador se montard, luego, la crisis mundial del COVID-19 y un nuevo cambio de la conduccién del gobierno en manos de la alianza peronista Frente de Todxs. En 2019, el triunfo del Frente de Todxs anticipaba una posible modificacién de las relaciones de fuerza y, con ello, ‘expectativas de un cambio de rumbo en el patrén de acumulacién. Pero la interrupcién de la pandemia del COVID-19 obligé al incipiente gobierno a implementar una serie de medidas que, ante una inminente e inevitable im- pacto de la crisis sanitaria en la dindmica econémica argentina, intentaron ‘esquivar un revival de una crisis similar a la de! 2001. En términos generales podemos decir que la dindmica de acumulacién enesta etapa —con final abierto aun—, se caracteriza por los siguientes mo: vimientos de la explotacién y la expropiacién: 3 Las grietas del orden neoliberal ‘Se Intensifies a opararreducclones en ol costa sari paral capital a partir de 1) minar la capacidad ecqu sitiva del salario yeisminucién del salar ral; 2) man= toner y expandir ia multipieidad de formas fexibias de . contratacién; y 8) entorpecer el ejrcico de derechos EXPLOTACION —_| sindicaes. acia finales do 2019, proviamente a la irrupcién do la pandomia, se identifica un descenso relative do la fextensin dela ralacioneslaboralesasalariadas, com: palado de una confictividad reciente. Durante la pan: cdomia, ol desconso os més pronunciado. Una fuerza arrasadora dela dinémlca expropiatoriaso- | bre loe euerpas y os teritaice, tanto an au extensin EXPROPIACION | como en su intensidad. Si bien los afas de pandemia ropresentan una inflown, ia sald ala evisiesanitaria sucede a costa de un resto sn precedentes de niveles exnerencias de desigualcc. 2.3.1. La explotacién en su etapa ofensiva: “no hay bolsillo que aguante’ ‘Como lo expresa claramente Wainer, la etapa liderada por el gobier- no de Cambiemos, “se trata de una ofensiva general del capital sobre el trabajo” (2018:325). Es que, a pesar de las resistencias sindicales que lograron evitar parcialmente reformas mas estructurales, la intensifica- cién de la explotacién sobre el mundo asalariado fue sistematicamente impulsada desde el inicio del gobierno macrista, principalmente a través de la caida del costo salarial. Esto se logré a partir de una serie de refor- mas normativas que modificaron las modalidades de contratacién, los juicios laborales y el tiempo y modalidad de empleo dela poblacién joven. ‘A saber: la reforma tributaria en 2017, ley 27430 que impuso una fuer- te rebaja de contribuciones patronales y otros impuestes y una transfe- rencia directa de recursos desde la seguridad social a las empresas; se promovieron cléusulas de aumentos salariales por productividad en los convenios colectivos, suspensién de items no remunerativos y de pre- sentismo laboral; prérroga de la edad jubilatoria mediante la ley de re~ forma previsional 27426 en 2017; la ley 27349 de “Apoyo al Capital Em- prendedor’, también de 2017, que promovis la creacién de empresas en veinticuatro horas (Sociedades Simplificadas), que pueden desarrollar todas sus transaceiones online y generar contrataciones de empleados sin responsabilidad laboral sobre los mismos. Estas innovaciones aplicadas sobre el mundo del trabajo funcionan ‘como rendijas por donde lograron deslizarse nuevos nichos para la ex- plotacién. Es que este marco regulatorio habilité la llogada de las em- presas cominmente conocidas como de “plataformas” (Mercado Libre, lguanafix) de oferta y contratacién de servicios (Zolvers) y cadeteria 144 “El neoliberalismo no es solo un slogan, nos llevé Ia vida” (Uber, Pedidos, Rappi, Glovo), que emplean a “emprendedores” y mo- notributistas, no asumen ningdn riesgo laboral y fijan unilateralmente ol valor dal trabajo, utilizan los recursos de los trabajadores para la realiza- cién de los trabajos para los que son contratados y desregulan el tiempo de trabajo generando la necesidad de estar siempre conectados y des- cansando en la ldgica del home office (Kaplan, 2019; Alfieri, 2020; Orso, 2019; Ugarte, 2020; Scasserra, 2019). Lo anterior se vio reforzado a través de una sistematica disminucién del poder adquisitivo de los ingresos de todos los sectores trabajadores. Tres estrategias confluyen a este efecto. La primera, ol freno a las con~ vocatorias para la negociacién del Salario Minimo Vital y Mévil (SMVM) que sirve de referencia para los salarios que se encuentran fuera de los convenios colectivos. Por otro lado, el entorpecimiento a las demandas de aumento salarial por parte de los sindicados mediante la persecucién de sus dirigentes. Palmisano y Teubal sefialan que “el ingreso popular més afectado fue el SMVM que para enero de 2019 se encontraba 40 puntos por debajo de Ia inflacién” (2020:174) y, como sefiala Amico, “en setiembre de 2019 era 30% mas bajo que en enero de 2016 en términos reales” (2020:64-65), colocando a la participacién del salario en el in- greso 8 puntos por debajo de su maximo histérico (2015), dejandolo en niveles similares a 2008, En un comunicado de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA ‘Auténoma) queda expresada claramente esta situacién: Lalicuacin del salario de los trabajadores ha tenido una magnitud que solo puede compararse con aquelia que ee produjo come consecuencia de las frandes crisis de fines de los aiios ochenta y del afo 2001 [en este marco, aun] e8 posible preguntarse, céme todavia costienen representantes patro- rales, que el problema de la economia argentina se origina en sus altos cos- tos laborales, sean estos salariales o no salariales, En otras palabras, luego cde una reduccién de casi el 50% del valor del salario en délares parece ditiil soguir insistiondo en que ol ajuste dobe ser atin mayor (Comunicado CTA ‘Auténoma Cérdaba, 21-09-2018). La segunda estrategia consistié en la combinacién de inflacién y re- duccién de subsidios alos servicios publicos. Varesi indica que “el deno minado ‘tarifazo’ implicé una quita de subsidios al consumo y un aumen- to de precio de los servicios, cuyos impactos rondaran inicialmente ol 100% para el transporte publico, entre el 300% y el 500% en las tarif de gas, un 375% la de agua, y en energia eléctrica llegé hasta el 500% (2018:18), Solo en 2016 la inflacién anual aumenté a 41% ese mismo afio y la devaluacién de la moneda local fue de 60%, ‘Un comunicado de la CTA Auténoma de Cérdoba expresaba que se trata de un nuevo atentado contra el poder adquisitivo de los trabajado: ree que sufren el constante aumento del costo de vida via una inflacin galo- pante, el aumento incesante de los combustibles y los sucesivos tarifazos de tenergfa, gas, agua y transporte. Asino hay bolsillo que aguante (31-10-2018), 5 Las grietas del orden neoliberal Y Ia tercora, la desestabilizacién del tipo de cambio, que disminuye notablemente el costo de produccién para el capital extranjero que pro- duce en pesos nacionales y exporta en délares, afectando directamente elnivel de salarios medidos en délares. Ello no fue posible, sino mediante acuerdos con el propio Estado, a través de “golpes de mercado” que producen el mismo efecto cambiario: la devaluacién de la moneda. Los capitales especulativos aprovechan las altas tasas de interés on pesos para hacer una diferencia con el actual tipo de cambio, luego convierten la moneda y presionan nuevamente el tipo de cambio. Cerca del final del periodo de Cambiomos, el asconso de las tasas de desempleo mostraba mas bien una reduceién relativa de la extensién de la légica de explotacién sobre el salario, pero no de su intensidad. Como sefialan Reartes y Pérez (2018:46), a tasa de desempleo en 2015 fue del 6,5%, y, en 2017, se ubieé en 8,4%. Pero, ya hacia fines do 2018, fen un contexto de fuerte contraccién de la actividad econémica, la des- ccupacién pasé al 9,1% (Gonzélez y Fernéndez, 2019:5) y al 9,7% en el tercer trimestre de 2018 (INDEC), Una breve revisién de los titulares de la prensa digital retrata un nivel reciente de conflictividad en las principales ciudades de Gérdoba, en el marco del aumento del desempleo, de los despidos, del cierre de fabricas, las reducciones salariales, y arepresién de la protesta y persecucién sin” dical:"Despidos on la planta cordobesa de Georgalos" (Indymodia, 31-8- 18), “Cierra cadena de supermercados cordobesa y despide 63 emplea- dos” (Indymedia, 15-11-18); “Cérdoba: Peligran 34 puestos de trabajo fen Estancia EI Rosario” (Indymedia, 5-01-19), “Flexibilizacién Laboral SMATA acordé con Renault bajar los salarios para no perder empleos” (Indymedia, 15-7-18), *Despidos antisindicales on Editorial Tribuna de Ro Tercero, Gérdoba” (Indymedia, 5-7-19), “Trabajadores de Estancia EI Rosario tomaron la planta de aifajores” (Indymedia, 22-4-19), “Fiat érdoba: “El sindicato cumple un rol policial dentro de ia fabrica” (Indy- media, 1-4-19),“Allanan Luz y Fuerza Cérdoba en pleno conflicto con el gobierno” (Indymedia, 17-8-18), “Cérdoba: Cierre y despidos en Acerfor” (indymedia, 13-3-19). El aislamiento proventivo por la crisis sanitaria profundizé la retrac- cién econémica iniciada en 2018, dando por tierra cualquier expectativa de aumento del empleo. El riesgo de despidos masivos llevé a desplogar una serie de politicas de contencién. Por un lado, se dispuso la prohi- bicién de dospidos™ y la doble indemnizacién'™, lo que supondria una transferencia de ingrosos al sector asalariado en un momento de inacti- vidad de la produccién. El Estado nacional también regulé la ampliacién de seguros de desempleo™ y dictaminé asignaciones compensatorias al salario para algunos sectores del trabajo (trabajadores de la salud, fuer- zas de seguridad, otc.)"*. Simulténeamente, se activaron una serie de ‘as DNU329/2020. 127 oNU 34/2019 58/2020. 128, Resolcién 260/2020 dal Mnistorio de Trabo,Emsleoy Seguridad Sci 129, Dacretos 58/2020, 96/2020, 308/2020, 310/2020, entre otros 146 “El neoliberalismo no es solo un slogan, nos llevé Ia vida” subsidios al capital, de modo de mantener los puestos de trabajo asa~ lariado existentes. El Programa de Asistencia al Trabajo y la Produccién (ATP), un subsidio al salario donde ol Estado se hizo cargo de abonar los sueldos de las empresas, fue la politica estrella. También se activaron eréditos a tasa cero para monotributistas, y subsidios para pequefias y medianas empresas. No obstante todo ello, las relaciones salariales su- frieron una retraccién general durante 2020: el desempleo fue del 10,4% en el primer trimestre, 13,1 en el segundo, 11,7% en el tercero y 11% en el ‘cuarto; para descender al 7% en 2021, y al 6,9% en el segundo trimestre de 2022 (INDEC). La intensidad de la ldgica de la explotacién se profundizé con la sis- tematica disminucién del poder adquisitivo del salario registrado. Asi, en diciembre de 2019 el salario promedio se ubicaba casi 15% por debajo dol nivel de 2015” (Gonzalez y Garriga, 2020:2). La inflacién, uno de los principales expoliadores del salario, se vio contanida principalmente por la retraccién del consumo, el congelamiento de tarifas de servicios publi- 0s y el freno general de la produccién y el control de precios, observan- dose un valor de 53,8% en 2018 y 36,1% en 2020 (INDEC). Sin embargo, mecanismos como el SMVM comenzaron a verse desactualizados. Aun cuando recién a finales de 2021 comenzaron a recuperarse los niveles de ‘empleo y de actividad econémica (Ia tasa de empleo ascendid a 43,6% en el cuarto trimestre de 2021, nivel que no se aleanzaba desde 2016, y la actividad econémica registré un crecimiento de 10,3% durante el afio, frente a una caida del 9,9% en 2020, INDEC), el salario seguiria todavia estancado (el salario real cayé 2% en 2020, sumado ala caida del 17,5% que acumulé entre 2018 y 2019, y recién en 2021 logré una recuperacién cercana al 2%, INDEC). Ante un escenario de incipiente recuperacién econémica y de reac tivacién de la circulacién, se avecinaba una renovada puja distributiva y apropiacién de renta nacional. Existieron dos claros momentos en los cuales se dio un salto hacia abajo en materia de participacién de las remuneraciones: por un lado, con la crisis de 2018-2078 y la pérdida de poder adquisitivo de los salarios; por otro, en 2021 con el crecimiento econémico pospandemia, dado que la masa sala rial no acompafé la recuperacién econémica y el excedente empresario sf se acrecenté significativamente. Asi, la participacién de la rermuneracién al trabajo asalariado pasé de representar 51,8% del valor agregado en 2016 a 46,19 en 2019 y a 43,1% en 2021 (Gonzalez y Garriga, 2022:17). A finales de 2021, [6]I mantenimionto de un bajo nivel salarial implica que el proceso de recu- peracién se haya dado con un marcado empeoramiento en la distribucién del in- reso, que profundizé el aue ya habia tenido lugar durante la administracién de Cambiemos. La participacién de las remuneraciones en el valor agregado, que cera de 61,8% en 2016, pasé al 46,1% en 2018 y descendié al 43,1% en 2021, Ach fen los iltimos afios puede computarse una transferencia de ingresos desde los, 147 Las grietas del orden neoliberal asalariados hacia ol capital de $ 7,7 billones, que equivalen al 46% de Ia masa salarialy al 19,5% del valor agregado de 2021 (Gonzalez y Garriga, 2022:2). En este marco, algunos indicadores muestran un escenario preocu- pante: ingresos retraidos (0 devaluados) ¢ inflacién creciente pareciera ser la dindmica de la explotacién actual. Si bien se dio un leve aumento de la masa asalariada y una sostenida disminucién del desempleo, los mismos son de baja calidad y baja remuneracién. Pero este escenario dista de ser una novediad local, ya que esta estrategia se viene advirtien- do desde la instauracién do los gobiernos conservadores en la rogién, ‘como sucedié en Colombia, Brasil, Chile, entre otros, al igual que se est observando en las economias europeas, y que la actual dirigencia local atin no ha logrado revertir. 2.3.2, La expropiacién: “sobre todo, visibilizamos que somos esen- ciales” Entre 2016 y 2021 la dindmica expropiatoria profundizé las carac- teristicas que tenia en el periodo anterior. Por un lado, se reproducen © institucionalizan las formas hibridas de expropiacién sobre la fuerza de trabajo entre sectores populares y sobre sus redes de organizaciones ba’ rriales urbanas. Por otro lado, se intensifican y extienden los impulsos de ‘oxpropiacién de territorios urbanos y no urbanos. Explicamos a conti- nuacién ambas modulaciones. La dindmica de expropiacién sobre las capacidades de supervivencia de los sectores populares se expandié y se profundizé nuevamente. Una combinacién entre ol aumento de la pobreza, la inflacién y el subempleo y empleo precario fueron los vectores de esta intensificacién de la ex- propiacién: ; . “Tras aumentos progresivos constantes, la pobreza en el pais alcanzé la marca més alta de la década en diciembre de 2019: 40,8% de la pobla- cién (dieciséis millones de personas), segiin la medicién del Observato- rio de la Deuda Social Argentina (Bonfiglio, 2020). La variacién anual del indice nacional de precios al consumidor, se- gin la CEPAL (2022), pasé del 8% en 201 al 54% en 2019. El sub-rubro alimentos y bebidas muestra un comportamiento similar pero mas sen- sible y una suba un tanto mayor: partiendo de una variacién interanual —en diciembre de 2017— de 20,4%, pasé a 58,3% en febrero de 2019 (Ortale y Santos, 2020). -Segtin el Observatorio de la Deuda Social Argentina (2020), el subempleo inestable pasé del 15% en 2018 al 20% en el 2019, afio previo ala pandemia. En 2019, las situaciones de subempleo y empleo precario caracterizaban a mas del 65% de la poblacién econémicamente activa de los hogares con niveles de ingresos bajo y muy bajo. Antes de asala- riados 0 desocupados, estos hogares son trabajadores precarios. Este movimiento de la expropiacién se experimenté en los territo- rios uranos come una fuerza frente a la cual se levanta la “contencién" desde la organizacién popular. “Somos esenciales” es ol registro de la 1438 “El neoliberalismo no es solo un slogan, nos llevé Ia vida” expropiacién, porque todas las fuerzas y relaciones que posibilitaron la, supervivencia de estos sectores no fueron asumidas por el capital, y muy escuetamente lo fueron por el Estado™” Exigimos la urgente sancién de la Emergencia Alimentaria La inflacin im: parable en el precio de la canasta bisica de alimentos hace que en los barrios las familias no podamos hacer mas de una comida diaria y los comedores de rnuestras organizaciones tienen que contener el avance del hambre, que cada dia se profundiza mas ante la crisis social ylaboral que se vive (Comunicado UTEP Cérdoba, 2019). Este afio nos encontramos en un contexto particular, sallendo de una pan- demia que profundizé los problemas sociales que venimos denunciando hhace tiempo. No bajamos los brazos y estuvimos presentes en nuestros ba- rrios, cuidando, alimentando, informande, construyendo, reciclande, costu- rando elementos sanitarios, produciendo alimentos sanos y, por sobre todo, Visibilizando que somos esenciales (Comunicado UTEP Cérdoba, 2021). En este contexto critica, dos notas caracterizan la modulacién de la expropiacién en el periodo 2015-2019. Por un lado, un movimiento de hibridacién a partir de la creacién en 2015 de un programa de transfe~ rencia de ingresos llamada Salario Social Complementario™". Nombrar como “salario” a un programa de transferencia monetaria tiene varios matices. Leido desde las luchas y organizaciones populares, esto fue significado como una victoria al reconocer la magnitud y permanencia dal trabajo no registrado ni asalariado de un amplio sector social que, en ‘estos afios, comenzé a llamarse a si mismo como “economia popular”. Como la define Gago, una masa heterogénea de condiciones de traba- jo que, aunque cominmente caracterizadas como “informales/ilegales/ precarias” (2014:96), expresan una crisis mucho mas profunda y global cn la que el salario ya no puede seguir siendo la dimensién privilegiada para identificar ni los procesos de extraccién y valorizacién capitalista, ni las condiciones de supervivencia de las amplias mayorias, ni tampoco de sus procesos de lucha y resistencia, Creo que es un reconocimiento a todas esas tareas que generalmente las lle- vvan a cabo las mujeres, que nunca han sida reconacidas como trabajo (..) trabajo que hacen las compafieras histéricamente en los comedores desde ‘muchisimas afos, por primera vez, esté reconocido, Entonces, en ese sentido, ‘me parece que s como importante eno? El mismo laburo que hacemos las ‘mujeres en nuestras casas que no esté reconocido, se pone en tela de discu- 730. Una moda inde, aunque temporal yoxcepcona, ue ol Ingres Fala de Emergoncia (QFE), un sogure social para absjadors no asalaiados qua hablan vst afactades ss ingasos do ‘ido aslamiontosocialy ol igatora.Eigobieme real wes pagos dal FE (enveabrly septembre 142020), aleanzando.a 9 milones de personas 131 sees implamenta tra la prreoga daly nacional de Emergence Socal 27200, on diombre 2016, a9 Las grietas del orden neoliberal sidn y, todo esto, agravado por las crisis econdmicas. No sé, i a lo major no existieran los comedores populares, estaria todo mucho més estallado, Todo ros va empujando a las discusiones politicas de si es trabajo, sino es trabajo (Encuentro de Organizaciones-Casa Comunidad 2020). En Argentina hay catorce millones de personas que no han podido acceder a su trabajo formal, los sectores privados no ofrecen o no terminan de ofrecer tampoco la cantidad de trabajo que se necesita en Argentina para resolver problema laboral camo nosotros antes lo entendiamos. En los afios setenta, bajaban grandes columnas de Sitrac-Sitram de Renault. Hoy Ins columnas que bajan de vecinos y vecinos son pobres: son de San Roque, son de Las violotas, son Yapeyi. Personas que se han auto inventado un trabalo, personas que, 8 través de una Cooporativa, de una unidad productiva, de una panaderia, de una carsinter’a, de la huerca azroecoléica, ha podido resolver un problema laboral do trabajo y han llevado dignidad y es0 es Ia economia popular. La economia po- pular viene a poner en debate un sistema econémico capitalista que ha excluido a clentos de miles no solamente on nuestro pais sino en el mundo y viene poner en discusién a economia (UTEP - Barrios de Pie, 2022). Pero el Salario Social Complementario también puede constituir otra, forma de hibridacién entre las formas expropiatorias y de explotacién. ‘Su creacién y su mantenimiento, al menos hasta el cierre de este cay tulo, representé la institucionalizacién del trabajo precario que desem- pefian las organizaciones territoriales como condicién para garantizar la vida y la reproduccién en los sectores populares, al mismo tiempo que se reconoce la imposibilidad estructural de esos sectores de incorporarse al mundo del trabajo asalariado. El trabajo en el marco de la economia po- ular se abre ahora como el Ambito donde sucede “al problema laboral” de los sectores populares, como dice el testimonio de arriba. El problema del trabajo ya no puede ser codificado en términos del salario 0 del tra- bajo “cémo nosotros antes lo entendiamos”, en el presente se organiza fen torno al concepto de economia popular como plataforma critica de la acumulacién capitalista. La segunda modulacién de la expropiacién sobre el trabajo operé a través de un incremento del endeudamiento de las familias de sectores populares. Entre 2013 y 2019, y con base a datos de la EPH de INDEC, un informe del Ministerio de Desarrollo Social de Nacién y la Universidad Nacional de San Martin (2022) registré un incremento de las familias que tomaron erédito y que, ademas, se desprendieron de activos del ho- gar (utilizacién de ahorros 0 venta de bienes) ™: 19,4% en 2013 y 27.4% en 2019. La intermediacién financiera fue, en este marco, una estrategia clave del capital para acrecentar la acumulacién que no requirié producir y generar empleo, sino aprovechar el escenario pro mercado para expo- liar los recursos de la poblacién, En otro orden, como proponen a Svampa y Viale (2017), el gobierno de Macri avanzé sobre varios frentes para permitir o flexibilizar la expro- T9Z_ SeinctyenTassiguente skuaciones: pi préstamosafailares oamigoabanco fran lors; ol consumo en cuotas con tarjetas de crédito ya comoraal fide con beta 150 “El neoliberalismo no es solo un slogan, nos llevé Ia vida” piacién y valorizacién de los bienes naturales. Luego, en medio de res trigciones externas a causa de la crisis sanitaria, el gobierno de la alianza peronista no modificé este rumbo. La dindmica de la actividad minera petrolera, metalifera y del complejo agroexportador dan cuenta de ello. Desde la crisis del petréleo de 1973, en pocos Ambitos la reorgani- zacién de los procesos de extraccién y produccién ha sido tan “exitoss ‘como en la industria hidrocarburifera, de la mano del desarrollo de la ciencia y la tecnologia aplicadas a geologias mas complejas que las tra: dicionales. Come explican Vertiz et. al. (2019), el cardcter “estratégics que habitualmente se los atribuye al petréico y al gas oculta que, en los hechos, son un “subsidio termodindmico” (energético) para la explota- cién de la fuerza de trabajo y la apropiacién de la naturaleza, En su capitulo argentino, y ante los limites de los yacimientos tradicio- nales més productives y la ereciente escasez de divisas en la economia, a en 2012 la recuperacién del control estatal de YPF se asumié como ‘estratégica” para la extraccién de los hidrocarburos no convencionales (HINC) en la formacién geolégica de Vaca Muerta. En este momento, fue el Estado o| que buseé desarrollar la produccién hidrocarburifera que los capitales privados no estaban posibilitados o dispuestos a emprender, no solo para sostener la reproduccién del ciclo econémico sino también para revertir la tendencia a la crisis de balanza de pagos (Vértiz etal., 2019). Luogo, el gobierno de Macri continué con el subsidio a la activi- dad de extraccién petrolera que haba comenzado en 2014", as{ como avanzé en 2017 con un convenio de flexibilizacién laboral para impulsar las inversiones privadas'. En 2019, el gobierno de Alberto Fernandez no cambié este rumbo y ol yacimiento ha sido desde entonces uno de los ejes de la politica oficial de promocién de las inversiones extranjeras ylocales Enla urgencia del agotamiento y la inviabilidad de la acumulacién capita- lista basadaen un paradigma energético fésil,ellitio sea tornado un insumo critico para cl almacenamiento de energia en un paradigma tecno-productivo (post) fésil cuya voracidad se consolida a laluz de la pandemia del COVID-19 Glipak y Argento, 2022), En 2015, el gobierno de Cambiemnos eliminé las ya ‘exiguas retenciones ala explotacién minera y, como expone Fornillo (2018), cen ese aio, ol pais fue el que mas crecié en produccién de litio en todo el mundo y le valié el tercer lugar en el podio global, apenas por debajo de Aus: tralia y de Chile. Al igual que otras empresas mineras metaliferas, las empre~ ‘sas que extraen litio operan de la misma forma expropiatoria: exportan todo al litio extraido; utiizan agua que no abonan de manera directa; contaminan T3S_Enie 2014 y 2015, Gobierno nacional implements un esquera de tranferencias al sector nent a atenuar el impacto dela cae dl pracio mundial de etl sobre los nivele de act ‘dad versiones 134 Elacuordo de Vacs Muertaagrega una aden (anon) al Convena Colectvade Teabao (CCT) doles potrolres que extraigan recursos no convencionales, El nuove conven liiné ls horas ta so on manos de ls empresasla decision de enar In actividad ante vents fuerte, asicomo di ana a eguacn da lo tures ya reduetén deos amos muerto para mers productvdad Fuente: tps cronsta.com/economia- patie) Mar ema-conwenio-de-Vaca- Muets srarkeprimorafeb izcion-laboral20170110-O052.hl 151 Las grietas del orden neoliberal suelos y cursos de agua y no son penalizadas por ello'®; implementan técni- ‘cas de extraccién cuyas patentes dominan e instrumentan de modo privado y confidencial; y lejos estan de considerar la participacién de las comunida- des en las ganancias y decisiones sobre el territori. Completan este mapa de la expropiacién los cambios en el modelo agroexportador, que, sin sorpresas, mantuvo tanto su concentracién como su sensibilidad a cualquier reforma en la politica de rotenciones. El gobierno de Cambiemos, disminuyé entre 2015 y 2018 las retenciones a las expor taciones de la soja y, luego, en marzo de 2020, el gobierno de Fernandez cestablecié una suba'” y aprobé ol cultive del trigo transgénico, BH4"° resis- tente al glufosinato de amonio, un herbicida mas t6xico que el glifosato. En medio de una escalada del proceso inflacionario y vencimientos de compro misos de deuda externa, en 2022, el Gobierno implementé por un mes un tipo de cambio diferenciado para la exportacién de soja, medida que se acer- ‘ca mucho a la eliminacién de las retenciones, pedido central de los sectores concentrados del agro™®, El proceso directo de despojo de tierras tuvo también un vector impor- tante, Por la via del decreto™, en 2016 fue modificada la ley nacional de Tie- rras Rurales que establecia imitaciones a la tenencia de tierras por parte de extranjeros. Constantino (2018) considera que en la gestién del gobierno de Macri se pueden identificar algunos cambios respecte a la politica en torno ala extranjerizacién de tierras, pero que no representan un gira respecto de los que se venia haciendo, sino mas bien se trata de la eliminacién de las con- tradicciones presentes durante la gestin anterior en esta materia. Ademés de la modificacién de a ley, se anulé un convenio del aio 2013 entre el Mini terio de Defensa y el Instituto Nacional de Tecnologia Agropecuaria (INTA) para que ol Estado produjese sobre tierras puiblicas propiedad del Ejército. ‘Como consecuencia, desde 2016, se arrendaron més tierras a grandes em- T85_ Por caso, on septiembre de 2015, ona mina Velaro, provincia de San Juan prada er la ‘omprasacanadionse Barrick Gal y soginconsta on el expedient jul," oodua la rotura de Una dee valle de venteo en el cculto PLS (pis de lnviacén) To que orasiané el derame de Un milén setenta y dos mi ltros de soiveié canarada[-] hacia elo Potrerlos hasta legal 0 ‘chal. Fuente: htos:twwwanred.erg/2021/09/16/a-cals-anos-c-poordasaste-ambital-m= narod argontina-continua-Impune/ 135. En2018 so clminaron as ratencionos paral ig, mai ral, on nea con una promesa de tampa Laojatodsl26% a1 30% y apart de 2018 fue taand 05% por men lana 26% ‘agosto de exe afi, Sn embargo en sopiembre de 201, tra la fueres devalusciones que hbo fn marzo agosto de ee af, ee modi el sstma provsramento hast ines do 2018 187 Por drat el pocentalederetencn para los eranos de trigoy maiz se queden 12%, para strasol bald al 5% y paral soja aument al 39% Est aumento al 39% de otenconos se determine ‘So para los que axportan més de .000 tonsladas (un 25% dels sroductores, seg el ands ‘ica, mientras qe paralos de menor producléniasetenciones se mantendian en 3020 Incluso bara los dean menor prodicein (e eas0 és boneficiss)baarfan al 20% 138 Resolueén 27/2022 del Ministerio de Aiur 139 Atravé del decrato576/2022, 15 de septiembre att en vigenia al Programadelneremento Exportado, que implementa in tipo de cambio mis alto, de $200 por day, paral exportacionas dolaolaginasahastaol 30 do septiembre de 2022, 140. Decroto NP 820/16, 152 “El neoliberalismo no es solo un slogan, nos llevé Ia vida” presas que a cooperativas de chacareros". La intensificacién de la expropiacién se expresa, asi, on la ampliacién de las desigualdades en rolacién a quienes producen alimentos para el merca~ do interno que siguen reclamando la reglamentacién de la ley de Reparacién Histérica de la Agricultura Familiar, el tratamiento y aprobacién del proyecto de ley de Acceso a la Tierra, la implementacién de un plan de arraigo para las juventudes campesinas y la reglamentaciones de precios justos para la venta de su produccién, entre otros. En ese sentido, rechazamas enféticamente al intento de extorsin y deses- tabilizacién que algunos sectores concentrados y corporativos del agro han planteado en estas horas. Quianes hoy llaman al paro por un aumento de 3 puntos porcentuales, solo aplicable a los 2600 mas concentrados emore- sarios dela soja, no tianen ningun interés ni compromiso con la situacisn de los medianos y pequefios praductores y productoras. Entendemos que all std expresada la voz de ollos, quienes fueran particines y beneficiarios por las politicas de devaluaciones y iberalizacin comercial del gobierno ante rior, las cuales tanto han lastimado a nuestro Pueblo, Muchos de ellos hasta hhace unos meses ocupaban cargos en la administracién pablica y fueron ga rantes de la fuga de capitales y del crecimiento indiscriminado de una deuda que afecta el derecho a ia alimentacidn de mas de la mitad de los nifios y nifas de nuestro pais (UTEP Cordoba, 9 de marzo de 2020). En el plano de la conflictividad, la extensién y la intensificacién de la expropiacién de tierras y bienes naturales se tradujo en una mayor visibi- lidad de las disputas con comunidades indigenas, en paralelo a su estig- matizacién; una nacionalizacién de las demandas campesinas a partir do protestas en las grandes ciudades; y una problematizacién socioambien- tal que se expandié desde la megamineria hacia los hidrocarburos y las fumigaciones (Palmisano, Wahren y Hadad, 2021). Una tiltima huella de la légica expropiatoria es una mayor represién y una violencia an mas explicita por parte del Estado para proteger a los capitales trasnacio nales de las demandas de las comunidades locales por las tierras 0 por el impedimento de acceso a los bienes comunes (caminos, ras, lagos, ete.) Tai Rogatra Gonstatino (2018) cue, desde 2016 y hasta 2018, al menos 15.000 heeté arondades a CRESUD y a MSU, dos grandes empresas quo cotizan on basa con un alto Ge acinistasextranors.Fante a esta stuacin [a Fedaracin Agraria Argentina ha maniostado piblcamentey ante al gobierno su descontento, rgumentando que esas tetras podrlan haber 80 jooadas a cooperatives de chacareos. 142 Un ejemplo de esto os el cago de Gushamen, l municipio de la provincia de Chubut donde la propiodad do toras on manos de extranjoros superé ls limites establecios po laley,y donde asse hace af ia comunidad mapucho damanda por tera: que les corresponden y quo fueron Sspropidas pri empresa Benetton. En 2017 dia comunidad suo una pave rapreain ag de Inintervncion dia Gondarmaria Nacional ons conete, que devon asesnatoy desaparssn do Santiago Maldonade, 153 Las grietas del orden neoliberal 3. Conclusiones: también el infinito tiene un de- recho y un revés En una lectura global de los ditimos veinte afios, identificamos en las secciones anteriores que las modulaciones en las ldgicas de explotacién y expropiacién se basaron en impulsos extensivos ¢ intensivo de valori- zacién donde tanto el trabajo (asalariado 0 no), los cuerpos y los territo rios se tornaron més disponibles para la acumulacién, y al mismo tiempo, ms indefensos. En ese sentido, de modo global advertimos -un despliague maltiple ¢ intensificado de la explotacién salarial, que se abre camino a través de una bateria de formas hibridas de relaciones laborales, y que ha corroido progresivamente las protecciones y garan- tias asociadas al salario; “una extensién y diversificacién muchisimo mas pronunciada de las, formas de expropiacién, que operan de manera més feroz y desigual en los espacios de vida, en los territorios y en los cuerpos, Son estas modulaciones las que configuran un Unico proceso de re- produccién del capital que es mévil, cambiante y sujeto a los requeri- mientos de la acumulacién como a las disputas de las fuerzas politicas, ‘Asi, la hegemonia neoliberal se monta sobre y desde este proceso de ‘acumulacién que trasciende la idea simple de un avance o un retraceso. de la mercantilizaci6n: gestiona la continuidades y separaciones entre expropiacién y explotacién, balancea los conflictos mas de un lado que del otro, asume —al menos, provisionalmente— el ciclo electoral y los ‘cambios de gobiernos para reinventarse impulsando o extendiendo la ex- plotacién o la expropiacién, o ambas ala vez. Pero en los surcos de este proceso, las narrativas de las luchas que fuimos entrelazando en este escrito nos advirtieron de estos desplaza- mientos del funcionamiento de la dindmica del capital, la forma en que afecta la vida cotidiana y su virulencia constante. En la experiencia inso- portable de esas formas de explotacién/expropiacién son estas luchas las que denuncian que, mas que nunca, la acumulacién capitalista opera hoy por fuera de los espacios tradicionales de produccién y apropiacién de valor, y asume un cardcter fuertemente desposesivo sobre los espa- cios de la vida, los cuerpos y los territorios, El neoliberalismo no es un slogan, nos llevé la vida. Si, y el “nos” est resaltado porque nos incluye y nos interpela. LO acaso alguien o algunos han quedado exentos, absueltos, dispensados de algin tipo de forma de expropiacién o explotacién? En toda esta extensién y complejidad, las lu- cchas fuerzan la apertura de los registros del campo subalterno e indican qué o quiénes no pueden quedar afuera en la construccién de un proceso ‘emancipatorio, pues son ellos y ellas las asfixiadas por las relaciones y las formas de la dominacién neoliberal que dispone el capitalismo. Y, para nosotros, queda expuesto asi otro borde: el neoliberalismo al- teré'—y lo sigue haclendo— de manera contundente lo que hemos de considerar como “clase trabajadora”; también la manera en que hemos 154 “El neoliberalismo no es solo un slogan, nos llevé Ia vida” de elegir y dosificar el combustible para su politizacién y su transfor- macién en una fuerza contra-hegeménica. Si la produccién de valor se dispone al interior de una trama de (dis)continuidad entre Idgicas de expropiacién/explotacién, es esperable que el patrén de descontento y resistencia hacia el capital también se muestre hibrida, variable o, inclu- 0, jerarquizada como consecuencia de la nueva forma de produccién de valor. Ello explica también lo borrosa que devino la imagen de los reales enemigos de las clases subalternas, Pero Fraser advierte que cuands los explotados son también axpropiados y viceversa, padria ser po- sible finalmente, tejer una alianza entre ambos. Tal vez, al difuminar la Ii- nea entre los dos apitalismo financiarizado' esté creando la base ‘material para su abolicin conjunta. Pero depende de nosotros aprovechar la ocasién y convartir esa posibilidad histérica en una fuerza histérica real para la emancipacién (2020:115). ECémo encarar una practica politica que se abra lugar en medio de esta operatoria de la acumulacidn capitalista y de su esfuerzo constante por forzarnos a niveles de tolerancia cada vez mayores a la precariedad, aladesigualdad y ala violencia? Resta au’ trazar los hilos rojos entre las formas de subjetivacién politica y lucha que se fueron orquestando fren- te a este modo de dominacién, de explotacién y expropiacién. En parte, ha sido la gran contribucién de los capitulos anteriores de este libro. Y, al menos desde nuestra intencién, advertir que las lineas de continuidad, rupturas y emergencia de sujetos politicos no podrian priorizarse sin, al mismo tiempo, organizar onergias rebeldes hacia proyectos no capita~ listas de vida en comin. También al infinito tiene un derecho y un revés, parafraseando a Roberto Juarroz™*, Y combatiendo aquella condicién de ajenidad que ha adquirido la politica para el sentido comin de muchas y muchos, es una tarea irrenunciable —y no de la ciencia 0 la teor! tramar ese revés. camente sobre este concept Fase ssf “[llcaptalam fnanclarizada a ehecho “sla rlacén economia/pifie. En est régime los baneoscentraesyasinsttuciones financiers mundial han romplazado alos Estados com sfobalzada, Son ellos, no los Estados, qui stablece ls ropas que so ‘ones primordals ds sociedad eaptal bajo y cata ente ehudadancs fentrecentroy pili, y algo quo es crucial paratosoloanterr, entre Seudoresyarondores. tas ‘iimasolaiones son decisvas parol capitalisma franciayizado morognan todas ls demas, ES fongran parte através dala deuda como capital canibalza ahora el trabajo, iscpina ls Estados, "ranfieteriqueza do a periferiaal entry absorbe valor dela cocedadyla natutleza, Aredia GUE In douda fay a eavés de Estados, optones, comunidades, hogares y empresas, resultado es on cambio dramatics na relacién doa ozonom/aconlapolivea" (2020128), 144. Ensu nagotaboPoosia Vertical 155 Las grietas del orden neoliberal Referencias bibliograficas ‘Acha, Beatriz (2021) Analizar el auge de la ultraderecha. 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