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Historia Familiar

Como se pudo observar en el genograma, mis abuelos paternos fallecieron hace

varios años, así que voy a describir las características del desarrollo según la etapa en la que

se encuentran mis abuelos maternos. Mi abuelo está por cumplir los 92 años y aunque nos

sentimos agradecidos de que siga compartiendo momentos junto a toda la familia, no

podemos negar que en específico su movilidad y audición ya no son las mismas que eran

antes. A diario se queja de un dolor en la ciática, en la pierna, le molesta estar mucho tiempo

en un carro y en reuniones familiares prefiere estar acostado es su habitación la mayor parte

del tiempo y solo está presente al momento de comer. Además, en conversaciones con mi

mamá y mis tíos se escucha decir a mi abuelito más frecuentemente las frases de “cuándo se

acabará este sufrimiento” o “ya no me queda mucho tiempo”. Por otra parte, puedo resaltar

que su memoria sigue intacta con respecto a los recuerdos de su pasado, lo cual nos

sorprende a todos ya que, en ocasiones nos cuenta historias de su vida como militar, pero con

lujo de detalles, hasta con nombres y apellidos de sus superiores.

Mi abuela es por completo una situación opuesta a la de mi abuelito esencialmente

porque se llevan 13 años, la cual es una diferencia bastante considerable en muchos sentidos.

Resulta increíble la capacidad que tiene a sus 77 años de ir a pie a hacer las compras para la

casa, llegar a cocinar luego limpiar, si tiene que salir 2 o 3 veces más a comprar algo lo hace

y más que nada le encanta ir de paseo o de viaje a donde sea. Afortunadamente no sufre de

ninguna enfermedad grave que le limite. Esto se volvió necesario y merecido, pues se

desgasta mucho en el día a día con mi abuelito más que nada porque en las noches él se queja

de sus dolencias y ella no puede descansar bien.


Mi abuela detesta estar quieta porque dice que no quiere hacerse inútil, creo que ese es su

mayor miedo, pero en algún punto su cuerpo ya no va a resistir todo lo que ella hace ahora y

pienso que esa impotencia y frustración que va a sentir será un golpe duro de afrontar para

ella. Debido a esta gran diferencia de edad que existe, se encuentran como en páginas

diferentes, por así decirlo, entonces es muy evidente que en el caso de mi abuelita, no le

guste estar a solas con mi abuelito todo el día todos los días y por ello, optó por tener

invitados casi todo el tiempo. Se encuentra en una situación agobiante, pero siempre busca

una solución a cualquier problema y sobre todo sabe que tiene el respaldo incondicional de

sus 4 hijos y del resto de la familia.

La generación de mis tíos (excepto mi tía paterna) y mis papás se encuentran todos en

la adultez media. Es curioso como con el pasar del tiempo uno se va dando cuenta de los

cambios en los temas de conversación en las reuniones familiares y los cambios físicos. Me

he percatado que ahora principalmente solo hablan de los nietos, las enfermedades, la

estabilidad que han logado dentro de sus hogares, el orgullo que sienten por sus hijos pues,

algunos de mis tíos ya han pasado por el “síndrome del nido vacío” unos con mayor

intensidad que otros; cuentan anécdotas divertidas de su juventud y el tema más mencionado

y repetitivo en cada ocasión es la dichosa planeación de la jubilación. Con esto, viene el

proceso de reflexionar y evaluar su vida con relación a las expectativas que tenían sobre ella

tanto en lo personal como en lo profesional. Al final de todo, comentan sus vagas ideas de

qué hacer o cómo pasar su retiro junto a sus esposas y/o esposos el resto de sus vidas.

Debido a esta cercanía de vivir el día a día con mis papás es en donde he podido

observar con más detalle todos estos cambios, por ejemplo, hablando de la parte física mi
papá ya se resignó a dejar que se vean sus abundantes canas entonces, desde hace varios años

dejó de pintarse el cabello, también tiene pequeñas molestias en las articulaciones de sus

brazos porque en su juventud jugó de arquero muchos años; y en su rostro aparecieron

pequeñas arrugas. Mi mamá también quiso dejar de pintarse el cabello, pero no lo logró ya

que fue muy impactante para ella verse con la mayor parte de su cabello blanco porque ella

aparenta una edad menor a la que en realidad tiene y por ello no se siente lista para dar ese

paso aún. De igual forma, mi mamá siente a veces molestias en su rodilla o en su espalda

debido a su pasado como jugadora de voleibol. En mis papás ya se apagó esa necesidad de ir

a bailar un fin de semana o de hacer planes con amigos como antes lo hacían. Por un lado,

esto no me agrada porque no quiero que se encierren en una rutina monótona de comer,

trabajar y dormir, pero por el otro, entiendo que es parte de la etapa en la que se encuentran y

por circunstancias externas también.

Mi hermano y yo nos encontramos en la adultez emergente, la cual describe perfectamente

nuestra situación pues, ambos dependemos tanto económicamente como emocionalmente de

nuestros padres al estar todavía inmersos por completo en el núcleo familiar, aunque cuando

se trata de tomar decisiones para nuestra vida poseemos total independencia. Algunas

características importantes de esta etapa son: la exploración y la identidad en construcción;

considero que éstas son las que más he podido notar en mi hermano y en mí. Él me lleva casi

5 años de diferencia entonces sus experiencias se basan más en el ámbito laboral y las mías

en el entorno de la universidad. Por ejemplo, mi hermano experimentó por primera vez una

relación amorosa madura y formal, pero también diferentes opciones y posibilidades en

cuanto a su vida como pianista profesional. En mi caso, he podido apreciar desde primera fila

todo el camino de explorar quien soy en realidad y no quien la sociedad o mi familia esperan
que sea, formar mi identidad y determinar qué es lo que quiero hacer. La universidad en

particular me ha hecho trabajar más en mi desarrollo personal, también en analizar las

diferentes perspectivas de cualquier situación y en estos 2 años aprendí a regular aún más mis

emociones y adaptarme al estrés tanto académico como personal.

La adultez emergente es una fase importante y compleja del desarrollo, es una oportunidad

para la exploración y el crecimiento personal, en donde puede existir una variedad de

experiencias y desafíos como evidentemente las seguimos atravesando con mi hermano, cada

uno en sus propios ambientes.

En cuanto a mi núcleo familiar, éste consta de mis padres y hermano, con una

estructura jerárquica donde mi mamá es quien establece las normas y reglas del hogar y, por

tanto, es la principal fuente de autoridad en casa. Sin embargo, también existe una

comunicación abierta entre nosotros y se toman decisiones en conjunto. Mis papás trabajan

desde casa, lo que indica que pasan mucho tiempo juntos y tienen una relación cercana. Mi

hermano es un adulto emergente quien trabaja, pero no alcanza la total independencia. Por

otro lado, estoy yo que dependo por completo de mis papás debido a mi edad y estatus como

estudiante universitaria. En nuestra relación como familia, hay un gran respeto y aprecio

mutuo, todos hemos trabajado juntos para lograr nuestros objetivos. Mi mamá es la principal

responsable de mantener el orden en el hogar, pero todos nos comunicamos y tomamos

decisiones juntos, lo cual considero que indica una dinámica familiar jerárquica, sana pero

también colaborativa con una fuerte relación entre sus miembros quienes cuentan con una

comunicación abierta y efectiva.


Mi relación es cercana con mis papás, pero siento mucha más confianza hacia mi

mamá para contarle cualquier cosa de mi vida y siempre se ha mostrado abierta a escucharme

y darme consejos. La relación con mi hermano no es mala pero tampoco es excelente, la

diferencia de edad es lo que puso una barrera entre nosotros porque nunca coincidimos en

una misma etapa, la cual nos diera ese acercamiento para construir la confianza de contarnos

todo. Más aún cuando él entró a la universidad, a pesar de vivir en la misma casa, casi nunca

lo veía por el tema de horarios diferentes, pues yo estaba en plena secundaria. Después entré

a la universidad y mi hermano ya se había graduado, comenzó a trabajar de inmediato

entonces se mantuvo esa dinámica de vernos muy poco. Nunca fuimos el confidente ni el

apoyo emocional del otro como lo son en muchas otras relaciones de hermanos, él tiene más

confianza con nuestra prima que solo es 3 años mayor a mi hermano y yo me apoyado un

montón en mis mejores amigos.

Actualmente, mi hermano está trabajando en un crucero en Australia y regresará a finales de

julio, pero no por mucho tiempo, ya que tiene que embarcarse en otras rutas de la empresa de

cruceros. Para mi no es tan duro este cambio en nuestra dinámica familiar como lo es para

mis papás porque ya estoy acostumbrada a no verlo. Por ello siento que mi relación con él no

es mala, pero si es distante.


Referencias

Pérez, N. P. (2011). Psicología del desarrollo humano: del nacimiento a la vejez. Editorial

Club Universitario.

López, L. M. R. V. III. MÓDULO III PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO HUMANO.

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA SUR.

Podestá Soto, M. E. (2022). Desarrollo físico, intelectual y social de la niñez, infancia,

adolescencia y adultez. Aplicación didáctica: Diseño de clase.

Arnett, J. J. (2000). Emerging adulthood: A theory of development from the late teens

through the twenties. American Psychologist, 55(5), 469-480.

Van Barneveld, H. O., Rodríguez Aguilar, B., & Robles Estrada, É. (2012). La percepción de

la crianza en padres, madres e hijos adolescentes pertenecientes al mismo núcleo

familiar. Liberabit, 18(1), 75-82.

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