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TP 6 Bagilet y Gerardo
TP 6 Bagilet y Gerardo
Fecha. 17.10.23
Consignas.
1) Dar cuenta de las diferencias con el enfoque de Poulantzas que señala Block sobre la autonomía del
Estado.
2) Conceptualizar al Estado y a la noción de autonomía estatal de acuerdo con Mann y Evans. Señalar
similitudes y diferencias.
3) A partir del texto de Weiss, M. y Skocpol, T, (1993) “Las estructuras del Estado: una respuesta
“keynesiana” a la Gran Depresión” responder:
3.a)¿Qué variables utilizan las autoras para explicar y comparar las trayectorias seguidas por Suecia, Gran
Bretaña y EEUU en los años ‘30?
3.b) ¿Cómo conceptualizan al Estado?
4) A partir del texto de Sikkink, K. (1993) “Las capacidades y la autonomía del Estado en Brasil y
Argentina. Un enfoque institucionalista”, responder:
4.a) ¿Qué relación establece la autora entre las estructuras del Estado en Argentina y Brasil con el
desempeño de las políticas económicas desarrollistas?
4.b) ¿Qué el rol juega el legado histórico de las estructuras estatales y cómo incide en las políticas?
1) Al poner en tensión los marcos conceptuales que proponen Block y Poulantzas para analizar
las dinámicas estatales capitalistas en relación con “el rol determinante de las relaciones de
producción”. El primero advierte cierta deficiencia en el concepto de “autonomía relativa”. Siendo
de interés mostrar una explicación alternativa o superadora tanto de la “especificidad de lo político”
así como del rol del Estado frente a la lucha de clases.
Se debe comprender que mientras el marco conceptual sea Marxista, entonces se debe
aceptar el rol determinante de la economía en un sentido complejo […] de las relaciones de
producción y de la división social del trabajo.1 De este modo, Block busca distinguir que las
dinámicas Estatales no son sólo producto de los intereses específicos de una clase (como trata de
señalar el concepto de “autonomía relativa” y “bloque de poder”) sino que la limitación se
encuentra al creer que la “condensación de las relaciones de clases” puede ejercer influencia por
sobre las decisiones de los administradores del Estado para defender los intereses económicos que
primen.
3-A) De acuerdo a Weir y Skocpol (1993), algunas de las variables donde han puesto foco las
ciencias sociales para analizar la forma en que los países han hecho frente a la crisis de los años
treinta -la gravedad con que la crisis azotó a los distintos Estados, el poder de organización de la
clase obrera, condiciones de consenso entre sectores y partidos y la emergencia de las ideas
keynesianas- son poco deterministas e insuficientes para explicar por qué algunos Estados han
podido dar respuestas más efectivas al aplicar (o no) políticas económicas de corte keynesiano. Por
medio de un análisis comparado, las autoras analizan la experiencia de los Estados sueco, británico
y estadounidense proponiendo centrarse fundamentalmente en las estructuras de las instituciones
estatales,ahondando en la configuración y fortaleza de sus burocracias, donde podemos ver un clara
influencia de una matriz weberiana de pensamiento.
Otra de las variables en las cuales se centran las autoras para dar cuenta de la respuesta a la crisis es
en la herencia histórica de dichas estructuras y de los Estados en materia de política social. Por otro
lado, les va a interesar qué influencia tuvieron los expertos académicos en las políticas públicas
aplicadas para sortear la crisis económica y social, uniendo en un punto común la teoría producida
en los centros de conocimiento y la praxis política. A continuación, pasaremos a ver de qué forma
incidieron las variables mencionadas en cada caso en particular.
De acuerdo a las autoras, Suecia y Estados Unidos fueron pioneros en implementar respuestas más
radicales a la crisis al utilizar el déficit como herramienta de gobierno, tanto para responder a la
crisis social con políticas asistencialistas así como también en forma de herramienta de
administración macroeconómica en el capitalismo avanzado (1993:74-75), el primer caso
tratándose de un keynesianismo más social y en el caso estadounidense de un keynesianismo
comercial, aunque posteriormente irá adoptando algunos rasgos más sociales hacia fines de los años
treinta.
En Gran Bretaña, si bien desde antes de la Primer Guerra Mundial, los laboristas aparecen como los
principales promotores de políticas de asistencia como el seguro de desempleo, Gran Bretaña no fue
permeable a adoptar una estrategia macroeconómica keynesiana hasta luego de la Segunda Guerra
Mundial (Weir y Skocpol,1993). Es llamativo que siendo vanguardia en relación a la intervención
del Estado en asistencia social y el fuerte apoyo al seguro de desempleo instalado desde 1911 no se
haya orientado a aplicar políticas proclives a un gasto público holgado orientado a resolver los
problemas ocasionados por la crisis. Entonces, ¿Qué razones atribuyen Weir y Skocpol a que el
manejo de la crisis haya sido tan divergente de la experiencia sueca? Fundamentalmente, el Partido
Laborista se centró en seguir fomentando los subsidios al desempleo en vez de orientarse a
financiar obra pública que proporcione empleo como tal, en oposición a los socialdemócratas
suecos. Por otro lado, el Estado contaba con poca experiencia en cuanto a gasto en obra pública
gestionada de forma centralizada.
Para el caso sueco, las tendencias que Weir y Skocpol atribuyen a la gestación de un keynesianismo
social y la solución al desempleo de posguerra siguió los canales administrativos y políticos
existentes, pero a diferencia del caso britanico, los suecos gestionaron trabajos de ayuda regulados
mediante una Comisión Nacional de Desempleo (1993). Esta como el resto de los cuerpos
administrativos suecos, gozaban de cierta independencia frente a la alternancia gubernamental y se
trató de una administración más robusta y antigua, configuración mucho más cercana a la
burocracia típica weberiana.
La conformación histórica de la estructura del Estado en EEUU signada por una administración
central débil, una autoridad pública dividida y partidos políticos carentes de programa da cuenta -a
diferencia, por ejemplo del caso sueco- de por qué no se pudo gestar una respuesta coherente a la
Gran Depresión en la primer etapa del New Deal. Sin embargo, los formuladores del mismo
lograron considerable consenso entre grupos sociales y le dieron a la gestión central un rol de
árbitro activo con miras comunes a la recuperación nacional regulando contra los elementos no
cooperativos de los grupos (Weir y Skocpol, 1993:29), incluso a pesar de no ser partidarios del
déficit presupuestario.
Sin embargo, hacia la segunda mitad de los años treinta el keynesianismo comercial estadounidense
osciló más cerca de la pata social del mismo de la mano de una mayor centralización, aumentando
cada vez más desde 1935 y se terminó optando por la financiación mediante déficit como respuesta
a la irresuelta crisis que se encontraba sumido al país norteamericano. (íbid)
El keynesianismo social estadounidense no llegó a configurarse totalmente como tal gracias a que ,a
diferencia de la experiencia sueca, donde el Estado fue capaz de centralizar en una unidad nacional
atribuciones que anteriormente quedaban atomizadas en las distintas localidades, en Estados Unidos
el gobierno federal aumentó de forma desbocada durante en New Deal a la par que algunas agencias
continuaron funcionando de forma independiente. Para poder llevar a la práctica un keynesianismo
social era antes necesario una estrategia macroeconómica coherente y coordinada (Weir y
Skocpol,1993).
3-B) Skocpol entiende al Estado como una entidad política, específica y diferenciada. No como
gobiernos, tampoco como un foro de confluencia, sino como estructuras con organizaciones
específicas que se adjudican el control de un territorio. En tanto tiene un poder recaudador; es
ordenador coactivo interno y defensor ante otros Estados y tiene una estructura administrativa
política-judicial específica y especializada. En suma, las estructuras presentan variaciones en sus
configuraciones que tendrán un impacto real en el comportamiento de los actores sociales. En otras
palabras, podemos decir que los Estados se fundamentan como organizaciones ya que los colectivos
de funcionarios pueden perseguir sus objetivos, alcanzándolos con mayor o menor eficacia según
los recursos y las capacidades de gestión. Al mismo tiempo se entienden como configuradores de la
organización y por lo tanto de la acción que inciden en los significados y métodos de la política para
todos los grupos y clases de la sociedad. De este modo, tendrá peso en la correlación de fuerza
desde esta estructura que estará dada por su propia especificidad.
Una de las cuestiones importantes que destaca la autora, tiene que ver con la “esencia del
Estado”, y este reside en un complejo administrativo y de coacción coordinado a la vez
centralizado, que se vale de la extracción de recursos fiscales para su mantenimiento a partir de un
dispositivo coactivo-administrativo-racional.
Por otro lado, Sikkink (1993) examina las características del Estado según la eficacia de la
capacidad administrativa que tiene el Estado para definir políticas públicas y su podr para
implementarlos con eficacia.
Sikkink retoma la tipología de Stephen Skowronek para comparar atributos estatales que
reflejan su capacidad y autonomía. Argumenta que la capacidad no está necesariamente vinculada al
tamaño del sector público, sino a la calidad y continuidad de las instituciones y el personal. La
capacidad se aborda mediante indicadores como la tendencia organizativa, los procedimientos
operativos y el talento intelectual. Además, se analizan las formas de operar y los procedimientos de
los organismos de fomento del desarrollo en ambos países, el Banco Industrial en Argentina y el
Banco Nacional de Desenvolvimiento Económico en Brasil (Ibídem, 555-564).
4-B) La autora destaca la importancia del legado histórico de las estructuras estatales en Brasil y
Argentina y su incidencia en las políticas. En este contexto, subraya que, según este enfoque, la
secuencia y las fases históricas son determinantes para comprender las condiciones que favorecen la
capacidad y autonomía del Estado. Asimismo, establece una relación entre las diferencias en los
procesos históricos de construcción institucional en ambos países y las concepciones sobre política
que influyen en el comportamiento de los grupos y clases sociales (Sikkink, 1993:555).
En términos específicos, Sikkink resalta que en Brasil, durante el régimen de Vargas en la
década de 1930, se logró institucionalizar y traducir al Estado brasileño normas permanentes, dando
lugar a una burocracia dual con ciertos sectores denominados "burocracia aislada". Estos sectores,
generados por estrategias de Vargas, fueron cruciales para la implementación de políticas
económicas, ya que constituían reductos de eficiencia y autonomía fuera de la burocracia
tradicional. La continuidad de estas instituciones permitió a Kubitschek formular y ejecutar su Plan
de Metas con el respaldo de estructuras preexistentes, evidenciando una mayor continuidad
burocrática en comparación con Argentina (Sikkink, 1993:553).
- BLOCK, Fred (1987) “Beyond relative autonomy: state manager as historical subject”. En
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227 a 241.
- EVANS, Peter (1996) “El Estado como problema y solución”. En Desarrollo Económico. Revista
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- MANN, Michael (2006) “El poder autónomo del Estado: sus orígenes, mecanismos y resultados”
En Revista Académica de Relaciones Internacionales. Nº 5. Noviembre.
http://www.relacionesinternacionales.info/ ISSN 1699 – 3950.
- SIKKINK, Kathryn (2009) El proyecto desarrollista en Argentina y Brasil. Frondizi y Kubitschek.
Siglo XXI Editora Iberoamericana. Buenos Aires.
- SIKKINK, K. (1993). Capacidades estatales y autonomía del Estado en Brasil y Argentina. Un
enfoque institucionalista. En Desarrollo Económico, Vol. 32 N° 128. Buenos Aires SKOCPOL, T.
(1991) El Estado regresa al primer plano. Estrategias de análisis en la investigación. En Zona
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