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Un país que no conoce su memoria, esta destinado a repetirla, este, es un dicho que se repite en el

adagio popular, ahora bien, en lo particular, reformularía aquel dicho y lo expresaría así “un país
que no conoce de donde viene su narrativa esta condenado no solo a repetir los hilos discursivos
sino, a ser victima de los mismo” es decir, no es solo reformular un dicho sino pasar de una
sociedad victima de un cumulo de violencia y hechos históricos que han dejado casi 10 millones de
víctimas, a pensarnos como una sociedad llena de sujetos activos que al ser habitados por el
lenguaje, somos siempre responsables de como nos expresamos, de nuestras ideas políticas y
sociales ya que estas no son solo manifestaciones de la libertad de expresión sino portadoras de
agresividad inconsciente y un modo de perpetuar al enemigo y esto es el sostén de la guerra.

La lógica de la guerra y los medios de comunicación como portadores principales de los


significantes con los cuales se conduce esta, permiten unos beneficios de corte económico y
político para grandes elites, pero ¿podrían existir beneficios en poblaciones de bajo recursos o
peor aún, poblaciones víctimas directas e indirectas? O ¿Qué argumentos encontramos para la
continuación infinita de narrativas de violencia? Basado en el curso visto, me generó una serie de
interrogantes que me han llevado a exponer argumentos sobre la agresividad latente en las
narrativas de violencia y en la eternización del enemigo, así como en la posesión propia y sostén
del sistema feudal patriarcal que es prioritario en este país y que ha generado cantidad de
desplazamientos, despojo de tierras y territorialidades a lo largo y ancho del país.

Para llegar allí, es importante comprender algunos puntos importantes, por ejemplo, Colombia
tiene una concentración tanto de poder como de población bastante grande, por lo cual, los
hechos que acontecen fuera de las grandes urbes solo llegan mediados por Otro1, este Otro, no ha
posibilitado una narrativa de duelo, de perdón y reconciliación, solo promueve y aumenta el deseo
de venganza ante un Otro enemigo que no existe (que es un significante) pero que a su vez, está
en todas partes.

Por lo tanto, como profesionales de las ciencias que trabajan y tratan con el lazo social, vemos
como el Otro que se ha construido en otro

1
Otro que en psicoanálisis es portador de la cultura, del lenguaje.

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