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Moniciones y Peticiones Misa 17, 18, 19 Y 20 Patronales Divino Niño Jesús

Lunes 17 de julio
Monición de entrada
Queridos hermanos, en los inicios de la décimo quinta semana del tiempo ordinario, les
damos la más cordial bienvenida a la casa de Dios para celebra la santa eucaristía diaria.
En las lecturas de hoy comenzaremos a leer el libro del Éxodo, y durante casi tres
semanas, seguiremos el relato de la esclavitud de Israel, su liberación, su alianza con
Dios y su marcha por el desierto hacia la tierra de Canaán, la que Dios había prometido
a Abrahán.
Monición a la primera lectura (Éxodo 1, 8-14. 22)
La semana pasada terminábamos la lectura del libro del Génesis, con el pueblo elegido
recién llegado a Egipto, bajo la protección de José. Comenzamos hoy el libro del
Éxodo; han pasado más de cuatrocientos años, según el texto, y va a empezar la historia
de otro gran personaje, Moisés, que guiará al pueblo a la libertad y a la tierra prometida.
Escuchemos.
Monición al Evangelio (Mateo 10, 34—11, 1)
Terminamos hoy la lectura del «discurso de la misión», el capítulo 10 de Mateo. Y lo
hacemos escuchando unas afirmaciones paradójicas de Jesús. Preparémonos cantando
el aleluya.
Peticiones
R: Ven, Señor, en nuestra ayuda.
1. Por la Iglesia, que custodia los valores que salvaguardan la dignidad del hombre,
para que, a través de su magisterio, en el campo social y económico
desenmascare la malicia de los faraones de nuestro tiempo y sostenga nuestro
éxodo de las diversas formas de esclavitud hacia la libertad del Reino. Oremos.
2. Por la paz en el mundo, para que se comience a forjar desde las familias,
fundadas en la fidelidad a Cristo y en la elección personal de anclar a Él y a su
Palabra las razones profundas del corazón. Oremos.
3. Por toda forma de hospitalidad y acogida cristiana: que sea practicada con
premura, gratuidad y sin murmuración, como obra de misericordia recomendada
por el Señor Jesús. Oremos.
4. Por esta comunidad, para que nuestra fe arraigada en Cristo nos dé luz para
tomar decisiones de vida coherentes con el credo que profesamos y fuerza para
resistir a las tentaciones de compromiso. Oremos.
Martes 18 de julio
Monición de entrada
Queridos hermanos, sean todos bienvenidos a la santa misa de hoy, martes de la décimo
quinta semana del tiempo ordinario.
La liturgia de hoy es un llamado a la conversión para liberarnos de la esclavitud del
pecado. Dispongamos nuestro corazón para dar signos de esa conversión y comencemos
esta misa con el canto de entrada.
Monición a la primera lectura (Éxodo 2, 1-15a)
El libro del Éxodo nos narra el comienzo de la vida de Moisés, futuro caudillo,
poniendo de relieve la especial providencia de Dios sobre él. Escuchemos atentos.
Monición al Evangelio (Mateo 11, 20-24)
Terminado el discurso misionero de Jesús, comienza hoy, en el evangelio de Mateo,
una sección narrativa en que van tomando relieve la incredulidad y el rechazo de Jesús
por
parte de los jefes del pueblo judío. Preparémonos para escuchar a continuación una
recriminación de Cristo a tres florecientes ciudades galileas que bordeaban el lago de
Tiberíades: Corozaín, Betsaida y Cafarnaún.
Peticiones
R: Socórrenos, Señor, con tu misericordia.
1. Por el pueblo de Dios, para que, custodiando con memoria grata la historia de la
salvación y reconociendo en el hoy la continuación de su curso, avance en un
constante camino de conversión y adhesión a Cristo. Oremos.
2. Por el Papa, los obispos, los sacerdotes y todos los consagrados, para que, en la
radicalidad de su seguimiento a Cristo, sean en la Iglesia voz profética que
ayuda a reconocer siempre actuante la obra de la Providencia y a desenmascarar
toda cerrazón al mensaje de la salvación. Oremos.
3. Por los gobernantes de las naciones, para que se conviertan en esos líderes que
busquen la verdadera libertad y la paz de los pueblos. Oremos.
4. Por los que sufren algún tipo de esclavitud, para que Dios rompa esas cadenas y
les conduzca a la libertad de los hijos de Dios. Oremos.
5. Por esta asamblea reunida en torno al altar del Señor, para que el misterio de la
salvación que hoy se renueva despierte en nuestro corazón el deseo de la
conversión, como respuesta de amor a la predilección de Dios por cada uno de
nosotros. Oremos.
Miércoles 19 de julio
Monición de entrada
Hermanos, tengan todos muy buenos días (tardes, noches). Les damos la más cordial
bienvenida a la santa misa de hoy, miércoles de la décimo quinta semana del tiempo
ordinario.
Dios se revela a los mansos y humildes de corazón. Por eso, con un corazón humilde y
sencillo, dispongámonos a celebrar esta santa misa, que comenzamos con el canto de
entrada. De pie y cantemos todos.
Monición a la primera lectura (Éxodo 3, 1-6. 9-12)
El relato que el libro del Éxodo nos trae hoy, es un momento decisivo en la vida de
Moisés y de su pueblo: Dios le llama para llevar a cabo la liberación de Israel.
Monición al Evangelio (Mateo 11, 25-27)
Las personas sencillas, las de corazón humilde, son las que saben entender los signos
de la cercanía de Dios. Así lo afirma Jesús, por una parte, dolorido, y por otra, lleno de
alegría, en el Evangelio de hoy.
Peticiones
R: Escúchanos, Señor.
1. Por los que formamos la Iglesia, para que, con admiración y maravillados,
sepamos reconocer los signos de la manifestación del misterio amante del Padre
cuando nos dejamos atraer y cuestionar por él. Oremos.
2. Por papa, los obispos y los sacerdotes, para que, como pastores del pueblo de
Dios, sigan el ejemplo de Moisés y colaboren con cada iniciativa divina,
confiándose a la elección de Dios y apoyándose en la certeza de su
presencia. Oremos.
3. Por los gobernantes de las naciones, para que, con un espíritu humilde, sepan
dirigir sabiamente a los pueblos que les han sido confiados. Oremos.
4. Por los que padecen explotación y opresión, para que el grito del sufrimiento y
de la injusticia que han padecido suba al corazón de Dios y suscite intercesores
sensibles y solidarios. Oremos.
5. Por esta comunidad, reunida en torno al altar de Dios, para que, descubriendo
cada vez más el rostro del Padre que se nos ha revelado en el Hijo, podamos
crecer en nuestra relación filial con Dios, experimentar su apoyo y gustar de su
íntima alegría. Oremos.
Jueves 20 de julio
Monición de entrada
Buenos días (tardes, noches) queridos hermanos. Sean todos bienvenidos a la
celebración eucarística de hoy, jueves de la décimo quinta semana, jueves eucarístico y
de oración por nuestros sacerdotes.
El mensaje que nos trae la primera la liturgia de hoy es muy consolador para todos los
que vamos por este mundo cansados y agobiados. Encaminemos nuestros pasos hacia
Jesús y comencemos esta misa con el canto de entrada.
Monición a la primera lectura (Éxodo 3, 13-20)
Según el texto que escucharemos hoy del libro del Éxodo, Moisés cree en la promesa
de Dios y acepta la misión que se le encomienda. A su vez, Dios, revela su nombre, acto
que se convierte en el gran don que hace a su pueblo, la gran señal. Escuchemos.
Monición al Evangelio (Mateo 11, 28-30)
Si el mensaje de la primera lectura era consolador para el pueblo de Israel, el que nos
trae el Evangelio de San Mateo lo es para nosotros. Cantando el aleluya,
preparémonos para la escucha atenta de este importante mensaje de actualidad.
Peticiones
R: Sostennos, Señor con tu presencia.
1. Por la Iglesia misionera en el mundo, para que, con su presencia y su
predicación, revele el rostro auténtico del Padre que quiere conducir a todos sus
hijos a la libertad interior y exterior. Oremos.
2. Por el Papa, los obispos y los superiores de las comunidades religiosas, para que
en el cumplimiento de su servicio de autoridad sean mediadores fieles y
transparentes que buscan con intensidad y rectitud la voluntad del Padre, acogida
y amada como vínculo de unidad de la comunidad cristiana que les ha sido
confiada. Oremos.
3. Por todos los que ejercen algún tipo de autoridad en el gobierno de las naciones,
para lo hagan según el corazón de Dios, sin explotar, esclavizar o maltratar a la
sociedad bajo su gobierno. Oremos.
4. Por las comunidades civiles, religiosas o familiares que atraviesan la experiencia
del conflicto y de la división, para que abran su corazón a la Palabra de Jesús
que, invitando a la mansedumbre y a la humildad de corazón, calma la rebelión y
libera de la presunción. Oremos.
5. Por todos nosotros, para que, atesoremos en nuestro corazón la Palabra que
hemos escuchado y la llevemos inmediatamente a la práctica. Oremos.

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