Jueves 30 de mayo de 1889
704
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ARTILLAS ESFASOLJLS T NACIONIS FIB-
KAHTES DEL TBATADO POSTAL. — T f i -
mulr* 10
PoBTDaAL.—Triaestri 6 bre del Administrador
Le* DEHii FAI8E8.—Tr¡m«8tra 16
PAGO ADELANTADO
¡Vúoaero s u e l t a O céntimAS
CRIMEN DE LA CALLE DE FUENCARRAL
LA
LA IMPUNIDAD
Si pniiéramoi vaaidad en nneatro preiimiimo,
era ocaiión adora, conocida y a la lentencia recaída
en el proceio de la calle de Paenoarral, de mos-
trarnei regocijado! y orjrallosot.
¿Qaé hemoi soatenido deide los primeroi momaa-
toa, dsade qae la iaatrnocióa de PeSa Coatalago
dejó asomar las primeras sorpresas?
Qae el crimen de la calle de Faencarral, «egún
todas las apariencias, iba á qaedar impnn?.
Ab( tenéis la sencencia.
Ahf t neis la impnnidad.
* pleado, de treinta y ocho años de edad, con instrnc-
Higinia Balagner estaba condenada á mnerte, ó á
lo qae faere, deide el instante en qn» se qaeáó en
la caaa del crimen. Por este lado nada se deba á la
joaticia; si la encontró, faé porqae ella prefirió en-
tregarse i bnir.
Ann hoy asombra la torpeza inaadita de esa ma-
jar. Si no hnbiera algo qae no hemos visto en ol
fondo da toda esta tragjflia, no cabla explicación
Teroslmil para sem>«jaate condaota. &a la concien-
cia de todos ha penetrado de modo indestraccible la
convicción de qae Higinia Balagoer, si no se qaeda
al pie del cad i ver, hnbiera sido un fantasma más
de esta procesióa lúgabre. Permaneció allí, y no
bnbo forma hnmana de qae el jaez dejase de tropa-
zar con ella. Faé SH perdición. Si se marcha, jamás
llegaría la jnsticia i disponer ni ann de esa sombra
da los asesinos.
Has, para los efectos de la impunidad, ¿qaj sig-
nifloa el sacrificio de esa pobre mnjer?
Impnne, cada vez más impane, ooniideramoi el
crimen de la calle de Faencarral.
La misma sentencia habla de otros antores, qae
«Bo se han podido determinar», y de qaienes Higi-
nia no sería en tal caso más qne ana insignificante
colaboradora, an auxiliar de más ó menos eficacia.
• ó de presa de bravia y fiera condición para todas
• •
El reconocimiento de la complicidad de Dolores
A T Í U ha producido eatnpefaocíón.
Coa nait-bonhotnie de qae no hay «jemplo en
ningana sentencia, la Sala arranca de hechos mal
]^r*badoi nna responsabilidad, qae se ve forzada á
atenuar, pniqne al cabo de ella estaba nn patfbalo
qae parecía monstraoso. El tribanal acadió al ex-
pediente paeril de partir la diferencia: el palo era
macho; la absolnción dejaba ¿ Higinia demasiado
aislada, resaltando más entonces lo poco qne se ha-
bla allegado á la averignación del crimen, qae ro-
iUitaiía prodncido casi en el desierto. No se tavo
valor para considerarla autora, pero se la hizo
cómplice.
Con dieciocho años de reclusión, á ojo da buen
cubero, se ha salido del paso.
Bien es verdad qne tan probado aparece que haya
«ido cómplice, como que haya sido autora. Pero
hay qae ser razonables, y no llevar las cosas tan á
raja tabla.
Considérese que se necesitaba una persona más
para hacer bulto. Ls tocó la china á Dolores, que
después de todo era mujer de medianos anteceden*
tei, y no hay por qaé poner el grito en el cielo.
«• «
Excepto tratándose do Higinia, para condenar,
como par» absolver no hay en esa cansa otra cosa
qne indicios, más ó meaos vehementes, pero nada
más qae indicios.
Indicies había para condenar á Várela, y no ha-
mos de repetirlos aqui porqae son harto cono •
cidos.
ladioios había para condenar á Dolores Avila.
Y sia embargo, paesto que sólo en la prueba de
indicios podía fandamentarse aa fallo condenatorio
6 absolutorio, ¿por qué se condena á Dolores y se
absnelve i Vareta?
Admitamos que ha debido absolverse á Várela,
ipor qaá no se ha absnelto á Dolores Avila?
En honor de la verdad, del imperfac'.o sumario,
da las informaciones concedidas ó negadas en el
juicio oral, no resulta la culpabilidad de Várela, ni
ia deMilUn.
Pero tampoco resalta la de Dolores Avila.
Se castiga á Higinia Balaguar, sa castiga á Dolo-
res Avila...
Y sin embargo, el crimen queda impune. Ea este
presentimiento ha venido inspirada la oampaSa da
Eli PAÍS, y esta es h< y la opinión universal.
A dofla Luciana, segán el tribanal, la asesinó y
carbonizó Higinia «sola, ó con a^uda de otras per-
«onas que no han podido determinarse.»
Eito es, que esas personas, ó dígase los verdade •
ros asesinos, la misma justicia confiesa que aa le
han escapado.
Que era lo qae se trataba de demostrar.
Ahora no falta mis qae activar eso del indulto de
Higinia Balaguer.
LA SENTENCIA
Ea la villa y corte de Madrid, á 29 da mayo da
1389: En la causa criminal que ante nos pende, por
robo y homicidio de doña Luoiana Boroino é incea-
dio, seguida entra partes, de la una, el miaisterio
fiscal; da otra el procurador D, Constantino Rodero
en representación do D. Manuel Maríínez Agolar,
D. Al gasto Snáraz de Figuero», D. Enrique Vera y
González, D. Mariano Arans Párez, D. Rafael Ginard
de la Boaa y D. Rafael Pérez Vento, directores res-
pectivamente de los periódicos La Iberia, El Re-
sumen, La República, El Iliberal, EL PAÍS y La
(pintón, qn» ejercitan en dicha causa la acción pe-
nal desda 30 de agosto último, en qne fueron teni-
dos por parte; y de otra los procaradores D. Luís
Sata, D. Francisco Quintín Fernández, D. Pedro
Uaaget, D. Criitóbtl Martín Rey y D. Joan Her-
nández y Hernández, an representación respectiva-
mente tambiéa de los procesados Higinia Balaguer
Ostalé, hija de Mariano y de Petra, natural de Ain-
zóa, partida de Borja, provincia de Zaragoza, ve-
cina da esta corte, loltera, sirvienta, da veintiocho
afios da edad, sin instrucción ni antecedentes pe-
Halfií, y presa desda gda juiio del año último; Do-
lores Avila Palacios, hija da Isidoro y de Tomasa,
natural de Valladead, vaoin» da esta Qorta, soltara,
da treinta y ñata años, aia iaitraooíóB, coa anta-
DIARIO REPUBLICANO-PROGRESISTA
•• 'I X f B t g B ^ — —
SENTENCIA
cedan tas penales, presa desde 9 da julio próximo
pasado; María Avila Palacios, hermana de la ante-
rior, de la misma naturaleza y vecindad, soltera,
de treinta y nn años, sin instrucción ni anteceden-
tes penales y en libertad sin fianza; D. Josa Váz-
quez Várela y Boroino, hijo de D. Jesó ^ de doña
Luciana, nataral deVigo, provincia de Pontavedra,
veclnu de esta corte, soltero, estudiante, de vein-
titrés años, con instracción, con antecedentes pe-
nales, pr«so desda 8 da j alio del año último, y don
Josa Millán Astray, hijo da D. Prudencio y de doña
Pelegiioa, natural de Santiago, provincia de la Co-
rona, vecino de esta corte, casado, abogado y em-
ciÓD, sin antecedentes penales y en libertad bajo
fianza metálica, todos ellos declarados insolventes,
á exoepaión de D. José Vázquez Várela, qne tiene
bienes embargados; en cuya causa ha sido también
parta el procurador D. José María Villa, á nombre
da la madre de doña Luciana, doña Angela Vázquez
Várela, como acusadora particular, desde 10 de
septiembre último hasta que, con motivo riel fallí-
cimiantb de esta última, dejó de serlo en 3 del co-
rriente mes. Siendo ponente habilitado para la re-
dacción de esta sentencia el señor magistrado doa
Coarado da Córdoba.
Primero. Resaltando probado que doña Luciana
Borcino, vinda de Vázquez Várela, señora de po-
sición desahogada y con fama de rica, alquiló en
1386 el coarto segundo, izquierda, da la casa nú-
mero 109 de la calle de Fnencarral, y desde 21 de
abril de 1888 en qne su hijo único D. José Vázqaez
Várela tuvo ingreso en la prisión oalnlar para e x -
tinguir la condena de tres meses de arresto mayor
que le fué impuesta en causa sobre h»rto, vivía sola
dicha señora, sin otra asistencia doméstica que
la de una sirvienta, coa frecuencia renovada por lo
nervioso, impresionable y desconfiado de su caras
ter, sin más compañía qna la da un perro bull-dog
las personas extrañas á la familia y trato de doña
Luciana.
Segando. Resultando probado que á principios
de junio del citado año 1833. Higinia Balaguer y
Dolores Avila, entre las qae existia estrecha y an-
tigaa amistad y se hallabas entonces faltas da todo
recarso, concertaron ponerse á servir coa la idea
de que, uaa vez colosada OQslqaiera de ellas, roba-
rían á sas araos, y al efecto de asegurarse en el mo-
mento oportuoo el auxiliar qaa pudieran necesitar,
solicitaron primero el concurso de José Feito (a) el
Cano, en el dicho mes, y coa posterioridad, la ma-
ñana del i.* de julio siguiente, el de Vicente Moro-
no {».)Jaquete, los cuales rechazaron la proposición
de robo, que sin referirse á vivienda ni persona de-
terminada les hicieron las expresadas majares.
Tercero. Resultando probado que el 22 de janio
del referido año, se presentó Higinia Balaguer en
casa de doña Luciana, qna á la sazón estaba sin
criada, y manifestanao llamarse Isidora Oliveros y
ser de estado viada, pretendió entrar ásn servicio,
pero como la fuese exigida por doña Luciana la cé-
dula de vecindad, recurrió Higiaia á su amiga De-
lores Avila, y jautas faeroB al día siguiente á la
taberna de Alejandro Cañaveras, habitanta en la
Costanilla de los Desamparados y conocido de la
última, á pedirle las proporcionase el documento
que la primera necesitaba, á lo cual, y sin saber el
objeto, se prestó el tabernero, y por mediación de
Juan Martin, lo obtuvo y reoogieroa aquéllas el 25,
consignándose en el mismo, conforme á la nota
que para expedirlo dejaran, el nombre y demás cir-
cunstancias que Higinia Balaguer exsuso al ser in-
terrogada por la señora de Vázquez Várela.
Cuarto. Resultando probado que al otro día, é
sea el 26, y provista de la cédula volvió Higinia
Balaguer á casa de doña Luciana, y quedó recibida,
paes, á pesar de haberte enterado diclja señora por
Jaana Bruil, vecina de la casa núm. 2 da la Cuesta
de Araneros, donde faé á tomar informes del ver-
dadero nombra de la fingida Isidora, y de qna no
era viuda, sino que vivió durante muchos años ma-
ritalmente con el cojo Evaristo Abad, dueño de la
cantina situada frente á la Cárcel-Modelo, no tuvo
reparo en admitirla por creer qne al conocimiento
de estos antecedentes fuera segura garantía del
buen comportamiento de su sirvienta.
Quinto. Resultando probado que el primero da
julio, inmediatamente después de salir á las diez ó
diez y media á misa doña Luciana Borcino, se nar-
cotizó al parro con una sustancia anestésica, y lue-
go que la infortunada señora hubo regresado á sa
domicilio se lanzó repentinamente sobre ella Higi-
nia Balagaer, y sola, ó con la ayuda de una ó más
personas hasta el presente descODOcidas, y da sexo
también ignorado, á quienes facilitara la entrada
en la casa haciéndoles seña con un pañaelo, doran-
te la ausencia da su ama, la sujetó ahogando sas
gritos y con arma blanca, que pudo ser cuchilla de
cocina, navaja, faca úotra semejante, la infirieron
tres heridas an al pecho, uoa de las cuales, pene-
trando en la cavidad, laccionó el cartílago de la
quinta costilla y el pericardio y atravesó el cora-
zón, produciendo instantánea y necesariamente la
muerte de la lesj^aada.
Sexto. Resultando probado que así que dietoa
muerte á doña Luciana abrieron los culpables coa
sa propia llave el armario do eip°ijo colocado en el
gabinete, sustrajeron alhajas (.rodeocialmente ¡ta-
sadas en cuatro mil doscientas ciacui^nta pesetas,
y dinero en cantidad que no ha podido precisarse
ni recaperame, envolviéronlo todo en un pañuelo,
y con ello abandonó Higinia Balagaar, sobre lastres
da la tardo, la casa, reaniéadose á Dolores Avila J
marchando Jautas á la calle de Preciados, donde en
el ettablecimieato da D. Valentía Oil cambiaran
Buo de los billetes sustraídos, recorrieado á segni'
da varias calles en busca de cuarto hasta alquilar
el bajo der«cha del núm. 4 de la calle de Egaílaz,
dentro !el que parmaneciaron algún tiempo y des-
pidió al uia sigoieuta Dolores Avila, tomaran luego
un carruaje que las llpvó de paseo por la Castellana
y dejaron á los siata cuartos da hpra eu la Puerta
del Sol, esquina á la calle del Carmen, desde cuyo
punto regresó Higinia á casa de la interfecta, roció
OPB petróleo y aceite los papeles y ropas encontra-
d a alrededor y debajo del cadáver de doña Lucia-
na Boroino.Jps prendió tasgo y retiróse á la cocina
á esperar q. -^l incendio, al consumar sa obra de
destrnooión, viciara también desapareoar las hna-
^íadrid.-«Año IIL—Jíúra.
inancibs y comanicidos i precios cd
Toda la correspundeaciadirijáisÍ,DI
llas de las violencias ejercidas sobre la victima, j
dando así apariencias de fortuito accidente, qne la '•
intencionada rotura del quinqué hallado al lado del ,
cadáver pudiera explicar á la que era en realidad :
producto de un nuevo delito hábilmente preparado ,
para ocultar la perpetración de otro aún más grave. .
Séptimo. Resaltando probado que sobre la nna [
de la madrugada del día 2 de julio advirtiéronse |
po" alguno de los vecinos de la casa señales del in- |
cendio, y avisadas las autoridades, acudieron los !
primeros el alcal-ie de barrio y subinspector del dis- '
trito, galanes para penetrar en el cuarto segando »
izqaierda hubieron de ordenar se forzase la puerta
de entrada porque tenía ectiados la llave y cerrojo,
y no obstante tirar repetida y fuertemente de la
campanilla nadie acudió á abrir, y una vez dentro
de la habitación, abiertas las ventanas y balcones
DecHsai'io' Tiara, dar salida al humo qae impedía la
respiraoi , encontróse janto al lecho que ocupaba
el oentr .lel dormitorio del gabinete principal el
ouui'po de doña Luciana Borcino tendido en el sue-
lo, bosa arriba, sia calzado ni medias, pero coa los
ptíadientes y uoa pulsera puestos, y ardiendo los
restos del vestido qae la cubría, así como también
las ropas, papeles y un cesto echado sobre el cadá-
ver, liallándose éste horrorosamente carbonizado
desde las rodillas á la cabeza y destruida la piel en
varios puntos, ptincipalmente en el vientre, cadera
y arranque de los maslos, hasta el extremo de ha-
cer difícil la identificación de la persona y el des-
prendimieato de los restos de vestiduras que con-
servaba por estar pegados á la carne quemada, pro-
pagándose el fuego á la puerta de la alcoba y del
gabinete, con daño apreciado principalmente en
treinta pesetas.
Octavo. Resultando probado que, extinguido el
incendio y reconocidas las demás habitaciones de
dicho cuarto, se halló en la cocina tendida asimis-
mo en el suelo, sin movimiento y vestida única-
mente con la camisa y na delantal y á su lado el
perro da presa, á Higiaia Balaguer, la cual al le-
vantarla del suelo para prestarla el auxilio que su
estado requería, exprasó que no había participado
dal BÍaiaMCFO, y axxmtnad* Inejro^ znanlfestú qne la
tarde anterior marchó á paseo por indicación de su
señora, quedando ésta con un caballero de treinta y
cinco á caarenta afios, llamado, según dijo, don
Miguel, el cual aún estaba en la casa al regresar la
declarante cerca de las odbo y comió coa sa ama y
con la misma la dejó á las diez y media, en qne la
mandaron retiiarse, sin que sepa á la hora en qne
aquél te fuera, pues ella se acostó y no despertó
hasta que oyó ladrar al perro, que dormía en su al-
coba, y fuertes campanillazos en la puerta de la es-
calera, qae no llegó á abrir, porque al salir á la co-
cina una espesa humareda la hizo retroceder, y sos-
pechando hubiera fuego empezó á pedir auxilio á
gritos desde la ventana de la cocina y cayó al suelo
acometida de un síncopa, añadieado haber oido á su
señora qne tenia un hijo, pero sin expresar sn nom-
bre, oficio, edad ni donde sa encontrara; y ^se fué i
pretender ea casa do dofla Luciana por indicarla en
una tienda de ultramarinos que necesitaban criada,
y su señora la admitió después de tomar buenos in-
formas del director de la Cárcel Modelo, á quien
también había servido, cuyo director, aunque con-
firma este último extremo, niega en absoluto el
primero.
Noveno. Resultando que una vez practicada la
autopsia y evidenciado que las soluciones de con-
tinuidad qna presentaba el cadáver de doña Lucia-
na Boroino provenían, no de las quemaduras, siao
de heridas causadas con instrumento adecnado
para producirlas, decretóse el mismo día 2 de julio
el procesamiento de Higinia Balaguer, é indagada
si día siguiente, reprodujo lo antes declarado; que
en ampliación prestada el 5 añadió qne unos seis
afios atrás el Cojo, con quien vivía, la desigaó aun
sujeto diciéadole <ese es Várela»; pero puesta en
presencia del hijo da doña Lucians, no le reconoció
como el aludido sujeto ni recordó haberle visto
nunca, qae ea otra ampliación del día 6 expresó
que al despertarse, porque ladró el perro, vio en el
pasillo al D. Miguel, el que la dijo: «Levántese us-
ted y eche el cerrojo; la señorita ha quedado acos-
tada,» lo hizo así y volvió a su alcoba, viendo que
dicho señor llevaba al salir un lío pequeño de pa-
peles.
Qae el mismo día 6 solicitó insistentemente ha-
blar con el Sr. Millán Astray, y autorizado éste do
uaevo por el Juzgado para entrar eo. la prisión don-
da aquélla estaba incomunicada, la confesó según
Millán Astray refiere, que ella sola mató á in seño-
ra por encontrarse mal de dinero y darla esa tenta-
ción, cogiendo Inego un rollo de papeles, qne en-
vueltos en un pañuelo dio á Dolores A»ila, á quien,
aunque dudaba lo entregase, podía pedírselo: y qae
como mpouia U Higinia—añade Millán Astray—no
se lo quiao entregar, á pesar de que con tal objeto,
y después de proporcionar nna bi'evo entrevista á
solas á dichas dos majares, salió con la;Dolores y
su hermana María hacia casa de éstas en un cocha
de alquiler.
Qae en careo con Millán Astray celebrado al 17
de julio, después da negar en abioluto cnanto la
careante sostenía, acabó por confesar que, exaspe-
rada por haberla reñido dos veces la señora el 1.°
de jalio, con motivos insiguifloantes, y sin ánimo
da sustraer, como no suatrajo nada, cogió el cuchi-
lio de la cocioa y la dió tros puñaladas, amoito-
nando, luego de lavar la sangce, ropas y papeles
sobre el cuerpo de doña Luciana y eohando petró-
leo para que ardiera, y salvar así su i-asponiabili-
dad mejor que si hnbiera huido.
Que en otra del di» 8 reiteró la preceaente; poro
apenas transcurrida una hora, pidió nueva amplia-
oióu y manifestó que un sujeto de veintiséis ó vein-
tiosho años, para ella desooaociio, que encontró el
21 ó 22 de junio la indicó que doña Luciana estaba
sia criada, y faese á pretender, como a«í lo hizo, y
quedó recibida, después de lo cual el mencionado
sujeto, al que veía casi todas las mañanas, la pro -
puso abriera la puerta á José Vázquez, quj trataba
da robar á su madre y la daría á ella una buena
gratificación, cuya proposición 8cept\ y sobre las
dos 6 dos y media de la tarde del 1 ° de julio II*
marón á la pU'Tta, la í\bri6 y entró Vázqu' z Várala
eou barba postiza, recpnoaiíndola en seguiíia á pa-
sar da esta disfraz, y aiendo el quiau icató a BU
madre, gustrajo del armario ua rollo do papeles,
REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN
GA.MFOUANBS, 4 , BN KSURLO
Teléfoaa 3 t
'eBcoatlei.
«tras otcisa* i acto
DON JOSÉ LASO DE LA VEGA
2S nanaeros 75
preparó el incendio y la dió orden da praadarlOt
recibiendo por estos servicios 4.000 realas y lÁ
oferta de otra cantidad igual:
Qne en 11 del propio mt'S y acto oo !£ .ano da MS
careada con su hermano Elias Balaguer amplió otra
vez mas la Higinia sus declaraciones y desmiati6
cnaato había referido acerca de su encuentro con al
desconocido, afirmando que el que verdadaramanta
la propnso qne faera á pretender á casa de dofla
Luciaua fué D. Jo»é Millán Astray, y además la
dijo que dicha señora tenía un hijo, pero qne irla
disfrazado á robarla y al que debía abrir la puerta;
sosteniondo esto mismo en las restantes declara-
ciónos prestadas en el sumario.
Décimo. Resultando qne á virtud de las praoa>
dentes declaraciones de Higinia Balaguar, del oen-
toLido da algunas cartas esoí itas por José Vázquas
Várela á su nombre y recogidas en la casa del cri-
men, de las conexiones é intimidad qna con ésta y
aquélla tuvieran, y de otros datos aportados á lai
actuaciones fueron sncesivsmente procesados d i -
cho Vázquez Várala, Evaristo Modero, Barfqaa Lov-
ea, Dolores y María Avila, Avelino Gallego, D. Jof<
Milláh Astray, Femando Blanco y Miguel Rica,
aunqne ese procesamiento sa dejó sin afecto aa 7 da
agosto respecto de Medero, Oallego, LoBsa, Blanco
y Rico, declarándose en la misma fecha terminad»
el sumario.
Décimoprimero. Resultando qne elevada la ca««
sa á e s a superioridad, el procurador Rodera, i
nombre y con poder de D. Manuel Martínez Agaiar,
D. Augusto Suárez de Figueroa, D. Enrique Vera y
González, D. Mariano Arans Pérez, D. Rafael Gi-
nard da la Rosa y D. Rafael Pérez Vento, directoral
de los periódicos La Iberia, El Resumen, La Bepú-
blica, El Liberal, EL PAÍS, La Opinión, formuló an
16 de agesto querella criminal contra Higinia BaU»
guer, por los delitos da asesinato y robo de defia
Luciana Borcino, y con tra José Vázquez Várela J
D. José Millán Astray, por el de qaebrantamiento
de condena, y contra el último además par el da
falso testimonio, sin perjuicio respecto á ambos da
las responsabilidades que les aloanzaraa en el deli-
to principal da los autos y dera.&ii oonaxea <{tio • •
comprobaran; querella qne no fué admitida por ax»
temporánea, pero teniendo, sin embargo, per parta
eu auto de 30 de agosto á dicho procurador ea la
expresada representación y en al ejercicio da la ac-
ción publica entableoida en el art. 101 da la lay da
Enjuiciamiento criminal.
Duodécimo. Resultando qua en 7 da leptiambre
el procurador Villa solicitó se le tuviera tambiéa
por parta á nombre de doña Angela Vázqaez Várala»
viuda de Borcino y madre de la interfecta doña
Luciana, á lo qne defirió la Sala an providencia da
10 del propio mes.
Decimotercero. Resultando qna no obstante
pedirse por los ajercítantei de la acción popular y
privada y aun por Higinia Balaguer la ravocaoite
del auto de terminación del sumario y la práctica
de nuevas diligencias, foé dictio aato confirmada;
y celebrada la vista que determina el art. 632 d*
la citada ley procesal, solicitaron ea ella el uaiaia-
terio fiscal la apertura del juicio en cuanto á Higi-
nia Balaguer y Dolores Avila, y el sobreseimiento
provisional y excarcelación en todo case respecto á
los demás; y los def msores de la acoién popular J
de la acasación privada qne se abrieis el j a l d o
oral para todos los procesados, acordándolo así U
Sala y denegando la excarcelación solicitad», por al
señor fiscal en auto de 23 de octubre.
Décimo cuarto. Resaltando qnacomnaioados los
autos á las partes, al miaistario fiscal estable-
ció en sus conclusiones provisioTiales que loa ha-
chos probados da la muerta violenta da doña L i -
ciana Boroino, la sustracción de sus alhajas y dina*
ro y el prender fuego »1 cadáver, constituían loi
delitos de robo con homicidio é incendio, y acasan-
do de autora de ambos á la Higinia y da encubrido-
ra del primero á la Dolores, con las agravantai
de premeditación conociaa, y abaso da oonflanza»
pidió se las condenara, á la Higinia á la pena do
muerte en la forma qae la ley determina é iadem-
nización de 10 000 pesetas á los causahabieatei da
la interfecta, con restitución de las alhajas y deTO-
luoión de la cantidad robada, por el delito da robo
con homicidio, y por el de incendio, á la pena da
reclusión perpetua, con accesorias, indemniza»
ción del daño causado por el incendio y pago da
una quinta parte de costas; á la Dolores, á la pana
de doce años de prisión mayor, accesorias, obliga-
ción solidaria con la Higinia de devolver el diñara
y alhsjas robadas y pago de otra qninta parta da
costas, y la absolución de loa restantes preoa-
sados.
Decimoquinto. Resultando que la representa- A
ción de la acción popular estimó en las sayas, lim "
que en el escrito figurase D. Manuel Martínez \
Aguiar, que adam»B de los delitos califloadoB por al
ministerio fiscal, existían el de quebrantamiento da
condena, medio necesario para la comisión dal pri- -
mero y el de infidelidad en la custodia da praaoa, ,,
siendo responsables como autores del de rabo coa :
ocasión del cual resultó homicidio, y del de incen-
dio, José Vázquez Várela é Higinia Balagaar, anco-
bridares del primero Dolores Avila y D. José W- ;
llán, y éste autor del último.
Apreciando, respecto de Higinia, las círcnMtan- f
cias agravantes de premeditación conocida f aba-
so de confianza, y ea cuanto á Vázquez Várela, coa ;
r lación al cual el delito primero era el de robo COK '
parricidio, las dos expresadas, y además de la da Í
haber empleado disfraz para cometerlo, pidiendo m I
condenara á Higinia y á Várela á la pona de muar- I
te é indemnización de 10.000 pesetas por el delito ,
complejo de robo con homicidio, y por el de iaoai-
dio en la reclusión perpetua, accesorias, indemni- «
zación del daño cansado y pago de doa fnintafl ,
partes de costa»; á D. José Millán Astray y á Dalo* .
res Avila á la pena de doce años de prisión mayor
á cada uno con las accesorias, y además al MiUia
125 pesetas de multa é inhabilitación perpetua a i - •
paaial y devolución por ambos del dinero y alhaja! '
robados y pago de otras dos qaintas partes de coa- !
tas, y que se absolviera á María Avila por no apa-
recer tuviera partid pació» en ellos, y la represan- -
) tacióa da doñ« At»{{«ln Vázquez aceptó las concU* •
• sienes del íiíoal de S. M. ;'
Dácimosexto. Resaltando que la defensa da HiH '"
i ginia Balagaer, que había solicitado en 25 deagoi^ -