El Perú alberga una diversidad de ecosistemas que reflejan la riqueza de su geografía.

Desde la costa árida hasta las cumbres de los Andes y la selva amazónica, el país
presenta una variedad única de ambientes naturales.

En la costa, el Desierto de Sechura se extiende a lo largo de la costa norte, con su

característico paisaje arenoso y la presencia de especies adaptadas a condiciones áridas.
Hacia el sur, la corriente de Humboldt influye en la rica biodiversidad marina de la
región, donde las aves y los mamíferos marinos encuentran un hábitat abundante.

A medida que ascendemos hacia los Andes, nos sumergimos en una gama de
ecosistemas de montaña. Los páramos, ubicados en altitudes elevadas, son hogar de
plantas adaptadas al frío y a la escasez de oxígeno. Los bosques nublados, por otro lado,
albergan una exuberante vegetación y una gran cantidad de especies endémicas.

La Amazonía peruana, extensa y exuberante, alberga una biodiversidad asombrosa. Los

ríos serpenteantes son el hogar de innumerables especies de peces, mientras que la
densa selva tropical es el hábitat de una variedad impresionante de flora y fauna, desde
jaguares y monos hasta una miríada de aves coloridas.

La interconexión de estos ecosistemas crea un tapiz complejo de vida que ha

evolucionado a lo largo de milenios. Sin embargo, esta riqueza natural también enfrenta
desafíos, como la deforestación, la contaminación y el cambio climático, que destacan
la necesidad de preservar y gestionar de manera sostenible estos valiosos ecosistemas
peruanos.