En la actualidad, los anestésicos locales utilizados en odontología son de tipo amida
y producen menos reacciones de hipersensibilidad que los ésteres. La respuesta alérgica puede estar representada más por el vehículo y los conservadores del fármaco (bisulfitos, metasulfitos o metilparabeno) que la base anestésica misma. Debe tenerse presente que muchos de los anestésicos de uso tópico, por su habilidad de ser absorbidos por las mucosas, son de tipo éster, lo que puede dar cuenta de reacciones alérgicas locales y focales, aunque menos comunes, como edema angioneurótico, disnea y dificultad para deglutir.
En comparación a los millones de cartuchos utilizados en forma anual, la
prevalencia de lesiones alérgicas es despreciable, como lo es la incidencia de fatalidades. Es usual que las reacciones a anestésico sean de tipo tardío manifestándose como urticaria y eritema.
En un paciente al que se le ha diagnosticado alergia a los anestésicos en forma
irrefutable, la indicación será utilizar una base química distinta y adaptarles a la posibilidad de uso odontológico, pudiendo ser considerado el uso de los ésteres del ácido paraaminobenzoico como procaína y tetracaína. A través de una prueba de sensibilidad cutánea, se puede buscar un sustituto entre lidocaína, mepivacaína, articaína y prilocaína, si bien son amidas, su estructura química, les hace diferentes entre sí.
Cuando en el párrafo anterior se menciona una documentación irrefutable, es por el
hecho de que la alergia con frecuencia es confundida por los pacientes y malinterpretada por el clínico, con intoxicación anestésica, secundariana una inyección intravascular accidental. Ésta, al deprimir de manera pasajera al sistema nervioso central cuando entra el anestésico local al torrente sanguíneo de manera directa, puede provocar depresión, mareos, euforia, excitación o convulsiones. Por este ingreso sanguíneo directo el vasoconstrictor adrenérgico contenido en el anestésico, puede provocar reacciones psicomotoras como taquicardia, aprehensión, sudoración e hiperactividad, que pueden diferenciarse con facilidad de las alergias. Por aprensión psicológica los pacientes hablan de alergia o intolerancia a los anestésicos, ya que se han observado reacciones pre-trans-post anestésicas de sudoración, taquicardia, palidez y desfallecimiento, producto del estrés físico y emocional, sin que esto deba ser apuntado como una reacción de hipersensibilidad alérgica (Castellanos, Díaz, & Lee, 2006, págs. 288-289)