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LA MEDITACIÓN: DEL TEMPLO AL LABORATORIO

Conference Paper · September 2015

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Luis de Rivera
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LA MEDITACIÓN: DEL TEMPLO AL LABORATORIO

Dr. Luis de Rivera


Director, Instituto de Psicoterapia e Investigación Psicosomática, Madrid.
www.psicoter.es luisderivera@gmail.com @luisderivera

Meditar significa “medir mentalmente”. Según el Diccionario de la


Real Academia Española, consiste en: “Aplicar con profunda atención el
pensamiento a la consideración de algo, o discurrir sobre los medios de
conocerlo o conseguirlo”. Así, un niño resolviendo ecuaciones, un padre
de familia calculando como pagar la hipoteca o un empresario planeando
enriquecerse pueden estar meditando. Sin embargo, no es de ese tipo de
meditación del que queremos tratar en este momento. El uso corriente de
la palabra no hace justicia al significado que adquiere en su uso
especializado.

En esta segunda acepción, meditar es una técnica específica, que


requiere una instrucción apropiada y que produce unos resultados que
pueden ser objetivados, descritos y comparados. En la práctica, consiste en
mantener la atención de manera sostenida sobre un objeto, concepto,
sonido o experiencia, pero sin intención de lograr ningún resultado
especial. Es esta concentración mental sin finalidad lo que define la
meditación, y lo que la hace diferente de otras maneras de utilizar la mente.
En un estadio avanzado, la meditación toma como objeto la contemplación
objetiva del propio funcionamiento mental y llega, finalmente, a un estadio
en el que la mente se observa a si misma vacía de todo contenido. Este es
el estado que los místicos describen como ser “Uno con Dios” y los monjes
Zen como alcanzar la iluminación.
Luis de Rivera

NIVELES DE MEDITACION
1. Concentración pasiva en un contenido especifico
2. Contemplación objetiva del propio funcionamiento mental
3. Observación de la mente desprovista de contenido.

Orígenes religiosos de la Meditación.

Todas las grandes religiones han utilizado técnicas de meditación


como elemento esencial de sus rituales. Esto no es de extrañar, porque
algunos de los efectos que produce la meditación pueden fácilmente
interpretarse como debidos al contacto con una Divinidad o a la fusión con
una Consciencia más amplia que la personal del meditador. En este
sentido, representan un esfuerzo importante de la Humanidad para
entenderse a sí misma y a su Creador.
2

1 - Yoga. Realmente no es una religión, pero si el camino espiritual más


antiguo, con fuentes en la India y el Tibet que se remontan a más de 7000
años. Los textos más conocidos, los Vedas y el Bhagavad Gita, proceden
de la tradición brahmánica de hace más de 5000 años. Los Yoga Sutras de
Patanjali, escritos entre el siglo II antes de Cristo y el siglo II después de
Cristo, son un tratado práctico que todavía sigue vigente.

2 – Budismo. Se origina en la India en el año 530 antes de J.C., fecha en


que Siddharta Gautama Sakyamuni, conocido desde entonces como Buda
(“el que ha despertado”), alcanzó la comprensión de la Realidad Infinita
tal como es y se liberó definitivamente del sufrimiento. Su doctrina se
resume en las Cuatro Noble Verdades y el Óctuple Camino para la
Liberación de la Ignorancia. Los dos últimos tramos de este camino

III Congreso Internacional de Meditación y Ciencia, Las Palmas, 12 Septiembre 2015


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incluyen detalladas instrucciones para la meditación. Los cuatro primeros


son preceptos de conducta que preparan para la experiencia.

3. Taoísmo - Zen. El Taoismo fue originado en China por Lao-Tse y


Chuang-Tse, contemporáneos de Buda. Su doctrina tiene muchos puntos
en común con el Budismo, con el que se combinó para dar la Meditación
China o Ch´an y después, al continuar desarrollándose en Japón, el Zen.
Sus actitudes fundamentales son el desapego y la no-elucubración. Sus
prácticas físicas son dinámicas, muy diferentes de la inmovilidad de los
asanas yogis. De ellas derivan las artes marciales o Budo, que se entienden
como una forma de liberar el ego y lograr la vivencia de la unidad. En el
arte Zen del tiro con arco, por ejemplo, “el arquero, la flecha y el blanco
son uno”. Entonces, es imposible fallar.

4. Misticismo Cristiano. Se origina con los Padres del Desierto del S. II, 3

cuyos métodos y consejos se recogen en un tratado antiquísimo


denominado Philokalia. Grandes representantes en España fueron Teresa
de Jesús y Juan de la Cruz. La orden cisterciense mantiene relativamente
vivas estas prácticas, accesibles al público general a través de las obras de
Thomas Merton. Desde otra perspectiva, el jesuita Tony de Mello ha
descrito una interesante integración de prácticas cristianas y budistas.

5. Misticismo Hasidico. Se centra fundamentalmente en el estudio de la


Kabala y la meditación sobre las letras del alfabeto hebraico. Muy difícil
para quien no conozca muy a fondo la lengua y la cultura judías, tiene
difusión sobre todo en Estados Unidos y Argentina.

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6. Sufismo. El misticismo islámico ha sido periódicamente perseguido (lo


mismo que el misticismo judío y el cristiano) por la tendencia de sus
adeptos a discrepar con las verdades oficiales. Sus bases son la
concentración en el amor divino y el uso de relatos cuya comprensión
obliga a trascender los presupuestos habituales del razonamiento ordinario.
Idries Sha es el autor moderno más conocido.

Las escuelas de meditación actuales.

En un estudio de campo que duró más de tres años y que fue la base de
su Tesis Doctoral, Reyes Trujillo examinó las prácticas de 18 escuelas de
meditación actuales, algunas de ellas con numerosos seguidores. Su rango
de adscripción va desde las más definitivamente confesionales hasta las
más agnósticas, pasando por otras claramente sectarias y una (la
psicoterapia autógena) de carácter estrictamente clínico. Dejaremos para 4

otra ocasión los antecedentes históricos, bibliográficos, filosóficos y


religiosos de todas estas escuelas. Diremos, sin embargo, que todas ellas
se precian de su “linaje”, la línea sucesoria que une al actual maestro con
el Eúmeno o Primer Iniciado del Camino. Siguiendo este rastro, es fácil
encontrar sus puntos de convergencia con las fuentes filosóficas y
religiosas originales. Según el origen cultural de sus fundadores, se pueden
clasificar las diferentes escuelas en Occidentales y Orientales. En todas las
escuelas estudiadas, fue posible distinguir tres aspectos:
a) Un cuerpo doctrinal, con consideraciones filosóficas y/o religiosas
b) Un código de conducta con prescripciones éticas y morales
c) Una descripción de prácticas meditativas.

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MEDITACIONES OCCIDENTALES MEDITACIONES ORIENTALES

Control Mental de Silva Budo


Comunidad St. Germain Budismo Tibetano
Cuarto Camino Gurdejieff Meditación trascendental
Fraternidad Rosacruz Sufismo
Hermandad Martinista Tai Chi
Kabala Taoismo
Movimientos Gnósticos Trantra
Psicoterapia Autógena Yoga
Sociedad Teosófica Zen

de Rivera & Trujillo, la experiencia de relajación: aplicación del Cuestionario de


estados de conciencia a sujetos en Entrenamiento Autógeno y otras formas de
Meditación Psiquis, 1996, 17:13-23 http://bit.ly/1VliFlA

Psicofisiologia de la Meditación

Las prácticas meditativas, reducidas a sus aspectos laicos, han


acabado por atraer el interés de la Medicina y de la Psicología. En efecto,
su rendimiento en el tratamiento de los síndromes de estrés y de ansiedad 5

es excelente, aparte de que los cambios psicosomáticos que producen son


de gran valor preventivo y terapéutico. Aunque algunos detalles varían
según la técnica, todas ellas comparten los siguientes efectos fisiológicos:

1. Aumento de la distribución y cantidad de actividad alfa


cerebral (mayor producción de ondas bioeléctricas cerebrales
entre 8-12 ciclos / segundo.)
2. Disminución del ritmo cardiaco
3. Disminución de la presión arterial.
4. Disminución de la frecuencia respiratoria
5. Disminución del consumo de oxigeno
6. Disminución de la conductividad epitelial galvánica
7. Disminución del tono muscular.

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8. Disminución de los niveles de “hormonas de estrés”:


adrenalina y cortisol
9. Aumento de la producción de insulina, vasopresina y
hormona del crecimiento.

Trujillo y de Rivera; Cambios fisiológicos durante los ejercicios


de meditación. Psiquis, 1992; 13:279-286 http://bit.ly/1hKPvyd

La experiencia subjetiva de la meditación

Desde el punto de vista psicológico, la relajación es uno de los efectos


más característicos de la meditación, pero no es el único, ni siquiera el más
importante. De hecho, casi todos los meditadores serios experimentan, en
algún momento, emociones o sensaciones desagradables. Este fenómeno
es conocido en psicología académica como “respuesta paradójica”, 6

partiendo del erróneo concepto de que la meditación sólo sirve para


relajarse. Para evitar esta confusión, es importante establecer las
diferencias entre meditación y relajación. De manera muy simple,
podemos decir que la relajación es lo contrario de tensión. Así, en términos
vulgares, podemos relajarnos escuchando música o conversando con
personas afines, lo mismo que paseando por el campo o dejando vagar la
imaginación en un entorno placentero. En términos psicológicos más
precisos, llamamos relajación a la experiencia subjetiva de un estado
opuesto al de ansiedad, que puede producirse de manera espontánea o
mediante técnicas específicas, como aprender a descontraer los músculos
(Método Jacobson) o a visualizar escenas tranquilas. Durante la
meditación se produce de manera regular la respuesta de relajación.

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ANSIEDAD: Estado de anticipación temerosa. Sensación vaga y


difusa de peligro, de que algo terrible va a ocurrir.
RELAJACIÓN: Estado de placidez. Sensación vaga y difusa de
seguridad, de que todo está bien y nada malo puede pasar.

El segundo fenómeno subjetivo producido por la meditación


corresponde a una mayor capacidad de percibir los estados internos. Las
preocupaciones habituales, los pensamientos, las emociones, se hacen
mucho más aparentes, así como también sensaciones tales como hambre,
sueño o molestias físicas. Por eso, es fácil meditar cuando todo está bien,
pero muy difícil durante situaciones de estrés o de dolor físico o psíquico.
Eventualmente, a medida que el tono afectivo básico de relajación se hace
más intenso, estas molestias van desapareciendo de manera progresiva.
Pero los momentos iniciales pueden ser muy desagradables para el
meditador poco experimentado o mal entrenado. Es frecuente que las 7

personas ansiosas refieran que “su ansiedad aumenta durante la


meditación”, lo cual no es cierto, pero lo parece, porque perciben mucho
mejor la ansiedad que ya tenían al empezar. En situaciones de duelo, por
ejemplo, es habitual que la tristeza y las ganas de llorar empeoren
inicialmente, para ir paulatinamente atenuándose después de un climax que
termina con una agradable sensación de relajación. Lo mismo ocurre con
la agresividad reprimida y, en general, con todas las emociones negativas
que, más o menos, podemos ir esquivando o ignorando en el estado
habitual. En el estado de meditación no es posible esconderse de nada. Las
emociones negativas son como una gran ola, y el meditador tiene que
aprender a sumergirse por debajo de ella, en lugar de intentar huir o de
dejarse arrastrar.

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El tercer grupo de fenómenos puede entenderse como extensión del


anterior y consiste en la liberación de vivencias traumáticas, más o menos
profundamente enterradas en el subconsciente. No es infrecuente que
surjan memorias o fantasías muy vivas acerca de experiencias pasadas
desagradables. En ocasiones, estas descargas de tensión son de tipo físico,
en forma de sensaciones diversas, temblores o alteraciones de la imagen
corporal. Normalmente, son transitorias y van desapareciendo con la
práctica. Cuando son muy intensas o repetidas, no es aconsejable continuar
la meditación sin la supervisión de un experto. Mi maestro Wolfgang
Luthe, discípulo directo de J.H. Schultz, el creador del Entrenamiento
Autógeno, descubrió como canalizar el fenómeno de las descargas en un
método terapéutico, la abreacción autógena, de gran eficacia en el
tratamiento de los trastornos de personalidad y del estrés postraumático.
En la actualidad, la versión perfeccionada del método de Luthe,
denominada Análisis Autógeno, constituye un elemento fundamental de la 8

Psicoterapia Autógena.

En cuanto a las diferencias de detalle entre los efectos de los


distintos tipos de meditación, y entre los distintos grados de experiencia
con el mismo método, podemos entenderlas como distintos niveles dentro
de una continuidad de estados de consciencia. Tanto la excitación
producida por la agitación y el estrés como la tranquilización producida
por la meditación inducen una progresiva desconexión de mundo externo,
con un acceso cada vez más rico a los estados internos. Este es un viaje
interesante y enriquecedor, que no está exento de dificultades y peligros, y
cuyo recorrido ha interesado a la Humanidad desde sus pasados más
remotos.

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Luis de Rivera

Luis G. de Rivera. Mapa de los estados de conciencia. En: Creatividad y 9

Estados de Conciencia. Revista de Psicología General y Aplicada, 1978;


33: 415-426 http://bit.ly/1IsUo3T

La práctica de la Meditación

Sea cual sea el motivo que ha conducido a la meditación, es siempre


preciso tener en cuenta que se trata de un procedimiento específico, bien
estandarizado, que debe practicarse de manera correcta y con regularidad.
Aunque estudios, conferencias y lecturas pueden dar una idea de sus
aspectos filosóficos, científicos y culturales, la iniciación y supervisión por
un maestro experto es imprescindible.

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Luis de Rivera

Es muy importante no confundir la meditación con el ensimismamiento,


que es la preocupación y absorción en uno mis mo, ni con la ensoñación,
que es dejar en libre juego la fantasía, puesta al servicio de la satisfacción
imaginaria de los deseos. Estos errores pueden tener malas consecuencias,
ya reseñadas en los tratados más antiguos, y puestas en evidencia más
recientemente por la descripción de algunos casos de psicosis precipitadas
por técnicas deficientes o mal enfocadas.
Trujillo, Monterrey y d e Rivera, Meditación y Psicosis,
Psiquis, 1992, 13: 75-79. http://bit.ly/1WZgqGf

Por otra parte, es frecuente que muchas personas, que han experimentado
efectos muy positivos en sus vidas con la práctica correcta de la
meditación, abandonen la técnica sin poder explicar muy bien porqué. Los
tres impedimentos que dificultan la constancia en la meditación son:
10
1. La pereza, preferencia por la gratificación fácil de los sentidos antes que
por el desarrollo personal.
2. El “departamento de sabotaje” o partes inmaduras de la personalidad
que se resisten al cambio y
3. Los “enemigos internos”, representaciones desagradables de traumas y
conflictos que asustan al meditador y le alejan de su práctica.

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