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MODELO INTERVENCIÓN EN CRISIS

Golan (1978), menciona que los principales puntos o ideas de este modelo son:

 Toda persona, grupo u organización atraviesan una o varias crisis a lo largo de


su vida.
 Los incidentes peligrosos son aquellos serios problemas o conjunto de
dificultades que desencadenan la crisis.
 Los incidentes peligrosos pueden ser previstos o imprevistos.
 Existe un estado vulnerable cuando los incidentes peligrosos causan mella en la
gente.
 El equilibrio es la capacidad de las personas para encajar las cosas que les
suceden.
 Cuando el equilibrio se rompe, recurrimos a nuestra forma usual de hacer frente
a los problemas; si esta falla, entonces probamos nuevos métodos de resolución
de problemas.
 La tensión y el estrés, hacen acto de presencia en cada fallo.
 Un factor desencadenante asociado a problemas sin resolver aumenta la tensión
y
 Causa un estado de trastorno llamado crisis activa.
 Los factores desencadenantes pueden que sean presentados al asistente social
como el problema central del problema. Estos factores no constituyen de por sí la
crisis, son sólo un punto en la secuencia.
 Los hechos estresantes pueden apreciarse de tres formas distintas, teniendo
cada una su peculiar respuesta.
 Cuantos más problemas se hayan resuelto con éxito en el pasado, mayor será el
número de estrategias de solución del problema.
 Todas las crisis se resuelven en seis u ocho semanas.
 Los sujetos en crisis suelen ser más abiertos a recibir ayuda que aquellos otros
que no lo estén.
 En su reintegración después de la crisis, la gente toma conciencia de las nuevas
formas de solución de problemas que ha aplicado, por lo que aprende a superar
dificultades durante crisis.

Esta teoría de la intervención en crisis se desarrolló a partir de los estudios


hechos sobre comunidades, grupos o individuos que afrontan situaciones de catástrofe
o de extrema extensión (du Ranquet, 1996, p.179).

El propósito de la intervención es utilizar la situación de crisis para ayudar a los clientes


a resolver los problemas actuales, y a ser más fuertes y más capaces de controlar sus
futuras dificultades, utilizando los mecanismos más adaptados (du Ranquet, 1996, p.
179).

La intervención en situación de crisis se realiza mediante las siguientes fases, de


acuerdo con du Ranquet (1996):

 Fase inicial: Aquí se inicia con la fase relación donde se debe crear una relación
de confianza que inicia desde la primera entrevista. Posteriormente se debe
centrar en la situación (hacer que el cliente cuente el incidente), percibir la
realidad (la detección de lo que se ha hecho para arreglar la situación), organizar
la acción (el trabajador social ayuda al cliente a captar mejor la situación y a
fragmentar los problemas para poder arreglarlos uno a uno.
 Fase intermedia y principales técnicas: Apoyarse sobre las capacidades del
cliente y estimularlas. Ayudarlo a que tenga una percepción realista de su
situación, utilizar el apoyo del entorno.
 Fin de la intervención: La terminación de la intervención, está generalmente
planificado desde el inicio del tratamiento. Es decir, verificar los progresos
obtenidos a lo largo del proceso.
 Indicaciones de la intervención en tiempo de crisis: Muchos de los clientes
piensan que el estado de crisis es un estilo de vida. Las manifestaciones abiertas
de este trastorno, sensación de urgencia, confusión de sentimientos,
desorganización de la conducta, reacción ineficaz, aparecen iguales en las
personas en estado de crisis.
El trabajador social debe pues dedicarse a hacer intervenciones de tipo
preventivo en el caso de crisis previsibles y conceder carácter de urgencia a las
intervenciones solicitadas para la crisis imprevisible.

El rol del profesional en Trabajo Social consiste en ser un apoyo para ayudar a
que el cliente reencuentre todas aquellas conductas que ha sabido utilizar en el pasado
y que, retomadas o modeladas, podrán responder a la situación actual.

El trabajador social está dotado de mayor poder y autoridad en este modelo de


intervención, ya que posee una mayor capacidad de directividad que la que le atribuyen
otros modelos. Este mayor poder lo otorga la propia situación de crisis, que pone al
individuo en una situación de confusión y de desequilibrio que a menudo le incapacita
para tomar decisiones correctas. La autoridad del trabajador social debe ser utilizada en
los momentos en los que el cliente se encuentre más confuso y desestabilizado. Su
competencia y maestría profesional (Rapport) le atribuyen capacidad para percibir la
realidad, organizar la acción y proponer consejos y decisiones (Fernández García,
2014, p.315).

Las principales técnicas que se implementa de acuerdo con Mathilde du Ranquet


(1996) son:

 Apoyarse sobre las capacidades del cliente y estimularlas: el trabajador social


ayuda al cliente a reencontrar las conductas que ha sabido utilizar en el pasado
y, que, retomadas o modeladas, podrán responder a la situación actual. Solo
cuando el contenido se presta y el cliente habla de ello por sí mismo, se indaga
si los factores de estrés actuales reactivan antiguos conflictos o traumatismos
más o menos conscientes. El trabajador social utiliza técnicas con fuerte
contenido pedagógico: dirección por anticipación, repetición o juego de rol, con
vistas a una acción proyectada, aprendizaje de nuevas técnicas sociales y
relacionales, entrenamiento para prever y anticipar.
 Ayudar al cliente a tener una percepción realista de su situación: el mejor medio
para el cliente es tener una visión realista de la situación es llegar a convertirse
en su principal motor, es decir, emprender una serie de acciones orientadas a
aumentar su competencia, a salir de la situación y a acercarse progresivamente
a la autonomía. El cliente, después de haber constatado que tiene una falta de
recursos o servicios y de haber explorado las posibles soluciones, hace una
elección y la lleva acabo: demanda de información, de servicios, de préstamo o
de auxilio, etc.
 Utilizar el apoyo del entorno: la familia amplia, continúa desempeñando un papel
bastante más importante de lo que generalmente se piensa. En tiempos
normales, la familia reúne y distribuye informaciones, da un sistema de dirección
con retroacción, transmite valores, creencias, códigos de conductas,
proporcionando a la persona un mapa cognitivo y una brújula para encontrarse
en su camino. En tiempo de crisis, la familia no se contenta con dar
informaciones sobre las fuentes de ayuda, sino que da ayuda concreta.
La red social y sus recursos tienen, con frecuencia, un lugar importante en la
resolución de conflictos. La ayuda mutua está muy extendida. Puede tratarse de
grupos informales de madres que llevan a sus hijos a la escuela o los cuidan por
turnos (ayuda mutua entre vecinos) o de grupos más estructurados entorno a
problemas particulares: eficacia de la ayuda aportada por los iguales que
atraviesan por las mismas dificultades. Asociaciones, prestación de ayuda
personal a sus miembros. Y el voluntariado, se propone ayudar a las personas
y a las familias a atravesar tal tipo de crisis, proporcionando servicios de apoyo
psicológico o material.

Este modelo está enfocado en el campo de la salud, el trabajo, educativo, promoción de


la salud

Bibliografía
Du Ranquet, M. (1996). Los modelos en trabajo social. Madrid: Siglo XXI.

Fernández García, T. (2014). Fundamentos de Trabajo Social. Madrid: Alianza Editorial.

Polanco, F. (2016). EL CONCEPTO DE CONDUCTA EN PSICOLOGÍA: UN ANÁLISIS


SOCIO-HISTÓRICO-CULTURAL. Interacciones, 2(1), 43-51.
doi:https://doi.org/10.24016/2016.v2n1.26

Viscarret Garro, J. J. (2014). Modelos y métodos de intervención en Trabajo Social.


Madrid: Alianza Editorial.

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