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hu

LA ViOLENCiA CONTRA LA MUJER:


ESTA- DO DEL ARTE EN MATERiA DE
PREVEN- CiÓ N, ATENCiÓ N Y SANCiÓ N 1.
Violence against women: State of the art in prevention, treatment and punishment.

RESUMEN

Al interior de este primer artículo derivado de la inves-


Cardona, J. 2
tigació n “Prá cticas en el servicio de las entidades pú blicas
que sensibilizan, previenen y sancionan la violencia de gé -
Universidad Piloto de Colombia
nero en la ciudad de Bogotá , localidad de Kennedy” se rea-
liza una revisió n y contextualizació n sobre el fenó meno de
la violencia de gé nero contra la mujer, abordando distintas
aproximaciones sobre el fenó meno, que van desde
espacios de discusió n internacionales, hasta escenarios
locales, en donde se ven involucrados dentro del escenario
una amplia gama de elementos sociales, culturales,
histó ricos, políticos y organizacionales, que se vinculan a
su origen, desarrollo, intervenció n, atenció n y
consecuencias. A su vez se rescata el papel del Estado,
indagando en el desarrollo de las prá c- ticas promovidas Palabras claves:
Violencia de género, papel del Estado, atención, prácticas.
por este, en relació n con la promoció n, atenció n e
intervenció n; para finalmente realizar un aná li- sis sobre la Keywords:
Domestic violence, government role, health, practices.
informació n recolectada y sugerir unos puntos focales
sobre los cuales sería pertinente entrar a intervenir desde Recibido: Noviembre/2012
distintos sectores y actores. Aprobado: Diciembre/2012

1. Artículo de Investigación de divulgación derivado del proyecto de investigación “Prácticas en el servicio de las entidades públicas que sensibilizan,
previenen y sancionan la violencia de género en la ciudad de Bogotá, localidad de Kennedy” planteado desde el Grupo de Investigación de
Respon- sabilidad Social y Ambiental “GIRSA”. Proyecto cofinanciado por la Universidad Piloto de Colombia y Colciencias, dentro del Programa
Jóvenes Investigadores e Innovadores, año 2011.
2. Investigador, Juan Camilo Cardona Castro. Joven Investigador, Grupo GIRSA – Universidad Piloto de Colombia. Ernesto Valdés Serrano

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Inves- tigador Grupo GIRSA – Tutor proyecto de Investigación, Programa Jóvenes Investigadores e Innovadores Colciencias 2011

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ABSTRACT

Within this first article derived from the research “Prac-


tices in the service of public entities that are aware,
prevent and punish violence against women in the city of
Bogota, Kennedy town” a review and contextualization of
the phe- nomenon of domestic violence against women is
carried out, addressing different approaches to the
phenomenon, ranging from international discussion
spaces, to local set- tings, involving a wide range of social,
cultural, historical, political and organizational elements
linked to its origin, development, intervention, care and
consequences. in turn, it rescues the role of the State,
studying the development of the practices promoted, in
connection with the promo- tion, care and intervention, to
finally perform an analysis of the information collected
and suggest some focal points which would be relevant to
consider from different sectors and players.

Introducción

A lo largo de este documento se hace una con-


cretas de la individualidad, vinculados a la sexua-
textualizació n general sobre la forma en que es
lidad y la proyecció n de estos en el destino perso-
abordado el fenó meno de la violencia contra las
nal, que conllevaba a un proceso de construcció n
mujeres por parte de las entidades gubernamen-
social de representaciones que estigmatizaban
tales, abarcando en un primer momento el origen
radicalmente al hombre y la mujer. Actualmente,
y constitució n de éste, del cual emerge el inte-
el significado de ser hombre o mujer ha adoptado
rés y propó sito de políticas pú blicas orientadas
distintos cambios; sin embargo, la desigualdad ha
a la erradicació n del mismo, ahondando a su vez
encontrado su camino por nuevas vías, las cuales
en la identificació n de algunos de los principales
se encuentran ligadas a una serie de imaginarios
obstá culos que se interponen en el desarrollo
culturales del género, que bajo la forma de este-
de las prá cticas de los funcionarios encargados
reotipos guían el orden social y soportan el desa-
de atender este tipo de casos. Posteriormente se
rrollo de la violencia contra las mujeres (Ortega,
hace un reconocimiento a los mecanismos alter-
1996; San Martín, Molina, & García, 2003).
nos adoptados por las víctimas en busca del res-
tablecimiento de sus derechos y la importancia
Es en busca de la igualdad de oportunidades,
que adquieren estos para la puesta en marcha
condiciones, derechos y obligaciones, sobre los
de nuevos mecanismos, para finalmente tomar
cuales principalmente las mujeres han venido
en consideració n algunos aspectos relevantes de
luchando por la reivindicació n de sus derechos,
la informació n recolectada que sugieren nuevas
por medio de la perspectiva o enfoque de géne-
concepciones sobre la forma en que ha de ser en-
ro, que ha reclamando en un primer momento su
tendida y abordada la problemá tica.
lugar al visibilizar la condició n de la mujer frente
a la del hombre, permitiendo identificar aquellos
El abordaje del fenó meno de la violencia contra elementos que se encuentran imposibilitando el
la mujer se remonta a la constitució n de antiguos libre desarrollo de las potencialidades y valores
paradigmas sobre los cuales la pertenencia a un de la mujer dentro de la sociedad; el enfoque o
género particular remitía a elementos diferencia- perspectiva de género tiene como propó sito me-
dores basados en universalidades de la especie jorar las condiciones de vida de ambos géneros al
humana, que evocaban aspectos y cualidades con- resignificar y transformar la posició n de la mujer

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en relació n con la del hombre en diversos espa- dignidad de las víctimas (Pé rez Viejo & Montalvo
cios, sin perder de vista las diferencias bioló gicas Herná ndez, 2011).
existentes entre ambos sexos, y respetando el va-
lor social entre lo femenino y lo masculino (Silva ... la violencia contra la mujer constituye una
Rosales, 2004). manifestació n de relaciones de poder histó ri-
camente desiguales entre el hombre y la mu-
La planeació n con perspectiva de género impli- jer, que han conducido a la dominació n de la
ca un cambio en diversos á mbitos (como el pro- mujer y a la discriminació n en su contra por
ductivo, reproductivo, político, cultural, educa- parte del hombre e impedido el adelanto pleno
cional, comunitario, etc.) y en diferentes niveles de la mujer, y que la violencia contra la mujer
(personal, familiar, comunal, local, regional, etc.) es uno de los mecanismos sociales
con el fin de erradicar todo rastro o manifesta- fundamen- tales por los que se fuerza a la
ció n de desigualdad de género, dentro de las cua- mujer a una situació n de subordinació n
les una de las má s extremas es la violencia con- respecto del hom- bre…[Ademá s se entiende
tra la mujer, la cual reclama su lugar de estudio que esta constitu- ye]…todo acto de violencia
y aná lisis dentro de la perspectiva de género, ya basado en la per- tenencia al sexo femenino
que como bien lo señ alan Pérez Viejo & Montalvo que tenga o pueda tener como resultado un
Herná ndez (2011): dañ o o sufrimiento físico, sexual o sicoló gico
para la mujer, así como las amenazas de tales
Analizar la violencia desde una perspectiva actos, la coacció n o la privació n arbitraria de
de gé nero permite visualizar la existencia de la libertad, tanto si se producen en la vida
relaciones jerá rquicas y de desigualdad, en- pú blica como en la vida privada (Naciones
tendiendo que no es lo bioló gico (el sexo) lo Unidas, 1994, p. 2).
que condiciona, sino que tiene que ver con la
forma en que nos construye la cultura (p. 41). De esta forma, y tomando como punto de re-
ferencia a Molina, García, & Sanmartín (2003),
El comprender la violencia contra la mujer des- la violencia encuentra en su desarrollo tres cami-
de una perspectiva de género como lo resume Pé- nos generales por los cuales canaliza sus medios
rez Viejo & Montalvo Herná ndez (2011) permite y consecuencias:
comprender que:
a) Violencia física: entendida como las acciones
a) La violencia de género contra las mujeres está realizadas voluntariamente que generen o
condicionada por estructuras de poder exis- puedan provocar dañ o o lesiones físicas a una
tentes en la sociedad y en la familia. mujer

b) El desequilibrio de “poder” es un factor pre- b) Violencia psicoló gica: la cual hace referencia a
dominante en la generació n de violencia. aquellas acciones (generalmente de cará cter
verbal o econó mico) que conlleve o pueda
c) La predominancia de un sistema patriarcal y conllevar dañ o psicoló gico a la mujer
su estructura se caracterizan por la desigual-
dad y determinan la violació n de derechos c) Violencia sexual: entendida como aquel tipo
humanos, considerá ndose la má s extrema de violencia que atenta contra la libertad se-
de todas las violencias de género la violencia xual de la mujer, en donde se le fuerza a esta,
contra la mujer. a soportar actos de naturaleza sexual con o
sin penetració n.
La perspectiva de género implica un aná lisis
distinto de la violencia contra la mujer, en donde Es desde esta perspectiva, que el fenó meno de la
el interés no se centra en encontrar una patología violencia contra la mujer entra a ser comprendida
en el hombre que ejerce la violencia, sino se trata como una problemá tica que asienta sus bases en
de identificar los mecanismos sociales, persona- factores subjetivos que se agrupan en una extensa
les y culturales en los que se soporta que se pro- gama de elementos sociales, temporales, culturales
duzca y se mantenga. Ello implica que el interés y disciplinares, que plantean la necesidad de
no se centra en identificar las causas particulares abarcar sus características y particularidades en
ligadas al acto violento (dejando de lado la psico- determina- dos contextos, como es el caso de la
patología del maltratador) y focalizá ndose así en violencia de género en Colombia, de donde parten
responder frente al abuso y la transgresió n de la ciertos ele- mentos diferenciadores que

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impactaran de forma directa e indirecta en el contexto local de
interés.

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La violencia de género desde un ámbito local

Como se expone en el documento “Violencia


parte de su pareja, 7% señ aló haber sido violenta-
contra las Mujeres – Datos y Cifras” publicado
da sexualmente por su propia pareja y un 5% por
por UNiFEM (2007), la violencia de género es
otras personas; 20% de las mujeres víctimas de
un fenó meno que tiene mayor predisposició n de
violencia física, psicoló gica y/o sexual reportó ha-
ocurrencia dentro de las relaciones íntimas, sin
ber recurrido a alguna institució n de salud y 41%
ser en Colombia la excepció n (Programa integral
de las mujeres buscó algú n tipo de ayuda cuando
contra violencias de género - MDGF, 2010); im-
fue víctima de un maltrato. Ademá s, es importan-
portantes cifras a este respecto se han visto refle-
te rescatar que la institució n a la que acuden con
jadas en las encuestas nacionales de demografía
mayor frecuencia las mujeres víctimas de violen-
y salud realizadas en el país a lo largo de los ú lti-
cia dentro de las localidades a la Fiscalía con un
mos añ os, en donde la ú ltima encuesta realizada
11% de participació n (Gó mez Ló pez, 2011).
en el 2010 reflejan que con relació n a la pareja/el
compañ ero/el conyugue, el 72.5% de las mujeres
Aun cuando las anteriores cifras muestran un
son sometidas a algú n tipo de control por parte
panorama complejo, existe un agravante, expre-
de éste, 26% es agredida verbalmente, 37% in-
sado de la siguiente manera por Ban Ki-moon,
dica haber sido violentada físicamente de alguna
(Secretario General de las Naciones Unidas) en
forma (en donde algunos de los medios que se
(UNiFEM, 2007):
destacan son los empujones, golpes con la mano
y patadas) y 10% del 37% de las mujeres violen-
La violencia contra las mujeres y las niñ as per-
tadas físicamente añ adió haber sido violada por
siste sin disminució n en todos los continen-
su pareja (Profamilia, Ministerio de la Protecció n
tes, todos los países y todas las culturas... La
Social, iCBF & USAiD, 2010).
mayoría de las sociedades prohíben esa vio-
lencia, pero en la realidad frecuentemente se
A nivel local dentro de Bogotá las cifras no
encubre o se tolera tá citamente (p. 1).
muestran diferencias significativas con respecto
al resto del ´país, como se pone en manifiesto
Esta situació n suele ser callada y como lo ex-
en la “Encuesta Distrital de Demografía y Salud
presa Larrin Heiremans (1994) la violencia en el
Bogotá 2011” en donde se revelan las siguientes
hogar se ha “naturalizado” asumiéndose como
cifras: 72% señ alan haber sufrido violencia psi-
parte de la cotidianidad, ya que como lo propone
coló gica por parte de su pareja por medio de al-
la autora es en el hogar en donde desde temprana
gú n mecanismo de control o por amenazas, 37%
edad se aprende a convivir con ciertas “dosis” de
reportaron agresiones físicas por parte de su pa-
violencia, llegando a entenderse como un meca-
reja (en donde el 84% de estas víctimas de vio-
nismo legítimo para la resolució n de conflictos y
lencia física reportó algú n tipo de lesió n), 14%
para expresar sentimientos de malestar o incon-
fue agredida por una persona diferente a su ac-
formidad; dicho mantenimiento o aprobació n por
tual compañ ero o conyugue, donde 30% fueron
parte de la familia/sociedad suele ser reforzado
ex compañ eros o ex conyugues, 18% ex novios y
por distintos factores como lo son: la privacidad
21% de las agresiones físicas fueron propinadas
de la familia, el miedo a la descalificació n, dife-
por alguno de los padres. En lo que se refiere
rencias culturales e ideoló gicas sobre la concep-
a violencia sexual, 10% de las mujeres reportan
ció n de la violencia, el dolor de narrar lo sucedi-
haber sido violadas por su actual pareja, y 6%
do, etc.
por otra persona distintas a su pareja, de donde
72% de los casos eran personas conocidas; su-
Por otro lado se muestra indispensable al ha-
mado a esto 23% señ ala haber sido tocada o ma-
blar del contexto colombiano los factores asocia-
noseada sin su consentimiento, en donde 44%
dos al conflicto armado y al desplazamiento, ya
de los casos se desarrollaron dentro de su
que estos se involucran como elementos promo-
propio hogar, 40% en la calle y 27% en un bus
tores y desencadenantes de la violencia contra
(Gó mez Ló pez, 2011).
la mujer a lo largo del país, de donde se derivan
formas particulares de violencia contra éstas,
Concretamente en la localidad de Kennedy, que
asociadas principalmente a agresiones de índole
es en donde se encuentra el foco de la investiga-
sexual, llevadas a cabo por fuerzas enemigas o
ció n de la cual se deriva este primer documento,
“aliadas” o como estrategias de genocidio dentro
se encontraron datos altamente similares a los
del conflicto; al interior de sus distintas manifes-
arrojados en general dentro de la ciudad de Bogo-
taciones se suelen hallar las violaciones en masa,
tá , estableciéndose un 73% de control por parte
la prostitució n/“matrimonios”/embarazos forza-
de las parejas, 35% de las mujeres reporta haber
dos, la esclavitud sexual militar, las violaciones a
sido víctima de algú n tipo de agresió n física por
mú ltiples mujeres o por perpetradores mú ltiples

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contra una sola víctima, la mutilació n genital mujer como un territorio al cual conquistar o do-
(como una forma de agresió n cultural), la obli- minar, como un medio a través del cual violentar
gació n de prestació n de servicios sexuales como a los otros hombres, desencadenando por medio
medio de supervivencia o de protecció n en el con- estos actos la violació n física y psicoló gica de las
flicto, etc. Ademá s la ya aceptació n de la violencia víctimas en un primer momento, y un impacto
contra las mujeres por parte de la sociedad, suele irreparable sobre la salud social en una segunda
tener mayor aprobació n por parte de esta durante instancia (OMS/OPS, 1998; Programa integral
tiempos de conflicto, visibilizando el cuerpo de la contra violencias de género - MDGF, 2010).

Marco normativo

En Colombia, la violencia contra la mujer ha


c) El derecho a la libertad y la seguridad de la
sido un fenó meno que se ha venido visibilizando
persona
en la medida que este ha pasado de ser una condi-
d) El derecho a igual protecció n ante la ley
ció n natural a la cual debían de acogerse las mu-
e) El derecho a verse libre ante todas las formas
jeres, a entenderse como una problemá tica
de discriminació n
“re- conocible” desde hace unas décadas en la
f) El derecho al mayor grado de salud física y
regió n; el reconocimiento de la violencia contra la
mental que se pueda alcanzar
mujer ha dejado como una de sus mayores
g) El derecho a condiciones de trabajo justas y
resultados la conformació n de los movimientos
favorables
de mujeres, que a través de un trabajo en
h) El derecho a no ser sometida a tortura, ni a
conjunto y de una serie de acontecimientos a
otros tratos o penas crueles, inhumanos o
nivel institucional, se reformularon marcos
degradantes.
jurídicos, se crearon nuevas normas, metodologías
institucionales y políticas, impulsando de esta
En un tercer momento se adoptan a nivel na-
manera campañ as, capaci- taciones y
cional por medio de la “Asamblea sobre la Elimi-
estrategias dirigidas a la prevenció n y
nació n de la Violencia contra la Mujer” y de la
erradicació n de la violencia de género como
“Convenció n interamericana para prevenir, san-
fenó meno de Salud Pú blica. El reconocimiento
cionar y erradicar la violencia contra la Mujer”,
del problema a nivel internacional se dio en tres
también conocida como “Convenció n de Belem do
etapas generales: en un primer momento, desde
Para ”, los deberes de los estados asociados (entre
espacios locales diversos ONG reconocieron, de-
ellos Colombia) en donde se promovió la imple-
clararon y adelantaron proyectos especializados
mentació n de todos los medios políticos, institu-
para dar atenció n a las mujeres maltratadas; pos-
cionales y sociales para la prevenció n, sanció n y
teriormente se planteó un debate a nivel
erradicació n de la violencia; siendo por medio de
inter- nacional, el cual dio como resultado la
la Ley 248 de 1995 que se ratifica la Convenció n
“Declara- ció n sobre la eliminació n de la
de Belem do Para y el Estado se ve comprometido
violencia contra la mujer”3 de la Asamblea
a la adopció n de los acuerdos planteados, hacién-
General del 20 de Di- ciembre de 1993, donde se
dose así responsable, por la acció n u omisió n de
reconoció la necesidad de implementar estrategias
operaciones o instrumentos que contrarresten la
que encaminaran la restitució n de los derechos
protecció n de las mujeres (Alméras, Bravo, Milo-
bá sicos de la mujer , dentro de los cuales se
savljevic, Montañ o, & Nieves Rico, 2002; Caice-
incluyen y promueven la protecció n de todos los
do, 2005).
derechos proclamados en la Declaració n
Universal de Derechos Humanos y en el Pacto
internacional de Derechos Civiles y Políticos, La obligació n de los Estados de respetar, pro-
haciendo alusió n a las libertades fun- damentales teger, cumplir y promover los derechos huma-
en las esferas sociales, econó micas, culturales, nos en lo tocante a la violencia contra la mujer
civiles, políticas, etc. Entre los dere- chos comprenden la obligació n de prevenir, inves-
proclamados en Naciones Unidas (1994, p. 3) tigar y enjuiciar todas las formas de violencia
figuran: contra las mujeres y protegerlas contra dicha
violencia, así como de responsabilizar a los
infractores [...] Esa responsabilidad surge no
a) El derecho a la vida
b) El derecho a la igualdad

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3. Se incluyen allí: la Declaración Universal de Derechos Humanos 1/, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos 2/, el Pacto Internacio-
nal de Derechos Económicos, Sociales y Culturales 2/, la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer
3/ y la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes 4 (Naciones Unidas, 1994, p.1)

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só lo por las acciones del Estado, sino también en el hecho que é sta ya
por sus omisiones, y por no tomar medidas
positivas para proteger y promover los dere-
chos […] La inacció n o la adopció n de medi-
das inadecuadas configurará una violació n del
deber del Estado de enfrentar dicha violencia
(Naciones Unidas p. 85-86).

Es en 1996 que se hace un avance normativo


en materia de violencia, con la expedició n de la
Ley 294 en la cual se desarrolla el artículo 42 de
la Constitució n Política y se establecen normas
para prevenir, remediar y sancionar la violencia
intrafamiliar (ViF). En 1997 con la expedició n
de la Ley 360 se redefinieron algunos aspectos
dentro del có digo penal, dentro de los cuales uno
de los aspectos má s significativos hace alusió n al
aumento de la pena por acceso carnal violento,
modificando la condena de entre 2 y 8 añ os, a mí-
nimo 8, considerando como agravante el hecho
de que el delito fuera cometido por el conyugue,
y dejando fuera de consideració n que no se toma-
ran medidas judiciales por compromisos marita-
les entre víctima y victimario posteriores a la eje-
cució n del delito (Corporació n Humanas, 2008).

Desde el punto de vista de la Corporació n Hu-


manas (2008) en el añ o 2000 con la puesta en
marcha de la Ley 575 se dio un retroceso en lo
concerniente a las políticas pú blicas que se enca-
minaban a la eliminació n de la violencia contra la
mujer en tanto:

…se determinó que las medidas de


protecció n pasaban a ser competencia de las
Comisarías de Familia, para tramitar ante
ellas las solici- tudes de protecció n y
asistencia y orientació n judicial del caso, y se
abrió la posibilidad de acudir a jueces de paz
y conciliadores en equi- dad en su condició n
de mediadores para la so- lució n del
conflicto. Con estas medidas la vio- lencia
contra las mujeres pasó de ser tratada y
sancionada como un delito mediante un pro-
cedimiento judicial (como corresponde al
tra- tarse de violaciones a los derechos
humanos) a ser calificada como un conflicto y
tramitada en instancias administrativas. Este
tránsito re- fleja la idea de que la violencia
contra las mu- jeres es un problema
connatural a la relació n de pareja y, por
tanto, no cabe la aplicació n de una sanció n al
agresor sino un acuerdo entre las partes en
conflicto sin consecuencias lega- les (p. 33-
34).

Con la promulgació n de la Ley 882 de 2004,


como lo señ ala Gó mez Ló pez (2011), hubo un
aumento en las penas por violencia física y
psico- ló gica (de entre 1 y 3 añ os en prisió n),
pero que- dó excluida de una nueva
modificació n la violen- cia sexual, justificá ndose
se contemplaba en el có digo penal; sin embargo este hecho suscita
una amplia discusió n, en tanto como se mencionó anteriormente, la
mayor par- te de los casos de violencia sexual se desarrollan dentro
del mismo hogar de la víctima.

Posteriormente, en el añ o 2008 se hace un avan- ce significativo


para la erradicació n de la violencia de género, con la puesta en marcha
de la Ley 1257, la cual se dirigía al beneficio comú n de la sociedad
colombiana, por medio del favorecimiento de rela- ciones igualitarias,
pero enfocada a:

…atender una problemá tica específica -las violencias contra


ellas por el hecho de ser mujeres- este tipo de medidas se
denominan acciones afirmativas, o medidas de “discrimi-
nació n positiva”, y se crean de manera tempo- ral con la
finalidad de garantizar la igualdad, mediante el reconocimiento
de la existencia histó rica de discriminació n hacia determina-
dos grupos…No obstante el foco de la ley en las mujeres como
beneficiarias, varias de las medidas previstas se aplican sin
distinció n de sexo.. De otro lado, la ley crea el delito de aco- so
sexual que prevé un sujeto activo indeter- minado, es decir que
cualquier persona, hom- bre o mujer debe ser sancionado o
sancionada por esta conducta…Por ú ltimo es necesario señ alar
que cuando la ley nombra a las muje- res habla no solo de la
mitad de la població n, sino de una diversidad casi infinita.
Mujeres son niñ as, ancianas, campesinas, indígenas,
girl 2 - por: Ophelia - tomada de: www.sxc.hu
afrocolombianas, rom, lesbianas. Y el té rmi- espacios de atenció n y en los procedimientos ad-
no mujeres comprende tambié n mujeres en ministrativos, judiciales o de otro tipo (Congreso
situació n de desplazamiento, de discapacidad, de Colombia, 2008, p. 3).
de privació n de libertad o que por el hecho
de no haber tenido acceso a educació n, Finalmente, con la intenció n de coordinar es-
hablar otro idioma o cualquier otra fuerzos por parte de diversas entidades que ope-
circunstancia se encuentran en situació n de ran a nivel nacional se establece el Decreto 164
mayor riesgo fren- te a las violencias de 2010 el cual establece como propó sito “aunar
(Ramírez Cardona, 2010, p. 3-4). esfuerzos para la articulació n, coordinació n y
cooperació n entre las entidades, a fin de lograr la
Dentro de la Ley 1257, ademá s de establecerse atenció n integral, diferenciada, accesible y de ca-
claramente los diversos tipos de violencia que se lidad a las mujeres víctimas de la violencia”, por
pueden ejercer contra la mujer, las distintas san- medio de la participació n de distintas institucio-
ciones y otras disposiciones en materia de pre- nes para dar así cumplimento al compromiso de
venció n, establecen un listado de derechos para erradicar la violencia contra las mujeres.
las víctimas de violencia que vale la pena retomar:
De igual manera, a nivel distrital se han cons-
a) Recibir atenció n integral a través de servi- tituido distintas políticas destinadas a responder
cios con cobertura suficiente, accesible y de la a las particularidades que comprenden el fenó me-
calidad…b) Recibir orientació n, asesoramiento no de la violencia contra la mujer en la capital del
jurídico y asistencia técnica legal con cará cter país, muchas de ellas impulsadas y acompañ adas
gratuito, inmediato y especializado desde el mo- de los movimientos de mujeres, que se han en-
mento en que el hecho constitutivo de violencia cargado de apoyar y exigir al distrito la formula-
se ponga en conocimiento de la autoridad. Se po- ció n de planes que respondan de manera efectiva
drá ordenar que el agresor asuma los costos de a las necesidades poblacionales. Es de esta forma
esta atenció n y asistencia. Corresponde al Estado que con la puesta en marcha del Acuerdo 091 de
garantizar este derecho realizando las acciones 2003 (en el cual se estableció la implementació n
correspondientes frente al agresor y en todo caso del Plan de igualdad de oportunidades para la
garantizará la prestació n de este servicio a través equidad de género en el Distrito Capital) y con
de la defensoría pú blica;…c) Recibir informació n la formulació n planteada en el Acuerdo 119 de
clara, completa, veraz y oportuna en relació n con 2004 (Plan de Desarrollo Distrital 2004-2008) se
sus derechos y con los mecanismos y procedi- adopta por primera vez como una de las principa-
mientos contemplados en la presente ley y demá s les directrices la perspectiva de mujer y géneros
normas concordantes;…d) Dar su consentimien- para la igualdad de oportunidades; es así como
to informado para los exá menes médico-legales el gobierno Distrital pone en marcha un enfoque
en los casos de violencia sexual y escoger el sexo desde el cual reconoce, protege y da garantía de
del facultativo para la prá ctica de los mismos los derechos a las mujeres, en diversos á mbitos
dentro de las posibilidades ofrecidas por el ser- como el econó mico, político, social, educativo y
vicio. Las entidades promotoras y prestadoras de cultural, con el propó sito de reducir las brechas
servicios de salud promoverá n la existencia de y la inequidad, para potencializar el desarrollo de
facultativos de ambos sexos para la atenció n de las capacidades de las mujeres.
víctimas de violencia;…e) Recibir informació n
clara, completa, veraz y oportuna en relació n con
Posteriormente en el añ o 2007, mediante el
la salud sexual y reproductiva;…f) Ser tratada
Decreto 403 se abre las puertas a las organiza-
con reserva de identidad al recibir la asistencia
ciones de mujeres en la ciudad de Bogotá con
médica, legal, o asistencia social respecto de sus
la creació n del concejo consultativo de Mujeres,
datos personales, los de sus descendientes o los
como instancia encargada de regular y coordi-
de cualquiera otra persona que esté bajo su guar-
nar los procesos con las Organizaciones de Mu-
da o custodia;…g) Recibir asistencia médica, psi-
jeres y la Administració n Distrital; etapa que es
coló gica, psiquiá trica y forense especializada e in-
sumamente significativa, en tanto aú n cuando
tegral en los términos y condiciones establecidos
gran parte de los políticas adoptadas por el Es-
en el ordenamiento jurídico para ellas y sus hijos
tado fueron impulsadas y/o apoyadas por las or-
e hijas;…h) Acceder a los mecanismos de protec-
ganizaciones de mujeres, la conformació n de un
ció n y atenció n para ellas, sus hijos e hijas;…i)
espacio destinado para la participació n activa de
La verdad, la justicia, la reparació n y garantías de
las mujeres en la creació n de políticas pú blicas
no repetició n frente a los hechos constitutivos
dirigidas para sí mismas, da pie a la comprensió n
de violencia;…j) La estabilizació n de su situa-
de una participació n má s activa y a la eliminació n
ció n conforme a los términos previstos en esta
de brechas e ideologías excluyentes. A su vez con
ley…k) A decidir voluntariamente si puede ser
el Decreto 546 del mismo añ o se da paso para la
confrontada con el agresor en cualquiera de los creació n y reglamentació n de las Comisiones in-

Pág.. 7
tersectoriales, dentro de las cuales se constituyó Ló pez, 2011).
la Mesa intersectorial de Mujer y Géneros, con el
propó sito de verificar el cumplimiento de las polí-
ticas de mujer y género de cará cter intersectorial.

Es después de haberse puesto en marcha la Ley


1257 de 2008 a nivel nacional, que se reformaron
de igual forma algunos pará metros sobre los cua-
les orientar las políticas Distritales vinculadas a la
violencia contra las mujeres durante el añ o 2009,
como lo es por ejemplo el desarrollo del Acuerdo
381 que tenía como fin la promoció n de un len-
guaje incluyente por parte de todas las entidades
Distritales en todo tipo de comunicació n, de tal
manera que se redujera cualquier brecha o for-
ma de violencia contra la mujer por el uso de un
lenguaje indebido; de igual forma, durante el mis-
mo añ o por medio del Acuerdo 421 se constituye
el Sistema Distrital de Protecció n integral a las
Mujeres Víctimas de Violencia, con el objetivo de
brindar una atenció n prioritaria y con enfoque de
género por parte de las entidades distritales a las
mujeres víctimas de violencia en espacio pú blico
y/o privado, y contando con el apoyo de diversas
instituciones y desde diferentes disciplinas como
medicina, psicología y derecho, para el efectivo e
integral restablecimiento de derechos.

Finalmente, por medio del Decreto 166 de


2010, “se adopta la Política Pú blica de Mujeres y
Equidad de Género en el Distrito Capital” com-
plementá ndose con las anteriores normativida-
des mencionadas, ya que tiene por propó sito el
reconocimiento, garantía y restablecimiento los
derechos de las mujeres, tomando como medio
el trabajo de distintas instituciones Distritales y
Locales. La adopció n de esta política tenía como
fin el enmarcar y promover la acció n social, po-
lítica e institucional para transformar las condi-
ciones evitables de desigualdad, discriminació n y
subordinació n que, en razó n al género, persisten
aú n en los á mbitos social, econó mico, cultural y
político de la sociedad.

Sin embargo, a pesar de los anteriores signifi-


cativos avances realizados en materia normativa
desde políticas internacionales, nacionales y lo-
cales, la violencia contra la mujer sigue desarro-
llá ndose; la violencia verbal sigue prá cticamente
invisible o “privada”, la violencia física sigue ma-
nifestá ndose a puerta cerrada, sobre todo en
mu- jeres entre los 40 y 49 añ os (a pesar de ser
é stas las que mayor informació n reciben al
respecto en materia de prevenció n, atenció n y
protecció n de VBG), encontrá ndose pequeñ as,
pero preocupan- tes cifras de víctimas que
prefieren no denunciar porque no creen en la
justicia o porque tuvieron malas experiencias en
procesos anteriores de de- nuncia (Gó mez

Pág.. 8
A este respecto Gó mez Ló pez (2011) señ ala

la necesidad de implementar estas leyes con presupuestos que las


hagan realmente aplica- bles…es fundamental que el Estado realice
un abordaje del tema con mayor inversió n des- tinada a educació n,
promoció n de há bitos de vida saludable, mental y física, y atenció n
real y efectiva de las situaciones de violencia (p. 246).

El abordaje en este campo es de difícil manejo para su


documentació n y trato, ya que como bien lo señ ala Pinzó n Paz
(2009) hay varias razones para esto:

i. Ambos tipos de violencia vulneran la integridad de las personas


en su nivel má s profundo, pues no só lo son manifestaciones de
cará cter físico sino sicoló gico, lo que causa que la víctima muy
pocas veces denuncie
el hecho, por razones culturales, religiosas, sociales o
individuales… ii. La sexualidad y el gé nero hacen parte de la esfera
de lo privado para los seres humanos, por lo tanto, eviden- ciar
este tipo de hechos en la esfera pú blica requiere de un proceso de
difícil trá nsito por parte de la víctima, bien sea por temor al
rechazo social de su entorno o, incluso, de
su familia, o por temor a las represalias por parte del
victimario… iii. Las instituciones y entidades encargadas de hacer
seguimiento a este tipo de delitos no cuentan en la mayoría de
los casos con la capacidad logística y de recursos para atender la
recepció n de este tipo de informació n (p. 234).

Por su parte la Confluencia de Redes de Mu- jeres (s. f., p. 3-4)


considera que las falencias en políticas pú blicas está n mediadas por:
la “Ausen- cia de un enfoque de derechos y de reconocimien- tos de
las especificidades de las mujeres colom- bianas”, el “Desconocimiento
de la existencia de un conflicto armado y de la especial afectació n en
la vida de las mujeres”, la “baja inserció n de la transversalizació n en
programas estratégicos de política social y econó mica”, el “bajo
impacto en la cobertura e inversió n de los programas de ac- ciones
afirmativas” y la “ausencia de mecanismos de rendició n de cuentas y
de concertació n con el movimiento social de mujeres”.

Es imprescindible adoptar una mirada crítica en relació n a la


formulació n y aplicació n de las polí- ticas pú blicas y en los
mecanismos de respuesta del Estado, ya que una gran parte de las
denuncias y/o el bajo nivel de las mismas se hacen por medio de otros
mecanismos y organizaciones no guber- namentales, en respuesta a
la incompetencia del

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sistema judicial Esta condició n sugiere una falta de Es imprescindible reconocer que todos los
acciones y mecanismos eficaces que contrarresten pla- nes destinados a la atenció n de mujeres
la violencia contra la mujer, que dejan como resul- víctimas de violencia de gé nero, es un proceso
tado el fortalecimiento y subsistencia de la espiral caracteriza- do por la coordinació n y
de la violencia, generando altos niveles de impuni- articulació n de acciones entre distintas
dad y de revictimizació n (Pinzó n Paz, 2009) instituciones que operan desde mú ltiples
sectores, con el propó sito de brindar una
Adicionalmente, los derechos y los mecanismos atenció n integral a las víctimas. Este proceso se
de los cuales disponen las víctimas no suelen ser desarrolla y aplica con base en un marco nor-
de conocimiento pú blico y en ciertos casos los fun- mativo y de políticas pú blicas pensadas desde la
cionarios encargados de atender este tipo de de- violencia de gé nero. El trabajo interinstitucional
nuncias no está n debidamente capacitados, por lo e intersectorial se muestra como un elemento
cual la atenció n prestada y la perspectiva sobre la in- dispensable en la medida que el proceso de
cual se atiende a las víctimas carecen de un enfo- aten- ció n se puede ver limitado o reducido en
que de género que brinde las herramientas necesa- compe- tencia, en tanto para intervenir una
rias para ayudar a encontrar a la víctima la restitu- problemá tica multidimensional que afecta la
ció n de su integralidad (Gó mez Ló pez, 2011). integridad del ser, se requerirá un modelo de
atenció n integral (ins- tituto Nacional de
Medicina Legal, 2011).

Entidades que intervienen en el restablecimiento de los derechos de las


mujeres

Actualmente existen diversas expresiones or-


nas y de distintos sectores (como del sector sa-
ganizativas, como organizaciones de base, redes
lud, sector legal, asistencia social), la contempla-
de mujeres, mesas de trabajo, confluencias de
ció n de servicios asistenciales, casas de refugio,
or- ganizaciones en las que el tema de las
planes de prevenció n y enfoque de género dentro
violencias contra las mujeres es una prioridad;
de Planes de Desarrollo Local hablan de un im-
de igual for- ma organismos internacionales,
portante avance, pero es preciso seguir acoplando
universidades, plataformas nacionales, ONGs y
nuevos enfoques y respuestas por las cuales se
entidades pú bli- cas promueven iniciativas para
impacte directa o indirectamente en esta proble-
la promoció n del derecho de las mujeres a una
má tica, en relació n a la prevenció n, tratamiento,
vida libre de vio- lencias Su trabajo en este
campo se ha dado des- de acciones relacionadas
con la investigació n, la puesta en marcha de
actividades de informació n, educació n y
comunicació n, y acciones relaciona- das con la
asesoría, la exigibilidad jurídica, la pro- tecció n
y la atenció n a víctimas. Es importante tener
en cuenta que aun cuando son plenamente
reconocibles muchos de los adelantos en
materia de prevenció n, atenció n, investigació n,
sanció n y reparació n por parte de distintas
entidades (como lo son por ejemplo: las
organizaciones del Sistema de Naciones Unidas,
los organismos de cooperació n bilateral y las
organizaciones nacio- nales de la sociedad civil),
no se ha de perder de perspectiva que el Estado
figura como el princi- pal responsable por la
puesta en marcha o por la omisió n de iniciativas
que promuevan la erradi- cació n de todas las
formas de violencia contra la mujer
(Corporació n Humanas, 2009a; Barragá n Á vila
& Alfonso Jurado, 2010).

A nivel Distrital, el despliegue y coordinació n


de acciones por parte de las ú ltimas administra-
ciones pú blicas y asociaciones de mujeres, han
sido diversas y fructíferas: la sensibilizació n y
formació n de profesionales de diversas discipli-
People in ofice - por: Acambaro77- tomada de: www.sxc.hu
investigació n, asistencia y en enjuiciamiento co- tal a la violencia contra la mujer, para lo cual se
rrespondiente. A continuació n se señ alan de las muestra indispensable un mayor nivel de sensibi-
entidades prestadoras de servicios con los que se lizació n y participació n por parte de la sociedad
cuenta a nivel Distrital actualmente, en relació n a en general. Como lo expone Barragá n Á vila & Al-
la atenció n de mujeres víctimas de violencia por fonso Jurado (2010, p. 67). “Se requiere también
razones de género: la disminució n de brechas entre las instituciones
y la sociedad civil, porque no existe solució n para
1. Entidades de servicios policiales este problema sin participació n de todos los esta-
2. Servicios legales mentos de la sociedad colombiana”.
3. Servicios de asistencia social
4. Servicios de salud En esta línea han sido fundamentales los avan-
5. Sistemas escolares ces hechos por distintas organizaciones de mujeres
no gubernamentales, de las cuales se destacan la
Sin embargo de acuerdo con Barragá n Á vi- investigació n sobre las nuevas formas de violencia
la & Alfonso Jurado (2010), hace falta el forta- contra la mujer y la puesta en marcha de progra-
lecimiento de las redes de acció n en materia de mas que han llegado a ser acogidos o desarrollados
prevenció n y promoció n de la denuncia, y el me- en conjunto con entes estatales, hecho que corro-
joramiento de los mecanismos de articulació n y bora que la “elaboració n de estrategias estatales
diá logo entre los actores sociales e instituciona- para hacer frente a la violencia debería basarse en
les, para el fortalecimiento de la participació n y las experiencias de las mujeres y requiere su parti-
control social, y la veeduría a la respuesta esta- cipació n” (Naciones Unidas, 2007).

Los obstáculos en la práctica

No existe un nú mero concreto de factores


de su opinió n religiosa, política o filosó fica
por los cuales las mujeres víctimas de violencia
o de cualquier otra índole) de contar con las
se vean incapacitadas para acceder al restableci-
instancias necesarias, competentes, inde-
miento integral de sus derechos, ya que como se
pendientes e imparciales para dar a conocer
mencionó anteriormente las brechas pueden obe-
los hechos bajo los cuales sus derechos se
decer a mú ltiples causas; sin embargo, en tanto
encuentran en peligro de ser vulnerados o
es el Estado la figura responsable de prevenir,
lo han sido, una participació n informada y
atender y sancionar la violencia contra la mujer, y
asesorada en todo el proceso, un régimen
es el propó sito de la investigació n en curso de la
probatorio que no traslade la carga de la
cual se deriva este documento que se brinda espe-
prueba a la víctima y se encuentre ausente
cial énfasis en aquellos obstá culos que afectan el
de prejuicios por parte de los/as operadores
buen desarrollo de las prá cticas de las entidades
de justicia, una respuesta sobre su caso en
gubernamentales encargadas de atender a las mu-
un plazo razonable, una reparació n efectiva
jeres víctimas de violencia de género.
por todos los dañ os físicos, psicoló gicos y
sexuales sufridos, así como los materiales y
Para este propó sito es fundamental entender la garantía de ejecució n y seguimiento de la
desde un primer momento que implica el derecho
decisió n pronunciada. Ademá s de contar con
de acceso a la justicia:
la posibilidad de que en caso de estar en des-
acuerdo con la respuesta judicial obtenida, el
es entendido como la posibilidad de toda per- proceso y la decisió n sean revisadas por una
sona (independientemente de su condició n instancia superior (Corporació n Humanas,
econó mica, de género, física, social, étnica, 2008, p. 43).

Los obstáculos en el proceso judicial

En materia legislativa son muchos los obstá cu-


reglamentos y decretos que rigen, complejizan y
los que suelen identificarse en el camino de acce-
dificultan la respuesta Estatal frente a la violació n
so a la justicia para las mujeres víctimas de vio-
de los derechos humanos de las mujeres (Articu-
lencia de género, siendo en Colombia uno de los
lació n Regional Feminista de Derechos Humanos
principales impedimentos, una serie de normas,
y Justicia de Género, 2008).
Pág.. 10
Ah este respecto la Corporació n Humanas sició n de la privacidad de las víctimas, entre
(2009a) considera que los obstáculos en el muchas otras. igualmente existen estudios
acceso a la justicia: que revelan niveles de impunidad de má s
del 90% de los casos de VBG y la prevalencia
se presentan tanto en la justicia penal como de prá cticas institucionales que no protegen
en los procedimientos de cará cter adminis- a las mujeres tales como la conciliació n de
trativo, y pueden generarse por la existencia casos de violencia de pareja, la invitació n
de leyes, normas o reglamentos, políticas persistente al desistimiento de la denuncia,
pú blicas o fallos judiciales que no garantizan la rotació n o “paseo de la violencia” entre ins-
plenamente el reconocimiento de los dere- tituciones, la culpabilizació n de las víctimas,
chos humanos de las mujeres, especialmente la realizació n de pruebas excesivas o innece-
de las víctimas de violencias por razones de sarias, la estigmatizació n y el señ alamiento
género; el diseñ o, la estructura o la concep- (Programa integral contra Violencias de
ció n misma del sistema de justicia vigente; la Gé nero - MDGF, 2010, p. 64-65).
falta de acciones de investigació n y de forma-
ció n e informació n de estas víctimas para po- Lo anterior señ ala la existencia de elementos
der acceder a la justicia, y de los operadores y particulares que se encuentran en los contextos
operadoras judiciales para permitir que este e instituciones en donde las mujeres marcadas
acceso sea efectivo; la ausencia de represen- por la violencia de género suelen buscar en un
tació n y exigibilidad de los derechos de estas primer momento apoyo y orientació n frente a su
víctimas en el proceso; la poca intervenció n condició n de víctima, siendo uno de los elemen-
para su atenció n, protecció n y asesoramiento, tos má s agravantes el hecho que señ ala Corpo-
y el limitado apoyo y asistencia técnica con ració n Humanas (2009b, p.38) “el país cuenta
que se cuenta para lograr la realizació n de sus con un marco normativo apropiado para la pro-
derechos (p.29). tecció n de los derechos de las mujeres a vivir sin
violencia y sin discriminació n. El problema radi-
Adicionalmente: ca entonces no en el marco normativo, sino en la
aplicació n prá ctica del mismo”. En este orden de
Los estudios sobre acceso a la justicia de las ideas se exponen a continuació n algunos de los
víctimas de VBG en Colombia han mostrado obstá culos identificados principalmente en el
que existe una amplia gama de barreras de sistema judicial por medio de diversas investiga-
acceso para las mujeres, obstá culos que van ciones apoyadas desde la Corporació n Humanas
desde el desconocimiento de sus derechos en Bogotá , en Colombia y en conjunto con otras
hasta prá cticas de revictimizació n relaciona- instituciones en algunos países latinoamerica-
das con malos tratos, culpabilizació n o expo- nos.

La desprotección de la víctima y la protección del victimario en el proceso judicial

La implementació n del sistema Penal Acusato-


mayor atenció n a la preservació n de los derechos
rio en Colombia en el 2005 añ o 2005 trajo con-
del procesado, dá ndole así menor atenció n a los
sigo la ideología de un sistema a través del cual
de- rechos de la víctima (Corporació n Humanas,
modificar la percepció n sobre la salvaguarda y el
2008).
restablecimiento de los derechos, ofreciendo en
todo momento acció n judicial en igualdad de con-
Se observó que él/la juez no le informó a
diciones para las víctimas y procesados, contando
las víctimas cuales son las consecuencias de
con igualdad de garantías y oportunidades para
someter su caso a un mecanismo alternativo
intervenir, accionar y participar en el proceso,
de solució n de conflictos; no verificó en la
primando en este sentido la objetividad e impar-
audiencia si en realidad sus decisiones eran
cialidad en la bú squeda de la verdad y la justicia
libres, sin coacció n por parte del victimario
(Corporació n Humanas, 2008).
o derivadas de alguna razó n distinta a su vo-
luntad; no les explicó a qué derechos estaban
Desde esta perspectiva, la primera falla que se
renunciando; no les preguntó si el término a
pone en evidencia es la falta de la garantía de una
prueba les parecía adecuado o si se sentían
igualdad procesal, entre la víctima y el procesado
realmente reparadas con lo pactado en él, si
en la medida que dentro del juicio, el juez suele dar
tenían alguna expectativa de reparació n que
Pág.. 11
no les fue concedida; tampoco verificó si la

Pág.. 12
manifestació n de arrepentimiento de los vic- por un sistema que la
timarios o su voluntad de acatar los términos desampara cuando de
era real[…]Se hace palpable la inclinació n
que marca el sistema hacia la preocupació n
de los/as operadores por la protecció n de los
derechos del procesado dejando de lado el
derecho de la víctima de violencia de géne-
ro a ser tratada en igualdad de condiciones
procesales que los demá s intervinientes. En
las entrevistas se hizo manifiesto este
interé s: “El sistema da muchas garantías al
delincuen- te y eso nos obliga a estar muy
capacitados para protegerlos derechos del
agresor incluso se da capacitació n para que
esté n bien aseso- rados”. (Entrevista a
operador/a de justicia) (Corporació n
Humanas, 2008, p. 60-61).

Lo anterior suscita un problema en la medida


que se encuentra un vacío en un proceso que está
orientado a la igualdad de oportunidades, permi-
tiendo vislumbrar dificultades en la restitució n
de los derechos y la reparació n de las víctimas,
ya que desde un primer momento sus garantías
está n siendo desentendidas por los operadores de
la justicia.

Por otro lado dentro de los procesos judiciales


se encuentra otro gran fallo y violació n a diversos
tratados internacionales al no tomar las medidas
necesarias para la protecció n de las víctimas du-
rante el proceso ya que:

De los casos de violencia de género observa-


dos, en el 100% de ellos los/as jueces piden
que la víctima se identifique por su nombre
completo y nú mero de cédula y diga cuá l
es su lugar de residencia. Adicionalmente
durante la audiencia los/as jueces hacen
referencia a la víctima de forma directa lla-
má ndola por su nombre y señ alá ndola.[…] La
identidad física de la víctima es plenamente
pú blica. No só lo los/as jueces señ alan a la
víctima sino que no se restringe la presencia
de pú blico en las audiencias y la grabació n
de é stas en medios magné ticos se hace sin
filtros que permitan ocultar su fisonomía y es
accesible para quien la solicite sin restricció n
alguna.[…] La ausencia de la aplicació n de
estas medidas en los procesos por delitos por
razones de gé nero, como los que está n bajo
estudio, implica no solo el desconocimiento
de tratados internacionales que lo exigen,
sino tambié n de los derechos de las víctimas
a la dignidad, la privacidad e intimidad. Es así
como el sistema judicial hace que la víctima
ya sujeta a una discriminació n que la sitú a
en esa condició n procesal, sea re-victimizada

Pág.. 13
proteger su identidad se trata (Corporació n Humanas, 2008,
p. 62-63).

Adicionalmente es relevante señ alar que de los casos estudiados


por la Corporació n Humanas (2008) el 87% de los casos de lesiones
personales y en un 89% de los casos de violencia intrafami- liar,
cometidos por el compañ ero permanente o el có nyuge de la víctima,
no se solicitaron medidas de protecció n y captura del victimario,
llegando en algunos casos por consideració n del/la Juez por ser
“innecesario” por tratarse de la primera vez, lo cual avala en sí la
revictimizació n como medida para tomar acciones. Por otro lado en
al- gunos casos al victimario se le daba la posibilidad de la “Casa por
cá rcel”, lo cual se torna como una medida ineficiente en tanto se
obliga a qué vícti- ma y victimario convivan en un mismo domicilio.
Sumado a lo expuesto anteriormente, otro ele- mento agravante es el
hecho de que muchas víc- timas refieren la inoperancia de las
autoridades encargadas de hacer el seguimiento, las cuales en muchos
de los casos se limitan a acudir al lugar y solo al momento de
considerarlo necesario toman medidas para verificar el estado de la
víctima, de- jando igualmente en un segundo plano el segui- miento
del caso (Corporació n Humanas, 2008).

La protecció n a la integridad de las víctimas de violencia por


razones de género es urgente de- bido a que pueden repetirse los
ataques verba- les, físicos y a su dignidad. La violencia perpe-
trada por el có nyuge o compañ ero permanente se ejerce contra la
mujer por ser mujer por lo que esta conducta seguirá
presentá ndose. La desprotecció n a la víctima perpetú a las situa-
ciones de subordinació n en la que se encuen- tra y acentú a la
discriminació n de la que ya es víctima. [...] La ineficacia de las
medidas en los pocos casos en que se piden y la ausencia total de
las mismas hace que las víctimas se vean obligadas a recurrir a sus
propias estrate- gias para protegerse. [...] Es evidente que hay una
desprotecció n de la integridad y seguridad de las víctimas de
delitos por razones de gé- nero por parte del sistema acusatorio.
Los/as operadores del sistema no está n garantizando este derecho
de las víctimas ya sea porque no tramitan las medidas necesarias
cuando son de su competencia o porque no las hacen pro-
cedentes al imaginar que no son necesarias.
De esta manera las mujeres víctimas de estos delitos quedan
expuestas a las situaciones que las motivaron a acudir a la justicia,
pierden credibilidad en las instituciones judiciales y se ven
abocadas a establecer sus propias medidas para protegerse
(Corporació n Humanas, 2008, p. 67-68).

Pág.. 14
La complejidad de las pruebas

Dentro del sistema penal acusatorio, uno de


anterior supone un problema, en tanto dentro de
los elementos fundamentales lo ocupan las prue-
los casos de violencia la demora en la atenció n
bas, pero es en la recolecció n de estas en donde
puede implicar la pérdida de la prueba física, la
cae uno de las mayoras deficiencias, ya que en el
cual ocupa un papel determinante dentro del pro-
territorio colombiano, un gran nú mero de los ca-
ceso judicial. Lo anterior supone un problema en
sos es atendido por otras entidades que no siem-
tanto si estos casos son frecuentes en ciudades
pre cuentan con los equipos y la pericia necesaria
principales como Bogotá y Pereira, se prevé ma-
para cumplir con los pará metros mínimos que re-
yor restricció n en pequeñ as ciudades, municipios
quiere una prueba judicial; lo cual se traduce en
y poblaciones (Corporació n Humanas, 2008).
una limitació n en la cobertura y en la baja validez
y confiabilidad de las pruebas (Corporació n Hu-
En cuanto al maltrato psicoló gico contra las
manas, 2008).
mujeres, caracterizado en el sistema judicial des-
de la ViF no suele ser tenido en cuenta como ele-
Por otra parte, otro de los grandes obstá culos
mento probatorio de violencia, ya que dentro del
es la saturació n de instituciones como Medicina
sistema de justicia la falta de pruebas tendientes
Legal, la cual en algunos casos no llega a dar abas-
a demostrar que las mujeres han sido víctimas de
to a la cantidad de casos que se reportan por falta
este tipo de maltrato, constituye en sí un obstá cu-
de personal, instalaciones, equipos, laboratorios,
lo evidente en el acceso a la justicia, por lo cual no
casos que requieren mayor tiempo de atenció n,
se posibilita la demostració n de los dañ os, anu-
demoras en entrega de resultados (de semanas a
lando así el juicio y sanció n correspondientes al
meses) y sobredemanda de casos por atender; lo
responsable (Corporació n Humanas, 2008).

Las limitaciones en el restablecimiento de los derechos

Uno de los principales fines dentro de los la reparació n de las víctimas de delitos por
procesos judiciales es el restablecimiento de los razones de género se restringe a la indemni-
derechos fundamentales, por medio de la restitu- zació n econó mica de perjuicios, sino que al
ció n, rehabilitació n, indemnizació n, satisfacció n hablar con las víctimas es palpable có mo la
y garantía de no repetició n, ademá s del derecho desinformació n y la falta de asesoría sobre
a la verdad y a que se haga justicia, de forma tal los derechos de que son titulares dificultan la
que se le garantice a la víctima volver al “estado construcció n de criterios sobre qué sería en
anterior” a la violació n de sus derechos y la recu- efecto reparador (p. 78-79).
peració n de su dignidad. Sin embargo dentro del
caso colombiano los procesos que se adelantan Los procedimientos orientados a la desconges-
muchas veces se encuentran lejos de garantizar tió n judicial
la plena restitució n de los derechos y la dignidad
de la víctima en tanto el enfoque adoptado por Este apartado hace referencia a la aplicació n
algunos operadores de la justicia se limita a la exi- “de formatos judiciales” en donde jueces y fiscales
gencia de una restitució n econó mica como ú nica siguen unos lineamientos previamente definidos
medida a este tipo de casos, obviando de esta ma- para atender los casos relacionados a la violencia
nera los demá s derechos a los cuales tiene acceso de género Este hecho en sí puede llegar a implicar
toda víctima (Corporació n Humanas, 2008). En una falla de grandes proporciones, en la medida
esta medida la Corporació n Humanas (2008) se que se pueden llegar a obviar particularidades a
manifiesta de la siguiente manera: los cuales responden casos concretos, o a
promocionar la conciliació n como un medio de
Para el Estado los derechos de las víctimas se resolució n del conflicto de manera rá pida. La
ven plenamente restablecidos si se pacta una aplicació n de estas medidas se da con el fin de
indemnizació n econó mica, desconociendo alcanzar metas en la re- solució n de casos
que la reparació n de los derechos a vivir una judiciales, ya que el sistema hace un control de la
vida libre de violencia, a la dignidad, a la inte- calidad del trabajo realizado en re- lació n a
gridad física y sexual y a la salud no se logra cuá ntos de estos son resueltos en periodos
solo con dinero.[...]No solo se evidencia que temporales y en la descongestió n de los despachos

Pág.. 15
judiciales (Corporació n Humanas, 2008).

Pág.. 16
Adicionalmente, cuando los casos se encaminan formato, que permite al fiscal agregar a su
a resolverse por la conciliació n, el enfoque del fun- estadística de trabajo un nuevo proceso como
cionario está dirigido a que se den acuerdos y no a terminado. En la prá ctica, casos como los estu-
la revisió n del cumplimiento de los mismos, hecho diados se convierten en estadísticas de proce-
que en el caso particular de la violencia basada en sos que entraron al sistema y fueron resueltos
el género se representa como un agravante en la en un corto tiempo, dando la apariencia de
medida que las penas de los procesados son redu- un sistema eficiente por cuanto no importa la
cidas y por ende quedan en libertad má s pronto, calidad de la actuació n procesal, en té rminos
pudiendo conllevar así a la revictimizació n de las de justicia y de garantía de derechos de las
víctimas (Corporació n Humanas, 2008). partes, sino el nú mero de procesos tramitados
y finalizados. [...] se puede plantear que la
Pareciera que la pretensió n principal de la Fis- víctima no solo sufre una discriminació n por
calía estuviera centrada en lograr un acuerdo su condició n de mujer, sino ademá s es revic-
que ponga fin al proceso, sin importar las par- timizada por estar sujeta a un sistema
ticularidades de cada caso y las necesidades de judicial que no centra su preocupació n en
las víctimas en cuanto a justicia y reparació n. garantizar la protecció n y el cumplimiento de
Como se vio, el instituto procesal de aplica- sus derechos, sino en alcanzar un resultado
ció n del principio de oportunidad se convierte que demuestre la eficiencia del sistema penal
simplemente en el diligenciamiento de un (Corporació n Humanas, 2008, p. 84-85).

La discriminación histórica contra la mujer y las implicaciones de éstas en la práctica jurídica

La discriminació n contra la mujer es un fe-


Adicionalmente este tipo de imaginarios sobre
nó meno sociohistó rico, que ha vinculado en di-
la mujer suelen ser reforzados por la propia inefi-
versos á mbitos de la vida social; este escenario
cacia del Estado, ya que como se señ ala en el Es-
dificulta aú n má s el acceso de las víctimas por
tudio desarrollado por el Programa integral con
violencia de género a la justicia, ya que al haber
Violencias de Género (2010), sobre Tolerancia
elementos socialmente compartidos y estableci-
institucional a la Violencia basada en el Género:
dos, se traducirá n en mayores obstá culos y nive-
las debilidades en materia de respuesta institucio-
les de dificultad para el acceso a la justicia por
nal en muchos casos predisponen a las víctimas
parte de otras comunidades, organizaciones, mo-
frente a un panorama en el cual no hay mecanis-
vimientos y personas, ajenas al sistema judicial;
mos efectivos para su protecció n, concibiéndose
de esta forma se perpetua la discriminació n y la
como inú til el proceso de denuncia; y por parte de
violencia, impidiendo el acceso a la justicia y al
los agresores se refuerza la idea de que sus accio-
restablecimiento de sus derechos (Corporació n
nes no son graves en tanto no hay ningú n medio
Humanas, 2008).
de intervenció n por parte de las autoridades, lo
cual no acarrea consecuencias para él.

La violencia de género contra la mujer entendida como delito menor


que vulnera la unidad familiar y no la dignidad de la mujer

Este apartado se refiere a la poca atenció n y tecció n del procesado, en la medida que se pro-
relevancia otorgada por los operadores de la jus- teja por este medio el bien jurídico de la familia
ticia a los casos de violencia basada en el género, (Corporació n Humanas, 2008).
frente a la violencia e impacto a la familia como
nú cleo familiar; es decir, que a consideració n de La aplicació n de estas medidas bajo estrategias
los funcionarios pú blicos (que obran en represen- como la de la conciliació n, aunque promueven el
tació n de los intereses del Estado) no se conside- restablecimiento de un orden social, inevitable-
ran los casos de violencia contra la mujer como mente se manifiestan como una forma de Violen-
procesos de mayor relevancia frente a otro tipo de cia institucional, al ser el Estado por medio de
unidades como la familia, llegando así a obviarse sus mecanismos quien deja en una segunda ins-
y a no reconocerle en algunos casos la violació n tancia la protecció n de los derechos de la mujer
de los derechos de la víctima y a promover la pro- (Corporació n Humanas, 2008).
Pág.. 17
La falta de información y de asesoría
Aunque si bien es cierto que el Estado en ma- Evidencia de esto se muestra en los diversos
teria de asesoría y prevenció n ha realizado relatos y experiencias de víctimas recopiladas por
avances significativos en esta materia por medio la Corporació n Humanas (2008), en donde por
de estrate- gias de difusió n, campañ as, creació n ejemplo mujeres manifiestan la incomodidad y el
de entidades destinadas a la atenció n de este dolor al tener que relatarle primero al guardia de
tipo de casos, etc. igualmente siguen siendo las instituciones el caso para que la deje acceder,
visibles grandes incon- venientes en la atenció n la falta de un asesor jurídico que oriente este tipo
prestada, sobre todo en materia del servicio de casos, el sufrimiento de tener que comunicar
prestado, los roles asumidos por los su situació n en espacios reducidos en donde má s
funcionarios, las instalaciones, los procedi- personas escuchan su situació n, etc.
mientos y la asesoría y atenció n prestadas por
los funcionarios encargados de dar respuesta a
estos casos (Corporació n Humanas, 2008).

Miedos e impedimentos de las víctimas de violencia de género

Vinculada a la violencia de gé nero se encuen-


En este sentido como lo señ ala la Corporació n
tran otro tipo de elementos “invisibles” que
Humanas (2008):
impactan sobre la decisió n de la víctima al mo-
mento de buscar salir de su condició n, dentro
Garantizar acceso a la justicia a las mujeres
de los cuales uno de los má s comunes suele ser
víctimas por delitos por razones de género sí
el factor econó mico, ya que Colombia al ser un
supone un tratamiento de la problemá tica que
país con alto porcentaje de desempleo y pobre-
tome en cuenta las situaciones de discrimina-
za, conduce a que muchas personas se vean obli-
ció n que afectan a las víctimas y que por tanto
gadas a soportar diversos tipos de maltratos, ya
pueda prever las condiciones particulares de
que el victimario es la persona que aporta los
éstas, partiendo por reconocer la base de la
suministros econó micos para el mantenimiento
discriminació n y las medidas especiales que
del hogar; siendo en el caso de las mujeres co-
deben tomar todas las instancias del Estado
mú n el caso de soportar el maltrato por parte de
para superarla incluido el sistema de justicia.
su conyugue o compañ ero, ya que tienen hijos
Así el sistema de justicia en la aplicació n de
que representan gastos que solo puede sobrelle-
sus procedimientos y mecanismo debe ser ca-
var el victimario (Corporació n Humanas, 2008).
paz de responder a las realidades sociales que
enfrenta tomando en cuenta las condiciones
Por otro lado, es igualmente comú n que como de independencia econó mica y autonomía así
se mencionó anteriormente suele ser habitual como actuar frente al miedo y al silencio de las
una relació n previa entre víctima y victimario, víctimas (p. 95).
lo cual trae consigo una serie de presiones para
la víctima en tanto surgen diversos miedos en
Finalmente desde el punto de vista de la Cor-
donde se puede sentir amenazada, juzgada por
poració n Humanas (2008) hay una serie de con-
sus familiares y conocidos, o sometida a que no
diciones que consideran fundamentales para el
se le crea. Estas situaciones y muchas otras que
acceso a la justicia, por parte de las mujeres víc-
acompañ an cada caso predisponen a la víctima a
timas de violencia de género:
guardar silencio con respecto a su situació n, y al
seguir soportando má s y nuevos tipos de maltra-
1) una instancia judicial competente, inde-
tos, aun siendo consciente de la vulneració n de
pendiente, imparcial que sea establecido con
sus derechos, que subestimados por la situació n
anterioridad por la ley; 2) participació n de la
carecen de mayor relevancia dentro de su coti-
víctima; 3) mecanismos judiciales sencillos,
dianidad (Corporació n Humanas, 2008).
rá pidos, eficaces, imparciales, no discriminato-
rios, que sean respetuosos de un trato huma-
Es clara en un primer momento la falta por
no y digno y susceptibles de ser revisados por
parte de la víctima el reconocimiento de sus de-
una segunda instancia; 4) régimen probatorio
rechos fundamentales y de sus derechos por ser
donde la prueba física no sea prevalente,
víctimas de violencia de género, y por otro lado
ausente de los prejuicios personales o cultura-
la falta de políticas pú blicas que ayuden a sope-
les del operador/a de justicia y protector de la
sar y a proteger a las víctimas de la re-victimiza-
dignidad de la mujer y 5) reparació n efectiva
ció n (Corporació n Humanas, 2008).
del dañ o sufrido (p. 42).
Pág.. 18
Los obstáculos en el sector salud

Si bien muchos de los obstá culos identifica-


En los sistemas de salud los principales pro-
dos en el sector justicia se reproducen en sus
blemas detectados se relacionan con la falta
respectivas proporciones en otros espacios y en
de protocolos de detecció n e intervenció n,
la cotidianidad en general; el reconocimiento de
el desconocimiento de las/os profesionales
particularidades evocados desde las disciplinas
sobre el comportamiento epidemioló gico y
que circundan la prestació n del servicio, el servi-
el tratamiento acertado de estas
cio que prestan, y las ló gicas sobre las cuales se
problemá ticas, la estigmatizació n de las
dimensiona la problemá tica, inciden fuertemente
víctimas, los manejos inadecuados de las
en qué tipo de obstá culos se visibilizan en otro de
evidencias, la exposició n a mú ltiples
los grandes sectores encargados de brindar aten-
valoraciones innecesarias y a la au- sencia de
ció n a la violencia de género contra las mujeres.
servicios de salud mental calificados y
efectivos (Programa integral contra Violen-
cias de Gé nero - MDGF 2010, p. 65).

En este sentido desde la misma Organizació n


Panamericana de la Salud Velzeboer, M.,
Ellsberg, M., Clavel Arcas, C., & García Moreno, C.
(2003) hacen un reconocimiento sobre aquellas
prá cti- cas sobre las cuales los funcionarios que
trabajan desde el Sector Salud han de evitar en
tanto des- favorecen la prestació n del servicio
las mujeres víctimas de violencia por razones de
gé nero.

• Violación de la confidencialidad

El indagar y/o comentar la situació n de vio-


lencia por la cual está atravesando la mujer cer-
ca de otras personas o en espacios inadecuados,
comentar la problemá tica con colegas u otros
funcionarios y comunicarse con otras instancias
sobre el caso pueden perjudicar o potencializar
el impacto de la situació n de violencia por la cual
se encuentra atravesando la mujer .

• Menospreciar la importancia al maltrato


y/o minimizarlo

En diversos contextos el personal médico puede


restar importancia a la situació n de violencia por la
cual está atravesando, al considerar que si la victi-
Chelsea - por: Trublueboy - tomada de: www.sxc.hu ma ya ha venido conviviendo con la situació n por
tanto tiempo no ha de ser de intensa, buscando
preservar en primera instancia la unidad familiar.
Desde 1996 la violencia de género contra la
mujer fue declarada como una problemá tica • Culpabilizar a la victima
de salud pú blica por parte de la Asamblea
Mundial de la Salud, por lo cual se entró a inferir que la víctima inspiró al victimario a
considerar como una situació n sobre la cual perpetrar el ataque, atribuyéndole la responsabi-
las instituciones de Salud habrían de tomar lidad de que se siga ocasionando el maltrato.
parte, ya que “Cuando las organizaciones de la
salud no tratan el tema de la violencia basada • Desconocer las necesidades de seguridad de
en género, cometen un acto de negligencia la victima
que puede causar dañ o a la mujer.” (Bott,
Guedes, Claramunt & Guezmes, 2010, p. 4) No indagar sobre la sensació n de inseguridad
que manifiesta la mujer, pasando por alto señ ales
de alerta.
• Naturalizar el maltrato Los estudios sobre acceso a la justicia de las
víctimas de VBG en Colombia han mostrado
Respuesta con señ ales de indiferencia ante la que existe una amplia gama de barreras de
situació n de la víctima, llegando a sugerir como acceso para las mujeres, obstá culos que van
parte de la “normalidad” las condiciones y cir- desde el desconocimiento de sus derechos
cunstancias por las que atraviesa. hasta prá cticas de revictimizació n relacionadas
con malos tratos, culpabilizació n o exposi-
• Generalizar las condiciones ció n de la privacidad de las víctimas, entre
muchas otras. igualmente existen estudios
Abarcar el fenó meno de la violencia contra la que revelan niveles de impunidad de má s del
mujer imposibilita la prestació n de un servicio 90% de los casos de VBG y la prevalencia de
eficaz y pertinente ante las necesidades de la mu- prácticas institucionales que no protegen a las
jer víctima, en tanto cada caso y situació n por la mujeres tales como la conciliació n de casos de
que atraviesa cada mujer responde a característi- violencia de pareja, la invitació n persistente
cas particulares sobre las cuales un equipo inter- al desistimiento de la denuncia, la rotació n o
disciplinario ha de formular maneras de interven- “paseo de la violencia” entre instituciones, la
ció n ú nicas. culpabilizació n de las víctimas, la realizació n
de pruebas excesivas o innecesarias, la estig-
Desde este panorama es claro que en la imple- matizació n y el señ alamiento. En relació n con
mentació n de las políticas pú blicas destinadas los servicios de protecció n para las víctimas,
para la atenció n de mujeres víctimas de la ausencia de asistencias especializadas, las
violencia, se encuentra intervenido por una con- diciones técnicas en las que los pocos
amplia gama de elementos sociales, contextuales servicios existentes operan, el
y culturales por los cuales se ve imposibilitada la desconocimiento de su existencia por parte
prestació n de un servicio eficaz para el trato de de las víctimas y la ausen- cia de voluntad
la problemá ti- ca. Es en este sentido que como se política para crearlos, son los principales
manifiesta en Programa integral contra obstá culos identificados en esta materia
Violencias de Gé nero - MDGF (2010): (Programa integral contra Violencias de
Gé nero - MDGF , 2010, p. 64-65).

La ruta crítica

La ruta crítica nace y es definida como el pro- sobre aquellas construcciones


ceso por el cual la mujer parte en bú squeda de sociales, actitudes
estrategias, mecanismos y oportunidades conven-
cionales y no convencionales para salir de su con-
dició n de víctima de la violencia; este camino se
encuentra mediado por una multiplicidad de fac-
tores individuales, sociales y circunstanciales que
impulsan o restringen las acciones emprendidas
por la mujer dentro de su Ruta, asociados en gran
medida a una serie de construcciones sociales in-
herentes a las decisiones, el conocimiento sobre
las acciones a tomar, los recursos que dispone, las
valoraciones a lo largo del camino, los obstá culos
percibidos, etc. (Sagot, Guido, & Carcedo, 2000).

Es dentro de lo que se ha denominado como la


Ruta Crítica que se describen aquellos elementos
externos que influyen en el camino emprendido
por la mujer, tomando en cuenta aquellas accio-
nes emprendidas y las respuestas dadas por parte
de la sociedad y de las instituciones involucradas
en la problemá tica, procurando en todo momen-
to comprender y visibilizar a cabalidad todos los
componentes normativos, situacionales, contex-
tuales, de calidad, de recursos, estructurales, y
y comportamientos de la sociedad y de los funcio- nes, y que van construyendo la bú squeda de
Pág.. 17
narios encargados de dar respuesta a la violencia contra la mujer
(Sagot, Guido, & Carcedo, 2000).

Entender los caminos y pensares por los cuales transitan las


mujeres, implica comprender aque- llos elementos subjetivos que
está n arraigados a su situació n como víctimas, a los obstá culos con
los que se interponen y a aquellas medidas alter- nativas que adoptan
para solucionar su condició n.

Má s que una ú nica ruta crítica, por lo general las mujeres


transitan por mú ltiples rutas e itinerarios antes de encontrar una
solució n de- finitiva, si es que la encuentran. Por otra parte, el
inicio de la ruta crítica implica, en muchas ocasiones, riesgos para
las mujeres, incluyen- do el aumento de la violencia o el riesgo de
sus bienes patrimoniales. En ese sentido, tras un primer paso,
muchas veces sigue un retroce- so o la bú squeda de otras vías.
Desde fuera, estos procesos pueden parecer contradictorios o
hasta irracionales, pero los testimonios de las mujeres
entrevistadas en todos los países sugieren má s bien la existencia
de elaborados razonamientos, evaluaciones de situació n y de
balances, que guían sus decisiones y accio-

y comportamientos de la sociedad y de los funcio- nes, y que van construyendo la bú squeda de


Pág.. 17
alternativas hacia una vida libre de violencia diversos panoramas permite vislumbrar las mú l-
(Sagot, Guido, & Carcedo, 2000, p. 89). tiples formas de confluencia que adopta el fenó -
meno de la violencia contra la mujer y por tanto
El estudio y la comprensió n de estas perspec- dará n los pará metros sobre los cuales establecer
tivas permiten dar un punto de partida sobre aquellos mecanismos que han de adoptarse y/o
aquellas circunstancias que motivan o dificultan crearse por parte de las instituciones implicadas
el acceso a la justicia, en tanto la comprensió n de en el trato de esta problemá tica.

Consideraciones finales

A lo largo de la revisió n documental se pone víctimas, las mujeres; esta


en manifiesto la importancia que adquieren los situació n deja en claro,
contextos, los tipos de violencia ejercidos, el fac-
tor histó rico, los actores, víctimas, victimarios e
intermediarios, al igual que una amplia gama de
aspectos intrínsecos y extrínsecos al fenó meno de
la violencia contra la mujer, ya que el desarrollo
de esta problemá tica que fá cilmente ha
traspasa- do generaciones, espacios, culturas e
ideologías, requiere de abordajes
contextualizados que res- pondan desde
distintas etapas a las situaciones especificas que
determinan la forma en que han de ser
comprendidas e intervenidas.

Este hecho responde a una vasta multiplicidad


de factores sociales y políticos, en donde al con-
fluir normas, reglamentos y guías orientadas en
todo momento a la atenció n y restitució n de los
derechos de las víctimas, visibilizan resultados
insuficientes, en tanto particularidades del entor-
no social, cultural y econó mico, impactan sobre
la atenció n a casos de violencia contra las muje-
res, en tanto son fá cilmente identificables una se-
rie de variables que contrarrestaran las acciones
adoptadas por el Estado, instituciones y ONGs,
viéndose así limitada la efectividad de dichas es-
trategias, ya que el desarrollo de las mismas se ve
obstaculizado por la inexistencia y/o falta de re-
cursos (humanos, econó micos y físicos), capaci-
dades, conocimientos, intereses y/o perspectivas
socioculturales sobre la problemá tica, por parte
de las entidades encargadas de atender el fenó -
meno de la violencia contra la mujer, e indudable-
mente de la població n en general que ha naturali-
zado y legitimado dentro de su cotidianidad dicho
fenó meno, que ha conllevado a la reproducció n
de este por distintos caminos en donde ha dejan-
do a su alrededor miles de víctimas.

Es así como pese a la ejecució n de movimien-


tos de mujeres, instrumentos internacionales e
iniciativas gubernamentales, la violencia contra la
mujer sigue siendo una problemá tica vigente, que
encuentra su origen desde una cantidad abruma-
dora de variables, pero que deja un solo grupo de

Pág.. 18
que aun cuando han habido importantes desarro- llos en materia de la
prevenció n, sanció n y elimi- nació n de todas las formas de violencia
contra las mujeres, sigue siendo un fenó meno vigente y de extensa
envergadura.

Es claro que por parte de organizaciones civi- les, del Estado y de


la sociedad en general que han de establecerse mecanismos de
revisió n pe- rió dica, sobre la efectiva aplicació n de medidas, teniendo
en cuenta la perspectiva de género, y haciendo uso de normas
legislativas que tipifi- quen como delito toda forma de violencia contra
la mujer, acompañ ado de un trabajo de investi- gació n exhaustiva
sobre todas las denuncias, en donde la reunió n de pruebas vele en
primera ins- tancia por proteger la integridad de las víctimas,
ofreciendo un trato no discriminatorio, orientado a la protecció n de
las mujeres para dar paso al respectivo enjuiciamiento de los
responsables. Adicionalmente ha de velarse por la previsió n de
recursos adecuados, que permitan la adopció n de las medidas
necesarias para permitir que las vícti- mas obtengan una adecuada
compensació n (Na- ciones Unidas, 2006).

De igual manera es fundamental que se reco- nozca a las mujeres


que lideran las acciones para la erradicació n de toda forma de
violencia contra las mujeres y en especial a las organizaciones de
mujeres por parte de los entes Estatales, de for- ma tal que se les
permita desarrollar su labor sin obstá culos y se les preste un activo
apoyo en sus esfuerzos (Naciones Unidas 2007).

Para este propó sito el desarrollo de estudios como este juegan un


papel fundamental, en tan- to buscan reconocer las particulares del
fenó meno en determinados contextos y son una pieza clave para la
formulació n de nuevos planes, políticas y programas, ejecutados
desde organizaciones civi- les, instituciones y principalmente
entidades Gu- bernamentales, que en el caso de este estudio en
particular centra su interés en el desarrollo de las practicas ejecutadas
dentro de las instituciones responsables de dar respuesta a este tipo
de casos.

Pág.. 18
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