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Schenquerman. Freud y La Cuestión Del Paradigma Indiciario
Schenquerman. Freud y La Cuestión Del Paradigma Indiciario
Aperturas
Palabras clave
fenoménicos que expresan, de modo traspuesto, los datos mediante los cuales
puesta en marcha del procedimiento para encontrarla. En ese caso, los pasos
verdad buscada.
deslumbrado paciente.
Pero, lamentablemente, para complejidad de nuestra práctica, la
implica por ello una duda metódica. Esta duda existe en tanto duda aplicada al
todo fue en esa duda donde se fundó el psicoanálisis, en ese famoso “ya no
creo en mis neuróticos” de Freud a Fliess. Fue aquello engañoso lo que dio
ya no tiene que ver con el saber cotidiano. Tampoco, ni mucho menos, que ese
saber sea patrimonio del psicoanalista. Esto quiere decir que el método
que esa sexualidad reprimida contiene. Y que esa verdad o ese saber nadie lo
modo,
de investigación,
disciplina científica.
psicoanalítico de Freud.
1.los tres son exponentes del pensamiento y de los cambios que vienen
2.Otra coincidencia es que los tres tienen formación médica. Ello no deja de
del profano; aquello que se dio en llamar “el ojo clínico”, “el ojo del buen
podía conjeturar qué pasó por allí y, sumando los datos que iba obteniendo,
determinar quién pasó por allí y los peligros o riesgos que implicaba para él, el
clasificación de datos, pero de datos que son escogidos desde algún lugar,
desde una óptica particular que permite acceder al objetivo, que es el armado
médica" (6).
que sí, ¿qué valor tiene para el psicoanálisis? Es evidente lo cerca que está el
modalidad indiciaria.
psicoanalítico.
sentidos es fracturado por indicios que rompen con la certeza y marcan otra
dirección posible.
por conjeturas podemos suponer o intuir que Freud accede a los ensayos de
Morelli entre 1890 y 1895, por una serie de datos que sería largo enumerar.
¿Qué pudo representar para Freud, para el joven Freud, todavía lejos del
Vamos a ver lo que el mismo Freud dice unos años más tarde en “El Moisés de
indiciario. Es un trabajo casi obsesivo por ver los detalles de la figura de Moisés
hecha por Miguel Ángel. Este trabajo obsesivo, por supuesto no tiene por
Veamos lo siguiente: en 1901 Freud va por primera vez a Roma, lugar que
del psicoanálisis, año en que Freud empieza a construir su propia obra colosal.
Lo subrayamos porque estos son los indicios a través de los cuales también
nosotros podemos colegir el motivo por el cual Freud escribe ese artículo.
trabajo detectivesco del mismo Freud que él deja sin resolver. Sin duda, como
disposición de nuestra actividad psíquica, al tiempo que nos deja una actitud
interrogativa” (10).
cuya supuesto autoría demostró ser falsa. Consiguió todo eso tras indicar que
pequeñeces como la forma de las uñas, lóbulos de las orejas, aureola de los
santos y otros detalles inadvertidos cuya imitación el copista omitía y que sin
mucho saber que bajo ese seudónimo ruso se ocultaba un médico italiano de
apellido Morelli. Falleció en 1891 siendo senador del Reino de Italia. Creo que
médico. También éste suele colegir lo secreto y escondido desde unos rasgos
(11).
en que el interés de Freud por los detalles, por las nimiedades es más
ser parte del monumento funerario de Julio II, junto a otras tres o cinco figuras
sedentes. Ahora nos está permitido retomar esa interpretación, pues nuestro
contra la piedra, ya que justamente por causa de ellas, frenó su cólera, dominó
pudo menos que descuidar las Tablas, apartar la mano que las sostenía.
afecto. Su mano retrocedió y rescató las Tablas que caían antes que pudieran
“(Miguel Ángel)... no deja que la cólera de Moisés las destruya, sino que
apacigua esa cólera, [no debemos olvidar que está analizando cómo Miguel
Todavía podría preguntarse por los motivos del artista cuando escogió a
trasmudado, para el monumento funerario del papa Julio II. Muchos autores
coinciden en señalar que esos motivos han de buscarse en el carácter del papa
y en la relación del artista con él. Julio II era afín a Miguel Ángel porque
dominio del papado. Lo que únicamente, varios siglos después conseguiría una
breve lapso del imperio que le estaba deparado, impaciente y con violentos
medios. Supo apreciar a Miguel Ángel como a un igual, pero a menudo lo hizo
naturaleza.”
Hoy podemos tratar de dar una respuesta a la incógnita que dejó abierta
Freud en este trabajo. Podemos pensar que aquella interpretación era además
una autointerpretación. Freud mismo era presa de sus impulsos de cólera, del
no, la cólera que podía despertar el objeto mismo, ese inconciente que se
golpe. Y aquí la lectura por indicios, nos muestra la relación entre la época en
que escribe esta interpretación del Moisés, con el momento en que se hace
discípulos Jung y Adler. La pugna con ellos lo tiene tan desalentado que no
de 1912: "En mi estado de ánimo actual me comparo más bien con el Moisés
político que debía domeñar sus pasiones y que debía defender su obra el que
importancia a una nota al pie o nos remitimos a una carta o a estos detalles,
seguimos. No hacemos con ella sino lo que podemos hacer con cualquier
solipsismo que es el mal congénito de todo idealismo. Para existir necesita 'del
solo punto de vista, y un punto de vista fijo" (14); y más aún cuando esos
pacífica, “yo esto lo defino así, Uds. de esa otra forma; cada uno puede tener
admisible un eclectisismo de los medios" (15). Así, cada punto de vista con el
empobrece y marchita.
Podremos decir que, como todo hombre de ciencia, es sin duda el que tiene
que exige una preocupación igual, una vigilancia disciplinaria igual ante los
esos indicios en los restos marginales del discurso. Vamos organizando estos
a veces atendemos poco a ciertos aspectos que nos parecen irrelevantes y nos
Notas y Bibliografía
(1). Método: Procedimiento que se sigue en las ciencias para hallar la verdad y
particular en cada caso concreto, del conocimiento y, por tanto, implica siempre
Marx, quien le dio una base materialista, y que se apoya en el uso de los
las ciencias naturales y exactas, a partir del siglo XVIII dio impulso excepcional
abierta por el intento de aplicar a las ciencias humanas y sociales los métodos
(2).Bachelard, G.: La formación del espíritu científico, Siglo XXI ed., Bs.As.,
1975.
Bs.As.
(8). Freud, S.: El Moisés de Miguel Angel, en O.C., Vol.13, Amorrortu Ed.,
Buenos Aires.
Pero otro hecho curioso más, este trabajo de Freud en el cual cita a Morelli, es
uno de los pocos trabajos de Freud, que publicó también en el anonimato. Ese
trabajo, “El Moisés de Miguel Ángel” (9) se publica en 1914 en la revista Imago
(15). En bastardilla: Bachelard, G.: La filosofía del no, Amorrortu ed., Bs.As.,
1972
(16). Perrier, F.: El cuento de la buena Pipa, Ediciones Petrel, Barcelona, 1981