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las sospechas que desde la teoría crítica se

El (in)esperado encuentro lanzaron sobre el personaje en cuestión.


entre la izquierda y Jo F01jar nuestro país, libro que no tardará
postmoderno: hacia una en ser acusado, y a veces con razón , de «pan-
banalización de la política fleto antimarxista», «propaganda imperialis-
ta» y demás lindezas, sintetiza y se apoya en
Francisco Martore/1 Campos buena parte de las ideas más notorias que el
autor ha ído sembrando a lo largo de su dila-
tada obra para dar lugar a una reflexión de
corte periodístico y explícitamente partidista
Richard Rorty personifica una variante sobre la hi storia reciente de la izquierda esta-
muy sui generis del denonlinado «pensamiento dounidense. La narración se configura como
postmoderno». Al contrario que la mayoría de una explícita apología retórica del reformismo
los componentes de la aventura postmetafísica político que revive una controversia cl ásica
-que siempre hicieron gala de una muy marca- de la izquierda: ¿Cuál es la mejor estrategia
da tendencia a la ambigüedad ideo- para solventar la injusticia social,
lógica-, el máximo representante el reformismo in stitucional o el
del neopragmatismo no dudó a la radicalismo ex traparl amen tario?
hora de hacer de la defensa y divul- Esta cuestión recibe en manos de
gación del liberali smo político el Rorty un tratamiento abiertamente
tema más destacado de su obra. antimarxista que se articula a tra-
Muchos años antes de la publica- vés de un recordatorio de lo que él
ción por parte de Derrida de considera las mayores victorias de
Espectros de Marx , Rorty dió las luchas civiles de su país; aque-
forma a la alianza entre la decons- llas que se produjeron durante el
trucción y la democracia, o si se periodo que abarca, desde los ini-
quiere, entre la sofisticación de la cios del siglo XX hasta la guerra
teoría postmoderna y parte de la Richard Rorty, de Vietnam , es decir, durante el
herencia política de la Ilustración. F01jar nuestro país: El pensa- periplo en el que la izquierda esta-
miento de izquierdas en los
Diez años después de la publica- Estados Unidos del siglo XX,
dounidense se caracterizó por
ción de Contingencia, ironía y Paidós, Barcelona, 1999, 172 pp. actuar dentro del marco constitu-
solidaridad llega hasta nuestros cional con el objetivo de mejorar
lares F01jar nuestro país: el pensamiento de la calidad de vida de los más desfavorecidos
izquierdas en los Estados Unidos del siglo XX, mediante pequeñas y sucesivas reformas polí-
el cual , y junto a Pragmatismo y política, ticas. Esta «vieja izquierda» a la que Rorty
Verdad y progreso (de próxima aparición melancólicamente se adhiere incluía a social-
también en Paidós) y Filosofía y esperanza demócratas, comunistas, sindicalistas y a
social, culmina el periplo rortiano hacia una gente «que nunca se les pasó por la cabeza lla-
reflexión en la que la defensa del liberalismo marse así» (p. 49) . Sin embargo, el súbito
progresista pierde parte, sólo parte, de la trauma causado por la guerra de Vietn am se
grandilocuencia de la que hizo gala en los materiali zaría en «el eclipse de la izquierda
escritos de los años ochenta y principios de reformista»: Los activistas interpretaron que
los noventa para dar paso a indagaciones «la guerra de Vietnam, y la interminable
sobre proble máticas mucho más concretas, humillación infligida a los afroamericanos
como son los casos de la globalización eco- eran claves de que había algo en nuestro país
nómica , el feminismo o el multiculturalismo, que fallaba profundamente, y no sólo defectos
que permiten matizar y suavizar algunas de corregibles a través de reformas» (p. 66).
LIBROS

Como consecuencia de ello emergería en la argumentación política. La noción de "i nfini-


espuma urbana una «nueva izquierda», radical ta responsabilidad", formulada por Levinas, y
y revolucionaria que abandonaría el influjo de a veces desarrollada por Derrida, así como los
Dewey por la estela de Foucault, el activismo frecuentes descubrimientos del propio
en las calles e instituciones, piensa Rorty, por Derrida ( ... ), podrían ser útiles para algunos
la contemplación teórica en el despacho uni- de nosotros en nuestras búsquedas personales
versitario. Tareas tales como votar candidatos, de perfección privada. Sin embargo cuando
presentar propuestas concretas que subsanen asumimos nuestras responsabilidades públi-
la injusta distribución de la riqueza, participar, cas, lo infinito y lo irrepresentable simple-
en definitiva, en la política real empezaron a mente son incordios» (p. 88).
ser considerados actos colaboracionistas , Fruto de la nueva cartografía académica
posibilidades permitidas por el «sistema» dis- post-68 que Rorty lúcidamente traza son las
ciplinario y por ende componentes de la espe- «políticas de la diferencia» que gravitan alre-
sa malla del «poder». Deconstruir un texto se dedor de los estudios culturales. La diferencia
convirtió en la actividad reivindicativa por crucial que guardan respecto a la izquierda
excelencia. política resi de en el hecho de que para el mul-
Uno de los aspectos cruciales a la hora ticulturalismo el adversario político no es un
de distinguir entre la «vieja» y la «nueva» sistema económico determinado, sino, por
izquierda según el planteamiento que Rorty decirlo así, una especie de estructura mental
presenta en el libro, es la suplantación parcial que, llámese «logofalocentri smo», llámese
a partir de 1964 de Marx por Freud, el relevo «racionalidad instrumental» o «capitalismo
del egoísmo en manos del sadismo como tardío», sólo puede ser subvertida mediante el
caballo de batalla de la izquierda, o lo que es reconocimiento de la alteridad que encarnan
lo mismo, la sustitución en el imaginario pro- los gay, los inmi grantes o las mujeres. Nuestro
gresista del capital por el deseo. Semejante autor aplaude el éxito de la izquierda cultural
trasvase se vió aderezado por un paralelo a la hora de disminuir el sadismo de las con-
cambio de residencia de los intelectuales ciencias de los estadounidenses. Reconoce que
comprometidos, que pasaron, de albergarse en cualquier tipo ele izq uierda es mejor que cual-
los departamentos de ciencias sociales a los quier tipo de derecha y acepta que la vieja tesis
de literatura, que abandonaron el estudio de la reformista era un error; que ele la disminución
economía política para dedicarse al de la filo- del egoísmo no se sigue necesariamente un
sofía postmoderna proveniente del continente descenso del sadismo. No obstante, advierte
europeo. Lo que Rorty critica a la izquierda muy acertadamente que «En el mismo período
cultural no es la adopción del pensamiento en el que el sad ismo socialmente aceptado ha
G) Se trata de una inqu ietud postmoderno, que él también sustenta, sino la disminuíclo progresivamente, la desigualdad
que en la actual idad se discute conversión de éste en un fundamento filosófi- económica y la precmieclacl económica tam-
en el interior mismo de los
estudios cultur·ales, a los q ue co, en una «tesis general» para la acción polí- bién han aumentado progresivamente» (p. 77).
Ror·ty llega a deno mina r·
tica, la cual cosa supone una reproducción de Con la g lobalización económica haciendo
«estudios de victi mismo».
Much os de sus componentes los vicios intelectuales que anidan en las men- ele las suyas, Rorty cree que ha llegado el
abogan por la restauración del
«origin ario» talante crítico y
tes de los pensadores europeos herederos de la momento ele intensificar la preocupación por
reivi ndicativo que, a causa de crítica marxista . En este sen tido, y fiel a su lo económico G) aunque sea a costa de una
los excesos postmode r·nos, se
ha visto reducido al aná lisis de
célebre y controvertida dicotomización de los rebaja del interés por el sadismo, de reivindi-
la materialid ad del significante, ámbitos público y privado, Rorty mantiene car una izquierda que no mire hacia otro lado
e l desmante lamie nto de las
infraestructuras de los textos que los pensadores más citados por la izquier- mientras las taras ele la globalización surten
med iáticos, etc. Ve r· al r·es pecto: da cultural - Nietzsche, Heidegger, Foucault y efecto en espera de algún demagogo derechis-
M. Fer·guson 1 P. Golding (eds),
Economía política y estudios cul- Derrida- «deben ser circunscritos a la vida ta como Buchanan que saque provecho de las
turales, Bar·cel o na, Bosch, 1998. privada y no se deben usar como guías para la desigualdades y de la desesperación ele los tra-
baj adores. Para que ello sea posible es nece- clase intelectual multiculturalista el alumbra-
sario, siempre según Rorty, que la izquierda miento de una «escuela del resentimiento»
cultural se transforme, que se ponga a hablar cuyos integrantes «Sustituyen el asombro por
de dinero, que establezca puntos de conexión la teorización pretenciosa y las visiones de un
con los naúfragos supervivientes de la iz- futuro mejor por el resentimiento con los erro-
quierda reformista y con los sindicatos, que se res del pasado» (p. 108).
implique en las luchas y movimientos civiles Manifestación de la vertiente provincia-
para presentar programas legislativos y alter- na de su trabajo, el patriotismo de Rorty resul-
nativas factibles para cambiar los desbarajus- ta molesto incluso para muchos de sus segui-
tes económicos existentes, que son, al fin y al dores . Como muy acertadamente revela el tra-
cabo, mucho más numerosos que los prove- ductor y autor del glosario Ramón Del
nientes del sadismo que sufre el «Otro». Castillo, la tensión entre patriotismo y cosmo-
@ Y de toda su obr·a. Véase, Reproduciendo el desprecio postestructuralis- politismo compone buena parte del libro@. La
por ejemplo, los ensayos
«Cosmopolitismo sin emanci- ta hacia la totalidad, Rorty considera que los segunda modificación de la izquierda, b)
pación: Respuesta a jean- progresistas estadounidenses tienen que aban- «Conceder una moratoria a la teoría», también
Fran,ois Lyotar-d>>, <<Sobre el
etnocentrismo: Respuesta a donar su estéril propensión hacia los «movi- se nutre, aunque en un nivel específicamente
Clifford Geertz>> y mientos», hacia los grandes proyectos inabar- metafilosófico, de esta tensión; la deprecia-
<<¡Solidaridad u objetividad?»,
incluídos en Objetividad, relati- cables y revolucionarios a la manera del cris- ción de la teoría en manos del neopragmatis-
vismo y verdad, Bar·celona, tianismo, el nihilismo o el marxismo, que se mo es la consecuencia del abandono y rechazo
Paidós, 1996. También
<<Solidaridad», en Contingencia, nutren de un deseo vacuo e inabarcable deseo de las pretensiones universalistas de una razón
ironía y solidaridad, Bar-celona, que trata de elevarse allende los márgenes
Paidós, 1996.
de Sublimidad y Verdad, para pasar a la parti-
cipación en «campañas», en actividades limi- contingentes de la comunidad para ofrecer un
tadas y finitas con objetivos concretos de las análisis global y crítico de «la situación». Esta
que siempre es posible saber si se ha fracasa- desvalorización de lo teórico acompaña a una
@ El ensayo <<Movimientos y do o triunfado @. concepción de lo político muy concreta. La
campañas». incl uído en Fotjar
nuestro país, también se haya Una transición así, añade Rorty, es izquierda cultural, Rorty al habla, debe reco-
disponible para el lector de impensable y carecera de éxito si no se pro- nocer que la abstracción, por muy antilogo-
lengua castellana en
Pragmatismo y política, ducen dos modificaciones: A su entender, a) la céntrica que sea, es de escasísima utilidad para
Bar·celona, Paidós, 1998. restauración de la izquierda de su país precisa la discusión y la práctica política, las cuales
de la reactivación del orgullo estadounidense. tienen que plantearse en los términos «más
En el primer capítulo de F01jar nuestro país, familiares y banales posibles». El «poder» de
«El orgullo nacional de Estados Unidos : Foucault, el «Ser» heideggeriano o el «capita-
Whitman y Dewey», Rorty parte de estas dos lismo tardío» de Jameson son categorías góti-
figuras para mostrar como el intelectual de cas que inspiran transformaciones mágicas e
izquierdas puede ser alguien que se sienta inexplicables y no reformas efectivas, reales,
orgulloso de su nación. Para que puedan vol- que puedan ayudar a solucionar «los proble-
ver a aparecer personas así es indispensable la mas de la gente». Tal y como se encarga de
disolución del sentimiento de pecado provo- sentenciar el propio Rorty, «La izquierda fou-
cado por las atrocidades cometidas por los caultiana en los Estados Unidos de hoy día es
Estados Unidos durante toda su corta historia, exactamente el tipo de izquierda con la que
0 Buena parte de estas con-
sideraciones acerca del «exce- atrocidades de las que se debe sentir vergüen- sueña la oligarquía: una izquierda cuyos
dente teórico» de la izquierda za e indignación pero sin que tales sentimien- miembros estén tan ocupados desenmascaran-
cultur-al pueden encontr·ar·se
petfectamente resumidas en: tos anquilosen la esperanza. La literatura do el presente que no tengan tiempo para dis-
R Rorty <<De Man y la izquier-- antiutópica y el pensamiento de autores como cutir qué leyes necesitarían implantarse para
da cultural norteamericana».
incl uído en Ensayos sobre Baudrillard o Heidegger también han contri- crear un futuro mejor» 0 (p. 117).
Heidegger y otros pensadores buído a alimentar una imagen orwelliana de No es necesaria ninguna destreza espe-
contemporáneos, Barcelona,
Paidós, 1993. los Estados Unidos que incentiva entre la cial para percatarse de que cartas se encuen-
LIBROS

l4il

tran sobre la mesa en un discurso como el de menos, interesante. Junto a las aportaciones al
® Fredric jameson 1 Slavoj Rorty, muy extendido por lo demás; es el esta- respecto de Fredric Jameson ® y Terry
Zizek. Estudios culturales.
RePexiones sobre el multicultu- tuto de la teoría política, o mejor aún, el esta- Eagleton, completa una triada estupenda para
ralismo, Barcelona, Paidós, tuto de la teoría para la política lo que se reflexionar desde una perspectiva crítica y de
1998.
debate. La lógica que subyace en los entresi- izquierdas acerca de los límites y los logros de
jos del etnocentrismo patriotero y el talante los estudios culturales estadounidenses, de ese
® Recomiendo un libro antiteórico ® -ilustrado paradigmáticamente radicalismo intelectual que habla de género, lo
imprescindible en torno a esta
cuestión: Paul A. Bové, En lo por Stanley Fish- del neopragmatismo post- cual esta muy bien, pero no de clase, lo cual es
este/a de lo teoría, Madrid, moderno es fácil de desentrañar: en el trabajo decepcionante. Otra cosa es si el reformismo,
Frónesis 1 Cátedra, 1996.
de Rorty «subsiste la idea de que la razón es tal y como lo describe Rorty, supone en reali-
una facultad de ver las cosas desapasionada- dad una alternativa mejor, menos equívoca.
® Terry Eagleton, Ideología.
Uno introducción, Bar·celona, mente, mientras que los intereses son tenaz-
Paidós, 1997, pág 220. mente locales y particulares» @ . Ya que la pre- Francisco Manare// Campos es bec01ia de investigación
tensión racionalista de liberarnos de nuestras de lo Conselleria de Cultura Educació i Ciencia
de la Generalitat Valenciana. Facultad de Filosofi'o.
marcas sociales e históricas es una desvarío
epistemológico y moral , la única actitud
honesta consistirá, según esta ramplona inver-
sión rortiana-postmoderna, en el reconoci-
miento de la comunidad como horizonte de Pensar la violencia
todo lo que puede ser pensado, de la retórica
como génesis del conjunto de creencias, len-
sexual: cuatro siglos
guajes o instituciones. Todo, visto así, es ide- de atrocidad
ología, lo cual es prácticamente lo mismo que
proclamar el final de todas ellas. Cuando Florencia Peyrou
Rorty manifiesta, por poner un caso, «no creo
que haya una forma no mitológica y no ideo-
lógica de narrar la historia de un país» (p. 25), «La historia de la violación no está escri-
presta un flaco servicio a la izquierda que dice ta». Así comienza Georges Vigarello una obra
defender, puesto que concede el mismo rango tanto más importante cuanto que este crimen
a las opiniones de Reagan que a las de tiene actualmente una enorme presencia en
Chomsky, a la más cínica de las retóricas que numerosas esferas de
a la investigación contrastable con la mejor la sociedad, como la
0 Los inter·esados e inter·esa- información disponible Q). Que la autotranspa- prensa, los ámbitos
das en las críticas de la izquier-
da no postmoderna a Rorty rente y lúcida razón cartesiana sea una quime- judicial y policial y la
deben leer· el magnífico y con- ra no implica que estemos expuestos al mono-
tundente libro de Chr·istopher·
opinión pública. En
Norris, Teon'o acn'tica: posmo- polio de la voluntad de poder y el cú·culo her- efecto, la escritura de
dernismo, inteleáuales y lo gue- menéutico. Sustentar algo de esta calaña supo-
rra del golfo, Madr·id,
esta obra parece
Frónesis/Cátedra, 1997. ne dar por buena una disyuntiva, objetividad influida por la apari-
versus interés, que ya fue «deconstruída» ción de varias cues-
mucho antes de la llegada de lo postmoderno. tiones novedosas en
No obstante las muchas críticas que un relación con el tema
planteamiento como el de Rorty pueda suscitar, de la violencia sexual
Georges Viga re/lo,
F01jar nuestro país es una obra muy interesan- en Francia en los últi-
Historia de la violación.
te para dilucidar los debates y controversias que mos años, como el Siglos XVI-XX,
en la actualidad ocupan el complejísimo esce- libro Vio! d'in ceste, Colección aFeminismos»,
Ediciones Cátedra. Universitat
nario teórico estadounidense. El diagnóstico de auteur obligatoire- de Valencia, Instituto de lo Mujer.
Rorty sobre la izquierda cultural es, cuanto ment anonyme, de Madrid-Valencia, /999, 394 pp.

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