Después de las edades que precedieron a la Segunda Generación Humana, donde los primeros pobladores tuvieron atroces guerras (*estrellas azul marino), el Este africano vio siglos milenio de desarrollos genéticos y sociales de los humanos que emergieron en la historia genésica ( *estrella azul celeste y verde). De la región de africana del Este vino el amanecer de pueblos que vieron evolucionando intelectual y socialmente, migrando a varias partes, entre las que destacó la isla-continente de Gondwana, al Suroeste de África. Posteriormente, al hundirse Gondwana, sus pobladores avanzaron a una serie de islas del Pacífico, que llamaron “Mu”, aunque algún historiados antiguo las apodó “Lemuria”, por creer que estarían habitadas por lémures. Pasados miles de años, y habiendo avanzado psíquicamente de forma exponencial, los habitantes de Mu tuvieron que abandonar sus tierras y migrar a América. Mu se empezó a hundir y hoy deja sus rastros en la isla chilena de Pascua y en Hawái. La gente de Mu fue primero al lago Titicaca en Bolivia, dando nacimiento a los Incas y pobladores de Tiawanaco, otros fundaron la civilización Teotihuacana que fijó pirámides, pero el resto se estableció en un conjunto de islas que construyó Poseidón en el Noreste del Caribe: la Atlántida. La Atlántida, se dice, tuvo 3 grupos: locales (antiguos lemurianos), arios (que habrían venido de Marte) y los “hijos de Dios” (que otros llaman “hebreos”, aunque cronológicamente este pueblo y este término no habrían aparecido sino miles de años después). Los arios causaron graves daños que provocaron varios desastres “naturales”, mientras, según, Platón, los atlantes luchaban contra los atenienses por la dominación de Europa. En “un día una noche”, Poseidonis se hundió, pero los maestros y sabios, habiendo sido enviados por su principal a llevar su legado, construyeron la Gran Pirámide y se asentaron en Kem. El resto de los que pudieron escapar quedaron atrapados en las Islas Canarias, otra parte fue ayudada por “gente de las estrellas”, que los llevaron a Norte América, donde establecieron la civilización Azteca y nacieron los Hopi de Arizona. Otros estaban ya en Hiperbórea. Los seres de luz de la Atlántida, cambiaron su ubicación y se establecieron en la tierra de luz de Shambala en Agarta. Otra tierra también poblada por varias comunidades terrestres, y no terrestres, fue Kumari Kandam, cuyo rey principal fue conocido como Krishná. Cuando ocurrió este incidente, la humanidad volvió a aparecer y a repoblar, y un hombre, Fanvar (el Primer Adán), de la comunidad de los “hijos de Dios”, fue llamado a servir al Dios verdadero. Las generaciones de Fanvar vivieron en un jardín condicionado por los dioses, que ellos usaban para su placer. Cuando la descendencia de Fanvar cayó, por los engaños de Lewid, los hijos de Dadam (Adán), Leitha (Lilit), Maeva (Eva) y Lewid (Serpiente), pasaron a ser los “hijos de Dios”, pero ya retirados de la gloria divina y sujetos a la enfermedad y el sufrimiento. Cuando los Nefilim enviaron a sus ángeles, Anakim, a procrearon con esta descendencia humana, parieron a los enormes Refaim (demonios que posteriormente, sin carne, acosaron a la humanidad). Así como ocurrió en los tiempos de las batallas contra los dragones planetarios, el Destructor provocó el hundimiento de la Atlántida, y miles de años después el Diluvio bíblico.
El Diluvio se cobró la vida
409.000 gigantes, así como casi todas las formas de vida sobre la superficie de la Tierra.
Noé, un alma de la Luz, llevó a su
familia y otros hijos de la Luz a un sitio seguro, con la ayuda del arcángel Uriel.
Shem, Jam y Yafet se repartieron
el Viejo Mundo, siendo la población caucasiana la que tomó mayor terreno en África Oriental, el Sur de Europa, y toda la tierra de Medio Oriente hasta los Himalaya. Kenaán (Canaán), hijo de Jam (Cam), no respetó la repartición de las tierras que se les fijaron, y asumió la maldición de tomar la tierra que era para Shem (Shem). De los hijos de Shem (semitas) provino Teraj (Taré), principal de la corte de Nemrod, y padre de Abram. Un ángel en nombre de El-Shadai le mandó dejar su tierra y parentela e ir a una tierra donde él haría de él una gran nación. Tras su viaje con su gente, que recibió el nombre de “hebreos”, Abram (ahora Abraham) tiene más encuentros con ángeles, y con Melki-Tzedek, Cohen (sacerdote) de El-Elion, donde se ratifica el pacto por medio de Lejem (Pan) y Yain (Vino). La promesa inicia con el surgir de dos nuevas naciones: Ismaelitas e Israelitas, unos con Ismael, su primogénito, y otro con Jacob, segundo hijo de Isaac (pues Esaú, su hermano, le vendió su primogenitura), su hijo con Sara.