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Jorge Francisco Liernur Femando Aliata Diccionario de Arquitectura | en la Argentina | ESTILOS OBRAS BIOGRAFIAS INSTITUCIONES CIUDADES ‘que comenzabsn a construirseen los pueblos bonaerenses, Asi surgi Ia de Babfa Blanca {1860), aunque con variants: el portico se re- {ujo a plasteastrabajadas sobre el muro de fachada,y ls torres se modelaron como grat des prismas almenados para servic ala vigi+ lanca y defensa de la poblacién Iglesia Prsbiteriana Escocesa de San Andrés, 1868, Chascomis. Proyectada pore arquitec- to Henry Hunt, dentro de un estilo hbrd con influencias onicas. El asgo dominante de su aspecto es la senciller, Su portico es ttrstilo con dos columnas centrales de sec circu lary dos laterals de seccién cuadrada. Las I reas putas y bien definidas de las coznises y de ls pilastras que decoran los muros exte riores el Fiontin perfectamente delineado as vventanas de medio punto, ecortadas en los ‘mutos con toda exactitud, tren ala memoria cl orden y la clridad de los lineamientos ge- nerales del Neoclasiismo. Los ejemplos tardios de N. (itimas déca- das del siglo XIX) son mumerosos, pero casi siempre fragmentaros (prticos de cemente- rios, de tempos, de paacis legisativos, etc) En general, al promediar es sgl el N. fue ab- sorbido por el Clasicismo italianizante neo- ‘renacentista(, Neorenainants Rae), Y COM> YSK0e EARN DE EDGEIO CAMPLONOH EY. AS. ‘migratori inilado en 1860, que permiti la partcipacin de los reciénllegados en las dis putas por el poder econémico y politico, su- ‘puso ura tevsin de sos princpies. Como for- ‘ma de autolegitimacion, se puso también en ‘dda el presupuesto antespafol,y empezaron a revalorizar las aces espafiolas como susten to fundante de la condicion patricia y rill, ‘Como consecuencia de este proceso, a 0 largo de las dos stimas décadas del siglo XIX, yen directa proporcén con los procesos de mo ‘demizacion que wansformaban de hecho las cudades —espedalmente Buenos Aines—, fae conformandose una vision idealizada del es- cenatio urbano construido durante el perlo ode dominacin espttola. Los creadores de festa imagen nostlgica de la Gran Aldea fue- ron José Antonio Wilde con Buenos Aires des fe setenta aos tr (e882), Lucio V. Lopez con ‘La Gran Aldea (r88a), Santiago Calzadilla con “Las beldades demi emo (3892) y Manuel José Bilbao com Buenos Ares desde su fundacn has- ra nuestros dias (1902). En #898, un acontecimiento exterior vino a cruzarse con este proceso: Espatia result derrotada porlos Estados Unidos y perdié sus “ltimas posesiones imperial, que quedaron bajo distintas formas de dominio norteame- ricano, Las consecuencias de este hecho sig nifcaron por un lado una revision profunda delas propias bases de a cultura espaol, lo ‘que dio lugar la amada “generacisn del 98", ‘encabezada por Miguel de Unamuno: po azo, ras latinoamercanos, determin una rus: «a toma de conciencia de la presencia de una a elaboracién protagonizada por Unamis no tiene particular importancia en la medida en que inspir6 yapoyé de manera decisive al ‘mentor ideoligico del “renacimienta colonial” cen la Argentina, Ricardo Rojas. Unamuno, ‘quien publicaba sus wabajos er La Nacién, 05. tenia que los espaftoles debian abandonar una visi6n superficial desu propia historia, anu dada a una wotra delas casas reinantes ysis Propésitos,intereses y errores. Por debajo de ‘sa historia superficial exis, segin Unarmu- ‘no, una intrahistoria que encarnaba en los fe- nnémenos que todo un pueblo, consciente no, construa y transmits eternamente. Lo nie versal y lo ideal no podian entenderse sino a partir de su manifestacion més concrea, local ¥ determinada; para llevar a cabo exe enter «dimiento no astaba a azén sino que era ne- TEAOR DA CASAC CATAL REVETADA oR ELGG CANPELENCH, N BLENDS AES, neo neo feratwra argentina (1923), respondia un micleo central constituido por su preocupacién ante Jo que juzgaba ‘peligro de disgregacién nacio- nal’ como producto del aluvién inmigratoti, EL DEBATE SOSRE LA"ARQUITECTURA NACIONAL", En las itimas décadas del siglo XIX sur- sieton en los paises centrales las ideologtas de Ja “partcularidad nacional". Con inspiracion hhegeliana,y sobre la base de la teria clisica del carcter —que Taine desarolléen dave po- sitvsta—, Violet Le Duc, Jon Ruskin, Cami- lo Boito, Ragnar Oetsberg, entre muchos tro, postulaban la necesidad de una arquitectura (que diera respuesta particulares al lima, la geografia ya tradicin local Para todos los arquitecos de los primeros tiempos de la modernizacion, el del caticter ‘confguré un grave problema por resoher. Aun ‘que contaba con una larga tradicin que see montaba al texto de Vitruvo, a fines del siglo XIXIa concepein académica dl termino (que también emplean otros terion como John Rs kin) tvo origen en las elaboraciones introdu- cidas en la Ecole por Hyppolite Taine. Es que ‘Taine, quien reemplazé a Viollet Le Duc en la citedra de Historia de la Escuela, haba eabo- ‘ado una monumental construccin al empa rentar la estétca com los procedimientos y ea- tegoras de las ciencias naturales, basindols en Jos mecanismos de casifcacin y, para ello,en Ja elasicidad del concept de “aracter". Siendo el ‘carécter” aquello que define la particularidad dento de una ley general de a onan de Agutecte en la gonna | 8a denamiento‘o desarell, el sistema elaborado por Taine sealejaba de as rigideces de matriz platénica que impedian legitimar las produc ‘iones perifrieasen el marco del sistema de In esttica clisica. Segin est timo, sélo c bia valoraraquella produecién que se acerca: boa ala belleza ideal, normativa, 0 que imita- ba con mayor precisién los modelos perfectos (grieges). La elaboraciony sistematizaciin mo- demas del concepto de “cardcter" permitian dar igual rango —como la borinica lo hacia ‘con ae formas diminuras o exuberantes de una ‘misma especie vegetal —a las expresiones ar ‘uitectOnicas determinadas por distintascon- liciones de mien. La plans en que el caricter de un edificio deb expresarse segi Las too: rias académicas eran tes: el general (arécter nacional, de clase o categoria), el programati- ‘co (dependiente de la funcién del edficio, y el particular (lugar, materiales, enicas, et) os europeos podian tener dudas en lo refe renteal primero de estos tres planos:no se sa- bia, por ejemplo, silo genuinamente francés cera el Gotico de sus eatedrales oel Borbénico de sus palacios. Pero cada uno de Tos paises ‘ontaba con referencas a las que acudie para buscar definiciones. Coles debian ser estas, referencias para quien deciiera trabajar ena ‘Argentina? La pregunta no admite una res puesta fil: ladiscusion de los europeos re: rita a distntos modelos proexistentes, con tuna enorme riqueza de soluciones que per smitfan responer a diversosniveles de proble- ‘mas, Un ejemplo son Tos nuevos programas, ‘que introdjeron un espacio de incertidumbre sobre las formas con que correspondiarepre- sentarlos Las respuesta estaban abiertsy fue zon exploradas en nnestro pais en paralelo con las exploraciones de otros sitios, Encl plano del cardcter particular, sein troduce ozo amplio campo de incertidnmbres en la medida en que es por suintermedio co- smo se plantean as cuestiones dea renovacion técnica, alo que deben agregarse todas las re flexiones ligadas al respeto de las tradiciones locales. De manera que a partir de Te teora aca «éamica era posible ynecesario el desartllo de sana “arquitectura nacional”. Los arquitectos argentinos que tuvieron ‘oportunidad de formarse o especalizarse en Europa durante ese period fteroninfluidos por este debate, Ast, por ejemplo, Louis Pascal tno de los protagonistas de esta bisqueda de adaptacin de las teorias generale las con diciones especifias— fie el maestro de Ale jandro Cristophersen 9 en Paris. Si bien esta mirada benigna hacia las tra- Aiciones locales se extenderia por toda Latino- america, ena Argentina vo manifestaciones tempranas, ya en los primeros aos del sigh, ‘como resccién nacionalista ante la consolida cin de ls diversas comunidades extranjeras, Jas que a su vee trasladaban sus propias re- presentaciones nacionales de origen. En efec: to, es poco lterariay muy realist la metifora de las ciudades y hasta las lanuras roplaten- ses como “Babeles sidamercanas”:a diferencia deo que ocurra en cualquiera de las naciones feuropeas,en las que el debate remit a una re Tatvatnigad cultural, en aguellas cada comu: nidad nacional contaba con un repertori par ‘ica deimigenesyacuia asus profesionales para construirlas. Esto era lo que ocurea con Ranzenhafer)ylosalemanes, Basset Smith ‘nay los ingleses, Broggi los italanos,o Er Tebey los suizos. Las primeras reflexiones en bisqueda de tuna “arquitecnars nacional!” se produjeron con motivo del Cangreso Internacional del Cente- nario, En esa oportunidad, dos de las ponen clas presentadas sobre asuntos de arquitectur ra se interrogaban acerca del espcifcidad de nuestra condicién: lade ingenieto Buschiaz: 20 v)yTa del ingeniero Munoz. Gonzélez, es: te lkimo para referiseespecificamente al “Es: filo Nacional Argentino en Arguitectura” Alejandro Christophersen retomé los termi nos dela discusion en 1913, y evindic6 la ar uitecara de a época colonial por su capacidad de responder alas necesidades y posbilidades locales sus oos, la ciudad se presentabs co: ‘moun tetera incontrolabe, yl campo ofe- cfa un refugio para el cul el estilo que se ha bia originado en el sudoeste de los Estados ‘Unidos, el mission stl, parecia proporcionar Jas repuestas mas apropiadas. > OKA FROWNED DE MHORBD, OME RCA CARDDEA, IMAGENES PARA LA MADRE PATRIA. Hemos ya referido el conflicto provocado ‘pore intento de autorrepresentacion esis tica de cada una de las comunidades nacio nales, pero debemos presta atencién al par- tical lugar ocupado en ese conflicto por las anquitecturas representativas de fos espatt- Jes, Para ls inmigrantes de eta nacionalided, porque debian introducitse contacto suficiete como para no representar una idenificacion con el pasado que hubiera resultado tan re sista como la pretendidatuoria de Ta lengua {ite en es08 mismos aftos pretendia imponer Ja Real Academia Espafiols: y para los argen- tinos, porque tina vez decidida la reivindica- ci6n de un “renacimiento colonia” debian en contrar una forma de no identificarse con la arquitectura espariola tout cour. En Espana, el debate sobrela posibilidad y la necesidad de reivindicar una arquitectura propia se incié a mediados del siglo XIX y, a [a saga del debate francés, través del redes ccubtisiento de os valores del Goticoespafol. ‘Alo largo de la segunda mitad del siglo este debate two diferentes expresiones,yaleanz6 ‘su momento culminante en el VI Congreso Nacional de Arquiteeraracelebrado en San Se bastian en 1915. Las posiciones de los nacio- nalstas, en las gue se zepistran influencias de ‘Unarmino pero también de Marcelino Me- néndezy Pelayo, oscilan entre quienes buscan inspirarse en la tadicion para acceder a una arquitectara nueva, y quienes sostienen que solo por medio de Is decantacin dela ya ds do, es decir de su repeticiin arqueologica, se ted, a muy largo plazo, concebir una eval cin y transformacion del estilo. Entre los talanes este debate conduce als posciones de Lluis Domenech i Montaner, quien en 1878, ‘publica “En busea de una arquitectura nacios ral", en linea con la primera de as interpretae clones citadas, También es posible diferenciar Jas posciones nacionalistas,regionalsts y po pulistas. Los primeros sostenfn la posbiidad de descubrie una arqitectura que representa- sual totalidad de los espatoles; los segundos rechazaban como forzada esa reducciOn als unidad y pensaban que era menester volver a dar vida las distntas manifestaciones regi= niles; mientras que los éltimas acusaban alos anteriores de interesarse solo por restrarWie= jos blasones, mientras que la verdadera prov dduceién de Espata estaba en los pueblos ané- rnimos de las mesetas y montanas de la Peninsula. El Neachurrigueresco y especial mente el Neoplateresco correspondian aaque- ll que procuraban una regeneracin dea cle : TEATRO MOKA CERVANES,E CORDOGLY LETH, LENE ARES 603 FUCPROVELIADG POR APANDA REET, tra espanola partiendo del Siglo de Oro. La adopcién del Neomudéjar di pi tanto al des arrllo de variantesregionales como ala cons- ‘ruccin de otra imagen de Espana, sincrtia, aque precisamente en funcién de esa amalga ‘ma cultura habia sido capa de creat un est 4o propio, adaptado asus climas y tadiciones. Esto explca que el Neomudéjar fuera el esti To adoptado por ls presentaciones espantolas ‘en las grandes exposicionesuniversales def rales del siglo XIX, y que la comunidad espa ‘ola haya prefeido para sus arquitecturas en Ja Argentina o bien el Modernistio —un es tilo sin nacionaidad—, 0 bien el Neomudéjar. Entre as primeras es conocida la obra de Ju: iin Garcia Nunez wo en Buenos Aes y Jaime Roca en Rosario, ydeben también desta: case la Asociaciin Patrstia Espanola (195), la Casa de Catala, de Eugenio Campelonch (1890), y el Club Espanol de Enrique Folkers 2), de 1912; mientras que dela segundas de be destacarse a obra de José Soler (Quinta {de Maza, Hotel Centra en Rosario; Centro es patil en Patani) Para los arquitectos argentinos el problema cera mas complejo; no solo porque en in mis ‘mo movimiento debian unirsey separarse de Espana, sino porque ademis nadie ignoraba que el Vitreinato del Rio dela Plata fnicamente habia dado como testinnonio de su irtelevati: ‘a para el Imporio espanol unas pocas toscas ‘onstrucciones sin grandezay relieve 1s TeoniAs SORE LA ARQUITECTURA ‘DeLPeRoD0 COLONIAL. De manera que lo que debiaresolverse era la Aefincin del modelo, o, en otas palabras, cl eral “Arquitectura Colonial” buscada a 1A esta dificultad debia summarse un obstculo teézicr si bien la legn: lidad académica no descartaba los materiales y temas “innobles” o los estilos “decadentes™ (por es0 Christophersen podia admitslo para ‘una casa de campo), el suyo era un sistema de jerarquias que otorgaba a estas caracteristi ‘as una categoria inferior. Si se deseaba sor tear este obsticulo habia que sllar fuera del sirculo académico, pero si también se queria evita a teproduccién del pandeménium cos: rmopolita, se abrla la pregunta: geémo funda rmentar tedricamente el cambio, mmo soste ‘ner un nuevo sistema? ‘Uno de los primeros intentos de valoracént el egadoaxquitecténico gentino fue levado cabo por Leopoldo Lugones, en respuesta a ‘un encargo del gobiemo nacional. Por este mo- tivoel poeta se tasladé alas ruinasjesuticas de Misiones y publcd el resultado de sus est: dios en Et imperojsulico. Sujuico, elaborada desde criterios académicosclsicos, fue lapi- dario:se wataba de unas construcciones de po co valor, heredenas de un estilo bastardo —el “Barroco"— yfabricadas sin pevicia y cuida dos por curase indios ignorantes de las leyes ‘mas preiosas de a disciplinaarquitectonic, Formado en ef érea austrolangara bajo la influenca de la escuela de Viena y tambien de las ideas subjetivistas y romimticas de Jolin Ruskin, Juan Kronfss fue el primero en recotrer el interior del pats. Lo hacia mando 4e a tuskiniana “Tinypara del sarificio”, la vo: Juntad de honrara Dios, que dignificaba a su juici las grandes construcciones religiosas y sus estucturas de servicio. Por otra part, las teorlas de Alois Riegl le proporcionaban una bbuena base sobre la cal valriat Ia asta en: tonces considerada “produccion menor", pro- vinclana, os “estos tardios" {como el Ba sroco american), Pero sobre todo demostraban ‘que eta erénes la suposicién positista de una FTEROR DELACASA PRA EQUE LARA 85.98; oomnaro de Agutectua en fa Agents hada los vanos de dimensiones similares se repitieron con ritmo homogéneo saturando la superficie del paramento, #lsistema “neocolonial” no solo afect6 a las plantas y ala volumetsia de los edificis, sino también al corte, dimension ena que abr una sus ineas mis productivas deexploracion, En ecto, pese a que es comin afrmar que el mo: vimiento solo dio ugar a juegos compostivos sobre las fachadas, es posible sostener Io con: trario: el “Neocolonial” fue el vehiclo que per iti en la Argentina comenzara romper con dl sistema académico de recintus autosuficten tes ya explora la intexpenetzaciin espacial que caracterizarla més tarde al Modernismo ma ‘duro, Esta interpenetracion consiste en la ela+ ‘in que se establece —en planta, pero espe ENTE LA No SRE EL MEAUELO EL MBSE DE CBS PUOLCAS DEC QUE EL PORTAL FEA EDCCKONAL Es probable que este tipo de espacios re ‘mitjran alas arquitecturas musulmanas,co- ‘mo el caso ejemplar de la Alhambra de Gra: nada, Pero también es factible que derivaran delasarquitecturas neotudor, frecuentes en la publcstca de esos aos. El sistema “neocolonial” tena sus limites sds rigidos en las cuestiones del cardeter y a scala, Apto paca resolver poquenis residencias suburbanas, areca fuera de sitio en el centro de la ciudad, en medio del trafago metropoi: ‘ano, Por otra parte, el juego de los elementos Adecorativosfinamente tabsjados, recortados sobre grandes planos baste, se difcultaba en Ja medida en que el edificio crecia en dimen- siones, especialmente en altura, Noel habia construido el edificio de la fi rica de su familia empleando el repertosio del nuevo estilo. En 1933 proyect6 para la Unién. Lnndustral la Exposicin de la industria Ar- gentina en a Sociedad Rural en Palermo, en Ti que se reconstria el centro del viejo Bue thos Aires, Por absuedo que resullara que a rnueva industria reivindicara alas vias arte sania ain en 1939 el Ministerio de Obras Pi blcasjuzgé oportano que fuera un portal co: lonial montado sobre un moderne puente de hero l que sirviera de acceso ala Capital Fe deral(puentes Alsina y La Nova) También se construyeron algunas estaciones de servicio, como a“Posta de Yatasto” en Tucumén, cines ylaestacin terminal det Ferrocaril Buenos Aires en Avellaned; sin embargo, el anacro- ——— nnismo resultaba demasiado evidente y estos intentos fueron excepcionaes. No ocutria lo ‘mismo con los programas que, como las e5- ‘euelas ls ceniros sanitaris ols hoteles, con servabin rasgos del antiguo programa del mo- nastrio,y por eso la Escuela de Aviacién Militar (MOP, 1937) el Colegio Nacional de Salta (MOP, 1938) ola incontable cantidad de es- ‘elas primatas —yen la década siguiente un hospital coma el de Laniis,o el Hotel de Tu- tismo de Salta (Aslan y Ezcurra, 1942}—se construyeron segin los cinones del estilo. Enel timo caso son visibes los inconve nientes de escala. ficaz en edificios de des- arvollo horizontal, en obras de gran altara el “Neacolonial” entraba en crisis, en la medida «en que a oposicin entre figrana decorativa y plano perdia sentido al hacerse los motivos inaccesibles a la vista, o promoviadistorsiones proporcionalesdifciles de controlar. sto ocu- i en el Hotel, donde para evitar el empleo de pequetios motivos en el remate del edificio, sobre el sexto piso, los arquitectos emplearon ‘elementos del repertorio barroco loca. Pero si ‘ea los ejemplos originales esos elementos es taban en relacién con las grandes dimensio- nes de las cipulas y los portals, puestos aqui en sere com las pequetas aberturas de un ho- {el burgués, produjeron un contraste de re- sultados grotescos. ‘Un excelente documento da cuenta de e. te tipo de dfiultades: ls sucesivos antepro- yeetos para el Banco de Boston (r920, 1922 y 194) de Chambers y Thomas. -Expresion més adecuada de las relacones de escal fe la Caja Popular de Ahortos, un Cedifcio muy similar que Jaime Roca to cons truyé en Cordoba en 1929. EL.ESTILO“CALIFORNANO"; UNA ARQUITECTURA, [BUROCRATICA DE ESTADO. La adopcién y masiva ifusion de la variante “californiana’ del Neocolonial fue una conse- ciencia del triunfo dela doceinas funciona- lists en la arquitectura argentina dela década el teint ‘A diferencia de lo acurrido en otros pa ‘el Modernismo no se desarrolié en nuestro par fs com producto de una aticulacion de la a {guitectura con movimientos sociales 0 artist ‘os de vanguardia, sino como consecuencia de Ja profundizacién de un proceso por el cual las terdencias politéenicastriunfaron sobre asin texpretacionesestticas de a dsciplina Ast las ideas mis consstentes ue eonstruyeron nues- {eo Modernism estuvieron basadas en alg cade a economia la sencillez constructva ya cficiencia.A un Funcionalismo tomado al pie de a letra le bastaba responder a los requeti- ‘miertos del programa para dar por esultado tuna obra con valores estéicos. Asi, los mecanismos y repetorios histor cists que regia la cataceriacin o permitian ‘consiruilas dimensiones signiiativs de laa. ‘quitectura fueron abandonados sin considerar sus reemplazo por las tensiones que determlaa- ‘on las distintasexploraciones de otres mader- nismos. Para esta interpretacin ingenieril del Funcionalismo, ls edificios podian diferen darse por tamano, volumen o por la aparcin dominante de determinades elementos sings lates, pero se jgualaban en el rterio composi tivo, en a caracesizacion y en el repertoro, ‘Una vez realizaas algunas experiencia co- rmenz 2 advertise que a férmila funciona: lista debia ser completada de algiin modo, De be consderarse ademas queen los aos tena se produjo un enorme proceso de ampliacién de los organisms de proyecto del Estado, en sus niveles nacional, provincial y municipal sete de Oe Puna) Esta expansin deter ‘min6 también lanecesidad de establecer me- canismos de proyecto zelatvamente sencillos ' pragmatics. Basado en unos pocos vocablos —techosinclinados de teas espaiolas, muros Dlancos, ventanasycaspinteras de madera ris- ica, ya lo sumo alin aparata decorative muy simple en los pérticos—, el Funconalismo ac tu6 de manera similar el repertorio elemen- {al del *Calforniano" para caracerizar obras decseala doméstica, ode insercién no me- twopolitana, Puede decisse que con su vaga sion hispnica y su construcion simple, Cat |iforniano" proporcionaba los gestos minimos para evocar un pasado, una particlaridad y unos significados de la "patria, aptos para albergar las negras vendedoras de torts f- tas, los aguateros y los préceres de yeso a que cl programa escolar de Rojas habia lograda re dcr a histovia argentina No es por azar que el Californiano buro- critco fue adoptado con especial conviecién enlos organismos de arquitectura de las fuer ‘as armadas,caracterizando cuartels, barrios, capillas y otros edificios de esa instincion, El auge de este Californiano burocrtico se produjo en la década del cuarenta y fue adop- lado en casi todas las construcciones del tipo miencionado a J largo de todo el pals, entre los ‘que se destacanel Hospital de Avellaneda, los hnogares escuela de Tucumn, Jujuy y Salta, 4a colonia climatica infantil en Termas de Re- yes, Jujuy, y los numerosos barrios, como el Presidente Peron en Saavedea, Buenos Aires, construidos sin muchas variantes en casi toda [a geografia argentina ‘Cuando como producto dela difusin del automévil, del aumento del tiempo libre y de Jas inéditasinversiones en caminos comenz6 a desarollarse un turismo de masas, la ci dades del noroeste comenzaron a construir el escenario “colonial” para el nueva piblico, Por un lado esto carves la necesidad de res tablecer I dignided monumental delos pocos restos genunamenteantiguosy, por el otto, La ‘de ampliar las dimensiones de a escona, En este context puede comprenderse a cre- acién en 1939 de la Comisién de Momentos Historicos, confirmada por ley en 1940. Dees- ‘a manera, os studios de os monuments del pasado adquirieron un estatuto institucional y comenzaron a ser desarzulados con el objeto de su preservacin, con un rigor hasta enton ces no exigido,Paralelamente,a partir de 1939 la Academia Nacional de Bellas Artes, dela que “Martin Noel habia sido designado miembro,

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