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Erich Fromm

Erich Fromm nació el 23 de marzo de 1900 en Frankfurt, Alemania, en una familia


de origen judío ortodoxo, la cual había tenido varias generaciones de antepasados
como rabinos. Hijo único de Neftalí Fromm y su madre Rosa Krause, creció
sintiéndose identificado en la religión que le rodeaba, queriendo seguir las mismas
direcciones que los antepasados de su familia, relatando él mismo: “Me eduqué en
el seno de una religiosa familia judía, y las páginas del Antiguo Testamento me
conmovían y estimulaban más que cualquier otra cosa a la cual estuve expuesto.”

Sin embargo, la llegada de la Primera Guerra Mundial produjo un cambio en la


mentalidad de Erich Fromm, al comprobar que la gente que él tenía asociada
como gente con un fuerte espíritu pacifista, se subía al carro de la violencia de los
gobernantes, además de ver morir a primos y tíos cercanos. A partir de aquel
entonces, su principal objetivo se focalizó en poder comprender cómo las fuerzas
gubernamentales eran capaces de influir en una multitud de la población, que se
mueve de forma pacífica, a entrar en una lucha que difícilmente les traería
beneficios a la población.

Posteriormente a la guerra, Erich Fromm desencadenó una actitud crítica frente a


todo, sin dar nada por sabido. Esta nueva forma de ver el mundo fue lo que le
acercó a las ideas de Freud, para comprender los mecanismos individuales, y de
Marx, para comprender los sociales. Su pensamiento terminó moldeándose
radicalmente al empezar a estudiar Derecho en la universidad de Frankfurt y
Sociología en Heidelberg posteriormente.

Sin embargo, nunca dejó de tener contacto con el pueblo judío. Su tesis doctoral
en 1922 se centró en La Ley Judía, la cual Fromm consideraba esencial para que
el pueblo judío pudiera mantenerse unido.

En 1924, Fromm inició su práctica en el psicoanálisis en un centro terapéutico en


la ciudad de Hielderberg, donde su pensamiento sociológico adquirió nuevos
términos psicológicos. Su primera psicoanalista, Frieda Reichmanm, terminó
siendo su esposa, separándose en 1930-1931 y divorciándose en 1940, sin
embargo, mantuvieron una relación de amistad durante toda su vida.

Su formación psicoanalítica la concluyó en Berlín, en el Instituto de Berlín, donde


posteriormente abrió su primer consultorio y abandonó definitivamente sus
creencias de religión ortodoxa, para convertirse al ateísmo. Seguidamente, en el
Instituto de Investigación Social de Frankfurt, fue acercándose a las ideas
marxistas.

En el año 1931, cayó enfermo de tuberculosis y viajó a Davos para mejorarse,


donde vivió un año. En aquel entonces, el nazismo estaba en auge para llegar al
poder y el Instituto tubo que emigrar a Ginebra hasta 1934 y, posteriormente, a la
Universidad de Columbia de Nueva York. En la gran ciudad, tuvo la oportunidad de
tener mucho contacto con los grandes pensadores, refugiados también estados
unidos. Con ello, el año 1943 obtuvo el reconocimiento de ser uno de los
miembros fundadores de la filial neoyorquina de la Escuela de Psiquiatría de
Washington.

Seguidamente, volvió a casarse con Henney Gurland, con la cual se mudaría en


1950 a México. Sin embargo, ella murió dos años después, mientras él impartía
clases en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Además de ello,
era reclamado por muchas de las grandes universidades para dar charlas y
exponer sus libros. En 1953, volvió a casarse con Annis Glove.

En medio de la Guerra de Vietnam, Fromm volvió a postular nuevas preferencias e


ideales, involucrándose totalmente en los movimientos pacifistas. Durante esta
época, escribió su gran best seller “El arte de amar” (1956).

Erich consiguió una cátedra en la Universidad Estatal de Michigan, siendo


nombrado después como profesor en la Universidad de Nueva York en 1962. A
continuación, en 1965, se retiró de su práctica profesional, aun así, siguió
impartiendo charlas en muchas de las grandes universidades e institutos.

Erich Fromm quiso pasar sus últimos años en Suiza, en Muralto, donde en 1980
murió de un ataque al corazón.

Para poder comprender la teoría de Erich Fromm, debemos conocer que esta fue
influida por las ideas de Freud y de Marx. Freud basaba su teoría en las pulsiones
inconscientes que condicionaban nuestras voluntades conscientes, así como
nuestros impulsos biológicos. Por otro lado, Marx postulaba que los individuos
estaban determinados por la economía y la sociedad.

Frente a ello, Fromm trató de unificar los dos movimientos, el psicoanálisis y la


sociología, denominándolo psicología social analítica. Erich Fromm consideraba
que estas dos prácticas excluían la libertad del hombre. El psicoanálisis de Freud
condicionaba al hombre a su naturaleza biológica, mientras que Marx lo asociaba
al determinismo socio-económico.

Así fue como Fromm estableció la libertad del hombre como punto central de su
teoría, buscando que el hombre transcendiera de los determinismos de su propia
biología y de la sociedad. Frente a ello, desde el punto de vista sociocultural, el
máximo objetivo de Fromm no era lograr un ajuste o adaptación social, sino la
integridad del individuo en sí mismo. Por otro lado, desde el punto de vista
biológico, hizo énfasis en que el origen de los problemas psíquicos no se sustenta
únicamente en la condición orgánica. Puesto que interfieren un conjunto de
variables ambientales que también condicionan el origen de los problemas.
psíquicos, como las relaciones interpersonales, la cultura, los modelos de
afrontamiento a los problemas,… En base a estas ideas Erich Fromm estableció
una teoría de la personalidad.

Fromm señala, de modo explícito en 1967, que consciente-inconsciente son


funciones del saber: se tiene o no se tiene conocimiento de al- go, de tal manera
que siempre debemos hablar de lo que nos es consciente, de lo que sabemos y de
lo que no sabemos, o sea lo que nos es in- consciente.

Erich Fromm afirma, en su obra El corazón del hombre, que el ser humano actual
se caracteriza por su pasividad y se identifica con los valores del mercado porque
el hombre se ha transformado a sí mismo en un bien de consumo y siente su vida
como un capital que debe invertirse provechosamente.

En resumen, frente a estos dos sistemas establecidos por dos grandes


pensadores, que sustentaban una teoría determinista, Erich Fromm animaba a la
sociedad a trascender de las condiciones que se les atribuían y a que buscaran a
libertad y su propia razón de ser. Algo que se ve reflejado en las convicciones de
Erich Fromm.

Erich Fromm define 5 tipos de amor:

1. Amor fraternal: Es la clase más fundamental de amor, y se da entre iguales.

Este tipo de amor pudiera relacionarse con el mandamiento bíblico que dice

“amarás a tu prójimo como a ti mismo”, ya que se basa en el amor y respeto

por toda persona, aun cuando no se le conoce. Se basa en la experiencia

de que todos somos uno mismo, y se identifica cuando expresamos amor

hacia una persona que no necesitamos, cualquier desconocido a quien

respetamos y reconocemos como digno de nuestro respeto y de verlo como

una persona valiosa.

2. Amor materno: Este tipo de amor se refiere al amor incondicional por la vida

del hijo, y se constituye por dos aspectos, el primero es el cuidado y


responsabilidades de las necesidades del hijo para asegurar su existencia,

pero el segundo se refiere a la actitud de inculcar en el niño el amor a la

vida, el hacerle saber que es una fortuna estar vivo y formar parte

importante de la tierra.

3. Amor erótico: Este amor es fácilmente confundible con el enamoramiento,

en donde todo en la persona amada resulta interesante, novedoso,

fascinante. Sin embargo, cuando se habla de amor, va más allá de estas

sensaciones, y el autor nos menciona que este tipo de amor no es sólo un

sentimiento, sino que lleva consigo un factor importante, el de la voluntad,

donde lejos de la creencia común, cada persona desarrolla un papel activo

cuando experimenta este tipo de amor.

4. Amor a sí mismo: Parte de la idea de que toda persona es merecedora de

amor, por lo tanto, uno mismo también lo es. Así cuando me amo mí

mismo, estoy amando a la humanidad completa. Cuando amo a cualquier

persona, me amo a mí mismo a través de esa persona y también amo a la

humanidad completa. De esta forma, el amor a uno mismo es parte

fundamental del amor a los demás, ya que debo tener experiencia en el

amarme, para poder amar a alguien más de una manera saludable.

5. Amor a Dios: En este tipo de amor “dios” representa el bien más deseable

para cada persona, por lo que no se limita a definir el amor que pueda

sentir una persona que profese determinada religión.

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