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Furmos y SEREMOS ... Una aproximacion a la psicologia de la primera infancia Preracio Embarazo, nacimiento, madre, vida y muerte . . Amor, odio ‘Temas que conmovieron e inspiraron a poetas, pintores, escultores, escritores, a través de los siglos. A los hombres sensibles . . . Temas tan dificiles de aprehender desde un rol cientifico y profesional. eComo "medir" 0 "evaluar" el amor de una madre por su hijo? 22 levada ala cama 0 ala silla de parto, en una atmésfera de fiesta, exclusivamente femenina. No era raro, sin embargo, que la parturienta hiciera su testamento. El recién nacido no era mas que un “puer” en manos de las mujeres. Su primera educaci6n era exclusivamente materna. Apareceria como un ser precioso pero sin espiritu. La lactancia era prolongada (hasta los 2 6 3 afios), en las clases superiores estaba, a veces, en manos de una nodriza. Luego de esta etapa, el cuidado y educacién del nifio estaba a cargo del padre con quien compartia el sexo, permaneciendo en esta situaci6n hasta los 14 6 15 alos, momento en el que se produce la ruptura: las mujeres se casan y los hombres entran en la vida econdmica activa. Se recibia de distinta forma al nifio y a la nifia. Los varones eran deseados ya que perpetuaban el linaje y el nombre paterno y es probable que las nifias fueran rechazadas. Es importante destacar que la legislaci6n religiosa y civil de esta etapa, consideraba un delito importante el asesinato del recién nacido, siendo admitido solamente en situaciones de extrema pobreza de la madre. Por otra parte, la literatura pedagdgica comenz6 a estimular la responsa- bilidad del padre en la formaci6n de la personalidad del nifio mas grande, y a “condenar” el mimo de los mas pequefios por parte de la madre y la nodriza. La reflexi6n religiosa se “asusta” de la relacién sensual que une a la madre con su hijo. La existencia de estas censuras podria ser prueba de que la relacién madre- hijo en la primera infancia, en la época medieval, fuera seguramente estrecha, a pesar de las limitaciones sociales y culturales impuestas en ese periodo. Ahora bien, asi como hay testimonios de madres afectadas por Ia enfermedad 0 muerte de los hijos, existen otros en los que se puede observar como los fuertes sentimientos religiosos de la época pueden haberse visto contrapuestos con el sentimiento maternal: Angela Da Foligno (1300), en sus escritos, agradecia a Dios el haberse llevado a su madre, esposo ¢ hijos para poder consagrarse a El (Burguiére, 1988). Aunque con las diferencias que hacen al momento historico, lo expuesto refleja como, al igual que en nuestros dias, el sentimiento maternal resulta un elemento controvertido en cuanto a su valoraci6n cultural y social. 23 El mensaje de Cristo sobre la nifiez Durante largos siglos, la teologia cristiana elabor6, sobre trodo a través de la figura de San Agustin, una imagen “dramitica” de la infancia. San Agustin describe a la criatura humana como un ser ignorante, apasionado, caprichoso, que al nacer es imperfecto y que est agobiado por el peso del pecado original “No, Seftor, la inocencia infantil no existe” (San Agustin, en Badinter, 1981, p. 41). El valor de la infancia es absolutamente negativo y solo consiste en una ausencia de verdadera voluntad. En efecto, en esta concepcidn, el nifio es acusado de graves pecados y condenado de acuerdo a las normas del adulto: “Noes acaso pecado codiciar el seno Norando ?. Si ahora yo codiciara con ese ardor un alimento adecuado a mi edad, seria objeto de burla.... se trata, entonces, de una avidez maligna, dado que al crecer la arrancamos y la rechazamos...” (en Badinter, 1981,p. 40) Sin embargo, como se ha mencionado, Cristo valoriza al nifo. Ello se expresa, por ejemplo, cuando responde a sus discipulos: “En aquel momento se acercaron a Jestis los discipulos y le preguntaron: ~ ¢Quién es pues el mayor en el Reino de los Cielos?’. 2, El llam6 a un nino, le puso en medio de ellos, 3, y dijo: “yo os aseguro, sino cambiais y os hacéis como los nifios no entraréis en el Reino de los Cielos’, 4. “Asi pues quien se haga pequenio como este nifio éste es el mayoren el Reino de los Cielos. Yel que recibe un nino como éste en mi nombre a mime recibe. Pero el que escandalice a uno de estos pequenios que creen en mi, mds le vale que le cuelguen al cuello.una de esas piedras de molino que mueven los asnos y le hundan en lo profundo del mar...’ “.(en Rascousky, 1981,p. 158). En otra circunstancia, Jestis vuelve a reafirmar su valoraci6n del nifio: “Entonces le presentaron unos nitios para que les impusiera las manos y orase; los discipulos les refiian; 14 Mas Jestis les dijo: ~Dejad a los nirios y no les impidais que vengan a mi, porque de los que son como éstos es el Reino de los Cielos’. 15, Despucés les impuso las manos y se fue de alli”. (en Rascousky, 1981, p. 159). Entonces, si bien para San Agustin, la idea de la infancia, como momento evolutivo especifico y diferenciado parecfa no existir, ya que analiza la conducta del bebé desde una dptica adultomorfista, sin embargo, los mensajes de Cristo dan otra imagen de la misma. En sus ensefianzas, Cristo valoriza a la infancia, otorgandole un lugar privilegiado. Asi es como, dentro mismo de la concepcién cristiana, se pueden encontrar posturas divergentes acerca de la valoraciOn del nifio. Se observa asi, cémo la tematica de la infancia genera, de manera permanente, controversias y enfoques contrapuestos a través de la historia. Siglo XVIII: Los inicios de una nueva concepcion de la niftez. A partir del S. XVIII se empieza a modificar la concepci6n de la infancia, presténdole una atencién nueva. Esto no significé, sin embargo, que se le reconociese al nifio un lugar privilegiado en la familia, lo cual es muy reciente. La publicacién en 1762, del “Emilio” de Rousseau (1964), contribuy6 a cristalizar las nuevas ideas, imprimiendo un auténtico impulso a la concepcién de la familia moderna, fundada, principalmente, en el amor maternal. En la misma linea que la concepcién de San Agustin (mencionada en el punto anterior), los pedagogos de siglos anteriores recomendaban -para una educaci6n-, que los padres fueran frfos con sus hijos. Vives, en 1542, denunciaba que las madres "perdian" a sus bebés cuando los alimentaban “voluptuosamente”. An siendo partidario del amamantamiento, él sostenia que los mimos y la ternura servian para malograr al nifio y hacerlo “vicioso” (en Badinter, 1981). Descartes (1644) consideraba a la infancia, no ya como sede del pecado, sino como la causa principal de los errores. Deploraba que todo hombre tuviera que pasar por el estadio infantil. Segtin investigadores ¢ historiadores, el nifto era vivido como un estorbo, debido sobre todo a las condiciones econ6micas a las que estaban sometidos. Ademis, la sociedad valorizaba al hombre -al marido-, siendo habitual que la esposa antepusiera la relaci6n con él a la del bebé. Se podria decir que hasta esta época, habia una suerte de negacién de la infancia como etapa de la vida. Es interesante al respecto sefialar que, la aparicién de una medicina especializada en la infancia, se produce recién en el S.XIX, surgiendo el término “pediatria” en el afio 1872. 25 Muchos historiadores han constatado, al indagar documentos hist6ricos y literarios la existencia de indiferencia, frialdad y un aparente desinterés por el bebé de parte de sus madres. Una interpretacién que se sugiere es que, dada la elevada tasa de mortalidad infantil, las madres se interesaban poco en sus nifios. Entonces, si la madre se apegaba intensamente a cada uno de sus hijos, deberia ser dificil soportar la pena que implicaria la muerte de los mismos. Estos argumentos se contraponen a aquellos que consideraban que, a pesar de las epidemias y otras fatalidades, una de las causas de la mortalidad infantil era, justamente, que las madres se interesaban poco en sus hijos. “Qué pensar de esas mujeres que disponian de todos los medios para criar a sus hijos junto aellas para quererlos y durante siglos no lo hicieron...?. En tiltima instancia... cabria pensar que la moda noera favorable ala maternidad” (Badinter, 1981, p. 66). En efecto, de acuerdo a estudios de los S. XVII y XVIII, realizados en Francia, sobre 1000 nifios, el promedio de sobrevivientes en las distintas edades era el siguiente: 720 sobrevivian al primer ano. 574 superaban los 5 aftos. 525 llegaban a cumplir los 10 aftos (en Badinter, 1981). Las cifras eran mas alarmantes cuando el bebé era entregado al cuidado de nodrizas que vivian en el campo, ya que las condiciones en que viajaban los recién nacidos eran deplorables, lo mismo el estado de las viviendas de estas mujeres. En efecto, de acuerdo a la clase social a la que pertenecia Ia familia, se podia disponer de una nodriza en la propia casa o enviar al bebé a la casa de ésta. La costumbre de que el nifio no fuera amamantado por la propia madre se extendié en la Francia de aquella época desde la aristocracia hacia otros sectores. Se argumentaba que era malo para la madre desde el punto de vista fisico y que, ademas, era poco decoroso. “Hemos descubierto que los lioneses, tanto burgueses como artesanos, perdian aproximadamente los dos tercios de sus hijos por entregarlos anodrizas mercenarias”. (Dr. Gilibert, Lyon, en Badinter, 1981, p. 99) En los tltimos 30 afios del S. XVIII se produce un cambio radical: la imagen de la madre empieza a revitalizarse. A partir de 1760 comienzan a aparecer publicaciones que aconsejan a las madres ocuparse personalmente desus hijos. Le crean a la mujer la obligacién de ser madre ante todo. Aparece el amor maternal como un concepto nuevo a nivel social. En efecto, si bien este sentimiento ha existido en la historia de la humanidad, la novedad reside -respecto de los 2 siglos anteriores- en la exaltacién de este sentimiento como valor moral y social simultaneamente. De alguna manera, ya no era importante solamente el segundo periodo de Ia infancia -la educaci6n- sino esta primera etapa a la cual los padres habfan acostumbrado descuidar. Con el amamantamiento por parte de la madre biolégica, se va abando- nando la costumbre de la faja que, al aprisionar al bebé, le permitia a la madre dedicarse con mas comodidad a sus tareas. EI nifio, libre de la faja, podia jugar con la madre, agarrarla, tocarla y conocerla. La madre, a su vez, podia acariciarlo y besarlo mas facilmente. Las caricias de la madre y la libertad fisica dan testimonio de una nueva manera de expresar el amor por el bebé. Hacia fines del $. XVIII, la higiene y la salud del bebé concentran la totalidad de la atenci6n de la madre. Rousseau, aconsejaba el bafio diarios para los bebés, recubritlos con lienzos flotantes y, cuando empezaba a andar, dejarlo que se desenvolviera solo, sin andador. Es la €poca del “Reino del Nifio Rey” llamado asi porque se le convirtié en el mas preciado de los bienes: un ser que no tenfa reemplazante (Badinter, 1981). Se puede decir que se inicia, en ciertos aspectos de la sociedad, una nueva manera de vivir, que se desarrollard en el curso del S. XIX y que tiene como uno de sus ejes importantes, el de los vinculos familiares. La familia moderna se organiza en torno a la madre, quien adquiere una importancia que antes no habia tenido. Sin embargo, habra que esperar hasta fines del S. XIX para terminar, de manera mds generalizada, con el sistema de nodrizas y el abandono de nifios por parte de madres muy humildes que necesitaban trabajar. Es elocuente el discurso de la Sociedad Protectora de la Infancia, fundada en Francia entre 1865 y 1870, la cual manifiesta que la sociedad est mas a favor de los animales que a favor de los nifios pequeiios. 27 Ex SIGLO XX En este siglo la maternidad adquiere un nuevo sentido. Se extiende mas alla de la autonomia fisica del nifio, asumiendo ademas la responsabilidad de garantizar su educaci6n y su formacién intelectual. La incorporacién de la mujer al mercado de trabajo, sobre todo a mediados del siglo, anuncia una nueva “revoluci6n familiar’, El foco se desplaza hacia el padre, no para que la madre reingrese a un cono de sombra, sino compartiendo con él la responsabilidad de los hijos. En la segunda mitad de este siglo, se empiezan a reconocer oficialmente, los derechos propios de los nifios. En 1946, las Naciones Unidas crean la UNICEF (United Nacions International Children’s Emergency Fundation), cuyo objetivo principal es el de ayudar a los nifios que carecen de una buena alimentaci6n, educacién y cuidados. Por otra parte, en 1959 se aprueba la Declaracion Universal de los Derechos del Nifto. sin embargo, no es dificil advertir c6mo los nifios, muchas veces, siguen siendo uno de los grupos més vulnerables y menos protegidos de nuestras sociedades, La infancia, como otras clases improductivas, suele ser socialmente marginada. Se podria pensar que, en el trasfondo, el rechazo, el desinterés y la desvalorizacion que domin6 tantas épocas de la historia, de alguna manera persisten en nuestros dias en relaci6én a Ja infancia. Toro (1981) enuncia la hipétesis de una especie de “tradicin inconciente colectiva”, que se manifiesta en ciertos comportamientos tipicos de distintas sociedades hacia sus miembros mds pequefios, que trasuntan desatenci6n o menosprecio. En cuanto al tema especifico de las actitudes maternales, se observa que las mismas estuvieron, a lo largo de la historia, estrechamente asociadas a las concepciones sociales de cada época y de cada sociedad. “BL amor maternal es sélo un sentimiento, y como tal, esencialmente contingente... este sentimiento puede existir 0 no existir... puede darse 0 desaparecer... todo depende de la madre, de su historia y de la Historia...” (Badinter, 1981, p. 309). ‘A partir de este enfoque, y observando los modos de relacién madre-hijo através de las distintas épocas, se advierte una curva con puntos fuertes y puntos débiles en relacion al sentimiento maternal. En efecto, asi como en cada madre se pueden observar sentimientos ambivalentes en relaci6n a sus _hijos, se constata que, a lo largo de la historia, las distintas sociedades han tratado de manera ambivalente a los nifios pequefios. Sin embargo, lo que persiste desde la prehistoria hasta nuestros dias, como una fuerza prevalente, es la necesidad de la especie de preservar a los mas débiles: los nifios de corta edad. La RELACION MADRE-HJO EN LA SOCIEDAD HINDU: UNA SABIDURIA MILENARIA Al margen del desarrollo hist6rico de la sociedad occidental, los hindties mantienen, desde hace miles de afos, una filosofia totalmente original en relacién al cuidado del nifio pequeiio y, sobre todo, a la relacion con la madre. El hinduismo expresa un sentimiento respecto a la infancia que se basa en la continuidad de la filiacion. ‘La pulsién fundamental es el deseo de reproducirse pero se hace de la procreacton un rito que permite satisfacer la deuda con los antepasados” Burguiére, 1988, p. 576. La legada del primer hijo permite a la mujer salir de la situacién de subordinacion, y ser reconocida como madre y esposa. La primera infancia se prolonga hasta los 5 afios. Esta marcada por la fusion madre-hijo. S. Kakar (1982), subraya que el nifio, atin situado en el nivel mis bajo de la jerarquia social, es objeto de una atencién especial. Los aprendizajes se realizan por imitaci6n, a través del contacto cotidiano con los adultos. A la ausencia de toda obligaci6n le sigue un periodo de educaci6n que contrasta con el anterior por su rigor: “La edad de oro de la vida del indio a partir de ese momento llega a su fin” (Burguiére, 1988, p. 577) Si en Occidente la primera infancia es el perfodo del aprendizaje de la separacion y de la autonomia, a través de un lento proceso de maduracion psicol6gica, en la India este periodo esta marcado por la fusin de la madre con el hijo. Desde el nacimiento, se le reconocen al nifio sus derechos de manera legal, al margen de la legitimaci6n religiosa. Las epopeyas del Ramayana y del Mahabarata, desarrollan ampliamente la idea del deseo de un hijo y la riqueza emocional de Ia relacién madre-hijo. Pero es en los textos médicos ayurvédicos donde se encuentran las represen- taciones mas elaboradas de Ia vida fetal y de la primera infancia: el desarrollo comienza en el momento mismo de la concepcién, al constituirse en el Utero, los rasgos esenciales de la personalidad del nifio. El nacimiento no es considerado como un comienzo, sino como el final de una primera etapa de la vida. El nifio, como objeto de estudio y de cuidado, nunca es considerado de manera aislada: son la madre y el nifio, quienes estén unidos por una relacion simbidtica hasta el final del primer afio. El mundo de la nifiez temprana es el del aprendizaje libre de toda obligacién. Vive segiin sus deseos y caprichos, come y duerme sin observar ningtin horario y no conoce normas de limpieza impuestas. En el siguiente cuadro, se hace evidente con qué claridad los hindues advirtieron y tuvieron en cuenta las caracteristicas del nifio en las diferentes etapas de su desarrollo: Las etapas de la infancia en la ortodoxia brahménica (S. Kakar, 1979, en Burguiére, 1988,p. 577) Periodos de la infancia Ritos correspondientes (SAMSKARA) 1, GARBHA vida JATAKARMA (nacimiento) 2. KSIRADANA 0-1 mes. NAMAKARANA (atribucion del nombre) 13m.a4m. NISKARMA (primera salida) 3-40 6-9 m. ANNAPRASANA (ler. alimento sélido) 3. KSIRANNADAN 6-9 ma 2-3a CUDAKARANA (tonsura) : KARNAVEDHA (perforacion de orejas) 4, BALA 2345-7. VIDYARAMBHA (aprendizaje alfabeto) 5. KUMARA 5-7a8-l2a. UPANAYANA (iniciacién) 30 Es notable observar cémo los grandes descubrimientos cientificos reali- zados en la sociedad occidental en los tltimos 40 afios, en lo referente a la importancia de Ja relacién madre-hijo y las capacidades del bebé, fueron anticipados por la sociedad hinds. Sr carmunor BIBLIOGRAFIA Ariés, P.; Lenfant et la vie familiale sous l'ancien regimen, Le Seuil, Paris, 1973. Badinter, E.: Existe el amor maternal?, Paidés-Pomaire,Barcelona, 1981 Burguiére, A.; Klapisch-Zuber, C.; Segalen, M., Zenabend, F.: Historia de la Familia, T.1, Alianza, Madrid, 1988 Darwin, Ch,: The expression of the emotions in man and animals. Univ. of Chicago Press, Chicago, 1965. Descartes, R.: Principios de filosofia, Seix Barral, Barcelona, 1989. Gesell, A.: La educacién del nino en la cultura moderna, Nova, Buenos Aires, 1948 Huxley, A: Un mundo feliz, Editores mejicanos unidos, México, 1979. Kakar, $.: Fathers and sons: An Indian experience, en S. Cath, A., J. Gurwitt, y J.M.Ross (comps), Father and Child: Developmental and Clinical Perspectives Little Brown, Boston, 1982. Kauffman, Ch.: Consideraciones bioldgicas sobre la condicion de progenitor. En Benedek, ‘Ty otros, Parentalidad, Amorrortu, Buenos Aires, 1983. 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Inrropuccion La investigaci6n sobre la primera infancia constituye una conquista de la psicologia de esta segunda mitad del siglo. ‘Tiempo atras, el estudio del desarrollo del bebé era parte de la puericultura, asociada a la pediatria, y consagrada esencialmente a la higiene y salud del bebé. Fue el médico francés Caron, quien cre6 la palabra puericultura en 1865, y la definié como la ciencia de criar, higiénica y fisiol6gicamente a los nifos (Lelong, 1958). Esta rama de la pediatria ponia el énfasis en lo fisioldgico, y desconocia el funcionamiento psiquico del nifio. Sin embargo, aparecié como forma de lucha contra las diversas causas de mortalidad infantil, fundamentalmente las desnutriciones y malnutriciones. A través de ella, se otorgo a los pediatras, el saber total acerca del nifio muy pequefo, instruyendo a las madres acerca del bebé "funcional". Quizas haya sido Charles Darwin (1872), el primer hombre de ciencia que enfocd su mirada hacia el bebé, al realizar una clasificacién de Jas primeras expresiones faciales. En la Expresion de las emociones en el hombre y en los animales, plantea la cuesti6n relativa al cardcter, especificamente humano y universal, de toda una serie de expresiones emotivas, tales como la sonrisa, las expresiones de miedo, célera, etc. El aporte de Darwin fue postular que a cada una de estas expresiones, le corresponde una experiencia subjetiva subyacente desde el nacimiento. Si bien la psiquiatria infantil, como ciencia médica, es reciente, existen antecedentes en el campo de la educacién que se remontan al Siglo XVI. Ponce de Leén inicia, en este siglo, la educaci6n para sordomudos, Pestalozzi, funda en el afio 1800, en Suiza, un centro de educaci6n pedagégica, inspirandose en la obra de Rousseau. Bourneville, en 1881, funda un centro médico-pedagégico, reservado exclusivamente para retrasos mentales. En el mismo siglo, Moreau de Tours (1888), publica el libro La Locura en los nifios. Al mismo tiempo en Ginebra, Claparéde, introduce por primera vez, en la ensefianza publica, clases especiales para nifios retrasados. Y mas adelante, en colaboraci6n con F. Naville, inicia la primera consulta médico-pedagégica, con el objetivo de establecer criterios de admisi6n y selecci6n de niftos para Jas clases especiales (Ajuriaguerra, 1979). %, bd En este siglo, desde distintos campos, se comenz6 a mostrar un interés cada vez mayor por los primeros estadios del desarrollo humano. Por ejemplo, en la medicina surge, primeramente la pediatria, y luego como especialidad la neonatologia, proliferando investigaciones en ese area y otorgindosele una importancia cada vez mayor al cuidado de los bebés y a su desarrollo 6ptimo, asi como al vinculo madre-hijo. En relacion a los estudios sobre psiquiatria infantil, se pueden describir las décadas de este siglo de la siguiente manera (Kanner, 1976): Primera década Se caracteriz6 por la elaboracién y divulgacién de trabajos psicométricos. La ley de asistencia escolar obligatoria, impuesta en muchos paises, trajo como consecuencia la necesidad de construir escalas que permitieran saber cuales nifios estaban en condiciones de aprender. Fue Binet (1903), en Francia, quien secundado por su ayudante Simon, examin6 millares de nifios de diferentes edades. Organiz6 listas de tareas, ordené en listas los resultados de esas tareas y elabor6 estadisticas para determinar lo que, los nifios podian lograr en una determinada edad. Estableci6 una escala conocida hoy como Test de inteligencia, o test psicométrico. La primera escala se publicd en 1905. Por otra parte, la publicaci6n de los trabajos de Freud marca la aparicion de las tendencias dinmicas en la psiquiatria. El trabajo de Freud, Tres ensayos para una teoria sexual (1905), traza una teorfa sobre la sexualidad infantil y la importancia que tienen las primeras experiencias en el desarrollo emocional del individuo. La indagaci6n retrospectiva del significado que tienen los acontecimien- tos infantiles, como precursores de las perturbaciones posteriores, increment el deseo de establecer una relaci6n directa con las dificultades que presentaban los nifios. Ademas, en esta década, se establecieron los primeros tribunales de menores, por los cuales, los nifios delincuentes debian ser atendidos por separado y en forma diferente que los adultos. El interés por saber el motivo por el cual los nifios cometian las transgresiones, obligé al mbito de la justicia a la consulta con psicélogos y psiquiatras, los que de este modo se vieron conducidos a ocuparse directamente de las anormalidades de la conducta infantil. Por tiltimo, hubo un importante desarrollo en el movimiento de la higiene mental. En 1909, Beers, fund6 El Comité Nacional de Higiene Mental en EEUU. El objetivo era comenzar a pensar que la salud y la correccién de la conducta, podian ser objeto de medidas profildcticas: era posible tomar medidas para evitar la insania o el crimen (en Kanner, 1976). Todos estos movimientos permitieron que aquellas personas dedicadas al estudio de la mente humana, comenzaran “a pensar en los nifios en una forma prictica, constructiva e individualmente util” (Kanner, 1976, p. 34). Segunda década En este periodo se organizaron los primeros centros de reeducaci6n para nifios con problemas psicosociales. Fueron creadas varias instituciones. Una de elllas la de la “libertad vigilada”. Hasta ese momento los jueces de menores podian aplicar a los niftos 2 medidas: sentencia 0 absoluci6n. Se introdujo en esta época una tercera posibilidad: la ya mencionada libertad vigilada. Ella estaba referida a aquellos casos en los cuales el juez consideraba que el nifio necesitaba un tercero que se encargara de cuidarlo, evitando la vuelta a un hogar sin posibilidades de contencién, o el retorno a sus conductas delictivas. Otra de las instituciones creadas fueron las "casas de crianza": los juzgados de menores enviaban a nifios de hogares perturbados, a instituciones especiales que funcionaban como familias sustitutas, permitiendo que los nifios tuvieran un adecuado desarrollo. Otro aporte importante en esta segunda década es el proveniente de la educacién especial. El propésito fundamental fue reunir en clases especiales, a nifios que presentaran discapacidades similares. Estos nifios debian estar a cargo de maestros que conocieran especificamente las dificultades correspon- dientes. En Europa surge un movimiento llamado Heilpadagogik, dirigido por 2 educadores: Heller, en Austria, y Hanselmann, en Suiza. Ellos trataron de hacer entender a los maestros los problemas personales de los alumnos (en Kanner, 1976). Montessorri (1918), aporté su experiencia como médica de débiles mentales y en la organizacion de jardines maternales para hijos de madres trabajadoras en Italia. 36 Las tareas en esta segunda década eran ms concretas: ya no solamente se pensaba en los nifios sino que, ademas se hacia algo concreto por ellos. Tercera y cuarta década Se organizan centros de orientacién infantil integrados por médicos, psicdlogos y asistentes sociales. En el afio 1929, ya habia 500 de estas clinicas en EEUU. El fundamento de la organizaci6n de las mismas consistié en pensar que las perturbaciones que sufrian los nifios debfan ser atendidas en el momento en que ocurrian. El Dr. Thom, director del Boston Habit Clinic, creado en 1921, planteaba los grandes beneficios que se podian lograr para los nifios atendiendo sus problemas cotidianos (Thom, 1943). Eno referente a trabajos psicométricos, Bayley (1969), elabora una Escala de evaluacion del desarrollo infantil, especialmente destinada a los bebés y nifios pequefios. Por otra parte, se crea en Paris el Laboratorio de Psicobiologia del nifio, permitiendo la agrupacién de profesores y estudiantes de psicologia alrededor de Wallon, quien otorg6 una gran importancia al papel de la emocion en el comienzo del desarrollo humano. En efecto, Wallon (1941), al dar cuenta del desarrollo del nifio como algo total, sin aislar el aspecto cognitivo del afectivo, otorga mds importancia a otros procesos. Insiste en el primer desarrollo neuromotor, y especialmente en la funci6n posturales. Las reacciones denominadas por Wallon “t6nico-emociona- les”, son los primeros indicios del desarrollo psiquico. El dice: “EL nifio que siente va camino del nino que piensa”(Wallon, 1941, p.24). En 1937 se realiza en Paris el primer Congreso de Psiquiatria Infantil. En ese mismo afio, Anna Freud crea, en Viena, la Jackson Nursery, para atender a nifios desfavorecidos menores de 3 afios, junto a Dorothy Burlingham. Si bien esta experiencia, lamentablemente, no duré mas que 1 afi, le sirve a ella como primera experiencia para la cre: 1940 (en Geissmann, Geissmann, 1992). nde la Hampstead Nurseries, en Londres, en Fueron Anna Freud y Melanie Klein, quienes utilizando el juego como elemento de expresi6n natural de los nifios, crearon una técnica para el abordaje psicoterapéutico de los mismos (A. Freud, 1981; Melanie Klein, 1978). De acuerdo a Hanna Segal (1969), asi como S.Freud descubre en el adulto al nifio reprimido, Melanie Klein descubre en el nifio aquello que ya ha sido reprimido: el bebé (en Geissmann, Geissmann, 1992). En los afio “40 se generalizan los métodos psicoterapéuticos. Gesell edita, en 1942, sus trabajos sobre la conducta y personalidad del nifio en las diversas etapas de su desarrollo. Este investigador, que comenz6 como director de la clinica de desarrollo del nifio de la Universidad de Yale, estudi6 etapa por etapa, el desarrollo de los nifios normales. El dice: “Los infantes son individuos. Lo son desde el momento del nacimiento. Porsupuesto, muchas desus caracteristicas individuales ya las traen antes de nacer” Gesell, 1948, p. 53. Se observa como el bebé comienza a ser tomado en cuenta como persona, desde su nacimiento. Lézine y Brunet (1964), basiindose en los estudios de Gesell elaboran una escala de desarrollo para nifios, en Francia. Periodo de posguerra Después de la Segunda Guerra Mundial, comienzan a realizarse trabajos referidos especificamente a la primera infancia. René Spitz (1969), fue uno de los pioneros en este sentido, siendo un mérito de su trabajo, el haber logrado demostrar que las relaciones afectivas del nifio con quien lo cuida, tienen un impacto a nivel fisico y psicolégico, lo cual tuvo una profunda influencia sobre Ja practica pediatrica. Es en esta época, cuando Piaget estudia la operaci6n intelectual en los nifios. Distingue 4 periodos en el desarrollo de la afectividad y la socializaci6n. del nifio. El primer periodo, que llega hasta los 24 meses, es el de la inteligencia sensoriomotriz. Para Piaget, las sensaciones, percepciones y movimientos propios del bebé, se organizan en lo que él denomina esquemas de accién (Piaget, 1972). ‘Asi es como él, al hablar de una inteligencia anterior al lenguaje y al pensamiento propiamente dicho, otorga a esta etapa de la vida una importancia que hasta ese momento no habia sido, en general, tenida en cuenta. Muchas escalas de desarrollo para los nifios mas pequeiios, tienen como fundamento los estudios piagetianos. “BI ideal que personalmente trato es el de seguir siendo nino hasta el final. La infancia es la fase creadora por excelencia” (Piaget, en Tonucci, 1991, P. 13). También las investigaciones de Mahler (1980), Bowlby (1976), Winnicott (1979), Dolt6 (1939), Lebovici (1985), Ajuriaguerra (1979), Kanner (1976), aportaron lo propio en cuanto a la importancia de la esfera psicolégica en el desarrollo temprano del nifio. Desde la pediatria, Lelong (1958), fue uno de los primeros en integrar elementos psicolégicos en el estudio del desarrollo de los nifios, intentando humanizar las rigidas técnicas de crianza de esos afios. Ademas, los trabajos provenientes de la antropologia (M. Mead, 1962), y los de inspiracién etoldgica contribuyeron a esta linea de trabajo. En las ultimas 3 décadas se han desarrollado numerosas investigaciones que revolucionaron los conceptos que ha del comportamiento del bebé. La publicacién de la Escala de Evaluacién del Comportamiento Neonatal, de Brazelton (1973), ha permitido poner de relieve las capacidades sensoriales e interactivas de los recién nacidos. a ese Momento se tenia ace Se ha logrado, asi, con una base cientifica, resaltar los complejos mecanismos psicosociales implicados en el ser humano desde el comienzo mismo de su vida. Es decir que, la valoracin de la primera infancia, desde el conocimiento cientifico y la prictica profesional, es tan reciente como su valoracién desde la vida cotidiana. Considerando que el conocimiento cientifico y el del sentido comin se nutren mutuamente, es de esperar que el progreso de la ciencia sobre los temas de la nifiez temprana traiga aparejado un aumento de la racionalidad en cuanto a la actitud social hacia este grupo etareo. Los Estudios sobre la Primera Infancia en Argentina El Dr. Florencio Escard6 fue un pionero en lo referente a la valoracién de la relaci6n madre-hijo: “;Cémo puede alguien aprender pediatriasi noestdallado de la madre?. La que sabe pediatria es la madre, nosotros no sabemos nada. Porque hay un montén de titeros basta llegar a este chico: la madre, la abuela, la tia. Porque parir es un problema de mujeres...” Reportaje a Escard6 (en Escardo, 1993). El permitio la entrada de las madres a las salas de internaci6n para que permanecieran junto a sus hijos, en el Hospital de Nifios “Ricardo Gutiérrez, de Buenos Aires, en la década del ~50: “La Casa Cuna era la vieja casa de nifios expositos, de los chicos abandonados, que morian en un 99% de tristeza, de soledad. Pera remediarlo, en el atio ~50.yo introduje a las madres junto con los chicos enfermos, para que vivieran con sus hijos durante la internacion. Es la tinica cosa de que estoy orgulloso en la vida”. Reportaje, Clarin revista, 1991 (en Escard6, 1993, p. 46) En otra entrevista dice: “Por qué las madres tienen que abandonar a su hijo frente a la puerta del hospital y resignarse a ir a buscarlo después de curado 0 muerto?. Consecuencia -incémoda para todos los que no son la madre y el bijo- hay que permitir a las madres que se queden a dormir con sus hijos. :Por qué se ha venido tratando al nifio como un ser aislado del conjunto familiar?. Noes criar un nino artificial, un objeto de estudio a nivel de entomologia?. Consecuentemente no hay que perder de vista jamds que la madrey el hijo constituyen una diada que no puede separarse.....” (F. Escard6, 1993, p. 49). Otra pionera en Argentina en relacién al tratamiento de esta tematica, aunque ya desde un encuadre psicoanalitico, fue Arminda Aberastury (1962). Ella se inspira en Melanie Klein para la comprensi6n del juego del nifo. Eljuego adquiere, para ella, una significaci6n ya desde el primer trimestre de vida (Aberastury, 1968). En base a esta concepcién realiz6 tratamientos psicoterapéuticos con nifios menores de 1 afio. Un aporte original en el plano te6rico es la descripcién de una fase genital primaria que “se presenta en el bebé antes de finalizar el primer afio y consiste en un acrecentamiento de la pulsi6n 46 genital, con un predominio de la zona erégena correspondiente” (en Geissmann, Geissmann, 1992, p. 320). También desde el psicoanilisis, Arnaldo Rascovsky dedicé toda su obra al tema de la infancia y, sobre todo, al de las relaciones parento-filiales. Para él, las mismas estén gobernadas por una cierta ambivalencia: coexisten en los padres los anhelos tiernos y amorosos -que permiten la supervivencia del hijo- con los instintos filicidas: “Mientras las tendencias protectoras son universalmente exaltadas, las tendencias destructivas y denigratorias -el filicidio- son sistematicamente ignoradas y la resistencia a admitirlas dificulta su esclarecimiento. El sindrome del nitio apaleado es un fendmeno bien conocido por los médicos, pese a lo cual, con frecuencia se aceptan las excusas elaboradas por los padres de los pequetios pacientes y se silencia esa extendida lacra social”. (Rascousky, 1981, Contratapa). Helou (1975) ha investigado el tema de la pareja madre-lactante desde la actividad clinica psicoanalitica. Kamala Di Tella (1985), introdujo y difundié en el pais la técnica para la observacién de lactantes, basada en los trabajos de la clinica Tavistock de Londres. Otra difusora de las teméticas relativas a la primera infancia es la profesora Haydeé Echeverria. Ella ofrece, a los estudiantes de Psicologia (UBA), la posibilidad de conocer las técnicas de evaluaci6n del neonato y del nifio pequefo, a través de un Seminario. M. Hoffman (1991), ha realizado una clasificacién nosoldgica de los problemas de la primera infancia e investiga sobre el tema de las interacciones madre-bebé durante la situaci6n de alimentaci6n. Desde el campo de la educacién inicial, la profesora Julia Ferrari de Prieto (1973, 1991) investig6 en el area de la educacién temprana. Ella enfatiza la necesidad de otorgar un lugar central a este tema, en la formaci6n de profesores especializados: “A diferencia de lo que suele ocurrir en otras actividades, en que no se contrataria a quienes no fueran especializados 0 id6neos, la seleccién del personal se hace en estos casos, sobre la base de criterios por completo ajenos a lo que deberia tenerse en cuenta. ®, hd Dificilmente se contrataria en un bazar a personas que trataran a los objetos fragiles con descuido o brusquedad, que embalaran las copas demasiado apretadas, y les hicieran correr el riesgo de romperse; seria un contrasentido. Sin embargo, no se tiene en cuenta esta incongruencia cuando, para atender a nitios pequerios, cuyo psiquismo es atin muy fragil y vulnerable se emplea a personas que no tienen la menor idea de qué caracteristicas posee el objeto de su cuidado...” Prieto, 1973, p. 3. Desde la pediatria y la neonatologia, Zigaler (1983), ha elaborado una guia de observacién del vinculo madre-bebé. Este instrumento permite observar la relaci6én diddica en los momentos criticos de la instalaci6n del vinculo: en el periodo posnatal inmediato. Por otra parte, J. Martinez, pediatra y neonatélogo, viene realizando investigaciones y tareas de divulgacién en lo referente a las capacidades interactivas del bebé y, en particular, del prematuro. En relaci6n al desarrollo psicomotor del nifio pequefto, han tenido una gran influencia en nuestro pais, los trabajos de Chile de Isabel Lira (1979), sobre estimulacién temprana y la Escala de Evaluaci6n del Desarrollo Psicomotor de 0 a 24 meses, de Rodriguez y Arancibia (1979). Este instrumento ha sido incorporado, en la practica pedifitrica, al control del nifio sano por la Dra. Enriqueta Roy y Cols. (1985), en el Htal, Materno-Infantil R. Sarda, de Buenos Aires. Todos estos aportes, si bien reflejan que, en los tltimos afios, ha crecido el interés por el estudio y atenci6n de este grupo etareo, constituyen esfuerzos aislados que no han Ilegado atin a integrarse, en lo que deberia constituirse una especialidad dentro de la psicologia infantil, en conjunto con la pediatria. El estudio de la primera infancia, mas atin que el de otras etapas evolutivas, debe ser abordado desde un enfoque interdisciplinario, ya que el bebé -y el nifio pequeiio-, debe ser estudiado como un ser bio-psico-social. En nuestro pais, resulta deficil la convergencia de profesionales de diferentes disciplinas, aunque es un camino que se esta recorriendo. Prueba de ello es la reciente realizacién de eventos cientificos en tal sentido. En los Ultimos afios ha crecido el interés por la tematica de la nifiez temprana, no solamente desde el campo cientifico, sino desde los medios de divulgaci6n masiva. Ello implica una mayor responsabilidad para los profesio- nales que trabajan en este drea ya que, se debe evitar que padres desorientados adhieran a mitos culturales y convicciones no cientificas sobre el tema. “2 cee . eee BIBLIOGRAFIA Aberastury, A.: Teoria y Técnica del psicoandlisis de nivios, Paidés, Buenos Aires, 1962. El nitio y sus juegos, Paidés, Buenos Aires, 1968. 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Zigaler, J.: Deteccién temprana del vincitlo madre-bijo, Archivos de Pediatria, 81, Buenos Aires, 1983. 44 CAPITULO IT Prruncira.es TEORIAS QUE CONTRIBUYERON AL ESTUDIO DE LA PRIMERA INFANCIA. “Si la sabiduria humana hubiese progresado con la ciencia, no tendriamos la bomba atémica...” JEAN BERNARD 45 Inrropuccion De acuerdo a lo expuesto en el capitulo anterior, a partir de la quinta década de este siglo, desde distintas concepciones psicolégicas, se comenz6 a profundizar en el estudio de los estadios ms tempranos del desarrollo. Las teorias que se expondran a continuaci6n son aquellas que, probable- mente, mas elementos han aportado en caracter de antecedentes tedricos, para desarollar una psicologia del lactante (*). Se analizaran algunos aspectos de dichas teorias y los puntos de articulaci6n entre ellas. También se reconsideraran, a la luz de las investigacio- nes mis recientes en psicobiologia evolutiva y a la cambiante concepcién sobre las capacidades sensoriales ¢ interactivas del recién nacido y el nifio pequefio. La CONCEPCION PSICOANALITICA DEL BEBE La concepcion del bebé como pasivo y en un estado de indiferenciacion con el medio La suposici6n de que el bebé es un ser relativamente pasivo, un organismo que reacciona a la estimulacién y se comporta primariamente de manera de reducir la misma, domina en general las distintas teorias psicoanaliticas. Por ejemplo, S. Freud (1914) describe al bebé como ocupado esencialmente en el mantenimiento de su homeostasis narcisista y por un modo de gratificaci6n autoerdtica. En lo que concierne a las percepciones, el bebé estarfa -desde esta concepcidn- fundamentalmente tornado hacia el interior y no tendria mas que percepciones de necesidades interoceptivas. Los estimulos externos no serfan percibidos salvo si rompen la barrera de contacto, la cual protege al nifio de los estimulos “desorganizantes”, siendo esta circunstancia acompafiada de un afecto de insatisfaccién (Stern, 1977). (© Por convencién, el termino “bebé” 0 “lactante” se aplica al nivio basta aproximadamente los 30 ‘meses. En los textos franceses se utiliza el término “nourrisson”y en los ingleses “infant” o “toddler”. 46 Freud usé el ejemplo del huevo de un pajaro como modelo de un sistema psicoldgico cerrado: “El embrién de las aves, encerrado en el huevo con su provisién de alimento y para el cual los cuidados maternales se limitan al suministro de calor, nos ofrece un acabado ejemplo de un sistema psiquico totalmente aislado de los estimulos del mundo exterior yque puede satisfacerdeun modo autistico... susnecesidades de alimento” (S. Freud, 1911). Siguiendo esta linea y conceptualizando el estado sensorial del bebé, M. Mahler (1980) postula una fase de “‘autismo normal” en las primeras semanas de vida. Describe esta etapa marcando el predominio de los estados somnolientos del nifio por sobre los estados de alerta. El bebé despierta cuando el hambre u otras tensiones de necesidad lo hacen Ilorar y se vuelve a dormir cuando esta satisfecho. ‘La vigilia del recién nacido se centra alrededor de sus intentos continuos para alcanzar la homeostasis. El efecto de los menesteres de la madre para reducir las molestias de la necesidad- hambre no pueden ser aislados, ni pueden ser diferenciados por el pequetio infante de sus propios intentos de reduccién de tensién, tales como orinar, defecar, toser, estornudar, escupir, regurgitar, vomitar y todas las formas en que un infante trata de desembarazarse de una tension desagradable...” M. Mabler, 1980, pp.. 24-25. Ribble (1941) sefala que es por medio del cuidado materno que el bebé es sacado gradualmente de una “tendencia innata a la regresi6n vegetativa, esplacnica” hacia un mayor estado de alerta sensorial y a un contacto con el medio ambiente. Por lo que se puede apreciar, estas concepciones consideran que en este periodo los procesos fisiolégicos predominan por sobre los procesos psicolé- gicos y que la funcién de esta etapa debe verse en esos términos: la proteccién de los estimulos excesivos, en una situacién que se asemeja a la prenatal, facilitaria el crecimiento fisiolégico. El concepto de Freud de narcisismo primario corresponde a esta etapa, marcada por la falta de conciencia del bebé de la existencia de un agente maternal y el consecuente estado de “indiferenciacién”. Se podria decir que la indefensién original que presenta el bebé es interpretada por estas teorias como “interacci6én cero” o “expresi6n cero” por parte del bebé. Sin embargo, se deberia entender indefensién como indepen- diente de incapacidad para comunicar, influir o actuar sobre el ambiente (Hoffmann, J.M. 1983). Freud mismo, en textos ulteriores, comienza a hablar de la acci6n especifica del llanto como sefial para el ambiente y que lleva ala madre a responder con la reacci6n especifica (alimentar, cuidar, etc.). Sin embargo, la concepcién del recién nacido y el nifio pequeho como. pasivo, en un estado de indiferenciacién con el medio y cuyas conductas apuntan fundamentalmente a la reduccién de la tensién y la busqueda de la homeostasis, domin6 durante afios, casi a manera de prejuicio y sin un gran apoyo cientifico, mucha de la literatura en psicologia evolutiva y psicoanilisis. Actualmente, desde un punto de vista multidisciplinario y a partir de los datos aportados por las mis recientes investigaciones sobre el bebé -sobre todo. provenientes de la biologia- surge una nueva concepci6n sobre el recién nacido y el nifio pequefo. Por ejemplo, Von Bertalanffy (1981) ofrece argumentos que muestran la incompatibilidad del modelo del organismo reactivo y de la conducta como reducci6n de tensiones con los conocimientos de la biologia moderna. En efecto, desde el primer dia de vida el bebé, en estado de actividad alerta, busca y espera estimulos, que defenderse contra ellos: hay una busqueda de estimulos que es un fenémeno extremadamente activo y acompa- fiado de manifestaciones exteriores de placer. “Biolégicamente, la vida no es manienimiento o restauracion de equilibrio sino mas bien mantenimientos de desequilibrios, segtin revela la doctrina del organismo como sistema abierto. Alcanzar el equilibrio significa muerte y descomposicién consiguiente. Psicologicamente, el comportamiento no sélo tiende a aflojar tensiones sino que también las establece; si esto se detiene, el paciente es un cadaver mental en descomposicion, lo mismo que un organismo vivo se vuelve cuerpo en putrefaccién cuando se interrumpen las tensiones y fuerzas que lo aparten del equilibrio” Von Bertalanffy, 1981, pp. 200-1 De acuerdo a esta concepci6n, la tendencia innata del bebé no seria a la regresiOn vegetativa, esplacnica, sino que seria una tendencia a la actividad. Ademés, es de resaltar la idea del organismo como un sistema abierto, en

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