Está en la página 1de 3

Dios les bendiga a todos

¿Alguna vez te has preguntado: cuánto tiempo debo pasar con Dios al día? O ¿cuál es
la importancia de pasar tiempo con Dios cada día?

En el ajetreo de la vida diaria, a menudo nos encontramos sumidos en numerosas


responsabilidades y compromisos. Sin embargo, en medio de todo el bullicio, es
fundamental recordar cuán vital es dedicar tiempo para cultivar nuestra relación con
Dios.
Pasar tiempo con Jesús no solo nos acerca a su presencia amorosa, sino que también
nos llena de sabiduría, paz y fortaleza espiritual. Me atrevería a decir que nos llena de
fortaleza mental también.

El mes tiene 720 horas, si asistimos a la iglesia y tambien una reunion o celula mas o
menos estaríamos invirtiendo 16 horas al mes para adorar a nuestro Señor Jesus.
Durmiendo: 240 horas (8 horas al dia)
Iglesia: 16 horas
Comiendo: 90 horas (3h - 1h por cada comida)
Trabajando: 160 horas (8h- 5 dias a la semana)
Quehaceres: 60 horas (2h todos los dias)

Total: 566 horas y todavía sobra 154 horas.

Esta pequeña introducción es para poder ver que no hay excusa para dedicarle un
tiempo a Dios, hasta nos damos cuenta que es a lo que menos le dedicamos tiempo,
no hay el "no tengo tiempo".

¿Que hacemos en estas 154 horas al mes? ¿Podriamos apartar si quiera una hora al dia
para dar gracias a Jesús que dio la vida por nosotros?

Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi


carne cantan al Dios vivo.
Salmos 84:2 [RV60]

No hay nada más importante que nuestro Señor Jesús y la salvación que nos da.
Orad sin cesar.
1 Tesalonicenses 5:17 [RV60]
Pensemos por un momento que es nuestra prioridad, ¿satisfacer nuestra carne? O
¿alabar al Dios que nos salvó?
Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para
siempre.
1 Juan 2:17 [RV60]

Es hora de dedicarle tiempo a quien de verdad se lo merece, orando, leyendo su


palabra, congregándonos.

CONSIDERACIONES DE MI TIEMPO CON DIOS


El ejemplo de Jesús
Al observar la vida de Jesús, notamos que Él siempre buscaba momentos de soledad y
comunión con el Padre. A menudo se retiraba a lugares apartados para orar y buscar
dirección. Si nuestro Salvador y Maestro valoraba tanto el tiempo con Dios, ¿cómo no
deberíamos seguir su ejemplo?

Madurez espiritual
Al pasar tiempo con Dios, le damos la oportunidad de hablar a nuestros corazones y
transformar nuestras vidas. A través de la lectura de la Biblia, la meditación y la
oración, recibimos enseñanzas divinas que nos ayudan a crecer en nuestra fe,
madurez y nuestra comprensión de la voluntad de Dios.

Enfocando nuestras prioridades


Al invertir tiempo en la presencia de Dios, recordamos lo que es verdaderamente
importante en nuestra vida. Con frecuencia, nos dejamos llevar por las preocupaciones
terrenales y nos alejamos de lo eterno. Sin embargo, al pasar tiempo con Dios
nuestras perspectivas se renuevan y nuestras prioridades se alinean con su propósito
para nosotros.

Fortaleciendo nuestra relación


La comunión con Dios es un refugio seguro para nuestro espíritu. Al dedicar tiempo a
escuchar Su voz y hablarle en oración, profundizamos nuestra relación con Él. Nos
damos cuenta de cuánto nos ama y cuánto nos cuida. Además, cuando pasamos
tiempo en su presencia, experimentamos paz y consuelo en medio de las dificultades
de la vida.

Una guía para vivir


Dios es nuestro guía y consejero. Cuando pasamos tiempo con Él, abrimos nuestra
vida a su dirección sabia. A menudo, en esos momentos de intimidad, Dios nos revela
Su voluntad y nos brinda orientación para tomar decisiones importantes. Al escuchar
Su voz, evitamos el peligro de seguir nuestros propios caminos mientras buscamos Su
plan perfecto para nosotros.

¿VERÉ RESULTADOS AL PASAR TIEMPO CON DIOS CADA DÍA?


Dedicar tiempo a estar con Dios cada día es una práctica espiritual esencial para todo
cristiano. Debería ser una máxima de vida. Si lo piensas bien, al seguir el ejemplo de
Jesús, nutrir nuestra fe para madurar espiritualmente, enfocar nuestras prioridades,
fortalecer nuestra relación con Dios y recibir su guía y dirección para nuestra vida,
experimentamos una transformación profunda en nuestras vidas.

Si me preguntas, hay quienes dirán que el mejor momento a pasar con Dios es en la
madrugada. Otros dirán que es al medio día. Para otros el momento perfecto es en la
quietud de la noche… Yo honestamente pienso que no hay un tiempo específico
predeterminado. Tampoco existe una única fórmula específica o un único horario
donde Dios hable.

Sin embargo, hay algo que es indiscutible en este tema: debemos esforzarnos por
encontrar un espacio en nuestras agendas para estar en la presencia de Dios, ya sea
por la mañana, al mediodía o por la noche. Cuanto más nos acerquemos a Él, más
abundante será nuestra vida espiritual y más reflejaremos su amor y gracia en todo lo
que somos y hacemos.

También podría gustarte