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Dura Bili Dad
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El éxito de una estructura de hormigón debe medirse por los años de vida útil sin
mantenimiento que provee. Si se realizó una predicción correcta de las condiciones
ambientales a las cuales estará un hormigón, no hay razón para que no dure décadas sin
la necesidad de reparaciones costosas. Se cuenta el conocimiento y la experiencia para
proteger al hormigón de efectos deletéreos, lo cual requiere la selección de buenos
materiales y la producción de hormigón de calidad. Desafortunadamente, la ignorancia
sumada a las presiones económicas para reducir los costos iniciales generalmente
provocan que aparezcan problemas de deterioro. Análisis de costos indican que el costo
final de reparar daños que pudieron ser evitados es mucho mayor que los costos iniciales
adicionales.
Esto ultimo está explicado por la “Ley de los Cincos” de “de Sitter”. Como ya se dijo todos
los problemas se reducen a un problema de economía. Un contratista experimentado se
ha aventurado a dar un presupuesto aproximado referente a los costos relativos para
asegurar una vida útil de una estructura, dependiendo su estimación de qué medidas
fueron elegidas para asegurar esta vida útil.
Según “de Sitter” la vida útil puede dividirse en cuatro fases diferentes:
De ello concluye de Sitter que es momento que los ingenieros de instituciones científicas,
consultores de ingeniería y contratistas acepten el desafío y empiecen a encontrarse en
las fases A y B.
A: Buena práctica $ 1
B: Mantenimiento preventivo $ 5
C: Reparación y mantenimiento $ 25
D: Rehabilitación $ 125
La degradación del hormigón puede dividirse en ataques químicos y físicos. Una de las
causas más generalizadas de deterioro del hormigón se debe a la fisuración y exfoliación
por corrosión de las barras de refuerzo, particularmente por ataque de cloruros.
Permeabilidad y difusividad
Para que el hormigón sea atacado, los agentes agresivos deben ser capaces de entrar
fácilmente en su interior. Por lo tanto, la libertad con la cual el agua puede fluir dentro y a
través del hormigón (llevando reactivos solubles) es de gran importancia. Esto se mide a
través del coeficiente de permeabilidad K p, según la Ley de Darcy:
dq/ dt = K p. ∆h/x . A
donde dq/dt es la velocidad del flujo, A el área, x el espesor a través del cual fluye y ∆h es
la columna de presión de fluido (∆h/x es el gradiente de presión a través de la muestra).
dc/dt = -D dc/dx
Ataque químico
Reacción Alcali-Agregado
Ciertos tipos de rocas contienen formas reactivas de sílice amorfa, que pueden reaccionar
con los álcalis solubles que entran en la solución de poros desde la pasta de cemento, en
ocasiones de fuentes externas (sales anticongelantes). En la siguiente tabla se dan las
cuatro etapas que pueden suceder durante esta reacción. La etapa 1 está controlada por
el contenido de álcali del cemento. La etapa 2 determina la velocidad y depende de la
forma de sílice presente en los agregados. Exámenes petrográficos y la información sobre
el comportamiento en campo de esos agregados muestran que una gran variedad de
minerales amorfos o pobremente cristalinos reaccionan a diferente velocidad. La etapa 3
es la reacción crítica y que produce el daño en el hormigón; el gel pasa de sólido amorfo a
Para controlar esta reacción se debe actuar sobre la etapa 1, utilizando un cemento de
bajo álcali (Na 2O + 0.65 K2O < 0.60). Una alternativa es utilizar cemento puzolánico ya que
las puzolanas contienen sílice altamente reactiva en forma de polvo finamente molido, que
reacciona muy rápidamente con los álcalis. Se evita así reacciones deletéreas porque el
silicato alcalino en forma de gel se encuentra esparcido en pequeñas cantidades por la
matriz. El peor caso es tener relativamente pequeñas cantidades de agregado reactivo en
porciones concentradas esparcidas por la pasta. Esto actúa como sumideros para los
iones hidroxilos y se convierten en sitios de gran expansión. La adición de puzolanas o
escorias, considerando que los porcentajes de adición pueden llegar hasta 50-75 % en
algunos casos disminuyen además la posibilidad de ocurrencia ya que disminuye la
cantidad de álcalis en forma relativa.
El ataque por sulfatos ocurre cuando los iones sulfato penetran en el hormigón desde el
exterior (suelos contaminados o agua de mar). Se puede dividir el proceso químico en 3
etapas. A medida que los iones sulfato penetran en el hormigón, reaccionan para formar
yeso. Este se concentra y fija el sulfato en el hormigón de forma tal que pueda ocurrir el
paso 3. La formación de etringita está acompañada por expansiones que causan
tensiones internas y fisuración. Este ataque puede ser prevenido suprimiendo alguna de
las tres etapas. La permeabilidad se disminuye con relaciones a/c bajas, con un adecuado
curado o usando puzolana o escoria de alto horno. Estas adiciones minerales también
reducen la cantidad de hidróxido de calcio y suprimen el paso 2. Finalmente también se
pueden usar cementos ARS (C3A < 4 %) o MRS (< 8 %) para prevenir la formación de
etringita.
Los sulfatos en solución acuosa atacan a los hormigones de cemento portland provocando
reacciones expansivas que pueden conducir al deterioro del elemento estructural. Los
iones sulfato pueden estar presentes tanto en soluciones ácidas, caso del ácido sulfúrico,
en soluciones alcalinas como el sulfato de amonio o en sales, entre las que puede
mencionarse los sulfatos de calcio, de magnesio y de sodio.
Se debe separar entonces el proceso de ataque específico del ión sulfato del que
corresponde a la especie química o al catión. Por este motivo nos referiremos
estrictamente al efecto perjudicial del ión sulfato, independientemente del tipo de especie
química.
Para cada caso, aunque el ataque específico por sulfato es similar, debe tenerse en
cuenta el conjunto de productos de reacción, ya que pueden ocurrir mecanismos que
incrementan la severidad del daño. Un ejemplo típico lo constituye el ataque por ácido
sulfúrico, que debe considerarse tanto desde el punto de vista de ataque ácido como por
ión sulfato.
Al respecto, cabe indicar que los cementos con adición suelen presentar comportamientos
satisfactorios frente al ataque leve y moderado por sulfatos.
El agua de mar contiene sulfatos en solución. Esto hace que se encuentren algunas
especificaciones de obra que indican, erróneamente, el empleo de cementos con alta
resistencia a los sulfatos.
Por este motivo no debe especificarse el uso de cementos de alta resistencia a los sulfatos
porque son más permeables a los iones cloruro.
Cabe aclarar que este análisis se encuentra simplificado al caso de estructura sumergidas
totalmente y que el caso de estructura en ambiente marino se debe tratar aparte, ya que
comprende 4 diferentes tipos de ataque: la atmósfera marina, la zona de salpicadura, la
zona de amplitud entre mareas y la zona sumergida propiamente dicha.
Introducción
La pasta de cemento es un material fuertemente alcalino (pH > 12,5), por lo tanto,
normalmente no se encontrará un ataque específico por materiales básicos.
La situación es enteramente diferente para las soluciones ácidas, que atacan directamente
materiales básicos como el hormigón. La consecuencia del ataque de ácidos es la
desintegración de la pasta de cemento, quedando expuestos los agregados. Si éstos
Foto 3: Aspecto de un hormigón atacado por ácidos. Notar que el agregado, silíceo,
quedó expuesto en la superficie pero no fue atacado químicamente.
Como efecto secundario pero no menos importante hay que destacar la reducción de la
alcalinidad y la consiguiente pérdida de pasivación de las armaduras, quedando expuestas
a fenómenos corrosivos.
Condiciones de ocurrencia
Como regla general, cuando el pH del agua subterránea o de mar sea mayor o igual que
8, la concentración de CO2 es insignificante; cuando el pH es menor que 7, pueden existir
concentraciones de CO2 dañinas. La determinación del índice de Baumann-Gulli
modificado puede aportar información significativa cuando se sospeche condiciones de
ataque por aguas ácidas.
De acuerdo con el tipo de ácido que se trate, la situación será más o menos
comprometida. Al ingresar el ácido dentro de la masa del hormigón, si las sales formadas
son insolubles y expansivas, pueden provocar el deterioro del hormigón. Si por el
contrario, los productos resultantes son solubles, se produce un paulatino incremento de la
porosidad y se acelera el proceso de desgaste y deterioro, tal el caso de desagües o
líquidos que fluyen a través o sobre el hormigón.
Aumento de la
Soluble
Producto de porosidad
reacción
Expansivo Daño posible
Insoluble
En el siguiente cuadro se indican algunos ejemplos de ácidos que forman sales solubles e
insolubles.
Los azúcares en solución generan ácidos por procesos fermentativos, por lo que no deben
entrar en contacto directo con el hormigón por períodos prolongados. No sólo se disuelve
el hidróxido de calcio sino que los componentes de la pasta responsables de la resistencia
mecánica también resultan atacados en forma progresiva.
Lixiviación y eflorescencia
Las eflorescencias consisten en el depósito de sales que son lixiviadas fuera del hormigón,
las que se cristalizan luego de la evaporación del agua que las transportó o por la
interacción con el dióxido de carbono de la atmósfera. Entre las sales típicas podemos
citar los sulfatos y carbonatos de sodio, potasio o calcio. El que generalmente se
encuentra en mayor proporción, es el carbonato de calcio.
Las aguas puras originadas por la condensación de la niebla o el vapor de agua, y el agua
blanda de lluvia o proveniente de la nieve o del hielo son las más agresivas pues no
contienen iones calcio y actúan principalmente sobre el hidróxido de calcio que es el más
soluble de los compuestos presentes en la pasta de cemento hidratada. Las aguas duras,
con alto contenido de iones calcio, son menos peligrosas.
La temperatura del agua es un factor que incide ya que la solubilidad del hidróxido de
calcio se incrementa con la disminución de la temperatura.
El hidróxido de calcio disuelto reacciona con el dióxido de carbono del aire y genera
carbonato de calcio que es una eflorescencia color blancuzco. Una forma de detectar la
presencia de esta sal es verter algunas gotas de ácido clorhídrico, las que en caso de
existir formarán un burbujeo.
Corrosión de armaduras
Introducción
Los daños por corrosión pueden afectar la capacidad portante de los componentes
estructurales afectados debido fundamentalmente a la disminución de sección transversal
de las armaduras, la pérdida de adherencia entre el acero y el hormigón y a la fisuración
del éste. Así mismo, el progresivo deterioro de las estructuras por corrosión provoca
desprendimientos de material que pueden comprometer la seguridad de personas.
En los esquemas siguientes se muestra las fallas típicas observadas en vigas afectadas
por distintos niveles de deterioro por corrosión de armaduras y se presenta valores
estimativos de disminución de sección transversal de armaduras ( ∅) para los cuales
sería factible observar este nivel de deterioro asumiendo un hormigón de calidad estándar.
Fisuras paralelas a la dirección Fisuras paralelas a los refuerzos Desprendimientos del recubrimiento
de los refuerzos principales. principales y estribos. de concreto y armadura expuesta.
∆Ø ≤ 2 % 2 % ≤ ∆Ø ≤ 5 % ∆Ø ≥ 5 %
El proceso de corrosión
La corrosión es un proceso difusivo que ocurre en fase acuosa, en el caso del hormigón
armado, el fenómeno tiene lugar en la solución existente en los poros del hormigón.
El fenómeno se observa con frecuencia en hormigones de baja calidad, elaborados con
altas relaciones agua – cemento y por consiguiente que presentan elevada porosidad, así
como en componentes estructurales afectados por humedad o ciclos de mojado.
La elevada alcalinidad que presenta la solución de los poros del hormigón (pH > 12,5) le
provee al acero de un medio protector en el cual su velocidad de corrosión (VC) es
prácticamente nula. Esta condición se denomina pasividad siendo que los valores de VC
Zona catódica
O2 + 2 H2O + 4 e- → 4OH-
Acero pasivo
Zona anódoica
Corrosión del acero Fe → Fe2+ + 2e-
Los productos de corrosión del acero ocupan un volumen que es varias veces superior al
del metal de origen. La acumulación de estos productos en la interfase entre el acero y el
hormigón genera tensiones de tracción en este último que provocan la fisuración y
posterior desprendimiento del recubrimiento.
El ingreso de los iones cloruros al interior del mismo puede deberse a la interacción con el
medio ambiente, al empleo de sales para el deshielo o a la utilización de aditivos y/o
agregado conteniendo con este tipo de iones durante la elaboración.
La disminución del pH (pH ≤ 9), provoca la pérdida de la pasividad del acero. Este proceso
puede ocurrir como resultado de la lixiviación de las sustancias alcalinas existentes en los
poros o bien debido al proceso de carbonatación. La carbonatación ocurre como resultado
de la reacción química entre el hidróxido de calcio Ca(OH)2 y otros álcalis (Sodio y
Potasio) presentes en la solución de los poros con el dióxido de carbono (CO2)
atmosférico.
Sin dudas, uno de los procesos de corrosión más difíciles de identificar y predecir en la
práctica es el que ocurre ocasionalmente en el acero de alta resistencia utilizado en las
estructuras de hormigón post y pretensadas.
Este fenómeno se denomina Corrosión Bajo Tensión –CBT-y se caracteriza por ser de tipo
localizado y no presentar pérdida de masa significativa. En consecuencia, la CBT puede
provocar la falla de elementos estructurales sin que se observen signos visibles de
corrosión en la estructura. El fenómeno está asociado a la aparición de fisuras que se
propagan con relativa rapidez en el sentido transversal a la carga, provocando una rotura
de tipo frágil del material.