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Osteopraxia Integrativa E.S.T.P.

LA RODILLA
ANATOMÍA Y BIOMECÁNICA

La rodilla es un complejo articular formado por la articulación femorotibial y la femoropatelar. También se encuentra
en esta región, aunque no se considera parte de la articulación de la rodilla, la articulación tibioperonea proximal. Esta
articulación juega un rol fundamental en la biomecánica de la rodilla, así como la articulación tibioperonea distal
también lo hace en la articulación del tobillo.

Es una región articular sometida a un gran esfuerzo, principalmente porque las dos palancas más largas del cuerpo se
unen en una articulación condiloidea que, a veces, se entrelaza para formar una palanca aún más larga. La cápsula y
los ligamentos que sostienen la articulación deben soportar enormes fuerzas compresivas, abruptas y de torsión que
muy a menudo causan alguna lesión.

1) La rodilla es esencialmente una articulación de carga. Con la estática, veremos que su equilibrio no debe nada a su
musculatura periférica. En el cuadrúpedo, como la articulación está en flexión, la mayor parte de la gravedad queda
amortiguada por la tonicidad del cuádriceps. En el hombre erguido, la soporta directamente el contacto de las
superficies articulares. En la marcha, la carrera, el salto, etc., pueden recibir un peso considerable. Esta obligación de
apoyo hace que estas superficies sean anchas y expuestas, sobre todo apuntaladas, tanto a nivel de la tibia como del
fémur, por dos pirámides óseas.

2) Teniendo en cuenta la anchura de la pelvis, las dos rodillas se presentan en un doble


genu valgo frontal que tiene como objetivo conducir los dos pies hacia el centro. Reduce
así la anchura del paso, lo que limita las oscilaciones del tronco durante el paso del peso
de un pie sobre otro al andar. Como la horizontalidad de la línea articular se debe respetar
para evitar que estén en el aire las superficies en los apoyos, los cóndilos no tienen la
misma forma. La pirámide del cóndilo interno está más alargada dentro, lo que la hace
parecer más larga cuando la diáfisis es vertical. El cóndilo externo con mucha probabilidad
se ha aplanado durante la evolución humana hacia el genu valgo. Es un elipsoide de forma
alargada, mientras que el cóndilo interno es mucho más esférico.

Como los cóndilos no tienen la misma forma, sus circunferencias son diferentes; las del
cóndilo externo es necesariamente mayor. En los movimientos de flexión, el cóndilo
externo tiene un desarrollo mayor que el cóndilo interno. Al ir más hacia atrás, empujan
el macizo tibial externo más adelante que el interno. ES lo que la biomecánica denomina
la “rotación automática de la rodilla”. Durante la flexión, la tibia hace una rotación interna
sobre el fémur; durante la extensión, vuelve a su posición por una rotación externa. Esto
no es un micromovimiento, sino una rotación de unos 20º.

3) El genu valgo ha desequilibrado los apoyos. Se ha de


comprender que a este nivel la gravedad no sigue el eje
diafisario. Está representada por una vertical rebajada del
apoyo de la cabeza femoral en el cóndilo. Esta línea de
gravedad pasa a nivel de la rodilla interna que aguanta así de
un 70 a un 75% de la gravedad. Siendo simplistas, podíamos
decir que la rodilla interna es la rodilla de carga; la rodilla
externa, la del movimiento. La forma de las superficies
articulares viene a concretar esta imagen.

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a) la rodilla interna tiene una anatomía bastante típica de su función de carga. El cóndilo interno es un elipsoide
bastante esférico. Lo recibe un macizo tibial ligeramente cóncavo. En los movimientos de flexión rueda poco y
se desliza mucho. Sirve de pivote al rodamiento del cóndilo externo en la rotación automática.
b) la rodilla externa tiene una anatomía ligeramente diferente. El cóndilo externo es un elipsoide alargado. Lo
recibe un macizo tibial ligeramente convexo. Rueda más que el cóndilo interno, lo que ocasiona una rotación
automática.

4) Como las superficies articulares son anchas y expuestas, la rodilla no puede tener el eje de flexión fijo. Demasiado
adelantado o incluso simplemente central, limitaría las posibilidades de flexión por el encuentro de los bordes de las
pirámides. Demasiado atrás, comprometería toda la estabilidad, encontrándose los contactos así progresivamente
reducidos sólo a los bordes posteriores. Esta imposibilidad de un eje fijo prohíbe el simple deslizamiento de las
superficies condíleas en la glena tibial. Sólo es posible sobre un eje fijo. Como el desarrollo de las superficies condíleas
es alrededor del doble de los macizos, sólo el rodamiento es igualmente posible. Conduciría rápidamente a una pérdida
de contacto de las superficies.

La doble necesidad de una flexión de gran amplitud y de una estabilidad condicionada por un contacto de las
superficies ocasiona una asociación de rodamiento y de deslizamiento sobre los macizos. El punto de contacto se
desplaza hacia atrás en la flexión, vuelve hacia adelante en la extensión.

Los dos movimientos, rodamiento y deslizamiento, no son simultáneos. Bajo la acción de los flexores, los cóndilos se
despliegan primeros con respecto a la superficie tibial. El punto de contacto, delante del tercio medio de la extensión,
pasa por delante del tercio posterior en la flexión. El ligamento cruzado anteroexterno se detiene y detiene
rápidamente este movimiento de rodamiento. Al continuar la tracción, las superficies condíleas se deslizan entonces
sobre los macizos como una rueda que patina en la arena, reclamadas por el ligamento cruzado anteroexterno. En la
extensión, el mecanismo es comparable, pero no inverso. El cuádriceps despliega los cóndilos hasta la tensión del
ligamento cruzado posterointerno, que reclamados por éste, se deslizan después sobre los macizos tibiales. En los dos
casos, hay primero rodamiento, después deslizamiento de las superficies.

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5) En la biomecánica del apoyo, la rodilla se puede considerar como una anfiartrosis. Las superficies articulares no son
coaptadas por una musculatura tónica y sus formas no se corresponden realmente. En los apoyos, le son necesarios
pequeños deslizamientos para adaptarse. La laxitud articular, relativamente importante, permite esta adaptación. Los
ligamentos cruzados funcionan aquí como ligamentos interóseos.

SISTEMA LIGAMENTARIO

Sin encaje óseo, la rodilla es una articulación esencialmente


ligamentaria. Es decir, que los ligamentos tienen una
importancia fisiológica considerable.
a) Los ligamentos laterales (LLE/LLI) sólo protegen la
lateralidad en la extensión completa. Situados
posteriormente, la más pequeña flexión los relaja.
b) Los ligamentos cruzados (LCA/LCP) son la pieza maestra de la articulación de la rodilla. Se comprende cuán
grave puede ser su lesión, que compromete toda la estabilidad del miembro inferior. Su función es múltiple:
- Recogen los cóndilos en la flexión-extensión
- Son el pivote de las rotaciones axiales, pero son igualmente su freno
- En los micromovimientos de abducción-aducción y de deslizamientos laterales necesarios a la adaptación
de las superficies juegan el papel de ligamento interóseo
- En las posiciones de rodilla flexionada, estando los ligamentos laterales laxos, soportan solos las presiones
de estabilidad

c) A los meniscos casi siempre se les llama la tercera superficie articular. En el plano transversal, los macizos son
ligeramente cóncavos. En el plano anteroposterior, el macizo interno es ligeramente cóncavo, el macizo externo
ligeramente convexo. En oposición, los cóndilos son muy convexos. Sin la presencia de estos fibrocartílagos
anulares que son los meniscos, el contacto de la superficie sería completamente inestable. Sus cara inferiores
relativamente planas se adaptan a la tibia; sus caras superiores cóncavas se adaptan al fémur. Están fijadas a
la tibia por sus cuernos internos y a la cápsula por sus caras externas. En la flexión, expulsadas hacia atrás por
el rodamiento de los cóndilos se deslizan sobre los macizos tibiales para extenderse, colocándose de nuevo en
su posición original ayudados por los ligamentos menisco-rotulianos.

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ARTICULACIÓN TIBIOFEMORAL

Es una articulación condiloidea que muchas veces se evidencia clínicamente después de un traumatismo. Aunque su
movimiento predominante es la flexo-extensión, a menudo son los movimientos rotacionales (interno y externo) los
que se deterioran o sufren una disfunción. El pequeño grado de rotación que se manifiesta en esta articulación es
importante para la marcha normal (la tibia rota internamente para liberarla de la extensión que se realiza cuando se
efectúa el golpe de talón). La rotación de esta articulación también permite que se desarrolle una considerable torsión
sin que la propia articulación sufra daño en los tejidos. La parte lateral de la articulación es la más móvil y ello se debe
principalmente a que hay un menisco muy móvil y a la relativa desconexión de las superficies articulares de esta zona.
Esto es especialmente importante cuando el pie está fijado en el suelo y la persona cambia de dirección mientras anda
o corre, ya que si se realiza de forma brusca puede provocar una lesión en la parte central de la articulación.

Debido a la capacidad que tiene esta articulación para rotar interna y externamente, así como para efectuar un
movimiento de traslación bastante amplio, es frecuente que se produzcan disfunciones con desplazamiento. En caso
de que se produzca una de éstas, puede que cause problemas en el recorrido de la rótula, así como dolor localizado en
la articulación tibiofemoral.

ARTICULACIÓN PATELOFEMORAL (FEMORORROTULIANA)

La rótula hace el papel de un sesamoideo polea semimóvil insertado en el tendón del cuádriceps. Se desliza hacia
arriba en los movimientos de extensión de la rodilla, y hacia abajo en los movimientos de flexión, bajo el efecto de la
contracción del cuádriceps.

La articulación femoro-patelar se sitúa delante de la tróclea femoral. En los movimientos de flexo-extensión de la


rodilla, la rótula se desliza en un canal formado por la garganta de la
tróclea, después por la escotadura de la parte anterior intercondílea.
El tendón del cuádriceps y el tendón rotuliano forman un ángulo
cerrado por el lado externo. El vector de fuerza hace que la rótula se
encuentre “estirada” hacia afuera por la tensión del cuádriceps. La
cara externa del canal troclear, más elevada que la cara interna, evita
la luxación. Pero, en las flexiones importantes de la rodilla, esta
protección no existe a nivel de la parte intercondílea. Los
deslizamientos de la rótula, los facilita la presencia de dos sacos
sinoviales: subrotuliano y subcuadricipital. Permiten el reparto de las
masas sinoviales en los movimientos. El pequeño músculo subcrural
se ve afectado por la tensión del saco subcuadricipital. Finalmente, el
paquete y el ligamento adiposo protegen el tendón rotuliano de las
frotaciones sobre la parte anterior de la tibia.

Este sistema mecánico es el punto débil de la rodilla. La cara externa del canal femoral a menudo es insuficiente.
Acabamos de decir que esta protección no existía en las flexiones importantes. Independientemente de los casos
graves de verdaderas “luxaciones congénitas”, este mecanismo es responsable de toda patología artrósica de la rótula
(ej: condromalacia rotuliana). Es especialmente frecuente en el deporte, sobre todo en los deportes que se practican
en flexión de rodillas, como el esquí o el ciclismo, o que exigen grandes esfuerzos de los cuádriceps. La tensión
prolongada de este músculo fuerza a la rótula hacia el exterior, que “frota” así sobre la cara troclear externa y lima su
cartílago. La rotación externa de la tibia exagera todavía más esta patología cuando ella misma no es su responsable
por completo.

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ARTICULACIÓN PERONEOTIBIAL

Las articulaciones tibioperoneas ligan el peroné a la tibia: una superior y otra inferior. Los desplazamientos del peroné
con respecto a la tibia son simultáneos en ambas articulaciones: la articulación superior absorbe y compensa los
desplazamientos de la articulación inferior tributaria de la biomecánica del pie.

La articulación superior (tibioperonea proximal) es una artrodia. La superficie articular tiene forma de judía abierta
hacia adelante y hacia arriba. Situada en la tuberosidad externa ligeramente hacia atrás, mira hacia abajo y hacia
afuera. La superficie articular del peroné es una carilla situada en la parte interna de la cabeza que mira hacia arriba,
adentro y adelante. En sus desplazamientos sobre la superficie tibial, puede ir de arriba hacia atrás hacia dentro o
ligeramente de abajo hacia afuera y hacia adelante. Normalmente tiene más movilidad que su distal complementaria.

La articulación inferior (tibioperonea distal) no es una verdadera articulación. No tiene cartílago ni cavidad sinovial.
Los dos huesos están separados por una capa de tejido adiposo. En la tibia, un canalón cóncavo hacia afuera está
formado por la bifurcación interior del borde externo. En el peroné, una superficie rugosa situada encima de la carilla
articular con el astrágalo se corresponde con la anterior.

Con la tibiotarsiana, acabamos de ver como la muesca maleolar se abre en flexión; se cierra en extensión. Este
movimiento pone en juego las dos articulaciones peroneotibiales. No sólo el maléolo se separa, sino que todo el peroné
se separa igualmente de la tibia hacia abajo. Todos los ligamentos que unen la tibia con el peroné son, oblicuos hacia
abajo y hacia afuera.
- Cuando el peroné se aparta, todos los ligamentos se horizontalizan, el peroné sube. Conjuntamente con este
movimiento de ascenso y de separación, la tensión del ligamento peroneotibial inferior y anterior estira el
maléolo externo en rotación interna. El ascenso repercute a nivel de la articulación superior: la cabeza del
peroné se desliza hacia arriba, atrás y adentro.
- En la flexión plantar del tobillo, la pinza maleolar se cierra, los ligamentos se verticalizan, el peroné vuelve a
descender. Incluso puede, en una extensión forzada, volver a descender por debajo de su posición neutra. A
nivel de la articulación superior, la cabeza se desliza ligeramente hacia abajo, pero sobre todo, hacia afuera y
adelante.

Estos movimientos de ascenso-rotación interna y descenso-rotación


externa son una de las claves del automatismo de la marcha.

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MUSCULATURA Y MOVILIDAD

ACCIONES DE LOS MÚSCULOS SOBRE LA ARTICULACIÓN FEMOROTIBIAL


ACCIÓN MÚSCULOS
Cuádriceps, tensor fascia lata e isquiotibiales con gemelos (acción conjunta con el pie en
Extensión
apoyo)

Flexión Isquiotibiales, gemelos, poplíteo, sartorio y recto interno

Rotación Externa Bíceps femoral y tensor de la fascia lata

Rotación Interna Semimembranoso, semitendinoso, sartorio, poplíteo y recto interno

Limitan el Varo
Sartorio, semitendinoso, recto interno y cuádriceps
(refuerzan LLI)

Limitan el Valgo
Tensor de la fascia lata y cuádriceps
(refuerzan el LLE)

La articulación de la rodilla realiza fundamentalmente movimientos en 2 planos perpendiculares entre sí: flexo-
extensión en el plano sagital (eje frontal) y rotación interna y externa en el plano frontal (eje vertical). Para los
movimientos debe tenerse en cuenta que el espesor y volumen de un ligamento son directamente proporcionales a
su resistencia e inversamente proporcionales a sus posibilidades de distensión. Los movimientos de flexión y extensión
se realizan alrededor de un eje frontal, bicondíleo, que pasa los epicóndilos femorales. El movimiento de rotación tiene
lugar en la cámara femoromeniscal; y la fase de deslizamiento, en la meniscotibial.

La musculatura de la rodilla tiene un papel bastante restringido tanto en el paso como en el equilibrio estático.
Describiremos conjuntamente la musculatura fásica y la musculatura tónica. Tanto una como otra intervienen sobre
todo en la carrera, en los saltos, en las subidas y descensos, etc. Son muy importantes en los deportes.

En la marcha en terreno llano, el cuádriceps, músculo extensor, tiene un papel relativamente secundario. Su parálisis
no la altera prácticamente. Durante el paso posterior, sólo participa en la extensión final del miembro inferior,
extensión sobre todo de la pierna. Durante la fase oscilante, el retorno del miembro posterior hacia adelante es un
movimiento pendular de la cadera y la rodilla “lanzada” por la rotación pélvica. Sólo participa probablemente la tensión
del recto anterior. Su contracción frenadora limita y detiene la flexión de rodilla en la traslación hacia adelante. Prosigue
en el período de apoyo unilateral en que realiza la extensión de la rodilla que conduce al período de la vertical.

El papel de los isquiotibiales todavía es más reducido. Su parálisis no


altera en absoluto la marcha. Durante el paso posterior, para
horizontalizar el impulso, el bíceps femoral flexiona la rodilla
conjuntamente con la extensión del pie. En el período oscilante, el
semitendinoso mantiene la flexión y el miembro acortado en
limitación hacia adelante.

Los músculos isquiotibiales, especialmente el bíceps femoral,


pueden tener una biomecánica ocasional en la carrera rápida. En la
carrera normal, el impulso es posterior. Como en la marcha, la
mecánica del impulso es de los extensores. Los extensores

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“empujan” detrás y reciben el peso del cuerpo delante. En las carreras rápidas, el sprint de las prácticas deportivas, la
“zancada”, es alargada, el pie es “lanzado” lejos hacia adelante sobre el suelo. El miembro inferior puede así participar
por una aceleración de la tracción de los aductores de cadera y flexores de rodilla. Se ve facilitada si llevan zapatos con
punta.

EXTENSIÓN

El sistema extensor es el cuádriceps. Es un conjunto poderoso compuesto por cuatro músculos reunidos abajo por un
tendón común, o, más exactamente, por cuatro tendones soldados. Tres son monoarticulares; uno, poliarticular. La
biomecánica del cuádriceps se hace evidente cuando se conoce la anatomía de sus músculos.
- El crural anterior envuelve la diáfisis femoral, cuyas caras anterior y externa cubre. Sus fibras se implantan
sobre los dos tercios superiores de sus caras y se insertan en la cara profunda de una hoja tendinosa que sube
hasta los tres cuartos de la cara anterior del músculo. Los elementos contráctiles son cortos. El crural es un
músculo tónico que controla las flexiones en las posiciones estáticas de rodilla flexionada.
- Los dos vastos son los extensores dinámicos. En descripción clásica, están dispuestos en V de un lado y otro
de la rótula, teniendo cada uno de ellos un parámetro de tracción lateral. De hecho, están dispuestos a un lado
y a otro del fémur, pero el vasto interno es central con respecto al muslo, de ahí su nombre vastus medialis. Se
presentan como dos fajas envueltas sobre sí mismas. Sus acciones son complementarias. Son el ejemplo clásico
de dos músculos monoarticulares que se suceden para realizar un movimiento de gran amplitud, ya que las
fibras de cada uno de ellos son demasiado cortas para realizarlo solas.
o El vasto externo tiene una constitución algo comparable a la del crural: sus fibras están implantadas
en toda la cara externa del fémur desde el trocánter mayor. Viene abajo a insertarse sobre la cara
profunda de una hoja aponeurótica que constituye en su parte inferior el centro externo del tendón
del cuádriceps. Sus fibras musculares son relativamente cortas y su posibilidad de acortamiento es
limitada. Inicia la extensión de la rodilla.
o El vasto interno tiene una anatomía diferente: está formado por fibras largas que se implanta arriba
sobre el macizo del trocánter; después, dejando libre toda la cara interna del fémur, terminan abajo
en el tendón del cuádriceps. Es el músculo del cuádriceps el que tiene mayor posibilidad de
acortamiento. Realiza casi la extensión completa, pero sobre todo, la termina solo.
o El recto anterior, cuya anatomía especial firma la función, nace encima de la EIAI por dos tendones:
uno directo y otro reflejo que, al unirse, forman una hoja tendinosa descendente. Las fibras musculares
se implantan sobre esta hoja; después se reúnen con una segunda hoja tendinosa que asciende y que
forma la parte superficial del tendón del cuádriceps. Se
atribuyen varias funciones al recto anterior, entre otras la
flexión de la cadera. Sus elementos, tensados por la posición
de la cadera en extensión del paso posterior, la hacen
participar en el movimiento pendular de la fase oscilante de
la marcha. Sin embargo, el recto anterior es un músculo
tónico que controla las posiciones de la rodilla en ligera
flexión. Su parte central contráctil entre dos láminas fibrosas
proporciona la imagen de un freno elástico.

FLEXIÓN

Los músculos de la cara posterior tienen prácticamente un tendón común sobre la tuberosidad isquiática. Descienden
primero conjuntamente, después se separan; los tónicos, semitendinoso y semimembranoso, se dirigen hacia adentro;
los fásicos, el bíceps femoral (cabeza larga), hacia afuera.
- El semimembranoso está constituido por cortas fibras musculares que forman, en la parte media del músculo,
dos hojas: una descendente fibrosa, la otra, ascendente tendinosa que termina abajo en tres tendones
(directo, reflejo y recurrente). Además de sus inserciones sobre la tuberosidad interna de la tibia, estos tres
tendones (pata de ganso) se adhieren a la cápsula y tiene inserciones directas sobre la aponeurosis.

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Constituyen un punto de apoyo inferior sólido a la acción del músculo. El semimembranoso, verdadero
ligamento fibroso, es el músculo de mantenimiento tónico de la pelvis en su tendencia a la anterversión. En el
cuadrúpedo en el que la cadera está en flexión y la pelvis horizontal, la palanca superior es importante. El
músculo cubre ampliamente eesta función. En el hombre de pie, es incapaz de cumplirla.
- El semitendinoso, entre la tuberosidad isquiática y la pata de ganso, está constituido por un cuerpo carnoso
armado en su parte media de una hoja aponeurótica que termina abajo con un largo tendón delgado. Es el
músculo tónico de mantenimiento de la flexión de la rodilla.
- El bíceps femoral es el músculo dinámico de la flexión. El movimiento comienza por las fibras del bíceps corto
que parten de la línea áspera y se van a insertar muy abajo en el tendón terminal. Está terminado por el bíceps
largo. La acción sucesiva de estos dos músculos permite la flexión de gran amplitud.
- El poplíteo, oblicuo hacia afuera y dentro y de arriba abajo (cóndilo externo, cara posterior de la tibia), es el
protector tónico de la tendencia a la rotación externa de la tibia.

ROTACIONES

Hemos dicho antes que la rotación de la rodilla de unos 20º no se puede considerar como un micromovimiento. Sin
embargo, no es el resultado de una tensión muscular, sino que se debe simplemente a un fenómeno mecánico. No hay
músculo rotador de la rodilla, sino que prácticamente todos los músculos periféricos de esta región tienen un
parámetro de rotación en un sentido o en el otro. Son todos tónicos con la excepción del bíceps. Su tonicidad debería
de asegurar el equilibrio horizontal de esta rotación. Desgraciadamente no ocurre así:
- El semitendinoso y el semimembranoso, influenciados por la posición de la cadera y de la rodilla, son
relativamente poco eficaces en el sentido de la rotación interna. El poplíteo está mejor dispuesto
mecánicamente. Es un pequeño músculo que, en los humanos, debido a la bipedestación, ha reducido su
palanca de acción. En este plano horizontal, la función tónica de estos músculos consiste en equilibrar la
poderosa acción del sóleo hacia la rotación externa.
- La rotación externa sólo en apariencia es más diversificada. El bíceps femoral largo y corto, músculos
dinámicos, son rotadores externos. La rotación externa está dominada por la acción tónica del sóleo, uno de
los músculos tónicos más poderosos de la anatomía.

DEFORMIDADES DE LA RODILLA:

GENU VALGUS (VALGO RODILLA): es el aumento patológico del ángulo interno formado entre la tibia y el fémur, es
decir, que cambia la curvatura de las rodillas. Desde el punto de vista mecánico se produce una rotación interna del
fémur. Su etiología es diversa: coxa vara, rotación interna de la cadera (un ángulo menor de 120º provoca la rotación
interna de la tibia y la pronación del tobillo), hipotonía abductores de cadera, pronación de tobillo, limitación en la
flexión dorsal del tobillo, sobrecarga en el menisco externo.

GENU VARUS (VARO DE RODILLA): es el aumento patológico del ángulo externo formado entre tibia y fémur, es decir,
cambia la curvatura de las rodillas. Desde el punto de vista mecánico se produce una rotación externa del fémur y una
rotación externa de la tibia. Su etiología es diversa: coxa valga, rotación externa de la cadera, supinación de tobillo,
sobrecarga en el menisco interno.

GENU FLEXUM: es la deformidad de la rodilla en flexión patológica que impide la extensión completa. Los problemas
en la estática que acarrea son bastante importantes, ya que corrige la curvatura lumbar, y esto conlleva más
compensaciones en el resto del cuerpo. Su etiología es diversa: congénita, inmovilizaciones prolongadas, daños
neurológicos, o puede ser secundaria a problemas en la estática.

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GENU RECURVATUM: consiste en la deformación en hiperextensión de las rodillas. La etiología suele ser congénita o
por alteraciones de la estática. En caso de que la causa sea la alteración de la estática, su tratamiento irá encaminado
a tratar la anteversión pélvica, las rotaciones (interna del fémur y rotación interna de la tibia), a la vez que damos
elasticidad al cuádriceps y potenciamos los isquiotibiales, favoreciendo así la flexión de la rodilla y la retroversión de la
pelvis.

MIOLOGÍA
BÍCEPS FEMORAL
Con frecuencia, en las disfunciones de la pelvis se observan reacciones de debilidad funcional. En el caso de trastornos
de la musculatura isquiotibial, siempre debe de valorarse una supuesta inestabilidad de la rodilla. La debilidad bilateral
de la musculatura isquiotibial indica una disfunción respiratoria sacra o una disfunción sacro-coccígea.

✓ Origen:
▪ Cabeza larga: tuberosidad isquiática y ligamento sacrotuberoso (sacrociático mayor).
▪ Cabeza corta: en la parte medial del labio lateral de la línea áspera del fémur.
✓ Inserción: en el cóndilo externo de la tibia, ligamento colateral externo, línea supracondílea lateral del fémur
y en el vértice de la cabeza del peroné.
✓ Acción: flexión y rotación externa de la rodilla y extensión de cadera. Participan en mantener la posición
erguida al caminar.
✓ Inervación: L4 a S3
✓ Puntos Gatillo: suelen presentarse por mantener flexionadas caderas y rodillas durante largos períodos de
tiempo (ej: estar sentado), deportes explosivos o que exijan de cambios rápidos de dirección. Los PG de los
isquiotibiales, acortan y debilitan estos músculos, suponen una carga pesada para músculos como: el sartorio,
el recto interno, los gemelos y el plantar delgado durante la flexión de la rodilla. Por otro lado, debemos de
tener en cuenta que la tensión en los cuádriceps obliga a aumentar el tono de los isquiotibiales y favorece la
aparición de PG, los PG de los isquiotibiales producen tensión en los glúteos. Los PG del bíceps femoral se
ubican en el tercio medio de la parte posterolateral del muslo, con excepción de los que se ubican en la cabeza
corta (centro del vientre). El dolor puede sentirse como un suave dolor detrás de la rodilla. Casi nunca tiende
a manifestarse en la parte central del músculo, sino cerca de la cara externa de la zona posterior; algunas veces
se concentra alrededor de la cabeza del peroné. En ocasiones este dolor se extiende hacia arriba por la parte
posterior del muslo (sin llegar al pliegue del glúteo) y hacia abajo hasta la parte superior de la pierna.
✓ Signos de debilidad: dan lugar a rotación del fémur y de la tibia. La falta de estabilidad medial o lateral de la
rodilla (genu varo o genu valgo) predispone a la disfunción en anterioridad de ilíaco y a una pelvis más alta en
el lado de la debilidad.
✓ Debilidad por impingement: síndrome radicular S1, síndrome del piramidal, síndrome del ligamento
iliolumbar.

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✓ Reflejo Espondilogénico: D12 y L1.
✓ Asociaciones: disfunción en superioridad de la cabeza del peroné en caso de acortamiento.
✓ Relación Orgánica: recto.
✓ Puntos Reflejos Neurolinfáticos (Chapman): inguinales y lumbares (L5).
✓ Puntos Reflejos Neurovasculares (Benett): por encima de la sutura lambdoidea.

SEMITENDINOSO Y SEMIMEMBRANOSO
Con frecuencia, en las disfunciones de la pelvis se observan reacciones de debilidad funcional. En el caso de trastornos
de la musculatura isquiotibial, siempre debe de valorarse una supuesta inestabilidad de la rodilla. La debilidad bilateral
de la musculatura isquiotibial indica una disfunción respiratoria sacra o una disfunción sacro-coccígea.

✓ Origen: tuberosidad isquiática (superficie posterior).


✓ Inserción:
▪ Semitendinoso: en la pata de ganso superficial (superficie medial de la tibia por debajo del músculo
recto interno).
▪ Semimembranoso: parte posterior del cóndilo interno de la tibia (este tendón se expande hasta el
cóndilo externo formando parte del ligamento poplíteo oblicuo o tendón recurrente), otra expansión
fibrosa continúa hacia posterior hacia la fascia que recubre el musculo poplíteo, otras fibras se unen
con el ligamento colateral interno de la rodilla, mientras que otras continúan hacia las aponeurosis
superiores de la pierna. El conjunto de estos tendones forma lo que se conoce como pata de ganso
profunda.
✓ Acción: flexión y rotación interna de la rodilla y extensión de cadera. Participan en mantener la posición erguida
al caminar.
✓ Inervación: L5-S1.
✓ Puntos Gatillo: suelen presentarse por mantener flexionadas caderas y rodillas durante largos períodos de
tiempo (ej: estar sentado), deportes explosivos o que exijan de cambios rápidos de dirección. Los PG de los
isquiotibiales, acortan y debilitan estos músculos, suponen una carga pesada para músculos como: el sartorio,
el recto interno, los gemelos y el plantar delgado durante la flexión de la rodilla. Por otro lado, debemos de
tener en cuenta que la tensión en los cuádriceps obliga a aumentar el tono de los isquiotibiales y favorece la
aparición de PG, los PG de los isquiotibiales producen tensión en los glúteos. La mayor parte de los PG se
encontrarán en la mitad inferior del muslo, aunque no es extraño que se localicen en los isquiones. Antes de
estirarlos primero se aconseja desactivar sus PG. Estos PG refieren dolor a la parte más alta de la zona posterior
del muslo en el pliegue glúteo. Este patrón algunas veces se extiende en sentido descendente por la cara
interna de la parte posterior del muslo y llega hasta la pierna, siendo muy sensible al tacto. Cuando el dolor se
manifiesta en la rodilla, es una sensación más aguda que la que origina el bíceps femoral y se siente más cerca
de la cara interna de la rodilla. El dolor y rigidez de estos músculos puede confundirse con ciática o tendinitis
de la parta de ganso.
✓ Signos de debilidad: dan lugar a rotación del fémur y de la tibia. La falta de estabilidad medial o lateral de la
rodilla (genu varo o genu valgo) predispone a la disfunción en anterioridad de ilíaco y a una pelvis más alta en
el lado de la debilidad.
✓ Debilidad por impingement: síndrome radicular S1, síndrome del piramidal, síndrome del ligamento
iliolumbar.
✓ Reflejo Espondilogénico: S2 (semitendinoso) y L5 (semimembranoso).
✓ Asociaciones: si se acortan provocan una disfunción en posterioridad del ilíaco y una reducción de la lordosis
lumbar. Esto suele conllevar a que se proyecte la cabeza hacia adelante y añade tensión adicional a la parte
superior de la espalda y cuello, llegando a relacionarse con molestias en cabeza, cara y mandíbula.
✓ Relación Orgánica: recto.
✓ Puntos Reflejos Neurolinfáticos (Chapman): inguinales y lumbares (L5).
✓ Puntos Reflejos Neurovasculares (Benett): por encima de la sutura lambdoidea.
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POPLÍTEO
La función principal de este pequeño músculo es desbloquear la rodilla para que sea posible flexionarla y ayuda al
ligamento cruzado posterior en la estabilidad de la rodilla (impide que la tibia se desplace hacia adelante).

✓ Origen: cóndilo externo del fémur, cara dorsal de la cápsula articular de la rodilla, menisco externo y cabeza
de peroné.
✓ Inserción: superficie posterior de la tibia.
✓ Acción: rotación interna de la tibia cuando el fémur está fijo. En bipedestación, es decir, cuando la pierna está
fija, da lugar a la rotación externa del fémur. Actúa como flexor de rodilla, si bien esta función se produce sobre
todo al salir de la rotación final y con diferentes grados de hiperextensión de rodilla al estar de pie. Al flexionar
la rodilla, el músculo tracciona del menisco externo hacia la posición de flexión. Cuando se apoya el talón al
caminar, el músculo se contrae y estabiliza la rodilla, amortiguando las cargas por impacto.
✓ Inervación: L4-L5-S1
✓ Puntos Gatillo: se sobrecargan al correr, al girar el cuerpo y al cambiar súbitamente de dirección mientras se
practica deporte (ej: fútbol, baloncesto, voleibol, etc.). Esquiar o bajar andando una montaña son dos
actividades especialmente duras para estos músculos. El empleo de rodilleras puede dificultar la movilidad de
la rodilla y afectar al correcto funcionamiento del poplíteo. Cuando el poplíteo está acortado impide el bloqueo
normal de la rodilla. Estos PG son los responsables del
dolor que se siente en el hueco poplíteo y la parte superior
de la cara posterior de la pierna cuando realizamos
estiramientos (gemelos o isquiotibiales), corremos,
andamos, subimos escaleras o estamos de cuclillas. Este
dolor agudo que pueden provocar se puede confundir con
tendinitis, esguinces o lesiones de menisco.
✓ Signos de debilidad: hiperextensión de rodilla.
✓ Debilidad por impingement: síndrome radicular L5,
síndrome del ligamento iliolumbar, síndrome del
piramidal.
✓ Reflejo Espondilogénico: L4.
✓ Asociaciones: inestabilidad crónica de la rodilla,
rehabilitaciones complicadas tras intervenciones
quirúrgicas en las rodillas.
✓ Relación Orgánica: vesícula biliar.
✓ Puntos Reflejos Neurolinfáticos (Chapman): 5º espacio
intercostal y dorsales (D5-D6).
✓ Puntos Reflejos Neurovasculares (Benett): poplíteo.
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SARTORIO
El sartorio es el músculo más largo del cuerpo. Este largo músculo es interrumpido en varios sitios por capas de tejido
conectivo que divide las largas fibras musculares en fibras más pequeñas, por lo que cada sección del músculo tiene
su propio “vientre” (esto predispone a que se formen PG a lo largo de todo el músculo). Su nombre proviene del latín
y significa “sastre”. En los tiempos antiguos los sastres solían hacer su trabajo sentados y con las piernas cruzadas. Para
colocar las piernas en esa postura se precisa de la acción de este músculo.

✓ Origen: EIAS.
✓ Inserción: medial a la tuberosidad medial en la pata de ganso superficial (tendón más ventral de los que
conforman la pata de ganso superficial), sus fibras irradian a la fascia crural y, en parte, al tendón rotuliano.
✓ Acción: abducción, flexión y rotación externa de cadera. Flexión y rotación interna de la tibia (“postura del
sastre”).
✓ Inervación: L2-L3 (nervio femoral).
✓ Puntos Gatillo: se pueden provocar al hacer un súbito y vigoroso movimiento de torsión con la planta del pie
en el suelo o una caída, las posturas de yoga (piernas flexionadas cerca del cuerpo), estar sentado o acostado,
estar de pie mucho tiempo, dar pasos inusualmente largos, una extensión excesiva de cadera. Estos PG generan
únicamente dolor localizado. Se pueden sentir a lo largo de todo el músculo. A pesar de esto, pueden provocar
mucha hipersensibilidad en la cara interna de las rodillas. El dolor que producen no suele ser tan intenso como
un dolor miofascial sino que provoca una sensación de ardor o de hormigueo justo debajo de la piel ya que su
hipertonía comprime los nervios sensoriales y que a veces se diagnostican erróneamente como meralgia
parestésica. Los músculos sartorios rara vez presentan problemas por sí mismos y suele involucrarse con
problemas de: recto femoral, vasto medial, psoas, tensor de la fascia lata, glúteos medio y menor, piramidal y
aductores.
✓ Signos de debilidad: ilíaco en disfunción posterior, dolor del tercio medial del muslo, falta de estabilización
medial de la rodilla (genu valgo).
✓ Debilidad por impingement: síndrome radicular L3, síndrome del ligamento inguinal-psoasilíaco.
✓ Reflejo Espondilogénico: L3.
✓ Asociaciones: disfunción de las suprarrenales, síndrome de agotamiento, disfunción ilíaca en rotación
posterior, falta de estabilidad interna de la rodilla y dolor en la cara medial.
✓ Relación Orgánica: suprarrenales.
✓ Puntos Reflejos Neurolinfáticos (Chapman): abdominales (CT9) y dorsales (D11).
✓ Puntos Reflejos Neurovasculares (Benett): sutura lambdoidea.

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CUÁDRICEPS

Los cuádriceps son los músculos más grandes, pesados y potentes de todo el cuerpo.

✓ Origen:
▪ Crural anterior (vasto intermedio): superficie ventral del fémur, por debajo de la línea intertrocantérea.
Está completamente cubierto por el recto femoral.
▪ Vasto externo o lateral: base del trocánter mayor del fémur y en la porción lateral de la línea áspera.
▪ Vasto interno o medial: porción distal de la línea intertrocantérica y en la porción medial de la línea
áspera.
▪ Recto femoral (recto anterior del cuádriceps): EIAI.
✓ Inserción: tuberosidad tibial, pasando por encima de la rótula y el ligamento rotuliano.
✓ Acción:
▪ Crural anterior (vasto intermedio), vasto externo y vasto interno: en conjunto extienden la rodilla. El
vasto interno estabiliza la rótula hacia medial, mientras que el vasto externo lao hace hacia lateral.
▪ Recto femoral (recto anterior del cuádriceps): es el antagonista principal en el movimiento de avance
del fémur al caminar, después de haber separado la planta del suelo. Flexiona la cadera y extiende la
rodilla.
✓ Inervación: L2-L3-L4 (nervio femoral).
✓ Puntos Gatillo: los dolores de rodilla (ej: rodilla del saltador, rodilla del corredor, dolores fantasma en la rodilla,
etc.) son comúnmente producidos por los PG de estos músculos. También pueden ser el origen de la
inestabilidad de una rodilla o del bloqueo de una cadera. Pueden confundirse fácilmente con tendinitis,
bursitis, meniscopatías, artritis o artrosis de rodilla. Y, por si fuera poco, son también responsables de muchos
casos del síndrome de piernas inquietas.
▪ Crural anterior (vasto intermedio): se encuentra oculto bajo el recto femoral y tiene prácticamente su
mismo tamaño. El uso excesivo de la rodilla es la causa principal de los PG del crural anterior. El dolor
característico se desplaza en sentido descendente desde el PG, normalmente ubicado en el tercio
proximal proximal, hasta la mitad del muslo, llegando en ocasiones a la rodilla. El dolor aumenta
cuando se camina y se hace insoportable cuando se sube escaleras. Puede aparecer dificultad para
extender las rodillas cuando uno se pone de pie después de estar mucho tiempo sentado. La rigidez
de rodilla puede hacer que el individuo cojee. Los PG del crural anterior, combinados con los de los
gemelos (PG superiores), pueden debilitar la rodilla hasta el punto que se bloquee sin previo aviso
pudiendo confundirse con una meniscopatía. Pero cuidado, estos PG son difíciles de palpar por su
profundidad. Se puede acceder a ellos mediante la palpación proximal del borde lateral del músculo
recto femoral y desde aquí hacia la profundidad del muslo (estos PG son más distales que los del recto
femoral).
▪ Vasto externo o lateral: sobrecargas, traumatismos y mantener durante mucho tiempo la rodilla
inmovilizada en extensión (ej: llevarla entablillada, llevar una rodillera, etc.) son las causas principales
de la aparición de PG. El simple hecho de andar o tumbarse de lado puede ser muy doloroso. Pueden
incluso llegar a bloquear la rodilla (pérdida de acción equilibrada de los vastos externo e interno). Son
muy comunes en niños y bebés cuando estos presentan dolores inexplicables de cadera y muslo que
muchas veces son tachados como “dolores de crecimiento”. Los puntos más centrales pueden producir
dolor en la cadera y zona externa del muslo y los inferiores son una fuente excepcionalmente común
de dolor de rodilla. Los que se ubican en la parte posterior del músculo pueden referir dolor hacia la
parte posterior de la pierna y la cadera. Estos PG, debido a su profundidad, son difíciles de palpar y
están distribuidos por todo el músculo.
▪ Vasto interno o medial: la contracción de este músculo tracciona de la rótula hacia el interior. El exceso
de uso y la sobrecarga como correr o hacer sentadillas profundas son los desencadenantes
fundamentales. Los tobillos inestables de las personas aquejadas por neuroma de Morton (pronación
de tobillo) también afectan negativamente al crural anterior. Los PG los encontramos en el borde
medial del músculo, un poco por encima de la rótula, y otro justo en el medio del muslo. Desplazan el

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dolor a la parte interior del muslo y la rodilla. El dolor de rodilla se centra en su mitad inferior,
ligeramente hacia el interior. Generalmente debilitan la rodilla y no es raro que personas mayores o
con sobrepeso corren el riesgo de caerse por una “rodilla inestable”. Es fácil confundir este dolor con
otras patologías como: artritis, artrosis, tendinitis o esguinces.
▪ Recto femoral (recto anterior del cuádriceps): permanecer sentado durante mucho tiempo mantiene
acortado el recto femoral y promueve la aparición de PG. Esforzarse en cualquier actividad que
requiera flexión enérgica y reiterada de cadera (ej: escalar, montar en bicicleta, correr, etc.), patear (ej:
futbol, deportes de contacto, natación, etc.), vestir con tacones altos o zapatos cuya suela tiene forma
de cuña pueden provocar fácilmente PG. El PG más común que se suele formar, ubicado directamente
por debajo de su inserción proximal, refiere su dolor a la parte más profunda de la rodilla como si
estuviera por debajo de la rótula. A veces se encuentra un segundo PG justo por encima de la rodilla,
responsable del dolor profundo que se siente en ese lugar. Ambos PG causan que las rodillas se
debiliten y se pongan rígidas y, además, contribuyen al síndrome de piernas inquietas. La rigidez de
este músculo mantiene tenso el ligamento rotuliano y puede inhibir su reflejo.
✓ Signos de debilidad: pelvis baja en el lado de la debilidad por rotación posterior del ilíaco; eventualmente,
paso corto. Dificultad al subir escaleras, levantarse e incorporarse: el cuerpo avanza y se emplean las
extremidades superiores como apoyo.
✓ Debilidad por impingement: síndrome del ligamento inguinal-psoasilíaco. La lesión radicular L3 (disco L2/L3)
debilita el recto femoral en la flexión de cadera y el cuádriceps; sin embargo, el reflejo del tendón rotuliano
solo está mediado por L4.
✓ Reflejo Espondilogénico: L1 (recto femoral), L2 (vastos externo e interno) y L3 (crural anterior).
✓ Asociaciones: inestabilidad de la pelvis, inestabilidad de la rodilla, alteraciones del mecanismo de la marcha,
dificultad para levantarse de la silla, dificultad para subir escaleras. Un fenómeno típico y de etiología
desconocida es la inhibición del vasto interno tras lesiones o intervenciones quirúrgicas de rodilla. La artrosis
retrorrotuliana y la inhibición del vasto interno pueden ser fenómenos alternantes: una dirección alterada de
la rótula por mal funcionamiento del vasto interno (o también del externo) provoca una inhibición refleja los
vastos por las aferencias propioceptivas o nociceptivas.
✓ Relación Orgánica: intestino delgado.
✓ Puntos Reflejos Neurolinfáticos (Chapman): cartílagos costales (costillas falsas 7-10) y dorsales (D8-D11).
✓ Puntos Reflejos Neurovasculares (Benett): parietal posterior.

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DISFUNCIONES
A) TEST DE ESTABILIDAD (INTEGRIDAD ESTRUCTURAL):

A.1) TEST DEL BOSTEZO (LIGAMENTOS LATERALES): para testar el


ligamento lateral interno (LLI) se sitúa al cliente en sedestación
corta, el operador al pie de la camilla atrapa la pierna a testar con
una mano en la interlínea articular externa de la rodilla y la otra
mano en la parte interna de la pierna. Se realiza una presión
contrariada para forzar un valgo; en caso de afectación del
ligamento lateral interno se abrirá mucho el espacio intercondíleo
interno y dolerá el ligamento. Para testar el ligamento lateral
externo (LLE) partimos de la misma postura, pero una mano se
coloca en la interlínea interna y la otra en el lateral de la pierna, realizando una presión contrariada, para forzar un
varo. Se comprueba la estabilidad de la rodilla así como la aparición de dolor.

A.2) TEST DEL CAJÓN (LIGAMENTOS CRUZADOS): el test


de cajón anterior sirve para valorar la integridad del
ligamento cruzado anterior (LCA). Se sitúa al cliente en
decúbito supino con flexión de cadera de 45º y de rodilla
de 90º, con los pies se apoyados en la camilla. El
operador, semisentado a los pies, abraza con ambas
manos la epífisis proximal de la tibia y sitúa los pulgares
sobre la cara anterior de la interlínea para sentir el grado
de desplazamiento anterior o aumento del escalón
femoro-tibial. Desde esta posición realiza una tracción
anterior de la tibia. Se considera positivo el test cuando
existe un desplazamiento excesivo hacia anterior de la tibia con respecto a los cóndilos femorales. Los falsos positivos
posibles se deben normalmente a meniscectomía previa o a la afectación de la cápsula. Es un error común hacer la
maniobra sin comprobar previamente la posición inicial de la tibia respecto al fémur, ya que su posición retrasada,
compatible con una lesión de LCP, da lugar a un falso cajón anterior. El test del cajón posterior se realiza igual, pero en
vez de realizar una tracción anterior se realiza un empuje posterior para valorar el estado del ligamento cruzado
posterior (LCP).

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A.3) TEST DEL CEPILLO (SIGNO DE ZOHLER): se testa la calidad de las superficies
articulares de la rótula y el surco troclear del fémur. El cliente en decúbito supino y
el operador al lateral de la camilla. El operador empuja la rótula en dirección caudal
y pide una contracción del cuádriceps sin permitir el movimiento libre de la rótula.
La aparición de crepitaciones o dolor nos indica una lesión en la articulación
fémoropatelar, probablemente una condromalacia. Esta prueba puede dar positiva
en una parte importante de la población no afecta de condromalacia.

A.4) TEST DE MCCONELL: ante la falta de fiabilidad del


signo de Zohler, tenemos esta prueba para poner de manifiesto de una condromalacia
rotuliana. El cliente se ubica en sedestación con la cadera en ligera rotación externa, el
operador pone una mano encima del tendón cuadricipital (en el muslo) y la otra en el
tercio distal de la cara anterior de la tibia. El operador sitúa la rodilla del cliente en
distintas angulaciones (120º, 90º, 60º, 30º y 0º) y solicita contracciones isométricas
(manteniendo la contracción unos diez segundos en cada una de ellas). Si aparece dolor
en algún punto, el operador vuelve de forma pasiva la articulación a extensión completa.
El cliente apoya la pierna sobre la rodilla del operador, quien desliza la rótula
medialmente y sitúa nuevamente la rodilla en la angulación dolorosa, donde efectúa
otra contracción isométrica. La aparición de dolor en la parte inicial de la prueba es
representativa de condromalacia femoropatelar. Si al ejecutar la segunda parte el dolor
decrece o desaparece, la primera impresión diagnóstica se ve reforzada.

A.5) TEST DE APLEY (COMPRESIÓN-DISTRACCIÓN): esta prueba se realiza para comprobar el estado de los meniscos
y las regiones parameniscales. Con el cliente en decúbito prono, rodillas flexionadas a 90º, y el operador de pie al lado
de la rodilla a estudiar. El operador fija el segmento del muslo con una rodilla sobre la cara posterior en su tercio
inferior. Con una mano atrapa el retropié y con la otra agarra el tercio distal de la tibia. Efectúa una presión descendente
sobre la pierna. Manteniendo esta presión, se
realiza una rotación, primero interna y luego
externa de la tibia o viceversa. La presencia de
dolor y/o un chasquido audible en el
compartimiento interno al realizar la rotación
externa, o en el compartimiento externo al
realizar la rotación interna nos da un test positivo,
que indica lesión meniscal o un fenómeno
inflamatorio en la zona parameniscal. Si en vez de
realizar una compresión, hacemos una tracción
ascendente, es decir, una distracción, al realizar
las rotaciones estaremos examinando el estado
de los ligamentos laterales.

A.6) TEST DE DERRAME: evidencia la presencia de líquido intraarticular. El cliente se dispone en decúbito supino, con
las rodillas extendidas y cuádriceps relajado. El operador sitúa la primera comisura en el muslo, a unos 5 cm del borde
superior de la rótula, quedándole la otra mano libre. Realiza una presión en sentido caudal y medial desde los fondos
de saco suprarotulianos y la cara lateral de la rodilla. Con las yemas de los dedos de la mano superior o de la que quedó
libre deprime la rótula contra el surco intercondíleo. La sensación de rebote y, en ocasiones, la observación del
desplazamiento del líquido hacia los espacios libres habla a favor de cantidades anómalas o excesivas de líquido
intraarticular. Este rebote es conocido como chapoteo rotuliano. En caso de que el derrame sea muy importante basta
con deprimir la rótula, sin necesidad de exprimir la articulación. En este caso se le llamará derrame mayor.

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B) DISFUNCIONES ARTICULARES:

B.1) Disfunción de la TIBIA en ANTERIORIDAD: se suelen producir por un falso movimiento en flexión-rotación interna
de la rodilla (rotación del tronco con la tibia fija en el suelo). Se produce tensión en el ligamento cruzado antero-externo
(LCA). Se suele asociar a una disfunción en rotación externa de la tibia. Se presenta dolor en la extensión de rodilla. Se
evalúa provocando una hiperextensión de rodilla para determinar si existe restricción.

B.2) Disfunción de la TIBIA en POSTERIORIDAD: se suelen producir por un golpe directo (ej: caída sobre la rodilla) que
provoca tensión en el ligamento cruzado postero interno (LCP) e hipotonía del cuádriceps. Se produce dolor en la
flexión de rodilla, al ponerse de cuclillas por hiperextensión de la rótula. Igualmente encontramos dolores a nivel del
hueco poplíteo por tensión sobre la superficie condílea. Se evalúa mediante la flexión de rodilla para determinar si
existe restricción en la movilidad. También es puede evaluar de forma similar al test del cajón anterior.

B.3) Disfunción de la TIBIA en ROTACIÓN EXTERNA: se suelen producir por un traumatismo en torsión transmitido
hacia abajo a partir del tronco o del fémur por la tensión de los músculos rotadores de la cadera, quedando fijada la
tibia en el suelo por el peso del cuerpo. Se pueden presentar síntomas variados como dolor de rodilla o incapacidad
para caminar, aunque puede ser asintomático. Puede tener dificultad para extender completamente la rodilla. Suele
estar asociado a un aumento de tono del bíceps femoral y en el tensor de la fascia lata. Si al flexionar la rodilla el tobillo
se alinea medial a la tuberosidad isquiática puede ser indicativo. También se va a presentar una restricción en la
rotación interna.

B.4) Disfunción de la TIBIA en ROTACIÓN INTERNA: se suelen producir por un traumatismo en torsión transmitido
hacia abajo a partir del tronco o del fémur por la tensión de los músculos rotadores de la cadera, quedando fijada la
tibia en el suelo por el peso del cuerpo. Esta disfunción de rotación interna está asociada a menudo a una disfunción
de abducción (valgo). No es muy frecuente. Los músculos que producen rotación externa (bíceps femoral y glúteo
mayor a través de la fascia lata) podrían estar tensos (contraídos de forma excéntrica) o los isquiotibiales mediales
(semimembranoso y semitendinoso) y el poplíteo podrían estar acortados e hipertónicos favoreciendo esta fijación. Si
al flexionar la rodilla el tobillo se alinea lateral a la tuberosidad isquiática puede ser indicativo. También se va a
presentar una restricción en la rotación externa.

B.5) Disfunción de la TIBIA en VALGO: se suele asociar a disfunciones tibiales por rotación. Por eso, primero se debe
corregir la rotación y reevaluar. Se evalúa realizando un bostezo articular con ambas manos a nivel de los platillos
tibiales y contra apoyo en axila o muslos.
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B.6) Disfunción de la TIBIA en VARO: generalmente se asocia a disfunciones tibiales por rotación. Por eso, primero se
debe corregir la rotación y reevaluar. Una combinación de debilidad de las fibras oblicuas del vasto interno, el poplíteo
y de los isquiotibiales mediales asociado a un acortamiento del bíceps femoral, tensor de la fascia lata y vasto lateral
pueden producir o perpetuar esta fijación. Se evalúa realizando un bostezo articular con ambas manos a nivel de los
platillos tibiales y contra apoyo en axila o muslos.

B.7) Disfunción del MENISCO INTERNO: sobreviene cuando la rodilla no posee su integridad ligamentaria. El bloqueo
del menisco no es una disfunción sino una verdadera subluxación. La causa más frecuente es una distensión de la
rodilla en flexión que asocia un varo y una rotación externa. En la extensión de la rodilla a partir de esta posición, el
menisco interno es sorprendido por esta posición, y es pinzado entre el cóndilo y la superficie tibial. Se observa un
bloqueo de la rodilla en flexión. Si se lesiona el cuerno anterior se produce un dolor anterointerno con sensación de
desgarro sobre el lado interno. Si se lesiona el cuerno posterior se produce un dolor posteroexterno. Se puede apreciar
un pequeño nódulo o nodulaciones a lo largo de la interlínea articular, muy dolorosos a la palpación. La prueba de
Apley se muestra positiva en rotación externa.

B.8) Disfunción del MENISCO EXTERNO: sobreviene cuando la rodilla no posee su integridad ligamentaria. El bloqueo
del menisco no es una disfunción sino una verdadera subluxación. La causa más frecuente es una distensión de la
rodilla en flexión que asocia un valgo y una rotación interna. En la extensión de la rodilla a partir de esta posición, el
menisco interno es sorprendido por esta posición, y es pinzado entre el cóndilo y la superficie tibial. Se observa un
bloqueo de la rodilla en flexión. Las disfunciones del menisco externo son mucho más infrecuentes que las de menisco
interno debido a que este último es mucho más móvil. Se puede apreciar un pequeño nódulo o nodulaciones a lo largo
de la interlínea articular, muy dolorosos a la palpación. La prueba de Apley se muestra positiva en rotación interna.

B.9) Disfunción de la RÓTULA en posición LATERAL (EXTERNA): se asocia, a menudo, a disfunciones ilio-sacras, coxo-
femorales y tibio-femorales. Una vez resueltas estas, a menos que sea una verdadera luxación, la eliminación de
adherencias y el tratamiento de los tejidos periféricos (hipertonía del vasto externo y/o hipotonía del vasto interno)
suele ser suficiente. Para valorar su movilidad se sitúa al cliente en decúbito supino y al operador al lado de la camilla.
Éste desplaza lateralmente la rótula con los dedos índice y pulgar de ambas manos. Si se presenta una restricción del
movimiento o dolor, nos encontraremos ante una disfunción externa si la limitación se produce al llevar a interno la
rótula.

B.10) Disfunción de la RÓTULA en posición MEDIAL (INTERNA): se asocia, a menudo, a disfunciones ilio-sacras, coxo-
femorales y tibio-femorales. Una vez resueltas estas, a menos que sea una verdadera luxación, la eliminación de
adherencias y el tratamiento de los tejidos periféricos (hipotonía del vasto externo y/o hipertonía del vasto interno)
suele ser suficiente. Para valorar su movilidad se sitúa al cliente en decúbito supino y al operador al lado de la camilla.
Éste desplaza lateralmente la rótula con los dedos índice y pulgar de ambas manos. Si se presenta una restricción del
movimiento o dolor, nos encontraremos ante una disfunción interna si la limitación se produce al llevar a externo la
rótula.

B.11) Disfunción del PERONÉ en ANTERIORIDAD: se evalúa con el cliente en tendido supino, su pie apoyado en la
camilla, la rodilla flexionada a unos 90º y la cadera a unos 45º. El operador agarra la cabeza del peroné entre el pulgar
y el índice empujándola hacia atrás. Si está bloqueada es necesario examinar la posición del maléolo externo. La
movilidad y posición correcta de la cabeza del peroné no es solo importante para el funcionamiento de la rodilla sino
también para mantener una tensión correcta en la membrana interósea, factor clave en el sistema de fascias.

B.12) Disfunción del PERONÉ en POSTERIORIDAD: estas disfunciones son producidas por una fuerza de abducción de
tobillo que fuerza el peroné hacia arriba, hacia adentro y hacia atrás. Toda lesión del peroné repercute sobre el tobillo
y sobre la rodilla. Esta lesión es responsable de un espasmo del bíceps femoral y del peroneo lateral largo. Se pueden
presentar calambres en el muslo, dolor en la cara externa de la rodilla y sensación de inestabilidad en el tobillo. Se

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evalúa con el cliente en tendido supino, su pie apoyado en la camilla, la rodilla flexionada a unos 90º y la cadera a unos
45º. El operador agarra la cabeza del peroné entre el pulgar y el índice empujándola hacia adelante. Si está bloqueada
es necesario examinar la posición del maléolo externo. La movilidad y posición correcta de la cabeza del peroné no es
solo importante para el funcionamiento de la rodilla sino también para mantener una tensión correcta en la membrana
interósea, factor clave en el sistema de fascias.

B.13) Disfunción del PERONÉ en INFERIORIDAD: se evalúa con el cliente en supino y el pie relajado. Con una mano, el
operador mantiene el tobillo en flexión dorsal, mientras con el dedo pulgar e índice de la otra mano se sitúan sobre el
borde superior de la cabeza de la tibia y presionan firmemente de arriba abajo en busca de restricción.

B.14) Disfunción del PERONÉ en SUPERIORIDAD: se presenta por una hipertonía del bíceps femoral y/o una hipotonía
de los músculos de la pierna y del pie (peroneos laterales, peroneo anterior, flexor largo del primer dedo, extensor del
primer dedo, extensor largo de los dedos, sóleo y tibial posterior). Se evalúa con el cliente en tendido supino o decúbito
lateral con el lado afectado hacia arriba. El pie, tobillo y parte inferior de la pierna deben de mantenerse relajados, y
la rodilla debe de estar flexionada. Con una mano, el operador mantiene el tobillo en flexión plantar, mientras con el
dedo pulgar e índice de la otra mano se sitúan sobre el borde superior de la cabeza de la tibia y presionan firmemente
de arriba abajo en busca de restricción.

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AJUSTES TIBIOFEMORALES
1.- CIRCUNDUCIÓN EN SEDESTACIÓN (Técnica premanipulativa)
▪ CLIENTE: en sedestación corta.
▪ OPERADOR: arrodillado al lateral del cliente.
▪ TÉCNICA: el operador sostiene la parte distal del fémur con su
mano craneal mientras los dedos toman contacto con el
platillo tibial. La otra mano, la caudal, se sitúa en el tercio distal
de la tibia. La mano caudal provoca un movimiento de
circunducción y la craneal monitoriza el movimiento. Es clave
que se ejecute la oscilación de manera rítmica y armónica. El
objetivo de esta técnica flexibilizar los tejidos blandos y
mejorar la circulación. Se puede introducir una ligera
resistencia del cliente como una forma de re-entrenamiento
muscular.

DISFUNCIÓN EN ANTERIORIDAD TIBIAL


2.- AJUSTE PARA TIBIA EN ANTERIORIDAD
▪ CLIENTE: en decúbito supino.
▪ OPERADOR: a los pies de la camilla hacia un lateral.
▪ TÉCNICA: la mano caudal del operador sostiene la parte
posterior de la pierna en su extremo distal. La mano craneal
toma contacto con la parte anterior de la pierna en su extremo
proximal y ejerce una fuerza hacia posterior hasta la puesta en
tensión. En ese momento, el operador efectúa un thrust.

3.- AJUSTE PARA TIBIA EN ANTERIORIDAD


▪ CLIENTE: en decúbito supino con un rodillo o toalla doblada
debajo de la parte distal del fémur.
▪ OPERADOR: a los pies de la camilla hacia un lateral.
▪ TÉCNICA: el operador coloca la eminencia hipotenar de una de
sus manos sobre la tuberosidad tibial. La otra mano se coloca
sobre la anterior y realiza una presión vertical. Cuando se
alcanza la puesta en tensión, el operador efectúa un thrust.
DISFUNCIÓN EN POSTERIORIDAD TIBIAL
4.- AJUSTE PARA TIBIA EN POSTERIORIDAD
▪ CLIENTE: en decúbito supino.
▪ OPERADOR: al lateral de la camilla.
▪ TÉCNICA: la mano caudal del operador atrapa el tercio distal de la tibia por su cara anterior. La mano proximal pasa
bajo la rodilla y su antebrazo toma contacto con el hueco poplíteo, entre el muslo y la pierna (si es molesto se puede
emplear cuatro dedos como punto de contacto). La mano caudal provoca flexión de rodilla mientras la craneal
decoapta dicha articulación. Desde esta posición se alcanza la puesta en tensión para, posteriormente, ejecutar un
thrust.

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5.- AJUSTE PARA TIBIA EN POSTERIORIDAD


▪ CLIENTE: en decúbito supino con la rodilla flexionada.
▪ OPERADOR: sentado al lateral de la camilla.
▪ TÉCNICA: el antebrazo se dispone detrás de la rodilla del
cliente y la otra mano pasa por detrás de su cuerpo para coger
el pie del cliente por su empeine. A continuación, le imprime
al tobillo una flexión dorsal al tiempo que su antebrazo
tracciona de la rodilla con la ayuda de su cuerpo (para ello gira
el tronco).

6.- AJUSTE PARA TIBIA EN POSTERIORIDAD


▪ CLIENTE: en decúbito prono con la rodilla flexionada a 90º.
▪ OPERADOR: al lateral de la camilla.
▪ TÉCNICA: las manos del operador se entrelazan en la parte
posterior de la rodilla, por debajo del hueco poplíteo. Desde
esa posición, el operador efectúa una tracción hacia los pies
del cliente. Desde esta posición se alcanza la puesta en tensión
adelantando su hombro para, posteriormente, ejecutar un
thrust.

DISFUNCIÓN EN ROTACIÓN EXTERNA


7.- AJUSTE PARA TIBIA EN ROTACIÓN
EXTERNA
▪ CLIENTE: en decúbito supino.
▪ OPERADOR: al lateral de la camilla del lado afectado.
▪ TÉCNICA: el operador atrapa con su mano caudal el
tercio distal de la tibia y con su mano craneal el tercio
proximal. Se le pide al cliente que ejecute una rotación
externa (se puede partir de una rotación interna) mientras
el operador ofrece resistencia sin bloquearle del todo el
movimiento. Esta maniobra se repite, al menos, tres veces.

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Osteopraxia Integrativa E.S.T.P.
8.- AJUSTE PARA TIBIA EN ROTACIÓN EXTERNA
▪ CLIENTE: en decúbito supino con la cadera de
la rodilla disfuncional abducida 20º.
▪ OPERADOR: al lateral de la camilla del lado
afectado a la altura de la pierna orientado hacia
la cabeza.
▪ TÉCNICA: la mano interna del operador coge el
borde anteromedial de la tibia de manera que
todos los dedos, excepto el pulgar, rodeen la
parte posterior. La mano externa se ahueca
alrededor del borde lateral de la tibia, por
debajo de la articulación de la rodilla, con el
pulgar apoyado en la cara anterolateral y los demás dedos colocados sobre la parte posterior. Usando las dos manos
a la vez, el operador flexiona la rodilla unos 40º y rota internamente la tibia. Manteniendo esta rotación se empuja
la rodilla hacia la camilla con un thrust hasta la extensión completa (el operador introduce también una ligera
tracción), la rodilla rebota en la camilla y con ayuda de la mano interna se vuelve a flexionar manteniendo siempre la
rotación. Se repite el movimiento varias veces aumentando cada vez la rotación de la tibia.

DISFUNCIÓN EN ROTACIÓN INTERNA


9.- AJUSTE PARA TIBIA EN ROTACIÓN INTERNA
▪ CLIENTE: en decúbito supino.
▪ OPERADOR: al lateral de la camilla del lado afectado.
▪ TÉCNICA: el operador atrapa con su mano caudal el tercio
distal de la tibia y con su mano craneal el tercio proximal.
Se le pide al cliente que ejecute una rotación interna (se
puede partir de una rotación externa) mientras el operador
ofrece resistencia sin bloquearle del todo el movimiento.
Esta maniobra se repite, al menos, tres veces.

10.- AJUSTE PARA TIBIA EN ROTACIÓN


EXTERNA
▪ CLIENTE: en decúbito supino con la cadera de la
rodilla disfuncional abducida 20º.
▪ OPERADOR: al lateral de la camilla del lado
afectado a la altura de la pierna orientado hacia
la cabeza.
▪ TÉCNICA: la mano interna del operador coge el
borde anteromedial de la tibia de manera que
todos los dedos, excepto el pulgar, rodeen la
parte posterior. La mano externa se ahueca
alrededor del borde lateral de la tibia, por debajo de la articulación de la rodilla, con el pulgar apoyado en la cara
anterolateral y los demás dedos colocados sobre la parte posterior. Usando las dos manos a la vez, el operador
flexiona la rodilla unos 40º y rota externamente la tibia. Manteniendo esta rotación se empuja la rodilla hacia la
camilla con un thrust hasta la extensión completa (el operador introduce también una ligera tracción), la rodilla rebota
en la camilla y con ayuda de la mano interna se vuelve a flexionar manteniendo siempre la rotación. Se repite el
movimiento varias veces aumentando cada vez la rotación de la tibia.

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Osteopraxia Integrativa E.S.T.P.
DISFUNCIÓN MEDIAL DE LA TIBIAL
11.- AJUSTE PARA TIBIA EN VALGO
▪ CLIENTE: en decúbito supino.
▪ OPERADOR: al lateral de la camilla en el lado contrario a la
disfunción.
▪ TÉCNICA: el operador sostiene el tercio distal de la tibia con la
mano caudal. La mano craneal se posiciona en el lateral interno
de la rodilla, justo por debajo de la línea articular. El operador
provoca una ligera flexión de cadera y rodilla al tiempo que la
mano craneal presiona el lateral interno de la rodilla hasta notar
que deja de arrastrar a la pelvis. Desde esta posición se realiza un
empuje hacia el lateral externo con la mano de la rodilla en forma
de thrust. Existe la posibilidad de incrementar el efecto de este ajuste extendiendo la rodilla a la hora de efectuar el
thrust.

12.- AJUSTE PARA TIBIA EN VALGO


▪ CLIENTE: en decúbito prono con un rodillo bajo sus tobillos.
▪ OPERADOR: al lateral de la camilla en el lado de la disfunción
orientado hacia la cabeza.
▪ TÉCNICA: el operador sostiene el tercio distal de la tibia con la
mano caudal. La mano craneal envuelve de externo a interno la
rodilla más próxima. El dedo índice del operador se sitúa en la
interlínea articular y, el resto de dedos, por debajo a la altura del
platillo tibial. La mano craneal tracciona en sentido lateral hasta
la puesta en tensión. Desde esta posición y sin perder la tracción,
la mano caudal tracciona en sentido longitudinal de la pierna al
tiempo que la craneal extiende la rodilla ejecutando un thrust.

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Osteopraxia Integrativa E.S.T.P.
DISFUNCIÓN LATERAL DE LA TIBIAL
13.- AJUSTE PARA TIBIA EN VARO
▪ CLIENTE: en decúbito supino.
▪ OPERADOR: al lateral de la camilla en el lado de la
disfunción.
▪ TÉCNICA: el operador sostiene el tercio distal de la tibia
con la mano caudal. La mano craneal se posiciona en el
lateral externo de la rodilla, justo por debajo de la línea
articular. El operador provoca una ligera flexión de cadera
y rodilla al tiempo que la mano craneal presiona el lateral
externo de la rodilla hasta notar que deja de arrastrar a la
pelvis. Desde esta posición se realiza un empuje hacia el
lateral interno con la mano de la rodilla en forma de thrust.
Existe la posibilidad de incrementar el efecto de este ajuste
extendiendo la rodilla a la hora de efectuar el thrust.

14.- AJUSTE PARA TIBIA EN VARO


▪ CLIENTE: en decúbito prono con un rodillo bajo sus
tobillos.
▪ OPERADOR: al lateral de la camilla en el lado contrario de
la disfunción orientado hacia la cabeza.
▪ TÉCNICA: el operador sostiene el tercio distal de la tibia
con la mano caudal. La mano craneal envuelve de interno
a externo la rodilla más alejada. El dedo índice del
operador se sitúa en la interlínea articular y, el resto de
dedos, por debajo a la altura del platillo tibial. La mano
craneal tracciona en sentido lateral hasta la puesta en
tensión. Desde esta posición y sin perder la tracción, la
mano caudal tracciona en sentido longitudinal de la pierna al tiempo que la craneal extiende la rodilla ejecutando un
thrust.

DISFUNCIÓN MENISCO INTERNO (MEDIAL)


15.- AJUSTE PARA MENISCO INTERNO
▪ CLIENTE: en decúbito supino.
▪ OPERADOR: al lateral de la camilla del
lado de la rodilla disfuncional.
▪ TÉCNICA: el operador sostiene con una
mano el tobillo y con la otra pone un
dedo en contacto con el menisco
interno. Flexiona la rodilla y cadera a
90º y realiza una rotación interna de
cadera y externa de tibia para abrir la
interlínea articular. El dedo debe seguir
en el ojo de la rodilla. Se mantiene esa rotación interna de cadera y rotación externa de tibia al tiempo que se extiende
la cadera y la rodilla.

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Osteopraxia Integrativa E.S.T.P.
16.- AJUSTE PARA MENISCO INTERNO
▪ CLIENTE: en decúbito supino.
▪ OPERADOR: al lateral de la camilla del lado de
la rodilla disfuncional.
▪ TÉCNICA: el operador sostiene la pierna del
cliente con las dos manos colocando sus
pulgares en la línea articular medial y el resto de
los dedos bajo el hueco poplíteo, a la vez que se
sujeta la pierna metiéndola en medio de los
muslos (las extremidades inferiores no se encuentran a la misma altura, sino que se adelanta la interna). Desde esta
posición, se realiza una ligera flexión asociado a un pequeño movimiento en forma de tijera de las rodillas,
abduciendo y rotando externamente la tibia. Luego se adelanta la extremidad inferior externa y se retrasa la interna,
a la vez que la de adentro empuja hacia fuera y la de fuera empuja hacia dentro, aduciendo de tibia. Este movimiento
debe de coordinarse con el de las manos, que imprimen un movimiento de giro hacia medial de la tibia.

DISFUNCIÓN MENISCO EXTERNO (LATERAL)


17.- AJUSTE PARA MENISCO EXTERNO
▪ CLIENTE: en decúbito supino.
▪ OPERADOR: al lateral de la camilla del lado
contrario de la rodilla disfuncional.
▪ TÉCNICA: el operador sostiene con una
mano el tobillo y con la otra pone un dedo
en contacto con el menisco interno.
Flexiona la rodilla y cadera a 90º y realiza
una rotación externa de cadera e interna de
tibia para abrir la interlínea articular. El
dedo debe seguir en el ojo de la rodilla. Se
mantiene esa rotación externa de cadera y rotación interna de tibia al tiempo que se extiende la cadera y la rodilla.

18.- AJUSTE PARA MENISCO EXTERNO


▪ CLIENTE: en decúbito supino.
▪ OPERADOR: al lateral de la camilla del lado
contrario de la rodilla disfuncional.
▪ TÉCNICA: el operador sostiene la pierna del cliente
con las dos manos colocando sus pulgares en la
línea articular medial y el resto de los dedos bajo
el hueco poplíteo, a la vez que se sujeta la pierna
metiéndola en medio de los muslos (las extremidades inferiores no se encuentran a la misma altura, sino que se
adelanta la externa). Desde esta posición, se realiza una ligera flexión asociado a un pequeño movimiento en forma
de tijera de las rodillas, aduciendo y rotando internamente la tibia. Luego se adelanta la extremidad inferior interna
y se retrasa la externa, a la vez que la de adentro empuja hacia fuera y la de fuera empuja hacia dentro, abduciendo
de tibia. Este movimiento debe de coordinarse con el de las manos, que imprimen un movimiento de giro hacia lateral
de la tibia.

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AJUSTES FEMOROROTULIANOS (PATELOFEMORALES)
DISFUNCIÓN PARA ROTULA EXTERNA
19.- AJUSTE PARA RÓTULA LATERAL
▪ CLIENTE: en sedestación corta.
▪ OPERADOR: sentado frente al cliente.
▪ TÉCNICA: el operador coloca la mano caudal en el
tercio distal de la tibia y con la otra toma contacto
con el pulgar en el lateral externo de la rótula. La
mano caudal realiza una extensión pasiva de la
rodilla mientras que la mano craneal empuja la
rótula hacia el lateral interno. Se realiza esta
maniobra varias veces.

DISFUNCIÓN PARA RÓTULA INTERNA


20.- AJUSTE PARA RÓTULA MEDIAL
▪ CLIENTE: en sedestación corta.
▪ OPERADOR: sentado frente al cliente.
▪ TÉCNICA: el operador coloca la mano caudal en el
tercio distal de la tibia y con la otra toma contacto
con el pulgar en el lateral interno de la rótula. La
mano caudal realiza una extensión pasiva de la
rodilla mientras que la mano craneal empuja la
rótula hacia el lateral externo. Se realiza esta
maniobra varias veces.

AJUSTES TIBIOPERONEOS
DISFUNCIÓN PARA PERONÉ
ANTERIORIZADO
21.- AJUSTE PARA PERONÉ ANTERIOR
▪ CLIENTE: en decúbito supino.
▪ OPERADOR: al lateral de la camilla.
▪ TÉCNICA: el operador fija con su mano distal el tobillo
mientras la mano cefálica sitúa su pisiforme encima de la
cabeza proximal del peroné, por su cara anterior. Realiza
una rotación interna con la mano caudal, la situada en el
tobillo, y con la mano craneal, situada en el peroné,
ejecuta un empuje en sentido posterior hasta la puesta en

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Osteopraxia Integrativa E.S.T.P.
máxima tensión y finaliza con un thrust. Se puede poner un rodillo o toalla debajo de la zona distal del fémur para
facilitar la maniobra.

DISFUNCIÓN PARA PERONÉ DESCENDIDO


22.- AJUSTE PARA PERONÉ INFERIOR
▪ CLIENTE: en decúbito prono con rodilla en flexión de 90º y
la cadera en ligera rotación externa.
▪ OPERADOR: al lateral de la camilla, contralateral a la
disfunción a nivel de las rodillas del cliente y orientado
hacia sus pies.
▪ TÉCNICA: la eminencia tenar de la mano craneal del
operador se sitúa sobre la cara inferior de la cabeza del
peroné, mientras los dedos permanecen extendidos y
firmemente apoyados sobre el borde lateral de la rodilla del
cliente. La otra mano, la caudal, se coloca sobre el borde
lateral del pie, con los dedos alrededor del dorso de la parte
central del pie. Desde esta posición, el operador tracciona
del pie hasta que se apoya en su tórax, donde lo sujeta firmemente provocando una flexión dorsal. El operador se
inclina hacia adelante, aumentando la flexión dorsal de tobillo, y ejecuta con la mano craneal un thrust en sentido
longitudinal ascendente (el movimiento parte del hombro y se mantiene rígida la extremidad superior).

DISFUNCIÓN PARA PERONÉ POSTERIORIZADO


23.- AJUSTE PARA PERONÉ POSTERIOR
▪ CLIENTE: en decúbito supino con la cadera flexionada a
45º y la rodilla a 90º
▪ OPERADOR: al lateral de la camilla, del lado de la
disfunción.
▪ TÉCNICA: el operador sujeta el tobillo con una mano y
sitúa el tercio distal del antebrazo en la cara posterior de
la cabeza del peroné (también se puede atrapar con la
mano). Realiza una tracción con el antebrazo paralelo a la
camilla y en sentido hacia los pies hasta la puesta en
tensión y, desde allí, ejecuta un thrust.
▪ VARIANTE: el operador sostiene el tobillo con la mano
caudal y la eleva de la camilla, mientras la otra mano se
sitúa por la parte posterior del peroné (separa la musculatura del gemelo para no presionar sobre él, ya que resulta
doloroso). Coloca la zona de la articulación metacarpofalángica en la parte posterior de la cabeza del peroné y, desde
esta posición con la mano caudal, la del tobillo, realiza una rotación externa mientras flexiona la rodilla hasta
“aplastar” con la pierna la mano situada a la altura de la cabeza del peroné. A continuación, se tracciona hacia arriba
con esta mano, hasta el punto de máxima tensión y, desde allí, se ejecuta un thrust.

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Osteopraxia Integrativa E.S.T.P.
24.- AJUSTE PARA PERONÉ POSTERIOR
▪ CLIENTE: en decúbito prono con la rodilla flexionada a 90º
▪ OPERADOR: al lateral de la camilla.
▪ TÉCNICA: la mano craneal del operador se sitúa sobre el
hueco poplíteo del cliente. Con la otra mano, sostiene el
tobillo y realiza una flexión de rodilla hasta que el
metacarpiano del dedo pulgar hace contacto con la
cabeza del peroné. Desde esta posición se ejecuta una
ligera rotación externa de tibia, para que la cabeza del
peroné haga un mejor contacto con el metatarso de la
mano, y se aumenta la flexión en un movimiento de
thrust.

DISFUNCIÓN PARA PERONÉ ELEVADO


25.- AJUSTE PARA PERONÉ SUPERIOR
▪ CLIENTE: en decúbito lateral, sobre el lado no afectado,
con la cadera y la rodilla en flexión.
▪ OPERADOR: al lateral de la camilla, del lado afectado,
orientado hacia los pies.
▪ TÉCNICA: la mano caudal del operador se sitúa sobre la
cara lateral del tobillo del cliente, sujetándolo firmemente
contra la camilla (el tobillo se mantiene en flexión
plantar). El “talón” de la otra mano se coloca sobre el
borde superior de la cabeza del peroné, con los dedos
extendidos y apoyados planos sobre el peroné. El
operador ejecuta un thrust con la mano craneal en
sentido longitudinal descendente.

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