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UNA APROXIMACIÓN A ISTVRGI ROMANA:

EL COMPLEJO ALFARERO DE LOS VILLARES


DE ANDÚJAR, JAÉN, ESPAÑA

M.ª ISABEL FERNÁNDEZ-GARCÍA


(Coordinadora)

UNA APROXIMACIÓN A ISTVRGI ROMANA

EDIzIONI qUASAR
UNA APROXIMACIÓN A ISTVRGI ROMANA:
EL COMPLEJO ALFARERO DE L OS V ILLARES DE A NDÚJAR ,
JAÉN, ESPAÑA
UNA APROXIMACIÓN A ISTVRGI ROMANA:
EL COMPLEJO ALFARERO DE LOS VILLARES
DE A NDÚJAR , J AÉN , E SPAÑA

M.ª ISABEL FERNÁNDEZ-GARCÍA


(Coordinadora)

R O MA
2013
Esta obra es parte del resultado del Proyecto de Investigación “Ex officina Meridionali: Tecnología, producción, difusión
y comercialización de cerámicas finas de origen bético en el sur peninsular durante el Alto Imperio” (HAR2010-17507)
Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España, Plan de Investigación I+D+I.
Esta obra ha superado un proceso de evaluación ciega por pares.

© M.ª ISABEL FERNÁNDEZ-GARCÍA.


UNA APROXIMACIÓN A ISTVRGI ROMANA: EL COMPLEJO
ALFARERO DE LOS VILLARES DE ANDÚJAR, JAÉN, ESPAÑA.
ISBN: 978-88-7140-518-6
Roma 2013, Edizioni Quasar di Severino Tognon srl
Via Ajaccio 41-43 - I-00198 Roma
Tel. 0684241993, fax 0685833591
email: qn@edizioniquasar.it [7]
per consultare il catalogo e ordini: www.edizioniquasar.it

Finito di stampare nel mese di Iuglio 2013 presso Arti grafiche La Moderna – Roma
A Miguel Ángel Motos
por su apoyo constante
durante más de treinta años.
ÍNDICE

PRESENTACIÓN. Margherita Bergamini ................................................................................................. 11

PRÓLOGO. M.ª Isabel Fernández-García ............................................................................................. 15

BLOQUE I
ISTVRGI. ESTRUCTURAS DE PRODUCCIÓN Y COMERCIALIZACIÓN

UN MEDIO CARACTERÍSTICO PARA UN DESARROLLO HISTÓRICO PARTICULAR . ISTVRGI EN LA VEGA OCCIDENTAL


Pablo Ruiz Montes y M.ª Victoria Peinado Espinosa ................................................................. 19
HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN EN LOS VILLARES DE ANDÚJAR
M.ª Isabel Fernández-García ...................................................................................................... 39
NOTAS ACERCA DE LAS ESTRUCTURAS DE PRODUCCIÓN DE LOS VILLARES DE ANDÚJAR
M.ª Isabel Fernández-García ...................................................................................................... 69
DEL BARRO AL VASO : HORNOS Y PROCEDIMIENTOS DE COCCIÓN
Pablo Ruiz Montes ...................................................................................................................... 75
ESTRUCTURAS HUMANAS DE PRODUCCIÓN
M.ª Isabel Fernández-García y Begoña Serrano Arnáez ............................................................ 91
HACIA UNA ESTRUCTURACIÓN DE LA PRODUCCIÓN: LAS PROBINAS
M.ª Isabel Fernández-García e Ismael Macías Fernández ......................................................... 109
ESTRUCTURAS DE COMERCIALIZACIÓN
M.ª Isabel Fernández-García ...................................................................................................... 129

BLOQUE II
LA PRODUCCIÓN DE LOS TALLERES ISTURGITANOS

CERÁMICAS TIPO PEÑAFLOR


Pablo Ruiz Montes ...................................................................................................................... 155
CERÁMICA PINTADA DE TRADICIÓN IBÉRICA
Pablo Ruiz Montes y M.ª Victoria Peinado Espinosa ................................................................. 163
CERÁMICAS DE PAREDES FINAS
Pablo Ruiz Montes y Manuel Moreno Alcaide............................................................................ 173
TERRA SIGILLATA HISPÁNICA: PRODUCCIÓN LISA
M.ª Isabel Fernández-García e Ismael Macías Fernández ......................................................... 181
TERRA SIGILLATA HISPÁNICA: PRODUCCIÓN DECORADA
M.ª Isabel Fernández-García y Manuel Moreno Alcaide ............................................................ 197
LOS MOLDES PARA LA PRODUCCION DE LA TERRA SIGILLATA DECORADA
Begoña Serrano Arnáez .............................................................................................................. 233
CERÁMICA COMÚN BÉTICA DE PASTAS CALCÁREAS
M.ª Victoria Peinado Espinosa ................................................................................................... 247

9
ÍNDICE

CERÁMICA DE COCINA OXIDANTE


M.ª Victoria Peinado Espinosa ................................................................................................... 271
CERÁMICA DE COCINA REDUCTORA
M.ª Victoria Peinado Espinosa ................................................................................................... 285
LUCERNAS TIPO ANDÚJAR
Pablo Ruiz Montes ...................................................................................................................... 293
PESAS DE TELAR
Manuel Moreno Alcaide, Begoña Serrano Arnáez e Ismael Macías Fernández ......................... 301
UNA APROXIMACIÓN A LA CRONOLOGÍA DE LOS ALFARES ISTURGITANOS
M.ª Isabel Fernández-García ...................................................................................................... 313

BLOQUE III
PERSPECTIVAS DE LA INVESTIGACIÓN

PERSPECTIVAS DE LA INVESTIGACIÓN EN LOS VILLARES DE ANDÚJAR / ISTVRGI


M.ª Isabel Fernández-García, Pablo Ruiz Montes y M.ª Victoria Peinado Espinosa ................. 319

BLOQUE IV
BIBLIOGRAFÍA

BIBLIOGRAFÍA GENERAL DEL YACIMIENTO ................................................................................................ 323

10
TERRA SIGILLATA HISPÁNICA : PRODUCCIÓN LISA 1

M.ª Isabel Fernández-García


Ismael Macías Fernández

De las clases cerámicas elaboradas por las (Fernández-García, 1998 y 2004; Roca Roumens,
diferentes officinae que conformaban el complejo 1976; Sotomayor Muro et alii, 1999).
isturgitano, sin duda, los ejemplares de terra sigi-
llata hispánica han acaparado, mayoritariamente,
I. TIPOLOGÍA
la atención de la investigación por dos motivos
principales. Uno, por cuánto aportaban desde el La tipología de la terra sigillata hispánica
punto de vista cronotipológico; en este sentido a diferencia de otras producciones no alude ex-
fueron importantes los tres cúmulos constatados plícitamente a los investigadores que dieron a
en el vertedero explorado del corte 14 en la conocer las distintas formas según se acordó en
campaña de 1974 así como las intervenciones una primera reunión sobre esta clase cerámica
de 1981 y 1982 —vertederos explorados de los (AA.VV., 1981), criterio que se mantuvo en una
cortes 21 a 24 y 26 a 28— fundamentalmente mesa redonda posterior donde se actualizaron las
la primera actuación, donde se documentaron investigaciones sobre la terra sigillata hispánica
una serie de importaciones que permitieron unas (Roca Roumens y Fernández-García, 1999). Es
puntualizaciones de suma importancia referidas por ello que consideramos conveniente realizar
a la actividad inicial del alfar (Roca Roumens, correlativamente la enumeración de las formas
1980). En segundo lugar, porque posibilitaba un producidas en Isturgi —Los Villares de Andú-
acercamiento a las estructuras de producción y jar—. Conviene recordar que la producción lisa
comercialización del complejo alfarero con todo isturgitana agrupa a un conjunto de ejemplares
lo que ello implicaba a nivel de la reconstrucción que hunde sus raíces en las tipologías de los pro-
de la historia social y económica de una zona ductos de sigillata itálica y gala —formas Drag.
8, Drag 15/17, Drag 18, Drag 24/25, Drag 27,
importante de la Baetica (Fernández-García, 1999).
Drag 30, Drag 35/36, Drag 37, Drag 44, Drag
La terra sigillata hispánica de Isturgi presenta
46, Drag 72, Hermet 13—, sin olvidar el aporte
una arcilla generalmente calcárea, de aspecto más o
típicamente hispánico —formas hispánicas 2, 4,
menos granuloso, con vacuolas y con una gama de 7, 16, 19, 57, 59 y 69— así como una serie de
colores predominando mayoritariamente las gamas formas propias del alfar, posiblemente vinculadas
de tierra Siena tostada (C-36), ocre carne (C-46) a un gusto particular de la zona y que se han
y rosa (C-26) según la nomenclatura de Cailleux. denominado en función de la sigla del yacimiento
En el barniz sobresalen principalmente las tona- —formas Aj.2, Aj.3, Aj.4, Aj.5, Aj.6, Aj.7, Aj.8,
lidades de rojo inglés en sus diferentes variantes Aj.9, Aj.10, Aj.11, Aj.12 y Aj.13.
(F-26 y F-28) mostrando muy frecuentemente En el estado actual de la investigación se
un aspecto brillante, homogéneo y adherente; no conocen más de cuarenta y dos formas elaboradas
obstante algunos ejemplares presentan un barniz en los alfares isturgitanos, considerando en este
poco brillante o casi mate y en ocasiones, caedizo. cómputo incluso aquellos pequeños fragmentos
La terra sigillata hispánica lisa del comple- adscribibles a un determinado tipo. Conforme se
jo isturgitano se caracteriza por una variedad han ido realizando nuevas campañas de excava-
de officinae que firman su producción y por ción, la tipología se ha incrementado ofreciendo
una diversidad formal que varía en función de en la actualidad un amplio repertorio formal
la generación de alfareros a la que se adscribe que ha sido objeto de continuada atención y

1. El presente trabajo ha contado con el soporte del Proyecto de I+D “Ex officina Meridionali: Tecnología, producción,
difusión y comercialización de cerámicas finas de origen bético en el sur peninsular durante el Alto Imperio” (HAR2010-
17507) Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España.

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M.ª ISABEL FERNÁNDEZ-GARCÍA e ISMAEL MACÍAS FERNÁNDEZ

cuya investigación constituye la base sobre la Forma 15/17 ha permitido, hasta el momento,
que se asienta el prontuario de la terra sigillata en función de las características que presenta
lisa isturgitana (Fernández-García, 1998 y 2004; el establecimiento de dos grupos. Al primero
Fernández-García et alii, 2010; Roca Roumens, se adscriben los ejemplares que, en líneas ge-
1976 y 1991-92; Sotomayor Muro et alii, 1999). nerales, muestran pared moldurada, fondo con
abultamiento central muy acusado, así como pie,
muy elevado, sobre todo por su parte interna.
I.1. Formas con influjos del repertorio El segundo está constituido por ejemplares que
clásico e hispánico presentan pared lisa, muy abierta, fondo plano,
poco elevado y pie generalmente de sección
Forma 2, presenta borde vuelto, cuerpo glo- rectangular. Las características de los ejemplares
bular y fondo plano o casi plano con pequeña del grupo segundo se corresponden con las de la
acanaladura. Aproximadamente en la mitad de la forma 15/17 documentada en otros yacimientos
peninsulares sin embargo, las del primero se
superficie externa se constata una decoración con
acercan más a los productos gálicos de época
la técnica del burilamiento. Comienza su fabrica-
claudia y flavia. En función de estos dos grupos
ción en un momento muy temprano perdurando
M. Roca (1976: 34-37) estableció una aproxi-
hasta prácticamente la extinción del centro de
mación evolutiva para dicha forma que pasaría
producción con una fuerte presencia en contextos
por un primer momento de fiel imitación de la
de mediados del siglo I (fig. 1).
forma Drag. 15/17 sudgálica para, tras una fase
de transición en la que la pared adquiere un
Forma 4, muestra un borde plano horizontal
perfil exvasado, desembocar en la forma 15/17
decorado con la técnica del burilamiento, pared hispánica. Desde el punto de vista cronológico
en cuarto de círculo y pie, elevado, de sección los ejemplares del grupo primero están relacio-
triangular. Una variante de esta forma que quizá, nados con producciones galas de época claudia
en un futuro pueda formar un segundo grupo, es y flavia, imitación que en la época flavia pasaría
el caracterizado por la pared en cuarto de círculo por la fase de transición en la que se observa
con el borde plano inclinado cuya decoración con una disminución de los caracteres prototípicos
la técnica del burilamiento se ha sustituido por galos de dicha forma a la vez que cobra fuerza
dos finas acanaladuras paralelas. La forma 4 fue la Drag. 31 gala cuyas características influirán
elaborada a lo largo de la vida activa del alfar, si en el desarrollo del grupo segundo de 15/17
bien más intensamente en momentos avanzados hispánica de Andújar cuya fabricación a gran
del siglo I (fig. 1). escala puede situarse en un momento avanzado
del siglo I (fig. 1).
Forma 7 o tapadera, se pueden distinguir, En general, la forma 15/17 ha evidenciado en
hasta el presente, dos variantes en función de el fondo interno de algunos ejemplares la presencia
que presenten un borde levantado o un borde no de marcas de alfareros tanto epigráficas: A, AA,
diferenciado. Producida también a lo largo de la AHE, CA, CAA, CAH, CL, C.P.F, G.I.C., GITR,
vida productiva de los alfares (fig. 1). IC, LA, LC, LCA, MC, MCF, MPF, M.S.M, NA,
PF, PT, TIF, TITVS OPPIVS, VD, como anepígrafas
Forma 8 o vaso de pequeño tamaño con materializadas por las denominadas marcas de
cuerpo curvado, muy poco documentado en los entalles con representación de cuadriga conducida
vertederos explorados. Fecha de producción: épo- por Helios radiado, cuadriga con auriga o por
ca claudia. En un ejemplar se constató la marca cabeza varonil barbada, entre otros.
M.S.M (fig. 1).
Forma 16 se caracteriza por una pared curva,
Forma 13 o cantimplora de boca exvasada, pie poco elevado, de sección circular y asas de
cuello corto y estrecho, cuerpo circular aplanado doble lazo generalmente de sección rectangular.
y ausencia de asas. Una variedad dentro de este En los distintos ejemplares recuperados se ob-
grupo lo constituyen unos ejemplares que pre- serva, hasta el presente, cuatro tipos de borde:
sentan asas con acanaladura longitudinal externa inclinado hacia dentro, señalado sólo exterior-
poco marcada y cuyo cuerpo, conservado en mente por una ranura, engrosado algo saliente e
una mínima parte, pudiera ser quizá igualmente inclinado levemente hacia afuera y, por último,
circular aplanado. En general, esta forma 13 una especie de baquetón cóncavo en el interior
posiblemente se fabricase a lo largo de la vida pero que en el exterior muestra una sección en
activa del alfar (fig. 1). cuarto de círculo. Si bien su producción parece

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TERRA SIGILLATA HISPÁNICA: PRODUCCIÓN LISA

propia de época flavia, aparece asociada en las todo en vasos procedentes de la zona norte. Re-
capas superiores de los vertederos a las formas lacionado con la forma 27 se han documentado
44 y 46 (fig. 2). un posible segundo grupo, vinculado a la primera
fase productiva, constituido por vasos cuyo cuarto
Forma 18 plato de pared oblicua y borde de círculo superior es sensiblemente menor que
sencillo. Los pocos ejemplares recuperados en las el inferior, llegando en algún caso a convertirse
últimas campañas de excavación se documentan éste en un simple reborde (fig. 2).
a partir de niveles de Claudio (fig. 2). La forma 27, junto con la 15/17, es sobre la
que más marcas de alfarero se han evidenciado
Forma 19 cuenco de borde horizontal saliente y esta coincidencia de firmas es indicativo de su
con asa adosada horizontalmente, pared curva y posible fabricación paralela en el tiempo. Se han
decoración con la técnica del burilamiento en recuperado ejemplares en cuyo fondo interno se
la parte inferior del cuerpo. Hallada en niveles constatan las officinae que firman su producción
de la primera mitad del siglo II tiene un origen como AA, AHE, CA, CAH, CL, C.P.F., CVDAS,
más antiguo, posiblemente Claudio-Domiciano, DACI, GAA, G.CL, G.I.C., GITR, LC, LCA, LIA,
como lo demuestra el hallazgo de ejemplares LPF, MA. MC, MCF, MOV, MS, M.S.M, NA,
relacionados con esta forma 19 pero carentes de OPTATVS, P, PE, PES, PF, PM, PT, TIF, TITVS
la decoración burilada (fig. 2). OPPIVS, VD, VS.

Forma 21 jarro de un asa con boca trilobulada Forma 30 caracterizada por borde poco di-
documentado en un momento muy tardío, casi de ferenciado, pared ligeramente exvasada, moldura
extinción del alfar (fig. 2). interna en cuarto de círculo en el punto de unión
pared/fondo y, exteriormente, plano oblicuo uniendo
Forma 24/25 caracterizada por pared interna la pared con el pie. Puede presentar una superfi-
en cuarto de círculo alargado, siendo ésta muy cie exterior bien lisa, moldurada o decorada con
delgada en algunos ejemplares. La parte superior la técnica de la barbotina. Con una fabricación
del vaso, en la que ni externa ni internamente poco intensa en los primeros momentos parece
se documentan ranuras, muestra un aspecto ver- hacerse más frecuente en el último cuarto del
tical mientras que la inferior se presenta oblicua. siglo I (fig. 3).
La separación entre ambas se realiza por una
moldura, oblicua pendiente hacia abajo, situada Forma 35/36 muestra el borde sin las típi-
generalmente en el punto medio de la altura del cas hojas de barbotina, el cuarto de círculo de
vaso aunque, a veces, ésta se sitúa un poco por la pared un poco alargado y el pie, elevado, de
debajo con lo que la zona superior ocupa más de sección triangular. Relacionado con dicha forma se
la mitad de la altura del vaso. El pie de sección han constatado algunos ejemplares en los que el
más o menos triangular, es poco elevado y sin punto de unión de la pared con el fondo, que es
molduras en la parte interna del fondo. Tan sólo plano, forma un ángulo de arista viva apreciable
en algunos ejemplares se ha observado la técnica en la parte externa mientras que en el interior se
del burilamiento en su zona superior. Esta forma muestra notablemente redondeado. Su fabricación
24/25 de clara derivación itálica, se fabrica desde se realiza en la segunda fase productiva (fig. 3).
plena época claudia hasta principios del siglo II
y no se han evidenciado marcas de alfarero en Forma 37 se ha recuperado, hasta el momento
ninguno de los ejemplares recuperados en los sólo un ejemplar completo cuya datación debe
vertederos (fig. 2). corresponder a los momentos en que empieza a
fabricarse la forma 37 decorada (fig. 3).
Forma 27 de clara derivación itálica, elabo-
rada generalmente en pequeños vasos carentes Forma 44, poco representada en nuestros
de borde diferenciado presenta una curvatura de alfares, muestra el perfil de la pared ligeramente
los cuartos de círculos poco marcada, siendo el abombado, el baquetón de la panza oblicuo hacia
cuarto de círculo superior menor que el infe- abajo y el pie de sección triangular. En algunos
rior y un pie, elevado, de sección más o menos vasos se documenta la técnica del burilamiento
triangular. Estas características, por otra parte, decorando la zona comprendida entre el borde y
son casi generales a las otras formas 27 docu- el baquetón central. A pesar de su posible “pa-
mentadas en los yacimientos peninsulares de las recido” con la forma 24/25 no existe, hasta el
que prácticamente se diferencian tan sólo por la momento, ningún elemento que permita considerar
presencia de borde, a veces muy marcado, sobre la posibilidad que la forma 44 proceda de una

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M.ª ISABEL FERNÁNDEZ-GARCÍA e ISMAEL MACÍAS FERNÁNDEZ

evolución de dicha forma 24/25. Se elaboró en como decorados. Al primer grupo se adscriben,
un momento muy avanzado de la actividad del hasta el momento, 12 formas, algunas con claros
alfar (fig.3). prototipos en el mundo itálico. Se ha establecido
una tipología abierta al objeto de incorporar po-
Forma 46 caracterizada por un borde plano, sibles nuevos tipos. Tras la sigla del yacimiento
ligeramente inclinado hacia abajo en algunos que lo identifica se acompaña de su correspon-
ejemplares, pared troncocónica y pie, elevado, de diente dígito.
sección triangular. Muy poco representada en los
alfares isturgitanos documentándose, hasta ahora, Forma Aj.2 presenta borde vuelto, pared en
al igual que la forma 44 en las capas superiores cuarto de círculo y soporte macizo de aspecto
de los vertederos que se corresponden con los cilíndrico, del que se desconoce su altura así como
últimos años de la vida activa de estos alfares el perfil del pie. Esta forma, elaborada a partir
(fig. 3). Los alfareros que fabricaron esta forma de mediados del siglo I, tiene una decoración a
dejaron constancia de su trabajo mediante mar- base de gotas de barbotina amarilla en el labio
cas anepígrafas de entalles que representan una y en el fondo interno (fig. 4).
figura de guerrero o Marte, una figura masculina,
entre otros. Forma Aj. 3 constituida por ejemplares in-
completos que muestran un perfil acampanado
Forma 57 muestra un perfil carenado y dos y cuyo borde de perfil triangular evidencia tres
asas verticales que arrancan de la parte superior. variantes: 1) con borde muy oblicuo y con el
Posiblemente fabricada en estos talleres antes labio en su parte interna con una concavidad
de fines del siglo I o comienzos del II (fig. 3). muy marcada; 2) borde exvasado presentando
en su interior un perfil ligeramente convexo y
Forma 59 presenta borde exvasado, cuello el labio en su interior indicado por una ranura y
corto y ancho, cuerpo más o menos achatado, 3) borde exvasado con perfil de aspecto convexo
fondo plano y asas verticales bien con acanala- en el interior y labio internamente señalado por
dura longitudinal o bien lisa. Forma fabricada una fina acanaladura. El estado fragmentario de
ya posiblemente en época neroniana continua los ejemplares recuperados no permite precisar
elaborándose durante bastante tiempo sin que si todos llevarían alguna técnica decorativa. Los
se pueda indicar su extinción definitiva (fig. 3). ejemplares de esta forma se adscriben a la pri-
mera época productiva, con especial incidencia
Forma 69 muestra una pared oblicua, un fondo en época Claudia (fig. 4).
plano, a veces levemente cóncavo y en la unión
de la pared/fondo se forma interna y externamente Forma Aj.4 caracterizada por su perfil acam-
bien un ángulo de arista viva o bien un ángulo panado y por un borde señalado mediante unas
redondeado. El pie generalmente es muy bajo, ranuras, apenas perceptibles, tanto interna como
ancho y entrante. Fabricada en un momento muy externamente. Aunque cronológicamente aparece
avanzado de la actividad de los talleres de Los en niveles de mediados del siglo I conviene tener
Villares de Andújar (fig. 3). presente, dada su escasa representación, que la Aj.
4 recuerda a formas itálicas de época de Tiberio
Forma 72 plato de fondo plano, pared obli- y de principios de Claudio (fig. 4).
cua y borde simple. Fabricado en época preflavia
(fig. 3). Forma Aj. 5 engloba una serie de vasos que
quizá puedan relacionarse con la forma XLII de
Junto a estos tipos se han recuperado un Marabini de época de Tiberio (Marabini1973,
fragmento posiblemente relacionados con la forma n.º 339, 181-182). Se trata, en general, de vasos
Ritterling 12 así como tres asas ornamentadas con decoración de hojas de agua, realizada con
pertenecientes a la forma Drag. 39 cuyas unidades la técnica de la barbotina, que muestran una
decorativas se disponen simétricamente en torno a pared fina vertical o casi vertical y con borde
un eje central (Fernández-García, 1998: 59 y 73). de sección circular o simplemente formado por
el engrosamiento de la pared. En los ejemplares
que se conservan casi completos se observa en
I.2. Formas propias de Andújar el punto de unión pared/fondo una carena poco
marcada, una base plana con una ligera conca-
Consideradas como peculiares de este com- vidad insinuada en el centro así como dos asas
plejo alfarero engloban tanto ejemplares lisos verticales con acanaladura en sentido longitudinal.

184
TERRA SIGILLATA HISPÁNICA: PRODUCCIÓN LISA

Abundantemente representada en la primera época flavia. Posiblemente la Aj. 10 se elabora a fines


productiva (fig. 4). del siglo I o principios del II (fig. 5).

Forma Aj. 6 constituida por una serie de va- Forma Aj. 11 ejemplares de borde ancho liso
sos relacionados con la forma XLVI de Marabini con labio de sección circular y pared hemisférica.
de época claudia (Marabini, 1973, n.º 372-375, La técnica de la barbotina se ha empleado como
193). Se trata de orzas, de paredes muy finas, recurso decorativo a base de grupos de círculos
de aspecto ovoide con el borde vuelto o bien concéntricos. Esta forma aparece asociada a ni-
formado por el engrosamiento de la pared dando veles de época Claudia (fig. 5).
lugar al labio. Parece que esta forma se fabrica
desde la primera fase productiva si bien aquellos Forma Aj. 12 presenta un borde plano lige-
ejemplares que presentan el borde vuelto podrían ramente caído con ranura en el extremo interno,
adscribirse a mediados del siglo I, utilizando en una pared oblicua, un punto de unión pared/fondo
todos los ejemplares la técnica de la barbotina formando externamente un ángulo de arista viva
como recurso decorativo (fig. 4). e internamente un ángulo redondeado. Forma
fabricada en época fundamentalmente Claudia
Forma Aj. 7 recuerda en cierto aspecto a la (fig. 5).
forma LXI de Marabini de época Tiberio-Claudio
(Marabini, 1973, n.º 359, 182). Se trata, en ge- Forma Aj. 13 muestra un borde plano oblicuo
neral, de vasos con borde de sección circular, a hacia el interior así como un fino resalte externo
veces moldurado, pared vertical o casi vertical en el punto de unión pared/fondo formando un
y en el punto de unión pared/fondo se observa ángulo de arista viva. Se le asigna una cronología
bien una carena redondeada o bien un ángulo de de Nerón-Flavio (fig. 5).
arista viva. Con una cronología de época claudia,
algunos de los ejemplares recuperados muestran
una decoración a base de la técnica de la bar- I.3. Formas buriladas
botina (fig. 5).
Bajo esta denominación agrupamos una serie
Forma Aj. 8 de difícil caracterización dado el de ejemplares que utilizan como recurso decora-
estado fragmentario de los ejemplares recuperados tivo la técnica del burilamiento sobre la totalidad
hasta el presente. Por una parte, puede tratarse de o sobre una parte importante del cuerpo. Estos
un pie en cuyo caso quizás podamos relacionarlo vasos, hasta el presente, son característicos de los
con los soportes cilíndricos de la forma Aj. 2 talleres béticos. Junto a tipos relacionados con las
mientras que, por otra, no puede descartarse que formas 29, 30 y 37 nos encontramos con otros
se trate de una copa. Cronológicamente se ubica cuyo cuerpo hemisférico recuerda a las decoradas
en niveles de la segunda mitad del siglo I (fig. 5). denominadas como Aj.1.

Forma Aj. 9 caracterizada por borde exvasado, Forma 29 burilada presenta borde exvasado,
pared abierta, punto de unión pared/fondo mar- pared casi vertical y carena no muy pronunciada
cado por una carena y pie de sección triangular. en la mayoría de los ejemplares. Suele presentar
La técnica de la barbotina se ha utilizado como la totalidad del cuerpo burilado. Se documentan
decoración a base de pequeños círculos o anillos a partir de época neroniana (fig. 6)
en estos vasos adscribibles a época flavia (fig.5).
Forma 30 burilada caracterizada por borde
Forma Aj. 10 muestra una pared recta, le- exvasado y pared más o menos vertical con la
vemente abierta, con una carena marcada por práctica totalidad del cuerpo burilado. Documentada
un ángulo de arista viva y asa conservada de a partir de niveles preflavios avanzados (fig. 6).
sección rectangular. Se emplea como recurso
decorativo la técnica de la barbotina mediante Forma 37 burilada muestra un borde in-
líneas oblicuas paralelas. Esta forma tiene su vasado con un labio fino, una pared curva con
paralelo más próximo en vasos de pequeños tama- tendencia ligeramente entrante en algunos casos
ño elaborados en cerámica común en los alfares y un pie bajo. Se documentan tanto ejemplares
isturgitanos que, a su vez, imitan ejemplares de con la totalidad del cuerpo burilado como una
paredes finas frecuentes a lo largo del siglo I, parte importante del mismo. Elaboradas en época
con especial concentración en época preflavia y Flavia (fig. 6).

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M.ª ISABEL FERNÁNDEZ-GARCÍA e ISMAEL MACÍAS FERNÁNDEZ

Forma Aj.1 burilada de pequeñas dimensiones más o menos cilíndricas y una base plana en la
con un diámetro de boca que oscila entre 11 y que, en ocasiones, se esboza una especie de ónfalo
14 cm. y un perfil que muestra una sección en nos remiten a vasos ibéricos con esas mismas
cuarto de círculo. Con la totalidad del cuerpo características morfológicas relacionados con el
burilado se producen desde época claudia. kalathos (Fernández-García, 1998: 65). Asimis-
mo tanto en cerámica de tradición ibérica como
en terra sigillata hispánica se han documentado
I.4. Variantes propias de Andújar unos ejemplares caracterizados por un borde no
diferenciado con ranura, una pared curva más
Este epígrafe acoge una serie de formas cuyos engrosada en la zona cercana al borde y un asa
rasgos si bien recuerdan claramente prototipos horizontal, que se adhiere a la pared en su punto
clásicos, sin embargo muestran ciertas peculia- medio (Fernández-García, 1998: 65).
ridades significativas lo que unido al hecho de
haberse recuperado un solo individuo ha llevado
a ser consideradas, con las debidas reservas, I.6. Formas de otros repertorios
como variantes propias de Andújar en espera que
nuevos hallazgos permitan mayores matizaciones Bajo esta denominación se incluye una forma
al respecto (Sotomayor Muro et alii, 1999: 29). de imitatio adscribible a la forma Hayes 8A de
sigillata africana A, elaborada a la manera de la
Variante forma 15/17 plato cuya pared exter- terra sigillata hispánica durante la tercera gene-
namente forma un ángulo obtuso de arista viva ración de alfareros isturgitanos (Peinado Espinosa
mientras que interiormente presenta un perfil y Fernández-García, 2013).
oblicuo. En el punto de unión pared/fondo se
constata una moldura en cuarto de círculo en Forma Hayes 8A cuenco con borde moldu-
el interior y dos profundas ranuras de sección rado y labio redondeado bajo el cual se sitúa un
triangular en la parte externa. Fabricado posi- baquetón; cuerpo recto, con carena más o menos
blemente en una fase inicial de la actividad del marcada y pie anular. Utiliza como recurso de-
alfar (fig. 7). corativo la técnica del burilamiento en la mitad
superior de su cuerpo. Elaborada en los momentos
Variante forma Ludowici Tb plato de borde finales del siglo I y siglo II (fig. 7).
vuelto, pared abierta y moldura interna en cuar-
to de círculo en el punto de unión pared/fondo.
Documentada a partir de época claudia (fig. 7). II. DISCUSIÓN

Variante forma 44 presenta un borde de La variedad tipológica del repertorio liso de


aspecto convexo en el exterior y cóncavo en el terra sigillata de estos talleres conviene relacio-
interior, una pared hemisférica, una moldura de narla con la creatividad que los alfareros suelen
sección rectangular en su parte superior y un pie, conferir a sus obras adoptando algunas officinae
muy bajo, de sección triangular con base plana las técnicas del burilamiento o de la barbotina
que muestra una leve concavidad en el centro. Su como recurso decorativo imprimiendo, con ello, a
elaboración se sitúa a mediados del siglo I (fig. 7). sus piezas cierta originalidad (fig. 8). Una mayor
singularidad se logra en determinados ejemplares
donde la técnica de la barbotina alcanza su mayor
I.5. Formas de tradición ibérica grado de refinamiento a base de ornamentaciones
mediante racimos de uvas, elementos vegetales
Paralelamente al influjo de producciones ex- muy elaborados o figuras romboidales; asimismo
trapeninsulares materializadas en la imitación de mediante esta técnica se realizan decoraciones
determinados prototipos de vasos de paredes finas a base de pequeños círculos o anillos, círculos
y de formas de terra sigillata itálica o gala se simples, dobles círculos, hojas de agua, simples
observa, en los alfares isturgitanos, una serie de líneas y perlitas alternando con líneas verticales
ejemplares que hunden sus raíces en la tradición o gotas. La barbotina se constata especialmente
ibérica. Si bien hasta el presente son pocas las sobre ejemplares de la forma Aj. 2, Aj. 5, Aj.
piezas recuperadas su presencia es indicativa de 6, Aj. 7, Aj. 9, Aj. 10, Aj. 11 así como en una
la importancia del gusto y pervivencia del sus- serie de fragmentos indeterminados.
trato indígena. Una serie de fragmentos adscritos Otra técnica muy utilizada es el burilamiento
a momentos claudios que presentan unas paredes adaptado a la casi totalidad del cuerpo en las

186
TERRA SIGILLATA HISPÁNICA: PRODUCCIÓN LISA

denominadas formas buriladas o de manera más asistiendo a una repetición con pocas variantes
parcial constituyendo una especie de franjas de de formas ya elaboradas en la etapa precedente
mayor o menor tamaño, sobre todo en las formas —2, 4, 7, 13, 15/17, 19, 24/25, 27, 35/36, 57,
2, 7, 19, 44 y 59. Asimismo se documenta sobre 59, Aj. 2, Aj. 4, Aj. 8, Aj. 9, Aj. 13, variante de
el borde de la forma 4 y en la parte superior de la 44 y formas con decoración burilada. A esta
un ejemplar de la forma 24/25. segunda generación se vincula la mayoría de las
Estas técnicas decorativas al igual que la officinae productoras de vasos lisos que dejan
riqueza formal no presenta una uniformidad a lo constancia de su trabajo mediante una serie de
largo de la producción lisa de la terra sigillata marcas epigráficas: A, AA, AHE, CA, CAA, CAH,
isturgitana. De las tres generaciones de productores CL, DACI, GAA, G.CL, G.I.C., GITR, IC, LA, LC,
de sigillata, en la primera —época preflavia— se LCA, LIA, LPF, MA, MC, MCF, MOV, MPF, NA,
observa, en general, una buena calidad de pasta y P, PE, PES, PF, PM, PT, PTF, TIF, VD, VS. La
barniz con un amplio repertorio de formas —2, 4, difusión de sus productos alcanza los mercados de
7, 13, 15/17, 19, 24/25, 27, 59, 72, Aj. 3, Aj. 4, la Mauritania Tingitana, de la Baetica así como
Aj. 5, Aj. 6, Aj. 7, Aj. 11, Aj. 12, Aj. 13, variante otras zonas peninsulares. En esta etapa el com-
de la 15/17, variante de la Ludowici Tb, formas plejo alfarero de Isturgi estableció una serie de
buriladas—, mostrando algunos tipos tempranos sucursales, talleres de menor difusión, emplazadas
influjos itálicos —24/25 y 27— o galos —15/17—, en las actuales provincias de Málaga y Granada
que se adaptan enseguida a las versiones hispanas destinadas a satisfacer plenamente la demanda
de los mismos con los que, en ocasiones, conviven. del mercado. Tres officinae —TITI OPPI, CA y
Sobre algunos ejemplares lisos, se emplea como L.M.F.F— relacionadas total o parcialmente con
recurso ornamental las técnicas de la barbotina Isturgi se han documentado en los talleres gra-
y del burilamiento indicativas de esa creatividad nadinos —CA y L.M.F.F— y en uno malagueño
antes aludida, sobre todo la primera, imputable, —L.M.F.F y TITI OPPI— (ver estructuras de
posiblemente, a unas officinae muy concretas de comercialización).
las que por el momento desconocemos su filia- Por último, en la tercera generación —fines
ción. En contraposición, conocemos la actividad siglo I/siglo II— parece existir un cierto aban-
de una serie de talleres que, mediante la utiliza- dono en el tratamiento de los productos ya que
ción de marcas epigráficas, dejan constancia de se caracteriza por ejemplares con mala calidad
su trabajo. En relación con ello se adscriben a de pasta y de barniz así como por un reducido
esta primera época los alfareros productores de repertorio liso —formas 2, 4, 7, 13, 15/17, 16,
vasos lisos C.P.F, CVDAS, MS, M.S.F, M.S.M, 19, 24/25, 27, 44, 46, 57, 69 y Aj. 10— en el
OPTATVS y TITVS OPPIVS si bien éste último y que predominan formas macizas y pesadas. A
MS son más bien alfareros puente entre la primera esta etapa se adscribe la actividad de una serie de
y segunda generación. Junto a la terra sigillata alfareros, algunos de los cuales dejan constancia
hispánica en versión lisa y decorada se elaboró de su trabajo mediante el empleo de marcas de
cerámica pintada de tradición ibérica, entre otras entalle sobre el fondo interno de las formas 15/17
clases cerámicas. Resulta muy interesante la y 46 (Sotomayor Muro, 1988).
convivencia productiva entre la cerámica pintada
de tradición ibérica y las nuevas vajillas —terra En suma, a lo largo de la vida activa de los
sigillata hispánica— no sólo por cuanto supone alfares de Isturgi los productores de vasos lisos
de asunción de las nuevas tecnotipologías sino disminuyen su variedad formal posiblemente
también por cuanto representa de coexistencia de en una adaptación a las demandas de mercado
antiguas formas. Ello se traduce en una serie de o debido a simples criterios utilitarios ya que
influjos recíprocos cuya materialización supondrá sabemos que determinadas formas —15/17 y
una amplia y variada oferta destinada a satisfacer 27— debieron de constituirse en servicio con
las exigencias de demanda del mercado a corta, una amplia continuidad temporal. Sobre algunos
media y larga distancia incidiendo tanto en las productos lisos —especialmente formas 15/17,
estructuras de producción como en las estructuras 27 y ocasionalmente 8— las officinae dejan
de comercialización. constancia de su trabajo en el fondo interno de
Un cambio organizativo parece producirse en esos ejemplares mediante fórmulas epigráficas
torno a la época flavia que se corresponde con la manifiestas en las dos primeras generaciones de
segunda generación de fabricantes de terra sigillata alfareros. Sin embargo unas marcas anepígrafas
hispánica del complejo isturgitano. La calidad de acompañan algunas manufacturas —formas 15/17
pasta y barniz decrece con respecto al momento y 46— en la última generación de alfareros cuyo
anterior. El repertorio formal liso se simplifica significado dentro del engranaje productivo queda

187
M.ª ISABEL FERNÁNDEZ-GARCÍA e ISMAEL MACÍAS FERNÁNDEZ

aún por determinar. Igualmente la calidad de los de otros productos que provienen del exterior
productos irá pareja a sus etapas productivas. Tras (Roca Roumens y Fernández-García, 1988). Ello,
una fase de buena calidad con algunas manufac- de una u otra forma, acaba condicionando a la
turas excelentes —que nada tienen que envidiar producción isturgitana y en este sentido cobra
a las producciones de terra sigillata clásicas especial importancia el fenómeno de la imitatio de
extrapeninsulares— se pasa a una segunda etapa producciones africanas. Tan sólo conocemos, por
en las que posiblemente por las circunstancias el momento, dos formas elaboradas a la manera
del mercado es necesario un mayor empuje de la sigillata hispánica que reproducen modelos
productivo y ello de algún modo incide en las de sigillata africana, una documentada en los
manufacturas, para desembocar en una pérdida propios vertederos del alfar (Peinado Espinosa
gradual del tratamiento de los ejemplares, no y Fernández-García, 2012) y otra en un centro
sabemos si motivado por la fuerte competencia receptor (Monterroso Checa, 2002).

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188
TERRA SIGILLATA HISPÁNICA: PRODUCCIÓN LISA

2 2

13

15/17
15/17

0 5

Fig. 1.—Terra sigillata hispánica lisa. Formas 2, 4, 7, 8, 13, 15/17.

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16

18

19

21

24/25
24/25

27
27

0 5

Fig. 2.—Terra sigillata hispánica lisa. Formas 16, 18, 19, 21, 24/25, 27.

190
TERRA SIGILLATA HISPÁNICA: PRODUCCIÓN LISA

35/36
30

37
44

46

57

59
59

69 72

0 5

Fig. 3.—Terra sigillata hispánica lisa. Formas 30, 35/36, 37, 44, 46, 57, 59, 69, 72.

191
M.ª ISABEL FERNÁNDEZ-GARCÍA e ISMAEL MACÍAS FERNÁNDEZ

Aj. 3.1

Aj. 2
Aj. 3.2

Aj. 3.3

Aj. 4

Aj. 5 Aj. 6.1 Aj. 6.2

0 5

Fig. 4.—Terra sigillata hispánica lisa. Formas Aj.2, Aj.3, Aj. 4, Aj. 5, Aj.6.

192
TERRA SIGILLATA HISPÁNICA: PRODUCCIÓN LISA

Aj. 8
Aj. 7

Aj. 9
Aj. 9

Aj. 11
Aj. 10

Aj. 12 Aj.13

0 5

Fig. 5.—Terra sigillata hispánica lisa. Formas Aj. 7, Aj. 8, Aj.9, Aj. 10, Aj. 11, Aj. 12, Aj. 13.

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M.ª ISABEL FERNÁNDEZ-GARCÍA e ISMAEL MACÍAS FERNÁNDEZ

Burilada 29 Burilada 29

Burilada 30
Burilada 30

Burilada 37

Burilada 37
0 5

Fig. 6.—Terra sigillata hispánica lisa. Formas buriladas 29, 30, 37, según Roca Roumens, 1976.

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TERRA SIGILLATA HISPÁNICA: PRODUCCIÓN LISA

Variante 15/17

Ludowici Tb.

Variante 44

Hayes 8A

0 5

Fig. 7.—Terra sigillata hispánica lisa. Formas variante 15/17, Ludowici Tb, variante 44, Hayes 8.ª

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Fig. 8.—Terra sigillata hispánica lisa. Técnicas decorativas: barbotina (n.º 1-3) y burilado (n.º 4).

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