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de Mariana de la Mata
Personajes:
0
1-
Mediados de los 90. Noche de otoño en un pueblo de playa de la costa atlántica fuera
Aparecen las piernas de Ana. Zapatillas de lona blancas gastadas. Aparecen las
cachorros jugando. Salen corriendo. Aparecen las piernas de Ana de nuevo que
Ana: Ay!
Ana se reincorpora y se sienta. Tiene campera de jean con abrigo adentro, un short y
las manos llenas de tierra. Sangra una de las rodillas. Con la manga de la campera se
Vuelve a pasar Jorge corriendo y Ana vuelve a correrlo. Finalmente lo agarra y caen
al suelo.
Ana: es mío
Jorge: Brasil…
1
Ana: te voy a matar
Jorge: dale
Jorge: matame
Jorge la besa.
Pasa un tiempo.
Jorge: (haciendo un gesto con las dos manos juntas) mirá, levanto así y aparece...
Jorge: trato de agarrarlo, pero se escapa, sale corriendo y se pierde entre los pastos
Ana: un animal
Jorge: creo que sí. Le veo los ojos a veces, unos ojos oscuros y brillantes como dos
piedras.
Jorge: mmmn… no
Jorge: sí, creo que sí. Lo corro, lo corro y me tropiezo. Es rápido y cuando me levanto
no está… se escapa...
2
Jorge: no sé... ¿sirven para algo?
Ana: no sé
Ana se acerca a la máquina. Pone una moneda. Intenta sacar un peluche. Jorge sigue
Ana: un trabajo
Jorge: ya sé, por eso. Mirá (saca unas fotos y unas postales del bolsillo de atrás de su
pantalón) Esto es Jujuy, esto es Chubut, esta creo que es San Juan.
Jorge: otros…
Ana: (Lee) “te voy a extrañar y no te voy a olvidar” ¿De dónde las sacaste?
Jorge: de mi casa.
3
(…)
Jorge: sí
Jorge: una llama... antes se usaba me parece, vestirse así para la foto.
(...)
Jorge: bueno
Jorge: soy yo
música. Baila.
Ana: ¿si?
Jorge: sí, estabas en la bici. Bah, los dos estábamos. Andábamos en bici pero en cámara
lenta
4
Jorge: tenías el pelo suelto y se te volaba por el viento. Abrías la boca para tragarte el
(...)
Ana: (mientras baila) mirá: estás acá, acá y ahora acá ¿Te movés o no?
(...)
Ana: Jorge...
Jorge: qué
Ana: dale
Ana: ¿por qué no? Estás acá como podrías estar en cualquier lado
Jorge: no sé…
Ana: cualquiera
Jorge la besa. Caen suavemente al piso y se siguen besando durante un rato. Él mete su
Ana: ah
5
Ana: no es para llamar. El teléfono de mi casa no anda
Jorge: ¡dale!
(...)
Ana: no sabe, me dice. Casi no habla. Qué de qué me va a contar me dice, si no sabe…
(...)
Ana: ¿vos le podés pedir al tipo de la barra que te guarde las monedas de un peso?
(...)
Ana: dale
6
Jorge se aleja. Ana vuelve a prender el grabador, suena “There is a light that never
goes out” de The Smiths. Pone una moneda en la máquina, juega y saca un peluche.
Un hombre vestido con ropa de abrigo se acerca. Lleva una mochila como de
mochilero con ropa atada a los costados. Se para abajo de la luz y saca un paquete de
Ana: (Canta la canción que suena en el grabador) “Oh, por favor no me dejes en
dos pisos nos choca a los dos? Morir a tu lado sería una forma tan celestial de morir.”
(…)
Ana: hola
Sergio: hola
(...)
Sergio: no
Ana: ah…
(...)
Estás viajando...
Sergio: sí
7
Jorge: ¿qué hacías?
Sergio: hola
Jorge: hola
Sergio: no
Ana: genio
Ana: No
Jorge abre la cerveza. Toma. Le pasa la botella a Ana. Ella toma y le devuelve la
Ana: ¿querés?
Sergio: bueno
8
Sergio: si, estoy de paso…
Sergio: no
Jorge: Ana...
Sergio: no
Jorge: Ana...
Ana: ¿qué?!
Ana: no, estoy bien. Una vez conocimos a un norteamericano ¿te acordás?
Jorge: sí
Ana: era de Kentuky. Después de acá se iba a Cataratas y de ahí seguía. Había buscado
9
Jorge: sí, peor…
Ana: peor
Jorge: si
(…)
Ana: ¿acá?
Jorge: ah, si
Ana: si
Ana: justo
10
Sergio: hace mucho tiempo que no la veo
Ana: Gutierrez
Ana: Acá cerca vivía una mujer, un día apareció muerta. Apareció el cuerpo al costado
Ana: quedó en la nada. En un momento parece que habían agarrado a un tipo, pero al
Ana: no
Jorge: ¿entonces?
Jorge: Cualquiera…
(...)
Sergio: Sergio
11
Sergio: puede ser.
(…)
Cuando pasás mucho tiempo solo, viajando, a veces pasan meses y nadie te dice por tu
nombre. Podés estar semanas sin hablar con nadie, sin que nadie diga tu nombre.
Ana: Sergio
Sergio: Si
Ana: ¿No tenés una moneda de un peso? (Señalándo la máquina) Anda con esas nada
más…
2.
Ana: tenés una palanca y un botón. Después hay una mano y un cable que conecta esa
mano con la palanca. Es una mano de metal, como una pinza. Es una mano o una pinza
que vos manejás con la palanca… Están todos ahí, estampados… Lo primero que tenés
que hacer es poner la moneda en la máquina, cuando empieza el juego se prende la luz.
Así que con la palanca llevas la mano hasta donde está el peluche que a vos te gusta
para rescatarlo.
Sergio: ¿rescatarlo?
Ana: ahí apretás el botón y la mano cae. Después con la misma palanca la manejás para
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Sergio: y a veces lo agarrás y a veces no
Ana: sí, pero por ahí ponés una moneda de un peso y agarrás el peluche…
Sergio: sí, pero si perdés y ponés otra moneda y no sacás nada? y ponés otra moneda y
no sacás nada? y te gastás todas la monedas…? Te quedás sin ningún peluche y sin
ninguna moneda. Te gastaste todas las posibilidades que tenías y te das cuenta que no
tenés nada.
Ana: ¿y si lo sacás? te llevás un peluche de cuarenta pesos con una moneda de un peso
Sergio: justo. La cosa está armada para que pongas las monedas no para que te lleves
los ositos.
(...)
(...)
13
Sergio: ¿para llamar por teléfono?
Ana: sí
Ana: ¿marco cero, cero, cinco, cinco y después el teléfono que tengo?
Ana: a Río
Ana: claro
Le da la bici
Ana: gracias
máquina.
Sergio: yo…
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Ana: (se reincorpora, incómoda) Sí… te hice un chiste recién…
Ana: se fue por trabajo. Allá el clima es diferente. Es verano todo el año...
(...)
Sergio: Yo… no… estoy yendo por un trabajo a Santa Cruz…. pero el micro en el que
venía paró ahí en el cruce… Después ya seguía para Bahía Blanca… yo bajé ahí cuando
Sergio: No… no… Cuando yo vivía acá había una terminal, el micro entraba hasta la
Ana: está de barman en “Braco”, el boliche que está acá en la principal. Ayuda en la
barra.
Sergio: ah
Ana: a veces quedamos y voy hasta la puerta, él sale y nos vemos un rato ahí… En
verano abren dos pistas una latina y otra más internacional, pero viene otra gente. Ahora
es más tranquilo, dejan más mesas y abren sólo los fines de semana
(…)
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¿Vamos?
Sergio: no… no… yo voy a buscar algún lugar para comer algo me parece…
Ana: capaz lo del Mago, es acá a cuatro cuadras, en la principal. Bajando para la playa
Ana: ¿acá?
Ana: eh... sí
Sergio: gracias
Sergio sale. Pasa un tiempo y Ana mira la mochila, mete la mano en un bolsillo
guarda. Guarda el mapa donde estaba, vuelve a meter la mano en la mochila. Revuelve
3-
Otra esquina, en la puerta del boliche. Al costado hay un teléfono semipúblico, del otro
lado un bicicletero. Ana está atando su bicicleta, Sergio está con el teléfono.
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Sergio: no contesta nadie...
(...)
Ana: nunca atiende nadie y las veces que me atienden me hablan en brasilero.
(...)
Sergio: Si…
Ana: Esta es la mejor época para meterse al agua. La playa está vacía ¿Entramos?
Sergio: no sé...
Ana: ¿qué te vas a quedar haciendo? Podés entrar vos y buscarlo a Jorge. Que venga
Sergio entra. Ana se queda sola. Suena el teléfono semipublico. Pasa un rato, Ana se
Ana: (atiende) Oi
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Ana: nada... estaba sonando… ¿puede ser?
Ana: Sergio tiene que hacer tiempo y se me ocurrió que podíamos pasar un rato los tres
Ana: ya sé
Jorge: ya sabés
(…)
Ana: ah
Ana: ¿quién?
Jorge: Sergio
(...)
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Jorge: te arregló la bici
Ana: si
Jorge: ya me dijiste
Ana: yo no prendí… no sé qué pasaba con ese encendedor, las minas se pusieron re
pesadas
Jorge: no
Suena el teléfono.
(…)
(…)
19
(...)
Jorge: yo entro
Ana: hago un fueguito acá, a la noche y después me quedo dormida. Cuando levanta
primero acá y después todo el pueblo. El fuego llega hasta la playa. Yo salgo corriendo,
las llamas prendidas en el pullover. Corro hasta la playa y me tiro al agua. Me arde. Me
arde mucho. Estoy llena de llagas. Se me hacen ampollas en las piernas y en los brazos.
La lana se me pega en la piel me tiro en la orilla y lloro. Otra vez lloro, pero vienen las
olas y me refrescan. Vienen y se van las olas. Pienso en el infierno. Infierno chico y me
quedo dormida en la orilla. A la mañana me despierta un perro que me lame las heridas.
Creo que estoy pelada. Quiero tocarme la cabeza pero no me puedo mover. Abro los
ojos a penas y veo al perro lanudo. Lleno de arena el hocico. Me lame las heridas y creo
Llega Alicia.
Alicia: hola
Ana: hola
Alicia: ¿cómo?
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Ana: no sé. Raúl dice que tengo demasiada cara de nena y que no quiere tener
Ana: peor
Alicia: Tengo que hablar con Jorge y no tengo toda la noche. Dejé solo el hotel, cerré
con llave y me vine, pero no tengo toda la noche. Te estoy pidiendo un favor!
Sergio: hola
Alicia: hola
(...)
Sergio: Sergio
(...)
Soy Sergio
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Sergio: Alicia, por favor
Alicia: no entiendo bien… ¿Tengo que hacer cómo que no pasó nada?
Ana: ¡E -du- ar- do! No escucho nada... ¡Hay un problema con este teléfono! ¡Yo estoy
Corta.
Ana: ok
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Alicia: ¿para el sur o en venir a verme?
Sergio: nos encontramos más temprano, ¿te dijo? Fue una casualidad...
(...)
Sergio: fue una casualidad… me bajé del micro en el cruce, ahí en la entrada de la ruta
Sergio: ¿por qué no tomamos algo? Tomamos algo tranquilos… nos sentamos…
Alicia: ¿qué querés tomar? a mí las cosas me quedaron claras hace mucho
Sergio: sí, bueno, acá cada uno cuenta las cosas a su manera y como le conviene
(…)
(...)
23
(...)
Ya no. Ya pasó
(...)
Ahora ya pasó
(…)
(...)
Ana: es la mamá
Alicia: quería verte… a veces necesito verte y saber que estás bien
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Alicia: ya sé, está bien. Igual a veces necesito tenerte cerca, tenerte conmigo, saber que
estás bien...
Mirá, vos nos ves así ¿qué decís? ¿Eh? ¿Qué decís?
Sergio: no sé
Alicia: ¡dale! ¿Qué decís? Si nos ves así a los dos acá ¿Eh?
Sergio: no sé…
Alicia: ¡Ay, dale! Algo, lo que se te ocurra si nos ves acá, así ¿Si nos ves acá..?
Jorge tironea para zafarse, Alicia lo agarra cada vez más fuerte
Pasa un tiempo
Sergio: …
Pasa un tiempo.
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Sergio: Me duele la cabeza, desde hoy que me duele mucho la cabeza… por eso me
bajé del micro y fui al baño. Pensé en venir a verte muchas veces. También hubo años
Jorge entra
4-
En la pista de Braco. Un lugar modesto, sin gente. Hay luces de colores y suena música
bailable muy fuerte. Ana baila, Sergio y Alicia están apoyados contra una pared.
Alicia: Son cuatro cuadras con casas que se ven desde cualquier lado, desde cualquier
esquina.
Sergio: si claro…
Alicia: Yo pienso: “ahora llega alguien” “ahora alguien llega...” Tengo suerte... Ya el
Alicia: Es verdad que somos muchos para lo que son las habitaciones ahí… igual tengo
suerte. Hoy, por ejemplo, no había nadie en la calle… Mientras no lo agarre el hijo del
Mago estamos bien… está ahí esperando, pero si lo agarra lo convierte en un tugurio.
algo y bueno…
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Alicia: A la noche miro para afuera, no hay un alma. Recién en la primavera por ahí una
parejita de recién casados, si no nada. Esta duro el invierno... En la cocina del hotel hay
una tele chiquita. Yo miro un poco, pero termina temprano. Capaz si pusieran un
casino… si total... ya todos roban... Antes había un puesto de alfajores abierto todo el
Sergio: sí
Alicia: En un tiempo trabajé ahí… al hijo del Mago lo conocen todos, va todos nos
conocemos acá... En invierno peor, siempre sentís que te están espiando. Pero ese… iba
y venía para Mar del Plata en una época, llevaba y traía chicas en el verano. Tenía un
Sergio: Bueno…
Alicia: La policía!
Alicia: ¡No sé! A veces me vienen unos pensamientos que no me los distrae ni la
televisión.
Viene Jorge con unos tragos, le dice algo al oído a Ana. Saca de su bolsillo monedas de
un peso. Ana se las guarda. Lo besa. Lo agarra del brazo para bailar
acostumbré. Tengo que trabajar. Además, es grande ya, él también trabaja no sé… pasa
que acá no siempre hay buen ambiente… capaz van a empezar a construir un edificio al
lado ¿viste? Por ahí engancha y son varias horas… no sé… ella igual, todo el día en la
27
(...)
Sergio: Pasaron muchas cosas… Trabajé de camionero un tiempo largo. Hay años
enteros de los que sólo me acuerdo la ruta a la noche. Cuando pasaba más de diez horas
seguidas manejando empezaba a ver la ruta como una pista de aterrizaje, sentía que el
camión iba a levantar vuelo, que era un avión. A veces si cierro los ojos solo se me
Sergio se acerca e intenta besar a Alicia. Jorge, levanta la mano y le hace un gesto de
“ok” a Alicia
Alicia: Si! (Alicia también le hace un gesto de “ok”). Es hermoso. Me dan ganas de
(...)
(...)
Alicia: Yo estoy muy contenta del trabajo que hice ¿me entendés? Estoy muy
contenta… y no es que ahora va a venir cualquier cosa, cualquier persona y todo eso va
a quedar en la nada
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Alicia: ¿A qué hora sale el micro?
Sergio: 6:30
(...)
Me parece bien
(..)
(...)
Me parece lo mejor
(...)
Alicia: no… no
Sergio: dale
Alicia: mejor no
Sergio le da la mano y empiezan a bailar, suave. Los pies de Jorge, Ana, Sergio y
(...)
29
(...)
Sergio le habla al oído a Alicia. Termina la canción que estaban bailando. La música
Sergio: si...
Jorge: un día me metí y no podía salir. Estaba solo y el mar tiraba para adentro… me
Ana: antes había un puesto que vendía alfajores y estaba abierto toda la noche
Jorge: a veces me meto y miro el pueblo de lejos como si fuera una foto
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Jorge: ¡ahí vengo!
(...)
Ana: ¿qué?
Sergio: si están con nosotros. Voy a hablar con él, le digo que están con nosotros
(…)
31
Sergio: yo estaba con una mochila que dejé acá, me falta mi mochila... Tenía una
mochila con todas mis cosas, la campera, mis cosas… cosas mías… me faltan unas
cosas que tenía conmigo, la mochila donde tengo todas mis cosas…
5.
(...)
Jorge: sí
(...)
Ana: no
(...)
32
Jorge: ¿estás llorando?
Ana: no
Jorge: dale…
Jorge: yo no te digo
Jorge: dale
Ana: te voy a ver caer acá a la intemperie con el viento frío del invierno
Ana: ¡Te voy a matar! te voy a matar una mañana temprano y me va a salir vapor por la
boca.
Jorge: no entiendo por qué te ponés así… el mundo entero gusta de vos...
estés esperando...
Jorge: podés hacer cualquier cosa. Cualquier cosa, en cualquier lado. Me enfermás la
cabeza
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Ana: voy a correr hasta la playa con el arma en la mano
Ana: y me voy a meter vestida al mar con el revolver. Me voy a meter al mar llorando,
Jorge: nada
Ana: Me va a arrastrar una ola y me voy a golpear la cabeza contra una piedra. Me voy
a morir ahogada con el arma en la mano y vos y yo, él y yo, vamos a ser noticia.
(...)
(...)
Jorge: no sé
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Sergio: te dejé las cosas antes
Alicia: Ana...
Sergio: pendeja
Jorge le pega a Sergio una trompada. Sergio cae al piso. Jorge se tira sobre él y
empiezan a pegarse. Sergio comienza a pegarle a Jorge, le pega muy fuerte. Ana y
(…)
Pará ¡Paren!
(…)
35
Ana busca en su mochila y saca el arma. Le apunta a Sergio
Sergio: podía ser más fácil… pensé que iba a ser más fácil…
Sergio sale. Pasa un tiempo. Jorge sigue en el piso. Ana lo abraza todavía con el arma
en la mano.
Ana sale. Alicia abraza a Jorge que empieza a moverse muy lentamente. Se saca de
6.
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Ana llega a la esquina donde está la máquina de peluches, viene caminado con la
bicicleta y tiene una bolsa de monedas de un peso en la mano. Pone una moneda en la
máquina. La máquina no anda. La golpea. Nada. Le pega más fuerte. Nada. Pega
Saca el arma y dispara contra la máquina que se abre. Agarra todos los peluches que
FIN
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