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ESTE VERANO TE MATO

de Mariana de la Mata

Personajes:

ANA. Quince años


JORGE. Diecisiete años
SERGIO. Alrededor de cincuenta y cinco
ALICIA. Alrededor de cuarenta y cinco

0
1-

Mediados de los 90. Noche de otoño en un pueblo de playa de la costa atlántica fuera

de temporada. En una esquina desolada, una máquina de peluches. Atrás, un terreno

de pastos altos iluminado por una luz alta, de calle.

Aparecen las piernas de Ana. Zapatillas de lona blancas gastadas. Aparecen las

piernas de Jorge. Zapatillas oscuras. Corren, frenan y se persiguen como dos

cachorros jugando. Salen corriendo. Aparecen las piernas de Ana de nuevo que

tropiezan y cae al suelo.

Ana: Ay!

Ana se reincorpora y se sienta. Tiene campera de jean con abrigo adentro, un short y

las manos llenas de tierra. Sangra una de las rodillas. Con la manga de la campera se

aprieta para que la sangre pare.

Jorge pasa corriendo.

Ana: ¡Dale, damelo! ¡Dale!! ¡Devolvemelo!

Vuelve a pasar Jorge corriendo y Ana vuelve a correrlo. Finalmente lo agarra y caen

al suelo.

Jorge: (le da un papel a Ana) Tomá

Ana: es mío

Jorge: Brasil…

1
Ana: te voy a matar

Jorge: dale

Ana: no, ahora no

Jorge: matame

Jorge la besa.

Pasa un tiempo.

Jorge: (haciendo un gesto con las dos manos juntas) mirá, levanto así y aparece...

Ana: ¿qué es?

Jorge: trato de agarrarlo, pero se escapa, sale corriendo y se pierde entre los pastos

Ana: un animal

Jorge: creo que sí. Le veo los ojos a veces, unos ojos oscuros y brillantes como dos

piedras.

Ana: una mulita...

Jorge: no ¡más blando!

Ana: ¿una liebre?

Jorge: mmmn… no

Ana: ¿un cui?

Jorge: un cuis puede ser

Ana: qué feo un cui

Jorge: parece que lo tengo y no, que lo agarro y no...

Ana: ¿y vos que estás haciendo? ¿Tratando de cazarlo?

Jorge: sí, creo que sí. Lo corro, lo corro y me tropiezo. Es rápido y cuando me levanto

no está… se escapa...

Ana: ¿y para qué lo querés?

2
Jorge: no sé... ¿sirven para algo?

Ana: no sé

Jorge: ¿capaz el pelo? Voy a averiguar...

Ana se acerca a la máquina. Pone una moneda. Intenta sacar un peluche. Jorge sigue

atento los movimientos. No lo logra. Golpea la máquina.

Jorge: quiero hacer algo que me de plata

Ana: un trabajo

Jorge: sí, no sé… mucho no hay... Quiero comprarme una moto

Ana: ¿y a dónde te vas a ir? ¿Por qué te vas a ir?

Jorge: no sé... agarrar la ruta

Ana: necesitás plata

Jorge: ya sé, por eso. Mirá (saca unas fotos y unas postales del bolsillo de atrás de su

pantalón) Esto es Jujuy, esto es Chubut, esta creo que es San Juan.

Ana: ¡qué rara esta gente!

Jorge: ¿por qué? Están ahí de vacaciones, posan...

Ana: igual... las miradas...

Jorge: conocen el lugar y quieren llevarse un recuerdo

Ana: no sé… tienen algo atrás

Jorge: se ponen para aparecer con el paisaje

Ana: ya sé… todos quieren ser otros

Jorge: otros…

Ana: (Lee) “te voy a extrañar y no te voy a olvidar” ¿De dónde las sacaste?

Jorge: de mi casa.

Ana: ¿están comiendo un asado?

Jorge: sí. Mirá la cara...

3
(…)

Ana: esta es tu mamá

Jorge: sí

Ana: ¡qué joven! ¿Y eso qué es?

Jorge: una llama... antes se usaba me parece, vestirse así para la foto.

(...)

Creo que es en Necochea

Ana: (lee detrás de la foto) sí, “recuerdo de Necochea” ¿Me la regalás?

Jorge: bueno

Ana: ¿no tenés una de acá?

Jorge saca otra foto

Ana: qué lindo

Jorge: soy yo

Ana: ¿de verdad? parece que estás en un desierto...

Jorge: estoy disfrazado

Ana: tenés que comprarte un sombrero de esos. Te queda bien

Ana guarda la foto en su mochila y saca un grabador, lo apoya en el piso y pone

música. Baila.

Jorge: aparecías vos también…

Ana: ¿si?

Jorge: sí, estabas en la bici. Bah, los dos estábamos. Andábamos en bici pero en cámara

lenta

Ana: ¿y yo que hacía?

4
Jorge: tenías el pelo suelto y se te volaba por el viento. Abrías la boca para tragarte el

aire, viento en contra y te reías… estaba bueno

(...)

Ana: (mientras baila) mirá: estás acá, acá y ahora acá ¿Te movés o no?

(...)

Ana: Jorge...

Jorge: qué

Ana: dale

Jorge: bueno. No, no te movés

Ana: ¿por qué no? Estás acá como podrías estar en cualquier lado

Jorge: no sé…

Ana: me estoy moviendo, queda marcado en el piso

Jorge: te estuve buscando todo el día hoy, no te encontraba...

Ana: acá estoy

Jorge: a veces me parece que el pueblo gusta de vos. El pueblo entero...

Ana: cualquiera

Jorge la besa. Caen suavemente al piso y se siguen besando durante un rato. Él mete su

mano por abajo de la remera de ella y la acaricia, le desabrocha los botones de la

remera. La música se termina y ella se aparta suave.

Ana: ¿tenés una moneda de un peso?

Jorge: era la última…

Ana: ah

Jorge: ¿por qué no llamás desde tu casa?

5
Ana: no es para llamar. El teléfono de mi casa no anda

Jorge: ¡dale!

Ana: no es para llamar

Jorge: igual no tengo

Ana: te digo que no las quiero para llamar

Jorge: está bien.

(...)

¿Por qué no te olvidás de eso?

Ana: ya me olvidé, no es por Brasil, es para averiguar

Jorge: si se fue por trabajo, en algún momento te va a llamar

Ana: ¿para qué deja el número si no va a atender?

Jorge: no sé ¿Le preguntaste a tu hermano?

Ana: no sabe, me dice. Casi no habla. Qué de qué me va a contar me dice, si no sabe…

que termine el colegio. Que me busque un trabajo

Jorge: tiene razón

(...)

Ana: ¿vos le podés pedir al tipo de la barra que te guarde las monedas de un peso?

Jorge: le puedo preguntar

(...)

Jorge: compro una cerveza

Ana: dale

Jorge: ahí vengo

6
Jorge se aleja. Ana vuelve a prender el grabador, suena “There is a light that never

goes out” de The Smiths. Pone una moneda en la máquina, juega y saca un peluche.

Mira la etiqueta, lo guarda en la mochila.

Un hombre vestido con ropa de abrigo se acerca. Lleva una mochila como de

mochilero con ropa atada a los costados. Se para abajo de la luz y saca un paquete de

cigarrillos de los bolsillos. Fuma

Ana: (Canta la canción que suena en el grabador) “Oh, por favor no me dejes en

casa... Porque no es mi casa… es la casa de ellos y ya no soy bienvenida ¿Y si un bus de

dos pisos nos choca a los dos? Morir a tu lado sería una forma tan celestial de morir.”

(…)

Ana: hola

Sergio: hola

(...)

Ana: vos no sos de acá ¿no?

Sergio: no

Ana: ah…

(...)

Estás viajando...

Sergio: sí

Ana: llegás justo cuando se fueron todos...

Vuelve Jorge. Tiene una botella de cerveza en la mano.

7
Jorge: ¿qué hacías?

Ana: nada, estaba acá...

Sergio: hola

Jorge: hola

Ana: ¿y dónde te pensás quedar? No hay muchos lugares abiertos...

Sergio: estoy viendo...

Ana: mirá que cierran después de la temporada

Sergio: tengo una carpa

Ana: ah ¡qué bien!

Jorge: ¿se conocen?

Ana: si... recién…

Sergio: no

Jorge: (le da una moneda de un peso) tomá

Ana: genio

Jorge: ¿tenés frío?

Ana: No

Jorge abre la cerveza. Toma. Le pasa la botella a Ana. Ella toma y le devuelve la

botella. Él toma y le pasa la botella a Ana. Ella toma.

Ana: ¿querés?

Sergio: bueno

Ana: llegás justo cuando se fueron todos

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Sergio: si, estoy de paso…

Ana: ¿sos mochilero?

Sergio: no

Jorge: Ana...

Ana: ¿estás yendo para otro lugar?

Sergio: no

Jorge: Ana...

Ana: ¿qué?!

Jorge: ¿no tenés frío?

Ana: no, estoy bien. Una vez conocimos a un norteamericano ¿te acordás?

Jorge: sí

Ana: era de Kentuky. Después de acá se iba a Cataratas y de ahí seguía. Había buscado

en una guía lugares para pasar el verano y apareció acá

Sergio: yo soy argentino

Ana: sí, se nota

Sergio: soy de Buenos Aires

Jorge: ¿estás yendo para allá?

Sergio: no, estoy yendo para el sur

Ana: acá nos conocemos todos

Jorge: es verdad, aunque sea de vista

Ana: ¿en invierno peor o no?

9
Jorge: sí, peor…

Ana: peor

Jorge: si

Ana: mucho peor

(…)

Jorge: che yo me tengo que ir...

Sergio: yo conozco a alguien que vive acá

Ana: ¿acá?

Jorge: ¿alguien que vive acá?

Sergio: sí, se llama Alicia

Ana: la mamá de Jorge se llama Alicia

Jorge: ah, si

Ana: si

Sergio: ah, qué casualidad

Jorge: ¿sos amigo de ella?

Ana: mucha casualidad

Sergio: sí, creo que sí

Ana: justo

Sergio: ¿vos vivís por acá?

Jorge: capaz es otra Alicia

Ana: si por acá...

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Sergio: hace mucho tiempo que no la veo

Jorge: Ana, yo me tengo que ir...

Ana: Gutierrez

Sergio: sí, Gutierrez

Jorge: bueno, le puedo preguntar

Ana: Acá cerca vivía una mujer, un día apareció muerta. Apareció el cuerpo al costado

de la ruta y decían que había un asesino serial...

Jorge: ¿eso qué tiene que ver?

Ana: quedó en la nada. En un momento parece que habían agarrado a un tipo, pero al

final no… parece que no era…

Jorge: ¿se llamaba Alicia?

Ana: no

Jorge: ¿entonces?

Ana: Que nosotros tampoco la vimos más…

Jorge: Cualquiera…

(...)

¿Vos cómo te llamás?

Sergio: Sergio

Ana: Sergio y Jorge.

Jorge: che, yo me tengo que ir

Ana: ¿Sergio y Jorge se parecen, no? Son nombres que se parecen…

11
Sergio: puede ser.

(…)

Cuando pasás mucho tiempo solo, viajando, a veces pasan meses y nadie te dice por tu

nombre. Podés estar semanas sin hablar con nadie, sin que nadie diga tu nombre.

Ana: Sergio

Sergio: Si

Ana: ¿No tenés una moneda de un peso? (Señalándo la máquina) Anda con esas nada

más…

2.

La misma esquina. Sergio está agachado terminando de ajustar la rueda de la bicicleta

de Ana. Ella en la máquina intenta agarrar un peluche.

Ana: tenés una palanca y un botón. Después hay una mano y un cable que conecta esa

mano con la palanca. Es una mano de metal, como una pinza. Es una mano o una pinza

que vos manejás con la palanca… Están todos ahí, estampados… Lo primero que tenés

que hacer es poner la moneda en la máquina, cuando empieza el juego se prende la luz.

Así que con la palanca llevas la mano hasta donde está el peluche que a vos te gusta

para rescatarlo.

Sergio: ¿rescatarlo?

Ana: ahí apretás el botón y la mano cae. Después con la misma palanca la manejás para

que vuelva. Puede ser que lo hayas agarrado o no...

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Sergio: y a veces lo agarrás y a veces no

Ana: por eso te decía

Sergio: por ahí ponés otra moneda de un peso y perdés de nuevo…

Ana: sí, pero por ahí ponés una moneda de un peso y agarrás el peluche…

Sergio: sí, pero si perdés y ponés otra moneda y no sacás nada? y ponés otra moneda y

no sacás nada? y te gastás todas la monedas…? Te quedás sin ningún peluche y sin

ninguna moneda. Te gastaste todas las posibilidades que tenías y te das cuenta que no

tenés nada.

Ana: ¿y si lo sacás? te llevás un peluche de cuarenta pesos con una moneda de un peso

¿Y si lo ganás de una? te quedás con el peluche y con el resto de las monedas

Sergio: justo. La cosa está armada para que pongas las monedas no para que te lleves

los ositos.

(...)

Ana: estos son made in Brazil…

Sergio: puede ser

Ana: sí, son. Te digo porque los junto.

(...)

Ana: ¿conocés Río de Janeiro?

Sergio: estuve una vez...

Ana: ¿y cómo es?)

Sergio: lindo. Tiene mucho… encanto

Ana: ¿Y sabés cuál es la característica para llamar?

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Sergio: ¿para llamar por teléfono?

Ana: sí

Sergio: no me acuerdo bien... es cero, cero, cinco, cinco me parece...

Ana: ¿marco cero, cero, cinco, cinco y después el teléfono que tengo?

Sergio: no sé, depende a dónde quieras llamar...

Ana: a Río

Sergio: no sé, no estoy seguro.

Ana: mirá, es este (Saca un papel de su bolsillo y se lo muestra)

Sergio: tendrías que fijarte en una guía de teléfonos

Ana: claro

Le da la bici

Sergio: ya está esto

Ana: gracias

Ana se sube a la bici y empieza a dar vueltas alrededor de Sergio, alrededor de la

máquina.

Sergio: yo…

Ana: Vos no sos mi papá

Sergio: no… ¿Qué decís?

Ana: ¡ya sé! Es un chiste…

Se cae de la bici, Sergio se acerca a ayudarla.

Sergio: ¿Estás bien?

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Ana: (se reincorpora, incómoda) Sí… te hice un chiste recién…

Sergio: ¿tu papá vive en Brasil?

Ana: se fue por trabajo. Allá el clima es diferente. Es verano todo el año...

(...)

Ana: ¿Vos viniste por un trabajo?

Sergio: Yo… no… estoy yendo por un trabajo a Santa Cruz…. pero el micro en el que

venía paró ahí en el cruce… Después ya seguía para Bahía Blanca… yo bajé ahí cuando

paró… bajé un momento… en cambio cuando quise volver ya no estaba

Ana: Ah… ¿Perdiste el micro?

Sergio: No… no… Cuando yo vivía acá había una terminal, el micro entraba hasta la

rotonda que hay en la playa, volvía y estacionaba en la terminal…

Ana: Ah viviste acá?

Sergio: Un verano… si… ¿y Jorge?

Ana: está de barman en “Braco”, el boliche que está acá en la principal. Ayuda en la

barra.

Sergio: vos, no vas?

Ana: yo tengo demasiada cara de nena, así que no me dejan pasar...

Sergio: ah

Ana: a veces quedamos y voy hasta la puerta, él sale y nos vemos un rato ahí… En

verano abren dos pistas una latina y otra más internacional, pero viene otra gente. Ahora

es más tranquilo, dejan más mesas y abren sólo los fines de semana

(…)

15
¿Vamos?

Sergio: no… no… yo voy a buscar algún lugar para comer algo me parece…

Ana: si voy con vos capaz me dejan pasar...

Sergio: ¿sabés de algún lugar abierto por acá?

Ana: ¿a esta hora?

Sergio: donde pueda comprar algo para comer…

Ana: capaz lo del Mago, es acá a cuatro cuadras, en la principal. Bajando para la playa

hay un almacén que vende sánguches de milanesa también…

Sergio: ¿Te puedo dejar mis cosas y me las cuidás?

Ana: ¿acá?

Sergio: sí. Voy y vengo

Ana: eh... sí

Sergio: gracias

Sergio sale. Pasa un tiempo y Ana mira la mochila, mete la mano en un bolsillo

encuentra un mapa y lo mira. Vuelve a meter la mano y encuentra un sobre, se lo

guarda. Guarda el mapa donde estaba, vuelve a meter la mano en la mochila. Revuelve

y saca un revolver. Lo mira, lo guarda en su mochila.

3-

Otra esquina, en la puerta del boliche. Al costado hay un teléfono semipúblico, del otro

lado un bicicletero. Ana está atando su bicicleta, Sergio está con el teléfono.

16
Sergio: no contesta nadie...

Ana: te dije… Voy a probar una vez más…

Sergio: debe estar mal el número

(...)

Ana: intenté un par de veces, pero es muy difícil comunicarse…

Sergio: está mal el número

Ana: nunca atiende nadie y las veces que me atienden me hablan en brasilero.

Sergio: Me parece que está mal

Ana: A veces un nene… no sé si no me entiende o se hace...

(...)

¿a qué hora sale el micro?

Sergio: a las seis y media

Ana: qué lástima que no te quedas un poco más.

Sergio: Si…

Ana: Esta es la mejor época para meterse al agua. La playa está vacía ¿Entramos?

Sergio: no sé...

Ana: ¿qué te vas a quedar haciendo? Podés entrar vos y buscarlo a Jorge. Que venga

hasta la puerta y entramos los dos.

Sergio: está bien, voy a ver

Sergio entra. Ana se queda sola. Suena el teléfono semipublico. Pasa un rato, Ana se

acerca y deja de sonar.

Ana: (atiende) Oi

Jorge: ¿qué hacés?

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Ana: nada... estaba sonando… ¿puede ser?

Jorge: puede ser

Ana: Sergio tiene que hacer tiempo y se me ocurrió que podíamos pasar un rato los tres

Jorge: yo estoy trabajando

Ana: ya sé

Jorge: no quiero tener problemas acá

Ana: ¿y por qué vas a tener problemas?

Jorge: ya sabés

Ana: no, no sé. Decime

(…)

Ana: estaba sonando el teléfono hace un rato ¿Puede ser?

Jorge: puede ser

Ana: el tipo que trabaja en la puerta no está más…

Jorge: no, está sólo en temporada

Ana: ah

Jorge: no me gusta este tipo

Ana: ¿quién?

Jorge: Sergio

Ana: ¿qué tiene? A mí me cae bien

Jorge: no sé, no lo conocés

Ana: ¿eso que tiene que ver? es amigo de tu mamá

Jorge: eso dice él

Ana: por eso ¿Le preguntaste a ella?

Jorge: Sí, me dijo que puede ser

(...)

18
Jorge: te arregló la bici

Ana: si

Jorge: ¿le diste plata?

Ana: ¿qué te pasa?

Jorge: nada. No quiero tener problemas acá

Ana: no vas a tener problemas. Lo de la otra vez fue un accidente

Jorge: está bien

Ana: te digo porque fue un accidente

Jorge: ya me dijiste

Ana: yo no prendí… no sé qué pasaba con ese encendedor, las minas se pusieron re

pesadas

Jorge: está bien

Ana: estaba trabado o algo y se subió mucho la llama

Jorge: vos no fumás…

Ana: por eso. Se me enganchó con uno de los almohadones

Jorge: está bien. No entiendo por qué te ponés así...

Ana: ¿estás enojado conmigo?

Jorge: no

Ana: a mi este lugar no me gusta. Me gusta venir por vos

Suena el teléfono.

(…)

Ana: ¿qué hago? ¿atiendo?

Jorge: no sé, yo tengo que entrar

(…)

Ana: atiendo. Oi ¡Oi! ¡Me escuchan! ¡Hola!! ¡Hola!

19
(...)

Un día voy a prender fuego todo.

Jorge: yo entro

Entra. Ana se queda sola.

Ana: hago un fueguito acá, a la noche y después me quedo dormida. Cuando levanta

viento a la madrugada las llamas crecen y me abrazan. El fuego crece de a poco,

primero acá y después todo el pueblo. El fuego llega hasta la playa. Yo salgo corriendo,

las llamas prendidas en el pullover. Corro hasta la playa y me tiro al agua. Me arde. Me

arde mucho. Estoy llena de llagas. Se me hacen ampollas en las piernas y en los brazos.

La lana se me pega en la piel me tiro en la orilla y lloro. Otra vez lloro, pero vienen las

olas y me refrescan. Vienen y se van las olas. Pienso en el infierno. Infierno chico y me

quedo dormida en la orilla. A la mañana me despierta un perro que me lame las heridas.

Creo que estoy pelada. Quiero tocarme la cabeza pero no me puedo mover. Abro los

ojos a penas y veo al perro lanudo. Lleno de arena el hocico. Me lame las heridas y creo

que me sonríe. Acá no hay nada para hacer.

Llega Alicia.

Alicia: hola

Ana: hola

Alicia: ¿Jorge está con vos?

Ana: está adentro

Alicia: ¿lo podés ir a buscar?

Ana: no, no puedo. A mí no me dejan pasar

Alicia: ¿cómo?

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Ana: no sé. Raúl dice que tengo demasiada cara de nena y que no quiere tener

problemas con la policía. Cualquiera…

Alicia: tiene razón

Ana: Jorge tampoco tiene 18

Alicia: está trabajando

Ana: peor

Sergio asoma por la puerta.

Alicia: Tengo que hablar con Jorge y no tengo toda la noche. Dejé solo el hotel, cerré

con llave y me vine, pero no tengo toda la noche. Te estoy pidiendo un favor!

Sergio: hola

Alicia: hola

Sergio: soy Sergio

(...)

Sergio: Sergio

(...)

Soy Sergio

Ana: es amigo tuyo

Alicia: no, yo a este señor no lo conozco

Sergio: ¿Cómo no me conocés?

Alicia: no sé quién es...

Suena el teléfono. Ana atiende.

Ana: hola… ¡hola!

21
Sergio: Alicia, por favor

Ana: Si, yo estuve llamando...

Alicia: ¿qué pasa?

Ana: no sé… ¿allá qué hora es?

Sergio: quería verte

Ana: estoy buscando a Eduardo.

Sergio: quería venir hace tiempo

Alicia: no sé lo que me decís

Ana: ¿y eso qué tiene que ver?

Sergio: ¿Cómo no? Que desde hace un tiempo estoy pensando

Alicia: no sé con quién estoy hablando

Ana: no sé con quién estoy hablando…. ¿Qué?

Sergio: y pensé en venir a verte

Ana: ¡Yo qué sé cuánto sale la llamada!

Alicia: no entiendo bien… ¿Tengo que hacer cómo que no pasó nada?

Sergio: No, no sé ¿cómo que no pasó nada?

Ana: ¡E -du- ar- do! No escucho nada... ¡Hay un problema con este teléfono! ¡Yo estoy

buscando a mi papá!! ¡Esta mierda..!

Corta.

Alicia: Ana, andá a buscarlo a Jorge por favor…

Ana: ok

Ana entra al boliche

Sergio: yo estaba, o sea estoy yendo...

Alicia: ¿qué hacés así vestido?

Sergio: estoy yendo para el sur y pensé en venir a verte

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Alicia: ¿para el sur o en venir a verme?

Sergio: me salió un trabajo… en Santa Cruz…

Alicia: ah, qué bien

Sergio: ¿no querés que nos tomemos algo y hablamos?

Alicia: no, no puedo. Tengo que trabajar

Sergio: nos sentamos tranquilos un momento. Podemos ir a comer algo, ¿querés?

Alicia: ¿a esta hora?

Sergio: Podemos ir a algún lugar tranquilo, a una parrilla

Alicia: estuviste hablando con Jorge

Sergio: nos encontramos más temprano, ¿te dijo? Fue una casualidad...

Alicia: no quiero que hables con él

(...)

Sergio: fue una casualidad… me bajé del micro en el cruce, ahí en la entrada de la ruta

y justo vi el cartel, el cartel ese que dice “Bienvenidos” …

Alicia: igual, no quiero que hables con él

Sergio: ¿por qué no tomamos algo? Tomamos algo tranquilos… nos sentamos…

Alicia: ¿qué querés tomar? a mí las cosas me quedaron claras hace mucho

Sergio: sí, bueno, acá cada uno cuenta las cosas a su manera y como le conviene

Alicia: como en todas partes…

Sergio: por eso

Alicia: por eso

(…)

Para mí alguna vez eso fue el presente, después pasó

(...)

Quiero decir ahora no ¿se entiende?

23
(...)

Ya no. Ya pasó

(...)

Ahora ya pasó

Sergio: ¿Vos te acordás de antes?

Alicia: Algunas cosas me acuerdo y otras no me acuerdo

Sergio: Claro, te entiendo

(…)

te traje una plata…

Alicia: ¿me estás cargando?

Sergio: no, de verdad…

Alicia: me estás cargando

Sergio: no, no ¿cómo te voy a estar cargando?

Jorge y Ana salen juntos del boliche.

Jorge: hola, se encontraron

(...)

Sergio: si, gracias

Alicia: ¿cómo estás?

Jorge: bien ¿Qué pasa?

Alicia: nada, quería saber cómo estabas

Alicia lo abraza. Ana y Sergio miran. Pasa un tiempo.

Ana: es la mamá

Alicia: quería verte… a veces necesito verte y saber que estás bien

Jorge: estoy trabajando

Ana: yo no tengo mamá

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Alicia: ya sé, está bien. Igual a veces necesito tenerte cerca, tenerte conmigo, saber que

estás bien...

Alicia abraza a Jorge y posa como para una foto. A Sergio:

Mirá, vos nos ves así ¿qué decís? ¿Eh? ¿Qué decís?

Sergio: no sé

Ana: son lindos

Alicia: ¡dale! ¿Qué decís? Si nos ves así a los dos acá ¿Eh?

Jorge: ¡basta mamá!

Sergio: no sé…

Alicia: ¡Ay, dale! Algo, lo que se te ocurra si nos ves acá, así ¿Si nos ves acá..?

Ana: lindos, los veo lindos a los dos

Alicia: ¡le estoy preguntando a él!

Jorge: basta mamá

Jorge tironea para zafarse, Alicia lo agarra cada vez más fuerte

Alicia: Pará un segundo. Es un segundo nada más.

Pasa un tiempo

Alicia: Nada ¿No decís nada? No te parecemos felices

Sergio: …

Alicia: ¿Te parecemos o no? ¡Dale! ¿Qué te parecemos?

Ana: a mí me parecen lindos, me parecen muy lindos

Jorge: ¡basta mamá! Tengo que volver adentro…

Alicia: pero yo quiero saber qué piensa él

Pasa un tiempo.

25
Sergio: Me duele la cabeza, desde hoy que me duele mucho la cabeza… por eso me

bajé del micro y fui al baño. Pensé en venir a verte muchas veces. También hubo años

que no pensé en nada…

Jorge entra

4-

En la pista de Braco. Un lugar modesto, sin gente. Hay luces de colores y suena música

bailable muy fuerte. Ana baila, Sergio y Alicia están apoyados contra una pared.

Alicia: Son cuatro cuadras con casas que se ven desde cualquier lado, desde cualquier

esquina.

Sergio: si claro…

Alicia: Yo pienso: “ahora llega alguien” “ahora alguien llega...” Tengo suerte... Ya el

invierno pasado quedamos la mitad.

Sergio: Se ve poca gente…

Alicia: Es verdad que somos muchos para lo que son las habitaciones ahí… igual tengo

suerte. Hoy, por ejemplo, no había nadie en la calle… Mientras no lo agarre el hijo del

Mago estamos bien… está ahí esperando, pero si lo agarra lo convierte en un tugurio.

Está esperando…. Acá todos roban, todos están esperando... Si no se van...

Sergio: La gente se va atrás de la posibilidad. Ve una posibilidad, alguna oportunidad o

algo y bueno…

26
Alicia: A la noche miro para afuera, no hay un alma. Recién en la primavera por ahí una

parejita de recién casados, si no nada. Esta duro el invierno... En la cocina del hotel hay

una tele chiquita. Yo miro un poco, pero termina temprano. Capaz si pusieran un

casino… si total... ya todos roban... Antes había un puesto de alfajores abierto todo el

año, en la ruta ¿viste en la entrada?

Sergio: sí

Alicia: En un tiempo trabajé ahí… al hijo del Mago lo conocen todos, va todos nos

conocemos acá... En invierno peor, siempre sentís que te están espiando. Pero ese… iba

y venía para Mar del Plata en una época, llevaba y traía chicas en el verano. Tenía un

contacto allá en el puerto… ¡no sé! ¡Y la policía!

Sergio: Bueno…

Alicia: La policía!

Sergio: Bueno, bueno

Alicia: ¡No sé! A veces me vienen unos pensamientos que no me los distrae ni la

televisión.

Viene Jorge con unos tragos, le dice algo al oído a Ana. Saca de su bolsillo monedas de

un peso. Ana se las guarda. Lo besa. Lo agarra del brazo para bailar

Alicia: antes no me gustaba que Jorge se quedara solo toda la noche… Ya me

acostumbré. Tengo que trabajar. Además, es grande ya, él también trabaja no sé… pasa

que acá no siempre hay buen ambiente… capaz van a empezar a construir un edificio al

lado ¿viste? Por ahí engancha y son varias horas… no sé… ella igual, todo el día en la

calle… todo el día en la calle...

Sergio: me gusta escucharte hablar

27
(...)

Tenés una voz… nunca me olvidé de tu voz…

Alicia: Nunca te comunicaste

Sergio: Pasaron muchas cosas… Trabajé de camionero un tiempo largo. Hay años

enteros de los que sólo me acuerdo la ruta a la noche. Cuando pasaba más de diez horas

seguidas manejando empezaba a ver la ruta como una pista de aterrizaje, sentía que el

camión iba a levantar vuelo, que era un avión. A veces si cierro los ojos solo se me

viene la imagen de la ruta a la noche…

Sergio se acerca e intenta besar a Alicia. Jorge, levanta la mano y le hace un gesto de

“ok” a Alicia

Alicia: Si! (Alicia también le hace un gesto de “ok”). Es hermoso. Me dan ganas de

llorar a veces… a veces nada más

(...)

Alicia: creo que tengo el corazón muy chico

Sergio: no ¿por qué decís?

Alicia: no sé…o no lo puedo dejar hablar o no lo escucho… no sé

(...)

Sergio: Este pueblo siempre fue así

Alicia: Si vos hace veinte años que no venís.

Sergio: Por eso

Alicia: Yo estoy muy contenta del trabajo que hice ¿me entendés? Estoy muy

contenta… y no es que ahora va a venir cualquier cosa, cualquier persona y todo eso va

a quedar en la nada

Sergio: No es cualquier persona… ¿por qué decís cualquier persona?

28
Alicia: ¿A qué hora sale el micro?

Sergio: 6:30

Alicia: me parece bien

(...)

Me parece bien

(..)

Muy bien me parece

(...)

Me parece lo mejor

(...)

Sergio: ¿querés bailar?

Alicia: no… no

Sergio: dale

Alicia: mejor no

Sergio le da la mano y empiezan a bailar, suave. Los pies de Jorge, Ana, Sergio y

Alicia bailan en la pista. Pasa un tiempo.

Alicia: ¿es bueno el trabajo que conseguiste?

Sergio: sí, en una estación de servicio

Alicia: ¡Ah! Está bien

Sergio: Si va a estar bien

(...)

Alicia: ¿te estás escapando de alguien?

Sergio: ¿qué decís? ¿por qué decís eso?

29
(...)

Alicia: me podés decir… ahora no me importa

Sergio: estoy yendo por un trabajo

Alicia: decime la verdad, esta vez decime la verdad

Sergio le habla al oído a Alicia. Termina la canción que estaban bailando. La música

es más suave ahora. Ana y Jorge se acercan.

Ana: qué lástima que no te quedás un poco más...

Sergio: si...

Jorge: es la mejor época para meterse al agua. La playa está vacía

Alicia: se hizo tardísimo, tengo que volver al hotel

Jorge: un día me metí y no podía salir. Estaba solo y el mar tiraba para adentro… me

empezó a arrastrar y yo braceaba… no podía salir

Sergio: te acompaño y de ahí voy para la terminal

Alicia: no ¿con el frío que hace vas a esperar ahí?

Ana: antes había un puesto que vendía alfajores y estaba abierto toda la noche

Sergio: te acompaño no hay problema...

Ana: podías esperar ahí el colectivo

Jorge: a veces me meto y miro el pueblo de lejos como si fuera una foto

Alicia: no sé si es buena idea… mirá si perdés el colectivo

Sergio: No hay problema,

Jorge: yo ya no estoy en el pueblo pero lo veo en la foto. Se ve que ya me fui y estoy en

otro lado mirando la foto

Sergio: por el colectivo no hay problema, no te hagas problema por el colectivo

Ana: En el hotel te podés quedar, hay lugar ¿o no?

A Jorge le hacen señas desde la barra y sale

30
Jorge: ¡ahí vengo!

(...)

Ana: “Te voy a extrañar y no te voy a olvidar”

Alicia: ¿Qué decís Ana?

Ana: me acordé ahora de…. unas cosas de otro…mundo…

Ana empieza a revolver buscando algo en su mochila. Vuelve Jorge

Jorge: te tenés que ir...

Ana: ¿qué?

Jorge: que te tenés que ir

Sergio: ¿todo bien?

Ana: ¿por qué?

Jorge: dice Raúl que no quiere tener problemas con la policía

Ana: ¿qué policía? cualquiera…

Alicia: ¿por qué la policía Jorge?

Sergio: si están con nosotros. Voy a hablar con él, le digo que están con nosotros

Alicia: no, mejor nos vamos… yo tengo que volver al hotel

Jorge: dale, mejor

(…)

Sergio: ¿y mi mochila? no sé dónde dejé mi mochila…

Ana: yo me voy mejor

Jorge: sí, mejor

Sergio: me falta mi mochila, con mis cosas

Ana: acá en seguida te tildan… y quieren que te vayas

Alicia: ¿qué mochila?

Ana: que te vayas lejos

31
Sergio: yo estaba con una mochila que dejé acá, me falta mi mochila... Tenía una

mochila con todas mis cosas, la campera, mis cosas… cosas mías… me faltan unas

cosas que tenía conmigo, la mochila donde tengo todas mis cosas…

Ana sale. Jorge la sigue.

5.

Afuera, de nuevo en la puerta. Ana pone una moneda en el teléfono y marca.

Jorge: ¿estás bien?

Ana: sí, dejame. Quiero estar sola

Jorge: ¿estás bien? ¡cortala con eso!

Ana: te dije que sí. Quiero estar sola

(...)

Jorge: mandás cualquiera...

Ana: ¿yo mando cualquiera?

Jorge: sí

Ana: ¡vos mandás cualquiera!

(...)

Jorge: ¿para qué te pusiste a hablar con ese tipo?

Ana: ¿qué tipo? si es amigo de tu mamá

Jorge: ¿vos agarraste la mochila?

Ana: no

Jorge: la mochila de él ¿la agarraste vos?

Ana: no, te dije que no

(...)

32
Jorge: ¿estás llorando?

Ana: no

Jorge: mostrame la cara a ver

Ana: volvé. Tenés que trabajar

Jorge: dale…

Ana: después decís que tenés problemas acá

Jorge: ¿por qué te ponés así?

Ana: después me decís que yo te traigo problemas

Jorge: yo no te digo

Ana: dejame, te voy a matar

Jorge: dale

Ana: de verdad, te voy a matar como a un animal...

Jorge: dale Ana… el pueblo gusta de vos... vos te ponés así...

Ana: te voy a ver caer acá a la intemperie con el viento frío del invierno

Jorge: Ana… yo gusto de vos

Ana: ¡Te voy a matar! te voy a matar una mañana temprano y me va a salir vapor por la

boca.

Jorge: no entiendo por qué te ponés así… el mundo entero gusta de vos...

Ana: voy a llorar del frío y me van a sangrar los labios.

Se acerca Alicia viene de adentro.

Jorge: todo está ahí… y vos siempre te ponés así

Ana: te voy a matar de improvisto, de cobarde. Un día que no me lo pidas, que no lo

estés esperando...

Jorge: podés hacer cualquier cosa. Cualquier cosa, en cualquier lado. Me enfermás la

cabeza

33
Ana: voy a correr hasta la playa con el arma en la mano

Jorge: ¿qué arma?

Alicia: Jorge ¿qué pasa?

Sergio sale del boliche, tiene su mochila.

Jorge: nada, no pasa nada…

Ana: y me voy a meter vestida al mar con el revolver. Me voy a meter al mar llorando,

me voy a ahogar con mi respiración entrecortada, con mis mocos.

Jorge: te juro que me enfermás

Alicia: ¿qué pasa?

Jorge: nada

Ana: Me va a arrastrar una ola y me voy a golpear la cabeza contra una piedra. Me voy

a morir ahogada con el arma en la mano y vos y yo, él y yo, vamos a ser noticia.

(...)

(...)

Sergio: encontré mi mochila pero me falta una plata...

Alicia: vamos, Jorge

Sergio: me falta una plata y unas cosas que tenía en la mochila

Jorge: no sé

Sergio: cómo no sé...

Jorge: yo qué sé, acá todos roban

Alicia: vamos Jorge, por favor

Jorge: me tengo que quedar acá

Sergio: (a Ana) yo te dejé las cosas a vos

Jorge: tengo que trabajar

Ana: ¿qué cosas? yo no las tengo

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Sergio: te dejé las cosas antes

Ana: no las tengo te dije

Sergio: ¿cómo que no las tenés?

Jorge: te dijo que no ¿no la escuchaste?

Alicia: bueno ya está

Sergio: te quedaste con la plata

Ana: ¿qué plata? ¿qué te pasa?

Alicia: Ana...

Ana: yo no me quedé con la plata

Jorge: vos estabas con las cosas adentro

Sergio: pendeja

Ana: estás puesto

Sergio: ¿qué dijiste?!

Jorge: te dijo que no ¿no la escuchaste?

Jorge le pega a Sergio una trompada. Sergio cae al piso. Jorge se tira sobre él y

empiezan a pegarse. Sergio comienza a pegarle a Jorge, le pega muy fuerte. Ana y

Alicia se quedan inmóviles.

Alicia: ¡Basta! ¡Basta por favor!

(…)

Pará ¡Paren!

Por favor paren

(…)

Paren… Paren por favor… ¡Por favor basta!

35
Ana busca en su mochila y saca el arma. Le apunta a Sergio

Ana: Te está diciendo que pares ¿no la escuchás?

Alicia: ¿Qué hacés?

Ana: ¡Pará de pegarle!

Alicia: Ana, por favor…

Sergio: ¿Qué hacés con eso?

Alicia: Ana no por favor…

Sergio se levanta, Jorge está en el piso. Sergio agarra su mochila se la cuelga

lentamente, Ana y Alicia lo miran.

Sergio: podía ser más fácil… pensé que iba a ser más fácil…

Sergio sale. Pasa un tiempo. Jorge sigue en el piso. Ana lo abraza todavía con el arma

en la mano.

Alicia: Ana ¿qué pasa? ¿Qué está pasando?

Ana agarra su mochila y desata su bicicleta.

Alicia: ¿Qué pasa?

Ana sale. Alicia abraza a Jorge que empieza a moverse muy lentamente. Se saca de

encima a Alicia, se pone de pie y entra al boliche.

6.

36
Ana llega a la esquina donde está la máquina de peluches, viene caminado con la

bicicleta y tiene una bolsa de monedas de un peso en la mano. Pone una moneda en la

máquina. La máquina no anda. La golpea. Nada. Le pega más fuerte. Nada. Pega

golpes, piñas, patadas. Nada.

Ana: ¡esta mierda!

Saca el arma y dispara contra la máquina que se abre. Agarra todos los peluches que

puede, los guarda en su mochila, se sube a su bicicleta y se va.

FIN

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