Está en la página 1de 2

¿Previsible?

Reflexiones sobre el alud de nieve en el


Parque Nacional del Gran Sasso (Italia)
Glòria Martí i Domènech

Unidad de Aludes del Institut Cartogràfic i


Geològic de Catalunya (ICGC)
Comisión de Accidentes por alud de la Asoci-
ación para el Conocimiento de la nieve y los
Aludes (ACNA)
e-mail: gloria.marti@icgc.cat

El pasado 18 de enero un alud de


nieve arrasó un hotel ocupado por
turistas y trabajadores en Farindola,
en los Apeninos (Italia), causando
la muerte a decenas de personas. El
alud se originó a causa de las copio-
sas nevadas que se estaban produci-
endo desde hacía días en la región.
Esta zona no es de las más conocidas Fig. 1. Panorámica del alud que devastó el Hotel Rigopiano, cuyas ruinas se observan en primer plano. Foto-
en cuanto al riesgo de aludes, ya que grafía cortesía de Valerio Segor.
a nivel popular siempre asociamos
este riesgo a los Alpes. Sin embargo, sin anclajes) pero varía en el tiempo podemos acotarlo fácilmente sobre el
si realizamos un análisis rápido del (la nieve se transforma pudiendo ser terreno ya que x, y y z no varían, pero
terreno observamos que la situación estable o inestable en función de la es necesario monitorizarlo diariamen-
del barranco donde se ubicaba el evolución meteorológica). Así pues, te porque la nieve varía con el tiempo
hotel, presentaba las características
“ideales” para que se produjeran alu-
des: altitud apta para acumular nieve,
terreno suficientemente inclinado y
desprovisto de anclajes en la presunta
zona de salida del alud, sin bosque es-
peso y terreno con baja rugosidad. El
alud de los Apeninos nos debe hacer
reflexionar sobre qué hay que hacer
para protegernos de este peligro.
El primer paso para mitigar un
riesgo natural es conocer bien el
fenómeno, evaluar su peligrosidad
y, finalmente, tener presente cuáles
son los elementos vulnerables que
debemos proteger.
En el caso de los aludes de nieve
hay que tener en cuenta que se trata
de un fenómeno tetra dimensional: se
localiza bien en el espacio (en terre- Fig. 2. Cabecera del alud donde se han identificado las cicatrices, marcadas con líneas de color rojo. Se reco-
no inclinado y cotas con innivación y mienda consultar la versión digital.

112 – Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2017 (25.1)


ISSN (edición impresa): 1132-9157 - (edición electrónica): 2385-3484 – Pags. 112-113
(t, la cuarta dimensión), y se transfor- A partir de este conocimiento po- a escala de planificación. En estos
ma dando paso a la caída de aludes. dremos evaluar el riesgo determinan- mapas se detallan las zonas que no
Para controlar el parámetro fijo, do la exposición y la vulnerabilidad al son aptas para la construcción y, en
el terreno, se realizan las cartografías fenómeno. En este sentido los planes el caso de que lo sean, se determina
de zonas de aludes. A través del análi- de protección civil están diseñados qué tipo de construcciones se pue-
sis geomorfológico, se diferencian las para analizar el riesgo y, a partir de la den llevar a cabo a través del cálculo
zonas del terreno susceptibles de que casuística, deben estructurar y orga- de presiones de impacto y de la fre-
se produzcan aludes, que tienen unas nizar las acciones que deben llevarse cuencia de los aludes. Por todo ello,
altitudes, orientaciones e inclinaci- a cabo y la operativa concreta. es necesario analizar temporada tras
ones determinadas. Además, se de- Por ejemplo, en Cataluña, el Ins- temporada los aludes que caen y al-
tectan los elementos antrópicos (po- titut Cartogràfic i Geològic de Cata- macenar sus datos en una base don-
blaciones, carreteras, equipamientos, luña (ICGC) (antiguo Servei Geolò- de podremos consultar la frecuencia
etc.) y naturales (bosques) expuestos gic) inició a finales de los años 80 del y la dimensión del fenómeno.
a los aludes. Pero, ¿qué hacemos con siglo pasado, el servicio público de Otro ejemplo de la importancia de
el tiempo, con la cuarta dimensión? predicción de aludes desde dos pers- la predicción y vigilancia es el caso de
La nieve acumulada en el suelo es pectivas. Por una parte, realizando la Arinsal, en Andorra. En febrero de
como una película, que sufre conti- cartografía de zonas de aludes que 1996 la caída de un alud, de dimen-
nuas transformaciones, en función permitió localizar los sectores sus- siones relativamente menores al que
del tiempo meteorológico. Además, ceptibles en el Pirineo. Con el tiempo caería horas más tarde en el mismo
lo que le haya sucedido en el pasado evolucionó a lo que en la actualidad barranco, puso en alerta a los obser-
tiene consecuencias en el futuro. Por es la base de datos de aludes de Ca- vadores de la zona que insistieron a
ejemplo, una base de nieve escasa y taluña, donde se recogen todos los las autoridades para llevar a cabo la
un largo período de tiempo anticicló- aludes acontecidos año tras año. Por evacuación de la zona. Esta decisión
nico con frío y sin nevadas transfor- otra parte, se llevó a cabo la operati- evitó la muerte de cientos de perso-
ma esa nieve en nieve azúcar, suelta va de predicción y vigilancia a través nas, gracias a este sistema de obser-
y sin cohesión. En el hipotético caso de la emisión diaria de boletines de vación y vigilancia.
de que se produzca a posteriori una peligro de aludes. La implantación Aun así, no hay que caer en el er-
nevada de un metro de espesor o in- de una red de observadores profesi- ror de pensar que todo está ya hecho.
cluso menos que se apoye sobre esa onales, nivólogos, ha sido vital para Tal y como se señalaba al principio
nieve azúcar, provocará el deslizami- poder realizar con rigor esta tarea. de esta noticia, la zona donde se pro-
ento de la totalidad del manto nivoso No se puede realizar una predicción dujo la catástrofe de los Apeninos no
en forma de alud. Para poder realizar de aludes solamente con prediccio- es una “zona típica”. Por ello deben
esta valoración es imprescindible te- nes meteorológicas. Es indispensa- estudiarse todos los casos, incluso
ner observadores sobre el terreno ble evaluar la nieve sobre el terreno los menos típicos. En un contexto
que analicen la estabilidad de la nieve y recoger los datos de los aludes como el actual en el que el cambio
y una red de estaciones meteorológi- acaecidos durante la temporada. A climático apunta a que fenómenos
cas que registren lo que pasa en las partir de estos dos enfoques, en el extremos ocurrirán con más fre-
zonas montañosas. Con ello tendre- año 2009 se realizó la evaluación del cuencia, cabe esperar un incremento
mos la “foto” actual de cómo de es- riesgo con el plan de protección civil de estas situaciones relativamente
table está la nieve en ese momento. ALLAUCAT (Plan especial de emer- atípicas. Debemos realizar estudios
Pero para saber cómo evolucionará, gencias por aludes en Cataluña) que que nos permitan profundizar en el
será necesario disponer de una bue- plantea las acciones y recomendaci- conocimiento del fenómeno en un
na predicción meteorológica y unos ones a llevar a cabo en situaciones contexto cambiante, implementar nu-
expertos que pronostiquen hacia qué de alerta y de emergencia. Además, evas técnicas de evaluación y diseñar
panorama nos dirigimos. Sólo así po- a partir del análisis detallado de las operativas adecuadas pero, sobre
dremos predecir el peligro de aludes zonas potencialmente amenazadas, todo, debemos estar preparados para
en el tiempo. se realizan cartografías específicas evitar sus consecuencias. 

Fig. 3.
Imagen
del rescate
realizado días
después de
la caída del
alud. Fotogra-
fía cedida por
Valerio Segor.

Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2017 (25.1) – 113

También podría gustarte