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Jurisprudencia del Sistema Interamericano de

Derechos Humanos
 Corte Interamericana de Derechos Humanos. Estudio de caso:
Caso Gonzáles y otras (Campo algodonero vs. México)

- Hechos: En la ciudad de Juárez, México, se han venido


desarrollando diferentes formas de delincuencia organizada, a la
vez que ha aumentado el número de homicidios en contra de
mujeres desde el año 1993.

Laura Berenice Ramos era una estudiante de 17 años de edad,


quien desapareció el 22 de septiembre 2001. Claudia Ivette
Gonzáles, trabajadora en una empresa maquilladora de 20 años
de edad, desapareció el 10 de octubre de 2001. Esmeralda
Herrera Monreal, empleada doméstica de 15 años de edad
desapareció el lunes 29 de octubre de 2001. Las familias de cada
una de las mujeres desaparecidas presentaron las denuncias ante
las autoridades correspondientes, sin que éstas iniciaran las
investigaciones con la diligencia y rigurosidad debida, y sin que se
adelantara un proceso judicial que determinara una sanción justa
para los responsables.

Posteriormente, el 6 de noviembre de 2001, los cuerpos de Claudia


Ivette Gonzáles, Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice
Ramos Monárrez fueron encontrados con signos de violencia
sexual.
- Deber de protección del Estado respecto de los derechos a la
libertad personal, integridad personal y vida de las víctimas.
En este caso, la Corte presenta una evaluación del cumplimiento
del deber de prevención por parte del Estado, por el que debe
adoptar medidas integrales para cumplir con la obligación de
debida diligencia en los casos de violencias contra las mujeres. En
desarrollo de esta previsión, el Estado debe adoptar políticas de
prevención y prácticas que le permitan actuar de una manera
eficaz y eficiente ante las denuncias por este tipo de hechos
delictivos.

Para el caso en concreto, la Corte señaló dos momentos en los


que debe prestarse especial atención al actuar del Estado: el
primero antes de la desaparición de las víctimas, y el segundo,
antes del hallazgo de los cuerpos. Con relación al primer momento,
aunque el Estado tenía conocimiento de la existencia de una
situación de riesgo para las mujeres en Juárez, no tenía
conocimiento de un riesgo que fuera real e inminente para las
víctimas particulares del caso; por lo que la falta de previsión de la
desaparición no compromete la responsabilidad internacional del
Estado. Este análisis de la Corte evidencia cómo la
responsabilidad de prevención por parte del Estado no es ilimitada,
en tanto no le está dado prever cualquier hecho ilícito que pudiere
afectar a las mujeres dentro de su jurisdicción.

Ahora bien, con relación al segundo momento, el Estado sí tuvo el


conocimiento de la existencia de un riesgo real e inmediato de que
las víctimas fueran agredidas sexualmente y luego asesinadas.
Toda vez que el Estado ya conocía de las denuncias de la
desaparición de las mujeres, había ya surgido un deber de debida
diligencia estricta frente a la investigación de estos hechos. La
Corte señaló, respecto de este momento, que es imprescindible
que existan procedimientos adecuados para las denuncias, y que
aquellas deben conllevar una investigación efectiva desde las
primeras horas. México no demostró haber tomado las medidas
razonables para encontrar a las mujeres desaparecidas con vida.

La obligación de garantía de los derechos a la vida, la integridad


personal y la libertad, conlleva la obligación de investigar las
violaciones de estos derechos, obligación que no fue atendida por
parte del Estado mexicano, al haberse probado diferentes hechos
constitutivos de discriminación y violencias contra las mujeres.

- Deber de investigar efectivamente los hechos, conforme a los


artículos 8.1. y 25.1. De la Convención Americana de Derechos
Humanos: El Estado mexicano aceptó que cometió diferentes
irregularidades en la investigación de las desapariciones y
homicidios de las mujeres durante los primeros cinco años
posteriores a la ocurrencia de los hechos. Por ejemplo, las
autoridades desecharon varias denuncias iniciales diciéndoles a
los familiares que probablemente las víctimas habrían salido con
un novio y regresarían después a sus hogares; también aceptaron
falta de capacidad técnica y científica y de capacitación por parte
de los miembros de la Policía Judicial.

Según la propia Corte, conforme a las pruebas que fueron


allegadas al proceso, las irregularidades en las investigaciones y
en los procesos incluyeron demoras en el inicio de las
investigaciones, inactividad en los expedientes, negligencia e
irregularidades en la recolección y realización de pruebas, pérdida
de información y de medios de prueba, y falta de contemplación de
las vulneraciones cometidas contra estas mujeres como parte de
un ambiente generalizado de violencia y discriminación contra las
mujeres en Juárez.

Esta serie de irregularidades, así como la falta de investigaciones


contra los funcionarios públicos para la evaluación de su
negligencia en su gestión respecto del caso, denotan la
vulneración del derecho a la administración de justicia, a una
protección eficaz, y el derecho de los familiares y las víctimas de
conocer la verdad de lo sucedido.

La Corte concluyó que existió impunidad sobre el caso, y que las


medidas de derecho interno implementadas fueron insuficientes
para enfrentar las violaciones de derechos humanos ocurridas. La
falta de investigación y en consecuencia de sanción para los
responsables, fomenta un ambiente de impunidad que facilita la
repetición de hechos de violencia, y envía un mensaje a la
sociedad según el cual la violencia contra las mujeres puede ser
tolerada y aceptada en la cotidianidad.

- Obligación de no discriminar: La violencia contra la mujer como


discriminación.

Tanto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como los


representantes del Estado reconocieron que las actitudes de las
autoridades ante los homicidios y desapariciones eran
discriminatorias y dilatorias de los procesos de investigación y
judiciales. Incluso, el Estado señaló que la cultura de
discriminación imperante en la sociedad mexicana contribuyó a
que esos hechos delictivos no fueran percibidos como un
verdadero problema que ameritara una intervención inmediata por
parte de las autoridades estatales:

“Distintas pruebas allegadas al Tribunal, señalaron, inter alia, que


funcionarios del Estado de Chihuahua y del Municipio de Juárez
minimizaban el problema y llegaron a culpar a las propias víctimas
de su suerte, fuera por su forma de vestir, por el lugar en que
trabajaban, por su conducta, por andar solas, o por falta de
cuidado de los padres”

Resulta evidente que la cultura de discriminación presente en la


sociedad mexicana, y la persistencia de estereotipos de género en
el desarrollo de las acciones oficiales de los funcionarios públicos,
incidieron de manera negativa en la conducción de los procesos de
investigación, judicialización, sanción y atención a víctimas en los
casos presentados ante la Corte, y en aquellos que aunque no
aparecen individualizados en el cuerpo de la descripción del caso,
sí se relacionan con la exposición del estado de vulneraciones
contra las mujeres en México.

La Corte consideró que la violencia ejercida por los funcionarios


públicos constituyó una forma de discriminación contra las
mujeres, que vulneró el deber estatal de no discriminación,
contemplado en la Convención Americana de Derechos Humanos.
● Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Estudio de
caso. Caso Maria da Penha vs. Brasil

- Hechos: Este caso llegó a conocimiento de la Comisión en el año


de 1998. Consistió en la denuncia de la violencia perpetrada en
contra de Maria da Penha por parte de su entonces esposo, quien
durante años de convivencia matrimonial cometió vejámenes en su
contra, que terminaron en una tentativa de homicidio y nuevas
agresiones en mayo y junio de 1983. Por más de quince años el
Estado no tomó las medidas suficientes y necesarias para
procesar y sancionar al agresor, a pesar de que la víctima había
puesto ya en conocimiento de las autoridades hechos constitutivos
de violencia que habían ocurrido con anterioridad.

- Derecho de igualdad ante la ley: La Comisión pudo constatar


que en Brasil, para el momento de ocurrencia de los hechos, los
casos de violencia intrafamiliar afectaban mayoritariamente a las
mujeres, y sin embargo, existía una ineficacia en los sistemas
judiciales para la investigación y juzgamiento de estos casos. Las
quejas presentadas por las mujeres eran muchas veces
rechazadas, y cuando las víctimas lograban denunciar los hechos,
los funcionarios y funcionarias públicas no estaban lo
suficientemente capacitados y capacitadas para prestar una
atención integral y de calidad. Para 1994, la Comisión señaló que
de 86.815 quejas presentadas por mujeres agredidas, tan solo se
iniciaron 24.103 investigaciones policiales.
- Deberes de los Estados: En este caso la Comisión hace un
estudio de la aplicabilidad del artículo 7 de la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y erradicar la violencia
contra la mujer, relativo a los deberes de los Estados. A pesar de
que el Estado de Brasil ratificó la Convención de Belém do Pará, la
falta de acciones tendientes a la persecución judicial y sanción del
responsable denotan una tolerancia por parte del Estado de la
violencia sufrida por la víctima. La omisión a la obligación de
investigar los hechos deviene en impunidad, máxime cuando
según la Comisión, esta tolerancia estatal de la violencia no fue
exclusiva de este caso, sino que fue una práctica sistemática del
Estado respecto de casos de violencia doméstica en contra de
mujeres en Brasil.

- Obligación estatal de respetar y garantizar los derechos


contenidos en la Convención Americana de Derechos
Humanos: Entre los derechos amparados por la Convención
Americana sobre Derechos Humanos se encuentra el derecho de
toda persona al acceso a recursos judiciales, y a presentar su caso
ante las autoridades competentes cuando considere que sus
derechos han sido violados. Para el caso en concreto, aun 17 años
después de abierto el caso, no se había llegado a una sentencia
sancionatoria ni se había reparado a la víctima, lo que contradice
la previsión del plazo razonable para el desarrollo de las
investigaciones y las actuaciones judiciales en casos de violencias
contra las mujeres.

Desde que Maria da Penha fue víctima del delito de tentativa de


homicidio en 1983, transcurrieron casi ocho años para que se
dictara la primera sentencia en contra del agresor, en 1991.
Posteriormente, la defensa presentó un recurso de apelación que
aunque irregular fue admitido, y luego de tres años el tribunal de
Justicia del Estado anuló el juicio y la sentencia condenatoria
existente. Se inició un nuevo proceso que fue postergado por la
interposición de otras acciones dentro del trámite judicial, y solo
hasta 1996 un juez diferente condenó al agresor a diez años y seis
meses de prisión. Para el momento en que la CIDH conocía del
caso, se encontraba un recurso de apelación en estudio, que
demostraba también la tardanza del sistema judicial para llegar a
decisiones definitivas sobre las sanciones a imponer a los autores
de casos de violencias contra las mujeres.

 La obligación de los Estados de garantizar los derechos humanos


a las personas sujetas a su jurisdicción, implica el deber del Estado
de organizar sus estructuras para asegurar jurídicamente el libre y
pleno ejercicio de los derechos. En desarrollo de esta obligación,
los Estados deben prevenir, investigar, y sancionar toda violación
de los derechos que contempla la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, y procurar el restablecimiento de los mismos
y la reparación de daños causados con la vulneración. Puesto que
después de 17 años aún no se había llegado a una sentencia
definitiva, ni a la reparación de los daños sufridos por la víctima,
resulta evidente que las autoridades estatales estaban actuando
con negligencia, demorando injustificadamente el curso y fin del
proceso iniciado por Maria da Penha.

Bibliografía

 Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Caso 12.051.


Maria Da Penha Maia Fernandes vs. Brasil. 16 de abril de 2001.
 Caso González y otras (“Campo Algodonero”) Vs. México.
Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 16 de noviembre de 2009.

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