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Unidad 3
Unidad 3
La agresividad es un
comportamiento
normal en el ser
humano, nos ayuda a
la supervivencia
Estas tres capas están conectadas entre sí por circuitos excitatorios e inhibitorios, de forma
que neuronas residentes en una capa pueden activar o reprimir neuronas de otra capa. Las
relaciones funcionales entre capas pueden generar comportamientos que escapan al control
racional consciente.
Por ejemplo, si usted sostiene en su mano una bebida fría (negociado de la capa 1) y alguien le
pregunta su opinión sobre una persona conocida (negociado de la capa 3), probablemente
usted responderá que tiene una personalidad fría.
+ =
Su personalidad
es muy fría
Para entender mejor el tema tomaremos en cuenta las capas 2 y 3 como las mas relevantes.
Las emociones son, en gran parte, resultado de la actividad de neuronas en la capa 2, mientras
que sus compañeras de la capa 3 suelen modular la manifestación externa de esas emociones
tras la evaluación del contexto ambiental, las consecuencias previsibles del acto y otras
funciones cognitivas.
Hoy, las cosas parecen haber mejorado y la amígdala se describe como la estructura donde se
generan las sensaciones de miedo y ansiedad. De hecho, se distingue entre la amígdala central,
evolutivamente más antigua, donde se generan los miedos innatos, y la amígdala basolateral
que rodea a la anterior y es evolutivamente más reciente.
Es aquí donde se gestiona el miedo aprendido y esa información se envía a la amígdala central.
Las repetidas exposiciones a un estímulo cualquiera (meter los dedos en un enchufe) y a una
sensación desagradable (choque eléctrico), pueden generar una asociación funcional entre
ambas regiones de la amígdala.
En eso consiste «aprender a tener miedo de algo que antes parecía inocuo». La complejidad
celular de la amígdala es, probablemente, mayor de lo que conocemos hoy, porque miedo y
agresividad son separables.
Los psicópatas violentos son un claro ejemplo de esto. Sus amígdalas son relativamente
insensibles a estímulos e imágenes que deberían generar miedo y, además, suelen ser más
pequeñas de lo normal. Su agresividad y violencia está calculada y desprovista de cualquier
emoción.
AGRESIVIDAD
La agresividad es un fenómeno humano y por tanto biológico y social. Esta inmersa en nuestra
estructura encefálica, es una parte necesaria de nuestra herencia biológica.
VIOLENCIA
El uso intencional de la fuerza o el poder físico, contra uno mismo, otra persona o un grupo o
comunidad que causa lesiones, muerte o daños psicológicos, trastornos del desarrollo o
privaciones
La agresividad se encuentra en diferentes partes del cerebro como la corteza prefrontal, lóbulo
temporal, que controlan los comportamientos agresivos y predisposición a la violencia.
Por otro lado es fundamental reconocer partes del sistema límbico como la amígdala,
encargada de la generación de emociones, el hipocampo, área de memoria y atencion; y por
último el giro del cíngulo, ayuda en la interpretación de las emociones.
De acuerdo con la autora, existen tres fases en este ciclo ascendente, que son:
Fase de tensión: Se caracteriza por una escalada gradual de la fricción y los conflictos en la
pareja. El hombre violento expresa hostilidad, pero no en forma explosiva; la mujer intenta
calmar, complacer o evitar las molestias a su agresor, tratando de controlar la situación.
Fase de agresión: Es en este momento en que se hace totalmente visible la agresión, la mujer
tiene pruebas para denunciar y motivación para solicitar ayuda y terminar el abuso, sin
embargo, el temor puede impedir que ésta tome las acciones pertinentes.
Fase de conciliación o luna de miel: El hombre violento suele mostrar arrepentimiento y pedir
perdón, hace promesas de cambio y muestra afecto exacerbado. Tras el cambio aparente, la
mujer puede justificar a su pareja y permanecer a su lado, pasando por alto el episodio
violento. Si han denunciado suelen retirar la denuncia y justificar los hechos ante sí mismas y
su círculo cercano.
Las relaciones tóxicas no sólo se dan en las relaciones de pareja, pueden aparecer y de hecho
también surgen entre miembros de la misma familia, entre amigos, compañeros de trabajo… y
en ellas también hay cariño y afecto lo que hace que sea muy difícil romper con ellas.
No hay un perfil claro ni marcado que podamos detallar acerca del tipo de persona que cae en
este tipo de relaciones, pero sí encontramos ciertos tipos de relaciones tóxicas que son las más
comunes y en las que podemos caer.
Relación de llenado
Este tipo de relación aparece cuando estás inmerso en una relación sólo y exclusivamente por
el mero hecho de que la otra parte te completa, te llena, y aporta “eso” que consideras que a ti
te falta y que tú no tienes…
¡ERROR! Una relación JAMÁS ha de ser la vía para suplir carencias personales. Esas carencias se
tienen que trabajar de manera individual y no ha de ser responsabilidad de nuestra pareja
rellenar esos vacíos, ni la solución a nuestros problemas personales.
Relación de co-dependencia
Los dos miembros de la relación dependen de la otra persona, esto es, ambos perfiles son
sumisos y pasivos y siempre anteponen el bienestar del otro antes que el suyo propio. Dar,
dar, dar y nunca recibir. Las necesidades individuales se pierden, se alejan, se olvidan y nunca
se satisfacen, lo que va a provocar que a medio y a largo plazo haya malestar e infelicidad por
ambas partes.
Las distorsiones cognitivas nos van engañando y creando ese príncipe azul inexistente
acompañados de mitos del amor romántico y que son muchas veces la base de este tipo de
relaciones tóxicas.
Si el pasado es parte del presente en tu relación actual, algo no estás haciendo bien.
El pasado sólo es eso, pasado, no lo podemos modificar, y lo más óptimo para nuestro
bienestar emocional es aceptarlo, aprender de él y saber pasar página de verdad.
De nada sirve lamentarse, ni frustrarse continuamente por algo que ocurrió o que no llegó a
ocurrir. Hacer esto sólo te va a generar dolor, culpa, rabia, resentimiento y mucho, mucho
daño. Para evitar caer en esto, debes saber que para estar con alguien tienes que aceptar sus
errores y su mochila cargada de experiencias, vivencias y anécdotas de su pasado.
Relación idealizada
Es más frecuente de lo que podamos creer. En este caso los miembros de la relación tienes
expectativas totalmente distintas de lo que es o va a ser su relación, normalmente por no
haberlo hablado y dejado claro. Si el grado de idealización es lo suficientemente intenso, esto
la transformará en un tipo de relación tóxica.
Actividades:
Realiza un análisis crítico de la película “NUNCA MAS”