Está en la página 1de 318
Traduccién de Aruro VizQuEZ Barnon y Mariaxo Since? VENTURS Revision de la waduccion Jost Luis HERREKON y JEROME BascuteT JEROME BASCHET La civilizacion feudal EUROPA DEL ANO MIL ALA COLONIZACION DE AMERICA = FONDO DE CULTURA ECONOMICA Primera edi, 2008 asche,tsbme "a chilzacion feuds. Europe del so mi aa clonnacén de Americ Série Raschet: pr. de Jacques Le Golf rad de Arto Voges Barn, Mariano Scher Ventra rev dela tad Ge Jose This Herrevon, ere Baschet-~ México ECE, Embeada de Franca en sic, 2009 O81 pris 23917 em— (Cale Histor) “had rain: Lacan feat De an mi 3 In colonisation de VAmeériave ISBNS2e-07 1601380 1. Civiliasciin medics 2, Historia — Baad Metis 1. Le Golf Sueques pr: Viquer Barr, Arto tr i: Sanchez Ventura, Maran, IV Herren, ese Lue Bathe, Jom fe VL uecms: Dewey 9804 1555, FEE settio ti tia con dap de anata de Faia Me, MF sinner cans dtpods iar nce ee SMe rete ketones Eee Disicn mt Fein de poriada: Capt de Saint-Lazare de Ast, primer euro el ilo x, ‘Thule original: Le elsrion fod. Be a mia celotsrin de Parr ‘Rmioaron, Pa 2008 DR 0 2008, Série Basches .R. ©2009, Fondo de CularaEeondmica Carretera Peace Ajsco 22714738 Meco, DF “Empress cia 50 9001-2000 Comoyorice edrorfontodeculeconamiencam ‘wlondodealurseenneme orm Ted (5) 5037-4079 Fou (8) S207 08 ‘Se poe a reproduc otal o parcial de sa abr, So ov ere led, sins snuencia presto dl tsar dels derecho. ISBN 976-4076-0125-0, Ienpeso on México «Printed in Mexico SUMARIO Prefacio, Jacques Le Gott 9 Agradecimientos 15 Introduccion. :Por qué interesarse en ta Europa medieval? 19 Panera panne, Formacién y auge dela cristiandad feridal 1 Génesis de la sociedad cristiana 47 IL. Orden seforial y crecimiento feudal 101 IIL. La Iglesia, institucién dominante del feudalismo 176 IV. De la Europa medieval a [2 América colonial 264 ‘SEGUNDA PARTE Esuructuras fundamentales de la sociedad medieval V. Marcos temporales de la cristiandad 323 VI. Estructuracion espacial de la sociedad feudal 364 VIE. La logica de la salvacién 403 VIIL Cuerposy alas 442 IX. El parentesco 483 X. La expansién occidental de las imagenes 521 Conclusién, El feudatismo o el singular destino de Occidente S67 Bibliografia 599 Créditos de las imagenes 621 Indice onoméstico 623 indice general 635 PREFACIO Jérome Baschet tuvo la notable idea de “estudiar la Edad Media en tierras ‘amnericanas”, lo que por una parte le permitié observar la Edad Media euro- pea con la doble distancia del tiempo y el espacio, v por la otra, esclarecer a historia de México y de América Latina, mostrando una “herencia medie- val de México", segdn una expresion —sugerente aunque corregible— de Luis Weckmann. Asi, al querer proporcionar una historia larga a sus esti diantes de Chiapas y al querer mostrarles cémo una de las principales fuen- tes de la historia de México es ia historia medieval europea, escribié una obra de gran originalidad v amplios alcances, gue renueva la historia ame: ricana y la historia europea, la primera mediante el pasado, y la segunda mediante el porveni. Por supuesto, me siento feliz de ver que Jéréme Baschet justifica, mejor de lo que yo habia podido sugerir, la concepcion de una larga Edad Me- dia que salta, 0 mejor dicho borra, Ia falsa ruptura de un siglo xvi, de un Renacimiento que seria su negacién y que la remitirfa a las tinieblas del ‘oscurantismeo, Lo mas esclarecedor es haber superade la idea de que la conquista del Nuevo Mundo surgié de tn simple apetito de riqueza o de un deseo de con- vversién de los indios, hecha posible gracias a las carabelas, y haber estable- cido que se debié al dinamismo propio del sistema feudal, que esta lejos de ser un sistema de estancamiento y es mas bien un régimen construido para cl crecimiento y el desarrollo interno y externa, alrededor de un poder se- Aorial de dominacién. De igual manera, Jérome Baschet muestra con claridad que el motor y la institucién dominance del feudalismo es la Iglesia. Por lo mismo, no re sulta para nada sorprendente que en México y en América Latina volvamos a encontrarla con su poderio absoluto, Pero esta Iglesia dinamica no es in- mivil, y evolucioné en el transcurso de Ja Edad Media europea. En el siglo xit adopto formas y estilos nuevos, en particular con las drdenes mendi- cantes, érdenes urbanizadas que mantenian nuevas relaciones con los laicos ¥ que difuuncifan los nuevos saberes de la escokistica. Se enfrento a contesta- tarios, los herejes, asf como al cuestionamiento de las “supersticiones” y de ° 0 PREEACIO la cultura foleorica, Hizo que surgieran los marginadlos e instituyé una “sociedad de persecucicn’. ‘rome Baschet otorgé especial atencién a los dos tltimos siglos de la Edad Media tradicional: el xr’y el xv. En efecto, se trata de saber si ese feuia- lismo marcado por las calamidades de! siglo xv —hambruna, peste, ueras, cismas, herejias-— es un “triste otono”o la continuacién de un dinarnisomo tciunfante de prucbas econémicas, sociales, pliticasy religiosas, Para Jéro- sme Baschet no hay duda. La dinamica medieval sigue su curso. Y la Iglesia sigue estando a ia cabeza En el momento de ver c6mo la Europa medieval sé establece en Amé- rica, Jérome Baschet plantea preguntas fundamentales: arte este de la Galia, los francos en el norte de ésta y en la Baja Renania y, por ilti- GENESIS DE LA SOCIEDAD CRISTIANA ” ‘mo, a partir de 570, 1os anglos y los sajones, que establecen en las islas bri- tanicas (excepto en los territorios de Escocia, land yel Pais de Gales, que siguen siendo celtas} los numerosos reinos que se desgarraran durante la alta Edad Media (Kent, Wessex, Sussex, Anglia Oriental, Mercia, Northum- bria). Sin lograr, no obstante, invertir la fragmentacin que en ese entonces caracteriza a Occidente, un fenémeno notorio de aquel period sel inere- mento del poderio de los francs, dirigidos por los soberanos de la dinastia merovingia, fundada por Clodoveo (+ 511) ilustrada por Clotario (¥ 561) y Dagoberto (639). Los francos, en efecto, logran echar a los visigodos de Aquitania (en la batalla de Vouille, en 507), englobar los teitorios de otros pueblos, en particular el de los burgundios en 534, para finalmente domi- narel conjunto de Ia Galia (con excepcién de la Armérica celta). Adquieren asi una primacia en el seno de los reinos germénicos, lo que refuerza toda ‘via mas el peso, va demogréficamente dominant, de la Galia. Un poco des ppués, durante el siglo vt, los dltimos pueblos germnicos en legar, los lm bardos, se instalan en Italia, con lo que contribuyen a arruinar la reconquista de una parte del antiguo Imperio de Occidente dirigide por el emperador de oviente Justiniano (¥ 568). Incluso después de la instalacién de los pueblos germanicos, el Occi- dente altomedieval sigue estando maseado por la inestabilidad del pobla- miento yla aparicién de recién legados. La expansién musulmana invade Ja peninsula ibérica y pone fin al reino visigodo en 711, mientras que ban- das armadas musulmanas avanzan hasta el centro de la Galia, con la finalidad die saquear Tours, antes de que los venza en Poitiers, en 732, el jefe franco Carlos Martel, lo que los obliga a una retirada hasta los Pirineos. Luego, en la segunda parte de la alta Edad Media, hay que mencionar las incursions tumultuosas de los hungaros, en el siglo x, y sobre todo las de los pueblos escandinavos, también Hamados vikingos © normandos (literalmente north amen, “hombres del norte"). Estos tltimos, valerosos guerveros y grancles nvegantes, acosan las costas de Inglaterra desde finales del siglo vin y so ‘meten a los reinos anglosajones al pago de un tributo, hasta que el danés Camuto se impone como rey de toda Inglaterra (1016-1035). En e continen- 1c, los hombres del norte aprovechan el debilitamiento del Imperio caro- lingio y, a partir de los afios 840, va no se conforman con atacar las costas sino gue penetran profundamenie en todo el oeste de los teritorios fran- 0s, invocando a sus divinidades paganas y sembrando panico y destruc ci6n. Al final, los saberanos carolingios tienen que ceder,y el tratado de Saint-Clainssur-Epte (911) les otorga la regién que, en el oeste de Francia, 0 FORMACION Y AUGE DE LA CRISTIANDAD FEUDAL, todavia lleva su nombre, Pero el expansionismo de los vikingos no se éetienie ahi y, desde esa base continental, e] duque de Normandia, Guillermo l Con- ‘quistador, se lanza al asalio de Inglaterra, de la que se vuelve rey luego de su victoria en Hastings (1066) sobre Haroldo, quien hacia esfuerzos por re construir un reino anglosajén, Por otra parte, la familia normanda de los Hauteville se arriesga a ir todavia més lejos, conquistando el sur de Italia con Roberto Guiscardo, en 1061, y luego Sicilia, en 1072, antes de que Ro- ger Il, al reunic el conjunto de estos territorios, obtuviera el titulo de rey de Sicilia, de Apulia y de Calabria en 1130. Por iltimo, los vikingos de Escan. dinavia, bajo la conducci6n del legendario Eric ef Rojo, se implantan, a par tir de finales del primer milenio y por varios siglos, en las costas de Groen- Jandia (a la que ya nombran el “pais verde”), De ahi, Leif Eriksson y sus hombres se aventuran, a principios del siglo x1, hasta las orillas de Canada -yquizé de Terranova, pero sus habitantes no tardan en rechazarlos. Asi, fue- ron ellos fos primeros europeos que pisaron suelo americano, aunque su aventura sin futuro no tuvo el menor efecto histérico. La fsién romano-germénica Voivamos un poco atras para subrayar los efectos de la fragmentacién de la unidad romana y de la instauracién de los reinos germanicos. El conjunto «de estos movimientos contribuye al desplazamiento del centro de gravecad del mundo occidental desde el Mediterrineo hacia el naroeste de Europa. Jos factores ya mencionados (papel de la antigua frontera romana, peso demo- srafico de la Gali expansién de los francos), hav que afiadit a conguista duradera de Espana por parte de los mursuimanes, que controlan iguzimen- te el conjunto del Mediterraneo occidental, y la desorganizacion de Italia, agotada debido al insostenible proyecto de la reconguista justiniana y ala epidemia de peste que hace estragos a partir de 570 y durante el siglo vu Desde entonces, el papel principal en la Europa cristiana se traslaa al nor- te, Otra consecuencia de la desagregacién del imperio de Occidente es la desaparicion de todo Estado verdadero, Una vez que la unidad de Roma «queda rota, su sistema fiscal se derrumba con ella. La desaparicion dela fis calidad romana es incluso uno de los factores que favorecen Ja conguista porparte de los pueblos germénicos. Aun siles resulta costoso desde el pun- to de vista cultural, las ciudades perciben con claridad que la dominacién “barbara” es algo preferible al peso ereciente del fiseo romano, mientras, =4 (GENESIS DE LA SOCTEDAD CRISTIANA 3 ub “los reyes germénicos se dan cuenta de que el precio @ pagar por wna Gonquista facil a menuido es ororgar& los propictarios romanos privilegios fecales can generosos que el sistema fiscal se destruys desde adcatro” (Chris Wickham). El derrumbe de la fscalidad hace de Occidente, a partir de la ‘tad del siglo vi, un conjunto de reaiones sin relacign entre si¥ los reies ermanicos, incluso cuando llevan lejos la conquista, siguen siendo tributa- Hos de esta profunda regionalizacién, Son incapaces de restablecer el im- puesto, 0 incluso de ejereer un verdadero contra} sobre sus territorias ¥ so- bre las lites locales. Asi si bien los reyes germanicos tienen una intenss actividad de codificacin juridies, mediante la redaccidn de cédigos y edic- {os en los que se mezclan compendias de derecho romano v compllaciones de usos y costumbres de origen germtinico (ey silica de los franco, leyes de Etelberto,edicios de Rothari, et), este frenest juridico resulta la medida dela ansencia de todo poder real autémtico:y toda tentativa seria de aplica- cin resulta ser un humillante fracaso. La fuerza de un rey germénico es sencialmente un poder de hecho: protegido por un entorno que est ligado 24] mediante un vincwlo personal de fdelidad, el rey es un guerrero indis- futile, que conduce a sus hombres la vitoria military al saqueo. Bl proce- So que confunde la cosa publica con las posesfones privndas del soberano, iniciado desde el siglo mt, conduce entre los reyes germanicos @ una total confusin. La consectencia de esto es una patrimonialidad del poder que entre otras cosas, permite recompensara los servidores fieles mediante la concesidn de un bien pablico. En pocas palabens resulta imposible conside- rar los reinos de fa alta Edad Media como Estados Sin embargo, seria equivocado pensar que el fin del Imperio significa e remplazo completa de las estructuras sociales y cultureles de Roma median- ic un universo importadn, propio de los pueblos germanicos. Mas bien, se comprusba un proceso de comergencia y de mezcla, cuyos principales acto- res sin dua alguna son las éltes romanas locales. Estas comprenden que jes resulta posible mantener sus posiciones sin el apayo de Roma, por poco {que consientan en transigir con los jefes de guerra germnicos. Ciertamente, no les resulta fail negociar con estos “barbaros”, que van vestidos con pieles de animales, san el pelo largo e ignoran todo refinamiento de la cvlizacin tbana, No obstant, el interés prevalce,y los jefes birbaros reiben su par te de la riqueza romana —terras y esclavos—, a tal grado que se vuchien miembros eminentes de las ites locales. Pca a poco, y primero en Espa yen In Gala, las diferencias entre aristocratas romanos y jefes germanicos se Benn, tanto mas cuanto gue menudo sus lines quedan unidos mediante 2 FORMACION ¥ AUGE DE LA CRISTIANDAD FEUDAL matrinionios. Asi se opera la unificacién de las élites, que terminan por com- partir un estilo de vida comin, cada ver més militarizado, aunque :ambién fundado en la propiedad de la tierra y el control de las cindades. Esta fusién cultural romano-germanica es uno de los rasgos fundamentales d2 la alta [Edad Media, v quizi es entre los francos donde tiene mayor éxito, le cual es ‘uno de los ingredientes de su expansion. Esta fusion, por lo demas, queda ilus- trada de manera precoz en el sello de Childerico (7 481), el padre de Clodo- veo, en el que la imagen del rey aparece con la larga cabellera del jefe de guerra franco cavendo sobre los pliegues de una toga romana (Peter Brown). “TRASTOCAMIENTO DE LAS ESTRUCTURAS ANTIGUAS. La decadencia comercial y urbana Los desérdenes ligados a los movimientos migratorios ¥ el final de Ia uni- dad romana tienen consecuencias econémicas de primer orden. La insegt- ridad, combinada con la escaser monetaria y con la falta de mantenimiento dela red de caminos romanos, y luego con su destrucci6n progresiva, aca- sea la decadencia y Ja casi desaparicion del gran comercio, en otr3s tiem- os tan importante en el Imperio. Ciertamente, algunos productos de hujo siguen alimentando a las cortes reales y a las casas aristocréticas (espe cias y productos de Oriente, armas y pieles de Escandinavia, esclavos de las islas briténicas). Sin la preservacion, incluso minima, de un flujo de inter- cambios de gran alcance, no podria explicarse el tesoro de la tumba real de Sutton Hoo (Suffolk, Inglatersa), del siglo vi, dsule se eneuncraron armas y ropajes escandinavos, monedas de oro de Francia Occi¢entalis, vajillas de plata de Constantinopla y seda de Siria. Pero el agotemiento afecta lo que era la parte esencial de la circulacién de mercancfas en el Im- perio, es decir, los productos alimenticios de hase, coma los cereales, que se importaban de manera masiva desde Africa hasta Roma y servfan in- cluso para el abastecimiento de los ejércitos concentrados en la frontera norte, 0 hasta los productos artesanales que circalaban ampliamente en- te las regiones. Puede mencionarse, gracias al testimonio de la arqueolo- fa, el caso de la cerémica africana, que habia invadido todo el mundo mediterréneo durante el Bajo Imperio, ¥ cuyas exportaciones, mar-ienidas a pesar de la conquista vindala, disminuyen y desaparecen hacia media dos del siglo vi, dejando lugar por doquier al auge de los estilos regionales GENESIS DE LA SOCIEDAD CRISTIANA, decerdmica, En efecto, hay que fechar en el siglo vila decadencia masiva de todos las sectores de la artesanfa (con excepci6n de la metalurgia, para la cual los pueblos germénicos aportan un conocimiento superior) v el fin de Jos islotes de prosperidad econémica que hasta entonces habfan podido preservarse, A partir de entonces, la produccién se realiza en una escala cada vex més Jocal, lo que acentaa todavia mas la decadencia de Jos in tereambios. La regionalizacién de las actividades productivas, paralcla a Ja fragmentacion politica, es una de Jas caracteristicas fundamentales de la alta Edad Media, Con el gran comercio, las ciudades, que son iguaimente emblernaticas de fa civilizacion romana, sufren una profunda decadencia. Sus dimensio- nes se reducen de manera considerable: Roma, que tal vez habia alcanzado el millon de habitantes, después de 410 todavia cuenta con 200000, pero con tan s6lo 50.000 al final del siglo vi; y para tomar otro ejemplo, mucho ‘mas comtin, una ciudad del centro de la Galia como Clermont, que en otros tiempos tenfa una extensién de 200 hectareas, encierra en unas estrechas, ‘murallas un territorio reducido a tres hectéreas. Desde 250 empieza a dis- ‘minuir la construccién de edificios pablicos, que eran el orgullo de las ciu- dades romanas y que después de 400 dejan de erigirse por completo (con cexcepci6n de las sedes episcopales). Los edificios pablicos antiguos estan en ruinas, va menudo se reutilizan sus materiales para edificar i casas particulares. Las élites senatoriales, en otro tiempo asociadas al pres- tigio de la capital, se repliegan a sus dominios, mientras que las institucio- nes urbanas (como la curia, antigua instancia de gabierno autonoma de las ciudacles) decaen ante el poder creciente de los obispos. En resumen, las ciu= dades —y con elias Ia cultura urbana que era el corazon de la cwvilizacion ro- mana— ya no son més que la sombra de s{ mismas. Pero, a pesar de su con siderable decadencia, las ciudades de Occidente nunca desaparecen por completo, Incluso puede decirse que, aprovechando la debilidad del control ciercido por los reves germénicos, se mantienen, durante los siglos vi a vii, Como los principales actores politicos en el mbito local (Chris Wickham). Ciertamente, su papel queda limitado, pero gracias a la amplia autonoméa de las élites urbanas y al auge de la funcién episcopal, logran sobrevivir la crisis final del sistema romano. Mientras decaen las ciudades, la ruralizacion constituye un rasgo esen- cial de la alta Edad Media, Los desérdenes ya mencionados, de igual ma- nera, se dejan semtir en el campo, ¥ los siglos v y vise caracterizan por una crisis de la produccién agricola. Sin embargo, seria imprudente ampliar 5 FORMACION Y AUGE DE LA CRISTIANDAD FEUDAL esta conclusion al conjunto del periodo agut considerado. Al contrario, los bistoriadores han acumulado, a pesar de la escasez de fuentes de informa cidn, indicios que cuestionan la idea tradicional de una recesién generali- zada en el campo durante la alta Edad Media. Ciertament, la distiinucién en una tercera parte mas 0 menos— del tamatio de los animales de cria, entre el Bajo Imperio y la alta Edad Media, indica el retroceso de los sabe- res agrondmicos ligados a la organizaci6n del gran dominio y el a>andono de la comercializacion del ganado, en provecho de una crfa de uso local, Sin embargo, también se comprueba, durante la alta Edad Media, la difu- sion lenta de ciertas innovaciones técnicas (molino de agua, utillaje meta lico), asi como una leve extensidn de las superficies cultivadas, Se trata ciertamentede un primer desarrollo, limitado y frégil, a menudo interrumpi- do y puesto en riesgo de manera periddica por circunstancias adversas, pero no obstante fundamental en la medida que acumula las fuereas ocul- tas que se afirmaran durante el periodo posterior, La desaparicion de Ia esclavitud Ouiza lo més determinante sea la profunda transformacién de las estruc turas sociales rurales. En el mundo romano, lo esencial de la produccién agricola se realizaba en el marco del gran dominio esclavista, Ahara bien, es justamente este tipo de organizacién —empezando con la esclavitud mis- malo gue desaparece. Esta cuestiOn ha suscitado amplias discusiones, que todavia hoy estén lejos de haberse resuelto y no estén slurainadas mais que ror conocimientos imperfectos. No obstante, uuna constatacién esencial puede lograr la unanimidad: cuando se llega al siglo x1, la esclavitud, que constitufa la base de la produccién agricola en el Imperio romano, va no existe, de manera que entre el final de la Antighedad tardia y el de la alta Edad Media ocurre de manera innegable la desaparicion de la esclavitud productiva (por el contrario, la esclavitud doméstica, que no desempenia pa- pel alguno en la produccién agricola, sigue existiendo, en particuar en las ciudades de la Europa mediterranea, hasta el final de la Edad Media y aun después). Pero el acuerdo deja de darse en el momento en que se plantean tres cuestiones determinantes para entender Ia desaparicion de la esclavitud: gpor qué?, euindo?, geémo? Las causas religiosas, tradicionalmente invocadas, se vieron limitadas cen su importancia por la historiografia del iltimo medio siglo, En realidad. GENESIS DELA SOCIEDAD CRISTIANA el cristianismo esta lejos de condenar Ia esclavitud, como Jo atestiguan los soritos de san Pablo, Se empefia, al contrario, en reforzar st legitimidad, a fal punto que tedlogos como Agustin ¢ Isidoro de Sevilla, tan esenciales para el pensamiento medieval, ven en él un castigo deseado por Dios. Cier- famente, la Iglesia considera la liberacion de los esclavos (manumisién) como una obra piadosa; pero no predica mucho con el ejemplo, ya que los, eclavos —que posee en gran cantidad— tienen fama de pertenecerie a Dios {ppt lo mismo no podirfan ser sustraidos a un amo tan eminente (sin men- tionar el hecho de que un papa como Gregorio el Grande compra nuevos tsclavos). Sin embargo, aunque la Iglesia no se opone en nada a la esclavi- ud, la difusion de las précticas cristianas modifica profundamente le per- ception de los esclavos y mitiga poco a poco su exclusion de la sociedad umana. En efecto, si bien en una primera etapa la Iglesia prohibe que a un cristiano se le reduzca a la esclavitud, reconoce después que el esclavo es tun cristiano: recibe el bautismo (su alma debe salvarse) y comparte, durante Jos oficios, los mismos espacios que los hombres libres. Semejante préctica, que reduce la separacién entre libres y no libres, tiende a minar los cimien: tos ideolégicos de la esclavitud; a saber, la vida infrahumana del esclavo v ‘su desocializacion radical (Pierre Bonnassie), Se evocan también, tadicionalmente, causes militares, porque el final de las guerras romanas de conquista parece agotar las fuentes de abasteci- miento de esclavos, Pero los desordenes del siglo v suscitan, al contrario, un. alza en el ntimero de esclavos, y las guerras perpetuas llevadas a cabo por Jos reinos germénicos, entre ellos o en contra de las poblaciones anterior. mente establecidas (Ios celtas, victimas de la penetracién de los anglosajo- nes en las islas briténicas, son masacrados y condenados al exilio en Arm6- rica o reducidos a la esclavitud), garantizan el mantenimiento de una fuente de puevas entregas durante todo el transcurso de los siglos vi a vit, igual ‘que, en el sigio 1%, las incursiones carolingias en Bohemia y Europa central Pero mientras que el esclavo antiguo era un extranjero, que ignoraba la Jen- gua de sus amos, la cuestién ya no resulta exactamente la misma para el tesclavo de este periodo, a menudo capturado durante una guerra entre ve~ Cinos, lo que contribuye todavia mas a reducir su desocializaci6n y la dis- tancia que lo separa de los hombres libres. ‘Al rechazar las explicaciones ligadas al contexto religioso y militar, la historiografia ha insistido, desde Marc Bloch, en las causas econémicas de ladecadencia de la esclavitud: una vez que desaparece cl contexto muy abier. to de la economia antigua, que permitfa obtener grandes beneficios de la se FORMACION Y AUGE DE LA CRISTIANDAD FEUDAL produccion agricola, la esclavitud deja de ser apropiacia. Los grandes pro- pietarios se dan cuenta del costo y del peso del mantenimiento de la mano de obra seril, ala que hay que alimentar todo el ao, incluso durante las estaciones no produetivas. Ahora, resulta mas eficaz estabiecer los esc. vos en parcelas —situadas en la periferia del dominio— que les permiten hacerse cargo por s{ mismos de su subsistencia, a cambio de un trabajo cfectuado en las tierras del amo o de una parte dela cosecha obtenida. Tal es el proceso de chasement, va practicado en el siglo my bien documentado entre los siglos vi y ix Tiene como resultado Ia formacién del gran donainio, considerado como Ia organizacién rural clésiea de Ia alta Edad Media y en particular de la época carolingia. A menudo tan extendido como aquellos de Ja Antighedad (superando a veces las 10000 hectéreas), se carac:eriza por una dualidad entre la reserva (terra domrinicara), explotada directemen te por elamo (gracias a lo que conserva de mano de obra servil y al servicio aque los tenentes casati vienen a cumplir allt, 2menudo tres dias ala seme na), y los mansos (mansi), parcelas donde se establecen estos tltimos y gra- cias 2 las cuales garantizan ia subsistencia de su familia. ‘Sin embargo, hay modificaciones importantes que deben incorporarse a este esquema, La importancia del gran dominio debe relativizarse. Si bien constituye Ia forma de organizacién que garantiza de manera privilegiada el poderio de los grupos dominantes —aristocraciae Iglesia, resulta con- veniente subrayarla importancia, durante la alta Edad Media, de un peque- jo campesinado libre, que cultiva tierra independientes de los grandes do- minios, lamadas alodios. Estos hombres libres gozan de un estatuto privilegiado, en particular en materia judicial, pero sobre ellos recaen obli zgaciones. especialmente militares. tanto més dificiles de atender canto que a mienudo son muy pobres. Por eso es probable que havan tenide gran interés en las innavaciones técnicas yen toda lo que podia aumencar su produccién. Mientras algunos historiadores relacionan el primer auze del ‘campo, a partir del siglo vis, eon el gran dominio, otros se preguntan si no fue en primer lugar obra de aquellos que poseian un alodio, v si estos tht mos no conslitufan entonces la mavoria de la poblacidn rural, En tod caso, Ja dinémica alcanza a los grandes dominios, donde acentia el proceso de chasement de los antiguas esclavos, la descentralizacién de satélites depe dientes del dominio principal y el debiltamiento del control sobre los mansos "se reer a prctso mimi) eval el eelavo queda asetado, mio con aii, en un mans seri otenencin, can [0 que a dierenla del eivo al que el smo sgula alimentando y vistiendo. [7.] “ GENESIS DE LA SOCIEDAD CRISTIANA a As la dificultad de organizacion de los grandes dominios y los inconvenien- te dela mano de obra servil fueron muy seguramente una causa decisiva dela decadencia dela esclavitud, pero éstainterviene no en el contexto de evesiGn supuesto por Marc Bloch, sino més bien en interaccién com el rela- tivo auge que inii6 el campesinado alodial Posteriores criticas al trabajo de Mare Bloch sugieren que no es suli- ciente considerar causas econdmicas. Ast, algunos han quetide subrayar {je el inal dela esclavitud era obra de los esclavos mismo v de sus luchas {ue clase) por la liberacién (Pierre Dockés). Se puede, n efecto, hacer valer Ia importancia de las guerras bagaudas, revueltas de esclavos que estalla- on en el sigio mt, y luego a mediados del siglo v asf como la revuelta de ios eeclavos asturianos en 770), 0 también subrayar que existen muchas otras formas de resistencia, que van desde la reticencia al trabajo —o de plano su sabotaje-— hasta la huida que, a Jo largo de la Edad Media, se vuelve cada vez més masiva, lo que suscita la preocupacién creciente de los dominan- yes. Sin embargo, si bien resulta dificil, en vista de la cronologia, atvibuir el papel determinante a las juchas de Jos dominados, los sefalamientos de Pierre Dockés llevaron a subrayar el papel de las transformaciones poli ticas, En efecto, el mantenimiento de un sistema de explotacién tan duro como a esclavitud supone la existencia de un aparato de Estado fuerte, que garantiza su reproduccioa mediante las leyes que afirman su legitimidad ‘deoldgica y mediante la existencia de una fuerza represiva —utlizada 0 zo, pero siempre amenazadora— indispensable para asegurar le obedien- {ia de los dominaclos, Por eso, cuando decae el aparato de Estado antiguo, a los terratenientes les cuesta cada vez més trabajo mantener el dominio sobre sus esclavos, Ciestamente, cada revivificacin del poder politica —in- Cluso ain en la época carolingia— parece propicia para una delensa de la esclavitud, pero se trata sicmpre de tentativas limitadas y cada vez con me- nores posibilidades de frenar una evolucién que fba hacigndose mas y mas irreversible. Asi es una transformacién global, ala vez econsmica, social y polities, lo que conduce a los amos a tansformar unos grandes dominios aque se habjan vuelto incontrolables y poco adaptados a las nuevas reali- dades, ya renunciar de manera progresiva a la explotacion directa del 28 nado humano, La cronologfa de la extinein de la esclavitud también est sometida a debate. Sin embargo, podran descartarse las tesis mas extremas. Asi, la ma yoria de los historiadores marxistas, obrubilados por Ia letra de los clésicos Gel materialismo hist6rico, asocian el final de la esclavitud com la crisis del ® FORMACION Y AUGE DE LA CRISTIANDAD FEUDAL Imperio romano, que se supane marcé, en Jos sighos ura ¥, la trarsicion de cisiva del modo de produccién de la Antigtiedad al modo de produccién feudal. Pero las investigaciones llevadas a cabo desde hace mas de medio siglo han mostrado el carécter insostenible de dicha tesis, puesto que nu- merosas fuentes atestiguan e] mantenimiento masivo, durante la alta Edad ‘Media, de una esclavitud que en lo esencial es idéntica a la de la Antigite- dad. Asi, en Jas leyes germénicas de los sigios vi a vin, el estatus infrahuma- no del esclavo se reitera sin modificaciones sustanciales: el esciavo queda asimilado a un animal, como lo confirman las menciones frecuentes que de 61 se haven en las nibricas consagradas al ganado. Con el objeto de lograr su obediencia mediante el terror, al esclavo pueden golpearlo, mutilarlo (abla- cién de la nariz, de las orejas, de los labios o desprendimfento de la cabelle- +a, opciones que tienen la ventaja de no disminuir su fuerza de trabajo) y hhasta matarlo en caso de ser necesario. Lo privan de todo derecio de pro- ppiedad plena, no puede casarse y sus hijos le pertenecen a su amo, que puede vyenderlos a su antojo. Por tltimo, la prohibicién de relaciones sexuales del esclavo masculino con una mujer libre, asithiladas en lo que a ella se refiere alla bestialidad y castigadas con la muerte para los dos culpables, confirma Ja segregacion radical de la que son victimas los esclavos. Asi, ¢. manteni- miento de la esclavitud productiva durante la alta Edad Media esta bien comprobado, aunque no por ello se podria postergar su desaparisién hasta Ja ltima parte del siglo x, 0 incluso a principios del x1, tal come lo desea: rian autores como Guy Bois, Es posible que todavia hacia el ano mil existan csclavos en los dominios rurales (denominados en los textos senius 0 man- cipium), pero, ademas de que es posible discutir acerca de su situaci6n, que- da claro que su importancia es desde entonces limitada, incluso marginal, y {que han dejado de llevar a cuestas lo esencial de las tareas productivas. Asi ples, se admitird, con Pierre Bonnassie, que “Ia extinci6n del régimen es: clavista es una larga historia que abarca toda la alta Edad Media’. Lo esen: ial del proceso se leva a cabo quizas entre los siglos v1 y vit, misntras que los testimonios de los siglos x x manifiestan los wiltimos esfuerzos por salvar un sistema que se habia vuelto insostenible y que, finalmente, agoni vay muere para siempre. Al haber evocado ya las principales modalidades de extinctén de la es clavitud, me limitaré en este punto a algunas observaciones complementa; rias. Una de las vias es la manumisi6n de los esclavos, que pasan entonces engrosar las filas del pequefio campesinado libre, y a cuyos esfuerzos se puede atribuir el primer auge de los campos de la alta Edad Media. No obs- siti (GENESIS DE LA SOCIEDAD CRISTIANA ” ame, a iberacin no slempre est exena de eseciones, ya practice muy ree gacign de proporelonaraiguos servicios al mo La otra va esa 1 catbmont En cloves casos, ese va acompanio de manvmsion, peso ae cee gr as veces no modifica formalmente el estat judo del Ma Ieglnent, ete sigue siendo in eslvo, cso sen la prtica el fi un mano yano es exactamente wn ecavo: sobre todo ame seer van pasando las generaciones.Fsto no significa, no obstante, que 4 ae vad tad de sence, puesto que, todavia ene siglo x, ear rcel debe 156 das de faenas por ao (contra los menos de 36 aera ca beeen el ejemplo dela abadia bavara de Safle. Ast asta aaaee amare Hex» ne lores ypretgraa la afrmacion de la categoria ede sericumbre. De hecho, eda Ver se va haciendo menos lata sre tnciOn entre un eslavo con manso —cuyo medo devia se lea de sais anita de aquel del antguo ganado humane —y un hombre TEsigen fre sometide a una pesin cadaver mayor ¥coyos derechos co poco se van merando— reece, un modalidad fundamental de Ia transicion de la escav- tnd al foualiste ene que ver eon a atenuacion progresva del dfre Ue Shee libres ya libres, no solo por la multplicacion de sitoasione seeds sno tambien pola péria de validez racic de dcha di aero at vazonespretpalmente milaresyrligioses ya evocades, (an Dertos cargos de ls silos aban por la supresion de a Siete cnure Hoses y no libres, eso ee probablemente porque dichn Serene eg entonees en vas Ge perder toda siglecion rel» porase ae eutta mds impracticable pretender excluir dela humana v Sok Wesedad a individuos euyo modo de vid se acerca al de los otros ceonpennes pores. As la desaparcign muy progresva de laesclavitud aire eto no tanto por una disminucton de los efectivos (que podria ashe con bastante Falidad) como porta eansformacion len y Por repus de ln cntegoian lo que wuehe el fendmeno mucho mes comple $ alae de comprender) Bato no pide que la dinsmica fundame warit dena catnclon del gran dominio eclavita, base dela econom Sigua ue desembocera, mediante formas diversas de ansicén, en un dalsiglox « FORMACION Y AUGE DE LA CRISTIANDAD FEUDAL CONVERSION AL CRISTIANISMO Y ARRAIGAMIENTO DE LA IGLESIA El Imperio tardio era cristiano desde Ia conversion del emperador Cons- tantino, en el momento de su victoria sobre Majencio en el puente Milvio en 312, Este acontecimiento marea el final de las persecuciones contra los cristianos y favorece que la nueva religion se propague en un mnomento en el que, quiz4, sélo una décima parte de los habitantes del Imperio la sigue. LLuego, en 392, el emperador Teodosio hace del cristianismo la unica reli- gidn Iicita en el Imperio. Durante todo el siglo 1y, al beneficiarse de la paz, de las riquezas y de los medios para establecer posiciones de fuerza locales otorgadas por el emperador; la Iglesia crece sacando provecho de las es- tructuras imperiales, La red de didcesis, que se consolida entonces v que perduraré en lo esencial hasta Ia época moderna, se superpone a la de Jas ciudades romanas (y en consecuencia, en las regiones antignamente roma- nizadas como Talia o el sur de la Galia, donde existia una gran cantidad de ciudades antiguas, se observa una densa red de pequefias didcesis, mien- tras que en el norte, donde la antigua red urbana era menos densa, les dié- cesis son poco numerosas y estén mucho mas extendidas). Otro ejemplo de cesta alianza entre el Imperio tardio v la Iglesia es la estrecha asociacién que opera entre Ja figura del emperador y Ja de Jesucristo, de la cual Ja icono- srafia de la época ofrece abundantes testimonios, La conversion de los reyes germanicos Si bien el Imperio deja de ser enemigo del cristianismo, a tal grado que ciertos clérigos se preguntan si la destruccién de Roma no anuncia el fin del mundo, la amenaza proviene en lo sucesivo de los pueblos germénicos, ln sti mayor parte todavia paganos. Ciertamente, los visigodos, ostrogodos y vindalos ya estin convertidos cuando penetran en el Imperio; pere opta: ron por la doctrina arriana y no por la ortodoxia catslica que Constantino habia hecho aduptar por el concilio de Nicea en 325 (véase el capitulo x, en la segunda parte). Se encuentran, pues, en una situacién incémoda ante las poblaciones catlicas de los territorios donde se instalan, y sobre toco con el clero local, que considera al arvianismo como una herejia. Desde este punto de vista, os francos, todavia paganos a finales del siglo v, hacen una cleccién politica més pertinente: su rey, Clodoveo, que percibe bien la ‘uerza GENESIS DE LA SOCIEDAD CRISTIANA a dquirida por los obispos de su reino, decide convertirse al cristianismo {catdlico) y hace que Remi, el obispo de Reims, lo bautice, en compania de 3000 solados de su ejército, en una fecha que las fuentes no permiten esta: blecer con certeza (¢496, 4992). Este episodio haré de Remi uno de los grandes santos de la monarquia franca y de Reims la catedral obligada para Ip coranacién de sus reyes. Por lo pronto, la eleccién de Clodoveo le perm teestar en concordancia com las poblaciones y el clero de su reino, y obtener lasiel apoyo de los obispos en sus empresas militares contra los visizodos ‘prianos. El reino visigético de Espafia se sumara por lo demas tardfamente testa juiciosa unificacién religiosa, mediante la conversién al catolicismo del rey Recaredo en 587, En el norte de Europa, el paganismo perdura por mucho mas tiempo. Se conoce, en e! siglo \; la misién pionera de Patricio, primer evangelizador de Irlanda (y futuro santo patron de ésta). Pero si bien el cristianismo se fasienta entonces en el mundo celta, hay que esperar el final del siglo v1 para {que se vuelva la fe exclusiva de los clanes aristocraticos de la isla. Incluso tentonces, el pasado precristiano persiste con una fuerza inconcebible en el Continente, lo que da lugar a una sintesis original entre una cultura roma- no-cristiana importada y la cultura Jocal de un mundo celta que nunca se habia romanizaco (de Io que dan testimonio las cruces de piedra en Tas que se mezclan simbolos cristianos e imaginario celta, o también los extraordi- narios manuscritos irlandeses de Jos siglos vn y vin; véase la foto 1). La ‘conversién al cristianismo es todavia ms lenta en los reinos anglosajones, {que siguen siendo paganos cuando Gregorio el Grande envia, desde Roma, tuna primera misién en 597. Esta, dirigida por cl monje Agustin, logra bau- tizar al rey de Kent, Etelberto, as{ como a unos 10000 anglos. El soberano considera que la situacién le resulta provechosa, y su conversion, que se opera bajo la égida de Roma, le permite asimilar su gesto al de Constantino, Pero la misién de Agustin enfrenta una gran desconfianza y avanza con difi- cultad, Edwin, rey de Northumbria, no se convierte sino hasta 628, no sin tener cuidado de datle al acontecimiento un sentido conforme a los valores euerreros tradicionales de su puebio (por lo demas, a su muerte, cutro aitos después, el cristianismo se derrumba en st reino). De hecho, hay que esperar Ia Historia eclesidstice de fos anglos, en 731, en la cual Beda el Vene- rable, una de las figuras mas eminentes de Ja cultura altomedieval, relata Jas peripecias de los reinos anglosajones y de su lenta conversién, para poder considerar que ha terminado esta fase agitada y que Inglaterra es una terra cristiana, 2 FORMACION Y AUGE DE LA CRISTIANDAD FEUDAL En el norte del continente, la progresién del cristianismo es atin mas tardia, Desde Utrecht y sobre todo desde su monasterio de Echternach, Wili- brordo empzende, a finales del siglo vn, Ia conversién de los frisones, ins- talados en el norte de la Galia, consolidando asi una zona fronteriza inesta ble, para el mayor beneficio de los soberanos francos. En Jo que serefiere a Bonifacio (675-754), a éste lo envian, con el apoyo de los reyes francos y del pontffice romano, como abispo misionero de las iglesias de Germania y avanza a merced de las incursiones de los francos contra los sajones del teste, que todavia eran paganos. Aunque de manera frgil, ogra establecer el cristianismo en Baviera y en la zona renana (donde funda el monesterio de Fulda, que estaba destinado a tener una enorme influencia). Estole valdra el titulo de apéstol de Germania, aun cuando sélo es en e] momerto de las conguistas de Carlomagno que Ja conversisn de los sajones sera verdadera~ mente efectiva. La adhesién de Europa al cristianismo es una larga aventui- ra que no finaliza sino alrededor del ano mil, con la conversién de Polonia (966) v de Hungrfa (bautismo en 985 del futuro rey Esteban I), de Escandi- navia (bautismo de los reyes Harald Diente Azul de Dinamarca en 960, Olav ‘Tryauvesson de Noruega en 995 y Olav de Suecia en 1008) y de Islandia (en 1000, por el voto de la asamblea campesina reunida en Thingyellir y luego de un ritual chamsinico realizado por su jefe). Incluso si estas feckas no in- dican mas que la conversin de los jefes y no una difusién genera! del cris- tianismo, a partir de este momento todo Occidente es una cristiandad (ca- tlica), yel frente mévil —siempre presente durante la alta Edad Media— en cl que cristianos y paganos entraban en contacto ya no existe sino d= manera residual Poder de los obispos y auge del monaguismo El proceso de conversién resultarfa incomprensible si no se tomara en cuenta el auge de la instizucion eclesiastica. Abordaré la cuestion en el cape tulo tt, pero ya aquf debe subravarse el papel fundamental de los obispos aque, en e! Oceidente cristiano de los sighos v avi, son los pitaes incuestio nables dela iglesia, Ellos captan en su beneficio lo que subsiste de las es {ructuras urbanas romanas, de tal suerte que al ise Incrememtand su pres- tigio, la funcion episcopal queda investida por la aristocracia, especialmente Ja senatorial. Esta aristocratizacién ée la Iglesia, muy marcada ene! sur de Galia yen Espana, garantiza el mantenimiento de una red de ciudades epi copales en manos de hombres bien formados, respaldados por familias pode- (GENESIS DE LA SOCIEDAD CRISTIANA a roxas y que saben gobernar. El obispo es entonces la principal autoridad vrbana, que concentra en Su persona poderes religiosos y politicos: es juez Vimediador, encarnacién de la ley y el orden, "padre" y protector de su ciu- Jad. El obispo no pretende asumir este papel s6lo con su fuerza humana cuiere. en aquellos tiempos borrascoses, una ayuda sobrenatural, que en- Mantra en fos santos, y euyo culto constituye una extraordinaria invencién Se dicho periodo, Ambrosio, obispo de Milan (considerado mas tarde como “ino de los cuatro doctores de la Iglesia occidental, con Agustin, JerGnimo y (Greeorio), se cuenta entre aquellos que dan un impulso decisivo a dicha in povacién, cuando procede, con enorme fastuosidad littrgica, ala exhuma Ton de los cuerpos de los martires Gervasio y Protasio y a su traslado a su basilica episcopal, en 386. Poco a poco, toda Europa empieza a venerar a Ine santos, "esos muertos muy especiales” (Peter Brown) cuyas vida ejem- platy perfeccién heroica transforman los restos corporales (las reliquias) en Jepdsivo de sacralidad, en canal privlegiado de comunicaciém con ia divin dad y en garantia de proteccién celestial, incluso de eficacia milagrosa Cada didcesis tiene en lo sucesivo su santo patrono: ya sea martir u obispo fandador mas o menos legendario, un paironus, en el sentido que tenia di- cha palabra en la sociedad romana, es decir, un poderoso protector capaz {Ge tomar bajo su cuidado a su clientela, un personafe Infhiyente en la corte celestial —como en otros tiempos los aistocratas en la corte imperial— que inwercede mediante las palabras (suffragia) pronunciadas en defensa de los cliemtes que le rinden Jos homenajes debidos a su rango. ‘La reputacién de santo patrono, cuyo cuerpo por lo general se conser va.en la catedral, es desde entonces tn elemento decisivo del prestigio del Ubispo que la tiene a su cargo, yse entiende que esto haya surzido de la pre ‘cupacion de fjar y embeilecer la biografia de su hetoe, hacer que se cow Cieran sus milagros y dar a su tumba una fastuosidad cada vez mayor. Un ejemplo notable es el de san Martin, seldado romano convertido en el sigo 1 {que se hizo obispo de Tours y apdstol del norte de la Galia, Pero es sdio en los afios 460 cuando uno de sus sucesores, a la cabeza de la diécesis, trans forma su tumnba, hasta entonces moxiesta, y le construye una gigantesca ba silica, omamentada con mosaicos que muestran los milagros efectuados por Martin, que son testimonio de un poder atin activo del cual los visitan- tes, que llegan de todas partes de la Gali, abrigan Ta esperanza de benef ciarse. La reputacién del santo da prestigio a la sede episcopal y por ello no resulta sorprendente que uno de los grandes prelados de aquel periodo sea Gregorio de Tours, obispo de esta ciudad de 573 2 594, y cuya Historia de FORMACION Y AUGE DE LA CRISTIANDAD FEUDAL 10s fancos nos ustra sobre su época y sobre la importancia de una pieded hacia los santos que el obispo comparteplenamente con sus mas humildes files. Todo el Oceldente de este periodo se cubre de lujosos sentuarios, imagenes terrestres del paraso; y las ciudades, en tas que pull las ile. sias,parecen transformarse en centros ceremoniales dedicados al culte de Jos santos. Muy pronto as religuigs se transformman en objeto tn sage dos y tan esencales para la expansida de las iglesias, que se esta Sspuesto Pladoses, juslifcadas por el bien del santo mismo, al que supontan malice {ado en su anterior morada y que reclamaba los culdados de la nueva co Tunidad que lo acoge (Patrick Geary), Uno de los mas famozos robes de Telquias lo comteten Tos venecianos, que hurtan de Alejandra el erpo del crangelista Marcos en 827 yTollevana su ciudad, dea que se convert en simbolo y tesoro supremo, Pero éste no es sino un episodio entre muchos cos, a menudo mas modests,en Tos que no fala las artimatas de traf cantes que sacan dinero de sus intervenciones, para benefici esprit Tos faturos depositarios de relguias famosas. En el curso de la Antgiedad tardiayde la alia Edad Media, el cuto de los santos se converte en uno de Ios fundammentos de a organizacion social, haciendo dels reliquss los bie- nes mis preciados que puedan poseerse sobre la Terra y Ios instrumentos indipensabes de contacto con el mundo celestial ‘Lo abispos, en esa época, son tanto mis importantes cuanto cue no de- penden de ninguna jerarqu, El obispo de Roma (que més tarde reservars pata sl tila de papa) no goza entonces ms que de un priileio hone 0, reconocido desde la Antigdedad, al igual gue los patriareas de Cons- Cantinopl, Anioquis y Ajanta. Dediferentes pats de Ouciderte ve sli citasu eminente parecer, stinque tambien desde Constantinopa, donde sa pinion tiene peso en los debates tecl6gics. De hecho, en los siglos vy €l obispo de Roma tiene a mirada puesta sobre todo en el Imperio de Oren ‘lnguna estructuracion jerarquirada dela Iglesia occidental, Cada didessis ts preicamente aucinoma ye obispo amo ser ens trritorn, nchiso S avveces es convocado #concilios “nacionsles’, como los qe taseron he aren Toledo, en la Espana visigotica del siglo vr, Esto resulta ial en los tempos de Gregorio el Grande (obispo de Roma ce 390 604), ¢pesar de cfertos signos de cambior al volear mis hacia Occident, Gregori ena la mision de Agustin a las islas britanias, y hace que su cancillera redacte GENESIS DE LA SOCIEDAD CRISTIANA 6 srededor de 20000 carts, en respuesta a peticiones relatvas a cuestiones aiespistratvas o ecesisticas,legadas de todo Oceidente. Sin embargo si sar rvpcer cuenta, como el proveiente de una fuente de sabidurtao, aga cleaso, de un abit, Gregorio no dispone de ninguna superioridad institucional sobre los demas obispos ni de ningtin poder disciplinario para in iaetnren los asuntos de sus didcesis. Entonces, i resulta tna de las mayo- renfiruras dela Iglesia medieval, eso se debe sobre todo a su obra teolégica ‘Fhnotal Su mensaje, paricularmente claro, da la medida de la afrmacién de la institucién eclesial de su tiempo. A la sociedad ahora cristiana (y en sehigufente alos soberanos que ls guian) le fja un objetivo Rindamental fh salvacin de las almas. Al estar el pecado y el diablo en todas partes no resulta facil alcanzarla, y mucho menos para aquellos hombres comprome- {hdos con los asuntos del mundo y el gobierno de los hombres. Gregorio re- {Smienda, pues, que los cristianos, en cuanto a este asunto tan delicad, se Confien a una élite de especalistas de lo sagrado, ls clérigos, alos que cali fea de “médicos del alma” y que saben, mejor que nadie, como salvarlos de tos mules peligros que los acechan, Sus palabras resultan muy exigentes incluso para los clerigos, yen particular para los arstécratas que se wolvie~ ton obispos, de los que se sospechaba que estaban mas dotados para el nando de los hombres que para los ejereicios espritules, Pero, sobre todo, rel testimonio de la brecha creciente entre clérigosy lacos,y de la post tin dominante reivindieada por un clero que pretende en lo sucesivo gular ‘la sociedad y enunciar las normas que convienen al "gobierno de las al mas” (Peter Brown). "Ademds de los obispos, otra institucion —totalmente mueva— tiene auge durante los siglosaltomedievales, antes de labrar de manera decisiva Strostre del eriotaniamo oveidental: | monaguiemo. Muy al principia del Sialo vel monaquisto se establece en Occidente. Venido de Oriente, Juan Casiano lega a Marscla con Ia idea de adaptar la experiencta de los eremi- tas del desiero egipio, cuyas hazafas penitenciales y cua sabiduria des- cribe en sus insttueiones cenobiticas, mientras ue san Honorato funda, no Igjos de ahi, el monasterio de Lerins, dura escuela donde se forman los hi jos de la aristocracia meridional destinadlos a la carrera cpiscopal. Pero es Sobre todo en el silo Vi cuando las fundaciones monésticas se multipican, como otras tantas iniiativas particulares, asumidas a menudo por obispos © a veces a titulo individual. Ast, Cesario, obispo de Arles, crea en 512 un Monasterio para su hermana y 200 monjas (para las mujeres, a menudo provenientes de la aristocracia, el ideal fundamental es la preservacién de “6 FORMACION Y AUGE DE La CRISTIANDAD FEUDAL Ja vnginidad). A mediados del mismo siglo, Casiodoro (490-580) funda un rmonasterio en el surde Talia, que pretende ser ante todo un ugar de cul rs, consagrado a la salvaguarda de la retérica ¥ la gramética latinas § ala difusién de la Iteratura cristina, Poco después, Gregorio el Grane, surg do de una gran femilia romana, remuncia a su carrera de Funcionario impe. rial y decide transformar su casa del Aventino en un lugar de reiro donde lleva una vida de penitencia en extremo severa, Varias obras que se esfuer zan por codifcar las reglas de la vida mondaticacirculan en Ia Italia de aquel tiempo, como la anéninma Regla del amo, ola de Benito, destinada a un porenir mis ric, Muerto en 547, éste no es entonces, sin embaruo, mse que un fundador entre muchos otros, y los lombardes, poco tempo des pues, destruyen su monasterio de Montecassino, Quizas es Gregorio e! Gran. de quien resulta el verdadero inventor de la figura de Benito, cuva vida y milagrosrelata en el libro m de Sus Didlogos, en 594, con lo que prepara el posterior age del monaquismo que se lamars benedictino. Por titimo, mas al norte, en $90, Cohimbano, un santo hombre venido de Inlanda, funda Luxeuil, en Jos Vosgos, donde Ia aistocracia franca manda a edcara sus hijos, En toil, hacia 600, existen alrededor de 200 monasterios ea la Gaia ¥ 320 més un siglo después, algunos de los cuales son inmensamentericox a veces hasta con una extensién de 20000 hectreas de tierras. El conjunto de estos establecimientos, fundados en general en sitios aislados, permite al cristianismo asentarse en los campos: al lado de la red urbana de los ob pados existe en lo sucesivo un semillero rural de fundaciones manésticas Elexito de esta instiucion es considerable, a tal punto que enel siglo vi 4a palabra conversion aduiere un nuevo sentido. Ya no significa soamente a adhesion a una nueva fe, sino también la eleccin de una vida resseltamen fe distinta, marcada por la entrada a un monasterio. En efecto, s bien los primeros discipulos de Jesucristo eran una élite cuya ardua eleccion podia pasar por ser la seftal confirmada de la cleccion divina, a partir de este mo- mento, en una sociedad que se ha vuelto completamente eristiana, algunos se preguntan si la calidad de cristiano es garantia suficiente para acceder a la salvacion. ¢Cémo lograr su salvacion en medio de las tribulaciones del siglo? eComo preservarse del pecado cuando se es participe de les asuntos de un tiempo arormentado? El ideal de vida cristiana resulta, para los lai 0s devotos, cada vez mas inaccesible, e incluso la carrera eclesiéstica, sstrechamente ligada a las preocupaciones del mundo, parece muy poco segura. Aparece laexigencia de una escuela mis dura éa sera el monaste- rio, lugar de estudio y de oracién, de mortificacion sobre todo, mediante la GENESIS DE LA SOCIEDAD CRISTIANA o Se confiesa necesariamente imperfecta. Es el refugio de un ideal ascé- Pe ga medio de un mundo que la teologia moral de Agustin y de Gregorio, Espinin cade La lucha contra el paganismo ante qué process se leva cabo la conversion de Oceidente al rs aa ae ents quel autem de un rey de algunos gucrrer08 0 ‘mo ¢s todavfa en Jo esencial una religiGn de ciudades (y muy imperfecta, ya ae ae oy a9bee signencdlebrando en Roms las Lupereaes, fis: ‘Srzrdntpriacd) el camps? Pana imei acon See ao como lo subraya la Historia contr los paganos de Orosio,"pa- Ter coos tanbidn el hombre dl pags, el cempesino, Ase pol ‘e(smo antiguo es considerado como una creencia fe a ae No Sarees Secrest cee trae anc de propegnign dela fe cristina cone el pagan, Sa Prk mera forma es el bautismo, que, en tanto adhesin a Dios, es una renuncia 2 Stands y a los demonios del paganismo (“renuncio a Thunor, a Woden, @ ‘Saxnot y a todos Jos demonios, sus compafieros”, dice una formula para el ae eee ee ar dl ceerpo de lo fend lon demons slojdos en Us La otra modalidad decisiva es la destruccin de los templos paganos, See ea rege tasers eee ‘Tours es el ejemplo mismo del obispo encargado de esta doble tare, como Raa eer Titer detenplon, Tambien evel ase de san Mares “ FORMACION Y AUGE DE La CRISTIANDAD FEUDAL de Paris, a quien su leyenda lo hace triunfar sobre un temible dragén, que ‘quiza simboliza al diablo y al paganismo y, al mismo tiempo, a las fuermos de una naturaleza insumisa que el santo logra domninar: Aparece entonces por partida doble como un héroe civilizador, que encarna conjuntamente la vietoria del cristianismo sobre el paganismo y la del hombre sobre le naturaleza, Pero esta primera aprosimaciéa resulta insuficiente. Es probable que muchos cristianos de la alta Edad Media compartieran las dudas de los joyentes de Agustin: si bien el dios dnico del cristianismo gobiema con cere. ‘a las cosas superiores, las del cielo y del mas alla, zacaso es por completo seguro que se preocupe por Jos asunios prosaicos y naturales de este mun do? {0 no habria que pensar que a éstos los rigen espiritus inferiores? Un siglo mas tarde, los sermones de Cesireo de Arles (470-542) dan una ver sion tipiea de esta preocupacién de los clérigos en su lucha contra un paga- nismo que perdura, incluso cuando han guedado destruidos los templos y 010s los idalos, Sus “restos” (es éste el sentido de la palabra superstitio) es ‘dn por todas partes, como otras tantas malas costumbres y habitos sactile. ‘208 que hay que erradicar. La mayor difictltad quizé tiene que ver con la sacralidad difusa del mundo natural, que las paganos perciben como im- Bregnado de fuerzas sobrenaturales, Todavia eri 690, en Espana, deben tras ladarse a las iglesias ofrenclas votivas acumuladas alrededor de atboles sa. grados, de manantiales, en cruceros 0 en lo alto de las colinas, La vision cristiana del mundo impone desacralizar totalmente la naturaleva, some. ‘éndola por completo al hombre, ¢Pero acaso esto es posible en ua mundo ‘an ruralizado como el de la Edad Media? El culto de los santos —quienes, segtin la doctrina de la Iglesia, no podesan sacar su poder més que de Dios nisino— es ciertamente el tinico compromiso eficaz y aceptable ante este desafio imposible. En efecto, si bien el aire inferior sigue siendo rabitado Dor los demanios, los buenos eristianos deben rehusarse a hacer allancas con ellos, como algunos lo hacen, y deben acogerse a los santos, capaces de controlarlos (y quiza también, de cierta manera, de sustituitios y encarnar el conjunto de estos poderes intermedios entre los hombres y Dios). La ac- idn conereta de los santos se deja sentir en todos los lugares de la cristian dad, de manera que, mediante sus gestos préximos, las miiltiples manifes- ‘aciones de una sacralidad difusa pueden considerarse come la expresién de la voluntad de Dios. Reavivadas cada vez que el frente de la cristianizacién avanza y pone a Jos clerigos frente a un paganismo todavia vivo o superficialmente cubierto, (GENESIS DE LA SOCIEDAD CRISTIANA « ficultades se plantean en términos que reproducirén en lo esencial $e cor Spcaryades de evogchza l Nuse Mundo, Dea Sos spor sitomedievales, dos actitudes complementaras se afinan répidamente: des tru y dewviar. La primera va acompanada preferentemente de una sus lucida, Bs lo que hace san Bonifacio cuando, hacia 730, derriba el roble de ‘Thunos luego utiliza las tablas que salierom de este érbel considerado sa- ado por ls sajones para consi en el mismo lugar, un oratorio ddica. Joa san Pedro. La segunda opcién, no menos eficaz, buscaba puntos de se ijoto que permitieran que el paganismo quedara cubierto de manera renos brutal por el cristianismo, Se puede tolerar, por ejemplo, la ereencia. nla virtud protectora de los armuletos, a condicién de que leven una cruz. Pero sobre todo es el culto de los santos lo que desempena un papel decisi- to, permitiendo Una cristianizacion relativamente cémoda de numerosas eencias y ritos paganos: més que destruir un sitio cultual antiguo, se le confiere una sacralidad legftima al afirmar que se trata de un érbol bendito for san Martino bien de un manantial donde seve la hella del caseo de su Biro. Eculto dos santos doa al erisinismo una excepioal es fad para emprender con una mezcla de éxito y de realismo su lucha Somprerencaga cont el pagans. A dec verdad esa Moxie ‘marca también el limite de la conversién del Occidente medieval y de la formacin de una sociedad eristiana en el seno de la cual Ia Iglesia comien. za 2 adquirir una posicién dominante, Su lucha contra el paganismo es, en tas es es genoa st abatiendo dragones-— y una victoria a medias, ya que no se impone sino al preci de a elo compromis on una stn dl mance algae e ‘mundo rural, animada per ritos agrarios e impregnada de un cardcter so brenatural omnipresente 1 RENACIMIENTO CAROLINGIO (SIGLOS VIN Y 1X) Le eens ea opcode a Edad Medi se oped al comprobar que na expresion ampliamente consagrada pore uso hist Fogrfico evoea un renaciiento en el corazén mismo de los siglos mas sombrfos de las tinieblas medievales. Sin embargo, coma va he dicho, la Edad Media es una larga retahila de “renacimicntox, 6] deseo de un Te reso ala Antgedad, que es la esencia de este ideal, no ese atibuto pro- lo de los siglos xy 30 se manifesta desde finales del siglo vi. » FORMACION ¥ AUGE DE LA CRISTIANDAD FEUDAL, Laalianza de la Iglesia y el Imperio La historia de los carolingios es ante todo Ia de la ascensi6n militar de una familia aristocrética franca. Carlos Martel, el mayordomo del palzcio, espe cie de virrey de los francos, habia adquirido gran prestigio militar luego de su vietoria sobre los musulmanes en Poitiers. Prestigio que reca2 sobre su hijo Pipino el Breve, quien prosigue su obra de unificacién militar y adquie re tal poder que logra, en 751, poner fin al reinado de Childerico el dltimo rey merovingio surgido de! linaje de Clodoveo, y proclamarse en sa lugar rey de los francos (al soberano depuesto lo rasuran y lo privan de su larga cabe- llcra, simbolo de poder de los jefes francos}, Por ello se beneficia del acuerdo del obispo de Roma, quien esta buscando el apoyo del poder franco ante los Jombardos, que amenazan con invadir Roma. Por eso el pontifice renueva personalmente la coronacién de Pipino en 754; le ahade ademds la unci6n, 3 Ja manera de los reyes del Antiguo Testamento, confiriéndole con ello al soberano franco el beneficio de tuna sacralidad divina legitimada por la Tele- sia. Asfempieza a entablarse una alianza decisiva entre la monarquia fran- cay el pontifice romano. A la muerte de Pipino, su hijo Carlomagno hereda 1 ono de los francos e inaugura un reino particularmente largo ‘768-814). Emprende una vasta politica de conqnista militar, primero en Italia, donde vence a los lombardos y se cifie su corona, luego contra los sajones, que Se- guian siendo paganos, y cuya resistencia obstinada obliga a Carlomagno a 32 afios de campafias de extrema violencia, en las que se mezclan matanzas y deportaciones, terror y conversiones forzadas. El resultado, importante para la historia de Europa, es la conquista de Germania y su integracién a Ia cristiandad. Por dling, Carlomagiu eva mids alli ht guerra, contra los eslavos de Polonia y de Hungria v contra los avaros, pero en la eseneial con ana finali- dad defensiva. Por la mnisma raz6n avanza hacia el sur de los Pirineos, con el fin de constituir la "marcha de Espana”, fragil zona de proteccien ante los musulmanes. Pero no podria creerse que hubiera tenide el proyecto de ern- prender la reconguista de la peninsula ibérica, como queria hacerlo creer la leyenda a la que-El cantar de Roldan dio una resonancia considerable, a partir del siglo x1. En la base de este relato épico, emblemstico dela cultura ‘medieval, no se encuentra sino un hecho historico sin relieve: el aniquila: miento, en 778, de la retaguardia dirigida por el sobrino de Cazlomagno, bajo la acci6n de los vascos, que controlaban entonces las montafas de los Pirineos. GENESIS DE LA SOCIEDAD CRISTIANA a Carlomagno logra reunificar una parie considerable del le Occidente: la Galia, Italia septentrional y central, v Re- Je Germania (véase el mapa 1.1, iene a su disposicion sa cepctonales yun poder inédito desde efi de Roma, En 796 ent Sea conmuceign de se palacio en Aquisgré, cya locsizacion con- prem lo del centro de gravedad hacia a Europa del noroste, ya sensi- tr ica gvimeraafirnacin de poser franco, tes silos ants. El plano arpa. centrado en una gran sala creer, est insirado, con un dei ton politic. en la ilesia-palacio de San Vital de Ravena,legado Cle Minlano, Ast que tampoco es na casualidad gue Caplomagno se ea See en Roma el dia de Navidad de afo AO, aniversario importante del aia aio de Jewerist, Sin embargo, ka coronacién imperial, que iene I seiolla en elrcanstancias ambiguas y poco claras, a sal Thstorindores sugieren que él papa habria colocado la co- va cabeua de Carlomagno de manera sorpresiva y casi sit ‘Sea como sea, antiguo Imperio d ania, a la que afta gar ese dia, se de punto que certos rona imperial en 7 moc a

También podría gustarte