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ALCOHOL, GRIPE Y TUBERCULOSIS. 165 invierno de 1889, un poco més agresiva en la primavera de 1891, de media- naintensidad en el otofio y el invierno de 1891-1892. Maté al menos 250.000 guropeos y el total de decesos puede haber superado el milldn de perso. nas, Este “resftfo ruso” parece haber persistido por varios afios hasta que gradualmente fue menos severo y frecuente. La pandemia de 1918-1919 En 1918 otra pestilencia asolé el mundo. Cuatro afios de guerra de trin- cheras, luchando en condiciones de privacién, hasta ese momento desco- nocidas para aquellos combatientes, produjeron un ambiente propicio para las infecciones. La inanicién afecté a la mayoria de la poblacién en Europa y también a los paises menos privilegiados del mundo. Se podia esperar que una enfermedad més peligrosa que un “mero resfrio” asolara Europa y fuera llevada con la velocidad de un vapor a todas partes del mundo. Cuando la pandemia se manifesté tomé la forma de una virulenta corriente de gripe. Una de las particularidades del resfrio es que parece atacar, al mismo tiempo, un ntimero de 4reas muy extendidas. Por esta razén es dificil, si no imposible, decir cuéndo se originé la pandemia de 1918. El nombre con- tempordneo de “resfrio espajiol” es seductor y por una raz6n interesante: gobiernos beligerantes, recelosos de informar pérdidas de trabajadores, imponian censura sobre los informes de epidemias serias. Espafia, como no estaba en guerra, permitié que publicaciones informaran que el pais estaba sufriendo un tipo de gripe inusualmente severa. La primera sefial ocurrié a comienzos del verano de 1918, en los campa- mentos del ejército norteamericano en Francia, pero Ilamé poco la atencién porque era una enfermedad leve. La segunda sefial fue bastante diferente y aparecié en varias localidades durante agosto. Freetown, la capital de Sierra Leona; Brest, el puerto francés de desembarco para tropas norteamerica- nas; Boston y Massachusetts, fueron infectados al mismo tiempo. La enfer- medad no s6lo se presentaba con una forma infecciosa poco corriente, sino excepcionalmente letal. Los sintomas eran los de una gripe severa tipica —alta temperatura, dolores de garganta, de cabeza y generalizados en los miembros, mds postracién—, pero eran frecuentes, adem nal y, mucho més acentuada, la neumonia. . Si bien los ancianos y los nifios fueron los que mas Una inusual alta proporcién de muertes en el grupo de enfemos Te Ste Veinte y treinta afios. En un campo militar de Massachusetts e' P! To de [a Se diagnosticé el 12 de septiembre. En Boston casi el 10 panes En me- Poblacién la padecié, y murieron casi dos tercios de los Seal de San Nos de una quincena 12.604 soldados fueron afectados. El 4s, dolor abdomi- la sufrieron, hubo mos de entre Escaneado con CamScanner 166 GRANDES PESTES DE LA HISTORIA Francisco admitié 3.509 soldados que padecian neumonia, de los que c cuarta parte pereci6, Se ha calculado que el 20 por ciento del ejecta , los Estados Unidos enfermé entre agosto y octubre. En total, 24.009 Nortea mericanos del personal de servicio murieron de gripe y la neumonia res, tante, cifra que puede compararse con los 34.000 muertos en los campos de batalla. Estos cdlculos indican la clase de morbilidad y mortalidad exper, mentada en la segunda aparicin. La tercera llegé en la primavera de 1919 y fue casi igual de severa, aun. que con menor diseminacién. Se sabe con seguridad que durante toda la pandemia sélo Santa Elena, Nueva Guinea y algunas pocas islas del Pacifico no fueron atacadas, aunque en muchas dreas no relevadas de Africa Central, Asia y Sudamérica deben de haberse presentado las mismas condiciones, El ndmero de muertos fue impresionante —sélo en Gran Bretafia hubo mas de 150.000—, calculandose entre 21 y 25 millones de casos a nivel mundial. (Aunque estas cifras pueden no ser reales. Recuentos mas modernos esti- maron el doble de muertos en todo el mundo y 50.000 casos mas en Gran Bretafia.) La pandemia de 1918-1919 produjo la mayor pérdida de vidas en una sola irrupcién de una enfermedad desde la muerte negra; sin embargo, sobre un porcentaje base de poblacién, el promedio de mortalidad fue pro- bablemente mucho menor que en 1347-1350. EI hambre, las malas condiciones de vida, el estrés y el cansancio de la guerra socavaron las defensas en escala masiva y contribuyeron a ese nivel de incidencia y muerte. El recorrido fue quiz mas rapido que en 1889 y la guerra lo favorecié con los grandes movimientos de tropas entre las nacio- nes. Aunque no se tuvieran en cuenta estos factores anormales, la pande~ mia de 1918-1919 fue Gnica. El gran asesino no era la gripe misma sino la Neumonia viral que sobrevenia. Nunca antes una infeccién respiratoria ha- bia producido tal cantidad de muertes. En los afios siguientes, aunque con ciertas reservas, la culpa de estas Pestes recay6 en una infeccién animal, quizds el organismo de la fiebre de los porcinos, que pasaba a los humanos. Los cerdos han sido criados com? alimento del hombre durante siglos, conviviendo ambas especies en est!” cha relaci6n. Si los cerdos sufrfan epidemias de fiebre, entonces |a infec cién pudo haberse transmitido al cuidador sin la interposicién de niné™ vector, como la mosca o los piojos. 3 le Por esta raz6n, y por la similitud entre los sintomas, hay quienes Te" que la pandemia de 1918 fue una recurrencia de la “transpiracion ingles? ° aunque ello no implica que la enfermedad no fuera gripe. También $° 5” giere que la “transpiracién inglesa” pudo haber sido la primera epide™” de gripe que se recuerde, originada e inicialmente limitada al Reino UNIS? La teoria de que fue una enfermedad porcina, propia de las aves de 7, © de cualquier otro animal doméstico que contagiaba al ser humano. PU » Escaneado con CamScanner ALCOHOL, GRIPE Y TUBERCULOSIS i 67 én relacionarse con la aparicin relativamente tardia mbi de la gripe en venelomerado de enfermedades europea. Sripe en el si esto resulta correcto, entonces la gripe es uno de los menos gratos regalos que Gran Bretafia hizo al mundo. Un mal mas antiguo que el hombre se ha dicho que nunca antes una infeccién respiratoria causé una mor- talidad como la de 1918-1919, pero eso no es cierto, si pensamos en funcién de una prolongada linea de tiempo e incluimos el efecto insidioso de la tu- berculosis pulmonar. Esta es una enfermedad més antigua que la humani- dad, causada por un organismo tal vez descendiente del organismo vivien- te mas antiguo de la Tierra. Muchos cientificos creen que el bacilo de la tuberculosis deriva de un saprofito que se alimenta de los tejidos muertos, que es transmitido a las criaturas vivientes de sangre fria, luego a los anima- les de sangre caliente y de alli al ser humano. Parte de esa teoria nace del predominio de la tuberculosis en el reino animal y el ntimero de diferentes cadenas reconocibles de bacilos causantes. Nos detendremos a considerar slo dos de ellas: la bovina y la humana, las cuales pueden causar la enfermedad tanto en el ganado como en el hom- bre. El tipo bovino, adquirido por lo general al beber leche de vacas tuber- culosas, tiende a ser una enfermedad de la nifiez. El tipo humano, adquiri- do por lo comiin por contagio directo de una persona a otra tiende a ser —més atin en tiempos recientes— una enfermedad de adultos jévenes. La tuberculosis afecta cualquier estructura del cuerpo, formando “tu- bérculos”, de donde deriva su nombre, unos nédulos chiquitos de tejido in- flamado, que se formaron por reacci6n al bacilo que contienen y son, a ve- ces, microscépicos y otras veces visibles a simple vista. El tipo bovino afecta mas comiinmente a glandulas 0 ganglios linfaticos, que son de consistencia dura y se agrandan, asi como a articulaciones, que desarrollan el clasico “bulto blanco”, Por esa misma razén los huesos se ablandan y a menudo Pierden su forma. Este tipo de lesién se conoce con el nombre de escrofula "mal del rey”, El tipo humano ataca mas a menudo el tejido pulmonar, comenzando ape la *mancha” tipica en el épice del pulmén, aan ne ae = a causando a menudo colapso tisular y exudado Aap “on a = ‘angre, de conformacién purulenta 0 serosa. Los sin ee ™Peratura alta con sudor nocturno, adelgazamiento répido y exp ion de sangre. ae bo ie ataque del tipo bovino protege al paciente ae la ae an 'Umano; casi siempre limitada a los nifios, la infeccion Escaneado con CamScanner 168 GRANDES PESTES DE LA HISTORIA seguridad contra enfermedades ms letales de la adultez. Aun cién bovina puede causar la muerte o la deformidad, muchos ni fren un agrandamiento de la gldndula o un leve y temporario aumento temperatura, Una vez infectados por el bacilo bovino, su resistencia nat’ alcanza para protegerlos de la pequefia invasién. Ese “ataque” serg =a ciente para inmunizarlos contra ulteriores infecciones del tipo bovino y tam, bién contra el tipo humano. En comunidades cerradas, como las ciudades industriales, la invasién humana era, casi con certeza, mds masiva y més dificil de resistir, por lo que es probable que la inmunidad dada por el tipo bovino fuera ventajosa, En los afios de alta incidencia, muchos doctores, en particular en la Inglaterra industrializada, confiaron en que el tratamiento con leche liberaba a los ni fios del bacilo tuberculoso, pero esto generé un peligro adicional porque, aunque dicho tratamiento podia salvar a algunos nifios de la muerte o la deformidad, sélo postergaba el casi inevitable contacto con el bacilo de procedencia humana. Se encontré evidencia de infeccién tuberculosa en Eurasia y Africa como remanente del periodo neolitico tardfo, y en Amerindia, en esqueletos de cerca del afio 800 a.C. Uno de los descubrimientos médicos arqueoldgicos més interesantes fue el cuerpo momificado de un fraile amonita llamado Nes- perehan, quien murié alrededor del afio 1000 a.C. Mostraba no sélo la tipica giba (cifosis) de la tuberculosis espinal avanzada, sino también una cavidad formada en la parte ms baja del abdomen, cerca de la articulacién de la cadera, que ahora sabemos era un absceso del psoas. Textos hipocraticos in- forman de sintomas reconocibles. Areteus de Alejandria, en el siglo Il d.C. describi6 el Habitus phthisicus, aceptado por los médicos del siglo XIX como ‘“didtesis tubercular’, en la apariencia de una persona con positivo peligro de tuberculosis pulmonar: “la delgadez, la garganta prominente, hombros on forma de paleta sobresalientes como alas, palidez y caja tordcica estrecha”. QUE la infec. FOS Sélo sy. Los tratamientas en la toria Todas las civilizaciones y todas las naciones estaban expuestas 212 8 berculosis. Los médicos intentaron curas en todos los tiempos: los hinddes aconsejaban vivir al aire libre, practicar ejercicios y dormir en los establos de los chivos; Galeno pensé que la enfermedad era contagiosa y susitié °" tar el contacto con gente infectada. El enviaba a sus pacientes @ sabia balneario en la costa de Italia, frente a la isla de Capri, una recomend@ch™ similar a la de los médicos de principios del siglo XX a sus pacientes ico vivir en la “Riviera” de Francia. 0 Rhazes y Avicena, de la escuela medieval arébiga, recomendaron PO" Escaneado con CamScanner ALCOHOL, GRIPE Y TUBERCULOSIS 169 de camarones, y este preparado se convirtié en un popular y du- de céscara r aa ya que provefa calcio adicional; tratamiento que fue reto- dio, dero remedi©: YO voego a fines del siglo XIX ras magicas y milagrosas también desempefiaron su parte y toma- 15 Cu 4 forma extrafia. El “mal del rey" o escréfula, que por lo comin afecta- dulas del cuello, parecié responder positivamente ante el “toque” par es una antigua costumbre que probablemente fue introducida por Clovis el Franco, alrededor del afio 496, y se dice que fue practicada por primera vez.en Inglaterra por Eduardo el Confesor, aunque no hay repor- tes de ello hasta el siglo XII Carlos II de Inglaterra mantuvo la practica du- rante su exilio y traté 6.275 sufrientes en 1660, el afio de su restauracion. Para el momento de su muerte, en 1685, habia realizado el “toque real” en no menos de 92.107 enfermos. La historia no precisa a cudntos curd pero lacifra, por si misma, sugiere una alta incidencia de tuberculosis glandular ron alas glan real. El pal enel siglo XVII. Guillermo III continué esta ceremonia pero, como tenia poca fe en su eficacia, acompaiiaba cada tacto con las palabras “Dios le conceda la mejor salud y mas entendimiento”. La reina Ana otorgé el “toque real” nada me- nos que al famoso hombre de las letras Samuel Johnson, quien hacia 171 1- 1712 tenfa sélo dos afios. Johnson debe haber estado entre los ultimos in- gleses sujetos a ese curioso rito, ya que Jorge I lo abolié cuando subid al trono en 1714. Los reyes franceses mantuvieron la practica con regularidad hasta 1775 y la costumbre fue resucitada brevemente por el conservador Carlos X, un ardiente creyente en los derechos divinos, cuando ascendié al trono en 1824, La dltima ceremonia que se recuerda data de 1825. La tuberculosis pulmonar La historia de los comienzos de la tuberculosis pulmonar no es muy cla- "2, en parte a causa de una nomenclatura confusa. En Inglaterra, la palabra isis" Podta ser adjudicada a la enfermedad. La dinastia de los dos reyes aia la padecié, en Enrique Vill y su hijo mayor Arturo, quien falleci6 ie rey uteri dolencia, asi como el duque de Richmond, hilt del ne emrenems que el tinico hijo legitimo de Enrique, Eduar a nee tante to, er Muerto de una combinacién de sifilis y tuberculosis un fk as os noer it Pata los nifios de la ciudad en el siglo XV I fallecimiento € Nes. Asi, €s atrafa la atencién, pero no las muertes de las perso! aa si, considerando el gran ntimero conocido de victimas de la reall pulp onaies de las clases superiores, es Iégico inferir que fa tubercle 7 ‘ar estaba muy diseminada y afecté a todas las clases, incl Privilegiadas, Escaneado con CamScanner

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