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Ensayos Sobre Sartre y El Existencialismo - Dr. Adolfo Vasquez Rocca
Ensayos Sobre Sartre y El Existencialismo - Dr. Adolfo Vasquez Rocca
Referencia:
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Sartre; Teoría fenomenológica de las emociones y
conciencia posicional del mundo”, En Revista NÓMADAS. Revista Crítica de
Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid
| Nº 36 (2012. 4)
Sartre y el Existencialismo 2
Introducción
1.-
A la pregunta por el ser humano, Sartre responde que nos definimos como seres
libres: “Estamos condenados a ser libres”. Es cierto que vivimos en medio
de unas circunstancias, una situación, pero Sartre niega la existencia de
determinismos de todo tipo: teológico, biológico, psicológico o social (ni Dios, ni
la naturaleza, ni el inconsciente ni la sociedad nos obligan a actuar de una
determinada manera) Al contrario: somos lo que hemos querido ser y siempre
podremos dejar de ser lo que somos.
Ser libre significa que somos responsables y que nuestra vida es un Proyecto.
Pero cuando pretendemos refugiarnos en excusas, cuando nos mentimos a
nosotros mismos acerca de nuestra responsabilidad, nos auto-engañamos,
incurrimos en lo que Sartre llama “mala fe”. La mala fe es a la vez conocimiento
y desconocimiento: primero somos conscientes de que nuestra libertad es causa
de nuestro futuro, pero por luego fingimos desconocer que somos lo que somos
por nuestras decisiones del pasado. Este es el modo que tenemos de liberarnos
de la angustia que nos causa la libertad. La «mala fe», consiste en engañarnos a
nosotros mismos fingiendo que no somos responsables de nuestros actos. De ese
modo elegimos renunciar a nuestra propia humanidad porque nos
“cosificamos”, nos vemos a nosotros mismos como una simple cosa, que las
circunstancias u otros manejan. Pero Sartre nos recuerda que ya no hay excusas,
que debemos asumir nuestra libertad, y la angustia y el desamparo que la
acompañan porque con cada elección comprometemos a la humanidad entera.
De ahí que cuando elegimos debemos preguntarnos ¿Querría que todos actuasen
del mismo modo en mi lugar? La mala fe es un modo de Existencia inauténtica.
Afrontar el hecho permanente de que somos libres es por el contrario una
Existencia auténtica.
1.2.
Existir es ser un ser que se elige a sí mismo. El hombre, único existente, es el ser
que elige su ser; es el ser que tiene que elegir a cada instante. Porque es elección
de sí mismo, elige esto o aquello, y no puede no elegirlo. Así como es posibilidad
y por eso tiene esta o aquella posibilidad determinada, de la misma manera es
elección y hace esta o aquella elección determinada. Y lo que elige son sus
posibilidades; y se elige proyectándose hacia esto o aquello. Toda la existencia es
una elección constante; pero no es sólo elección la elección consciente y
deliberada; nuestros impulsos más secretos, nuestras tendencias más oscuras,
son, también, elección. El hombre, ser que se crea a sí mismo, se crea
eligiéndose y eligiendo sus posibles; si no los eligiese, no se crearía a sí mismo, y
sería creado por los posibles que actuarían sobre él desde fuera. Elegimos todo lo
que somos, y somos eso que elegimos; y eso que elegimos lo elegimos creándolo,
no escogiéndolo dentro de un juego ya dado de posibles.
“El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se
quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de
este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se
hace. Éste es el primer principio del existencialismo.”
Siguiendo a Aquino, Dios crea las cosas a partir de las ideas eternas. Somos la
realización concreta del concepto de ser humano que tiene Dios. A partir de la
Edad Moderna, el concepto de Dios va siendo cuestionado por los filósofos, sin
embargo la idea de que La esencia precede a la existencia sigue vigente; y
se sigue pensando que existe la naturaleza humana, cada ser humano es un
ejemplo concreto de la esencia humana.
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3. LA REALIDAD: LA NADA.
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En su obra de 1943, “El ser y la nada” Sartre se propone una investigación del
ser, siguiendo el método fenomenológico, al igual que anteriormente hiciera
Heidegger. Sartre reduce lo existente a lo que aparece ante nuestros sentidos.
Así, la tarea de la filosofía será describir dicha apariencia. Comienza
distinguiendo entre: ser en sí y ser para sí.
El “ser en sí” es el ser propio de las cosas, del que sólo se puede decir que
“existe”. Este ser no es consciente, es sencillamente “lo que hay” (una casa, una
piedra…); En cambio el “ser para sí”, es la consciencia propia del ser humano.
En sí misma es un vacío, nada, mera posibilidad, representa la libertad frente al
determinismo del en sí, Ahora bien, el ser para sí es el que aporta un sentido, un
significado al mundo, al ser en sí.
El ser para sí, el ser humano, no tiene una esencia o una naturaleza previa: es
pura libertad, no está determinado. Sartre afirma que primero el hombre existe,
y sólo después es una persona u otra, se va definiendo como sujeto cuando elige
cómo actuar en cada situación. El ser del hombre es indeterminado, es pura
nada.
La nada está en el origen y en el fin del ser humano: cuando vivimos una
existencia auténtica también somos conscientes de nuestro límite: la muerte, la
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