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DULCES,

CHOCOLATE u BEBIDAS

;ION
P R O G R A M A DE E D U C A C I Ó N EN ALIMENTACIÓN Y NUTRICIÓN
DIRECCIÓN GENERAL DE SANIDAD
GOBIERNO ESPAÑOL UNICEF FAO
A casi todo el mundo, y en especial a los niños, les gus-
tan los dulces: los pasteles, las tartas, los caramelos, las
yemas, los helados y todas esas cosas tan ricas. Bien está
tomarlos, pero sabiendo que SOLO DEBEN CONSIDERAR-
SE COMO GOLOSINAS. Y que hacer de ellos la base de la
alimentación es un GRAVE ERROR.
Los dulces ENGORDAN MUCHO Y ALIMENTAN POCO.
Tome usted buena nota de esto, señora, para dos cosas:

1.a Para no comerlos en exceso, si le preocupa guar-


dar la línea y estar sana.
2." Y m á s im-
portante: para que
no se los dé en ex-
ceso a sus hijos, si
no quiere hacerles
fofos, blanduchos y
m a I alimentados,
aunque estén gor-
dos.
En efecto, estar
gordo no quiere de-
cir estar bien ali-
mentado. Un niño
—o un adulto-
delgado pero fuer-
te. con musculatura firme y esqueleto bien desarrolla-
do es infinitamente más sano, resiste mejor los esfuerzos,
las enfermedades, etc., que uno de esos niños linfáticos,
vacunos, cargados de grasa temblequeante, jadeantes al es-
fuerzo y con pies planos, de los que tan orgullosas se
muestran, a veces, sus ignorantes madres, en general tan
gordas, fofas y linfáticas como ellos.

Los dulces proporcionan calorías, que pueden utilizarse


en el esfuerzo, el trabajo,
solo calorías etcétera, pero que si so-
bran, se acumulan —al
transformarse los hidra-
tos de carbono— como
grasas. NO proporcionan
proteínas (base de los
músculos), ni calcio (que forma los huesos), ni vitaminas
{tan necesarias para todo). Sólo calorías.

Tomen dulces, sí; pero sólo como un placer y MODERA-


DAMENTE. No hay que privarse de ellos: pero el exceso
—y más entre horas, cuando quitan el apetito e impiden
comer luego lo necesario— es perjudicial.

Igual hay que decir del chocolate: prácticamente es


un dulce más. Nada hay que decir de que un niño tome
una onza de chocolate en la merienda o un tazón con leche
en el desayuno.
Pero creer que
por darle mucho
chocolate está
bien alimentado
es un error, en
el que desgra-
ciadamente mu-
chas personas caen con la mejor intención.

NO; los niños necesitan tomar leche y queso (que les


dan calcio). Pescados, carnes, huevos (que les dan pro-
teínas). Ensaladas y frutas (que les dan vitaminas). Y,
además, legumbres y pan. Y sólo en tercer término pue-
den tomar chocolate o dulces, que si comen lo antes
dicho no les hacen ninguna falta, aunque les gusten mucho.

Y ahora hablemos de las bebidas. Podemos hacer dos


grupos: las alcohólicas (vino, cerveza, sidra, licores) y
las no alcohólicas (agua, zumos de frutas y bebidas co-
mercializadas). Dejamos aparte la leche.

En principio, toda bebida alcohólica no es aconseja-


ble. Esto es especialmente cierto para los niños: JAMAS
DEBE DARSE VINO A UN NIÑO —como hacen, con abso-
luta falta de conocimiento y de sentido común, en mu-
chos pueblos— Y TAMPOCO CERVEZA. No sólo no es
beneficioso, si-
no que les pue- . _ .^^
de hacer mucho I i\lv/¡
daño; por lo me-
nos el acostum-
brarlos a beber,
facilitando así
el que, ya ma-
yores, caigan en el alcoholismo, con to-
dos sus peligros (volverse locos, morir de
una cirrosis hepática, etc.).

Los adultos pueden beber vino sin pe-


ligro, con tal de que lo hagan moderada-
mente. Medio litro al día (o su equiva-
lente en cerveza o sidra) no se puede
considerar peligroso. Un litro es
ya demasiado. Y por encima de
esto, es francamente dañino.

Los licores son siempre


más tóxicos que el vino: más
vale reservarlos para los días
señalados y no abusar de
ellos ni en esos días.

Los zumos de fru-


tas naturales recién
hechos, son una be-
bida excelente, y a
que conservan las vi-
taminas de la fruta.
Desgraciadamente, en
poco tiempo se es-
tropean estas vitami-
ZUMOS: Preparados... y consumidos.

ñas con la luz, etc. Por eso los zumos comercializados


suelen haber perdido sus vitaminas, salvo algunos espe-
cialmente preparados.

El café, el té y las bebidas comercializadas a base


de cafeína, de coca, de nuez de kola, etc., son estimu-
lantes sin valor alimenticio, agradables para las personas
sanas, pero contraindicadas para los niños (les excitan,
producen insomnio, etc.) y para los personas nerviosas
o con tensión alta, enfermos del corazón, etc.
Desde luego, la bebida mejor, más sana y más barata
es el agua. Lo demás son artificios que el hombre ha ¡do
inventando y que, en el fondo, sólo sirven para complicar-
le la vida.

Hef 3-1-6 Tipograf. Depósito legal: M. 27.941/1971.

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