Les dijo: «Si ponen ustedes toda su atención en lo que yo, el

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Señor su Dios, les digo, y si hacen lo que a mí me agrada,

obedeciendo mis mandamientos y cumpliendo mis leyes, no les
enviaré ninguna de las plagas que envié sobre los egipcios, pues
yo soy el Señor, el que los sana a ustedes.»

Adora al Señor tu Dios, y él bendecirá tu pan y tu agua.

»Yo alejaré de ti la enfermedad,
y haré que no mueras antes de tiempo. No habrá en tu país
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ninguna mujer que aborte o que sea estéril.

»Yo haré que se extiendan el miedo y los gritos de angustia
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delante de ti, en cualquier nación por donde pases, y haré que

tus enemigos huyan ante ti.
Haré que el pánico se extienda a tu paso, y así huirán de tu
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presencia los heveos, los hititas y los cananeos.

No los arrojaré de tu presencia en un año, para que la tierra no
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se eche a perder ni aumenten los animales salvajes y te hagan

daño.
Los arrojaré de tu presencia poco a poco, hasta que tengas
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muchos hijos y tomes posesión de la tierra.

«Diles a Aarón y a sus hijos que cuando bendigan a los israelitas

lo hagan de esta manera:
»"Que el Señor te bendiga y te proteja;
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que el Señor te mire con agrado

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y te muestre su bondad;
que el Señor te mire con amor
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y te conceda la paz."
»Así ellos pronunciarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los
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bendeciré.»

Así pues, se fueron del monte del Señor y caminaron durante

tres días. El arca de la alianza del Señor iba delante de ellos,
buscándoles un lugar donde descansar.
Durante el día, apenas se ponían en camino, la nube del Señor
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iba encima de ellos.

En cuanto el arca se ponía en marcha, Moisés decía:
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«¡Levántate, Señor!
¡Que se dispersen tus enemigos!
¡Que al verte huyan los que te odian!»
Pero cuando el arca se detenía, decía Moisés:
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«¡Vuelve ahora, Señor,

a los incontables ejércitos de Israel!»