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oe nie con cates SO tanente MM Noega, €O Si Gea toe shpat ei eae Capitulo-6 EL TIEMPO EN ORIENTACION VOCACIONAL? Lidia Ferrari El tiempo en'psicoandlisis es el tiempo del deseo. Un tiempo por fuera de ritmos biolégicos o convenciones sociales. El tempo del deseo es radi- calmente un tiempo ligado a la construccién libidinal et setorpsToreec. ee ee ‘Se ha'dicho que el inconsciente es atemporat, ES preciso-aclarar que no se trata de que inconsciente est€ por fuera del tempo, sino que ignora las coordenadas espacio-temporales de Ja conciencia, de la vigilia, de la convencién. En este trabajo, dedicado al tema del tiempo como uno de los aspec- tos cruciales en los procesos de orientacién vocacional, no podemos des- ligarnos de la ideracién psicoanalitica def Gempo. Pero no para apli- carlas sin tna, sing pres UWE TMeTSCCCTOTET V HTeencas. El tiempo es irreversible. Siempre se avanza en la Iinea del tiempo. El discurso también es irreversible. Pero ese avance hacia el futuro va pro- I] Jovenes, ers ysaberes duciendo al pasado, lo significa y lo resignifica. Se trata, en psicoandlisis, de paradojas continuas en relacién con el tiempo. El pasado no ¢ lo que fae, sino lo que puede legar a ser retroactivamente. En el anilisis se ird produciendo un pasado en nuestro viaje al futuro, ‘Vamos a trabajar distintos tépicos en los cuales aparece el probléma del tiempo y sus diferentes abordajes. Los MOMENTOS ADECUADOS PARA UNA DECISION YVeamos alguaas prescripciones para el andlisis que permitea ubiear | diferencias en el manejo del tiempo en los procesos de orientacién voce- 4 cional. | 4 La mejor manera de proteger al enfermo de los dafios que puede ncarre- Z E aarle la ejecucién de sus impults es comprometerle a no ndoptar durante | el curso del tratamiento ninguna resolucién importante (elegir carrera 0 minjer, por ejemplo) y a ésperar para ello el momento de la curacién. Al | mismo tiempo, respetamasa libertad personal del paciente en enanto sea 4 compatible con estas preciuciones; no le impedimes la Gores fe pre sitos poco trascenddentales) aungue se trate de evidentes simplenasy no olvi- eh demas ‘que silo la propia y perconad experiencia hace al hombre sabio. Hay i mambiée casos en los gua noses imposible disuadir al sujto de cometer 2 una empresa totalmente inadecnada a sus circunstancins y 2ue im 4 mucho desputs van madwrando y hacitndose aseguibles a la elaboracion apalisica (Freud, 1914, 1687). a a * epuedo, ademniis, ascgurares que estéis en un error si cred que Beonstiey y guiar al sujeto on las circunstancias de su vide forma parte de ie ; fnfluencin picoanclitics, Por el eontraria,rechasamos sempre ie ot F posible exe papel de menrores, y nuestro sola dese exh de ver al enferma sadaptar por & mismo sus decsiones, At pues le exigimes sempre 8 resrase hasta el final del tratamiento toda decision importants * ra hs deccibn de una carrera, la iniciacién de una empresa comercial, elo EET RET FE ren aut she - LL Fert |! dempo en ortentacén vocaconal amiento 0 el divorcio. Convenid que no es esto lo que pensabais. Slo cuan- do nos hallamos ante personas muy jboenes 0 individuos muy desampara- dos 0 inestables nos resolvemos a asociar a la misiin del médico la del edu- cader. Pero entonces, comscientes de nuestra responsabilidad, aetuamos con todas las precanciones necesarias® (Freud, 1973, 2392). ‘No nos interesa aguf debatir la validez 0 no de estas prescripciones en el interior del andlisis. Pero s{ nos pueden ser tiles para ver la relacion entre la neurosis y la ibilidad de tomar decisiones importantes para la vida de sujeto. a En muchos casos de demanda de orientaci6n vocacional, en las cuales ‘uno puede observar una fuerte complicacién neurética, ¢s necesario delic mitar correctamente cudndo es necesario indicar un tratamiento y dejar el proceso de. cs conveniente su desarrollo. En primer lugar, la observacién de Freud indicando el cese de acciones comprometidas para la vida del paciente se hacf en un contexto donde no sélo se trataba de la gravedad del caso, sino que la frecuencia y el tiempo del tratamiento no eran los actuales. Et anilisis comprometia, como hoy, un espacio psiquico central en la vida det sujeto, pero, ader més, inundaba las actividades cotidianas. Se suspendizn muchas activida- des en pos del tratamiento y, por lo tanto, ld SuspeNst6rte-esas-decisio- ‘nes importantes tenis ctativa de una modificacién subjetiva en un selativo corto plazo. Si bien la prescripcién de indicaciones de suspender deasiones importantes tendré que ver con la marcha singular de cada andlisis, lo que queremos aqui ¢s relacionar estas reglas con aquello de lo que se trata la orientacién vocacional. Si en el caso de Freud se trataba de indicar que no se tomaran estas decisiones “todavia”, eso estaba liga- do a considerar que en las condiciones del paciente esas decisiones no serfan apropiadas. En realidad, 1a_derivacién hacia la motilidad de las pulsiones que en todo caso tenfan que rememorarse en el andlisis. La orientacién vocacional ¢s una prictica que pone como ido, aun en casos delicados, objetivo esta toma de decisiones: Esto nos ilustra sobre la importancia que tiene el compromiso neurotico en las decisiones. La prescripcién de a at A MMMM A \ yet costo que tiene para el sujewo suspender toda decisén. EL poder ‘ZF ID povenes erisyeaeres evitarlas no es sino el intento de resguardar al paciente de que emprenda y on actos ligados @ rme- dad. Es aqui donde nos queremos detener en nuestro anilisis, cesos de orientacién vocacional, en general, son demandados en deter. minado momento de la vida del sujeto. Su adolescencia, Tenemos ahi la prud dade Tos seres humanos transcusre entre paradoias v contadicciones. Justo en el momento menos adecua- do para realizar decisiones (casi como un enfermo grave), ¢2 cuarido hay que tomarlas. Nos vamos a dedicar a este punto més adelante, En orientacién vocacional, por el contratio, se trabaja para poder p:o- ‘sion definitiva 0 para toda ducir una decsi6n, Si bien la categorfa de de Ta vida debe dejarse a un lado, no es menos cierto que se trata de llegar a tomar decisiones comprometidas. Pese a ello, es claro que se trabaja en pos de ello. :Sélo los casos menos neuréticos podrin decidir? Sélo las personas relativamente sanas podrén elegir? ;Seré necesario suspender la eleccién profesional hasta tanto se produzcan algunos efectos debido a ‘un tratamiento analitico? Si bien estas preguntas son de orden general y, como tales, implican respuestas también generales, no es ocioso aclarar que habré que sitvar- se en cada caso singular, Sin embargo, sigue siendo valido pensar que en muchos casos donde podrian haber surgido indicaciones tales como: sus- penda toda decisién, comience un tratamiento analitico y luego se ver, pueden llegar a ser contraproducentes. En muchos-easos-hay-queevaliar empress wvenes ios pone en muxcha, y ese ponerse en marcha e crucial para ellos. “Muchos jévenes estén angustiados frente a la tarea de elegir una cate. 12.0 de decidir su futuro ocupacional? Es necesario analizar en cada caso lo que esté comprometido en su angustia. En un caso de una joven de 19 afios, que claramente pat rosis grave que obstacul 0 2 en mak cha para Ja vida, se hacia necesario indicar un tratamiento analitico. Sin embargo, la situacién personal en la que se encontraba ~inmigrante del interior, si no se decidfa por estudiar debfa volverse (con mucha angustia .decfa una neu ae lizaba no sélo su decisién, sino su puesta en mar- | i u ap Fee | 8 denpo en orien ecco y Sin una clara elecci6n) a su pueblo hacia necesario ‘teabaja pudiera organizarse en el sentido de encontrar alguns cance Cena trabsjo que le permitiera sostenerse y no precipicarse en un derrunte pslquico, para lo eual el objetivo primero era seguir en exe proceso de orientacién vocacional, El tratamiento analitico podria ven luego. Aqul fue necesario considerar la variable temporal en sus dimensiones convencionales: cuéndo comienzan las clases, en qué momento llega el verano, etcétera, El tiempo vacfo en esta joven era fuente de angustia, Un tratamiento s6lo a largo plazo podrfa mejorar cualitativamente su situa- ci6n. El proceso de orientacién vocacional le permitié organizarse y cul mnin6 con una derivacién a ua tratamiento. PARADOJAS TEMPORALES En el momento de la salida de la escuela secundaria, cuando se sale de t ss gue del aniiclen familias, la salida exogimica, para poder producit 0 espa cio, Esto que puede ser Mama: am rota na mundo, etc., se debe realizar en un momento que podria caracterizarse como anticipado respecto de los propios recursos. (Por qué anticipado? La madurez, la experiencia, el-conocimjento necesarios para tomar deci- siones bien suste is uego del efecto que tiene sobre el sujeto esa separacidin Se asistiria a una paradoje= viaje en el tiempo en la fisica~ si se esperara estap-con-las condiciones pst- gui wando alguien ya ha producido esos movi. ‘migntos y ¢sas ruptures, | Esto no invalida la apreciacién de que el sistema educativo y las dife- rentes herramienees, como la orientacién vocarianal en este caso, pueden scompafat, ayudar i jones. Sin embar- 80, definitivamente ellas tendrin las caracteristicas de iniciéticas, inaugu- vantes, que luego darin a esas acciones el valor de momentos cruciales. Ellas se sumarén para producir un sujeto con experiencia, informado y 2 TE sevens, rss sabres con tecursos para enfrentar ¢l mundo. Esto no podrfa ocurrir antes de dar ese paso, y no se puede dar ese paso sino inicidticamente. Ese paso ‘no puede contener lo que sej va a obtener justamente por haberlo pro- ducido. ‘i En-elterreno de esta simacién paradojal,a veces se pide suspensiba-de— una decisin a alguien hasta tanto s¢ ¢ncucntre en condiciones de-tommary la, pero, muchas veces, se tata de condiciones que sélo se obticnen des- pus de haber tomado dichas decisiones. Desde los padres, desde los adultos, y aun desde los mismos jévenes, se escuchan demandas de una-asistencia tal que pudiera anular esta para- doja. ¥ muchos jévenes demandan asistencia para ello. Si alguien en el lugar de orientador 0 de analista decide indicar o prescribir suspension en acciones y decisiones, debe tener en claro si no esté intentando poder anular esta paradoja. No nos referimos aqui a situaciones por demis fre- cuentes y que pod:fan reunirse en la frase paradigmitica: “No sé lo que quiero, pero lo quiero ya”. No estamos hablando aqui de aquellos que ‘no s¢ toman tiempo para informarse y pensar, el tiempo de un proceso de orientacién vocacional, por ejemplo. Nos estamos refiriendo a una cierta tendencia a tratar de encontrar las condiciones ideales para rodu- ir una decision. j el See a a ee me aia también es producto de que se trata de un momento donde los cambios _-son-confinnas. Se Tt de bn sujeto que et organizindose,coustt- éndose. El valor de denciz j te se; THELGED experiencia comoactd exopimico, Ya sgan-enpeiencas uhoro- sas, laborales, de estudio, deiviajes, toman el valor de inaugurar momentos de aIQnomiy, de miter at mundo Por toramtoycxdsrdceisioorque tomen, cada experiencia que realicen, id construyendo en ellos nucvas herra- mientas y desarrollaré nuevos rasgos y gustos ‘Aqui es donde podemos citar nuevamente a Freud: “no olvidemos que silo In propia y personal experiencia hace al hombre sabio® (Freud, 1973, 1687). 1 ok reams aerate ism ty psig | reigns roa Wie aise Fara! | demo en erentacin vocactona EL TIEMPO DE LA DECISION Existe una concepcién, que en filosofia viene de Aristoteles, a través de la cual se piensa que la deliberacién razonada ¢s la que conduce a la accion. Se considera que la forma adecuada para llegar a una decisién es a de una secueneia perfectamente razonada y conscieate de todos sus pruor burs eulmisecion ca uaa concieiba tomeen, ~Bsta_razén ideal, que podria calcular el momento adecuado para reali- zar una accién o para tomar una decisi6n, supone también un sujeto ideal plenamente constituido, que tiene las herramientas para llevar a cabo eS2 Ulibeacén y ademisn mundo comaera Comes tote oo al por las cuales, mientras estamos deliberando sobre algo que va a ocurrir, las variables de nuestra deliberacién no se han transformado, porque, si fo, nos encontrarfamos con un problema no incluido en la deliberacion. El paso del tiempo transforma los materiales con que deliberamos y por leit ner 2 - couse ane PO Por eso, en una consulta de orientacién vocacional no se puede eludir esta consideraci 1 se trata de alcanzar las condiciones ideales para tomar la decision, pensemos en que sdlo ese momento llega- sf con un sujeto adulto, casi un sabio, En varios procesos de orientacién vocacional, los i6ve unto donde se Tes hace evittente- qe — su problema es ese. La pretensi6n de und meter a wavés de la ema de oo, bet Sobre fod, par poder Tegara una.conclisiéa-éptinma. Ellos mismos, mil ane ‘su situacién, se dan cuenta de lo que les pasa. Florencia dice en un momento: “Pero entonces tendria gue hacer todas las. ‘carreras para poder decidirme”. ‘Sin embargo, los que consultan son adolescentes que lejos estin no s6lo de alguna pretendida madurez, sino también de poder haber transi. tado experiencias, de albergar conocimientos como para que su delibera- cin sea amplia y total. Es que la vida de cada sujeto se constienye a tra. vés de cada instancia, de cada proceso, de cada decisi6n tomada, Y estas decisiones son siempre prematuras en cuanto no sélo se confirmari 0 no Ror a FF Jovenes, crissy saberes sa ito 0 fracaso en el futuro, sino que serin siempre prematuras por: que el joven necesita atravesarlas para poder constituirse. En ese sentido, siempre una decisién estaré’anticipando, en situacién de avanzar y pro- ducir un acontecimiento que modificaré la Iinea de la historia (aunque sea vivida como retardada, demorada, apresurada). Creemos que las deci- siones no son caleulables, aunque sf el trabajo previo para poder llegar 4 ellas, Pero ni el orientador ni el que consulta pueden predecir exacta- mente cusndo se tomard [a decision. No estoy diciendo que se puede decidir desde la espontaneidad, sino que, luego de un proceso de trabajo, de anilisis, de informacion, a momento de la decisién sobreviene, no por consecuencia légica, calcula- da, sino como un acto que irrumpe y sorprende, Cuando se dice que los jévenes no estin suficientemente preparados para tomar una decisi6n, se piensa'en que no estin bastante informadot, gue no ban sido formadés convenientemente, que tienen que reflexionar sobre su situacién, pero no se puede entender con esto que se estt diciendo que es posible esperar una preparacién suficiente para que se el- minen estos problemas. Es necesario el tiempo de la informacion, per supuesto, Es necesario que se tomen un tiempo para pensar, para conc- cer yen tee Conosimaiento WansTormarie La permedbitne de e805 Jove nes ¢s tal que cada informacion nueva (conocer alguna carrera, universidad, una experiencia de trabajo) desmitifica otra, derriba un pre- juicio, Ese tiempo necesario para conocrrnerS como si se agregaran ele- mentos a un cuerpo sélido, sino que el joven se transforma y en ura cadena de modificaciones que no pueden ser predecibles. Lo que si se puede predecir es su ocurrencia, la necesidad de que esto ocurra y pro- ‘mover acciones para que ocurra. ¢Cémo podemos, entonces, describir ala decisi6n desde esta perspectiva? La decisi punto que adviene después a ‘un punto de indecibilidad. Esto quier leq: sién cuando no se puede elegir, en el sentido de deliberar y optar por el mejor “Devidir es el eptritu en guerra y de ningsin modo wna transicién sin dolor de Ia eleccién razonada al acto” (Soulez, 1992, 8). eye as zest eine A keer LL Fer | sep en oientacin vectra DISLOCACION-DEt-FIEMPO-EN-LA-GUBJETIVIDAD 1 “Como de costumbre en Nueva Tork, todo se derriba. ‘antes de que bayas tenido siempo de tomarle earino.? Berman, 1989, 301 Se hace evidente que esta frase esté separando dos tiempos. Uno el de Ja construécién y destruccién de algo, en este caso se trata dé una gria deniditendo-edificies-Otre-tiempo el del carifio, el del afecto. ¥ un desa- juste entre ambos. Para tomarle carifio a algo es necesario un tiempo ‘mayor del que’ toma hacer y deshacer ese algo. El tiempa.deloe-afectas, y el tiempo de las tecnologias estén desajustados, mal sincronizados “Este desayiste Went; coma fondoyun imaginario a través del cual exis- te una percepcién compartida, por la cual existirfa un ajuste entre el tiem- ‘po subjetivo y el tiempo del Otro (0 el tiempo sodal deb aula), gue, hace a la usign de un mismo tiempo, un tiempo homogénen, campac- to, que compartimos todos. Se trata de una consistencia que el yo cons- truye sobre el tiempo y que no deja de tener consecuencias en la vida de las personas. em por el contrario, que-si una inadecuacién entre ca ao . iempo-sabjeti Y tiempo Otro, aquel que, por ejemplo, pautan los avances tecnolégicos, ‘Os HEMPOF politicos, las guerras, las economias, inclusive el tiempo cro- nolégico (que también es una creacién humana), I ‘Obviamente hay diferencias entre estos desajustes. No quiere decir que el tiempo en los sujetos corra por un cart jiempo social 0 biolégico (estamos pensando el tema del tiempo social). Se trata, a mi, modo de ver, que hay una-ciesza dislocacién, una inadecuacién: Es pre- : la percepcién de esta inadecuacién que se habla de los tiempos vertiginosos sod Sin embargo, cuando vamos a relatos histbricos de’ otras épocas, en todas las generaciones se pueden encontrar huellas de esta pereepcién de no poder absor sn Las nuevas H itrenes, cisisy aberes generaciones parecen mis flexibles (para las generaciones que las prece- den) a ‘adaptarse’ 2 esos tiempos mis acelerados, Creemos que se trata de una sensibilidad ligada al transcurso de la vida por lo cual, inevitable- mente, las nuevas generaciones son las que producen lo novedoso, que, como tal, offece resistencia a su incorporaci6n y a su asimilaci6n al tiem- po de la subjetividad. El vértigo supone una positién subjetiva clara de estar inadecuado alo que ocuie entic al sujeto (gumido en el vértigo) y el mundo que lo rodea. Es la expresi6n de ese,desajuste entre la propia gravedad y la gray, vedad externa, Algo asi comio losimiltiples problemas que se producen en un organismo.expuesto ajcondiciones gravitatorias extrafias a las del suelo terrestre. ; El vértigo es la sensacién de que no se puede soportar en estado de equilibrio aquello que nos rodea. He abf un indicio de un estatuto de la subjetividad, desfasada respecto del campo del Otro. Uno y otro no se recubren, no se ajustan, no coinciden, no se corresponden. \ El problema, planteado culeuralmente en la actualidad, toma la forma de que se advierte, se avisai y se promueve la posibilidad de que este encuentro, de que esa adecuaci6n se produzca. Si estudis tal carrera, en tal universidad, si hacés esto 0 lo otro, esta- ras de ‘acuerdo’ con los. “titmpos que corren”. A mi modo de ver, se trata de un engafio que, precisaméente para aquellos que creen en esa ver- sin, tiene como consecuencia un mayor desajuste, conflicto y sufti- miento, porque corren dettis de algor que, a su vez, siempre se esti corriendo. ! Si bien esta dislocacién respecto del tiempo no puede ser suturada, corregida, reparada, en el séntido de su estructura, creemos que tendré més recursos contra sus efectos imaginarios y reales devastadores aquel que pueda, de alguna manera, soportar, sobrellevar esa inadeccacién, que aquel que alocadamenté inténte eliminarla, Desde las herramientas de andlisis de que disponemos en la actualidad (iéase psicoandlisis en nuestro caso), ¢s dificil pensar en una subjedividad qué no se configure de acuerdo con los cfnones que se transmiten y se modifican de generacién ert generaci6n, a través de la dialéctica identifi- a sbeebs se seat en Mi bo sh can anass 5 §] 3 eatin L Ferrari | El dempo en orientacién vocacional catoria edipica. Esta teorfa que intenta dar cuenta de la constitucién sub- jetiva nos advierte que los seres humanos, por ahora, estin muy lejos de convertirse en androides. Por lo tanto, este apremio de adecuarse a los ‘tiempos que corren’ no hace sino provocar dlocadas carreras que, en muchos casos, hacen entrar «Jos individuos en las divertidas paradojas de Zendn de lea, que no son mis que las contradicciones en las cuales se hallarfa quien intentara sos- tener, de modo obcecado, la sucesiOn del tiempo como formado por una sucesi6n de infinitos instantes consecutivos. Creemos que en orientacién vocacional se trata de organizar una estra- tegia que contenga este modo de incluir la dislocacién temporal en el sujeto. s Por la percepcién de una inadecuacién que no se termina de aceptar existen numerosas actividades que intentan ajustar lo desajustado; la otientacién vocacional debe algo de su razén de ser en ¢sa insistencia. EL TIEMPO DEL QUE CONSULTA En un proceso de orientacién vocacional, hay un tempo que, si bien no puede ser apresurado, debe tener en cuenta la prisa de los plazos nece- sarios para tomar determinada decisién. Hay * = mis arriba, que siempre_va_a ser anticipado respecto-de-ta¥ condiciones — para llegar a una Optima decisi6n, porque en realidad, es necesaria esa anddlpacién para qué Te dédisiéa tome el valor de algo que haga huella como experiencia. Sila decisi6n, uuna vez. tomada y efectuada, modifica al sujeto, no podré volver al momento anterior, Por eso, cuando inicia un proceso de orien- tacin vocacional alguien que pasé por alguna eleccién, alguna decisién importante, fallida tal vez, no se puede desconocer la huella de esa expe- riencia, porque desde alli va a elegir nuevamente. Muchas veces los jéve~ nes vienen después de haber iniciado carreras, de haber trabajado, de haber tenido tiempo inttil, como si estuvieran como antes de salir de la tor! — ciertas variables que hay que analizar, Pero una vez efectuada la apussta, UF sovenes, crissy saberes secundaria. Creen que ¢s posible estar en tabla rasa cuando ya hay ins- cripciones a tomar en cuenta. Por eso es necesario tomar en cuenta ¢l tiempo del que consulta, con- siderado desde su posicién subjetiva, incluyendo el momento que est viviendo. Desde esta misma perspectiva para pensar el tiempo es necesario con- siderar el momento vital de aque! que.consulta. No es lo mismo el desa- rrollo de iin proceso de orientacién vocacional en el tltimo alo e la escuela secundaria, al posterior a haber pasado por una experiencia de decisién. Una decisién fillida o conflictiva, 0 que pone en juego la 2r0- blematizacién de esa decisiOn, necesariamente va a ocurrir después de efectuada. Antes es sélo una apuesta, una decisién que pone en juego tuna vez que se ha dado ese paso, se podrin incluir dentro del campo de la experiencia lo que suceda, y ahi puede surgir la sintomatizacién res- pecto de la diferencia entre lo esperado y lo encontrado, o respecto de lo (que efectivamente se tiene que poner en marcha, Es aqui cuando surgen dudas, inguiensdes, conflictos que-problematizan la decisién tomada, y es agui cuando el trabajo se hace radicalmente de forma diferente. El sujeto ya no es el mismo, esté atravesado por Ia falla al mismo tiempo que puede estar en tuna posicion més suftiente, también puede ser una expe- rHencia de andlisis del conflicto con mayor compromiso del que consulta. Ya pas por una experiencia que lo ba marcado. ¥ allt, las consecueacias tendrin diversas formas de inscribirse en la historia de ese sujeto. Ya no se trata de la idea de Jo que va 2 ser, sino de lo efectivamente transitado. Yes alli donde puede aparecer, en forma més clara, la sintomatologfe que surge en funcién de la neurosis de cada uno por lo que se hizo. Es muy diferente el trabajo que se puéde realizar con alguien que toda- via no pas6 por la experiencia de hacer una apuesta ligada a la exogamia, a su independencia, del que ya hizo alguna. Antes de trar los dados esti las ilusiones, promesas, expectativas. Lo que vendré es pura imaginacién. Luego de la tirada de los dados, estén les resultados, la decepcién, 1a satisfacci6n, el andlisis de lo que sucedié con la titada. El sujeto noes ya el mismo. Pasé por la experiencia. 1108 Te {Ferra | El tempo en erirtacién vests! Por eso es muy importante el momento vital en el ue ext instlado el gue consulta. No pensamos aqui en algo esquemnitico como la ecad erous- J6giea, ino la edad cronolégica ligada con la experiencia vital del jem, Obviamente, la referencia de que esté cuzsando quinto afo es un dato importante. Todavia nio egres6, no produjo el passje hacia oxo higar universidad 0 lo que fuere, si pensamos en la pobiacién pica de clase media que consulta. Pero hay jévenes que no hacen la escuela secundaria, hay jévenes que yahan apostado, que han trabajado, y eso tene incidencia. Si se tata de iguien que esté en una de sus primeras decisiones importantes, 0 se rata de alguien que ya ha transitado por allf, o si se tata de alguien que ai siquiera alcanaa a percibir que se encuentra en ese punto rientacién vocacional, ademés, tiene un limite de tiempo. No es posible no tenerlo, aunque creo que €s necesario no preseribir el empo de trabajo, sf es cierto que este no puede ser largo. Las consultas de otientacién- vocacional_deben llegar a un momento a. ‘Aunque sea el de no poder decidir en ese momento. Se trata de una con- clusién-Esmudiar, no esnadiar, esperar, seguir pensanda. Es esto lo que le daa la orientacién vocacional el lugar de un espacio donde el wempo se toma en cuenta, se articula con las tirgencias, apremios y lentisudes del tiempo social, cultural. Porque en-erientacién vocacional se pone en juego la articulaci6n, a veces iniciética, del joven con el mundo. ¥ enton- ces ambos, sujeto y mundo, intentarin articularse también en el tempo. Dejar a un sujeto librado a “su” slempo subjetivo es engafarse de acuerdo con el modo en que la percepei6 temporal se articula, necesa- riamente, con relacién al Ouro. En el dispositivo analitico, el tiempo es el de la wansferencia. ¥ si bien en orientacién vocacional se trata de un dispositive que pone en juego la ‘wansferencia, no ¢s como en el anilisis, en el que el tiempo de'la trans- ferencia es sobre lo que se anuda la puesta en acto de la realidad incons- Gente. ¥ se necesita el tiempo para que ello ocurra. Es la promesa del encuentro con el objeto de su deseo lo que siato- soreness saber (COARTADAS PARA SEGUIR ESPERANDO Federico es un joven que'pasé por varios intentos de carrera. Ninguna era lo que querfa. Esté deprimido. Tiene un trabajo que, 2 la vez, lo esta formando en el rea econémica. No le gusta. Nada de lo que hace le gusta. Lo que le gusta esté lejos. Como promesa inalcanzable, El caso de Federico es ilustrativo de cémo se ponen a cuenta del hallaz- 4 0 del objeto de su deseo tédas las acciones del sujeto, Federico est ubi- J cado en-un tiempo por el cual el objeto que él quiere siempre esti en ‘3 ovo lugar y en otro tempo del que él se encuentra. Participa de un denominador que es comiin a varios jévenes. Estin a la espera de que ‘aparezca lo que les gusta, porque entonces abi s{ podrén comenzar a vivir. Esta coartada ~que todavia no encontraron ‘su’ objeto los deja a la espera de la aparicién, hallazgo o encuentro con lo que quieren hacer, Yestodi marcha en funcién de poner a andar algo que los pueda confrontar con [a falta. (DE acueT tren el objeto no va a ser lo que ellos suponen ahora. ¥, en muchos cis0s, se objeto ya pas6 por sus inanos, pero no lo tomaron. ‘matiza y hace deslizar todo|del lado de la espera a que ese acontecimien to se produzca, El sijeto esti a la espera y, por lo tanto, absolutamente pasado fue lo mejor, pero siempre luego de que ocurtié y el futuro ¢s la promesa, pero cada vez més'dificl de sostener, del encuentro con lo que 2 Ale gusta. El ‘todavia’ implica la ilusién de! hallazgo con el objeto, fantasta desti- nada a rechazar la confrontacién con la falta, en fa cual el esfuerzo esti § destinado a detener eso que amenaza con producirse todo el tiemps. Aguila castraci6n serfa el estatuto tedrico de aquello que para Federico ¢s, por ejemplo, sucumbir 2 los efectos de que solamente podré encon- rar los objetos que estén a su alcance toda vez que mida las consecuen- © ias de sus actos. Por ejemplo, la carrera no seré la mejor ni la més afor- [10 L Fert dempo en oriertcin vcacoral ff runada, El éxito dejard de ser un todo para, en todo caso, ser un objeti- yo que le permite ir recorriendo un camino. La espera del encuentro de esa carrera ~que le promete: satisfacci6n porque le gusta, recompensa econémica y no demasiado esfuerzo- lo ubica en el ‘todavia’ esto puede llegar a producirse. Obviamente, el paso del tiempo lo acerca cada vez mis a la posibilidad de perder esta ilusién, y esto es lo que lo hace vol- verse sobre sus pasos y comenzar a reconocer cuénto de lo que estuvo ransitando valia la pena en el sentido de que era un camino que estaba haciendo. Muchos jévencs se ven confrontados con estas desilusiones, y el tempo eronolégico logra tener sobre ellos el efecto de mostrar que estén instalados en sostener una ilusién, y que eso mismo les impide hacer algo en pos de lo que quieren. En las demandas de orientacién vocacional, esa promesa ~que de algtn. modo esti alimentada por el hecho de que se dice que s mejor estudiar fo trabajar en lo que uno le gusta-, la promesa de encontrar o hallar lo que a uno le gusta, a veces es la coartada para no pensar, analizar, refle- xionar, elegir y decidir sobre el objeto, que ya no seré ilusorio, imagina- rio, como aquel encuentro mitico con el objeto perdido, sino el encuen- to con algo qué, desde lo simbélico, lo ponga a funcionar como sujeto que produce, desea y vive tomando los objetos del mundo. EL PROBLEMA DEL TIEMPO EN LA DECISION Y SU RELACION CON LA TRANSFERENCIA, Por efectos de la transferencia, condicién de un anilisis, se supone un saber a otfo, tun saber que puede anticipar lo que surgiré, en el futuro, como material de andlisis, Es necesaria esa ilusién que destraye coordena- das convencionales del tiempo para permitir la ocurrencia de un andlisis. También esta suposicién es necesaria para un proceso de orientacién, Suponer un saber al orientador sobre el futuro del que consulta. También «3 condicién necesaria. Pero veremos cémo lo que se trabaja y elabora es distinto. En algunos casos, es en el lugar de la transferencia donde urge una pre- ipitacién en la decisién, Se escucha, en ccasiones, tomar la forma de I Jovenes, criss y saberes pedido expreso de que se le diga algo, no pudiendo seguir hablando. En ‘otros toma la forma de “a qué vengo aqui”, se transfiere sobre el orien- tador la imposibilidad de una toma de decisién, por ejemplo, bajo la forma de que no sabe. Se trata de que, en algsin momento, en el punto de la indecibilidad -es decir que no hubo una consecuencia l6gica razonada donde apareciera 1a" ” decisiSn, y entonces comienza 2 advertise que la decisi6n es es0, apostar sia més-, qué aparece la figura del orientador. En muchos casos hemos advertido que, si el orientador se abstiene de indicar o sugerir una deci- sién, el joven, al verse confrontado con que s6lo resta que decida, vuelve la mirada al orientador esperando que é1 haga algo. Se espera del orienta- dor una palabra, un gesto, que resuelva 0 dé indicios de esa decisiGn. AI no hallarla, porque el orientador se abstiene, cac esta imagen del orienta dor que todavia, como pendiendo de un hilo, era el garante de evadir la toma de la decisién, Es el momento en que él hilo est muy tenso (y esto s totalmente singular en cada caso). Esto, que ¢s singular en su fo-ma pero que podemos ver en casi todos los actos de toma de decisién, es un momento donde la figura del orientador da un giro para el que consulta. Como no se trata de un andlisis, no se puede desplegar toda la fantasia con relacién a la cransferencia. Ese limite ~que es el imite y una de las dife- rencias mis importantes que guarda una consulta de orientacién vocacio- nal a alguien que ademés ¢s analista-, con ¢l andlisis mismo, ¢s el limite mismo de la demanda, A diferencia de un tratamiento analitico, en el cual, ‘cuando algo se pone en juego transferencialmente, surge la-posibilidad de pensar un poco més alld de la necesidad de tomar una decisién, en orien- tacién voeacional sucede cuando se debe apresurar un acto. Eso _ocurré porque, si efectivamente se pudo llegar a construir un espacio donde hablar de sus dudas frente @ a election, 7 S€ puco Gesa- rrollar y desplegar esa preocupacién, efectivamente, hay un momento, previo ala toma de la decisidn, que aparece como urgencia, como algo que.no le pertenece a él, “Tiene” que decidir. Creemos que la clave de esto es que se trata de Ia estructura misma de la toma de decisién, Se trata de una forma de adelantarse a aquello que no podré veriir de ningtin modo. Bs decir, la decisi6n sopesada, calcala- day razonada de modo légico formal: “tengo estas variables, estas fan- Tae siusieitwiine: a 2 : aE {Feat | erg en rer vocaoa f ciones y me da tl resultado”. En una apuesta subjetiva come lade gir una profesién, si es que esté la intencién de hacer! can apuesea personal, as matemdticas no sirven. Las cuentas no deaf reflexiones y las consultas no alcanzan 0, mejor dicho, en alga momen, to sobran, Es ah{ ~cuando esto se hace evidente, cuando se aleanma la con tidumbre de que no se va a conocer todo para tomar la decsiéa exaces, correcta~, cuando debe sobrevenir un acto, una toma de decsiGn. Por eso decimos que, en ¢s0s momentos, sobrevienes ls stuaciones més dificiles con telaci6n a la transferencia con el orientador. Necesariamente el orientador abi cae como aquel que podria asegurar 0 garantizar que la decisién no sea eso, una decisi6n singular. lo como es0, como Es interesante, entonces, plantear esto en términos de los tiempos égi- cos de Jacqites Lacan, pues se trata de un instrumento teérico que per- mite pensar en esas sitnaciones dificiles para sostener nuestra tarea como orientadores. Por ¢s0 muchos de los que consultan pueden conciuir, cerrando su proceso de orientacién, y otros no, se van antes, desaparecen, Esto puede ser la expresin de esa inadecuaciéa que comienza a gestarse cuando se esté incubando Ja urgencia de la decisi6n. Para el orientador también ¢s dificil este momento, pues tampoco s¢ lo espera. Por tratarse de momentos que sobrevienen de forma anticipada, o dirfamos extempo- rdneamente a la sucesi6n esperable, también el orientador muchas veces no puede prever ni esperar lo que va a ocurrir. Esto puede provocar cier- to malestar al ocupar ese lugar, sin caer en los tecnicismos de algin tipo de orientacién vocacional, o sin intentar suturar, cerrar estos aconteci- mientos. Planificar un determinado mimero de sesiones serfa un modo de controlar esto. Tal vez sirva para trabajar con més tranquilidad, pero es probable que no puedan desplegarse dentro del proceso mismo de orien- tacién yocacional estas idas y vueltas que hacen a las condiciones de la leccién, Por supuesto que esto se despliega aunque la persona no con- sulte. No es como en el andlisis, donde solamente puede producirse un andlisis dentro del dispositivo mismo. En este caso, las caracteristicas generales de esta toma de decisién, por lo que hemos visto, se contervan, Porque haceu més a las condiciones para llegar a una toma de decision subjetiva, cuando el que decide y elige esti realizando una apuesta en la que quiere o intenta comprometer su deseo. dal [Levens rss y sabres LAS URGENCIAS EN ORIENTACION VOCACIONAL Para muchos j6venes, el proceso de orientacién vocacional puede ser el ‘i 2 a tug f. gar donde imegines-que-alguien puede decirles lo que dehen hace orientacién vocacional es e! lugar donde se plantea el imperativo de tensr a certeza de qué hacer, Por lo Tie ot oalgam Coan cpa, donde las respuestas estén prontas. Y esto incide no sélo en el que coa- sulta, que puede venir con esta urgencia, sino en el orientador, que se siti en ese lugar ereyendo que tiene que dar respuestas. Entonces, la pregunta por el qué hacer, clave para poner en marcha un proceso de orientacién vocacional, no ¢s la de la desorientacién, el qué hacer de la interrogacién que puede poner en juego el propio descono- cimiento, la desinformacién y la exploracién por los propios gustos y habilidades. El qué hacer, én algunos casos, es una pregunta imperiosa en bisqueda de respuestas iamediatas y con garantlas. Muy frecuente- mente, la urgencia por las réspuestas va unida a una necesidad de garan- tfas. En el caso de un joven, Matias, que hemos analizado exhaustiva- mente en otro trabajo,¢ se veia claramente que sit necesidad imperiosa de saber en qué universidad estudiar estaba ligada a su necesidad de que fuera la mejor, aquella que fe diera garantfas para su futuro. En ese caso, como de dinero no se trataba, no importaba el precio, Estudiar en la mejor universidad era Ja garantia de algo. La necesidad de saber cul ¢s la mejor universidad pone a andar una serie de reflexiones sobre un fondo angustiante que tiene la necesidad de una respuesta. A poco dei % andar, como pasa casi siempre, se encuentran los limites de Ja pregunta, Tal universidad no, porque es muy elitsta, tal universidad no, porque es caética, tal universidad no, porque..., y a la pregunta por la mejor uni- versidad desde una perspectivailimitada se llega a que ya tiene el nom- bre de la universidad. Porque'no quiere estudiar en una universidad muy exigente, ni en una piblica, ni en una... Matfs ya dispone de la 1 respuesta, desde los limites que'le imponen sus propias exigencias y pre- juicios: no debe ser de tal modo, debe ser de tal otro, entonces ya no se trata de la mejor universidad, This LL Ferrari | El tiernpo en orientacién vocacional ff LA URGENCIA Y LA NECESIDAD DE GARANTIAS ‘La urgencia puede ser la forma que toma el querer cvitar ese tiempo de estar perdido, de no saber qué hacer. Muchos quieren eludir ese momen- to de zozobra. “Bs necesario aclarar que hay un siempo necesario para estar perdido. T, mids gue necesario, muchas veces es inevitable, porque las cosas del mundo se han transformaso. Se ha perdido ln guta de los padres, en el sensido de que ellos haste ahora nos sehalaban el camino. Uno esta perdido porque hha decidlido dejar las gutas que le marcaban el camino pero todavia no siene claro ou propio rambo. Desde que nuestros padres dejan de ser nwes- tra referencia hasta que podlemos movernos independientemente de ellos, hay wn espacio, un tiempo de estar perdido.” (Ferrari, 1995, 219). Las urgencias muchas veces van de Ja mano de la necesidad de garan- ‘Gs. Que alguien garantice que esa va a ser la mejor universidad o la mejor Cafrera o la mejor eleccién o el mejor destino. Como el orientador Yocacional no puede garantizarlo, esto permite hacer evidente la urgen- cia o hacer notar ese pedido de garantias absurdo en la medida en que falta muy poco para darse cuenta de la posicién en la que se ubica quien s6lo puede pedir eso. Muchos procesos de oxic vocacional dan : ie Ur de ahi, se pueda ubicar en otra posicign y comience a pensar lo que quieré hac idido de mandatos y ‘agencies parentales y/o propias, Otros llegan al punto dé esa evidencia Y quizd, como Matias, se dan cuenta de que ya han hecho una eleccién, La universidad ya la tiene elegida, no por ser la mejor, sino porque los IGmites que tiene 1 mismo frente a su seleccién deciden su opcién. No est claro que esa sea su carrera, pero sf que hasta alli llegé para poder pensar... La decisién, lo hemos dicho en otra oportunidad, sobre acontece. Quizé aqui no se hace una apuesta comprowieriein, si ie spucsta que hay que hacer cuando se debea tirar los dados aa hemos ¢n la mano cuando ya todos los demés han ‘arrojado los me mnemos ze se ite a reson ones tan & ee ee eee & I] Jévenes, crisis y saberes PEDIDO DE GARANTIAS Y PEDIDO DE AYUDA EN UN MUNDO INSEGURO En el caso de Matfas esté claro un pedido de garantfas imposible de satisfacer, que viene del lado de sus padres y de 41 mismo, En el marco de la seguridad de lo familiar se abre, para todo adoles- cente, el mundo con sus incertidumbres ¢ inseguridades. En sus 17 0 18 afios, los adolescentes, comienzan a enfrentarse con la relacién con un mundo que hasta ahora era mediatizado y suavizado a través de sus padres. En un momento como el actual, el mundo se abre, se oftece, con muchas incertidumbres 0, para situar lo que queremos comentaz, con bastantes certezas de pesares ¢ incertidumbres. Es necesario pensar que las incertidumbres por el futuro han sido siempre esas que tiene todo sujeto por el hecho de que no se puede predecir lo que vendrd, Esta es una época en la que circulan ciertas certezas acerca dela desocapacién, de la inestabilidad econémica, de la creciente exclusion social, tcdas ellas certidumbres de estar en un momento de rigor y de pesar socio econé- mico y cultural. Esto hace que, no necesariamente, toda persona preo- cupada, angustiada y en bisqueda de respuestas a las preguntas a veces intolerables sobre su futuro esté sustentada por una busqueda de garan- tfas que no existen, Por el contrario, as{ como se pueden ver casos como el de Matias, donde hay una exigencia explicita de garantias, cambién en ‘una amplia mayoria los jévenes se encuentran con la necesidad de Ja exploracién para la previsién, para poder realizar las acciones que lignen el destino que se quiere tener con la propia voluntad y no con ¢l azar 0 los designios de los ministros de economia o de los fondos de inversién, Esa necesidad de buscar, explorar, investigar y querer seguridad con res- pecto alos pasos que se dan conduce 2 las consultas de orientaci6n voca- ional a més padres que antes, Se ven més padres preocupados, consul- * tando y acompafiando a sus hijos, Es necesario aclarar que nuestra forma de trabajo no incluye directamente el trabajo con los padres, salvo excep- ones, pues cansideramos que muchas procesos de orientacién vocacier nal deben hacerse en un marco de cierta separacién del mbito familiar. Ine elisa ernie cet LL Fervor | 1 dempo en orientacién vocacioral ff En una gran proporci6n, el proceso de orientaciéa vocac mer Ambito por fuera de la escuela, Ja familia y brange aa puede hablar y reflexionar sobre temas cruciales, como la construccibn del propio destino. Sin embargo, por las zones antes mencionadas se puede entender que en exte momento concurran y acompaticn los padres a sus hijos més que en otros momentos. Podrfamos pensar que bace 30 0 40 aios los padres estzban preocupados por el fiaruro de sus hijos, pero éste no a tan angustiante y amenazante como el de ahora. Tampoco esos hijos querl- an que sus padres los acompaftaran, pues la independencia y la autono- mfa eran lo més importante para ellos. La posibilidad de arreglirselas solos era clara y cierta, Habfa cierta seguridad de que se obtendria traba- jo. Habia confianza de que habria otros lugares de acogimiento y segu- ridad aparte de la propia familia. Son los mismos j6venes -en su diferen- ia que no querfan ser acompafiados por sus padres los que hoy ateptan sa compaiifa. No son necesariamente chicos vulnerables y dependientes. Todos estén advertidos de que la situacién es dificil y se unen con sus padres para tratar de tener més herramientas para enfentar a realidad. Esta siuaciéa no debe confuundirse con el pedido de garantias ~aiinque muchas Veces se mezclen— del ‘caso de Matias. El pedido de garantlas se cleva hacia un Dios omnipotente o hacia un campo de certezas diffcil de halla, algo que sustenta la necesidad de dar pasos seguros, de evitat rutas peligrosas, de eludir angustias. { Existe otro tipo de problemas, que esté en relacién con la crucial inci dencia de, los ideales en la juventud, para Ia eleccién Wocacional 6 para cualquier proyecto de futuro que un joven comierice a desplegar. Como ¢ obvio, existe una clara incidencia de los ideales paternos en los ideales de los jévenes de hoy. Muchos jévenes atin sostienen ciertos ideales de Independencia y autonomfa que, si bien ‘son deseos genuinds que encuentran obsticulos en la realidad, también pueden ser ideales que en su faz superyoica inmovilicen, inhiban y desorienten a quien tiene que comenzar a construirse un camino. Esos ideales de independencia ai bien terminan Ja escuela secundaria, en algunos’ casos, alimentan un sent miento de fracaso pot la dificultad en su realizacién. i vu7d I venes,crsity sberes - En orientaciba vocacional, es necesario poder discernir cwindo se trata ‘de un proceso que le puede|allanar, facilitar, ayudar a construir un cami- ino con un poco mis de seguridad y cudndo, a través del pedido de orien- Feacion vocacional, esté el pédido de garantfas para no equivocarse, para el xito asegurado, para la ausencia de conflictos y sinsabores. Destacamos entonces la Hiferencia que existe entre esos pedidos de garantfas con esos llamados para aumentar la confianza, para conocer més el camino, para unirse con otros en la travesia. El pedido de garantias es urgente e imperativo, no da lugar a la vacilacién 0 al no saber. El pedido de ayuda es la necesidad dejla construccién con otros de un destino que no es sélo singular. : El pensamiento angustioso por el futuro surge cuando éste se ve ame- nazado, Cuando el futuro se vistializa promisorio, el sujeto esta mds tran- quilo construyendo su presente: Jus SE: = ahicapineeeanirny Ses iene reiar ee nts L Ferrori | El tiempo en orlentacién vocacional ff Nots 1. Este trabajo condensay acuaiza concepts eabocados en mis do anteriores aricu- los: “El tempo, psicoantlssyorentcién voeacional” y “De garantie incertidor- bres. El chico que a0 podia esperar 2. ‘La original concepcibn de ln epera cma anit autintica dea ctvidd (en bug Ae ls paiva ‘om lo guerra a ani’) 11 ingenos%comencario de J. Lacan texto "El dempo vivido" de E. Minktowai. “Testor sobee el Tempo Légico", en Guaderno dels Exuela Lacaniana de Picodli Buenos Acs, 1992. 4 Tampoco nos referimos aqua una manera de hacer en oventacia voeacional que hemos observado donde el orientador, desde tna posicion apaente de picoanalisa, casi exclusivameate ui a herramienta de la pregunta. Por el contano, fa ecuch {ue no obturs con respuesta es una cacucha activa de un profesional que posee infor ‘mac, investgs, ndaga, que abe donde eeurric para ener la informacion neces fa para responder alas incertdumbres. Un orientadorvocacional debe ser tuna per fora curios ¢ informada en el mundo de las ocupaciones, de las actividades, de fs preftsonalesy et informacin la pondrl en cin cuando sea necesaio, 4. Ferra, Lidia, “De garandiat ¢incerscumbres. El chico que no podia espera”. 5. Como hemes dicho en nuestro libro Cho eagir na carrera, digit alos ovens. BLIOGRAFIA ‘Berman, Marshal (1989), Todo lo sdlido se despanece en el sire La experiencia dela mader- nnidsd, Madeid, Siglo 30d, Ferrari, Lidia (2003), *De garantfas ¢ incertidumbees, El chico que no podia espera”, en Cusderno de Traliajo del Departamento de Orientacion Vecasional N* 1, Buenos Aires, Departamento de Orientaciéa Vocacional, CBC/UBA. Ferrari, Lidia (1999), “El dempo, psicoanilisis y orientaciSn vocacional”, en Ensayes y Experiencias N° 28, Buenos Aires, Ediciones Novedades Educativas Ferrari, Lidia (1995), Cémo elegir una carrera, Buenos Aires, Planeta. Freud, Sigmund (1973), “Recuerdo, repeticin y elaboracion”, en Obras Completas, T. I, Madcid, Biblioteca Nueva, ‘eeud, Sigmund (1973), “Teorfa General de las Neurosis. XXVIL La trnsferencia®, en Obrar Campletas,T. I, Madcid, Biblioteca Nueva, Soules, Antonia (1992), “De la eficencia del acto: jcausalidad mental o loteria?", en ‘Testor sobre el Tienlpo Légica, Buenos Aires, Escuela Lacaniana de Pricoantlisis,

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