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Capítulo 4: “El tiburón y la fracasada guerra de las galletas”

Zezé recibe una carta en la que dice que su hermana Godóia tuvo un accidente de
automóvil y quedó deformada. Godóida era la que Zezé más quería. Zezé tiene en
su cuarto un sillón feo que se llamaba Orozimba y luego le pone el apellido de
Maurice el cual es Chevalier. Zezé sigue enojado con su padre que hasta no
quiere ir a la playa por él. Pero inesperadamente el padre le trae un cinturón
negro de regalo, el cual Zezé no quiere usar nunca. El Hermano Amadeo lo deja ir
a nadar por única vez, una vez más en esa semana. Zezé tenía 2 ídolos donde iba a
nadar: el doctor Renato y Ebezener. Éste último preguntó quiñen lo quería
acompañar a ir a nadar hasta el muelle del Puerto que quedaba lejor. Zezé acepta
el desafío junto a su compañero Lelé. Pero Ebezener grita ¡Melón! Los 3 corrieron
a un barco diferente. Zezé se negó a bajar y se quedó allí mientras los otros se
iban. Ya se estaba haciendo de noche y tenía mucho miedo. De pronto vino el
doctor Renato en un bote a remos y lo buscó y lo llevó nuevamente a la
superficie. El niño le cuenta a Fayolle que estaba muy preocupado.
A Zezé, en su casa, lo hicieron mandar de internado y para él era un paraíso.

A todos les daban 3 galletas duras como rocas en el colegio. Se las guardaban en
el bolsillo y luego de que el Hermano Luis caminaba 15 minutos para ver si todos
estaban dormidos, estallaba la guerra. Un ir y venir de galletas. Obviamente lo
culparon a Zezé pero no lo castigaron y uno de los Hermanos dio una charla
general pero no se tomó medida.

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