Está en la página 1de 70

9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A.

Kliczkowski Juritz

Hugo A. Kliczkowski Juritz


sobre arquitectura, Arte, fotografía, diseño por Hugoklico@gmail.com

Mes: febrero 2022

Viaje al «Fin del mundo» 7ma parte. Popper

Viaje al Fin del Mundo

Tierra del Fuego

anterior http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-5ta-parte-eduardo-vivaldi/

El horror, la violencia y el genocidio tienen nombre y apellido

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 1/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

“Existen muchas imágenes y filmaciones de la época de la ocupación de la Patagonia


donde se puede ver a grupos de colonizadores, familias con sus hijos, una alegre mu-
chedumbre, contemplando como si fueran bichos raros a los habitantes originarios del
lugar. Un verdadero espectáculo que permitía a los europeos recién llegados reafirmar
su superioridad sobre los pueblos indígenas que llevaban allí viviendo miles de años. Y
de paso construir un imaginario cultural de las razas humanas donde ellos ocuparán el
más alto escalón. Será el paso previo para apoderarse de sus tierras y expulsar violen-
tamente a sus habitantes. Será el inicio del racismo y la discriminación en esa zona. En
la imagen, uno de los legendarios Aónikenk, K’achorro, atrae la atención y curiosidad
de miembros de la alta sociedad de la época”. (Luis Milton Ibarra Philemon y Carlos
Alberto Villarroel Barria en la página de Facebook Menéndez, rey de la Patagonia)

Julio Popper en una de sus incursiones. Su conferencia de 1887 la ilustra con esta
y otras fotos comandando una masacre de indios Selk´´nam

El ingeniero, explorador y genocida Julio Popper (Julius Popper, Bucarest 1857 –


1893 Buenos Aires) fue uno de los principales responsables del exterminio de los in-
dígenas Selk´nam en Tierra del Fuego. Era hijo de un rabino. (12)

Los Selk´nam estaban constituidos por los Pàrika (pamperos del norte), los Herska
(de los bosques del sur), losChonkoyuka (de las serranías) y losHaush.

Laureado como Ingeniero en Minas por la Universidad Politécnica de París, empren-


dió un largo viaje por Oriente, Constantinopla, Egipto donde trabajó en el canal de
Suez, recorrió luego India, China y Japón, más tarde estuvo en Siberia. Cruzó el
Atlántico, recorrió Alaska, recaló en Nueva Orleans y pasó una temporada en Mé-
xico. Era un aventurero, loco y como veremos también asesino.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 2/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Hablaba un perfecto castellano además de rumano, griego, yidish, francés, alemán


y latín.

El presidente Julio Argentino Roca, impresionado por los antecedentes de Popper


le otorga la concesión de explotación aurífera en Santa Cruz, para su compañía “Pop-
per y Cía”, como director técnico de la Compañía Lavaderos de Oro del Sud.

A partir de 1886 organiza varias expediciones, la codicia y el oro le hacen sentirse el


nuevo rey de la Patagonia llegando a acuñar 1000 monedas de oro de 1 gramo y dos-
cientas de 5 gramos así como sellos postal con su nombre, que se exhiben actual-
mente en el Museo Histórico y de Ciencias Naturales Monseñor Fagnano de Río
Grande.

Crea un pueblo, al que llamó


Atlanta, cerca de la actual Rio
Grande, de este proyecto escribió
y editó 6 ejemplares numerados y
firmados por él, el número 2 se
exhibe en el Museo del fin del
Mundo. (Popper J., Atlanta, pro-
yecto para la fundación de un
pueblo marítimo en Tierra del
Fuego y otros escritos, 2003,
Eudeba).

En 1887 dicta una conferencia en el Instituto Geográfico Argentino, entusiasma tanto


a sus oyentes que le valió su incorporación a la Logia Docente, el grupo de intelectua-
les masónicos más distinguido en la sociedad de Buenos Aires. (13)

Con autorización del gobierno Popper forma una milicia paramilitar con uniformes,
disciplina y mando unificado compuesta por mercenarios croatas.

Quizás su dramático final haya tenido que ver con que ni los gobernadores, ni los mi-
sioneros salesianos, ni los nativos Onas-selk´nam hayan podido detener su ambición
y su furia asesina.

Entre sus amigos tenía demasiados enemigos.

Sus patrocinadores fueron destacadas personalidades argentinas de la época y contó


siempre con el apoyo del Instituto Geográfico.

fotografía de Alberto María de Agostini

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 3/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

El padre Alberto
María de
Agostini en su libro
de memorias “Mis
viajes a Tierra del
Fuego” los definió
como “delincuentes
de la peor ralea,
bien armados y
equipados”.

Organizó cuatro la-


vaderos de oro en
la isla, en uno de
Los selk’nam se defendían con sus arcos y flechas, inútiles frente a las balas
ellos El Páramo de
la Bahía San Sebas-
tián, menciona Boleslao Lewin en su libro “Popper, un conquistador Patagónico”
“que se extrajeron en poco más de un año 265.000 gramos de oro”.

Aventurero, agente masón al servicio de Inglaterra para establecer una nueva Na-
ción entre Argentina y Chile o según Federico Rivandera Carles en su libro antise-
mita El reino Patagónico del judío Popper, “buscaba establecer un estado judío en el
fin del mundo”. Nada de todo esto, fue históricamente probado.

Su desgracia comenzó cuando solicito la concesión de 80.000 hectáreas fiscales de la


isla, para sumarlas a las 2.500 que ya tenía. Y ofreció “civilizar a los Onas” pidiendo
le vendieran 375.000 hectáreas. En sus escritos decía querer proyectar “una colonia
agrícola ideal en la que los nativos tendrían sus propias tierras”.

El gobernador fueguino Mario Cornero, se opuso y en carta al Senado de la Nación


en 1891 escribió que “Popper ha llegado al grado de suponerse con títulos adquiridos
para ejercer la supremacía de Tierra del Fuego, si el Estado le concede las tierras, el co-
lono se quedaría con un tercio de la porción más útil y productiva de la isla”.

Habían pasado solo 5 años de su llegada a la Argentina.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 4/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Comic publicado en Francia

El 5 de Junio de 1893 Popper fue hallado muerto en la cama del cuarto de hotel que
solía utilizar durante sus estadías en la Ciudad de Buenos Aires.

El certificado de defunción luego de la autopsia, firmado por el médico municipal Lo-


renzo Martínez, indicaba “muerte por congestión cerebral”. Tenía 36 años.

Sus 80.000 hectáreas pasaron a ser propiedad de José Menéndez.

Fue uno de los responsables del exterminio de una población nativa que se estimaba
en 60.000 personas en 1880 (según cálculos del antropólogo Carlos Martínez Sara-
sola, “quefueron muertos por los buscadores de oro, las milicias de los nuevos estan-
cieros tanto chilenos como argentinos que querían grandes territorios para su ganado
lanar”).

La principal evidencia contra Popper es el álbum fotográfico de la expedición, que


se exhibe en el Museo del Fin del Mundo, en Ushuaia, Argentina, y fue un obsequio
de Popper al presidente argentino Miguel Juárez Celman (Córdoba 1844 – 1909
Arrecifes). En varias fotografías se lo muestra en plena actividad de cacería de
indígenas.

Notas

12

Artículo de Facundo Di Genova en el periódico La Nación del 22 de Julio de 2021.

13

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 5/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Dijo en su conferencia en el Instituto Geográfico Argentino en Buenos Aires del 5 de


marzo de 1887

“…Corríamos tras un guanaco cuando de pronto nos hallamos frente a unos ochenta
indios que, pintada la cara de rojo y enteramente desnudos, se hallaban distribuidos
detrás de pequeños matorrales. Apenas los vimos una lluvia de flechas cayó sobre no-
sotros clavándose en torno de nuestros caballos, sin ocasionar felizmente ningún daño.
En un momento estuvimos desmontados, contestando con nuestros Winchester la agre-
sión indígena… Era combate raro. Mientras hacíamos fuego, los indios, echados de
boca sobre el suelo dejaban de enviar sus flechas, pero apenas cesaban nuestros dispa-
ros, oíamos nuevamente el silbido de las flechas”.

Viaje al Fin del Mundo

Tierra del Fuego

1ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-1a-parte/

2ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-2a-parte/

3ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-3a-parte/

4ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-4a-parte/

5ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-5ta-parte/

6ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-5ta-parte-eduardo-
vivaldi/

7ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-7ma-parte-popper/

 28 febrero, 2022  Arte  Deja un comentario

Viaje al «Fin del mundo» 6ta parte Eduardo


Vivaldi

Viaje al Fin del Mundo

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 6/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Tierra del Fuego

ver narración anterior http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-5ta-parte/

Este texto me lo ha enviado mi amigo Eduardo Vivaldi, quien fue mi compañerito


del Colegio Superior de Comercio Carlos Pellegrini de Buenos Aires, de esto hace ape-
nas 60 años.

Cuando leyó mi narración sobre Ushuaia me envió fotografía de planos de la Patago-


nia, y le pedí un texto explicativo. Muchos de los planos que me envió ilustran su
narración.

Escribió Eduardo:

Mi bisabuelo por parte materna Eduardo Albert, fue secretario de Bernardo de Iri-
goyen. No confundirlo con Hipólito Yrigoyen.

(Agrego Bernardo de Irigoyen (Buenos Aires 1822 – 1906 ibid) fue


abogado, diplomático y político. Ministro de Relaciones Exteriores en 1874 y 1882 y mi-
nistro del Interior en 1877. En 1898 fue elegido gobernador de la provincia de Buenos
Aires. Fue dos veces candidato a presidente de la Nación, en 1886 y en 1892, y dos veces
senador nacional en 1895).

Irigoyen había sido comisionado por el gobernador de la provincia de Buenos Aires


Juan Manuel de Rosas (nacido como Juan Manuel José Domingo Ortiz de Rozas y Ló-

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 7/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

pez de Osornio Buenos Ai-


res 1793 – 1877 Southam-
pton) para dirimir los lí-
mites con Chile.

Irigoyen negoció con


Chile también la disputa
del Estrecho de
Magallanes.

Mi bisabuelo Eduardo fue


uno de sus estrechos
colaboradores.

A su vez Eduardo y su hermano Francis,


que era más popular, estuvieron apoyando
al Coronel Manuel José Olascoaga, que
también era ingeniero, escritor, artista, ex-
plorador y político (Mendoza 1835 – 1911
Ibíd). Vivió en el Noroeste de la Patagonia
en Neuquén, fundó Chos Malal. (14)

(Agrego, Chos Malal es una ciudad ubicada


en el norte de la provincia de Neuquén, su
nombre proviene de la lengua mapuche, y
significa “corral amarillo”, describiendo asi
el color de la roca sedimentaria de los cerros
que rodean el valle. El objetivo de su crea-
ción era el de controlar las rutas de arreos
de ganado a ambos lados de la Cordillera de
los Andes, evitando la acción de cuatreros
(quienes roban ganado) y contrabandistas.

Sigue Eduardo narrando: mi abuelo Ri-


cardo Albert, hijo de Eduardo, estuvo un Novela histórica de Manuel José Olascoaga

tiempo en esa zona, en una estancia lla-


mada Llamuco, en Las Lajas, Neuquén propiedad de los Albert, y que por posterio-
res peleas entre hermanos se perdió y quedó en manos de Sapag.

(Agrego, la familia Sapag, un Nepotismo de gran poder en la Provincia de Neuquén, se


componía políticamente de Elias Sapag (Senador), Felipe Sapag (cinco veces goberna-
dor de la provincia), Alma Sapag (diputada), Luz María Sapag (Senadora y diputada

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 8/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

provincial e Intendenta de la ciu-


dad de San Martín de los Andes),
Lucilla Crexell (Senadora). Jorge
Augusto (Gobernador).

Por otra parte, en la Patagonia


Sur, el paralelo 42 marca el lí-
mite entre Santa Cruz y Chubut.

Eduardo Albert tuvo intensa


actividad en temas limítrofes
asi como en la Oficina de Tie-
rras y Colonias.

Sus servicios fueron pagados principalmente con 220.000 hectáreas vírgenes de tie-
rra al Sur de San Julián, Santa Cruz.

Son tierras desoladas y áridas y requieren 6 hectáreas por oveja, ante la necesidad
de alambrarlo y debido a su alto coste, se asoció con Waldrom.

Yo, de pequeño, estuve en la Estancia Pardo Darwin, que era como se llamaba el
campo.

Al Sur del paralelo 42 aquella


Argentina era Zona Franca,
donde hasta los fósforos eran
ingleses… Cruzar la Patagonia
en esa época era toda una aven-
tura. Recuerdo (algo que era co-
mún) a mi padre manejando 5
horas sin ver otro vehículo…

A pesar de los esfuerzos del Pe-


rito Moreno (Francisco Pasca-
sio Moreno Buenos Aires 1852 –
1919 Ibíd.) que fuera científico,
naturalista, conservacionista,
político, botánico, explorador y
geógrafo en la Patagonia Sur, se
perdieron territorios que hoy
son chilenos, especialmente en
la zona del Estrecho de Magalla-
nes y Tierra del Fuego.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 9/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Hoy, aún resta sin delimitar exactamente los limites desde el Cerro Torre hasta el Ce-
rro Murallón.

Las tribus Magallánicas, Yaganes, Onas, fueron exterminadas por enfermedades,


pérdida de hábitat y de recursos y por los Menéndez entre otros.

Un verdadero oprobio y genocidio.

(Agrego fue el abogado e historiador de origen croata Mateo Martinic, Punta Arena
1931quien publicó una carta estremecedora de James Robbins, empleado de la es-
tancia “Primera Argentina “que en el año 1898 le escribe a un amigo:

“… tenemos quince soldados aquí cuyo deber es cazar indios. Ocho de nosotros salimos
de aquí una noche y viajamos al sur, pasado Punta María, con un indio que nos guía,
llegamos al punto más cercano al campamento indio, dejamos los caballos y camina-
mos una hora y veinte minutos a través del monte y pillamos alrededor de setenta. No
relataré que ocurrió los siguientes cinco minutos y lo dejo que suponga el resto…” (7)

Notas

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 10/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Mateo Martinic Beros, El genocidio Selk’nam: nuevos antecedentes. Anales del Insti-
tuto de la Patagonia, vol. 19, 23-28, Punta Arenas, 1990.

continua en http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-7ma-parte-
popper/

Publicado antes

Viaje al Fin del Mundo

Tierra del Fuego

1ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-1a-parte/

2ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-2a-parte/

3ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-3a-parte/

4ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-4a-parte/

5ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-5ta-parte/

6ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-5ta-parte-eduardo-
vivaldi/

7ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-7ma-parte-popper/

 26 febrero, 2022  Arte  1 comentario

Viaje al «Fin del mundo» 5ta parte

Viaje al Fin del Mundo

Tierra del Fuego


https://onlybook.es/blog/2022/02/ 11/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

viene de http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-4a-parte/

En la 1ª parte de esta narración escribí:

Viaje al «Fin del Mundo». 1a parte

Víctor Vargas Filgueira (Ushuaia 1971) descendiente Yagán, habla de su pueblo en


su libro “Ahua Saapa Yagan” (Mi sangre Yagán). (4)

Actualmente ejerce de guía en el Museo del fin del Mundo en Ushuaia y es un respe-
tado artesano.

Cuenta en su libro que su idioma está compuesto por 30.000 palabras, pero Charles
Darwin (Shrewsbury 1809 – 1882 Down House), que apenas los vio en 1834 desde la
cubierta del Bergantín Beagle (5), los describió ignorando como realmente eran “des-
dichados salvajes de talla escasa, con el rostro cubierto de pintura blanca, la piel sucia
y grasienta, los cabellos enmarañados, la voz discordante y los gestos violentos”.

Sigo ahora su narración

1918

¡Muchos de los nuestros pensa-


ban, “Ellos no reconocen que poda-
mos tener nuestras propias creen-
cias! Por eso nuestros abuelos nos
dijeron que nunca les hablemos de
ellas… ¡Creen que somos
inferiores!”

Un día su tapóin, el padre de Ca-


talina le contó mientras ella juntaba umas, unos calafates soñó “que los hannus, los
gigantes del bosque y los lakumas, los espíritus del agua se juntaban muy enojados
para vengarse de los blancos por haber talado muchos worús, los árboles del bosque
de Lapataia.

En el cielo hanúxa, la luna parecía estar ardiendo en llamas”. La Bahía Lapataia es


un fiordo en el Canal de Beagle, en el sector argentino de la Isla Grande de Tierra del
Fuego, rodeada de bosques.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 12/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Esto ocurría en uceniaka, en la Isla Navarino.

Y agregó, “los blancos no tienen conciencia de la naturaleza como nosotros, matan


grandes cantidades de lobos y nutrias solo por sus pieles, y desprecian su carne que es
tan valiosa para nosotros”.

Estando en ushpasún, que así llamaban a Puerto Williams, pudieron ver aves chillo-
nas, los tatapux, que anunciaba que se aproximaba le época de las nieves, era pues
conveniente dirigirse hacia el Noreste, cerca del territorio onísin, donde vivían los
Selk´nam y los Haush.

1919

Encuentro con Martin Gusinde

José Luis Angulo cuenta en su blog Azul Marino Viajes, que “su amigo Sergio Za-
gier, propietario de la librería World End en Ushuaia, hacía muchos años le había ha-
blado de las fotografías de Martín Gusinde, de sus maravillosas imágenes en blanco y
negro y del personaje”. (15)

Los indígenas lo llamaban manka-


cen, cazador de sombras

Este etnólogo y misionero alemán


llegó con 26 años a Chile, realizó 4
expediciones entre 1919 y 1924 por
la Patagonia y Tierra del Fuego para
investigar y documentar la vida de
los pueblos que vivían en tierras
australes.

Resultado de sus viajes son las más


de 1200 fotografías de los Selk´nam,
los Alacalufes, los Kawésqar, de los
Yámanas.

Formó parte en la protección de los Martín Gusinde


indígenas, “fue testigo e hizo conocer
como los intereses y el desprecio de los grandes estancieros, aniquilaron hasta la extin-
ción a esas poblaciones. Comiendo sus alimentos, hablando su idioma, durmiendo en
sus chozas, por ello fue invitado a participar en sus ritos de iniciación”.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 13/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Exposición

En la sala de Arte Las Condes, se realizó la conferencia el 18 de abril de 2018 «La Fo-
tografía de Martín Gusinde en Tierra del Fuego” (1918-1924): Introducción y comenta-
rio de contextos relevantes», a cargo de Marisol Palma Hehnke, doctora en Historia
por la Universidad de Leipzig y docente de la Universidad Alberto Hurtado.

https://fb.watch/bdE5jpr_qm/

En la exposición “El espíritu de los hombres de tierra del Fuego”, realizada en San-
tiago de Chile se exhibieron 147 de entre sus miles de fotos. (15)

Las Éditions Xavier Barral tuvo a su cargo la digitalización de la colección archivada


en el Anthropos Institue de Sankt Augustin de Alemania.

Christine Barthe, responsable de fotografía del museo Quai Branly de París, y Xa-
vier Barral han realizado una selección de unas 250 fotografías en blanco y negro
para esta publicación, la primera dedicada a las fotografías de Martin Gusinde.

Una aclaración, el Museo del


Quai de Branly fue diseñado
por el Arq. Jean Nouvel (Fumel
1945). Entre las obras de Nou-
vel se destaca el Instituto del
Mundo Árabe y la Fundación
Cartier en Paris, la Torre Agbar
en Barcelona y la ampliación
del MNCA Reina Sofía en
Madrid.

El Quai Branly construido en el


2006 ocupa 40.600 m2 junto al Sena, el MAM (Museo de arte contemporáneo y la To-
rre Eiffel. Los 4 edificios que lo componen fueron un proyecto personal del presi-
dente Jacques Chirac (Paris 1932 – 2019 Ibídem) rodeado por los jardines diseñados
por el arquitecto paisajista Gilles Clément (Argenton-sur-Creuse 1943)que son parte
del conjunto. Tuve la fortuna de visitarlo cuando fui a ver la gran exposición del Cen-
tre Pompidou dedicada a Le Corbusier en el 2015.

Volviendo al libro, decir que los textos son de Christine Barthe, y de Marisol Palma
Behnke, Anne Chapman y Dominique Legoupil. Su título “El Espiritu de los hom-
bres de tierra del Fuego”.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 14/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Textos en
Castellano
(2015). Existe
también una
edición en
francés ISBN
978-
2365110822.
Tapa dura
con tela 250
x 310 mm
300 páginas.

Víctor Var-
gas Fil-
gueira nos sigue contando en su libro que los Yagánes se reúnen con Gusinde en
Shumakush, y le dicen:

“¿Usted sabe que hay gente que dice que nosotros nos alimentamos de nuestras kulua-
nas, que matamos y comemos a nuestras abuelas?”

A medida que los aventureros blancos eran más y más, competían con los Yagánes
por el alimento, por lo que debieron moverse y asentarse en upushwaia, Punta
Mejillones.

Comían akis, erizos entre carcajadas y cantos bajo el resplandor de la luna, era una
buena manera de despedir el día.

Pensaban “preservar el legado de nuestra sangre es el comienzo de una lucha por sub-
sistir y no disolvernos como pueblo, es el camino marcado por nuestros abuelos”.

El anciano Waihts, estaba ciego desde hacía un tiempo, tenía esperanzas en los jóve-
nes que luchaban por sus raíces, la fatalidad le había impedido disfrutar de los her-
mosos colores de la naturaleza, pero usaba el tacto, las palabras y la imaginación,
para enseñarles.

Decía “…la tristeza más grande que tengo en mi corazón es no poder disfrutar del pai-
saje hermoso de nuestra tierra, de los cambios de tonalidades de nuestros bosques y de
lam, el sol que nos calienta el cuerpo cuando vamos navegando y vemos el reflejo de
nuestra sombra en ese mar tan azul que parece no tener fondo”.

Cuando deciden abandonar Kumbutu, se dirigen a Asashuaia, Caleta Santa Rosa.


Debían acondicionar el nuevo chistakaku, el nuevo campamento que se conformaba

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 15/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

de varios akar, que era


como llaman a las vivien-
das transitorias.

Cuando bajaba la marea,


las mujeres aprovecha-
ban para recoger maris-
cos y llenar sus cestas de
juncos con cholgas, chori-
tos y lapas, daban de co-
mer primero a los niños.
La preocupación era te-
ner buen fuego y abun-
dante comida.

Los niños piden a


sus abuelos el
cuento de la histo-
ria del padre del
sol

“Taruwalen, el padre de
Lam, era un hombre muy
malo. Se divertía que-
mando nuestros bosques y
Augusto Balfur, hombre con tocado de plumas. Anthropos Institut. nadie lo quería. Era arro-
Sankt Augustin, Alemania gante y de muy mal
carácter.

Un día las mujeres se revelaron ante sus muchos atropellos y juntas intentaron estran-
gularlo, pero no pudieron lograrlo debido a su enorme poder.

Taruwalen se fue lejos, al más allá, cerca de la cúpula celestial.

Luego de su partida todos volvieron a ser felices.

En su lugar quedaron sus makús, sus hijos Lam, el sol y Akainix, el arco iris.

A diferencia de su padre, los dos eran muy bondadosos, Lam los recibía con el alba y
los despedía en los atardeceres. Y cada mañana, cuando él aparecía, todo el mundo es-
taba contento. Su hermano, Akainix, además de ser muy bueno, era muy hermoso y

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 16/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

sabía pintarse mejor que cualquier Yagán. Usaba unos colores tan bellos y variados
que era un verdadero placer admirarlo.

Hánuxa, la luna, era la esposa de Akainix. De la unión de ambos nació su hijo, Yai,
quien en ocasiones suele aparecer al lado de su padre, como un pequeño arco iris que
no vemos con mucha nitidez –contaba uno de los abuelos-.

A pesar del entusiasmo con que escuchaban la historia, ayudados por el calor del fuego
y la calma, los más pequeños se fueron sumiendo en un profundo sueño”. Más tarde
vino el háani, el viento del norte que silbaba entre los árboles”.

Cuando nacía un yarumatía, un bebé, se necesitaba un yecamush, para que le


asigne un yefacél, un espíritu protector para el pequeño, antes que lo invada un es-
píritu maligno. En general los abuelos eran conocedores de estas artes.

Los yafecél son nuestros espíritus protectores y siempre, desde el comienzo de los
tiempos, a cada uno de nosotros, un hechicero nos asigna uno. Estos espíritus nos
protegerán toda la vida y evitarán que caigamos en desgracia.

Contó otra leyenda:

“Los hermanos Yoalox, quienes nos enseñaron a sobrevivir en nuestra tierra, dijeron
que jamás debemos tirar los desperdicios de comida al mar. Por eso, procuramos no co-
mer cuando viajamos en nuestras canoas. Y cuando el hambre es muy fuerte, y los via-
jeros deben alimentarse, siempre hay que quemar los desperdicios. De no ser así, los
Yoalox, nos enviarán un castigo”.

También contaron la historia de Hanúxa, la luna, una mujer tan her-


mosa como su esposo, Akainix, el arco iris.

“Hanúxa posee un poder incomparable.

Nuestros ancestros cuentan que cuando está muy delgada, comienzo de la luna cre-
ciente, concibe una hija.

Este bebé va creciendo en su vientre hasta dejarla totalmente redonda, es luna llena.

En ese momento, su hija nace, y ella vuelve a enflaquecer, luna menguante.

Por último, Hanúxa muere, haciéndose invisible, es la luna nueva o luna negra.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 17/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Su hija ocupará el lugar de su madre en el cielo y se volverá la nueva Hanúxa y tendrá


una hija y morirá. Y su hija se volverá la nueva Hanúxay volverá a parir y a morir. Y
así, por siempre brillando y muriendo en la oscura noche”.

Los abuelos contaron de los haucellas, los espíritus malignos, y como enfrentarse a
ellos, y de los hánnus, los espíritus del bosque y de los lakumas, los espíritus del
agua.

Querían dirigirse y hacer campamento en Usín, Isla Hoste, pasando por Woruta-
waia, Bahía Woruta. Nuevamente el anciano Waihts, les propuso a los más jóvenes,
mientras comían amaim, esos frutos silvestres, contarles la historia de túwuk, la
garza bruja.

“Cuando alguien escucha el grito de túwuk, quiere decir que pronto será visitado por
un amigo muy querido.

En los días siguientes, el amigo se acercará por la dirección donde se dejó escuchar el
ave.

Por eso el túwuk es un animal tan apreciado por nosotros”.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 18/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Esa noche tenían comida, un pueblo que en muchos períodos de su vida se enfrenta
a hambrunas, saber que esa noche no iban a pasar hambre, era casi todo.

Antes de dormirse, agradecieron a Watauineiwa por otro día más en esta hermosa
tierra, y escuchar algunas historias llenas de magia, contadas por los abuelos, al res-
plandor de las llamas, su vida transcurría sin sobresaltos, pero cada vez estaban más
acorralados y debían abandonar territorios.

En Wulaia, se había establecido una nueva misión de los blancos, que llamaban
Douglas.

Otoño

El hanislús, comenzaba a hacerse presente, y las hojas teñían de rojo el bosque. Era
la época más dura, debían ser previsores y tener reservas de aceite y grasa de lobo y
ballena, las que debían ser enterradas en los turbales.

En una ocasión las enterraron en la isla Pomegashaga, Isla Gable.

Siempre en los peores momentos que les tocaba vivir, aparecía ese espíritu comuni-
tario que distinguía a los Yagánes.

Cuando querían entretenerse con el skinaski, que eran lasfiestas que hacían cuando
se sentían felices, jugaron al kálea, inflando el estómago de un león marino, lo gol-
peaban para que rebotara de manera irregular. En la vida de los Yagénes, la madre
naturaleza tenía un gran poder.

Cuando hacían navegaciones


a lugares lejanos navegaban
despacio y cantaban, al llegar
a tierra firme, trataban de
juntar algunos huevos, de ga-
viota, de cormorán u otras es-
pecies, rompían alguno para
comprobar que no estaban
maduros; de ser así, no saca-
ban ninguno, para no inte-
rrumpir el ciclo natural. Si estaban para juntarlos, sacaban pocos huevos de cada
nido, nunca se llevaban muchos de una misma especie.

Usaban los huesos de cormorán, las mujeres necesitaban amís, las leznas que usan
para los tejidos.
https://onlybook.es/blog/2022/02/ 19/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Cuando el día era calmo, innumerables lásix, bandadas de golondrinas pasaban vo-
lando bajo, atravesando los campamentos Yagénes, y parejas de álakus, de patos va-
por, descansaban bajo el sol.

Cuando debido al calor faltaba agua, subían las colinas para buscar los afluentes,
pero no les gustaba, el miedo a los hánnus, los espíritus que acechaban en los
bosques.

Los niños se entretenían chupando las uskex, el jugo dulzón de la flor de notro.

Waihts comenzó a contar la historia de una antigua superstición

“Cuando las lexuwas, las pícaras bandurrias, sobrevuelan nuestros campamentos, las
mujeres deben sostenerse las tapess, las tetas. Pues, si no lo hacen, estas aves harán
que se les pongan flácidas y se les estiren hasta el suelo –en ese momento el escenario
alrededor del skinaski, del fuego se llenó de carcajadas y de bromas”.

Un esparcimiento con un condimento especial era el kamatu, un baile que tradicio-


nalmente comenzaban las mujeres y, luego, el resto del grupo se sumaba a esa gran
diversión.

Al llegar a un lugar nuevo, la estricta


moral y sus creencias los llevaba a re-
visar bien toda el área, porque no po-
dían acampar cerca de ninguna gua-
lapatagala, de una tumba. Si alguien
moría, los abuelos prohibían pronun-
ciar su nombre ni hablar de él o ella,
para no llenarse de tristeza.

Los hombres charlaban preocupados


sobre la cantidad de canoas misterio-
sas, de todos los tamaños, que se
veían en el territorio Yagán, con tan-
tos hombres blancos hurgando sus
costas, debían ser cada vez más sigi-
losos, los ancianos, tratando de ocul-
tar su preocupación, se sentaron alre-
dedor del pusáki, del fuego e inter-
cambiaron opiniones sobre la confec-
ción de yákus, las filosas puntas de
flechas.
https://onlybook.es/blog/2022/02/ 20/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

1920

Cuando se reencontraron con Martín Gusinde, le dijeron que los palalayamalin si-
guen molestando, los invasores están dispersos por todos lados, pero nosotros tene-
mos un gran sueño, hay un lugar hermoso y tranquilo en Uceniaka que se llama
Upushwaia.

Los abuelos concedieron el honor de expresar su pensamiento a sus ancianos.

“Sr. Gusinde ¿Sabe porque cada vez vienen más hombres blancos?, pensamos que vie-
nen por distintos motivos, algunos a cazar animales para vender sus cueros, otros bus-
can riquezas en sus playas o vienen a criar animales, se sienten impulsados a venir
aquí por ambición.

¿De dónde vienen? ¿Por qué vienen aquí, a nuestra tierra? Nosotros no vamos a moles-
tar a nadie a otros lugares. Aquí, por designo de nuestro Watauineiwa, nos tocó nacer
y morir, y lo respetamos sin presentar objeciones.

Ellos vienen de tierras


lejanas donde son tan-
tos, que no les alcanzan
los recursos, a nuestra
tierra Yagán y por mu-
chos otros lugares”.

Le enseñaremos las ce-


remonias “el chiejáus”
y “el kina”“Para noso-
tros, lo espiritual es
muy sagrado”.

Masemikens (apodado
el viejo Pedro) hizo un
ánan, confeccionó una canoa ancestral que se la dio a Gusinde y que actualmente se
encuentra en el Museo Nacional de Santiago de Chile.

Antes del desastre

Gusinde con los Yaganes

Un atardecer reunidos alrededor de la gran fogata, hablaban de las preocupaciones


que los aquejaban.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 21/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

-“Nosotros sentimos que los hombres blancos nos quieren quitar todo lo que es
nuestro”.

-“No debería ser así, pero mi experiencia me dice que es inevitable, debemos asegurar
lo que se pueda en cuanto a territorio” dijo Gusinde.

-“Debe hacerse algo pronto. Día a día somos menor y nuestras costumbres pierden
fuerza”.

Se produjo un mamihlapinatapaí, ese instante de meditación donde se espera que


sea otro el que continúe. (“es la mirada entre dos personas, cada una de las cuales es-
pera que la otra haga algo que ambos desean pero que ninguno se anima a empezar”).

El libro Guiness la define como la más concisa del mundo).

-“A nosotros, que hemos estado en tantas y tantas charlas intercambiando opiniones
no hemos preguntado a nuestros yarumáalas, nuestros jóvenes, Son el futuro de nues-
tra saápa”.

Entonces hablaron los


jóvenes

-“Estamos de acuerdo con


los abuelos. Sabemos que
entre ellos y nosotros ha
habido muchos cambios
en nuestra forma de vida –
y tomando valor continuó
hablando – Hoy en día no
conocemos muchas cosas de nuestros antepasados. Hasta nuestra lengua se ha modifi-
cado…debemos hacer algo para que no desaparezca definitivamente nuestro pueblo”.

Con todo lo sufrido, en ese momento eran frágiles como una hoja llevada por el
viento.

Los recuerdos invadían con tristeza sus corazones como los abuelos que eran de Us-
huwaia y el paraje hermoso donde paseaban llamado Yaiyoashaga, que era como
llamaban a la entrada de agua que separaba el aeropuerto actual, de la ciudad de Us-
huaia, cuando la marea estaba alta era navegable.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 22/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Mary o Yayohs, mujer con pintura facial de duelo, Ya-


mana. Anthropos Institut. Sankt Augustin, Alemania

Notas

Mi sangre Yagán. Ahua Saapa Yagan. Victor Vargas Filgueira. Editorial La Flor Azul,
2021 ISBN 978-987-47731-5-9.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 23/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

ANDO CUENTEANDO - NARRATIVA - Audioteca fueguina

Fragmento de Mi sangre yagán, de Víctor Vargas Filgueir… Share

Privacy policy

El HMS Beagle fue un bergantín de la clase Cherokee de la Marina Real británica bo-
tado en el río Támesis en 1820. Tenía 27,5 metros de eslora; 7,5 metros de manga; 3,8
metros de calado; diez cañones; 235 toneladas de carga; y una tripulación de ciento
veinte hombres. Fue el primer barco en navegar bajo el nuevo Puente de Londres.

Adaptado participó en tres expediciones, la segunda estuvo bajo el mando del co-
mandante Robert Fitz Roy que llevó al joven Charles Darwin.

En el verano de 1834 un joven Charles Darwin anotaba en su diario: “esos desdicha-


dos salvajes tienen la talla escasa, el rostro repugnante y cubierto de pintura blanca, la
piel sucia y grasienta, los cabellos enmarañados, la voz discordante y los gestos violen-
tos. Cuando se ve a tales hombres, apenas puede creerse que sean seres humanos, habi-
tantes del mismo mundo que nosotros”. Estas despectivas palabras de Darwin, trata-
ban de describir a un grupo de yaganes, avistados a duras penas desde el puente del
bergantín «Beagle» en las cercanías de las islas Wollaston.

15

José Luis Angulo (1958) es colaborador habitual de los programas Ser


Aventureros en la Cadena Ser y La Flor y la Canela (Radio Popular). Director Co-
mercial de Club Marco Polo y Viajes Azul Marino Madrid.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 24/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

continua en http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-5ta-parte-
eduardo-vivaldi/

Viaje al Fin del Mundo

Tierra del Fuego

1ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-1a-parte/

2ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-2a-parte/

3ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-3a-parte/

4ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-4a-parte/

5ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-5ta-parte/

6ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-5ta-parte-eduardo-
vivaldi/

7ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-7ma-parte-popper/

 26 febrero, 2022  Arte  Deja un comentario

Viaje al «Fin del Mundo» 4a parte. citröen

Viaje al «Fin del Mundo»

Tierra del Fuego

En la primer parte de esta narración (http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-


1a-parte/) mencioné que “mi relación con el sur del continente americano, comienza

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 25/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

en Febrero de 1972 con un viaje realizado con mi amigo Edgardo Minond a bordo de
un Citroën 2CV del año 1964, que continua con un viaje en el año 2016 y otro en el
2022”.

Mientras completo los datos y las narraciones de mis otros viajes, voy a intercalar el
viaje en Citroën.

1972

En 1972 se realiza la Primera


Gran Travesía Citroën, así de-
nominó la fábrica de autos
Citroën al programar un rally
con un recorrido de 10.000 km
desde Buenos Aires, a Tierra del
Fuego, Santiago de Chile, Cór-
doba y regreso a Buenos Aires.

Con Edgardo formamos parte de


un contingente de 202 Citroën,
en el que había modelos de 2CV,
3CV, Meharis y Ami 8.

Las tripulaciones eran variopin-


tas, familias, parejas, solitarios y
solitarias, algunos acompañados
de sus mascotas…

A nuestro Citroën 2CV de 425cc y


14 caballos, lo llamábamos “la
dama Blanca” (aunque era verde Foto de otro auto de la travesía cruzando uno de los muchos
con guardabarros amarillos), la badenes de la ruta 40
foto es de aquel rallye pero no
de nuestro auto.

Se llamó “La Gran Travesía”, a la caravana de


autos Citroën que durante 1 mes (desde el 31 de
enero al 27 de febrero de 1972) recorrimos la
parte sur de Argentina y Chile. Muchos miles de
kilómetros, para lo que contábamos con el apoyo
de mecánicos que llevaban piezas de repuesto
para resolver los inevitables problemas que pro-

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 26/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

vocaron caminos de ripio poco transitados y transitables.

Dormimos en campings, centros sociales y deportivos, hoteles, moteles y donde se


podía, incluso dentro de los autos, cuando el cansancio impedía llegar al final de la
etapa.

En el trayecto, durante el cruce en el ferry


rumbo a la Tierra del Fuego, conocimos a
un mochilero, mayor que nosotros, era ar-
quitecto, pero pasaron varios días hasta
que nos dijo que lo era.

Nos pidió lo lleváramos y a cambio colabo-


raría con los gastos de gasolina.

Era el Arq. Felipe Baigun, al que recuerdo


con mucho cariño, cuando regresamos me
invitó a cenar a su departamento que daba
a la avenida 9 de Julio.

Era muy extraño, como que al tocar el tim-


bre frente a lo que se suponía era la puerta
de entrada, se abría una a tus espaldas, me
explicó que así veía quien era, y sin hacer
ruido, no habría, o lo hacía como fue mi caso.

En el último piso de su más que amplio piso, había una especie de mirador, de ata-
laya, con un espacio rodeado de cristales por donde se veía toda la ciudad inclu-
yendo el cielo.

Me explicó, que su habitación “sin ventanas, era el útero materno, y que el espacio del
mirador todo vidriado, era su nacimiento cada día.”

Una de sus obras, en Güemes 4243 junto al Arq. José Levit figura en Moderna Bue-
nos Aires https://www.modernabuenosaires.org/obras/20s-a-70s/edificio-guemes-4243

Durante el viaje vivimos muchas situaciones, recuerdo que en una larguísima recta,
mordimos la banquina, y el Citroën volcó parcialmente, quedando de lado, apoyado
en el borde de una zanja.

Estábamos muy cansados, para bajar, y tratar de poner el auto, en su posición nor-
mal sobre la ruta. Aún ladeados, el cansancio podía con cualquier inconveniente, por

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 27/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

lo que decidimos dormir así, inclinados como estábamos, yo al volante, Edgardo en


el medio y Felipe contra la otra puerta, resistiendo el peso de nosotros.

Al día siguiente, con la ayuda de alguno de la caravana, volver a poner todo el orden.

Nadie dudaba que el 2 caballos, seguiría rodando, y así fue.

Itinerario original

Nuestro itinerario

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 28/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Conocimos las playas de San Antonio Oeste, Las Grutas, Puerto Madryn, Península de
Valdez (Isla de los pájaros, los elefantes marinos en Punta Norte y Puerto Pirámides),
el Bosque Petrificado en Santa Cruz, La Isla de los Pingüinos en Rio Gallegos, cruza-
mos el Estrecho de Magallanes, vimos los Canales Fueguinos, recorrimos Tierra del
Fuego, también el Lago Argentino con el Ventisquero Moreno (con su masa de 400
km2).

Luego fuimos a Esquel, al Bolsón, en este punto nuestro Citroën tuvo 2 problemas, el
primero, su chasis que se había partido y los mecánicos dijeron que no aguantaría el
cruce de la Cordillera, y además uno de sus conductores (yo) había perdido todo el
dinero que llevábamos, por lo cual recibiendo gasolina y comida de almas piadosas
pudimos regresar a Buenos Aires luego de casi 10 días.

En el trayecto de regreso, dormimos en hospita-


les y casas de buena gente.

Muchas estaciones de servicio, nos regalaron ga-


solina. Como yo había perdido el dinero, era el
encargado “de pasar la gorra”.

Pero la Patagonia tiene de todo, menos estacio-


nes de servicio, y cuando se nos acabó la gaso-
lina, debimos dejar el auto sobre la ruta, ¿Dónde
si no?

Baje a ver como crecía el pasto y Edgardo se quedó adentro, pasaron horas, lo que
no pasaba eran autos.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 29/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

El único que pasó, fue un auto que no freno a tiempo, o quizás su conductor estaría
distraído y nos chocó desde atrás, el auto dio un salto y se deslizó por el campo.
Cuando pudimos volver a ponerlo en la ruta, lo atamos a nuestro amigo chocador
que nos remolcó.

El resto de la caravana siguió a Bariloche, cruzó la Cordillera por Puyehue, y en Chile


recorrieron Osorno, Valdivia, Concepción, Santiago, Viña del Mar y Valparaíso.

Luego volvieron a cruzar la cordillera a 4000 metros sobre el nivel del mar y vía
Mendoza, regresaron a Buenos Aires.

continua en http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-5ta-parte/

Viaje al Fin del Mundo

Tierra del Fuego

1ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-1a-parte/

2ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-2a-parte/

3ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-3a-parte/

4ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-4a-parte/

5ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-5ta-parte/

6ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-5ta-parte-eduardo-
vivaldi/

7ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-7ma-parte-popper/

 25 febrero, 2022  Arte, ciudades, comentario libros  1 comentario

Gustavo Nielsen escribe un cuento sobre el


Parador Ariston.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 30/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

https://mandarinasdulces.blogspot.com/2019/12/escombros-de-un-paraiso.html?
fbclid=IwAR2FHrbUUGRbeHW8TZoiUKFefGXPSNnQ-
Mz6sg6rG02EuONVQ1g5vvb4rgk

Escribí un cuento sobre el Parador


Ariston.
Me ayudaron Hugo Kliczkowski y la
arquitecta Silvia Sánchez, de Estudio
Scs, aportando críticas, comentarios,
datos. Espero que les guste, se acep-
tan sugerencias. Cualquier cosa me
dicen por acá.
Besos
Gustavo Nielsen (en su blog Manda-
rina)

12.20.2019
ESCOMBROS DE UN PARAÍSO
El paraíso llega cuando ya no lo nece-
sitamos.
Mi abuelo decía esta frase enigmá-
tica.
Siempre queremos que el paraíso lle-
gue; sentí que estaba cerca cuando
empecé a trabajar en el Ariston. O en
lo que quedaba de él. Soy arquitecta,
hago patología muraria y recupera-
ción edilicia.
Me llamo Silvia. Mi abuelo Vicente,
este que ven en la foto, fue metre del
Parador, desde agosto de 1949 hasta
julio de 1952.
Es el que posa feliz delante de los mo-
zos que sostienen bandejas. Lo sé por-
que me lo contó mi abuela Sara.
Tenían una carta de solamente doce
platos. Una sopa de tomate con cama-
rones que era una delicia, según ella,
picantita y espesa. Rabo de res y torti-
lla flambeada de postre. Ya no se
come rabo en ningún lugar de Mar
del Plata.
El Parador Ariston fue diseñado por
https://onlybook.es/blog/2022/02/ 31/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

el húngaro Marcel Breuer mientras


dictaba un seminario en la Universi-
dad de Buenos Aires. Enseñaba en la
Bauhaus, la escuela de diseño más
importante de la historia: dibujó un
trébol de cuatro hojas sobre una ser-
villeta de papel como todo plano. En
una de las hojas circulares ubicó la
barra, en otra la pista de baile y en
todo el resto se comía. Garabateó
también un pequeño corte. Había que
subir un piso por escalera. Carlos
Coire, jefe de la cátedra que lo había
invitado, se ocupó de la documenta-
ción y el arquitecto Catalano de la di-
rección. La Universidad puso el di-
nero para construir esta joya, hace
cien años en mi ciudad. Sin embargo,
nadie en el tiempo la cuidó, como
pasa con la mayoría de las obras del
Movimiento Moderno, y poco a poco
se fue viniendo abajo. Hasta ayer por
la noche yo opinaba que todavía se
podía salvar, o como me gusta decir a
veces: curar. Mi jefe Johann, berlinés,
que sabe poco de hormigones pero
mucho de negocios, juraba que no.
Pero me contrató para hacer los pri-
meros exámenes, porque a los paraí-
sos conviene tenerlos de amigos.
Traen mala suerte cuando se les
vuelve la cara, aunque sean tréboles
de cuatro hojas.Digo curar porque las
obras a las que yo llego suelen estar
enfermas. Todo tiene que hacerse con
un máximo cuidado: retirar los so-
brantes, el material suelto y lo que no
pertenezca a la esencia morfológica.
Buscamos el origen como si fuéramos
arqueólogos. Yo sigo un método intui-
tivo y empírico, en el que voy traba-
jando de acuerdo a lo que el edificio
me va diciendo. Los edificios hablan a

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 32/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

través de su integridad y de sus pér-


didas, de lo que conservan y mues-
tran. Y si no hablan tanto, hay que sa-
ber leer en sus intrigas. Tengo un tra-
bajo de detective: obtengo muestras,
etiqueto, clasifico, mando a catear.
Un cateo es lo mismo que una biopsia
para la medicina. Rasco las paredes
con esta espátula de acero inoxidable
que se parece tanto a un bisturí. O
con una cucharita.Obtuve el trabajo a
través de LinkedIn. Querían alguien
que fuera experta, sin pagarle dema-
siado. Al vivir a ocho cuadras del Pa-
rador, ya no tendrían que gastar en
viáticos. Y a mi currículo le sobra bri-
llo: solamente en Mar del Plata tra-
bajé en el Alfar y en la fachada del
Asilo Unzué. A Johann le oculté que
mi abuelo, el de los bigotes termina-
dos en punta hacia arriba, había sido
uno de los gerentes, tal vez el más im-
portante en la historia del edificio. Si
se lo hubiera dicho habrían contabili-
zado mis emociones para pagarme la
mitad. Lo que aprendí en la profesión
vale mucho para andar regalándolo
por las oficinas de patrimonio. Tanto
es así que ya sabía cómo iban a vol-
ver calificados los cateos, cuando el
material cayó como talco de las losas.
Lo mandamos al INTI para precipitar
y el laboratorio nos devolvió su vi-
sión pesimista. Le hice una lista a
Johann con los aparatos que debía al-
quilarme para poder seguir.- ¿Para
qué querés un esclerómetro? –dijo.-
Para hacer una lectura de compaci-
dad de vigas y columnas.- Sale un
montón de dinero. ¿Y el georradar?-
Para las oquedades.- ¿Y el profóme-
tro? Alquilarlo cuesta un
disparate.Johann hacía números con

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 33/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

su calculadora. En sus ojos de especu-


lador se veía que el edificio no le in-
teresaba.- Necesito hacer un mapeo
de la armadura, para averiguar cómo
está adentro del hormigón. Qué espe-
sores de sección son los que quedan.-
No puedo pagar eso.- Necesito los grá-
ficos. Y preciso más andamios de los
livianos, no esos que me pusiste. Y un
ayudante, o dos.- ¿Se va a poder recu-
perar?- Sí –arriesgué, sin
dudar.Johann negó con la cabeza y
agregó:- Puedo mantenerte el sueldo
pero nunca contratar ese equipa-
miento. Preciso un informe objetivo
sobre el estado del edificio.“Los pa-
raísos están para cuidarlos”, estuve
por decirle. Pero me callé. No iba a
conseguir de mí un cómplice para un
informe negativo. Los edificios se sal-
van con experiencia, con técnica,
pero también con fe. Mi abuelo es-
taba ahí, detrás de Johann, con su
carta de delicias en la mano. Lo pude
ver en ese momento.- No te pago para
que evalúes mis ideas –agregó
Johann, leyéndome la mente. Y
salió.A la tarde me llamó al celular y
me pidió disculpas con reservas. No
iba a contratar equipos y especialis-
tas por un edificio “insignificante” –
así lo llamó, refiriéndose a los conta-
dos metros cuadrados, aclaró-; su
presupuesto era limitado. Yo sonreí
amargamente, pero él no me vio,
claro. Donde Johann vislumbraba in-
significancia yo veía una alhaja.
Nunca entendí el tema del linaje.
Johann será más importante por
su ONG europea, pero la que sabe de
hormigones soy yo. La absurda pirá-
mide de mandos no se verifica en
la expertise. Así como no me meto en

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 34/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

sus operaciones inmobiliarias y de


prensa exijo que no se meta con lo
que sé, que lo sé bien.Estuve cinco
días seguidos en el Ariston, en cucli-
llas o trepada a escaleras. Hice tuto-
res de yeso sobre las grietas. Conozco
la dimensión del daño, puedo intuirla
en esas fisuras activas. Hasta ahora
no había gastado casi nada de plata,
solamente chupé frío y me ensucié
entre las losas con forma de trébol.
Las persianas de madera que le pu-
sieron contra los intrusos están lle-
nas de agujeros y ranuras. No me per-
mitieron quitarlas: el dueño del pre-
dio, un latifundista, quería tirar el
Ariston abajo y tenía miedo. Todo al
mismo tiempo. Suele pasar cuando a
un edificio, o a lo que queda de él, el
Congreso le otorga protección histó-
rica. Verlo a Johann rendido me llevó
a pensar que ya era hora de irme de
ahí. Las clivias de mi abuela florecie-
ron en los cumpleaños de Vicente
hasta el último año, en el que se fue
del Ariston. Y ya no florecieron
nunca más.En Página 12 leí una noti-
cia que me gustó. Daban por sentadas
las obras de recuperación. Hablaban
del nombre de la playa, La Serena,
aunque se equivocaban en el dato de
Breuer como diseñador de la silla
Wassily. La nota tenía un dato de co-
lor del que yo no estaba al tanto. En
los inviernos en los que no abrían las
carpinterías, porque el viento era el
mismo que el de ahora, marino y fe-
roz, repartían talco para que la gente
que bailaba descalza no se resbalara
en la pista. Me imaginé la condensa-
ción de la humedad sobre los vidrios
y el piso de madera. Me hubiera gus-
tado bailar ahí. Me imaginé a mi

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 35/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

abuelo revisando el calzado de su pe-


queño ejército de mozos: suelas adhe-
rentes, de caucho, para que sus man-
jares no acabaran por el suelo. Sí, soy
una empecinada de los materiales y
sus comportamientos. Amo mi tra-
bajo; ninguna corrosión podrá deva-
luarlo. Vicente, el dueño del paraíso,
siempre me está mirando desde la
foto.Así que pensé chau Ariston,
chau Johann. A veces ganan los
malos. Chau Silvia. Aunque te garan-
ticen el trabajo hasta fin de año,
como se arregló, ya no tiene sentido.
¿Desde cuándo mis opiniones van a
aportarle datos al enemigo? Jamás
firmaré un chantaje, ni por todo el
oro del mundo. A los edificios que va-
len hay que salvarlos porque son
como seres. El que salva a un humano
salva a la Humanidad. Estaba to-
mando una copa de vino cuando en-
tendí que debía renunciar. Una cena
frugal, de mujer sola. Vicente me hu-
biera retado por ese sanguchito. Te-
nía ganas de llorar y de dormir. Puse
la tele pero no aguanté ningún noti-
ciero de aire: el dinero y la derecha
estaban ganándole también al
mundo. Poderosos caballeros. Una
mierda.A las tres me despertó el celu-
lar: Johann. ¿Qué hacía en vela? No lo
voy a atender. Cortó y volvió a insis-
tir. ¿Por ser mi jefe era también el
dueño de mi sueño? Un hombre ja-
más atendería un llamado de su tra-
bajo a la madrugada. Escuché el bip
del whatsapp. “Dejaste la luz encen-
dida en el Parador, nena”. ¿Qué luz?,
pensé. El teléfono volvió a sonar.-
¿Qué luz?- Los reflectores.Mi trabajo
se hace con reflectores. Ningún detec-
tive entraría a una escena del crimen

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 36/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

a oscuras. Tres de quinientos watts,


muy poderosos, con luminarias tipo
lupa. Uno para la planta baja, dos
para arriba. Los apago desde el ta-
blero. Siempre lo hago cuando me
voy.- Acabo de pasar por la ruta con
el auto: el Parador es un velador en la
noche.- ¿Y por qué no te bajaste a
apagarlo?Johann dudó un instante en
el teléfono.- No es mi trabajo –dijo.
Cortó la comunicación.Si algo faltaba
para completar mi descontento era
una respuesta así. Miré por la ven-
tana: el viento arreciaba árboles y ar-
bustos. Estaba por explotar una de
esas tormentas que solo se dan en
Mar del Plata. Vi un rayo, a lo lejos,
caer sobre la playa. ¿Qué podía pasar
si no iba? Un corto. O gastar dema-
siada electricidad, y había que aho-
rrar. Para el profómetro y el geora-
dar, indispensables. Para nada. Le es-
cribí un whatsapp que borré
inmediatamente: andá vos que tenés
auto. Mejor era salir antes de que la
tormenta comenzara. Me puse un pu-
lóver y los pantalones sobre el pi-
yama, me calcé con botas que hu-
biera aprobado mi abuelo. Me puse el
impermeable con capucha azul, guan-
tes verdes, una bufanda roja. Miss
elegancia, la arquitecta. Guardé el
casco blanco en la mochila.El viento
que me daba en la cara traía hojitas y
gotas puntiagudas, de tan heladas. No
iba a poder volver por la arena si se
desataba la tormenta. La playa era un
imán para los rayos. ¿Cómo habría
sido mi abuelo como jefe? A los mo-
zos se los veía felices en la foto, soste-
niendo sus platinas y bandejas pla-
teadas. Bueno, era una foto, nomás.
Aunque yo nunca me sacaría una foto

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 37/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

sonriente detrás de Johann y de auto-


ridades que negocian según el viento
de los tiempos. ¿Quién iba a tomar la
decisión de derribar una obra de arte
de Marcel Breuer? Que el Parador es-
tuviera descuidado y varado no era
excusa. ¿Quién iba a ser capaz de pe-
gar el primero de los martillazos? Un
diamante olvidado sigue siendo un
diamante.El velador Ariston. Al me-
nos en las descripciones, Johann era
preciso. La luz salía por todas las ren-
dijas de la carpintería antivandálica,
por todos los agujeros de esas made-
ras podridas que habían clavado para
alejar a los intrusos. Un resplandor
potente y blanco, de observación. La
luz que permitía trabajar de día o de
noche por igual, para cuando los sal-
vatajes dependían de urgencias polí-
ticas. Me había quedado sin dormir
decenas de veces en situaciones así.
Se armaba un grupo de profesionales
y te mudabas. Comíamos en la obra, a
veces hasta dormíamos ahí. Todo
para que no la demolieran, en el país
de la demolición permanente. Me
apuré por la lluvia y por la luz. Ojalá
que la tormenta no se desate así
vuelvo tranquila por la orilla. Saqué
las llaves de los candados de la mo-
chila y me puse el casco. Tranquila,
Silvia. Abrí.El brillo bañaba la esca-
lera desde el primer piso. La tapa del
tablero de la electricidad estaba se-
miabierta. Vi el cable suelto, desen-
chufado. La luz ya no era blanca, sino
cálida. En el tablero todas las térmi-
cas estaban apagadas. Me agaché
para recoger el cable y me vi las pun-
tas de los zapatos: afinadas, de charol
negro. Los tacos se afirmaban correc-
tamente sobre el contrapiso poceado

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 38/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

de la planta baja. Aunque ya no era


cemento: había mármol. Veteado. Pu-
lido. Por eso mis tacos pisaban bien:
el revestimiento era el indicado por
la historia, por Breuer; el que había
pagado la Universidad de Buenos Ai-
res hacía cien años.Tampoco recor-
daba haberme puesto esas medias ne-
gras. Me toqué el ruedo del vestidito,
y me lo palpé sobre las caderas y el
pecho. Tiras finas sobre los hombros.
Lo único que sobraba era aquel
casco, al que dejé escondido en un
cantero con clivias antes de subir por
la escalera curva.Arriba me esperaba
un mayordomo. No me miró a los ojos
cuando tomó de mis manos un saco
que yo no había advertido que lle-
vaba, con cuello de piel, y una estola
blanca. Quiso quitarme la cartera,
que hacía juego con mis zapatos, pero
no lo dejé. Me acompañó hasta mi
asiento. Separó la silla de la única
mesa armada en todo el salón. Me
senté como lo hubiera hecho frente a
un abismo. Nadie de los presentes me
miró. Empecé a sentir el murmullo y
las risas cuando la respiración me
volvió al cuerpo. Sobre la mesa había
un arreglo floral y una copa de
champán.Algunos fumaban. La mayo-
ría de los hombres estaban de pie; las
chicas repatingadas en sillones o
atentas desde taburetes o apoyabra-
zos. Todas llevaban vestidos pareci-
dos al mío. Mucha puntilla. Algunas
guillerminas en los pies. Una que lle-
vaba botitas tenía cara de mala. El
maquillaje acentuaba la claridad de
las mejillas: mucho polvo base. Deben
ser arquitectas, jajá. Un señor me
miró. Era joven, pero parecía viejo
por el corte de pelo y el bigotito hori-

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 39/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

zontal. Llevaba un traje a rayas verti-


cales, camisa blanca, zapatos excesi-
vamente lustrados. Busqué un espejo
en mi cartera; había uno redondo y
gris. Lo abrí. Mi cara también estaba
pálida por los polvos, y los ojos te-
nían un marco negro demasiado
duro, que los volvía ojerosos. Me die-
ron ganas de limpiarme con la servi-
lleta. En la cartera había una espá-
tula afilada y un pañuelito. Mi espá-
tula de obra.Cuando el mozo me trajo
la carta no me di cuenta de quién era,
porque estaba observando otra cosa.
Pasaban un jazz tenue, apenas un
piano, y casi toda la gente se apiñaba
en la zona de los sillones. En otro de
los lugares estaba la barra de donde
salían los tragos. El último pétalo del
trébol estaba vacío, a la espera de los
bailarines. En el ambiente lleno de
humo los presentes fumaban con bo-
quillas. Aunque mi mozo miraba ha-
cia el suelo como el mayordomo de la
entrada, los bigotes le seguían apun-
tando hacia arriba. Llevaba una le-
vita inabrochable, por la panza. Un
repasador le colgaba del brazo en el
que traía la bandeja.Busqué, entre los
doce platos de la carta, el rabo de res
y la sopa de tomates. Estoy
con Vicente, abuela Sara. Decidió ba-
jar de su podio de metre para venir a
atenderme personalmente. Hay un
hombre, además, muy elegante, que
me acaba de guiñar un ojo. Debe ser
joven pero parece viejo, porque yo
misma parezco de otra edad. El
champán está fresco pero no es muy
cristalino. La copa sí, como si fuera
de Murano. Tallada. Se acerca el
hombre con un encendedor. Deberé
decirle que no fumo. Ah, era para

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 40/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

prender la vela.– Es un animal –dijo


despectivamente, y me pidió permiso
con un gesto para sentarse.- ¿Quién?-
El camarero. Ni en el Ariston logra-
mos que el servicio sirva.Separó la si-
lla y se sentó. Traía su propia copa de
champán. Me di vuelta para ver cómo
Vicente se metía en la cocina.- Soy
Marcel –se presentó el hombre.-
¿Breuer? –no pude contenerme.- Peña
Braun –dijo él, sin siquiera pestañear.
Sorbió un poco de su copa y cruzó las
piernas. Dejó su cigarrillo sobre el
cenicero.Algunas parejas comenza-
ban a pararse para ir a la pista. Des-
doblé la servilleta de tela.- Debería
avergonzarse por lo que dijo –lo in-
crepé-. Vicente ha sido sumamente
cordial. Es el gerente de cocina y está
atendiéndome como si yo fuera su
propia nieta. ¿No le parece correcto?
Marcel se rio.- ¿Metre Vicente? ¿Ese
tonto? ¿De dónde ha sacado seme-
jante información?Abrí la boca. No
iba a dejar que un presumido le di-
jera tonto a mi abuelo. Me cago en el
linaje. Vicente apareció con la ban-
deja con un plato de sopa humeante y
la botella de champán adentro de un
balde con hielo. Nos sirvió, a mí y a
Marcel doble apellido. Dejó también
el balde, porque él se lo pidió. Tomó
la bandeja plateada entre sus mani-
tos regordetas y se quedó esperando,
por si le pedíamos algo más. Agarré
la cuchara. Era de plata.- Vicente–dijo
Marcel, como una orden. Le indicó la
bandeja.Vicente la puso horizontal y
se la acercó. Marcel levantó la boqui-
lla del cenicero hasta la mitad de ese
círculo plateado y volcó las cenizas
dos veces. La larga y frágil ceniza que
se había acumulado en la punta de su

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 41/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

cigarrillo. Me pareció el gesto más


cretino del mundo.- Ya, negro –lo
despidió.Lo vi irse humillado, pero
como si no le importara. Estaba acos-
tumbrado a la humillación. Marcel se
rio otra vez. No voy a bailar con un
tipo de mierda como usted, porque
no me dejaría mi abuela Sara, estuve
a punto de decir.- Somos los dueños
del palacio –continuo él, con un orgu-
llo absurdo. Hizo un gesto con la
mano que abarcaba todo el salón.- Vi-
nimos a bailar y bailaremos.- No con-
migo –le dije. Soplé sobre la cuchara
y me la metí en la boca. Había pes-
cado un camarón picante.- Y no es un
palacio, es apenas un restorán.Subió
los hombros y se fue a buscar otra
mujer. Al rato lo vi moverse con el
charlestón. Todos bailaban muy enér-
gicamente, sin quitarse los sacos ni
los moños. Terminé la sopa y dejé la
cuchara apoyada. Las mujeres eran
más enérgicas que los señores. Ha-
cían mover sus rodillas con desen-
freno, como invitándolos a una con-
tienda sexual y rechazándolos al
mismo tiempo. Alguien subió el volu-
men de la música justo cuando Vi-
cente volvió a aparecer para cam-
biarme el plato. No me preguntó
nada y yo intenté disculparme por
ese hombre horrendo, pero las pala-
bras no me salieron o me salieron en
voz muy baja. No me escuchó. Estuve
a punto de decirle que ya no quería el
rabo de res, que estaba llena. Pero él
se fue a buscarlo y yo me quedé to-
mando champán. Ya estaba un po-
quito mareada.Los hombres se des-
calzaron después que las mujeres. Po-
nían las medias adentro de los zapa-
tos, que quedaron haciendo una espe-

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 42/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

cie de ronda alrededor de la pista cir-


cular. Los vidrios empezaron a go-
tear. Una chica se resbaló y su parte-
naire la atajó antes de que cayera. La
pista estaba mojada; mi propio man-
tel estaba así. Una gota espesa se
soltó del cielo raso y apagó la vela de
la mesa. La segunda cayó sobre las
flores del arreglo. Me descalcé. Los
zapatos de taco siempre me resulta-
ron más incómodos que los de seguri-
dad.- ¿Cuándo reparten el talco? –le
pregunté a Vicente, cuando vino con
la platina con el rabo. El plato pare-
cía un trencito marchando en un pai-
saje de salsa de tomate. Sacó su cu-
chillo de trozar. El moño de su camisa
estaba torcido, tuve inmediatas ganas
de enderezárselo.- ¿Para qué sería el
talco, señorita?Le señalé el resbalón
que se acababa de pegar mi feste-
jante Marcel. Dos amigos lo ayudaban
a levantarse.- ¿Por qué no abren las
ventanas para que ventile? Hay de-
masiada condensación –agregué.- Es-
tán abiertas las del lado de atrás, las
que no dan al mar, señorita. Si abri-
mos estas se vuela su mantel.- ¿Y no
reparten talco?Vicente me miró por
primera vez. Tenía los ojos buenos.
Me dieron ganas de abrazarlo.- Aquí
no existe esa costumbre –dijo.Los
amigos de Marcel se reían, las chicas
se reían. La música subió un poco
más; ya era atronadora. Vi cómo mi
abuelo movía los labios y volvía a ba-
jar la vista. El perfume de la carne
era lo único aceptable. Abrí la car-
tera sin dudarlo un segundo y saqué
mi instrumento. Talco, polvo. Tomé el
platito de la vela. Me paré arriba de
la silla. Todos dejaron de bailar.
Polvo, talco. No sé por qué lo hice.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 43/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Ellos me estaban mirando y desde la


altura yo alcanzaba a ver el mar,
afuera y lejos. No iba a comer el rabo,
no iba a perdonarles las impertinen-
cias, pero iba a enseñarles cómo bai-
lar descalzos en una pista resbalosa.
Raspé el cielo raso adecuadamente,
en puntas de pie. El polvillo cayó so-
bre el platito. Me bajé de la silla. La
música cesó. Me pasé el talco por una
planta, por la otra. Fui hasta la pista
y me abrí paso entre la muchedum-
bre. Improvisé un charlestón en el si-
lencio de la noche. Normalmente
bailo horrible, pero me salió bien.
Una chica que tenía un rodete intentó
seguirme con una patinada. Yo no me
resbalé.Entonces apareció Vicente
con una especie de tortilla colocada
sobre un quemador encendido. Le
volcó Rhum Negrita de una botella.
Se ayudaba con un cucharón. Marcel
no me quitaba los ojos de encima; los
demás miraban, como yo, a Vicente.
Marcel sacó un encendedor y se
acercó hasta el lugar donde el más
pedestre de los mozos de Ariston alis-
taba el único postre de la carta. Lo
apartó de un empujón. Los malos mo-
dos de la aristocracia se acentúan
con las borracheras. No hay que mi-
rar, Sara. Se van a ir, van a dejar de
existir. El trabajo de Vicente lo hace
noble de verdad por más humilde
que sea, porque el trabajo es lo único
que ennoblece. No los títulos, ni los
premios. Hay que hacer bien lo que
uno sabe, únicamente eso. Y Vicente
siempre lo hizo bien, aunque en esa
foto quisiera aparentar lo que no
era.Marcel intentó hacer funcionar
su encendedor dorado. Lo agitó en el
aire. Vicente traía en las manos una

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 44/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

pequeña caja de fósforos. Marcel


trató por tercera vez, infructuosa-
mente. Eructó y se guardó el encende-
dor en el bolsillo del pantalón. Le
quitó los fósforos a Vicente, de mala
manera. Abrió la caja al revés y se le
desparramaron por el suelo. Puteó.
Levantó varios, algunos ya no servían
porque estaban mojados. Pero uno
sirvió. Puso la llama hacia abajo para
que aumentara. Lo acercó al alcohol
caliente de la fuente y aparecieron
las llamaradas. Tiró el fósforo sobre
mi mesa y la servilleta comenzó a en-
cenderse. Los presentes estaban
aplaudiendo a Marcel y al flambé.Me
largué a apagar el fuego cuando lo vi
también en los demás. No eran sola-
mente la servilleta y el flambé los que
se estaban quemando. Uno de los pre-
sentes abrió su billetera, tal vez para
dejarle una propina al camarero, y
los billetes estaban encendidos. Rápi-
damente le alcanzaron el cuello de la
camisa. A una mujer le salía fuego del
escote, otra se inclinó a apagárselo y
se le incendió el pelo. Las cortinas
empezaron a arder. Vi dos llamas sa-
liendo de los ojos de Marcel, que no
hizo nada, solamente se quedó quieto
en el lugar. El fuego salía por las bo-
cas y las orejas de la gente, por los
orillos de las polleras, desde adentro
de las copas. Las botellas comenza-
ron a estallar, vi mi tenedor y mi cu-
chillo retorcerse en la mesa. Las plan-
tas de los pies se me empezaron a co-
cinar en el agüita hirviendo. El piso
burbujeaba. Agarré a mi abuelo por
la bandeja y bajé corriendo las esca-
leras. El mayordomo se doblaba de
dolor en la planta baja,
achicharrado.El pasto estaba fresco.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 45/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Yo tenía el impermeable abierto y el


pulóver desarreglado. En la corrida
había perdido la bufanda y las botas.
Tenía un solo guante cuando le de-
volví la bandeja a Vicente, que lle-
gaba agitado. Ya no tiene edad para
correr. Toda la noche parado, a un
mozo le duelen los juanetes. Y en-
cima esta carrera. Perdón,
abuelo. Miramos juntos hacia atrás:
el paraíso en llamas. Las persianas
fueron lo primero que se derrumbó.
Vicente tomó la bandeja con sus dos
manitos recatadas. Me miró triste-
mente. Escuché el silbido de su
respiración. Cada vez que nos saca-
mos esa foto, un mozo hace de metre
y los otros posan con las bandejas.
Hice una vez de metre y cinco de
mozo. Hay una foto real, con el metre
real, pero nadie se ríe allí.No abrió la
boca para comunicarme su verdad.-
Estoy orgullosa de vos -dije.No le
cuentes a Sara.– Secreto.Mi ademán
fue para arreglarle el moño torcido,
no para que se fuera. Toqué una de
las puntas de los triángulos y vi la lla-
mita. Pequeña, más azul que amari-
lla. La soplé para que se apagara,
pero creció. Se hizo flaca y exacta, y
le invadió el hombro de la camisa.
Después el cuello, la oreja, el pelo. Vi
cómo se quemaba el bigote de Vicente
sin poder hacer nada. Traté, digamos,
pero la rabia me invadió. Todo lo que
hacía para apagarlo lo encendía más.
Vi su cabeza vuelta una antorcha. Un
trueno rajó la playa y el chaparrón
nos envolvió. Pensé que podía ser
una bendición. Que por fin la lluvia
iba a salvarlo todo. Y lo apagó, sí,
pero lo que pasó después fue mucho
peor.Vi a mi abuelo negro como un es-

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 46/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

clavo. Mojado y humeante. Yo misma


estaba empapada hasta los huesos.
Estornudé y le volé parte del pabe-
llón de la oreja. Fui yo, mis ojos me lo
dijeron. Le apoyé la palma de mi
mano derecha un poco más arriba de
la mejilla para sostenerlo, pero mis
dedos se hundieron irremediable-
mente en su costado. El bigote se de-
formó junto al rostro caliente.
Cuando aflojé la presión, media ca-
beza de mi abuelo se derrumbó como
la torre de un castillo de playa. Lo úl-
timo que vi fue su sonrisa.
Corrí.Desde casa llamé a los bombe-
ros y a la policía. Me tomé un Ibupi-
rac, llorando de desesperación. Me
cambié de ropa. Conté cinco ampollas
en mis pies, tres en el izquierdo, dos
en el derecho. Me froté una crema re-
frescante, mientras esperaba. A las
seis apareció un mensaje de Johann
para que fuera. Yo todavía estaba
temblando. Le pregunté si el edificio
aún existía. “El fuego decidió por no-
sotros”, respondió él.Amanecía. El
bombero que me tomó declaración
me preguntó qué hacía ahí adentro
en el momento en que el incendio co-
menzó. “¿Cree que fui yo?”, le dije. En
el lugar del Parador había una mon-
taña de escombros y cenizas. El resto
de la dotación enrollaba las mangue-
ras. “Detectamos una falla eléctrica.
Por el momento nadie le está
echando la culpa a nadie. Pero nos
llamó la atención que no se comuni-
cara inmediatamente por el celular”.
Había tres patrulleros. Había una
cinta de peligro delimitando la zona.
El sol estaba empezando a secar el re-
sabio de la tormenta. Me dolían las
ampollas.- La Serena es una playa pe-

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 47/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

ligrosa, sin seguridad. Dejé el celular


en casa para que no me lo roben. La
policía aparece siempre después. Na-
die anticipa nada.- Hay muy poco per-
sonal –se disculpó el bombero-.
Vuelva a su vida y tómese un tecito,
arquitecta.A desconfiada no me gana
nadie.- ¿Y cómo está tan seguro de
que no fue un incendio intencional?-
No veo a nadie por aquí acusando a
ningún privado –señaló hacia los pa-
trulleros. Dos policías tomaban mate
y un tercero les acercaba un paquete
con facturas.- Cualquier cosa le pre-
guntan a aquel hombre de allá. Es el
dueño de una ONG muy misteriosa…-
dije.Johann escondió la cara cuando
se vio señalado. El bombero se dio
cuenta, pero no reaccionó.- Hágame
caso, aquitecta. El Awiston ya
fue.Johann me siguió con la vista. Yo
tenía ganas de bajar a la playa pero
adiviné que él también iba a hacerlo,
por lo que me preparé para volver a
campo traviesa. No hay tecito que de-
vuelva la memoria, bombero. Y si
hubo un atentado no fui yo, ni mi
abuela Sara, ni mi abuelo Vicente,
que fue metre ejecutivo del
edificio. La luz del amanecer conver-
tía los charcos en espejos. Uno me
llamó la atención por lo perfecto de
su óvalo. Ariston, bombero, como mí-
nimo tienen que aprenderse el nom-
bre. Y Breuer no diseñó la silla Was-
sily personalmente, Página 12, sino
que dirigió el grupo de alumnos y
profesionales de su taller de ebanis-
tería, que la hicieron realidad de la
nada. A medida que me fui acer-
cando, el óvalo se convirtió en
círculo. La memoria es cruel, pero es
el único material que corta la voraci-

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 48/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

dad del mundo. El círculo estaba apo-


yado entre pastos. El rayo de sol rebo-
taba sobre lo que le quedaba de es-
pejo a la oxidada bandeja de un
mozo.

 24 febrero, 2022  Arte  Deja un comentario

Viaje al «Fin del Mundo» 3a parte


Tierra del Fuego

anterior http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-2a-parte/

Allen Francis Gardiner y luego Samuel Lafone

En muchas de éstas lecturas se van descubriendo personajes que nos cuentan de Tie-
rra del Fuego y de sus primeros habitantes, de los indígenas.

Por ejemplo estremecedores son todos los fracasos de Allen Francis Gardiner (Basil-
don 1794 – 1851 Tierra del Fuego), que fuera un misionero anglicano que actuó muy
cercano a los Yámana.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 49/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Luego de fracasar con una misión entre los Mapuches, pasó a las Islas Malvinas,
donde se unió a la Sociedad Misionera de la Patagonia.

En 1845 inició una misión entre los Selk´´´ nam, como su interés era atraerlos al
culto anglicano, tuvo muchos enfrentamientos con los chilenos que tenían las mis-
mas intenciones pero para atraerlos al catolicismo.

Como lo echaron de aquellas tierras, lo intentó con los Quechuas y Aimaras, de Perú
y Bolivia.

Un nuevo traspié lo llevó al Norte de Argentina donde intentó vender Biblias en in-
glés, claro, pocos la entendían, por lo que se dirigió a Buenos Aires.

Debido a que Juan Martín de Rosas (nacido como Juan Manuel José Domingo Ortiz
de Rozas y López de Osornio (Buenos Aires 1793 – 1877 Southampton), no lo recibió,
se dirigió a Montevideo donde se hizo amigo del poderoso comerciante Samuel Fis-
her Lafone (Liverpool 1805 – 1871 Buenos Aires) amistad que como veremos más
adelante le sirvió pero cuando ya se había convertido en cadáver.

Pero antes de su trágico fin, Lafone lo ayudó económicamente para regresar a


Inglaterra.

En 1848 nuestro amigo Gardiner se embarcó, esta vez en dirección a la Isla Picton,
situada al este de la Isla Navarino, en la bahía del Canal de Beagle, pero fiel a su con-
dición, abandono todo y se dirigió a las Malvinas.

En 1851 regresa a la Isla Picton con una serie de lanchas metálicas, los indígenas,
acostumbrados a los regalos de los misioneros, y debido a carecer del concepto de
propiedad privada, se llevaron todo lo que encontraron a mano.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 50/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Sin comida, y debido a que las lanchas metá-


licas eran poco aptas para maniobrar en el
mar ventoso, debieron dirigirse a la Bahía
Aguirre.

Creyéndose previsor dejó en la Isla Picton


un cartel pidiendo ayuda, pero como nadie
lo vio (al cartel), tampoco pudieron ayudar-
los (a ellos).

Siguió escribiendo su diario, hasta que mu-


rieron todos de inanición entre Junio y Sep-
tiembre de 1851. Un mes más tarde un barco
fletado por su amigo Lafone encontró solo
cadáveres.

Samuel Lafone y antes Allen Francis


Gardiner

También podemos saber de la historia de Samuel Fisher Lafone (Liverpool, 1805 –


1871 Buenos Aires) tenía 13 años más que Allen Francis Gardiner, pero a diferen-
cia de su amigo Gardiner fue un próspero empresario nacionalizado uruguayo, que
consiguió construir un emporio.

En 1825 se radica en Buenos Aires y con su medio hermano Alejandro Ross Lafone
(1807 – 1869)forma una sociedad acopiadora de productos ganaderos, e importadora
de artículos de Europa e Indias Orientales.

En 1839 abren oficinas en Liverpool, en la calle 20 North John Street, Aigburth.

Obligado a abandonar Buenos Aires (por casarse en secreto por el rito protestante
con su esposa católica) se instala en Montevideo, donde funda el 1842 el pueblo de
“La Teja”.

Los primeros negocios de Lafone en Uruguay fueron las tratativas con el gobierno
para promover la colonización y la inmigración.

La propuesta de Lafone era reunir mil inmigrantes, el gobierno pagaría 80 pataco-


nes por cada inmigrante mayor de catorce años y la mitad por los menores de esa
edad; los niños pequeños y los mayores de 65 años quedaban excluidos del pago.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 51/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

En
18
52
or-
ga-
niz
a
pa
ra
tal
fin Lafonia
la
“Sociedad de Población y Fomento” con la
que promueve la agricultura en los terrenos
de alrededor de los pueblos de Canelones,
San José, Colonia, Soriano, Durazno, Pay-
sandú, Tacuarembó, Cerro Largo y Carmelo
donde instala a 30 familias.

En el período de la Guerra de la triple Alianza Lafone fue una de los más importan-
tes prestamistas y acreedores del Gobierno, accionista de la Sociedad Compradora de
Rentas de Aduana, integró la Sociedad de Cambios y fue socio fundador del Banco
Comercial.

Cuando compra la península de Punta del Este cede 120 manzanas donde se crea el
pueblo, en 1843 adquiere la Isla Gorriti. El Grupo se dedicó principalmente a la ex-
tracción de aceites, pieles, huesos y carnes de Lobos, focas y a la pesca de la ballena.

Ampliaron la explotación a las Islas de Lobos, Castillos y las costas de Rocha hasta el
límite con Brasil. Solo en la Isla de Lobos extraían 10.000 pieles finas cada año.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 52/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

continua en http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-4a-parte/

Viaje al Fin del Mundo

Tierra del Fuego

1ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-1a-parte/

2ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-2a-parte/

3ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-3a-parte/

4ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-4a-parte/

5ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-5ta-parte/

6ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-5ta-parte-eduardo-
vivaldi/

7ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-7ma-parte-popper/

 18 febrero, 2022  Arte  1 comentario

Viaje al «Fin del Mundo» 2a parte


Tierra del Fuego

1era parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-1a-parte/

Hablando Yagan

Textos extraídos del libro Ahua Saapa Yagan, Mi Sangre Yagán, de Víctor Vargas Fil-
gueira. (4)

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 53/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Las fotografías y los detalles extraídos de la «Guía de Diseño Arquitectónico Infraes-


tructura Pública Étnico». Región de Magallanes y de la Antártida Chilena. (10)

Disfrute muchísimo leyendo porque pude aprender de los yaganes, de su forma de pen-
sar y de actuar de su comunidad. Así como las penurias a que fueron sometidos, y de-
bieron soportar, por la ambición y con la agresividad impune de los aventureros desal-
mados y voraces. Ésta fue una constante, no se puede pensar en actos aislados, incluso
estos hechos vandálicos consentidos por las autoridades y por la sociedad permanecen
hoy en día, cuando vemos la actitud de muchos como por ejemplo gente como Jos Le-
wis y su forma de apoderarse de lo que no le pertenece, como el Lago Escondido, más
adelante narro este hecho que ocurre hoy día, en este preciso momento, mientras yo es-
cribo, ustedes leen, y allí mucha gente es ignorada en su sufrimiento.

Para conocer al pueblo yagán, diremos que se distribuía en cinco territorios, te-
niendo como eje el gran Onahaga, el Canal de Beagle. Cada uno de estos territorios
estaba habitado por un grupo distinto: los ilalumaala (grupo del sudoeste), los
inalumaala (grupo occidental), los itulumaala (grupo oriental), los yecucinaala
(grupo del archipiélago de Wolllaston) y los wakimaala (grupo de la parte central.
Cada grupo tenía un dialecto diferente, aunque también se comunicaban en hausi-
kuta, la antigua lengua Yagán

Hasta mediados del siglo


XIX, el Onashaga, el Canal
de Beagle, conservaba su es-
tado natural, recorrido por
bandadas de bandurrias que
buscaban refugios de las llu-
vias. Las historias las conta-
ban los usúanes, los abuelos
sentados al lado del pusáki,
el antiguo fuego, de cuando
seres extraños se aparecie-
ron en su Onashaga.

Los ancianos eran los encargados de almacenar los conocimientos del pueblo
Yagán.

Los problemas se fueron acumulando con la llegada de canoas gigantes.

El bisabuelo de Victor, nació como Asenewensis, aunque los colonizadores le cam-


biaron el nombre por el de Tomás Yagá, se casó con Juana Yagán, su bisabuela.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 54/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Junto a sus otros mamakús,


sus otros hermanos, se vio
obligado a convivir con los
colonizadores.

Éstos tenían cautivos a una


gran cantidad de mamakús,
a quienes divisaban desde
Shumakush, Punta
Remolino.

1880

Nada volvió a ser igual, los


presagios de los viejos y can-
sados yecamush los podero-
sos hechiceros así lo indica-
ban, no tendrían más siestas
tranquilas, o ir a juntar eri-
zos frente a los atardeceres
de las bahías, ni “las mujeres
volverian a enseñar a las ni-
ñas a tejer cestos de juncos”.
Desaparecerían las esperan-
zas de volver a ser felices.

Watauineiwa, el ser supe-


rior ¿les volvería a regalar
una ballena varada?

En 1869 el reverendo Stirling, miembro de la Iglesia Anglicana funda la “Misión An-


glicana Tushkápalan”. Por eso los ancianos aconsejaban que bajo ningún motivo al-
guien se acercase a Tushkápalam, allí la gente moría, lo llamaban “el cementerio
Yagán”.

Si alguien preguntaba por alguno de sus hermanos, la respuesta era” Ya no está entre
nosotros”. Los blancos les arrebataban a sus mujeres y nunca más las volvían a ver,
los abuelos tenían que hacerse cargo de los huérfanos que dejaban esos secuestros
espantosos. Los fallecidos eran tantos que no podían practicar la yamalasemoina, la
ceremonia de duelo del pueblo Yagán.

Varios misioneros blancos se asentaron en las costas del Onashaga, Thomas Bridges
(Bristol 1842 – 1898 Buenos Aires)en Waia Ukatush, en la Bahia Harberton donde

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 55/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

fundó la Estancia
Harberton en 1886. Y el
pastor y misionero an-
glicano Juan Lawrence
(Great Malvern 1844 –
1932 Tierra del Fuego)
en Shumakush, el Es-
tado argentino le cedió
terrenos donde creó la
Estancia Punta Remo-
lino a 30 km al este de
Ushuaia. Refugio y lugar
de trabajo de Yámanas,
Selknam, Haush y sus
descendientes hasta
1930, año en que éste
fallece.

1900

Cuando nace Catalina Yagán, trae una luz de esperanza para su sheskín, el corazón
de Asenewensis.

Un día en una ánan aiyusu, una canoa hecha de corteza, se dio la noticia que al sur-
este de Onashaga, en una zona cercana a Yecushín, Islas Wollaston, había varado
una ballena.

Llegaron allí adentrándose por el Yagashaga, el canal Murray, solo había 14 canoas
de las más de ochenta que normalmente concurrían, con tan solo cien yagánes de los
más de quinientos habituales.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 56/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Era el momento de buscar un deli-


cioso sustento rico en grasas, funda-
mental para afrontar el largo in-
vierno. Antes se avisaban con foga-
tas, pero para no llamar la atención
de los palayamalin, esa rara, miste-
riosa y peligrosa gente blanca, se les
avisó recorriendo el Onashaga de
punta a punta.

Sabían que los blancos querían los


cueros de yapous y ámas, pieles de
nutria y lobos marinos.

Además de la comida, era la ocasión


de fortalecer las relaciones familia-
res y de amistad, compartir, disfru-
tar. En ese momento se acordaban
parejas de novios.

1915

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 57/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Al usteka, que así llamaban al amanecer del quinto día Juan Calderón pìdió a Ase-
newensis la mano de Catalina.

Nelly Calderón que era la makuskipa, la hermana de Juan Calderón, se casó con
Fred, el hijo del misionero Juan Lawrence.

Cuando salían a cazar y


llovía, rogaban a Wa-
tauineiwa a quien cari-
ñosamente llamaban
Kalaiexen buen tiempo
y fortuna en la caza.
Cuando se escuchaba el
ruego, se asomaba
Akainik, el arco iris
que era la comunica-
ción del ser supremo.
Muchas veces practica-
ban el Makainkina,
que eran las reuniones que hacían en grupo para entretenerse.

En la época del Akuerum, el momento del año en que las cortezas se aflojan y se
puede hacer las ánan, las canoas.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 58/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Pudieron saber que más gente blanca estaba asentándose en la isla Shukaku, que co-
nocemos como Picton, en la isla Imien, Lenoz y la isla Shunushu, Nueva.

Kina, choza ceremonial para adultos. Anthropos Institut. Sankt Augustin, Alemania

Un anciano reflexionaba: “…Todo lo extraño nos está invadiendo y, por ello, abando-
namos nuestras costumbres. Si seguimos ese camino, harán desaparecer el modo de
vida de nuestro pueblo, la forma en que luchamos todos los días por el sustento. En
poco tiempo solo quedará de nosotros nuestro kespix, nuestro espíritu…”
https://onlybook.es/blog/2022/02/ 59/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 60/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Espíritu de la ceremonia del Kina . Anthropos Institut.

Sankt Augustin, Alemania

Hacía mucho tiempo que no se hacía la loima yecamush, escuela de hechiceros, los
jóvenes ya no conocían las ceremonias de iniciación para convertirse en adultos, el
chiejáus y el kina.

Para hacer el chiejáus se preparaban chozas de 11 metros de largo y 3,50 de ancho,


podían entrar hasta 22 personas.

continuará…….

Mi sangre Yagán. Ahua Saapa Yagan. Victor Vargas Filgueira. Editorial La Flor Azul,
2021 ISBN 978-987-47731-5-9.

ANDO CUENTEANDO - NARRATIVA - Audioteca fueguina

Fragmento de Mi sangre yagán, de Víctor Vargas Filgueir… Share

Privacy policy

10

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 61/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Kawésqar Selk´Nam. Yagán. Aónikenk. Guía de Diseño Arquitectónico Infraestruc-


tura Publica Étnico. Región de Magallanes y de la Antártida Chilena

continua en http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-3a-parte/

Viaje al Fin del Mundo

Tierra del Fuego

1ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-1a-parte/

2ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-2a-parte/

3ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-3a-parte/

4ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-4a-parte/

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 62/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

5ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-5ta-parte/

6ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-5ta-parte-eduardo-
vivaldi/

7ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-7ma-parte-popper/

 16 febrero, 2022  Arte  Deja un comentario

Viaje al «Fin del Mundo». 1a parte


Viaje al Fin del Mundo

Tierra del Fuego

continúa: http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-2a-parte/

Mi relación con el sur del continente americano, comienza en Febrero de 1972 con
un viaje realizado con mi amigo Edgardo Minond a bordo de un Citroën 2CV del año

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 63/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

1964, continua con un viaje en el año 2016 y otro en el 2022.

Esta parte la Patagonia estuvo ocupada por los Selknam y la llamaron Karukinka
(nuestra tierra), aunque su actual nombre se debe a las fogatas que los primeros na-
vegantes avistaron, y que servían para protegerse del frio.

Quizás estaban asando el riquísimo Corderito Fueguino.

Buscando, en su enorme sabiduría, di con Eduardo Galeano, que escribe en su Me-


moria del fuego (1) acerca de los Taínos (que son habitantes de las Antillas, bastante
lejos de la Tierra del Fuego, pero que me encanta citar), hablaban en arawak, llama-
ban al arco iris “serpiente de collares”, al cielo le decían “mar de arriba”, al rayo “el
resplandor de la lluvia”, al amigo lo llamaban “mi otro corazón”, y al alma “el sol del

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 64/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

pecho”. La lechuza era “ama de la noche


oscura”, al bastón, los ancianos le decían
“nieto continuo”, y no decían perdón, de-
cían “olvido”.

“La hierba seca incendiará la hierba


húmeda”.

(Proverbio africano que los esclavos lleva-


ron a las Américas)

Felipe Pigna (1959) menciona en “Los mi-


tos de la historia Argentina 1”, que el piloto
portugués y explorador Fernào de
Magalhàes españolizado como Fernando
Corderito fueguino de Magallanes (Sabrosa 1480 – 1521 Isla
de Mactán) junto al financista de la expe-
dición el comerciante Cristóbal de Haro (Burgos ¿- 1541 Burgos), de una familia de
origen posiblemente judío, que tenían sedes comerciales en varias ciudades de Eu-
ropa, llegaron a la bahía de San Julián, en la actual Provincia de Santa Cruz en marzo
de 1520.

El cronista de la expedición, el italiano Antonio Pigafetta (Vicenza 1490 – 1534 Ibíd.)


(2) menciona a un hombre de una altura gigantesca, “…tan alto que con la cabeza
apenas le llegábamos a la cintura…” y su conclusión es que de aquí deriva la denomi-
nación de toda la zona sur argentina, la Patagonia, los hombres de Magallanes lla-
maron “patagones”, a esos habitantes. (3)

Antonio Pigafetta fue un marino y cronista italiano que acompañó como “lengua-
raz” y “cartógrafo a Hernando de Magallanes en su viaje alrededor del globo,
siendo uno de los pocos que sobrevivieron a la larga travesía, Originario de la ciudad
de Vicenza, hoy su casa natal se ha convertido en una visita turística. Publicó en Ve-
necia en 1536 “Relazione del primo viaggio intorno al mondo”, en 1899 se editó en
Madrid una traducción.

El pueblo que vivió hace miles de años en el archipiélago de las islas del sur de Tie-
rra del Fuego, se llama Yagán o Yámana.

El territorio se extendía desde Onashaga (Canal de Beagle) hasta donde “la tierra se
acaba” (Cabo de Hornos).

Víctor Vargas Filgueira (Ushuaia 1971) descendiente Yagán, habla de su pueblo en


su libro “Ahua Saapa Yagan” (Mi sangre Yagán). (4)

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 65/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

Actualmente ejerce de guía en el Museo


del fin del Mundo en Ushuaia y es un
respetado artesano, cuenta en su libro
que su idioma está compuesto por
30.000 palabras, pero Charles Darwin
(Shrewsbury 1809 – 1882 Down House),
que apenas los vio en 1834 desde la cu-
bierta del Bergantín Beagle (5), los des-
cribió ignorando como realmente eran
“desdichados salvajes de talla escasa,
con el rostro cubierto de pintura blanca,
la piel sucia y grasienta, los cabellos en-
marañados, la voz discordante y los ges-
tos violentos”.

“Sin embargo las comunidades yaganes de Ukika y Ushuaia, pueblos ancestrales que
supieron vivir durante milenios adaptándose a un medio climático muy riguroso, com-
partiendo con los suyos los recursos de la naturaleza, hasta la llegada de los aventure-
ros y colonizadores, que traían “su civilización” que terminó con su forma de vida y su
existencia nómade”.

Narra Filgueira
que era una socie-
dad igualitaria
donde sus inte-
grantes trabaja-
ban y decidían
sus acciones co-
munitariamente.
Sus complejas ce-
remonias rituales
como el Chiejaus
y la Kina solo fue-
ron revelados al
antropólogo ale-
mán Martín Gu- HMS Beagle
sinde en 1919,
forman parte de su cultura ancestral.

Desde la alimentación, a los estados de ánimo y los avatares del día a día, por su es-
tilo de vida comunitaria, los Yaganes compartían todo. (4)

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 66/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

En el choque con los colonizadores sufrieron una elevada mortandad, su población


se diezmo, pasando de varios miles a unos cientos de sobrevivientes.

Cuando los gobiernos de Chile y Argentina comenzaron a explorar Tierra del Fuego a
fines del siglo XIX, “la población indígena rondaba las 10.000 personas, 50 años des-
pués, debido a enfermedades, dislocaciones, munificencias y sobreexplotación de sus
fuentes tradicionales de alimentación, sólo quedaban 350 indígenas” (datos del perió-
dico Santiago Times del 13 de Abril de 2005).

La llegada de los conquistadores españoles en 1492, trajo consigo lo que la periodista


argentina Marta Gordillo calificó como “el peor genocidio en la historia”.

“Con la llegada de los conquistadores comenzó el exterminio de millones de indígenas


de América del Sur y la destrucción de todas las culturas de este lado del Atlántico”.
«No hay nada que celebrar el 12 de octubre…más que la muerte y la destrucción cultu-
ral de la conquista».

“A pesar que los conquistadores llegaron hace 530 años, su crueldad es un legado con-
tinuo…las poblaciones indígenas siguen siendo víctimas de prejuicios y racismo
generalizado”.

Armando Braun Menéndez (Punta Arena 1898 – 1986 Buenos Aires) “Era tan mise-
rable su contextura física, que no pudieron soportar ni su propio clima”.

Arnoldo Canclini “Los Yaganes desaparecieron en especial por epidemias desde mu-
cho antes del establecimiento definitivo de gente de origen europeo…también por la va-
riación de su alimentación y una infertilidad consecuente”.

“…Aunque en Ushuaia la vida tenía mucho de rutinario… El horario cotidiano cambió


varias veces durante los años, pero podemos dar como ejemplo el que regía para el ve-
rano de 1876. Todos se levantaban a las cinco menos veinte y, antes de desayunarse a
las seis, los misioneros dedicaban un rato a la lectura de la Biblia y a la oración en con-
junto. A la hora citada, tocaba una campana para llamar a los indígenas quienes, luego
de comer, se dedicaban a sus trabajos. Algunos cuidaban las cabras y vacas que se utili-
zaban para el consumo y otros cultivaban las huertas que todos tenían detrás de su ca-
sita. En algunas ocasiones, se construían cercos o caminos… De nueve a diez, se cele-
braba un culto para implorar la bendición divina durante el día y luego se daba alguna
enseñanza a los hombres y mujeres, que después volvían a su trabajo. A la una de la
tarde otra campana llamaba a almorzar y de dos a cinco y media se trabajaba nueva-
mente. Los sábados a la tarde y los domingos eran días de descanso. Los indígenas re-
cibían pago por su trabajo, no en dinero, sino en ropas, alimentos y útiles. De la misma
manera se les pagaba las pieles de zorro o nutria que algunos traían desde lejos. Para
mayor seguridad sólo se daba al indio parte del valor presumible de la pieza; luego se

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 67/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

enviaba a las Malvinas, donde las vendía un comerciante llamado Jorge M. Dean,
amigo y colaborador de la Misión, y si lo que éste pagaba era más de lo que se le había
dado al portador, se le entregaba dicho excedente. Inclusive figuran casos de pago ex-
tra…”. (6)

Continuará………..

Notas

Memorias del fuego. México, Siglo XXI, 1993. Eduardo Galeano

Primera edición en español, mayo de 1982 Decimonovena edición (sexta de España),


octubre de 1991. ISBN 84 323 0439 5 (Obra completa).

http://resistir.info/livros/galeano_memoria_del_fuego_i.pdf

http://redmundialmagallanica.org/wp-content/uploads/2015/09/PIGAFETTA-Primer-
viaje-alrededor-del-mundo.pdf

El nombre “Patagones”, evocaba al Gigante Patagón, personaje de ficción del libro


“Pigmaleón”, una novela de caballería publicada en Salamanca en 1512, bajo el
nombre de “Libro segundo de Palmerín”, continuación de “El libro del famoso y muy
esforzado caballero Palmerín de Olivia”, escrito por Francisco Vázquez.(Felipe
Pigna, Los mitos de la historia Argentina 1, (2009-2019) Planeta ISBN 978-987-580-
947-5

Mi sangre Yagán. Ahua Saapa Yagan. Victor Vargas Filgueira. Editorial La Flor Azul,
2021 ISBN 978-987-47731-5-9.

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 68/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

ANDO CUENTEANDO - NARRATIVA - Audioteca fueguina

Fragmento de Mi sangre yagán, de Víctor Vargas Filgueir… Share

Privacy policy

El HMS Beagle fue un bergantín de la clase Cherokee de la Marina Real británica bo-
tado en el río Támesis en 1820. Tenía 27,5 metros de eslora; 7,5 metros de manga; 3,8
metros de calado; diez cañones; 235 toneladas de carga; y una tripulación de ciento
veinte hombres. Fue el primer barco en navegar bajo el nuevo Puente de Londres.

Adaptado participó en tres expediciones, la segunda estuvo bajo el mando del co-
mandante Robert Fitz Roy que llevó al joven Charles Darwin.

En el verano de 1834 un joven Charles Darwin anotaba en su diario: “esos desdicha-


dos salvajes tienen la talla escasa, el rostro repugnante y cubierto de pintura blanca, la
piel sucia y grasienta, los cabellos enmarañados, la voz discordante y los gestos violen-
tos. Cuando se ve a tales hombres, apenas puede creerse que sean seres humanos, habi-
tantes del mismo mundo que nosotros”. Estas despectivas palabras de Darwin, trata-
ban de describir a un grupo de yaganes, avistados a duras penas desde el puente del
bergantín «Beagle» en las cercanías de las islas Wollaston.

http://historiapolitica.com/datos/biblioteca/tn16.pdf

Viaje al Fin del Mundo

Tierra del Fuego

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 69/70
9/12/23, 9:13 febrero 2022 – Hugo A. Kliczkowski Juritz

1ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-1a-parte/

2ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-2a-parte/

3ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-3a-parte/

4ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-4a-parte/

5ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-5ta-parte/

6ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-5ta-parte-eduardo-
vivaldi/

7ª parte http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-7ma-parte-popper/

 16 febrero, 2022  Arte  Deja un comentario

Funciona gracias a WordPress

https://onlybook.es/blog/2022/02/ 70/70

También podría gustarte